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Luna




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Compendio II


😕


Me imagino que los debo tener todo mareados, porque digo lo mismo todo el tiempo.

Pero como les digo, me encanta mi marido.

😅

Y lo que es peor: que ahora me doy cuenta que a lo mejor, él tiene razón y que nosotros, desde siempre estuvimos pololeando.

Porque, o sea, la única diferencia era que no nos dábamos besitos.

Pero él siempre me venía a ver y a conversar.

Y lógico que en esos días donde él tenía problemas en la universidad o yo andaba complicada en la escuela, pues que nos dábamos ánimos y nos tratábamos de tirar para arriba.

😕

Pero eso sí que acepto mis culpas de no haberle contado mis sentimientos antes, porque claro, él era un chico mucho mayor que yo, que estaba en la universidad y que aparte de ser lindo, tierno y mi mejor amigo, también era más serio y maduro que yo.

Y obvio que tenía un pánico tremendo a que él se diera cuenta de lo enamorada que estaba y me dijera que no sentía lo mismo y cortara toda amistad conmigo.

😰

Eso habría sido lo peor.

Pero por suerte, no pasó así.

😃

Bueno, al grano…

A diferencia de las peques (que me daban antojos de lo más locos… XD), mi Alicia mágica me pone bien acalorada y por las noches, salgo al balcón del dormitorio a refrescarme.

😆

(Ahora, les aclaro que a mí no me interesan las riquezas o cosas así, pero igual me asombra que ahora viva en un departamento grande que tiene balcón y terraza, si 5 años atrás vivía en una casa mucho más chica con mis padres y mis hermanas y que ni en mis sueños me imaginaba un palacio de princesa como este.)

La cosa que esa noche salí a tomar aire y no me abrigué.

La luna se veía bonita… (¡El título!XD)

Y ¿Para qué les miento?

Echaba de menos a mi mamá y a mis hermanas y aparte, andaba un poco depre, porque en la escuela donde trabajo me darán el pre-natal a los 7 meses (o sea, en mayo) y no podré volver a trabajar hasta el próximo año (porque mi post-natal terminaría en noviembre y no valdría la pena retomar mis cursos).

Así que miraba la luna para subirme los ánimos.

😆

Mi mejor amigo en todo el mundo, que tiene todo un “sentido arácnido” cuando ando triste, salió a acompañarme y a abrigarme con una chaqueta.

“No está bien que te resfríes, por la bebé.” me dijo, mientras me ponía la chaqueta.

Y me miró a los ojos…

😊

No puedo evitarlo.

Es algo que me gana, porque hemos sido tanto tiempo amigos, que hasta me lee con los ojos.

“¿Estás pensando en tu mamá?”

😳

¿Cómo puede ser tan listo?

Él, tan lindo como siempre ha sido conmigo, me ofreció sus brazos y me dio un abrazo tibiecito, rico y tierno, como bien sabe que me gustan a mí.

😆

Y me escondo en su pecho tibiecito de valiente y siento su corazón latir.

Empiezo a respirar, y siento el olor a su cuerpo y a su loción de afeitar…

¡Y me empiezo a calentar!

😂

Es que, de verdad, les prometo que no puedo controlarlo.

Mi Alicia mágica me anda trayendo con las hormonas enteras revolucionadas…

¿Y para qué vamos con cosas?

¡Mi mejor amigo en el mundo sabe ponerla súper bien!

😈

Así que le desabrocho la camisa un poco y quedo con ese pechito tan rico, suavecito, tibiecito y peladito que él tiene…

(Porque ahí se nota que mis compañeras de trabajo australianas son un poquito incultas y racistas: piensan que mi marido, por ser latino, tiene un pecho peludo y de machote, cuando en realidad, él es súper lampiño, lo que es mucho mejor, porque ¿A qué mujer le gustará apoyar la cara en una lija todo el tiempo? XD)

Y mis manos, como locas, bajan buscando el “palito rico de la diversión”…

😋

Y claro, a lo mejor, no lo tiene parado, parado, parado…

Pero verlo suspirar despacito, así, como casi pidiéndome que me pare y sentir cómo se hinchan esas enormes bolitas de carne y ese pene empieza a ganar tamaño, pues me hacen despertar la diabla que llevo adentro.

😈

Así que me voy arrodillando, pasando mi carita por su pancita y cerca de su cosita y le desabrocho el pantalón…

Y bueno, la verdad que no sé si pasará con los otros hombres…

Pero a mí, casi siempre me sale a recibir su cabecita por encima del slip.

😳

Y bueno, yo encuentro que su pene es apetitoso.

Porque, bueno, es rosadito y a medio parar, me tapa la mitad de la cara y me cubre un ojo, así que es casi como reflejo que a una le den ganas locas de chuparla, ¿No?

😉

Pero es que también, tienen que entender lo que veía yo…

O sea, aparte de ese ya tentador y grandote dulcecito para la boca, mi marido se gasta su buen cuerpazo, con un pecho amplísimo y recontra masculino y la mirada de mi esposo, como queriéndome parar, cuando el hambre puro que me embarga…

😋

¡Y adentro, mi alma!

Es que su sabor es exquisito, su juguito sabe súper delicioso y la manera que se va hinchando e hinchando cada vez más, pues como que me despiertan todas las ganas de chupársela, para ver cuánto más le crece…

Y, o sea, yo me la meto a la boca y de verdad que le pongo empeño en hacerle una buena garganta profunda…

Pero al final, se le hincha tanto, tanto, tanto, que se me entierra en la campanilla y me ahoga un poco…

😍

Entonces, le paso la lengua, chupeteando más y más de ese juguito.

Y unos lametones locos en la cabecita, con unos besitos para impulsarle que me dé más de ese juguito tan rico que tiene.

Y bueno, sus bolitas crecen tanto y se ven tan lindas, que no puedo aguantarme las ganas de mordérselas un poquito y chupetearlas otro poco más.

😮 😲

Y adentro y afuera.

Adentro y afuera.

Cada vez, más rápido y hasta con problemas para respirar.

XD

Y bueno, también me gusta tenerlo bajo mi control.

😤

Porque le tengo prohibido masturbarse.

Y si él quiere hacerlo, tiene que avisarme, porque es mi responsabilidad de esposa de cuidarlo.

😛😋 😛 😋

Así que le doy un manoleo para ponerle loco.

Ansiosa, por sacarle más y más de ese juguito rico…

Pero el cuerpo me traiciona y siento mi conchita mojadita.

😩

Así que no puedo evitarlo y sin parar de menearle su cosota hinchada, subo a sus labios para besarlo.

“¡Por favor, pónmela!” le imploro, apegando mi pecho al suyo, para terminar de caldearlo.

¡Y su lado salvaje se desata!

😅

Es que imagínense al amigo tranquilísimo, que no mata ni una mosca, que todos encuentran “el más fome”, porque no carretea ni toma, pegándote una mirada como que te quiere comer vivita y botando aire como toro en celo.

¡Eso me pasaba a mí!

😍

Y ahí, él no tenía decoro.

Él, el más educado y caballeroso, era un animal calentón y ardiente que no respetaba nada…

¡Y eso me encantaba!

😟 😩  😖

En serio, era como si te fuera a reventar una ola encima.

Porque él siempre ha sido súper considerado conmigo.

Pero esa vez, me abrió de piernas, me levanto la falda, me sobeteo el trasero… (¡Qué delicia!... XD), me bajó el calzón y me la clavó de una…

😫😖 😫 😖

¡Un mete y saca increíble, conmigo, mirando el balcón para abajo y la gente pasar!

Y, o sea, aunque me la clavó por la conchita… (Disfruto más por la cola, ¿Ok?), pues el gustazo que me estaba llevando me tenía enferma, porque cada vez que lo hacemos, me parte y me parte a gustazos.

😩  😲 😩  😲

“¡Ahh! ¡Ahhh! ¡Ahhh!”

“¡Ruiseñor, no hagas tanto ruido…que nos pueden escuchar!”

😲 😲 😲

¡Más prendida me ponía! Porque ¿Quién se va a callar un placer así?

Y miraba la luna, miraba la luna, subir y bajar, meneándome enterita y sintiendo hasta mis ojitos palpitar de lo rico que me la metía.

Y ese bailoteo loco, de las luces de la calle, que se convertían en borrones y pitufos medios verdes…

XD

Pero entonces, sus manos se clavan en mis pechos y el desmadre se me hace absoluto…

😩😫 😖😲

Porque me agarra fuertísimo de mis súper pechugas, me las tira, pellizca y estruja, como si yo fuera una vaquita para ordeñar.

Y de verdad que no podía evitarlo, porque sentía tanto de todo, que los quejidos se me escapaban de los labios.

Aparte que él, siempre tan varonil, dándome manguera hasta el fondo y golpeándome con tanto ímpetu para el barandal.

Y lógico que por estar en un séptimo piso, la gente de abajo ni me pescaba en mi goce monumental, pero él seguía diciéndome que me callara.

“¡Marisol, nos van a escuchar!” me decía al oído…

¡Y me mordía el lóbulo de la oreja!

😵  😲 😵  😲

¡Me sentía que iba a morir!

Y la clavaba más adentro, más adentro, más adentro todavía…

(Hasta me daba un poquito de pena mi pobrecita Alicia…XD)

Y entonces, acaba de una manera arrasadora…

💦💦 💦 💦 💦

O sea, ya me gustaría verlas mantenerse calladas y dignas, cuando te recontra rellenan el vientre con leche caliente.

Así, que llegas a sentirte hinchada de la leche que te da.

Y obvio, con unas estocadas profundas, que te rompen hasta el alma.

¡A ver si pueden mantener la compostura!

😤

Y me deja deshecha, con sus manitas bonitas sobre mis pechugas, pero que de a poquito, bajan a mi vientre, para sujetarme.

Yo, toda lela, chascona, babosa y con las mejillas coloradas, pero fresquitas con las lágrimas, mirando como tonta todavía la enorme luna.

Y eso de sentirlo vivo, vigoroso,animoso por hacer la hazaña de nuevo, pero en la cama, me pone archi-recontra contenta.

Porque sigue siendo mi mejor amigo,después de todo…

😍 😍 😍

“¿Vamos a la cama?” me pregunta súper caballeroso, con esa sonrisita linda y malula que me prende entera.

Y obvio que le tomo la mano, sonriendo de oreja a oreja…

Porque entre tanto gozo y gozo, estoy más que segura que la vecina sí nos escuchó esa noche cuando salió a regar sus plantas…

Y me acuesto más que prendida, sabiendo que los ruidos que mi marido me saca en la cama, atraviesan fácilmente las paredes…

😉


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1 comentarios - Luna