Con el mejor amigo de mi marido tercera parte - Con su nuevo mejor amigo
Como comenté, fui seducida por el amigo de mi esposo, luego otros dos aprovecharon la situación para hacerme suya por la fuerza.
Esa situación no duró mucho, a mi marido le dieron otro trabajo en otra parte de la ciudad y perdimos contacto con ellos gracias a que tuvieron una discusión fuerte con motivo de negocios, rompieron totalmente su amistad y él no quiso revelarles nuestra nueva dirección.
En nuestra nueva casa me sentía feliz, empezamos a hacer nuevas amistades, nuevos vecinos, en fin. Mi marido se hizo de nuevos amigos y yo tuve que buscar otro GYM en esta zona, nuevas a migas etc.
Mi marido como comente antes, me pone videos XXX antes de hacer el amor, en uno de esos, el protagonista pega a la actriz contra la ventana y la folla allí. A mi marido le dio morbo ver que se sentía y me levanto de la cama desnuda, me abrazó por detrás y me pegó al vidrio, me sentí nerviosa y le dije:
-¡No amor, no, nos pueden ver!
-No te asustes amor, es de madrugada, nadie se dará cuenta…
Y me empezó a follar, estaba muy excitado, me estaba follando como nunca, esa situación morbosa me excitó, me puso a mil y me hizo que empezara a gemir en voz alta, estaba pegada contra el vidrio, mis manos apoyadas contra el cristal. Tanta era la excitación de mi esposo que hizo algo que nunca me había hecho, puso su pene en mi culito y empezó a empujar:
-¡Ay, no! ¿Qué haces amor?
-Siempre he tenido ganas de hacerte esto, déjame metértela allí…
-¡AH, AH! Sip amor, pero despacio, me duele mi vida…
Y siguió metiéndola lentamente, ya cuando la metió toda me dio tiempo para acostumbrarme, cuando paso el dolor inicial empecé a moverme y él siguió con sus embestidas de manera intensa, como nunca lo había hecho. Tuve varios orgasmos y el me lleno de leche mi culito.
Desde ese día lo repetimos cada noche, ya fuera de frente o sentada en la ventana mientras me follaba lo hacíamos. El me decía que el morbo de que alguien pudiera vernos lo ponía a mil, y pensé dentro de mi que a mi también, solo que yo pensé que sí me gustaría que nos vieran.
Una noche mientras follaba mi culito, alcance a ver en la ventana del vecino de atrás un pequeño movimiento en la persiana, leve pero alcancé a verlo, eso me excitó y empecé a gemir muy fuerte para que quien nos viera lo disfrutara. Ya después lo olvidé ese incidente.
Mi marido hizo nuevas amistades. Los nuevos amigos de mi esposo lo iban a buscar cuando salía del trabajo y lo invitaban a beber, confieso que no me gusta mucho que tome, pero si él es feliz yo también lo soy.
Sus nuevos amigos le decían delante de mí –Oyes ¡Que afortunado eres, mira que haberte casado con esta hermosa muñeca!- Y él les respondía –Si ¿Verdad?- Y se reían, de vez en cuando al atenderlos me daban las gracias acompañada de algún piropo como –Gracias hermosa Señora- ó –Tan hermosa como hacendosa- todo delante de mi marido y él no se molestaba.
Ya a solas, cuando se iban, mi marido me tomaba de las manos, me llevaba a la recámara, me desnudaba besando cada parte de mi cuerpo con delicadeza, me hacía recostar en la cama y empezaba a besarme desde la punta de los pies hasta llegar a mi sexo donde introducía su cabeza lamiéndolo y haciéndome jadear.
-No sabes cuánto me excita que te digan piropos porque yo soy el dueño de todo esto- me decía.
Luego su boca recorría mi vientre hasta mis pechos, jugando con su lengua en mis pezones haciéndome decirle –Sí papi, sí, chúpalos, son todos tuyos, solo tuyos- para luego seguir con mi boca, y me decía al oído –Eres mía, mi hembra, solo mía- yo le contestaba –Sí mi amor, soy solo tuya, toda tuya y de nadie más-
Y luego como hacíamos las noches anteriores me pegaba a la ventana y me culeaba. Y pude ver como la persiana se movía lo que me ponía a mil.
Sus amigos venían seguido, había veces que me ayudaban a recoger la mesa, uno de ellos en particular se había vuelto su mejor amigo, él me miraba insistentemente, era alto, 1.85, atlético, guapo, eso al principio no me preocupó, pero una ocasión que me ayudó a llevar los trastes a la cocina me dijo –Que suerte tiene tu marido, de ser el dueño una mujer como tú- le conteste –No, yo soy la afortunada de tener a un hombre como él- Y él me dijo acercándose a mi oído –Pues si me dieras la oportunidad yo te haría gozar así como él cuando te pega a la ventana…- Y me dio un beso en la mejilla, casi tocando mi boca al tiempo que su manos acariciaba mi trasero… ¡Era el vecino de atrás!
Y se retiro dejándome turbada, no sé que me pasó, saber eso y su cercanía, su olor, su respiración en mi oído me turbó. Traté de desechar eso y me fui a mi recamara. Pero al pasar pude ver su mirada clavada con insistencia en mi cuerpo recorriéndolo de arriba a abajo y me hacía sentir como si me desnudara.
Llegue a mi habitación totalmente turbada, intente calmarme, así que me metí a bañar para ver si se me quitaba la turbación.
Cuando salí de la tina aun me sentía llena de deseo, me envolví en la bata de baño y me acosté.
Entró mi marido y me dijo –Vamos a ir a un bar cercano mi vida, no tardo- le dije –No te preocupes mi amor, diviértete, tómate tu tiempo- y se fue dándome un beso.
Me quede sola y me puse a ver la TV, me puse la bata trasparente y la tanga que le gusta a mi marido para recibirlo así y me quede dormida viendo la TV. Casi a las 3:00 am tocaron la puerta y me extrañó pues mi esposo trae llaves, fui a ver y al preguntar quién era me contestó la voz del amigo de mi esposo:
–Somos nosotros señora, disculpe la moleste, pero su marido perdió las llaves ¿Puede abrirnos?
Abrí la puerta y eran ellos dos, mi marido venía borracho totalmente, lo llevó hasta la recamara y lo acomodó en la cama, me ayudo a quitarle los zapatos y dejarlo cómodo.
Le agradecí su ayuda y lo acompañé a la puerta, él caminó tras de mí, hasta ese momento me di cuenta cómo iba vestida.
Traté de mostrarme segura, como si no ocurriera nada, pero me sentía turbada, nerviosa, este hombre estaba detrás de mí disfrutando de la vista de trasero y mi marido estaba borracho y totalmente dormido. Inconscientemente caminé contoneándome.
Cuando llegamos a la puerta iba a abrir para que se retirara pero él puso su mano en ella impidiéndome abrirla y pegó su cuerpo al mío pudiendo sentir como pegaba su tremenda erección en mi culo, empecé a respirar agitadamente, entonces él me tomó por la cintura y sus manos acariciaban mis caderas de arriba abajo, -Que suave esta tu piel, estas muy rica mamacita- Me dijo al oído, luego sus manos sujetaron mis pechos y los apretujaba teniéndome pegada contra la puerta, empezó a besarme el cuello, su respiración en mi cuello me hacía respirar agitadamente, inconscientemente mis manos se apoyaron en las suyas su erección la colocó en medio de mis nalgas y de manera suave empecé a moverlas tratando de sentir más –Desde que los vi en la ventana te he deseado, quiero follarte- entonces me sujetó de los hombros, me giró y al voltear su mirada y le mía se cruzaron, me tomo por la cintura y me besó con lujuria.
Sus manos recorrían mi espalda hasta mi culo levantando la bata para tocar mi piel mientras sus labios recorrían mi cuello hasta los pechos regresando a mi boca entreabierta. Quise resistir pero me estaba venciendo la excitación:
–No, no, suéltame-
-Lo deseas, lo deseas tanto como yo- Dijo y me besaba con pasión.
-Mi marido, se puede enterar- dije entre jadeos.
-No te preocupes, él no va a despertar hasta mañana
Y dicho esto me tomo en sus brazos y me llevo a la sala, me acostó en el sillón y me quitó la bata, con total libertad metió mis pechos en su boca, yo ya no era dueña de mí y me dejé llevar.
Me quitó la tanga y empezó a jugar con su lengua en mi sexo, me hizo gemir, mientras sus manos recorrían mis piernas, mi vientre, se metían debajo y apretujaban mi culo.
-Estas bien buena mamita, buenísima, ¡Que culo tan rico! Y va a ser mío esta noche, te voy a hacer gozar como nadie.
Cuando dijo esto se quito la camisa y pude ver lo que imaginaba, un hermoso cuerpo bien formado, como loca empecé a lamerlo, a chuparlo, en eso el se quito el pantalón y pude ver una deliciosa verga, dura y grande.
Cuando vio como le veía me dijo –Te gusta ¿Verdad?- Asentí -¿Te gustaría chuparla?- No contesté, la tome entre mis manos, empecé a mover mi mano adelante y atrás, la acerque a mi boca y la besé, luego la recorrí con mi lengua de arriba abajo, lamia sus huevos, su tronco potente y al llegar a la cabeza como niña golosa la metí toda, su sabor era delicioso, la chupaba con desesperación, como si fuera la primera vez.
El gemía con sus ojos cerrados –Eres toda una puta, que bien lo haces, se ve que te gusta mamacita, me vas a hacer chorrear- Yo continuaba con mi juego, quería hacerlo venir en mi boca, saborear su leche.
Empezó a gemir fuerte y me tomó la cabeza, me di cuenta que iba a explotar y aceleré el ritmo de mis mamadas y explotó en mi boca, me trague lo que pude, pero era mucho y me salió por las comisuras de los labios chorreando mis pechos.
Se acostó en el sillón y yo continuaba mamando, quería que volviera recuperar su erección, quería sentirla dentro de mí.
Su verga reaccionó, empezó aponerse dura otra vez, cuando estaba dura le dije –Ahora me toca a mí- y lo monté.
Sentado me subí y empecé a clavármela hasta llegar a tenerla toda adentro, empecé a jadear y me movía arriba y abajo dándome placer.
El me tomó por el culo y empezó a meterla y sacarla a un ritmo acelerado, su boca me lamía los pechos mordía mis pezones, acariciaba mi espalda mientras me bombeaba locamente.
-¡AH, AH, AH, Papi, que rico, que rico se siente!
-¡Mamacita, coges más rico de lo que creí! Eres una zorra, una puta, sabía que te cogería tarde o temprano.
Entonces me levantó y me acostó en la mesa, levantó mis piernas y continúo con penetrándome, arrancándome gemidos de placer. Mientras sus manos apretujaban mis tetas que rebotaban con cada embestida.
Luego la sacó y me volteó, me dijo:
–No quiero quedarme con las ganas zorra, quiero tu culo…
-Pues tómalo ¿Qué esperas?
Separó mis piernas y la colocó en la entrada de mi ano, me dijo - ¿Estás segura?- Le dije –Sí, métela ya cabrón, hazlo-
Y empezó a meterla, lentamente hasta meterla toda, yo apretaba los puños por el dolor y se quedó quieto para que me acostumbrara, cuando me acostumbre empecé a moverme y al ver eso empezó a bombear mi culo.
Sentir su verga adentro era delicioso, sentir como llenaba mis entrañas era enloquecedor, me daba de nalgadas, su mano buscó mi clítoris para masturbarme mientras su otra mano se apoderó de mis tetas dándome un placer de locura.
-¡Cabrón, eres un desgraciado, que rico coges, mi vida, que ricooooo!
-¿Eres mía culera?
-¡Sí papi, sí, soy tuya!
-¿Eres mi puta? ¿Eres mía, tu culo, tu cuerpo, toda mía?
-¡Sí cabrón, toda tuya, cuando quieras culearme soy tuya papacito!
Eso lo excitó tanto que sus embestidas se hicieron más salvajes (Si esto pudiera ser) Voltee a verlo y aprovecho para meter su lengua en mi boca.
Me dijo:
–¿Puedo dártelos en el culo?
-Sí, sí, sí, no pares, no te detengas…
Aceleró el ritmo de sus embestidas y sentí la explosión de su verga llenando mis entrañas de leche lo que me hizo tener un orgasmo violento que me dejó rendida.
Ambos quedamos exhaustos, abrazados en el sillón, nuestros cuerpos sudorosos, el olor a sexo, todo era excitante, me acarició, me besó en la boca, empezó a vestirse y me dijo:
-Eres divina, cuando tu marido no esté vendré a continuar con lo nuestro- Y se acercó a la puerta, cuando lo alcancé aun iba desnuda, me abrazó y volvió a besarme mientras apretaba mis nalgas.
Se despidió y me fui a acostar totalmente satisfecha.
A la mañana siguiente que mi marido se fue a trabajar sonó mi celular, era un mensaje que decía:
-“Mamacita, no dejo de pensar en ti, estas bien rica, quiero follarte, deseo volver a culearte”
Y venia una foto, era el gordo del hotel. El mensaje me turbó, la foto era de cuando me folló en el hotel, era la foto de su verga en mi culo, Me excitó, quise borrarlo, pero algo dentro de mí se encendió así que decidí no borrar el mensaje ni la foto.
Desde ese día me llegaban mensajes calientes del gordo, siempre me decía mamita, que estoy rica, que me quería volver a culear.
Me hacía sentir hembra, deseada. No los borraba, los volvía a leer, todos traían fotos nuestras de esa vez. Me veía al espejo cuando los leía y me sentía deseada. Lo guarde en secreto, pensé, es solo un juego, nada pasará.
Así pasaron varios días, yo esperaba sus mensajes, si no llegaba en el día me sentía abandonada, y llegaba a la noche cuando mi marido dormía diciendo:
-“Me gustaría estar en tu cama en este momento, te recorrería con mi lengua y te follaría como se que te gusta”
Me hacía jadear y tener fantasías eróticas con ese sucio gordo, fantasías donde él me poseía.
Pasaron varias semanas así, entre mensajes y fotos y una mañana sonó el celular, pensé que era un mensaje, pero era llamada, era él, algo dentro de mi me decía que no contestara, pero el morbo me hizo contestar, pensé, si se sale de control cuelgo.
-Hola mamita…
Escuchar su voz me excitó, pero no contesté.
-¿Como estas muñeca? de seguro pensando en mí jejejejejeje.
-Gordo cochino ¿Quién te crees? ¿Crees que quiero algo contigo?
-Jejejejeje, si, sino no hubieras contestado, jajajajajaja
No respondí, su respiración era la de un macho en celo, mi respiración se agitó cuando dijo:
-No dejo de pensar en la cogida de la otra vez, quiero volver e cogerte, llenar tu culo con mi verga, volver a oírte gritar…
Mi respiración se agitó, él pareció darse cuenta porque dijo:
-Sé que tú también lo deseas mamita, que deseas que este gordo te posea otra vez, jejejejejeje.
-No, estás loco- dije con la respiración agitada.
-Si, lo deseas, lo sé. Sé que no has borrado los mensajes ni las fotos porque te gusta, te gusta ser deseada, sentirte una putita…
¿Cómo lo supo? Eso me lleno de agitación.
-Jejejeje, te preguntarás que porque lo sé, lo sé porque no hay hembra que sea follada como tú que no quiera repetirlo mamacita, te espero a las 12:00 en el hotel, no te arrepentirás jejejejeje.
-Estás loco, no iré.
-Si vas a venir, jejeje, te espero, jejejejeje.
Colgó, me quedé turbada, excitada, pensé no ir. Fui a mi recamara y al verme al espejo recordé sus palabras y me excité, empecé a arreglarme, me puse mi tanga roja, una blusa escotada de botones y un pantalón ajustado que realzaba mi figura y mis zapatos de taco.
Salí, en el camino me daba miedo, miedo de no poder resistir, de enviciarme a su verga, pero el deseo era más fuerte. Cuando llegué no estaba en la recepción, un sujeto me dio una llave y me indicó una habitación, fui y al abrir en la cama había una nota:
-“Ponte cómoda”.
Me acerqué al espejo y arreglé mi cabello, contemplé mi figura y abrí un poco más el escote desabotonando unos botones.
En eso se abra la puerta, una risa me indicó que había llegado:
-Jajajajajajajaja, lo sabía, sabía que ibas a venir, jajajajajaja.
Voltee a verlo, me miraba de arriba abajo, como si fuera a devorar a su presa. Se sentó en la cama y me dijo –Ven puta-
Me acerqué contoneándome sugestivamente. Provocativamente, me detenía de vez en cuando abriendo las piernas y moviendo mis caderas en forma circular para excitarlo.
Cuando estuve cerca se levantó, avanzó hacia mí y me tomó entre sus brazos, me besó, me besó como nadie lo había hecho, su abrazo era fuerte, intenté inútilmente soltarme, pero eso solo aumentó mi excitación y me arrojó en la cama.
Sus manos acariciaban mi culo por encima de la ropa, empezó a besar y morder mi cuello. Sus manos me recorrían a placer, empezó a desabotonar la blusa hasta quitármela, mi respiración era cada vez mas agitada. Luego se hizo para atrás y empezó a quitarme el pantalón, mientras lo hacía besaba y lamia mis piernas, mi vientre, mi sexo por encima de la tanga.
-Que rica estas cabrona, jejejejeje, deliciosa, más de lo que recordaba. Y con esta tanga dejas ver todo…
Estaba desnuda y a su merced, solo me dejó los zapatos de taco y la tanga, luego se inclinó y con sus dientes me empezó a quitar la tanga mientras sus manos apretujaban mis pechos.
-AAAHHHH, OOOOHHHH
-Jejejeje, estas mojadita putita, jejejejeje, serás mía, jejeje, toda mía.
Volvió a meter su lengua en mi boca, nuestras lenguas en entrelazaban, sus manos me recorrían con lujuria. Luego fue lamiendo hasta llegar a mi sexo, abrió mis piernas y metió su lengua en mi rajita haciéndome arquear de placer.
-Que rico sabe, jejejejeje
-Ah, ah, ah, ya papi, me vuelves loca, ya…
Su lengua me volvía loca, iba desde mi rajita hasta mi culito y me hacia enloquecer, no podía controlar mis jadeos que se hacían más intensos cada vez.
-Ya, ya, métemela, métemela ya papi…
-¿La quieres putita? Jejejejeje, pídemela, dime que te coja.
-Ya cógeme papi, hazme tuya, te deseo, eres un macho, hazme tu putita amor…
Entonces se denudó y puso mis piernas en sus hombros y me penetró lentamente, cuando la metió toda se detuvo sonriendo, yo deseaba ser poseída así que empecé a moverme para disfrutar esa rica verga. Al ver eso empezó a reír:
-Jajajajajaja, que golosa saliste mamita, jajajajaja, toda una puta.
-Si papi, tu puta, pero ya cógeme, rómpeme el culo mi rey…
-Si culera, te lo voy a romper, ese culo es mío ¿Oíste? ¡Solo mío!
-Sí papacito, es solo tuyo, tuyo para que lo rompas mi amor..
Y empezó a bombearme, toscamente, como la primera vez, esa vez que no podía olvidar, que me enloqueció haciéndome suya, su puta.
Era salvaje, me bombeaba como un animal en celo, aprovechaba para meter mis pechos en su boca, morderlos, jugaba con ellos, eran suyos totalmente mientras yo gritaba…
-¡AAAAAAHHHH! ¡AAAAAAAHHHH! ¡OOOOOOOHHHH! ¡COGEME, COGEME, HAZME TUYA PAPI! ¡AH, SOY TUYA MI VIDA! ¡TODA TUYA MI AMOR! ¡TE AMO!
-¡Jajajajajajajajaja! Vas a venir cuando quiera, eres mía culera…
-Si papi, cuando tu quieras seré tuya mi rey…
Sus embestidas me volvían loca, era totalmente suya, me tenía en sus manos. En eso empezó a acelerar sus embestidas, me di cuenta que iba a acabar y eso me hizo tener un orgasmo tras otro.
-Te voy a llenar de leche…
-¡No, no por favor! Me puedes embarazar…
-Si, jejejejeje, te voy a dar un hijo puta, jajajajajajaja.
-NO, NO, NOOOOOOOOO
Y lo sentí estallar en mi panochita, era una sensación enloquecedora, me hizo tener otro orgasmo intenso. Luego se acostó a mi lado, me abrazó y me besaba mientras seguía manoseándome a su antojo.
-¿Te gustó mamita?
-Sí papi, me gustó musho
-¿Eres mía? De nadie más ¿Solo mía?
-Si papi, soy tuya, tu hembra.
Decíamos mientras nos besábamos. Luego se levantó, se vistió y me tomó una foto así como estaba, luego puso video y me volvió a preguntar:
-¿Eres mi putita?
-Sip, soy tu putita mi amor.
-Eres toda mía jejjejejejejeje
-Sip, toda tuya, tu putita.
-Yo soy Ricardo, dilo, Ricardo es mi dueño.
-Si papi, Ricardo, eres mi dueño, eres mi macho, mi amo y yo tu esclava…
Y le lancé un beso al cel mientras me filmaba.
-Jejejeje, luego repetiremos mamacita.
Y me volvió a besar y se retiró. Me levanté, me vestí y me fui a mi hogar, me sentía sucia, pero el deseo era muy fuerte y eso me hacia olvidar los remordimientos.
Creí que eso sería todo, pero alguien de mi pasado regresó para seducirme y seguir haciéndome suya.
Continuará.
Como comenté, fui seducida por el amigo de mi esposo, luego otros dos aprovecharon la situación para hacerme suya por la fuerza.
Esa situación no duró mucho, a mi marido le dieron otro trabajo en otra parte de la ciudad y perdimos contacto con ellos gracias a que tuvieron una discusión fuerte con motivo de negocios, rompieron totalmente su amistad y él no quiso revelarles nuestra nueva dirección.
En nuestra nueva casa me sentía feliz, empezamos a hacer nuevas amistades, nuevos vecinos, en fin. Mi marido se hizo de nuevos amigos y yo tuve que buscar otro GYM en esta zona, nuevas a migas etc.
Mi marido como comente antes, me pone videos XXX antes de hacer el amor, en uno de esos, el protagonista pega a la actriz contra la ventana y la folla allí. A mi marido le dio morbo ver que se sentía y me levanto de la cama desnuda, me abrazó por detrás y me pegó al vidrio, me sentí nerviosa y le dije:
-¡No amor, no, nos pueden ver!
-No te asustes amor, es de madrugada, nadie se dará cuenta…
Y me empezó a follar, estaba muy excitado, me estaba follando como nunca, esa situación morbosa me excitó, me puso a mil y me hizo que empezara a gemir en voz alta, estaba pegada contra el vidrio, mis manos apoyadas contra el cristal. Tanta era la excitación de mi esposo que hizo algo que nunca me había hecho, puso su pene en mi culito y empezó a empujar:
-¡Ay, no! ¿Qué haces amor?
-Siempre he tenido ganas de hacerte esto, déjame metértela allí…
-¡AH, AH! Sip amor, pero despacio, me duele mi vida…
Y siguió metiéndola lentamente, ya cuando la metió toda me dio tiempo para acostumbrarme, cuando paso el dolor inicial empecé a moverme y él siguió con sus embestidas de manera intensa, como nunca lo había hecho. Tuve varios orgasmos y el me lleno de leche mi culito.
Desde ese día lo repetimos cada noche, ya fuera de frente o sentada en la ventana mientras me follaba lo hacíamos. El me decía que el morbo de que alguien pudiera vernos lo ponía a mil, y pensé dentro de mi que a mi también, solo que yo pensé que sí me gustaría que nos vieran.
Una noche mientras follaba mi culito, alcance a ver en la ventana del vecino de atrás un pequeño movimiento en la persiana, leve pero alcancé a verlo, eso me excitó y empecé a gemir muy fuerte para que quien nos viera lo disfrutara. Ya después lo olvidé ese incidente.
Mi marido hizo nuevas amistades. Los nuevos amigos de mi esposo lo iban a buscar cuando salía del trabajo y lo invitaban a beber, confieso que no me gusta mucho que tome, pero si él es feliz yo también lo soy.
Sus nuevos amigos le decían delante de mí –Oyes ¡Que afortunado eres, mira que haberte casado con esta hermosa muñeca!- Y él les respondía –Si ¿Verdad?- Y se reían, de vez en cuando al atenderlos me daban las gracias acompañada de algún piropo como –Gracias hermosa Señora- ó –Tan hermosa como hacendosa- todo delante de mi marido y él no se molestaba.
Ya a solas, cuando se iban, mi marido me tomaba de las manos, me llevaba a la recámara, me desnudaba besando cada parte de mi cuerpo con delicadeza, me hacía recostar en la cama y empezaba a besarme desde la punta de los pies hasta llegar a mi sexo donde introducía su cabeza lamiéndolo y haciéndome jadear.
-No sabes cuánto me excita que te digan piropos porque yo soy el dueño de todo esto- me decía.
Luego su boca recorría mi vientre hasta mis pechos, jugando con su lengua en mis pezones haciéndome decirle –Sí papi, sí, chúpalos, son todos tuyos, solo tuyos- para luego seguir con mi boca, y me decía al oído –Eres mía, mi hembra, solo mía- yo le contestaba –Sí mi amor, soy solo tuya, toda tuya y de nadie más-
Y luego como hacíamos las noches anteriores me pegaba a la ventana y me culeaba. Y pude ver como la persiana se movía lo que me ponía a mil.
Sus amigos venían seguido, había veces que me ayudaban a recoger la mesa, uno de ellos en particular se había vuelto su mejor amigo, él me miraba insistentemente, era alto, 1.85, atlético, guapo, eso al principio no me preocupó, pero una ocasión que me ayudó a llevar los trastes a la cocina me dijo –Que suerte tiene tu marido, de ser el dueño una mujer como tú- le conteste –No, yo soy la afortunada de tener a un hombre como él- Y él me dijo acercándose a mi oído –Pues si me dieras la oportunidad yo te haría gozar así como él cuando te pega a la ventana…- Y me dio un beso en la mejilla, casi tocando mi boca al tiempo que su manos acariciaba mi trasero… ¡Era el vecino de atrás!
Y se retiro dejándome turbada, no sé que me pasó, saber eso y su cercanía, su olor, su respiración en mi oído me turbó. Traté de desechar eso y me fui a mi recamara. Pero al pasar pude ver su mirada clavada con insistencia en mi cuerpo recorriéndolo de arriba a abajo y me hacía sentir como si me desnudara.
Llegue a mi habitación totalmente turbada, intente calmarme, así que me metí a bañar para ver si se me quitaba la turbación.
Cuando salí de la tina aun me sentía llena de deseo, me envolví en la bata de baño y me acosté.
Entró mi marido y me dijo –Vamos a ir a un bar cercano mi vida, no tardo- le dije –No te preocupes mi amor, diviértete, tómate tu tiempo- y se fue dándome un beso.
Me quede sola y me puse a ver la TV, me puse la bata trasparente y la tanga que le gusta a mi marido para recibirlo así y me quede dormida viendo la TV. Casi a las 3:00 am tocaron la puerta y me extrañó pues mi esposo trae llaves, fui a ver y al preguntar quién era me contestó la voz del amigo de mi esposo:
–Somos nosotros señora, disculpe la moleste, pero su marido perdió las llaves ¿Puede abrirnos?
Abrí la puerta y eran ellos dos, mi marido venía borracho totalmente, lo llevó hasta la recamara y lo acomodó en la cama, me ayudo a quitarle los zapatos y dejarlo cómodo.
Le agradecí su ayuda y lo acompañé a la puerta, él caminó tras de mí, hasta ese momento me di cuenta cómo iba vestida.
Traté de mostrarme segura, como si no ocurriera nada, pero me sentía turbada, nerviosa, este hombre estaba detrás de mí disfrutando de la vista de trasero y mi marido estaba borracho y totalmente dormido. Inconscientemente caminé contoneándome.
Cuando llegamos a la puerta iba a abrir para que se retirara pero él puso su mano en ella impidiéndome abrirla y pegó su cuerpo al mío pudiendo sentir como pegaba su tremenda erección en mi culo, empecé a respirar agitadamente, entonces él me tomó por la cintura y sus manos acariciaban mis caderas de arriba abajo, -Que suave esta tu piel, estas muy rica mamacita- Me dijo al oído, luego sus manos sujetaron mis pechos y los apretujaba teniéndome pegada contra la puerta, empezó a besarme el cuello, su respiración en mi cuello me hacía respirar agitadamente, inconscientemente mis manos se apoyaron en las suyas su erección la colocó en medio de mis nalgas y de manera suave empecé a moverlas tratando de sentir más –Desde que los vi en la ventana te he deseado, quiero follarte- entonces me sujetó de los hombros, me giró y al voltear su mirada y le mía se cruzaron, me tomo por la cintura y me besó con lujuria.
Sus manos recorrían mi espalda hasta mi culo levantando la bata para tocar mi piel mientras sus labios recorrían mi cuello hasta los pechos regresando a mi boca entreabierta. Quise resistir pero me estaba venciendo la excitación:
–No, no, suéltame-
-Lo deseas, lo deseas tanto como yo- Dijo y me besaba con pasión.
-Mi marido, se puede enterar- dije entre jadeos.
-No te preocupes, él no va a despertar hasta mañana
Y dicho esto me tomo en sus brazos y me llevo a la sala, me acostó en el sillón y me quitó la bata, con total libertad metió mis pechos en su boca, yo ya no era dueña de mí y me dejé llevar.
Me quitó la tanga y empezó a jugar con su lengua en mi sexo, me hizo gemir, mientras sus manos recorrían mis piernas, mi vientre, se metían debajo y apretujaban mi culo.
-Estas bien buena mamita, buenísima, ¡Que culo tan rico! Y va a ser mío esta noche, te voy a hacer gozar como nadie.
Cuando dijo esto se quito la camisa y pude ver lo que imaginaba, un hermoso cuerpo bien formado, como loca empecé a lamerlo, a chuparlo, en eso el se quito el pantalón y pude ver una deliciosa verga, dura y grande.
Cuando vio como le veía me dijo –Te gusta ¿Verdad?- Asentí -¿Te gustaría chuparla?- No contesté, la tome entre mis manos, empecé a mover mi mano adelante y atrás, la acerque a mi boca y la besé, luego la recorrí con mi lengua de arriba abajo, lamia sus huevos, su tronco potente y al llegar a la cabeza como niña golosa la metí toda, su sabor era delicioso, la chupaba con desesperación, como si fuera la primera vez.
El gemía con sus ojos cerrados –Eres toda una puta, que bien lo haces, se ve que te gusta mamacita, me vas a hacer chorrear- Yo continuaba con mi juego, quería hacerlo venir en mi boca, saborear su leche.
Empezó a gemir fuerte y me tomó la cabeza, me di cuenta que iba a explotar y aceleré el ritmo de mis mamadas y explotó en mi boca, me trague lo que pude, pero era mucho y me salió por las comisuras de los labios chorreando mis pechos.
Se acostó en el sillón y yo continuaba mamando, quería que volviera recuperar su erección, quería sentirla dentro de mí.
Su verga reaccionó, empezó aponerse dura otra vez, cuando estaba dura le dije –Ahora me toca a mí- y lo monté.
Sentado me subí y empecé a clavármela hasta llegar a tenerla toda adentro, empecé a jadear y me movía arriba y abajo dándome placer.
El me tomó por el culo y empezó a meterla y sacarla a un ritmo acelerado, su boca me lamía los pechos mordía mis pezones, acariciaba mi espalda mientras me bombeaba locamente.
-¡AH, AH, AH, Papi, que rico, que rico se siente!
-¡Mamacita, coges más rico de lo que creí! Eres una zorra, una puta, sabía que te cogería tarde o temprano.
Entonces me levantó y me acostó en la mesa, levantó mis piernas y continúo con penetrándome, arrancándome gemidos de placer. Mientras sus manos apretujaban mis tetas que rebotaban con cada embestida.
Luego la sacó y me volteó, me dijo:
–No quiero quedarme con las ganas zorra, quiero tu culo…
-Pues tómalo ¿Qué esperas?
Separó mis piernas y la colocó en la entrada de mi ano, me dijo - ¿Estás segura?- Le dije –Sí, métela ya cabrón, hazlo-
Y empezó a meterla, lentamente hasta meterla toda, yo apretaba los puños por el dolor y se quedó quieto para que me acostumbrara, cuando me acostumbre empecé a moverme y al ver eso empezó a bombear mi culo.
Sentir su verga adentro era delicioso, sentir como llenaba mis entrañas era enloquecedor, me daba de nalgadas, su mano buscó mi clítoris para masturbarme mientras su otra mano se apoderó de mis tetas dándome un placer de locura.
-¡Cabrón, eres un desgraciado, que rico coges, mi vida, que ricooooo!
-¿Eres mía culera?
-¡Sí papi, sí, soy tuya!
-¿Eres mi puta? ¿Eres mía, tu culo, tu cuerpo, toda mía?
-¡Sí cabrón, toda tuya, cuando quieras culearme soy tuya papacito!
Eso lo excitó tanto que sus embestidas se hicieron más salvajes (Si esto pudiera ser) Voltee a verlo y aprovecho para meter su lengua en mi boca.
Me dijo:
–¿Puedo dártelos en el culo?
-Sí, sí, sí, no pares, no te detengas…
Aceleró el ritmo de sus embestidas y sentí la explosión de su verga llenando mis entrañas de leche lo que me hizo tener un orgasmo violento que me dejó rendida.
Ambos quedamos exhaustos, abrazados en el sillón, nuestros cuerpos sudorosos, el olor a sexo, todo era excitante, me acarició, me besó en la boca, empezó a vestirse y me dijo:
-Eres divina, cuando tu marido no esté vendré a continuar con lo nuestro- Y se acercó a la puerta, cuando lo alcancé aun iba desnuda, me abrazó y volvió a besarme mientras apretaba mis nalgas.
Se despidió y me fui a acostar totalmente satisfecha.
A la mañana siguiente que mi marido se fue a trabajar sonó mi celular, era un mensaje que decía:
-“Mamacita, no dejo de pensar en ti, estas bien rica, quiero follarte, deseo volver a culearte”
Y venia una foto, era el gordo del hotel. El mensaje me turbó, la foto era de cuando me folló en el hotel, era la foto de su verga en mi culo, Me excitó, quise borrarlo, pero algo dentro de mí se encendió así que decidí no borrar el mensaje ni la foto.
Desde ese día me llegaban mensajes calientes del gordo, siempre me decía mamita, que estoy rica, que me quería volver a culear.
Me hacía sentir hembra, deseada. No los borraba, los volvía a leer, todos traían fotos nuestras de esa vez. Me veía al espejo cuando los leía y me sentía deseada. Lo guarde en secreto, pensé, es solo un juego, nada pasará.
Así pasaron varios días, yo esperaba sus mensajes, si no llegaba en el día me sentía abandonada, y llegaba a la noche cuando mi marido dormía diciendo:
-“Me gustaría estar en tu cama en este momento, te recorrería con mi lengua y te follaría como se que te gusta”
Me hacía jadear y tener fantasías eróticas con ese sucio gordo, fantasías donde él me poseía.
Pasaron varias semanas así, entre mensajes y fotos y una mañana sonó el celular, pensé que era un mensaje, pero era llamada, era él, algo dentro de mi me decía que no contestara, pero el morbo me hizo contestar, pensé, si se sale de control cuelgo.
-Hola mamita…
Escuchar su voz me excitó, pero no contesté.
-¿Como estas muñeca? de seguro pensando en mí jejejejejeje.
-Gordo cochino ¿Quién te crees? ¿Crees que quiero algo contigo?
-Jejejejeje, si, sino no hubieras contestado, jajajajajaja
No respondí, su respiración era la de un macho en celo, mi respiración se agitó cuando dijo:
-No dejo de pensar en la cogida de la otra vez, quiero volver e cogerte, llenar tu culo con mi verga, volver a oírte gritar…
Mi respiración se agitó, él pareció darse cuenta porque dijo:
-Sé que tú también lo deseas mamita, que deseas que este gordo te posea otra vez, jejejejejeje.
-No, estás loco- dije con la respiración agitada.
-Si, lo deseas, lo sé. Sé que no has borrado los mensajes ni las fotos porque te gusta, te gusta ser deseada, sentirte una putita…
¿Cómo lo supo? Eso me lleno de agitación.
-Jejejeje, te preguntarás que porque lo sé, lo sé porque no hay hembra que sea follada como tú que no quiera repetirlo mamacita, te espero a las 12:00 en el hotel, no te arrepentirás jejejejeje.
-Estás loco, no iré.
-Si vas a venir, jejeje, te espero, jejejejeje.
Colgó, me quedé turbada, excitada, pensé no ir. Fui a mi recamara y al verme al espejo recordé sus palabras y me excité, empecé a arreglarme, me puse mi tanga roja, una blusa escotada de botones y un pantalón ajustado que realzaba mi figura y mis zapatos de taco.
Salí, en el camino me daba miedo, miedo de no poder resistir, de enviciarme a su verga, pero el deseo era más fuerte. Cuando llegué no estaba en la recepción, un sujeto me dio una llave y me indicó una habitación, fui y al abrir en la cama había una nota:
-“Ponte cómoda”.
Me acerqué al espejo y arreglé mi cabello, contemplé mi figura y abrí un poco más el escote desabotonando unos botones.
En eso se abra la puerta, una risa me indicó que había llegado:
-Jajajajajajajaja, lo sabía, sabía que ibas a venir, jajajajajaja.
Voltee a verlo, me miraba de arriba abajo, como si fuera a devorar a su presa. Se sentó en la cama y me dijo –Ven puta-
Me acerqué contoneándome sugestivamente. Provocativamente, me detenía de vez en cuando abriendo las piernas y moviendo mis caderas en forma circular para excitarlo.
Cuando estuve cerca se levantó, avanzó hacia mí y me tomó entre sus brazos, me besó, me besó como nadie lo había hecho, su abrazo era fuerte, intenté inútilmente soltarme, pero eso solo aumentó mi excitación y me arrojó en la cama.
Sus manos acariciaban mi culo por encima de la ropa, empezó a besar y morder mi cuello. Sus manos me recorrían a placer, empezó a desabotonar la blusa hasta quitármela, mi respiración era cada vez mas agitada. Luego se hizo para atrás y empezó a quitarme el pantalón, mientras lo hacía besaba y lamia mis piernas, mi vientre, mi sexo por encima de la tanga.
-Que rica estas cabrona, jejejejeje, deliciosa, más de lo que recordaba. Y con esta tanga dejas ver todo…
Estaba desnuda y a su merced, solo me dejó los zapatos de taco y la tanga, luego se inclinó y con sus dientes me empezó a quitar la tanga mientras sus manos apretujaban mis pechos.
-AAAHHHH, OOOOHHHH
-Jejejeje, estas mojadita putita, jejejejeje, serás mía, jejeje, toda mía.
Volvió a meter su lengua en mi boca, nuestras lenguas en entrelazaban, sus manos me recorrían con lujuria. Luego fue lamiendo hasta llegar a mi sexo, abrió mis piernas y metió su lengua en mi rajita haciéndome arquear de placer.
-Que rico sabe, jejejejeje
-Ah, ah, ah, ya papi, me vuelves loca, ya…
Su lengua me volvía loca, iba desde mi rajita hasta mi culito y me hacia enloquecer, no podía controlar mis jadeos que se hacían más intensos cada vez.
-Ya, ya, métemela, métemela ya papi…
-¿La quieres putita? Jejejejeje, pídemela, dime que te coja.
-Ya cógeme papi, hazme tuya, te deseo, eres un macho, hazme tu putita amor…
Entonces se denudó y puso mis piernas en sus hombros y me penetró lentamente, cuando la metió toda se detuvo sonriendo, yo deseaba ser poseída así que empecé a moverme para disfrutar esa rica verga. Al ver eso empezó a reír:
-Jajajajajaja, que golosa saliste mamita, jajajajaja, toda una puta.
-Si papi, tu puta, pero ya cógeme, rómpeme el culo mi rey…
-Si culera, te lo voy a romper, ese culo es mío ¿Oíste? ¡Solo mío!
-Sí papacito, es solo tuyo, tuyo para que lo rompas mi amor..
Y empezó a bombearme, toscamente, como la primera vez, esa vez que no podía olvidar, que me enloqueció haciéndome suya, su puta.
Era salvaje, me bombeaba como un animal en celo, aprovechaba para meter mis pechos en su boca, morderlos, jugaba con ellos, eran suyos totalmente mientras yo gritaba…
-¡AAAAAAHHHH! ¡AAAAAAAHHHH! ¡OOOOOOOHHHH! ¡COGEME, COGEME, HAZME TUYA PAPI! ¡AH, SOY TUYA MI VIDA! ¡TODA TUYA MI AMOR! ¡TE AMO!
-¡Jajajajajajajajaja! Vas a venir cuando quiera, eres mía culera…
-Si papi, cuando tu quieras seré tuya mi rey…
Sus embestidas me volvían loca, era totalmente suya, me tenía en sus manos. En eso empezó a acelerar sus embestidas, me di cuenta que iba a acabar y eso me hizo tener un orgasmo tras otro.
-Te voy a llenar de leche…
-¡No, no por favor! Me puedes embarazar…
-Si, jejejejeje, te voy a dar un hijo puta, jajajajajajaja.
-NO, NO, NOOOOOOOOO
Y lo sentí estallar en mi panochita, era una sensación enloquecedora, me hizo tener otro orgasmo intenso. Luego se acostó a mi lado, me abrazó y me besaba mientras seguía manoseándome a su antojo.
-¿Te gustó mamita?
-Sí papi, me gustó musho
-¿Eres mía? De nadie más ¿Solo mía?
-Si papi, soy tuya, tu hembra.
Decíamos mientras nos besábamos. Luego se levantó, se vistió y me tomó una foto así como estaba, luego puso video y me volvió a preguntar:
-¿Eres mi putita?
-Sip, soy tu putita mi amor.
-Eres toda mía jejjejejejejeje
-Sip, toda tuya, tu putita.
-Yo soy Ricardo, dilo, Ricardo es mi dueño.
-Si papi, Ricardo, eres mi dueño, eres mi macho, mi amo y yo tu esclava…
Y le lancé un beso al cel mientras me filmaba.
-Jejejeje, luego repetiremos mamacita.
Y me volvió a besar y se retiró. Me levanté, me vestí y me fui a mi hogar, me sentía sucia, pero el deseo era muy fuerte y eso me hacia olvidar los remordimientos.
Creí que eso sería todo, pero alguien de mi pasado regresó para seducirme y seguir haciéndome suya.
Continuará.
1 comentarios - 3. Con el nuevo mejor amigo de mi marido (SexyAracely)