Gente , casa les dejo un breve relato que encontre por ahi, forma parte de una pequeña seleccion de relatos a los cuales les he dedicado varias pajas.
Espero que lo disfruten.
Estoy en pareja hace dos años, mi mujer se llama Soledad y yo me llamo Andrés, vivimos en Mar del Plata, Sole es una mina muy sexy, tiene un cuerpo hermoso y una cola divina, le encanta ir a la playa, esta quemadita todo el año y tiene una piel hermosa. Le encanta el sexo, cogemos mucho y nos encanta, y cuando hablo de que le gusta, es porque se pone loquita por la pija, encontré muchas veces a Sol mirando porno en la computadora de casa, pero no le hago caso, al principio me asuste, porque pensé que por ahí me estaba engañando, pero después no estaba busque en el historial de la computadora y ahí me di cuenta que era porno nada más, va, que porno!!! Eran todas paginas porno de sexo interracial, el listado era interminable, miles de páginas porno de negros con tremendas pijas cogiéndose a minas hermosas, los negros esos las llenaban de leche con unas acabadas interminables, nunca había visto una cosa así, esas pijas deberían superar los 30 cm., lo que dejan a mi miembro como algo insignificante. Se ve que a ella le calienta muchísimo los negros con porongas gigantes, pero nunca me lo confesó, se ve que es algo muy intimo de ella.
Como ya se acercaba el verano y yo trabajo en el banco, y como todas saben el horario laboral de los bancario es indefectiblemente a mañana hasta las 17 horas aproximadamente, le dije a Sol que le iba a alquilar una carpa, para que no se quede en casa, ella siempre usa malla tipo bikini el conjunto de corpiño y tanga, la que le queda increíble, verle ese bellísimo culo y como se le mete la malla en la cola, hace parar la pija a todos los hombres y que se den vuelta para mirarla. Como yo no puedo ir a la playa por el horario, al no ser sábados y domingos, Sole va siempre con alguna amiga o también sola.- La verdad que no me gustaba la idea que Soledad vaya sola al balneario, no sé porque, tal vez por los celos o porque la miran mucho los hombres, pero bueno, para que no se aburra en nuestra casa termine alquile la carpa todo el mes de enero y febrero.
Estábamos ya en la segunda quincena de mes de enero, a la mañana yo iba a trabajar y Sol a la playa, la tenía como una reina, la cuestión es un sábado que fui a la carpa, no estaba muy lindo el día y estábamos adentro, por el frio, cuando se acercan dos vendedores ambulantes negros, esos muchachos, no sé, de Senegal o Nigeria que venden bijouteri, se los veía muy amables y pese a que yo estaba ahí, a mi me ignoraron, solamente hablan con mi esposa, me llamo la atención la confianza, ya que la llamaban por el nombre. Al ver a esos dos negros ahí parados frente a mi esposa, increíblemente me excito muchísimo, se me hizo la idea de verlos teniendo sexo con ella y también al recordar aquellas imágenes que había visto en las páginas web que miraba Sole se me paro la pija. Yo la miraba Sole, y estoy seguro de que ella pensaba lo mismo que yo, se imaginaba cogiendo a esos dos negros, la verdad que estaba muy excitado y ahí nomas, medio escondido, y haciéndome el boludo me masturbe, lo cual debí disimular bastante. Esos dos tipos eran idénticos a los actores de las películas porno, eran fantásticos esos dos ejemplares de hombres, tan masculinos, ese color de piel y esos cuerpos bien marcados, uno de ellos tenía unas facciones muye bonitas y un bulto terrible, se notaba por el bulto que ese negro tenía una verga importante, de gran tamaño.
Me di cuenta que mi mujer los miraba con admiración y obviamente también disimulaba su excitación y calentura, vi como les miraba el bulto, y como no hacerlo, ni yo me podía resistir. La cosa que durante el tiempo que Soledad estuvo conversación con ellos, haciendo una supuesta compra, yo estaba navegando en mi morbosa imaginación no podía dejar de pensar que uno de esos negros, el más apuesto, mi preferido, se coja a Soledad. Cuando me despabile, los negros se estaban despidiendo, los dos lo hicieron con un beso en la mejilla de sole, pero el más guapo cuando se iba, al darse vuelta mi mujer, le dio un nalgazo en la cola, un cachetazo, yo me quede paralizado al verlo, no sabía qué hacer, si reaccionar o quedarme sin decir nada, era claro que ese exceso de confianza también fue consentido por mi esposa, pensé, ella no hizo ni dijo nada, como si esa acción nunca hubiere pasado, yo me hice el distraído también. Espere unos minutos y la mire, ella también me miro, me dijo
-que te pasa…??? con tono desafiante, como si la hubiere descubierto en algo
-a mi nada… le respondí, …y a vos???...
Ella evidentemente no quiso continuar con la conversación y me ignoro por un buen rato. Después en el auto, cuando íbamos para nuestra casa, note que iba muy callada, como pensativa, como tomando una decisión importante, y si, lo era, en un momento Soledad rompió el silencio y dijo:
-que pasa si me encamo con un negro, vos me das permiso???... mirándome fijamente, yo, lejos de hacerle notorio la morbosidad de sentía y la sensación que hacia instantes había experimentado, no supe que decir, hice una maniobra con el auto que choco, para ganar tiempo y que no se dé cuenta que me encantaba la idea, le respondí
-que???... Sole me volvió a repetir la preguntar, ahora inclusive más segura que la primera vez
-si me dejas encamarme con un negro???
No importaba el tiempo, no sabía que decir, sinceramente desde aquel día que supe que le gustaban los negros me calentó muchísimo pensar en que ella se cogiera uno, pero ahora todo se me venía encima, era en serio, trague saliva y le dije
-vos hace lo que vos queras, si queres, yo te apoyo en tu decisión, con tono totalmente sumiso.
Ella al escuchar mi respuesta se sonrió, esperaba esa respuesta con ansias, miro hacia abajo y me dijo
-mira, yo no te voy a mentir, te amo y no te voy a engañar, pero paso algo que quiero que sepas, vistes los dos negros que vinieron hoy a la carpa???...
-si le dije…
-bueno, ese negro de hoy, el más alto, ese que estaba con pantalón de color celeste y una musculosa blanca, se llama Marcus
-Si, le conteste.
-Bueno, a ese negro le chupe la pija...
-Como..??? la interrumpí, frenando de repente el auto
-si, si lo que escuchastes amor, y ahora que me distes permiso y que lo consentís te lo voy a contar todo…
-yo no podía más, quería saber todos los detalles, y le dije
-bueno espera a que lleguemos a casa porque voy a chocar… sin embargo Sole seguía hablando, tal vez por el sentimiento de culpa que tenía y ahora no podía parar de confesarme todo. Ahora entendía lo del nalgazo y el exceso de confianza. Cuando llegamos a nuestra casa, fuimos a la habitación, no sentamos en la cama y me explico
-yo no te quise engañar, y voy a ser totalmente franca pero ese negro me vuelve loca, tiene una pija maravillosa, y es re bonito papá, me encanta, me lo cogería todo los días, no puedo dormir desde hace semanas estoy pensando en que me des permiso para que me lo pueda coger... Yo no podía creer lo que Soledad me estaba diciendo, estaba siendo totalmente sincera la hija de puta; saco todo lo que tenía adentro.
-pero como es que se la chupaste al negro le pregunte???
-se llama Marcus te dije, lo metí adentro de la carpa papi, pero nadie se dio cuenta quédate tranquilo, Marcus vino a venderme chucherías cuando yo estaba acostaba boca abajo tomando sol, me ofreció un motón de cosas, y al verlo no pude contenerme de retenerlo para mirarlo un rato y verlo bien, me encanto desde el primer momento, le termine comprando un anillo de alpaca que ni me interesaba con tal de que esté a mi lado, yo note que él me miraba el culo insistentemente, no despegaba los ojos de mi cola y vi como desde adentro del pantalón le crecía la pija y se ponía al palo, le dije que pase adentro de la carpa que le iba a pagar el anillo, en un momento sentí que se acerco y se puso atrás mío, me apoyo la chota y sentí que tenía la pija durísima, me di vuelta y si bien la intensión era echarlo, al girar mi cuerpo lo mire a la cara y me excito muchísimo, ahí nomas me voló la cabeza, me puse loquita papito, sentía como su trozo me tocaba ahora la entrepierna, y la verdad es me re caliento, Marcus me abrazo, y me beso dulcemente, ahora sentía con fuerza que su pija hacia presión contra mi cuerpo, por un segundo pensé en la dimensión que debería tener su miembro, y eso termino por hacerme explotar de placer, no me pude resistir y también lo bese, le bese el cuello, le toque el abdomen, lo tenía todo marcado como una tabla de lavado, esa piel tan suave y ese color me excitó tanto que no me di cuenta que pasaba gente por la senda peatonal caminando, así que cerré la cortina de un tirón y con esa poca intimidad igual continué besándolo, por el pecho y sin darme cuenta llegue por ese camino llegue a su cintura, quedando arrodillada frente a él, me invadió una sensación hermosa que no me pude resistir ni tampoco quería dejar pasar la oportunidad, baje los pantalones de Marcus y descubrí por fin el misterio, la verga de ese negro era igual a la de las películas porno. Cuando baje le pantalón, de los nervios también bajé el calzoncillo, todo junto, ya estaba que no daba más, Marcus sin decir un palabra dejaba que haga todo, de repente vi venir esa terrible pija hacia mí, porque estaba de costado, salió como un chicotazo que me pegó en la mejilla, escuche hasta el ruido que me hizo, no lo podía creer, era de un tamaño descomunal y yo ahí, contemplándola, toda para mí, por fin después de tantas pajas que me había hecho mirando pijas así en el monitor ahora me tocaba disfrutar una chota gigante y negra, delicadamente empecé a pajear ese falo con la mano hasta que no aguante mas y me la metí en la boca, era una locura, la cabeza de esa pija no cabía en mi boca, pero hice un esfuerzo y la metí, no sé cómo, pero al ratito nomas me la estaba metiendo hasta la garganta, la sacaba y la metía, ya no daba más, mí excitación estaba por las nubes, me dolía la quijada de tanto chupar esa verga, ya había pasado como diez minutos de tenerla en la boca y ya quería tomar la lechita de ese negro divino, Marcus era totalmente permisivo, me dejaba chuparle la pija a voluntad. Llego el momento, instintivamente me encontré con una mano, la derecha pajeando esa poronga y chupándola sincronizadamente, y con la izquierda tocándome la conchita que estaba totalmente inundada con mis jugos que ya se estaban chorreando por los muslos, la tanga estaba empapada. En ese momento subí el ritmo de mis dedos adentro de mi conchita y si darme cuenta también lo hice con el pete que le estaba haciendo a ese macho negro, no podía dejar de pensar en esa pija adentro mío, pero ya era tarde, escuche al negro que se quejaba, gemía, tal vez lo único que vocalizo durante esos diez minutos, lo que me hizo dar cuenta que ya se venía, yo igual arremetí con la boca a ese trozo de carne hasta donde llegaba, menos de la mitad, hasta que dijo una palabra que no entendí, tal vez en su idioma, y vi como convulsionaba, el hecho es que empezó a salir leche de esa pija violentamente, los primeros chorros muy potentes me dieron en mi frente, yo arrodilladita ahí me quede quieta, veía todo en primer plano, ese pedazo de carne no paraba de tiraba semen y ahora caían en mi boca y comisura de los labios, algunos rebotaban, espere a que pare de lanzar el liquido, por fin uno de mis sueños se había cumplido, que un negro me llene toda la cara de leche, al ver que no salía más, me la metí en la boca, tragándome todo lo que estaba en la punta, se lo exprimí con la mano y lo que quedaba en el caño me lo tome. Desde que me paso eso no puedo dormir, me muero de ganas de cogerme a Marcus, me dejo más caliente que antes, entendes papi, me dijo que él también me quiere coger, dice que me va a romper el culo, yo no pudo más amor, me dejas amor, por favor…
-yo que para ese momento no aguantaba más, la pija me explotaba de excitación por el relato de mi mujer, mi cabeza iba a mil, no estaba enojado pese al engaño de Soledad, era una sensación muy rara, dentro mío quería que venga ese negro ya y que se coja a Sole adelante mío y que le rompa bien el culo, me imaginaba la pija inmensa del negro entrando y saliendo de ella, y que se la chupase toda, si bien era muy morboso todos mis pensamientos también tenía miedo, que todo influya en nuestra pareja, que algo cambiase, yo amo a Soledad y quiero lo mejor para ella, tal vez lo mejor para ella era que disfrutase del mejor sexo que pudiera tener, con una pija bien grande, no sé, todo sucedía muy rápido y ella como siempre me dijo algo que me aclaro toda mi confusión.
-amor, nada va a cambiar, yo te voy a seguir amando toda la vida, esto solo tiene que ver con el sexo, me entendes...
Aquellas palabras me hicieron reflexionar, era como cogerse a un tipo y nada más, todo iba a terminar, acaso nosotros los hombres no hacemos lo mismo, que tan distinto puede ser, quien no se garcho una puta y pago por tener sexo, pensé, las mujeres tienen derechos también, después de todo Soledad tuvo el coraje de venir de frente y decírmelo, su confesión tenía muchos méritos para mí, lo único que me salió para decirle fue
-si, está bien...
Soledad se abalanzo encima mío y me abrazo con cariño, estaba re contenta, me dijo que iba a arreglar todo, el encuentro iba a ser en nuestra propia casa me aclaro. La verdad que con la decisión tomada todo comenzó a cambiar, ahora mi morbosidad comenzó a avanzar en mi cabeza mil por mil, quería saber cómo iba a ser todo, queria ver como ese negro se iba a coger a mi mujercita, ver cada instante de ese encuentro, ya me estaba imaginando a Sole chupándole la poronga a ese negro y cabalgándolo esa tremenda chota, pero trate de disimularlo.
Llego un momento que no podía concentrarme en nada de lo que hacía, Soledad estaba dedicada a los preparativos de su encuentro y yo no rendía en ningún lado, en el trabajo estaba desconcentrado pensando en el encuentro. Cuando llegue a casa a eso de las 17;30, ya estaba Soledad, me extraño mucho esa tarde hacia como 33 grados, y no estaba en la plaza. Estaba hermosa, un sol, radiante vino y me abrazo, me dio un beso muy tierno, me miro y me dijo.
-viene esta noche... yo inmediatamente me imagine de quien hablaba, pero instintivamente para disimular le dije …quien, quien
-Marcus... Ella me volvió a mirar a los ojos y me pregunto -estas arrepentido???..
-no... no... está bien, le conteste... Sol me dijo
-que vas hacer, te quedar en casa o te vas, yo no tengo problemas, queres mirar??? no me importa y a Marcus tampoco, ya le pregunte, me encantaría que me saques muchas fotos porque yo voy a estar muy ocupada tragándome esa pija gigante y quiero tener muchas fotos de recuerdo-
-bueno dale… conteste, a mi juego me llamaron pensé!!! inmediatamente me puse en campaña de tener todo lo necesario, al rato ya tenía todo listo, Soledad estaba en el baño y se preparaba para el encuentro y yo con unos nervios bárbaros, cuando voy para la habitación veo a Soledad que había salido del baño y estaba frente al espejo, ya vestida como una grandísima puta, divina, tenía medias haciendo juego con portaligas y conjunto de corpiño y tanga, tenía el pelo suelto y se había recogido el flequillo con una hebilla arriba, le quedaba fantástico, después me explico que era para que no le venga el pelo encima cuando le chupara la verga a Marcus. No aguante y empecé a tocarla toda, manosearle el culo parado, que lo tenía suave por las cremas que usa, ella también estaba nerviosa, no me dejo hacer mucho, estaba ocupada con sus preparativos, igual aproveche y le saque algunas fotos vestida de trola. Ya eran las 22:00, hora en que habían pactado el encuentro con Marcus, yo estaba expectante, parecía un paparasi con la máquina de foto en la mano. En eso suena el timbre, y Soledad grito anda vos. Cuando abro la puerta estaba Marcus ahí parado, no sabía cómo tratarlo, era algo fuerte, de pronto tenía frente a mí al tipo que se iba a coger a mi mujer y me iba a hacer cornudo. Lo trate con amabilidad, le extendí la mano y nos saludamos, paso al living y lo pude ver mejor, la verdad que era muy elegante ese tipo, un físico perfecto, estaba vestido muy bien, con un jeans gastado una remera tipo de bambula con cuelo redondo abierta con dos botones, y una campera ajustada en la cintura color negra brillante, estaba buenísimo, Soledad cuando lo vio fue directamente a los brazos de Marcus y lo beso con pasión en la boca, beso que duro unos segundos, inmediatamente Marcus bajo sus manos de la cintura hacia la cola de mi mujer y empezó a tocarle el culo. Me sentí incomodo, como de más en ese lugar, pero me quede viendo como mi mujer no soltaba a ese ejemplar de macho, Marcus se saco la campera y los dos se sentaron en el sillón y ahí quedaron dándose mimos un buen rato, yo que iba y venía, le lleve algo para tomar, un licor que yo se que a Soledad la desinhibe por completo y la vuelve loquita, le deje los vasos en la mesa sin decir ni preguntar nada, al hacerlo pude ver que el miembro de Marcus se marcaba en su pantalón, era increíble, ya se le notaba el tamaño que llegaba hasta la mitad de su entrepierna, con un grosor de 5 o 6 centímetros. Me retire de allí y en mi cabeza empecé a calcular que medidas de esta vergota, no sé, pero tiene que ser algo así de 27 centímetros de largo por 7 o 8 de diámetro cuando este dura. Vi como Soledad le manoseaba el miembro a Marcus por arriba del pantalón, y ya estaba levantando temperatura, hasta que Sole se paro adelante y empezó hacer movimientos sexys, se daba vuelta y le mostraba la cola, una puta terrible, nunca la había visto así, cuando lo creyó apropiado se arrodillo y gateando se acerco hacia Marcus que la miraba a los ojos atentamente, Sol mordiéndose los labios llego a ponerse entre las piernas del invitado, le abrió el cinto y desabrocho el botón del pantalón y de un solo movimiento le bajo el pantalón de un tirón, quedando aún colocado el boxer al que se le asomaba la cabeza de la tremenda chota, Sol a verla dejo escapar un suspiro, y ahí nomas acerco su boca a la entrepierna y empezó a lamer la cabeza con el calzoncillo puesto, después a recorrer todo el miembro hasta su base, mojando todo el boxer. Yo ya no sabía qué hacer, la excitación me invadió y fui en búsqueda de la cámara, cuando volví ya el boxer estaba bajo de las rodillas del Marcus con el pantalón y Soledad haciendo un esfuerzo tremendo por meter en su boca un cuarto de esa pija, la sacaba y metía con maestría impresionante, para mí era mucho mejor que una película porno, porque la estaba viendo en directo, la lengua de Soledad recorría esa pija por todos lados, de costado de frente y hasta en un momento bajo y le chupo los testículos, Marcus estaba con los ojos concentrados en esa puta que tenía adelante suyo, se retorcía de placer. Ahí nomas, tire mi primera foto, no quería interrumpir la escena, pero estaba increíble la imagen de mi mujer chupando esa pija, Soledad me miro y con la pija en la boca se sonrió, le encanto, lo cual la llevo a empezar a hacer todo tipo de caras de bien puta con esa pija en la boca y afuera de la boca, se la ponía en el rostro y se golpeaba las mejillas, también puso el codo en la base de esa pija para demostrando el tamaño del miembro, quedando demostrada la misma que era hasta un poquito más grande que el codo de ella, Soledad estaba fantástica con ese pene negro, ahora si podía calcular el tamaño, la pija de Marcus estaba en su punto máximo, eran como 30 centímetros por 7 de ancho, algo inmenso. Soledad seguía mamando esa poronga sin parar, no dejaba un centímetro de esa garcha sin chupar y babear, vi como Sol se tocaba la conchita y se metía los dedos, hasta que Marcus le dijo algo, no escuche bien, después me dijo Soledad que le dijo ...te quiero coger por el culo... Se pararon y ella, pasando por al lado mío, mirándome a la cara, se llevo a Marcus agarrado de la pija rumbo a mi habitación, Marcus ya estaba sin el pantalón que quedo con el boxer en el living. Al mirar en mi habitación, vi a Marcus acostado en la cama boca arriba con ese mastil parado y Soledad arrodillada adelante chupándole la inmensa garcha, pero eso duro unos pocos minutos, porque cuando Marcus estaba al palo Soledad se le acerco y se subió arriba, la muy zorra con la mano derecha lo masturbaba, quedando esa pija atrás de ella, la pajeaba mientras que miraba a Marcus a la cara que se volvía loco de placer, hasta que en un momento Soledad empezó a buscar el agujero de su vagina para meter esa barra de carne que esta dura como un poste, haciendo un movimiento para arriba se la metió, no toda, pero si una buena parte, no sé, 20 centímetros aproximadamente, y se movía despacio, se nota que estaba muy caliente porque al minuto ya se la estaba metiendo toda adentro, no sé como entraba esa vergota gigante dentro de la cavidad de mi mujer, pero aseguro que la hacía, yo fui testigo. Soledad por fin estaba completa, o por lo menos eso era lo que creía, ya se estaba cogiendo su añorada verga. Pero la noche me tenía otra sorpresa, a pesar de todo no sufrí mucho, en realidad lo disfrute, la pija me explotaba al ver lo que sucedía, mi verga chorreaba y mi calzoncillo estaba todo mojado y aprovechando el ruido que provocaba las nalgas de mi mujer con la pelvis de Marcus, terrible cabalgata, me acerque con la cámara y pude ver mejor como entraba y salía esa pija de adentro de Soledad, creo que ni cuenta se dieron ellos, les saque un montón de fotos captando la chota de Marcus totalmente adentro y también cuando llegaba al límite de salirse, era fascinante ver eso, fue ahí que no aguante más y me baje el cierre y morí en una terrible paja que con la mano pare la eyaculación y deposite toda la leche. Después cambiaron de posición, Marcus se paro y Sole se puso en perrito, ese negro le daba sin piedad, los gritos de mi mujer seguro que fueron escuchados por los vecinos, pero no importaba nada, ese negro era implacable. Mi mujer no daba más de la calentura, y la vi como entre pijazo y pijazo el negro le arranco un tremendo orgasmo que la hizo vibrar y se sacudió moviéndose a lo largo de la poronga de Marcus que la dejaba quieta y Sole sola se penetraba. Marcus le volvió a repetir que le quería hacer el culo, y ahora yo lo escuche, ella me miro, y yo le hice un movimiento con los hombros, de, si ella quería... Nosotros muy pocas veces lo hemos hecho analmente, Soledad casi no tiene experiencia por el culo. La respuesta para ella fue un rotundo ok, porque inmediatamente se puso en posición para que la penetren y el negro también se acomodo para hacerlo, se froto la poronga y empezó a buscar el preciado agujero, apunto esa chota barbará en la puerta del culo de Soledad, ella se notaba tensa pero decidida, Marcus escupió la puerta del culo y su propia pija, haciendo que se humedeciera bien, y de un solo saque envió la punta de es chota adentro de mi mujer, ella dio un grito y fruncía el seño con señas de intenso dolor, pero Marcus se ve que tenía la idea fija de romperle el culo a Soledad. Marcus no paraba de moverse, lo hacía lento porque entendió que le dolía mucho a Sole, pero su chota fue ganando terreno igual, hasta que en un momento tenía la mitad de esta poronga adentro, Sole no daba más y le suplico que pare, Marcus no paraba hasta que entendió y la saco lentamente. La verdad que era divina esa verga, brillaba de lo dura y mojada que estaba, para eso mi mujer todavía dolorida se cambio de posición y quedo boca arriba, el negro sin dudarlo la empezó a penetrar por la concha con mucha fuerza y rápido, le daba unos bombazos barbaros hasta que no aguanto más y la saco del interior de la vagina de mi mujer y con la poronga en la mano empezó a largar leche en chorros que los primeros llegaron al rostro de mi mujer que estaba tendida en la cama, salieron dos o tres lechazos que le pegaron en la boca y cara de Soledad que instintivamente abría la boca, y los otros en el centro de los pechos, pero un momento de liquido que Soledad de la excitación empezó a juntar con los dedos y metérselos en la boca para tomárselos. Yo otra vez al palo, tampoco aguante más y ya sin inhibiciones me clave otra paja que la leche que me salió era insignificante a la comparación de la que tuvo Marcus, me dos o tres chorritos. Yo me fui y deje que se recuperaran, al ratito se levantaron y Marcus se fue, siempre muy serio pero amable a la vez, nos dimos otro apretón de manos y me salió decirle gracias, él me hizo un gesto afirmativo con la cabeza y se fue. Al final, todavía que me cogió a mi mujer le di las gracias me quede pensando, cuando volví a la habitación Soledad estaba tendida en el medio de la cama, exhausta de tanto desgaste físico y tanto sexo lo único que me dijo antes de dormirse fue
-como salieron las fotos que sacaste…
-le dije, …. Están barbarás, estuviste tremenda… se sonrio y se quedo dormida hasta le otro día.
5 comentarios - Pequeño relato de un cornudo consiente