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10. El jefe de mi marido (Sexy Aracely)

El jefe de mi Marido

Aqui está la continuación mis relatos, algo tarde por mis muchas ocupaciones jijijijiji.

La forma en que disponían de mi cuerpo Juan y Paco me tenía rendida en sus manos, sus folladas me enloquecían, despertaban sensaciones en mí cada que me poseían que me tenían rendida a sus apetitos sexuales.

Pero también, el hecho de que disponían de mi cuerpo como si fueran mis dueños alquilándome como puta a los vencimos me hacía sentir que era completamente suya.

Cada que deseaban cogerme o alquilarme invitaban a mi marido a tomar para drogarlo y así tener el tiempo libre para poseerme en mi propia cama o que algún vecino me cogiera allí mismo, cada vecino disfruto de mi cuerpo, de mi culo y hubo ocasiones que hasta de dos o tres me poseían, hasta una vecina lesbiana pagó por hacerme suya.

Si no fue por un evento fortuito, seguiría siendo la puta de la calle o mejor dicho, de la colonia….

Mi esposo era muy apreciado en la empresa donde trabajaba, era muy diestro en su trabajo al grado de ascender rápidamente lo que le valió ser ampliamente elogiado delante de los dueños de la empresa.

A fin de año se realizaba una cena en la empresa, una posada, para esta ocasión en particular invitaron a los dueños que venían de otra ciudad y al saber que vendrían le dijeron a los trabajadores que invitaran a sus esposas.

Así que mi marido me dijo que me pusiera guapa para la ocasión, quería que mi belleza los impactara. Me compro un hermoso vestido azul ceñido al cuerpo, su escote era generoso dejando ver gran parte de mis senos al frente y mi espalda por atrás llegando hasta mi cintura. La falda era abajo de las rodillas, pero traía una abertura que llegaba más arriba de media pierna permitiendo ver mis muslos, como el vestido era sin mangas, solo tirantes, me puse unos guantes blancos que me cubrían arriba del codo y para rematar, mis zapatos de taco dorados.

Me pago una sesión en un salón para que me maquillaran y peinaran rematándolo con una cadena de oro que me regaló en nuestra boda y un cinto dorado que colgaba de mis caderas. Al quedar lista me mire al espejo, estaba radiante y mi marido me decía -“Solo porque vamos a la fiesta, no te tiro a la cama para cogerte ahora”- a lo que le respondí lanzándole un beso a través del espejo.

Al salir, Paco y Juan nos saludaron, al voltear mi marido para abrir la puerta del taxi, ambos me dirigieron una mirada sucia y sacaron sus lenguas como relamiéndose lo que se comerían al regresar de la fiesta.

Su mirada me mojo inmediatamente, pero no lo mostré y fuimos a la fiesta. Al llegar mi marido me presentó con sus compañeros y superiores, todos elogiaban mi belleza, sus miradas revelaban lo que sentían al verme, yo me apenaba ante tanta atención y a veces bajaba la mirada, lo que me permitía ver las erecciones que mi presencia provocaba.

Cuando llegó los dueños el jefe de mi esposo lo llamo para presentárselo a los dueños, apenas se fue y sus compañeros inmediatamente se sentaron a mí alrededor para decirme:
-¡Guau! Nunca pensamos que este güey tuviera semejante muñeca en su casa.
-Sí, es usted un bombón señora.
-Jajajajaja, gracias, son ustedes muy amables –Les respondí ruborizándome.
-Sí –Dijo otro- Que envidia acabamos de sentir, que noches debe disfrutar con usted, al menos yo no la dejaría dormir.

Me ruboricé y baje la vista, sus miradas estaban cargadas de lujuria, en eso mi esposo regreso y me dijo:
-Ven, los Señores te quieren conocer.

Eso me ayudo a escapar de esos lobos que querían comerme. Me levante y sentí sus miradas clavadas en mi culo así que intencionalmente me contonee para dejarlos picados.

Cuando llegué me presentó mi marido con los señores, eran hombres de edad, uno de ellos un poco más joven que el otro, guapos, muy finos sus modales, al presentarme cada uno tomo mi mano y la beso inclinándose.
-Es un placer conocerlos- Les dije.
-Al contrario –Dijo uno de ellos- Gracias por concedernos el placer de admirar tanta belleza angelical.
Me ruborice y les di las gracias.
-Su marido es una persona muy afortunada- Continuó- No solo es uno de nuestros mejores empleados sino que además es el dichoso dueño de una mujer tan hermosa.- Sus palabras me hicieron estremecer.- No solo eso, él va a llegar muy lejos en la empresa.

Entonces se excusaron porque tenían que seguir atendiendo a más personas- Nos disculpa, esperamos volver a coincidir en esta velada.

Nos retiramos a la mesa y mi esposo estaba contento del impacto que había tenido sobre ellos. Empezó la música, era la que más nos gusta bailar, era salsa así que mi esposo de lo contento me dijo que si quería bailar, accedí y nos levantamos.

Mis movimientos al compás de la música atraían las miradas masculinas, yo era consciente y notaba que sus miradas seguían mis caderas y mi silueta cada movimiento que hacía, entonces nos hicieron un círculo mientras bailábamos, de repente una pareja entraba e intercambiaba lugar con nosotros, mi marido bailaba con ella mientras el hombre aprovechaba para hacerlo conmigo, a veces por el baile se pegaba a mí rozando su erección con mi cuerpo, aprovechaban para acercar su boca a mi oído y decirme –Mamacita, estas bien buena, como me gustaría hacerte gozar toda la noche- y continuábamos intercambiando parejas, así que recibí muchas propuestas indecorosas en el transcurso del baile. Lo cual confieso me excitó mucho.

En determinado momento de la fiesta, mi marido quiso sentarse a descansar y tomar cerveza, lo que quise aprovechar para ir al baño, ya para ese entonces mi marido estaba algo tomado así que ya no quería bailar.

Al llegar al baño encontré que estaba tan ocupado que no tenía esperanzas de entrar pronto, lo que me angustió un poco, en eso escuché a mis espaldas:
-¿Sucede algo Señora?- Era uno de los dueños, el más joven y que era el que más había hablado antes.
-Sí, necesito entrar al baño pero está muy lleno.
-No se preocupe señora, hay uno en la oficina, puedo llevarla.
-No, como cree, que pena, que va a decir usted.
-No se preocupe, es un placer ayudarla.

Así que lo acompañé a la oficina, la puerta por donde salimos estaba a un lado del baño de damas, así que nadie noto cuando nos fuimos, al llegar era un privado en la segunda plata desde donde podíamos ver toda la fiesta.
-Es allí señora.-Me señaló y dándole las gracias entre.

Cuando salí, él estaba sentado en su escritorio viendo la fiesta por una ventana a través de la persiana entre cerrada, me acerqué y si, se veía todo el ambiente, desde allí vi a mi esposo muy animado tomando y platicando con sus compañeros.
-Están muy animados, yo tengo rato aquí, no soy muy dado a las fiestas. Por cierto, desde aquí disfrute su baile, tiene usted un cuerpo maravilloso y lo sabe usar muy bien- Dijo recorriéndome con la mirada de arriba abajo.

No pude evitar ruborizarme y sentir un estremecimiento recorrer mi cuerpo. Entonces él se levantó colocándose atrás de mí poniendo sus manos en mis hombros acariciándolos suavemente produciendo en mí que la carne se me pusiera de gallina.
-No, por favor, alguien podría venir y pensarían mal de nosotros.
-No se preocupe- Me respondió sin dejar de acariciar mis hombros y cuello- Donde estamos nadie puede llegar acá y nadie sabe que estamos aquí.

Entonces sus manos bajaron los tirantes de mi vestido hasta que casi descubrió mis senos, mi respiración se entrecortaba, en eso él besó suavemente mis hombros hasta mi cuello, sentía su aliento en mi cuello, su respiración me estaba excitando.

Sujetándome de los hombros me acercó al escritorio donde acabó de aflojar mi vestido que cayó al suelo y me hizo apoyar mis manos en el quedando inclinada, mi respiración ya eran jadeos.

Él pego su cuerpo al mío mientras lo estaba acariciando de manera suave, acariciaba mi espalda, yo cerré mis ojos y me deje llevar, a causa del vestido que traía no usaba brasiere así que cuando cayó al piso el vestido mis pechos quedaron libres para que los acariciara, los pezones ya estaban durísimos, y él los masajeaba suavemente.

Su delicadeza me hacía sentir cosas nuevas, tan acostumbrada estaba al sexo salvaje que me habían dado que había olvidado como sentirme una mujer en la intimidad en vez de una zorra.

Seguía acariciándome sin despegar su erección de mi culo y yo disfrutando de ese momento, entonces sus manos bajaron por mi espalda hasta mis caderas, tomó la tanga y la fue bajando lentamente mientras acariciaba mis piernas, al momento de empezar a bajarla fue besando mis nalgas, mis piernas de manera suave, delicada, cuando termino de bajarla empezó a acariciar cada pierna de manera separada, alternaba sus caricias en cada pierna, lo que me hizo abrirlas para que no batallara, ante eso él, que estaba hincado empezó a subir besando cada una hasta situarse en medio de mis nalgas, allí su lengua empezó a jugar con mi ano, recorría desde mi culo hasta mi concha totalmente húmeda.
-MMMMMMMM… ¡OOOHHH!

Fue mi primer gemido audible. Al verlo el continuo con el placer que su lengua me daba al recorrer desde mi concha hasta mi culo. Abrí más mis piernas para que su lengua llegara más profunda en mi concha.

Entonces el aprovechó para darme una nalgada que me arrancó un gemido y aprovechó para meter un dedo en mi ano. El mete y saca combinado con sus lamidas en mi concha me hicieron tener un orgasmo diferente, placentero, único.

Las piernas se me doblaron y él se levantó para sujetarme, me tomó en sus brazos y me volteó, por primera vez estábamos de frente, nos miramos fijamente y entonces él me besó, primero suavemente a lo que yo correspondí y entonces empezó a morder mi boca con suavidad y luego con más pasión.

Entonces me hizo sentarme en el escritorio mientras continuaba besando mi boca, aprovechó para desnudarse, su cuerpo no era muy atlético ni nada por el estilo, a pesar de su edad estaba muy conservado, pero su verga era hermosa, grande y depilada totalmente, volvió a la carga besando mi boca juntando su desnudez a la mía y de allí bajo hasta mi cuello mordiéndolo suavemente, su boca continuaba con su viaje de placer de mi cuello a mis pechos, allí se detuvo y su lengua empezó a juguetear con mi pezones.

Cada lamida me arrancaba gemidos, sus manos no estaban quietas, seguían recorriendo mi cuerpo, mientras yo sujetaba su cabeza para que sus lamidas me hicieran gozar más intensamente.

Me hice hacia atrás para dejarlo lamerme con libertad apoyando mis manos en el escritorio y mi cabeza hacia atrás, lo que aprovechó para bajar por mi vientre hasta mi concha, volviendo a meter su lengua –MMMMM, Que deliciosa sabe tu concha mamita- me dijo.

Entonces se levantó y tomando mis caderas colocó si verga en mi concha y me penetró de manera diferente, lentamente, como si quisiera que disfrutara cada centímetro que introducía en mí.
-AH, AH, AH, AH, AH

Solo esta manera de hacerlo me provocó un estremecimiento desde mi espalda que me hizo tener un orgasmo. Empezó a bombear lentamente y fue aumentando el ritmo de manera gradual hasta estar embistiéndome fuertemente mientras sujetaba mis caderas.

Al tenerme así estaba completamente a su disposición, alternaba las lamidas en mis pezones con mordidas a mi boca, yo solo lo rodeaba con mis piernas mientras mis manos se aferraban a su espalda.
-AH, AH, AH, AH, AH, PAPI, AH, AH, AH, AH, AH.
-MMMM, QUE DELICIOSA ERES MAMACITA, CREO QUE VOY A DARTE UN REGALO.

Me dijo y entonces sentí su verga estremece ante un inminente orgasmo, al sentir eso yo también comencé a estremecerme por lo que lo apreté con mis piernas y manos contra mí, lo que hizo que ambos acabáramos al mismo tiempo entre jadeos.
Entonces, si sacármela me levantó del escritorio teniéndome totalmente empalada, se sentó en el sillón y continuó penetrándome, al estar así, ahora yo empecé a cabalgarlo, mis movimientos lo hacían gemir, mientras aprovechaba para seguir comiéndose mis pechos y mi boca, cada movimiento que daba me hacia gozar, entonces él me arrancó el broche del pelo y mi peinado se descompuso totalmente, mi cabello suelto bailaba al compás de la cogida lo que él aprovechó para estirármelo para atrás, mientras mordía mas salvajemente mis pechos.

Empecé a jadear más intensamente anunciándole otro orgasmo que se aproximaba, entonces él sujetó mis caderas haciéndome aumentar el ritmo de la cabalgada de manera frenética y ya no pude más, esta vez mi orgasmo fue tan intenso que parecía orinarme sobre él, mis jugos eran tan intensos que deje su verga y piernas totalmente empapadas.

Yo pensé que todo terminaría allí, pero él me levantó y me llevó al escritorio, me volteó e hizo que me apoyara en el mismo quedando totalmente empinada dejando mi culo totalmente a su disposición, me dio una nalgada, volvió a arremeter con su lengua en mi culo.
-Mmmmmm, que delicioso, deseo probarlo.
-Lo que desees papi, es tuyo.

Entonces se levantó, empezó a restregar su verga contra mi culo recorriendo desde el ano hasta mi concha haciéndome estremecer y gemir.
-Ya papi, dámela, dámela ya.
-¿La quieres mi reina? Te puede doler amor.
-No importa papi, dámela.

Entonces tomo de mis propios jugos para lubricar mi culo, entonces me penetró suavemente, a pesar de haberlo hecho antes, el tamaño de su verga si me produjo algo de dolor, yo apreté mis puños y mordí su corbata, el me dijo:
-Si te duele puedo parar.
-No papi, sigue, puedo aguatar.

Y continúo su penetración hasta llegar a tenerla toda a dentro. Cuando terminó, esperó a que me acostumbrara, cuando me sentí mejor empecé a moverme para darle a entender que ya estaba lista a lo que el respondió arremetiendo de manera más dura que antes, tal parecía que mi culo lo enloquecía porque del hombre tierno no quedo nada, sus embestidas eran salvajes, de repente me dio un palmazo en mi culo y una de sus manos empezó a jalarme el cabello.
-¡AAAAHHHH! ¡AAAAAGGGGHHHHH! ¡AH, AH, AH, AH, AH!

Ya no quería que me soltara, quería ser suya siempre, disfrutar de esa experiencia más tiempo. Sus embestidas producían un sonido de chaca chaca cada que su cuerpo chocaba con mi culo y sus huevos rebotaban contra mi húmeda vagina
-¡AH, AH, AH, PAPIIII!
-¡MMMM, QUIEN ME DIRIA QUE ESTA FIESTA IBA A ESTAR TAN BUENA!
-¡AAAAHHH! ¡HAZME TUYA SIEMPRE! ¡AAAAAGGGGHHHH!

Sus embestidas me arrancaron más orgasmos y estuvimos así hasta que su verga volvió a explotar llenando mis entrañas de su leche. Cuando terminamos, se sentó en el sillón y yo me subí arriba de él besándolo y dándole las gracias por tratarme así.
-No, al contrario, yo debo darte las gracias niña por esta sesión de sexo tan delicioso como hace mucho no tenía.
-Tengo que vestirme, mi marido puede notar mi ausencia.

Me vestí y arregle mi cabello lo mejor que pude, lo que agradecía era que mi marido estaría tan tomado que no notaría que mi peinado no era el mismo, me despedí de él dándole un beso largo e intenso. Me fui creyendo que no volvería a verlo. Salí por la misma puerta y nadie se dio cuenta de mi ausencia ya que mi marido y sus amigos estaban totalmente borrachos para ese entonces, cuando llegue ni cuenta se dio, estuve sentada viéndolo embriagarse hasta que ya aburrida le dije que me quería ir a lo que él estuvo de acuerdo.

Lo ayude a levantarse y nos fuimos a la casa. Al llegar procuré no hacer ruido, no estaba de humor para aguantar las tonterías de Paco y Juan y gracia a Dios no se dieron cuenta de nuestra llegada.

El lunes siguiente mi marido se fue a trabajar, pero para esto ya le había pedido que me pusiera unos pasadores en las puertas porque le dije que me daba miedo que alguien se metiera. Así que cuando se fue cerré desde adentro.

La forma tan diferente de cogerme del Jefe de mi esposo me hizo tener un poco de lucidez, de querer escapar de las manos de Paco.

Cuando se fue mi esposo a la media hora escuché a Paco intentando abrir, escuchaba la llave tratando de abrir, mi pulso se aceleró instintivamente pero me contuve de abrirle, empezó a tocar suavemente, pero no respondí.
-Mami, ábreme, aquí está la verga que tanto te gusta.

Pero no le contesté. Mi pulso se debocaba, mi respiración se agitaba más, escuchar su voz hizo que mi vagina se mojara totalmente, él seguía llamándome, sin contestar me pegue a la puerta para oír su respiración, mientras la mía eran jadeos, a través de la puerta podía oír su respiración y eso me excitaba cada vez más –Mami, aquí está tu rica verga, la tengo en la mano, esta chorreando por entrar en tu culo- Sus palabras me hacían estremecer, solo imaginar su verga me hacía desear abrirle. Hice un esfuerzo y me aleje de allí, corrí a mi cama y me tape la cabeza con una almohada intentando apartar de mi mente y de mi cuerpo sus palabras y las imágenes de su verga penetrando mi concha.

-¡No, no, no!- Empecé a murmurar presa de la calentura, me levante y desesperada fui al baño y abrí al regadera y me metí al agua intentando de esa manera olvidar lo que sentía.

Pero fue peor, sus palabras resonando en mi mente, la calentura que abrazaba mi cuerpo y el contacto del agua en mi piel como si fueran manos recorriéndome hicieron que mi calentura aumentara de manera incontrolable, empecé a acariciarme sola, apretujaba mis pechos gimiendo, en un movimiento mi mano toco mi concha y ya no pude más…

Corría a mi habitación, busque mi dildo y arrojándome en la cama empecé a masturbarme de manera salvaje, gemía, jadeaba, intentaba calmar mi calentura, arrancar esa voz de mi cabeza, esa voz que me decía –“Eres una zorra, te gusta que te culeen, quieres que Paco te meta su verga”- a la que yo le respondía entre gemidos -¡No, no, no, déjame, déjame yaaaaa!

El orgasmo que siguió a continuación fue tal que mis convulsiones eran interminables, pero antes que dejarme calmada me dejaron peor, súper caliente.

Ya no pude más, me levante y fui a la puerta, necesitaba a Paco y su verga, al abrir aun estaba allí, su mirada al verme desnuda fue la de un animal que está a punto de copular con su hembra.
–Sabía que me abrirías puta, eres totalmente mía culera, yo soy tu amo- Me tomo en sus brazos y me llevo a mi cama mientras yo me estremecía en sus brazos y gemía suavemente.

Ahora Paco hizo algo que nunca había hecho, se desnudó mientras me contemplaba gemir suavemente como una gatita y se acostó a mi lado, su mano empezó a recorrer mi cuerpo haciéndome estremecer al contacto de ella, iba desde mis piernas subiendo por mi cadera hasta mis pechos y de allí a mi cara la cual acarició.

Luego tomó mi cara en sus manos y me besó, primero fue un beso suave para luego aumentar la pasión hasta terminar mordiendo mis labios, mordía mi labio inferior estirándolo suavemente haciéndome enloquecer.
-¡OOOOOHHHHHH!

Mis ojos estaban cerrados, no quería abrirlos, solo entregarme en sus manos, mis manos lo tocaron, acariciaba su pecho, su panza, su verga, mientras el acariciaba mis pechos, sujetaba otra vez mi cara y me besaba tomándome por la nuca.
-¡Eres mía, yo soy tu dueño!
-¡AAAHHH! Si papi, eres mi amo…

Pegue mi cuerpo al de él, necesitaba sentir mi desnudez pegada a la suya, ahora sus manos empezaron a tocarme como solo él sabe hacerlo, con lujuria, de forma animal, agarraba mi culo apretujándome contra él, restregando su verga contra mi cuerpo.

Sin decirle nada, me solté y lo hice acostarse, mi lengua recorría su cuerpo, mi viaje empezó en su boca bajando hasta llegar a su verga… Empecé a sobarla, contemplarla y al besé en la cabeza, ahora mi lengua empezó a lamerla de arriba abajo mientras masajeaba sus huevos, ya no pude mas y la metí totalmente haciéndole una mamada como nunca, la quería toda, la mamaba, la mordisqueaba arrancándole gemidos, chupaba y lengüeteaba sus huevos, era mía totalmente.

Ahora él agarro mi cabeza para empezar a follarme la boca, mmmmmm, me follaba brutalmente casi ahogándome, su verga empezó a boquear, aumente mis mamadas para disfrutar de su leche, mmmm, que rica sabe…

Entonces, sin darle tiempo de reponerse me lance sobre su boca para compartirle el sabor de su leche en la mía. Lo bese así como él me ha besado con mis jugos en la suya. Luego volví a masturbarlo para que su verga no perdiera su erección, cuando estaba como yo quiero me puse sobre ella dándole la espalda, quería que disfrutara la vista de mi culo al rebotar sobre su verga.

Empecé mi cabalgada, hacia a delante, hacia atrás, en círculos, Paco solo bufaba, estaba sorprendido de lo que hacía, hasta que reaccionó y me dio una nalgada que me hizo gemir. Entonces me metió los dedos en mi ano, se incorporó un poco y me empezó a jalar el cabello mientras me sodomizaba.
-¡VAMOS PUTA, MÁS, QUE RICO REBOTA ESE CULO!
-¡AAAAHHHH! ¡AH, AH, AH, AH, AH!

Me mordió la espalda, grité, me agarro de los pechos con ambas manos pegándome contra su cuerpo mientras continuaba moviéndome sobre su verga. Entonces tuve mi primer orgasmo de ese día.

Al verme estremecer por el orgasmo, me dejó un momento y luego sin sacarla me hizo voltearme, nos comíamos nuestras bocas, yo agarraba su cabeza mientras él me agarraba de mis cabellos. Entonces, teniéndome ensartada por la concha se levantó y así me empezó a coger de pie, mis piernas estaban alrededor de él, así de pie sus penetraciones eran totalmente salvajes, hasta el tope, arrancándome otro orgasmo inmediatamente. Se volteo y me tiro en la cama sin sacar su verga quedando el de pie y así como estaba me bombeaba animalmente, bombeaba y bufaba, no hablaba, solo me cogía.

Luego la sacó mientras yo gemía, la colocó en la entrada de mi culo y empujó, hasta que su verga estuvo en mu culo totalmente. Agarro mis piernas para abrazarlas contra su pecho y empezó a bombear mi culo arrancándome gritos, mientras yo me masturbaba sobando mi clítoris con mi propia mano.
-¡AAAAAAGGGHH! ¡AHAAAAAHHH! 

Bombeaba y bombeaba, no se detenía, otro orgasmo, otro más ¡Y otro! Me sentía morir, pero a la vez no quería que se detuviera, hasta que empezó a arreciar sus embestidas, pero en eso, antes de explotar la sacó y se aproximó a mi cara masturbándose, cuando vi eso abrí mi boca y su verga explotó lanzando su leche en mi cara, en mi pelo, en mis pechos.

Luego se acostó a mi lado mientras yo seguía saboreando su leche y untándola en mis pechos y me dijo:
-Mamacita, no sé qué te pasó, pero has estado increíble, toda una puta. Vas a quedarte así con mi leche en tu cara y cuerpo, hasta que te tengas que bañar para ir al GYM.

Yo asentí, no quería quitarme el sabor de su leche ni su olor a macho, se vistió y se fue quedándome dormida. Después me levante para ir al GYM. Ese mismo día mi marido regresó muy feliz en la noche.
-Amor ¡Que suerte me has dado! Desde que te vieron mis jefes te elogiaron tanto y me dijeron que soy tan afortunado de tenerte que me han ascendido de puesto, ahora seré supervisor de toda la línea de producción en la matriz. Pero eso implica cambiar de residencia otra vez.
-Claro mi amor- Le dije mientras lo abrazaba llena de gusto- ¿Y a donde esta vez mi amor? A donde quiera iré contigo gustosa.
-Bueno, está decidido, deje pendiente mi respuesta hasta preguntarte, mañana daré la respuesta afirmativa, por cierto, la matriz esta en el norte de la republica. Será cuestión de unos meses mientras me capacitan aquí para el nuevo puesto, lo que implicará cambiarnos de casa a una más cerca de la fábrica, pero ya es seguro.
-¿Sí?- Le dije sorprendida- Pensé que sería aquí mismo en el DF.
-No amor, la matriz esta allá, además, mis jefes dicen que los dueños están tan contentos conmigo que quieren que empecemos a socializar más.

Para mí fue una agradable sorpresa, no solo me alejaría de Paco y Juan, sino que ahora estaría cerca de la persona que más me había hecho gozar.

Continuara…
10. El jefe de mi marido (Sexy Aracely)

2 comentarios - 10. El jefe de mi marido (Sexy Aracely)

Hectorel1425
Tan así ss leí un par d tus relatos tan puta ss m mandas fotos a ver si ss tan asy x fabor