Las aventuras de Profe69

No recuerdo cuándo fue la última vez que estuve en pareja. Los hombres se convirtieron en un pasatiempo para mí y el amor tomó una dimensión más bien fraternal, destinado solo a mi familia y amigos.  
Tengo treinta años y soy profesora en una escuela nocturna, además empecé a trabajar on line desde mi casa, una empresa propia que me da muchas más satisfacciones que disgustos y siempre me deja ganancias. 
No soy una mujer con un cuerpo agraciado. Apenas mido un metro sesenta y tengo casi setenta kilos. Se diría que soy del tipo rellenita. Sin atributos llamativos por delante pero con bastante para sentarme. Mi piel es muy blanca y tengo varios tatuajes diseminados a lo largo de mi cuerpo. 
Soy una cazadora por naturaleza. No me gusta que los hombres vengan a mi sin invitación o sin que yo les dé permiso. Me gusta tantear el terreno despacio, seleccionar mi presa e ir actuando lentamente hasta conseguir tenerlo entre mis piernas. Todo empieza y termina cuando lo decido yo. 
Hace dos años atrás empecé a experimentar con mi sexualidad. Un día me descubrí caliente después de ver una escena lésbica en una película. Eso despertó mi curiosidad. Como vivo sola nunca tuve pudor de estar desnuda en casa o de masturbarme si mi propio cuerpo me calentaba al mirarme en el espejo o al rozarme la piel… pero mirando a otras mujeres nunca. Entonces me animé a buscar videos en Internet. Solo mirando las vistas previa me mojaba. No necesitaba mirar nada más. Tuve los mejores orgasmos que había tenido en la vida. Hasta que me animé a mirar. No solo estaba húmeda y dura sino que no aguantaba las ganas de tocarme, de meterme los dedos y disfrutar. Me imaginaba estando con esas mujeres, lamiéndoles los pezones, metiendo mi lengua en sus entrepiernas, mis dedos mojados por esos caldos de Venus.  
Otro día me animé a más. Miré videos de tríos. Me enloquecía de imaginarme estar siendo penetrada por ese tipo con esa apetitosa y enorme pija mientras una hermosa morocha tetona me besaba y me ponía su vagina en cara para comerla toda. 
Más adelante me calentaba volcánicamente mirando tríos con penetraciones anales. Qué placer imaginarme siendo penetrada por el culo mientras una morocha (me encantan) me lamía la concha y me metía los dedos mientras me miraba con su cara de perversa. Me dolía la mano de meterme los dedos en todos mis orificios. Qué placer esos orgasmos tan jugosos que me dejaban tirada. 
Cuando sentía culpa me decía que estaba siendo ya una adicta. Entonces dejaba y me calentaba con mi propia imagen, me tomaba fotos, me miraba en un espejo mientras me metía los dedos o, desesperadamente, el desodorante, sí, porque necesitaba algo en la concha y algo en el culo, y solo me animaba a meterme el dedo atrás. Nunca hice un trío de verdad más que conmigo misma. Y funcionaba igual, igual me acababa toda y me quedaba rendida. Así que decidía que no era una adicción y volvía a mis videos porno. 
También probé con el hentai pero la mirada casi violadora de ese tipo de porno me produce realmente rechazo. Yo solo quiero ver y sentir placer no eso. Así que me puse a buscar fotos de pijas. Sí, pijas grandes con la lechita chorreando. Videos de hombres masturbándose aunque sean gays, yo solamente quería ver la verga dura y después el semen para imaginarme que me estaba cogiendo duro y acabándome en la boca para tragarme todo, todo. 
Me gusta tener bien separadas mis cosas. La vida pública y la vida privada, puertas adentro la moral se acaba igual que yo me acababa todos los días, de tanto pajearme gustosa. 
Hace un año atrás decidí que quería relatar las cosas que se me pasaban por la cabeza mientras me masturbaba, pensaba cosas bien zarpadas que me ponían cada vez más mojada y más caliente. Mirando una de mis páginas amigas me apareció la oferta de trabajo millonaria. Obviamente soy suscriptora paga de las páginas y recibí la invitación por inbox. Necesitaban para un chat hot una persona que sepa calentar hombres o mujeres, solamente con las palabras. No había fotos, no había videos. Solamente con las palabras.  
No me fue difícil entrar en el juego aunque al principio pensé que era un virus o alguien que quería robarme. Pero no. Los pagos iban a entrar a mi cuenta de mercado pago para comprar, pagar u obtener el dinero. Con mi primer sueldo me compré mi primer consolador... 22 cm y 5 de diámetro, color rosado oscuro y de textura similar a la delicada piel del pene masculino. Fue mi primer compañero de trabajo porque demás está decir que mientras charlaba con Pornoguy09 o 25cmdeverga4 o con tortitac4lient3 yo también me exitaba y necesitaba disfrutar.
Tortita me calentaba mucho. El servicio de ella incluía que podía mostrarse por webcam ella a mi. Le calentaba mostrarse. El sistema es discreto y nada queda registrado en la net. Entonces veía cómo se tocaba y se metía sus consoladores por adelante y por atrás mientras lamía con ganas un helado y se enchastraba sus enormes y duras tetas. Después se sacaba el consolador de la vagina todo jugoso y se lo metía en la boca. ¿Te gusta así? me preguntaba y yo le decía que me encantaba y que quería más. Eso la ponía loca. Se pasaba por todo el cuerpo pegoteado el pedazo de imitación de pija de 25 cm y 5 de diámetro y después lo volvía a chupar hasta limpiarlo y volverlo a meter hasta el fondo y volver a sacar junto con el que tenía metido en el culo que era más chico pero vibraba . Yo la veía disfrutar hasta rendirse. Una hora y media de sesión donde yo veía, decía cosas para alentarla a seguir, disfrutaba (mos) y hasta luego. Mil pesos me ponían en mi cuenta a los quince minutos con una devolución del usuario: me calienta Profe69 (mi nombre en el chat) quiero que me siga viendo. 
Pornoguy09 era un señor. Le gustaba que lo trate de usted y de amo. Quería inventar escenarios. Hoy: usted es mi terapeuta y yo la ninfómana, hoy usted es mi jardinero y yo la señora rica de la casa. Al final me mandaba una foto de su pija lecheada y después un video donde se estaba chupando los dedos:adoraba su propio semen. Un día le propuse que se meta un dedo en el culo mientras se masturbaba. Puso la cámara y gritó de placer. Desde ese día usa consoladores también pero más pequeños. Creo que es un tipo con familia. Una vez se olvidó el anillo de casado puesto sin darse cuenta. Él no me calentaba pero me divertía. 
25cm era lo que decía. Se la midió para mi. A él le gustaba que yo le dijera cómo lo usaría. En sus simulaciones yo era la del poder. Un día, cuando el sistema me avisó que era nuestro aniversario (hacía un año ya que veníamos chateando dos veces por semaba) decidí hacerle un regalito. Puse la cámara mientras me masturbaba. Acabamos juntos y su cámara quedó salpicada de una lechita espesa y blanca que me hubiera gustado tomarme toda. Esa noche seguía tan caliente que llamé a un servicio de acompañantes masculinos. Nunca lo había hecho y me pareció divertido. Los dos convenimos en que usaríamos máscara y la cita fue en un hotel que pagué yo. Cuando llamé pedí "el que tenga la pija más grande, por favor. Con forro sí o sí. Joven."
Llegué yo primera. Dejé dicho que vaya a la habitación 69. No podía ser de otro modo y tuve la suerte de que estaba libre. Lo esperé desnuda y masturbándome.
Sí. Estaba muy caliente y toda la situación me calentaba más. Después decidí que mejor sin máscara. Quería verlo. Así que cuando entró le dije que se la sacara. Y a la ropa también. Me miró desde la puerta que cerró con llave.
Era un hombre de unos 27 años. Alto, morocho, no tenía los músculos marcados pero tampoco era gordo. Tenía una espalda enorme y tatuada. Lo supe cuando sin decirme nada se sacó la remera y dio una vuelta para que lo vea. Me miró como buscando aprobación. Asentí con la cabeza.
Yo estaba tirada en la cama, desnuda. Una mano entre mis piernas y otra tomándome una teta. Ese tipo me estaba haciendo arder. Seguí, le dije. Se desprendió el jean y ya se podía ver un bulto enorme que iba creciendo más. Quedó en boxer. Un boxer gris que me enloqueció. Empecé a salivar mientras no podía despegar mis ojos de esa verga que asomaba. La sacó despacito mirándome con deseo.
Entonces se vino hasta la punta de la cama y yo me acerqué hasta él. Agarré entre mis manos esa pija dura y de mucho más de 20 cm que tenía adelante. Era hermosa. La lamí como a un helado mientras él solo miraba con las manos atrás de su cuerpo. Después me la metí en la boca y sentí su gemido de placer. Quería tragarla toda pero no podía, no me entraba. Me babeé entera y eso le divertía.
Me levantó y me chupó el cuello y las tetas que las tenía llena de baba. Y me corrió hacía atrás para poner su cabeza justo entre mis piernas. Era un mar de lo mojada que estaba y lo vi saborearme toda como si realmente hubiera tenido sed. Acabé dos veces seguidas. Pero quería más. Quería sentir esa verga adentro. Así que se lo pedí así: quiero esa verga adentro ya... y después en mi culo. Se lo pedí arrancando su cabeza de entre mis piernas y agarrandolo del pelo...


GG :3

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¡Hola ! Este es mi primer relato... dejen en comentarios si quieren más y qué les pareció... qué les generó... y si lo compartirían con alguien 😚😚😚😚
Les dejo un besito bien jugoso... miau!! :3
GataGaláctica