Hola a todos, queridos lectores! Hoyles traigo una nueva anéctoda. Ya conocieron a Belén y a Clara yhoy les hablaré de Amalia la que ha sido sin dudar la mujer mássexualmente atractiva con la que tuve el placer de coger.
Estopasó hace unos años en el que fue mi primer viaje solo por elextranjero. Ya antes había viajado a Brasil y México con unosamigos, pero sentía que era hora de que intentara viajar por micuenta, el destino elegido era Cuba. Si bien no viajaría con nadie,me esperaba allí una vieja amiga, su nombre era Amalia. Le digovieja porque nos conocimos por internet hacía más de diez años,por entonces ella tendría unos 11 años y yo 14. Ella era hija decolombianos que se habían ido a vivir a Cuba cuando ella todavíaestaba en el vientre de su mami. Por lo que su piel no era ni blancani negra sino de un suave color caramelo.
Cuando la conocíaera la típica niña de 11 años, plana, con brackets en los dientesy trencitas. Pero apenas pisó la pubertad su cuerpo comenzó amoldearse como toda belleza del caribe. Sus caderas se ensancharon,su culo creció y tomó forma y sus tetas crecieron enormemente perosin dejar de estar firmes.
Apenas esto pasó comencé a pajearmecon sus fotos en traje de baño, sus jugosos escotes y su pantalonesde leopardo que la volvian irresistible para mi verga. Todo el tiempohablabamos de vernos, pero siempre tenía problemas para conseguir eldinero suficiente sin descuidar mis estudios. Cuando finalmente lologré, viajé sin dudarlo. Solo había un problema... Belén. Yoestaba de novio con ella en esa época, y si bien le había habladode viajar a Cuba, nunca le hablé de Amalia. Sinceramente hubiesequerido viajar con ella, pero sus padres no le dejaban.
Miúltima tarde antes de partir aprovechamos que sus padres habiansalido. La abracé por detrás sintiendo su gran culo contra mi vergamientras una mano acariciaba sus tetas, la otra metía y sacaba dosdedos de su conchita. A la vez tenía la lengua dentro de su boca yella la chupaba con fuerza.
De pronto ella se da vuelta y me ponecontra la pared - Portate bien - me decía subiendo si remera hastael cuello y dando lentos y apasionados besos en mi pecho - Sii - Lerespondíá con placer.
Poco a poco fue bajando hasta mi cintura,sacó mi pija del pantalón y la llevó hasta su boca.
Meencantaba mirar su rostro lleno de pecas chupar con ganas mi pijamientras con una mano me pajeaba y la otra se pajeaba ella mismahasta hacerme acabar en su boca. -Qué rica despedida – Me dijoarrodillada mientras acariciaba sus rojos cabellos.
Al llegar a Cuba me entontré conAmalia, era mucho más hermosa en persona. Si bien no pensaba encogermela, si ella me lo proponía sin duda que lo pensaría. Durantecasi una semana visitamos lugares históricos y anduvimos por lasplayas. Había rubias de ojos azules, como tambien negras como elcarbón, pero todas eran hermosas y sensuales con sus grandes yfirmes culos y sus tetas que se balanceaban a cada paso. Si hubieratenido algo de tiempo solo, tal vez hubiese contratado algunaprostituta solo para saber lo que se sentiría coger con unacaribeña.
Pero si había una mujer allá que mecalentaba completamente era Amalia, con sus anteojos de gafas demarcos gruesos que combinaban siempre con el color de su cabello (aveces era rubio, otras veces violeta y a veces rosa) y su traje debaño leopardo con una gran abertura en el medio donde se veían susgrandes y morenos pechos.
Habíamos hablado por horas, me contabaque hacía poco acaba de romper su relación con un joven cubano, de1,90 mts de piel oscura, musculo y probablemente una pija salida deun video de Mia Khalifa. Mientras yo le contaba de mi relación conBelén y le pedía que las fotos que nos sacasemos no las suba ainternet por miedo a que ella pensara que la estaba engañando. A loque ella accedió con gusto – Me hace muy feliz que estés acá,Xavi – Me dijo con una gran sonrisa a orillas del mar.
Esa última noche fuimos a una fiestaen un club de la Habana, yo era malísimos bailando, pero ella comotoda mujer caribeña amaba bailar salsa por lo que se ofreció adarme unas lecciones allá -Me encanta como te movés – Le decíaen broma.
Pese a que todas las mujeres ahí eranpreciosas, Amalia emanaba un aura de sensualidad que la hacíairresistible para cada hombre que la mirase. Esa noche debió haberal menos cuatro hombres que se le insuaron y a los que ella rechazó.Todos grandes, negros y musculosos. Más que celos, una parte de mídeseaba verla en un gang bang con ellos, pajeandome mientras susgrandes y venosas pijas teñían de blanco sus tetas.
Pero apenas tomé ritmo, el dj cambióde música y comenzó a poner reggaeton. Allí vi como la sexy, perodulce Amalia se transformaba en toda una tigresa moviendo su cuerpocontra el mío primero frotando sus tetas contra mi pecho y luego suculo contra mi pija. Nunca en mi vida tuve tantas ganas de apretar unhermoso par de tetas como en ese momento, pero mis manos se quedaronen sus anchas caderas gozando ese furioso e intenso masaje contra lapunta de mi pija.
Esa noche fui a parar a la habitacióndel hotel donde me alojaba. Quería hacerme un par de pajas antes dedormir cuando veo que mi celular empezó a sonar. Era Belén que medecía – Que lindo golpe bajó, espero vos y tu amiguita sediviertan. Adios Xavier – Mi primera reacción fue de confusión.No entendía lo que estaba pasando cuando recibo una llamada, estavez de Amalia – Xavi lo siento tanto, estaba algo ebria cuando subíalgunas fotos en facebook y por accidente subí una foto de nosotrosafuera del club – De pronto empecé a llorar, no podía creer mimala suerte. Era cierto que le oculté eso a Amalia, pero no la habíaengañado, Amalia era solo una fantasía mía, como coger con SashaGrey o con Scarlett Johanson, algo que sabés que no pasará. Aúnasí mi amiga se sintió muy triste cuando me escuchó llorar y fuede inmediato a donde yo estaba. Había intentado hablar con Belén enrepetidas ocasiones, pero no respondía mis mensajes y las llamadaslas cortaba al instante.
Tras contarle todo lo que pasó, Amaliase molestó con ella – Qué idiota ella, si no hicimos nada malo -- No es personal, si me hubiera visto con cualquier otra chicatambien se hubiese molestado – Le respondí - . Tras una largapausa me se acercó lentamente hacia mí y comenzó a besar mis ojos y luego a lamerlos - ¿Qué estás haciendo, Ami? - Le dije mientrasmi verga comenzaba a crecer – Dándole motivos para que se enoje –Me respondió llevando su boca hasta mi cuello -
Yo estaba sentado en un borde de lacama mientras ella comenzaba a desabrochar mi camiza. Casi porinstinto (porque todavía no caía en lo que pasaba) quité lacamiseta de Amalia dejando ver un enorme par de tetas sujetas a unsosten blanco que brillaba ante esa piel morena.
Parate – Me dijo casi ordenando.Al hacerlo desabrochó mi jean y dejó caer mostrando mi pija quepara entonces estaba a punto de estallar. Así comenzó a lamerladando lentas y largas pasadas de lengua como si de una paleta setratase luego desabrochando su sostén dejó caer ese enorme par detetas en cuyo centro se apreciaban un gran par de pezones oscuros. -Sientate – Me ordenó – Te haré una especialidad de mi pais –Y juntando ambas tetas entre mi pija comenzó a moverlas de arriba aabajo llevando a las nubes. - Ohh... qué rico – Decía entregemidos, aunque mi pija se perdía entre esas tetas, cada vez que lapunta se asomaba ella aprovechaba para pasar su lengua dandomedescargas de placer.
Tras unos momentos que para mí eran lagloria, se levantó y me ordenó quitarme toda la ropa y acostarme enla cama. Como buen esclavo lo hice sin dudar. Ya allí disfrutéviéndola quitarse su ropa incluida una tanga blanca que dejaba veruna hermosa rajita afeitada completamente. Sin decirme nada se sentósobre mi pija y comenzó a moverse con un ritmo que me hizo retorcerdel placer - ¿Te gusta como me muevo? - Me decía sonriente clavandosus ojazos café en mí – Ahhh, uffff, sos la mejor – Le decíamientras sus quiebres de cadera me llevaban a un mundo perfecto dondesolo existia el placer.
Pasé toda esa noche con los manossujetas su culo y a sus tetas. Creo que por una semana entera no seme volvió parar. Creo que si volviera allá en 50 años me lacogería de nuevo si todavía llegase a mover así.
Estopasó hace unos años en el que fue mi primer viaje solo por elextranjero. Ya antes había viajado a Brasil y México con unosamigos, pero sentía que era hora de que intentara viajar por micuenta, el destino elegido era Cuba. Si bien no viajaría con nadie,me esperaba allí una vieja amiga, su nombre era Amalia. Le digovieja porque nos conocimos por internet hacía más de diez años,por entonces ella tendría unos 11 años y yo 14. Ella era hija decolombianos que se habían ido a vivir a Cuba cuando ella todavíaestaba en el vientre de su mami. Por lo que su piel no era ni blancani negra sino de un suave color caramelo.
Cuando la conocíaera la típica niña de 11 años, plana, con brackets en los dientesy trencitas. Pero apenas pisó la pubertad su cuerpo comenzó amoldearse como toda belleza del caribe. Sus caderas se ensancharon,su culo creció y tomó forma y sus tetas crecieron enormemente perosin dejar de estar firmes.
Apenas esto pasó comencé a pajearmecon sus fotos en traje de baño, sus jugosos escotes y su pantalonesde leopardo que la volvian irresistible para mi verga. Todo el tiempohablabamos de vernos, pero siempre tenía problemas para conseguir eldinero suficiente sin descuidar mis estudios. Cuando finalmente lologré, viajé sin dudarlo. Solo había un problema... Belén. Yoestaba de novio con ella en esa época, y si bien le había habladode viajar a Cuba, nunca le hablé de Amalia. Sinceramente hubiesequerido viajar con ella, pero sus padres no le dejaban.
Miúltima tarde antes de partir aprovechamos que sus padres habiansalido. La abracé por detrás sintiendo su gran culo contra mi vergamientras una mano acariciaba sus tetas, la otra metía y sacaba dosdedos de su conchita. A la vez tenía la lengua dentro de su boca yella la chupaba con fuerza.
De pronto ella se da vuelta y me ponecontra la pared - Portate bien - me decía subiendo si remera hastael cuello y dando lentos y apasionados besos en mi pecho - Sii - Lerespondíá con placer.
Poco a poco fue bajando hasta mi cintura,sacó mi pija del pantalón y la llevó hasta su boca.
Meencantaba mirar su rostro lleno de pecas chupar con ganas mi pijamientras con una mano me pajeaba y la otra se pajeaba ella mismahasta hacerme acabar en su boca. -Qué rica despedida – Me dijoarrodillada mientras acariciaba sus rojos cabellos.
Al llegar a Cuba me entontré conAmalia, era mucho más hermosa en persona. Si bien no pensaba encogermela, si ella me lo proponía sin duda que lo pensaría. Durantecasi una semana visitamos lugares históricos y anduvimos por lasplayas. Había rubias de ojos azules, como tambien negras como elcarbón, pero todas eran hermosas y sensuales con sus grandes yfirmes culos y sus tetas que se balanceaban a cada paso. Si hubieratenido algo de tiempo solo, tal vez hubiese contratado algunaprostituta solo para saber lo que se sentiría coger con unacaribeña.
Pero si había una mujer allá que mecalentaba completamente era Amalia, con sus anteojos de gafas demarcos gruesos que combinaban siempre con el color de su cabello (aveces era rubio, otras veces violeta y a veces rosa) y su traje debaño leopardo con una gran abertura en el medio donde se veían susgrandes y morenos pechos.
Habíamos hablado por horas, me contabaque hacía poco acaba de romper su relación con un joven cubano, de1,90 mts de piel oscura, musculo y probablemente una pija salida deun video de Mia Khalifa. Mientras yo le contaba de mi relación conBelén y le pedía que las fotos que nos sacasemos no las suba ainternet por miedo a que ella pensara que la estaba engañando. A loque ella accedió con gusto – Me hace muy feliz que estés acá,Xavi – Me dijo con una gran sonrisa a orillas del mar.
Esa última noche fuimos a una fiestaen un club de la Habana, yo era malísimos bailando, pero ella comotoda mujer caribeña amaba bailar salsa por lo que se ofreció adarme unas lecciones allá -Me encanta como te movés – Le decíaen broma.
Pese a que todas las mujeres ahí eranpreciosas, Amalia emanaba un aura de sensualidad que la hacíairresistible para cada hombre que la mirase. Esa noche debió haberal menos cuatro hombres que se le insuaron y a los que ella rechazó.Todos grandes, negros y musculosos. Más que celos, una parte de mídeseaba verla en un gang bang con ellos, pajeandome mientras susgrandes y venosas pijas teñían de blanco sus tetas.
Pero apenas tomé ritmo, el dj cambióde música y comenzó a poner reggaeton. Allí vi como la sexy, perodulce Amalia se transformaba en toda una tigresa moviendo su cuerpocontra el mío primero frotando sus tetas contra mi pecho y luego suculo contra mi pija. Nunca en mi vida tuve tantas ganas de apretar unhermoso par de tetas como en ese momento, pero mis manos se quedaronen sus anchas caderas gozando ese furioso e intenso masaje contra lapunta de mi pija.
Esa noche fui a parar a la habitacióndel hotel donde me alojaba. Quería hacerme un par de pajas antes dedormir cuando veo que mi celular empezó a sonar. Era Belén que medecía – Que lindo golpe bajó, espero vos y tu amiguita sediviertan. Adios Xavier – Mi primera reacción fue de confusión.No entendía lo que estaba pasando cuando recibo una llamada, estavez de Amalia – Xavi lo siento tanto, estaba algo ebria cuando subíalgunas fotos en facebook y por accidente subí una foto de nosotrosafuera del club – De pronto empecé a llorar, no podía creer mimala suerte. Era cierto que le oculté eso a Amalia, pero no la habíaengañado, Amalia era solo una fantasía mía, como coger con SashaGrey o con Scarlett Johanson, algo que sabés que no pasará. Aúnasí mi amiga se sintió muy triste cuando me escuchó llorar y fuede inmediato a donde yo estaba. Había intentado hablar con Belén enrepetidas ocasiones, pero no respondía mis mensajes y las llamadaslas cortaba al instante.
Tras contarle todo lo que pasó, Amaliase molestó con ella – Qué idiota ella, si no hicimos nada malo -- No es personal, si me hubiera visto con cualquier otra chicatambien se hubiese molestado – Le respondí - . Tras una largapausa me se acercó lentamente hacia mí y comenzó a besar mis ojos y luego a lamerlos - ¿Qué estás haciendo, Ami? - Le dije mientrasmi verga comenzaba a crecer – Dándole motivos para que se enoje –Me respondió llevando su boca hasta mi cuello -
Yo estaba sentado en un borde de lacama mientras ella comenzaba a desabrochar mi camiza. Casi porinstinto (porque todavía no caía en lo que pasaba) quité lacamiseta de Amalia dejando ver un enorme par de tetas sujetas a unsosten blanco que brillaba ante esa piel morena.
Parate – Me dijo casi ordenando.Al hacerlo desabrochó mi jean y dejó caer mostrando mi pija quepara entonces estaba a punto de estallar. Así comenzó a lamerladando lentas y largas pasadas de lengua como si de una paleta setratase luego desabrochando su sostén dejó caer ese enorme par detetas en cuyo centro se apreciaban un gran par de pezones oscuros. -Sientate – Me ordenó – Te haré una especialidad de mi pais –Y juntando ambas tetas entre mi pija comenzó a moverlas de arriba aabajo llevando a las nubes. - Ohh... qué rico – Decía entregemidos, aunque mi pija se perdía entre esas tetas, cada vez que lapunta se asomaba ella aprovechaba para pasar su lengua dandomedescargas de placer.
Tras unos momentos que para mí eran lagloria, se levantó y me ordenó quitarme toda la ropa y acostarme enla cama. Como buen esclavo lo hice sin dudar. Ya allí disfrutéviéndola quitarse su ropa incluida una tanga blanca que dejaba veruna hermosa rajita afeitada completamente. Sin decirme nada se sentósobre mi pija y comenzó a moverse con un ritmo que me hizo retorcerdel placer - ¿Te gusta como me muevo? - Me decía sonriente clavandosus ojazos café en mí – Ahhh, uffff, sos la mejor – Le decíamientras sus quiebres de cadera me llevaban a un mundo perfecto dondesolo existia el placer.
Pasé toda esa noche con los manossujetas su culo y a sus tetas. Creo que por una semana entera no seme volvió parar. Creo que si volviera allá en 50 años me lacogería de nuevo si todavía llegase a mover así.
3 comentarios - Una cubana consoladora