Podes ver los relatos anteriores en mi perfil, muchas gracias por leer.
Esa misma noche Gabriela no podía dormir y termino quebrantando mi sueño, se movía para todos lados su respiración se entrecortaba, pude sentir como refregaba su entrepierna en mi muslo, estaba caliente.
- Gaby estas bien?
- No, necesito que me cojas, quiero sexo, ya.
Me giré hacia donde estaba y agarrándola fuerte de la cola acerqué mi cara a la suya. Su respiración estaba ardiente, gemía mientras movía suavemente sus caderas como no pudiendo controlarlas. Acerco sus labios a los míos y como tímidamente me los mordía delicadamente yo respondí de la misma manera y no paso demasiado hasta que nuestras lenguas se enredaran vorazmente en nuestras bocas.
La acariciaba recorriendo todo su cuerpo. Mis manos viajaban en sus curvas aprendiendo el desnivel de su cintura, sus muslos, sus caderas.
Detuve mis besos para disponerme a chupar sus tetas, sus pezones estaban firmes. Los mordía ligeramente, solo los soltaba para chuparlos y pasarle la lengua por sus pechos. Mientras tanto mi mano derecha frotaba sus ya húmedos labios vaginales al compás de sus gemidos. Su concha estaba totalmente depilada, se sentía muy bien al tacto, mi mano apresada en su ropa interior no tardo en penetrar aquel lugar tan ansiado con uno y luego dos de mis dedos.
Ella gemía, mordía los lóbulos de mis orejas, me susurraba que no parase, lo mucho que le gustaba lo que le estaba haciendo mientras clavaba sus uñas en mi espalda y se contorneaba sin control alguno.
- No aguanto más chúpame la concha, por favor te lo pido.
Como pude me desenganche de sus brazos, ella levanto sus piernas ayudándome a sacarle su bombacha. Ya sin nada que se interpusiera entre mi lengua y su objetivo, ella abrió sus piernas mas de lo que yo hubiese podido, parecía una contorsionista. Con el camino aclarado empecé a besarla en su entrepierna. Ella desesperada me tomo de los cabellos e hizo que enterrara mi cara en su pubis. Sentía sus jugos revoloteando en mi lengua, era una sensación única, agradable, intoxicante. Se acomodó un poco levantando su cintura
- El culo, chúpame el culo también.
Sin perder tiempo me puse a lamerle también su otro orificio, los cachetes de su culo abrazaban mi rostro mientras lo hacía, era suave y carnoso, hubiese sido la envidia de cualquier hombre en ese momento. Volví a meter los dedos en su vagina mientras mi lengua buscaba perforarle el culo. Sus gemidos eran más agresivos y acelerados.
- Asi putita, si paras te mato. Me encantaaaahhhh.
Estuvimos asi un rato hasta que tuvo un orgasmo que recibí directamente en mi cara, ella sostenía mi cabeza cerrando sus piernas por lo que me hubiese sido imposible esquivarlo. Tirando de mi pelo me llevo hasta su boca y abrazo mi cintura con sus piernas mientras me besaba y lamia mi rostro saboreando su propio néctar.
Nuestras entrepiernas habían quedado juntas, las refregamos mientras me daba cuenta que no había forma alguna de que se me parara la pija, quizás las pastillas que me había dado, los audios de hipnosis o como había abatido mi masculinidad durante este tiempo habían hecho efecto en mí.
- Ya sabía que no se te iba a parar, por suerte hay muchas formas de satisfacer a una mujer.
Me volteo en la cama quedando ella arriba mío. Se levantó y tomando mi pene fláccido y muerto lo miro con desprecio y me dijo “bueno parece que ya no sirve”. Me angustio un poco.
Ayudándose con la cabecera de la cama se sentó sobre mi cara y movía sus caderas por sobre mi lengua que recibía su concha y su ano en un solo movimiento, mientras gemía frenéticamente.
Por mis adentros intentaba no pensar y disfrutarlo pero se me cruzaba la idea por la cabeza de asumir que esta era la única forma de satisfacer a una mujer que tenía, yo era toda una mujer y esto era una relación lésbica.
Ella saltaba sobre mi lengua, intercambiaba su vagina y su ano para recibir placer. Yo lo disfrutaba estaba súper estimulado y fuera de mi también.
Se volvió a acostar a mi lado y me pidió que siguiera con los dedos. Refregaba su clítoris con mis yemas, cuando note que sus manos habrían los cachetes de su culo como ofreciéndomelo. Ensalive mis dedos y lubricando su ano le metí 2 dedos, su esfínter no propuso resistencia. Ella gozaba sin límites, sus ojos quedaban blancos de a ratos, su cara se desfiguraba de placer, con mi otra mano inserte 2 dedos en su vagina, ella hizo un intento de cerrar sus piernas pero no se lo permití.
Luego de un rato de esta vil tortura que le estaba haciendo decidí hacerla acabar, saque mis manos de sus orificios a lo cual protestó de forma gutural. Levante un poco más sus piernas y volví a clavar hasta el fondo los dedos centrales de mi mano derecha, mi mano más hábil. Empecé a moverlos de arriba a abajo, mientras entrecerraba mis dedos acariciando su interior. Lo hice lo más fuerte y rápido que pude. Ella estaba extasiada de placer, parecía querer gritar pero no podía, solo intentaba cerrar sus piernas pero no iba a dejarla.
Su concha suave parecía aferrarse a mis dedos como queriendo morderlos, su respiración se agitaba, por momentos parecía olvidarse de respirar y tomaba una bocanada de aire de forma abrupta. El vaivén de mis movimientos sacudía toda la cama, los cachetes de su cola se abrían y cerraban al compás, al igual que sus tetas que parecían girar sobre su pecho.
Un grito fue la señal de un trabajo bien hecho, saque rápidamente mis dedos, y sus jugos afloraron entre sus piernas lanzando un chorro que mojo toda la cama mientras con su mano frotaba violentamente su clítoris.
Ella temblaba, estaba fuera de si, parecía poseída mientras se sacudía acostada sin parecer entender nada de la situación, su cerebro parecía apagado. Sin darle tiempo a recuperarse volví a introducir los dedos para continuar con el espectáculo, ella quiso tomar mi antebrazo para impedírmelo, pero ya era tarde había tomado el control de la situación y no iba a detenerme. Volvi a masturbarla de forma brutal mientras se contorneaba y giraba la cabeza hacia los lados. Tras unos instantes el resultado fue el mismo, volvió a eyacular de forma violenta.
Fueron varias veces que hice esto, ella se perdia en la inconciencia, cada vez más profundo en el placer que le estaba dando. Luego de un rato me detuve, si mal no recuerdo después de que acabara por sexta vez, ella reia como poseída.
Me acosté a su lado y dándole un beso tierno en su cachete la abrace y mientras acariciaba su cuerpo nos dormimos profundamente.
Me despertó abalanzándose sobre mi cuerpo, se acostó sobre mi espalda y me empezó a dar besos en mi cara con la cadencia digna de una de una ametralladora moderna.
- Hola mi amor, como dormiste?
- Muy bien y vos?
- Excelente, me encantó lo de anoche, me hiciste gozar como nunca nadie lo hizo, si me hubieras cogido a lo mejor no la hubiera pasado tan bien. Espérame en la cama voy por el desayuno.
Fue malicia el recordarme que no podría haberla hecho gozar como hombre, pero poquito a poco me estaba sintiendo mejor siendo Daiana, había hecho gozar una mujer como Sebastián, mi antiguo yo, jamás hubiera soñado. No solo eso, si no que como buena perra bien atendida me traía el desayuno a la cama.
Desayunamos yogurt con cereales, y fruta. Ella me lo daba en la boca, ya me volvía loco su hermosura física y estas actitudes, como me estaba tratando, con tanta dulzura hacían que me derritiese por dentro. En la bandeja del desayuno estaban las 3 pastillas, de las cuales no olvido asegurase de que las tomara.
- Gorda bañate y vestite de diosa que tenemos que salir, vestido de noche por favor y bien sugerente.
- A dónde vamos?
- Es mas divertido si es una sorpresa
Me pedía que me pusiera un vestido de noche a las 11 de la mañana? Me sonó raro pero accedí. Al salir de bañarme me vestí, me maquille, me puse accesorios, aros.
Iba arreglado bien sugerente , con tacos aguja un vestido suelto que colgaba de mis hombros y con volado.
Apenas llegaba a tapar mis glúteos, y ante el mínimo agachón dejaba ver la parte inferior de la bombachita que había elegido. Una cartera cruzada en mi pecho medias y portaligas completaron el vestuario.
- Estas re calienta pija Daiana, escuche su voz.
- Como si vos estuvieras vestida de monja.
Ella iba vestida con un vestido del mismo largo que el mío, que se le entallaba en la cintura marcándole el culo al punto que dejaba poco a la imaginación, era escotado por delante y de espalda descubierta. Medias de red y guantes hasta el codo también de red complementaban su vestimenta. Sus ojos azules resaltaban contrastando con el maquillaje oscuro que había elegido.
- Te falta algo me dijo, es por tu seguridad jeje.
Puso un collar en mi cuello, con una arandela, algunos lo conocerán como “choker”. No lo ajusto tanto, solo sentí una leve molestia en mi garganta, que desapareció con el correr del tiempo unos instantes después. Buscando en su cajón saco la correa de tela que habían usado Fabián y Diego, cuando me hicieron “jugar” a ser su perrita y la puso en el anillo de mi cuello. Me sorprendí de la decisión pero estaba intrigada por la situación. Me puso un poco de perfume, lo cual había olvidado y ya estábamos listas para salir, parecíamos 2 prostitutas VIP. Ella llamó un remis desde su celular.
Cuando subimos al auto pude ver que era el mismo chofer de la otra noche, miraba atento toda la situación sin disimulo alguno, Gabriela me llevaba de la correa puedo jurar que lo vi babear ante la imagen de 2 mujeres que jamás siquiera había fantaseado poseer.
“vamos a la construcción” dijo Gabriela, el chofer volviendo en si arranco el auto y salimos. Pude ver que salimos a las afueras de la ciudad, entramos por un campo en medio de la nada, y tras recorrer lo que me pareció más de unos kilometro por un camino de tierra rodeado de monte pude divisar una construcción que parecía abandonada.
Nos dejó en la puerta, Gabriela le agradeció, y le dijo que lo iba a llamar para que nos viniera a buscar.
Bajamos por unas escaleras de cemento con una baranda oxidada ya por el tiempo que daban hacia un subsuelo. Pasamos por una puerta de lata, y entramos a un pasillo bastante húmedo y apenas iluminado por un foco tenue, que de no estar ahí la oscuridad hubiera invadido naturalmente. El piso estaba bastante maltratado y con charcos que hábilmente esquivamos mientras tratábamos de hacer equilibrio con los tacos que vestíamos. Una segunda puerta nos llevo a otro pasillo ya mas iluminado en donde en el fondo pude ver la persona mas grande que vi en mi vida. Era de raza negra bastante alto, y una espalda con un ancho que no parecía humano, parecía un oso parado de tamaño. Vestía de traje, sonrió al vernos, bah al ver a Gabriela.
- Señorita Gabriela, es un gusto volver a verla por acá.
- Igualmente ”tebby”, como están tus cosas? Bien? (no pude evitar sonreír al enterarme que semejante bestia se llamaba o le apodaban “tebby”, trate de disimularlo).
- Si gracias a Dios si señorita, trabajando para no perder la costumbre
- Vengo con una invitada, ella es Daiana. dijo ella mientras levantaba su brazo derecho mostrando el lazo de la correa que tenía en su muñeca.
- No hay ningún problema, que disfruten la velada señoritas, pronuncio mientras abría la puerta a sus espaldas y con su brazo, agachando un poco su cabeza hacia un ademan de permitirnos pasar.
- Gaby que es este lugar?
- Shhhh abrí bien los ojos, ya te vas a dar cuenta. Descubrilo por vos misma.
Nos adentramos en otro pasillo, esta vez más corto en cuyo final se veía una pesada puerta de metal, pude oír música del otro lado. Al abrir esa puerta la música me ensordeció, era música electrónica, los bajos me retumbaban en la cabeza. Allí dentro funcionaba una pequeña disco había muchas personas bailando, más aun para ser las 12 del mediodía, supuse que estaban de after, algunos rostros me lo confirmaban.
Había gente de todas las edades y ambos sexos, todos muy bien vestidos. Los hombres la mayoría de traje y las mujeres bastante elegantes o sugerentes, no había término medio. Pude ver 2 chicas besándose salvajemente mientras se tocaban sus partes intimas, nadie parecía darle importancia. Me recordó la noche anterior. Gabriela intentaba decirme algo pero las luces los flashes y la música no me dejaron escuchar o entender lo que decía. Solo moví mi cabeza diciendo que si para no quedar como boluda. Un tirón en mi cuello hizo que comenzara a caminar atrás de Gabriela que se abría paso entre el tumulto de gente. Concentre mi vista en sus caderas, me hipnotizo el movimiento de las mismas que se balanceaban como un péndulo con cada paso, una perfección que había estado tratando de imitar como ella me lo había enseñado, pero que difícilmente podía alcanzar.
Mientras cruzábamos pude sentir que me tocaban la cola, intentaban abrazar mi cintura, decían cosas en mi oído, tanto barones como mujeres, esta vez el acoso era unisex. Me percate que a Gabriela no le hacían nada de esto, y comprendí que la correa marcaba quien era el objeto de deseo y quien merecía el respeto en esa situación. Al cruzar el lugar llegamos a una puerta donde había otro seguridad, esta vez menos imponente que el anterior pero si digno de respeto, Gabi le dijo algo al oído y nos dejó pasar.
Al cerrarse la puerta atrás nuestro el ruido ensordecedor desapareció como por arte de magia. Llegamos a un lugar enorme, era una plataforma redonda rodeado de Balcones de varios niveles con mesas en cada uno. Eran 4 niveles nos sentamos en una mesa en el 2do donde un papel doblado a la mitad con una escritura que decía que la mesa estaba reservada para “Srta. Gabriela y Cia.” Nos sentamos y pude apreciar más el panorama. En la plataforma central había una cama de 2 plazas con grilletes, y algunos artefactos que reconocí de algunas películas de BDSM o dominación.
- Es un espectáculo sexual no?
- Cooooorrecto, exclamo parodiando a la diva de la televisión mientras sonreía.
Una chica hermosa se nos acercó y nos preguntó que íbamos a consumir. Gabriela me pregunto qué quería que acá podía conseguir “lo que quisiera”, hasta drogas. Lo decía con total naturalidad, a mí me costaba creer lo que estaba pasando. Le dije que solo se me antojaba un cigarrillo. La chica me pregunto que marca fumaba, “marlboro” me apresure a decir, “tráenos eso, y 2 daiquiri de frutilla” complemento ella mientras desataba la correa de mi cuello.
Al alejarse pude ver que la chica por debajo de su delantal estaba totalmente desnuda, solo llevaba unos tacos y una libreta, nada más.
- Y?
- Y que?
- Como te sentís?
- No se, no estoy acostumbrada a esto.
- Te entiendo, te puedo asegurar que lo vas a disfrutar muchísimo.
No había mucha gente, se sentían charlas como murmullos, había parejas, personas sentadas solas, hasta pude ver que en una mesa 2 señoritas le practicaban sexo oral a un viejo canoso mientras fumaba un puro acompañado por una copa de vaya a saber qué.
La chica volvió con nuestro pedido, las 2 copas un marlboro box y un encendedor a bencina plateado con un número, que supuse que era un teléfono del lugar. “ no hace falta que devuelvas el encendedor, es cortesía de la casa” dijo, ella notaba que era mi primera vez ahí y trataba de ser cortes. Me prendi un cigarrillo y gabi me pidió que le convidara uno.
- No sabía que fumabas
- No, lo deje hace mucho, pero de tanto en tanto me dan ganas de disfrutar uno, más si es en buena compañía con alguien como vos amor.
No pude evitar sonrojarme. Charlamos como media hora, la segunda ronda de daiquiri nos empezaba a desinhibir, cuando notamos que el lugar había comenzado a poblarse.
- Ya debe estar por empezar todo.
En un momento las luces se apagaron, y tras unos segundos de silencio la voz de un animador saliendo por altoparlantes nos daba la bienvenida. Algunos gritaban emocionados.
“en esta velada especial quiero presentarles a la estrella de nuestro espectáculo, ella tiene 24 años, adiestrada y hoy con nosotros gracias a la gentileza de madame Denisse. Le pido un fuerte aplauso para… Daniela!”
Los aplausos no se hicieron esperar, una luz se prendió en la arena y entro un enmascarado con Daniela, era una chica de estatura normal, pelo castaño claro que le llegaba hasta la cintura, vestida con un babydoll semitransparente que dejaba ver una escultural figura y un aparato de castidad. Ella era como yo! Gabriela me miro en complicidad al darse cuenta, esbozando una sonrisa.
La chica estaba vendada en sus ojos, descalza y esposada en sus manos. Sus esposas estaban unidas a una cadena con la cual el extraño enmascarado manejaba sus movimientos. Fue llevada al medio de la plataforma, mientras caminaba despacio como con miedo a caerse mientras recibía halagos silbidos y algún que otro insulto del público. El tipo la dejo ahí parada la libero de sus esposas y se retiró. Mirándola bien era muy linda, tenía unos pechos no tan grandes, que por un instante fueron mi envidia. Unos muslos que parecían juntarse en su entrepierna y conectaban a un culo redondo que contrastaba colgando debajo de su fina y estilizada cintura. Era hermosa.
Las luces volvieron a apagarse y quedando a oscuras el animador volvió a pronunciarse.
“Ahora para su disfrute, voy a presentar a nuestros gladiadores, empezando por alguien que debuta en nuestra arena. Hoy tengo el agrado de presentarle por primera vez a… Pantera!!!”
La luz de la plataforma volvió a encenderse e ingreso trotando un morocho de piel oscura vestido solamente con una calza que marcaba su armamento. Su cuerpo estaba tallado, se paró frente a la chica y aplaudiendo por sobre su cabeza reconoció el vitoreo del público.
“Nuestro segundo gladiador, (mientras se apagaban las luces de nuevo) amado por algunos, odiado por otros, pero que siempre nos sorprende con su performance…. Laaaaa masa!!!”
El ambiente se llenó de abucheos, la luz se prendio y dejó ver un gordo grandote y peludo que sacaba sus dedos haciendo “fuck you” hacia el público, estaba vestido con un slip, que desde la posición que estábamos se podía ver que estaba sucio y ajado por el tiempo, esta persona era desagradable.
La oscuridad volvió a hacer presencia…
“ Por ultimo no queda más que presentar que a nuestro más querido gladiador, ustedes saben de quien estoy hablando, sin más preámbulos… Vikingo!!!”
Las luces se encendieron y entro un grandote muy bien formado, al mejor estilo fisicoculturista de melena rubia que caía en sus hombros. Estaba vestido con una malla. Camino hacia la arena arengando con sus manos al público, el lugar se inundó al grito de “Vikingo, vikingo” al llegar al medio de la arena al lado de los otros bajo su malla dejándola caer en sus tobillos, dejando a la vista de todos un pene que a pesar de estar muerto llegaba hasta casi sus rodillas. La multitud enloqueció mientras que el vikingo con sus manos levantadas y cerrando sus puños agradecía mientras miraba a la gente que demostraba su aprobación.
Pensaba por mis adentros que clase de espectáculo bizarro estaba por presenciar aunque podía imaginarlo perfectamente. Le pregunte a Gabi si la chica había dado su consentimiento a lo que me respondió que era imposible saberlo, que podía estar ahí porque se ganaba muy buen dinero o como castigo.
No podía dejar de preguntarme que estaría sintiendo esa chica en medio de este espectáculo, si estaba ahí por convicción propia o era un castigo, acaso era una esclava? La habían drogado? Terminaría yo algún día en su lugar? Mis pensamientos se cortaron de forma repentina cuando el animador dio la orden de que comenzara el show.
Los hombres comenzaron a desvestirse, ella estaba ahí parada, sin poder ver tapando con sus manos sus pechos. La verga de vikingo era asombrosa, un monstruo, la del negro también era muy grande y algo ancha y estaba a full parada ya. la del gordo parecía “normal” y también estaba a full.
Se acercaron y tras rodearla caminaron en círculos observándola como buitres que revolotean antes de alimentarse de su presa. Se acercaron y al unísono empezaron a manosearla, tocaban sus pechos, su entrepierna su cara, le metían los dedos en la boca y el gordo también lamia su cuello con frenesí. Levantaron sus manos y sacando la única prenda que apenas la cubría la dejaron totalmente desnuda. La hicieron arrodillarse y mientras el vikingo dejaba caer su animal sobre la cabeza de la chica desde atrás el gordo abrió su boca y le escupió adentro, el público reaccionó levantando su voz en un grito indistinguible entre aprobación y rechazo.
Sin dudar demasiado el gordo le mandó la verga hasta el fondo, haciendo que el rostro de Daniela chocara con su peluda panza, ella intento sacárselo pero no pudo y los otros 2 hombres tomaron sus manos y las llevaron a sus respectivas vergas. Podía notarse que ella no podía ni si quiera cerrar sus manos alrededor de esas vergas de las cuales parecía estar colgada mientras las masturbaba.
Un ”uhhhh” general se escuchó en el publico mientras el gordo liberaba la cabeza de Daniela, había acabado en su boca el semen se escurría de sus labios, recibió una cachetada fuerte del gordo, que apuntándole con el dedo la reprendía obligándola a tragarse la leche. El gordo levantaba las manos como festejando ante el abucheo del público. Se dirigió a la cama y se sentó a masturbarse ese pene ya fláccido mientras era un espectador de lujo de la vulgar puesta en escena.
Pantera saco la venda de la chica, liberando sus ojos. Pude notar su asombro al ver esas 2 terribles pijas que acosaban sus manos, ella sabía que lo que vendría no iba a ser placentero. Sin tardar empezaron a turnarse en taladrar su boca que con dificultad recibía aquellos vergones que provocaban arcadas, ahogaban a su víctima y la hacían escupir y hasta vomitar saliva. Vikingo la hacía escupir en su mano y luego la refregaba por su rostro, arruinando su maquillaje y sumiéndola en la humillación más y más.
Daniela se veía sobrepasada por la situación, a decir verdad me daba lastima, más aun sin saber cómo o porque había terminado ahí. La tomaron entre los 2 y la llevaron hacia a la cama. Empujando al gordo fuera de ella que entre rezongando e insultado por el público abandonaba la arena.
La pusieron a 4 patas sobre la cama, vikingo dio toda la vuelta y volvió a buscar su boca, mientras que pantera trabajaba su esfínter con una progresión de dedos que fue creciendo de 1 y hasta 3. Escupió en su pija y lubricando su cabeza con una pequeña paja la apunto al ano de Daniela y se la clavo hasta el fondo sin piedad. Ella hubiera gritado si vikingo no se lo hubiera impedido tomándola del cuello y ensartando un poco más profundo aquella verga que hacia las delicias de los espectadores. El salón contrario a lo que pensaría que pasaría se enmudeció, dejando oír los balbuceos de la chica enmudecidos por el tapón de carne que invadía su boca. Movía sus piernas como queriendo zafarse pero el negro la tenía bien firme de las caderas y bien empalada hasta el fondo impidiendo que se saliera. Después de un momento se tranquilizó, creo que se había quedado sin fuerzas, por un momento pensé que fue un desmayo por el dolor, pero estaba equivocada. Pude notar las lágrimas salir de sus ojos, eran lágrimas de dolor y también quizás de la asfixia que le estaban propinando.
Cuando vikingo saco su animal de su boca ella tomo una bocanada de aire, y al cabo de un rato estaba siendo penetrada fuertemente por el negro mientras chupaba la cabeza del rubio y lo masturbaba con sus 2 manos.
Mi atención salió un poco del show para notar como Gabriela había abierto sus piernas y corriendo su bombacha a un costado se masturbaba metiendo 2 dedos en su vagina.
El negro ante los gemidos de Daniela y los fuertes embistes de esa verga negra que chocaba sus huevos en ese culo que seguramente la apretaba lanzando un gemido que sonó como un grito de guerra acabo dejando todo su néctar adentro.
Cuando se la saco, dejo un agujero que no se cerraba el culo le chorreaba leche. El negro se retiró volviendo aplaudir por encima de su cabeza como un jugador de futbol se retira agradeciendo a su hinchada.
Vikingo ya con el camino libre al culo de Daniela no tardo en poner manos a la obra. Se puso detrás de ella que seguía en 4 patas. Metió su cabeza con facilidad la tomo de las manos y llevándolas atrás la levanto quedando ella con su torso al aire, sostenida por vikingo.
Empezó un embiste lento, no le había entrado ni la mitad de esa pija, pero con su boca libre Daniela gemía gritaba y se retorcía de placer. El morbo del rubio crecía cada vez más, se podía ver en su rostro, sus embistes eran cada vez más fuerte, los gritos de Daniela parecían pasar de placer a dolor, ella le pedía que no tan fuerte, a lo que la gente respondía con abucheos e insultos.
Vikingo soltó sus brazos dejándola caer sobre la cama. Su rostro golpeo el colchón dejando su culo viento en popa para que el macho hiciese lo que quisiera con él. Vikingo se paró arriba de la cama y se puso en cuclillas detrás de Daniela. Metió un pedazo de su pene en el culo. Ella anticipándose a lo que venía pedía llorando por favor que no, que no lo hiciera, que la iba a lastimar.
El parecía ignorarla, no le iba a mostrar ni un poquito de la tan ansiada misericordia. Los gemidos de Gabriela aumentaban su fuerza.
Ante un estadio enmudecido y expectante de lo que pasaba vikingo sin piedad le clavo ese animal que tenía entre las piernas hasta el fondo sus huevos hicieron contacto con su culo. Por su parte Daniela lanzó un grito ensordecedor que hizo eco en el estadio, las orbitas de sus ojos se fueron hacia arriba, mientras estaba quieta la leche de su anterior amante comenzaba a salirse de su cola, chorreando por sus testículos y goteando el colchón. Ese enorme vergón había ocupado todo en su interior. El empezó a bombearla salvajemente mientras jadeaba agresivamente como un animal. Daniela no emitía sonido alguno, solo se escuchaba cuando la pelvis del vikingo chocaba contra los cachetes de su culo. Tras varios bombazos vikingo saco su pija y apuntando a su culo acabo llenándola de una cantidad inhumana de leche que baño su culo y espalda ante la inmutable quietud de su víctima.
El estadio festejaba la crueldad del acto. Mientras vikingo se retiraba haciendo reverencias al público.
Daniela reacciono poniéndose de costado y abrazando sus piernas en posición fetal, 2 hombres enmascarados entraron y dándole agua la ayudaron a sentarse.
El animador pidió un aplauso para Daniela a lo cual la gente respondió animosamente.
La tomaron uno de cada brazo, y parándola la llevaron fueron de la arena caminando a su ritmo, mientras pasaba ella chorreaba semen dejando un camino de gotas hasta que desapareció de mi vista.
Mire a Gabriela, que estaba algo colorada, había eyaculado con el espectáculo morboso.
- Te gusto?
- Estoy tratando de procesar si acabo de ver un show o una violación
- Pero te gusto?
- Algo me excito, pero no puedo dejar de sentir algo de culpa
- Eso es lo que lo hace excitante no?
Terminamos nuestros tragos, ella llamo al remisero y nos dispusimos a volver a la casa.
Al salir volvió a ponerme la correa en el cuello, esta vez las insinuaciones fueron más zarpadas, me toquetearon mucho, levantaron mi vestido y unos hombres me habían tomado del brazo y no me querían dejar ir. Ella los amenazo con llamar a seguridad, con lo que desistieron. No sé qué hubiese sido de mi si Gabriela no hubiera estado allí. Cuando salimos era de noche, perdi la nocion del tiempo y no puedo estimar cuanto tiempo duro ese show, pero me habia calentado mal.
En el viaje de vuelta conversando con el chofer del remis hicimos que se detuviera en la ruta y nos lo cogimos entre las 2, estábamos re calientes. Creo que le pegamos la garchada de su vida, dudo que él pueda olvidarla.
Continuará.
Bueno, como siempre me gustaria que me digan que les pareció, toda critica buena o mala siempre es bienvenida. Esta vez debo confesarles que me re calente con mi propio relato y me clavé los dedos y terrible paja mientra lo escribia, y aun sigo excitada je.
No soy de pedir puntos pero si les gustó dejen algunos por el esfuerzo de escribir mientras me castigaba sexualmente 🙂
Un abrazo a todos. Nos vemos pronto.
Esa misma noche Gabriela no podía dormir y termino quebrantando mi sueño, se movía para todos lados su respiración se entrecortaba, pude sentir como refregaba su entrepierna en mi muslo, estaba caliente.
- Gaby estas bien?
- No, necesito que me cojas, quiero sexo, ya.
Me giré hacia donde estaba y agarrándola fuerte de la cola acerqué mi cara a la suya. Su respiración estaba ardiente, gemía mientras movía suavemente sus caderas como no pudiendo controlarlas. Acerco sus labios a los míos y como tímidamente me los mordía delicadamente yo respondí de la misma manera y no paso demasiado hasta que nuestras lenguas se enredaran vorazmente en nuestras bocas.
La acariciaba recorriendo todo su cuerpo. Mis manos viajaban en sus curvas aprendiendo el desnivel de su cintura, sus muslos, sus caderas.
Detuve mis besos para disponerme a chupar sus tetas, sus pezones estaban firmes. Los mordía ligeramente, solo los soltaba para chuparlos y pasarle la lengua por sus pechos. Mientras tanto mi mano derecha frotaba sus ya húmedos labios vaginales al compás de sus gemidos. Su concha estaba totalmente depilada, se sentía muy bien al tacto, mi mano apresada en su ropa interior no tardo en penetrar aquel lugar tan ansiado con uno y luego dos de mis dedos.
Ella gemía, mordía los lóbulos de mis orejas, me susurraba que no parase, lo mucho que le gustaba lo que le estaba haciendo mientras clavaba sus uñas en mi espalda y se contorneaba sin control alguno.
- No aguanto más chúpame la concha, por favor te lo pido.
Como pude me desenganche de sus brazos, ella levanto sus piernas ayudándome a sacarle su bombacha. Ya sin nada que se interpusiera entre mi lengua y su objetivo, ella abrió sus piernas mas de lo que yo hubiese podido, parecía una contorsionista. Con el camino aclarado empecé a besarla en su entrepierna. Ella desesperada me tomo de los cabellos e hizo que enterrara mi cara en su pubis. Sentía sus jugos revoloteando en mi lengua, era una sensación única, agradable, intoxicante. Se acomodó un poco levantando su cintura
- El culo, chúpame el culo también.
Sin perder tiempo me puse a lamerle también su otro orificio, los cachetes de su culo abrazaban mi rostro mientras lo hacía, era suave y carnoso, hubiese sido la envidia de cualquier hombre en ese momento. Volví a meter los dedos en su vagina mientras mi lengua buscaba perforarle el culo. Sus gemidos eran más agresivos y acelerados.
- Asi putita, si paras te mato. Me encantaaaahhhh.
Estuvimos asi un rato hasta que tuvo un orgasmo que recibí directamente en mi cara, ella sostenía mi cabeza cerrando sus piernas por lo que me hubiese sido imposible esquivarlo. Tirando de mi pelo me llevo hasta su boca y abrazo mi cintura con sus piernas mientras me besaba y lamia mi rostro saboreando su propio néctar.
Nuestras entrepiernas habían quedado juntas, las refregamos mientras me daba cuenta que no había forma alguna de que se me parara la pija, quizás las pastillas que me había dado, los audios de hipnosis o como había abatido mi masculinidad durante este tiempo habían hecho efecto en mí.
- Ya sabía que no se te iba a parar, por suerte hay muchas formas de satisfacer a una mujer.
Me volteo en la cama quedando ella arriba mío. Se levantó y tomando mi pene fláccido y muerto lo miro con desprecio y me dijo “bueno parece que ya no sirve”. Me angustio un poco.
Ayudándose con la cabecera de la cama se sentó sobre mi cara y movía sus caderas por sobre mi lengua que recibía su concha y su ano en un solo movimiento, mientras gemía frenéticamente.
Por mis adentros intentaba no pensar y disfrutarlo pero se me cruzaba la idea por la cabeza de asumir que esta era la única forma de satisfacer a una mujer que tenía, yo era toda una mujer y esto era una relación lésbica.
Ella saltaba sobre mi lengua, intercambiaba su vagina y su ano para recibir placer. Yo lo disfrutaba estaba súper estimulado y fuera de mi también.
Se volvió a acostar a mi lado y me pidió que siguiera con los dedos. Refregaba su clítoris con mis yemas, cuando note que sus manos habrían los cachetes de su culo como ofreciéndomelo. Ensalive mis dedos y lubricando su ano le metí 2 dedos, su esfínter no propuso resistencia. Ella gozaba sin límites, sus ojos quedaban blancos de a ratos, su cara se desfiguraba de placer, con mi otra mano inserte 2 dedos en su vagina, ella hizo un intento de cerrar sus piernas pero no se lo permití.
Luego de un rato de esta vil tortura que le estaba haciendo decidí hacerla acabar, saque mis manos de sus orificios a lo cual protestó de forma gutural. Levante un poco más sus piernas y volví a clavar hasta el fondo los dedos centrales de mi mano derecha, mi mano más hábil. Empecé a moverlos de arriba a abajo, mientras entrecerraba mis dedos acariciando su interior. Lo hice lo más fuerte y rápido que pude. Ella estaba extasiada de placer, parecía querer gritar pero no podía, solo intentaba cerrar sus piernas pero no iba a dejarla.
Su concha suave parecía aferrarse a mis dedos como queriendo morderlos, su respiración se agitaba, por momentos parecía olvidarse de respirar y tomaba una bocanada de aire de forma abrupta. El vaivén de mis movimientos sacudía toda la cama, los cachetes de su cola se abrían y cerraban al compás, al igual que sus tetas que parecían girar sobre su pecho.
Un grito fue la señal de un trabajo bien hecho, saque rápidamente mis dedos, y sus jugos afloraron entre sus piernas lanzando un chorro que mojo toda la cama mientras con su mano frotaba violentamente su clítoris.
Ella temblaba, estaba fuera de si, parecía poseída mientras se sacudía acostada sin parecer entender nada de la situación, su cerebro parecía apagado. Sin darle tiempo a recuperarse volví a introducir los dedos para continuar con el espectáculo, ella quiso tomar mi antebrazo para impedírmelo, pero ya era tarde había tomado el control de la situación y no iba a detenerme. Volvi a masturbarla de forma brutal mientras se contorneaba y giraba la cabeza hacia los lados. Tras unos instantes el resultado fue el mismo, volvió a eyacular de forma violenta.
Fueron varias veces que hice esto, ella se perdia en la inconciencia, cada vez más profundo en el placer que le estaba dando. Luego de un rato me detuve, si mal no recuerdo después de que acabara por sexta vez, ella reia como poseída.
Me acosté a su lado y dándole un beso tierno en su cachete la abrace y mientras acariciaba su cuerpo nos dormimos profundamente.
Me despertó abalanzándose sobre mi cuerpo, se acostó sobre mi espalda y me empezó a dar besos en mi cara con la cadencia digna de una de una ametralladora moderna.
- Hola mi amor, como dormiste?
- Muy bien y vos?
- Excelente, me encantó lo de anoche, me hiciste gozar como nunca nadie lo hizo, si me hubieras cogido a lo mejor no la hubiera pasado tan bien. Espérame en la cama voy por el desayuno.
Fue malicia el recordarme que no podría haberla hecho gozar como hombre, pero poquito a poco me estaba sintiendo mejor siendo Daiana, había hecho gozar una mujer como Sebastián, mi antiguo yo, jamás hubiera soñado. No solo eso, si no que como buena perra bien atendida me traía el desayuno a la cama.
Desayunamos yogurt con cereales, y fruta. Ella me lo daba en la boca, ya me volvía loco su hermosura física y estas actitudes, como me estaba tratando, con tanta dulzura hacían que me derritiese por dentro. En la bandeja del desayuno estaban las 3 pastillas, de las cuales no olvido asegurase de que las tomara.
- Gorda bañate y vestite de diosa que tenemos que salir, vestido de noche por favor y bien sugerente.
- A dónde vamos?
- Es mas divertido si es una sorpresa
Me pedía que me pusiera un vestido de noche a las 11 de la mañana? Me sonó raro pero accedí. Al salir de bañarme me vestí, me maquille, me puse accesorios, aros.
Iba arreglado bien sugerente , con tacos aguja un vestido suelto que colgaba de mis hombros y con volado.
Apenas llegaba a tapar mis glúteos, y ante el mínimo agachón dejaba ver la parte inferior de la bombachita que había elegido. Una cartera cruzada en mi pecho medias y portaligas completaron el vestuario.
- Estas re calienta pija Daiana, escuche su voz.
- Como si vos estuvieras vestida de monja.
Ella iba vestida con un vestido del mismo largo que el mío, que se le entallaba en la cintura marcándole el culo al punto que dejaba poco a la imaginación, era escotado por delante y de espalda descubierta. Medias de red y guantes hasta el codo también de red complementaban su vestimenta. Sus ojos azules resaltaban contrastando con el maquillaje oscuro que había elegido.
- Te falta algo me dijo, es por tu seguridad jeje.
Puso un collar en mi cuello, con una arandela, algunos lo conocerán como “choker”. No lo ajusto tanto, solo sentí una leve molestia en mi garganta, que desapareció con el correr del tiempo unos instantes después. Buscando en su cajón saco la correa de tela que habían usado Fabián y Diego, cuando me hicieron “jugar” a ser su perrita y la puso en el anillo de mi cuello. Me sorprendí de la decisión pero estaba intrigada por la situación. Me puso un poco de perfume, lo cual había olvidado y ya estábamos listas para salir, parecíamos 2 prostitutas VIP. Ella llamó un remis desde su celular.
Cuando subimos al auto pude ver que era el mismo chofer de la otra noche, miraba atento toda la situación sin disimulo alguno, Gabriela me llevaba de la correa puedo jurar que lo vi babear ante la imagen de 2 mujeres que jamás siquiera había fantaseado poseer.
“vamos a la construcción” dijo Gabriela, el chofer volviendo en si arranco el auto y salimos. Pude ver que salimos a las afueras de la ciudad, entramos por un campo en medio de la nada, y tras recorrer lo que me pareció más de unos kilometro por un camino de tierra rodeado de monte pude divisar una construcción que parecía abandonada.
Nos dejó en la puerta, Gabriela le agradeció, y le dijo que lo iba a llamar para que nos viniera a buscar.
Bajamos por unas escaleras de cemento con una baranda oxidada ya por el tiempo que daban hacia un subsuelo. Pasamos por una puerta de lata, y entramos a un pasillo bastante húmedo y apenas iluminado por un foco tenue, que de no estar ahí la oscuridad hubiera invadido naturalmente. El piso estaba bastante maltratado y con charcos que hábilmente esquivamos mientras tratábamos de hacer equilibrio con los tacos que vestíamos. Una segunda puerta nos llevo a otro pasillo ya mas iluminado en donde en el fondo pude ver la persona mas grande que vi en mi vida. Era de raza negra bastante alto, y una espalda con un ancho que no parecía humano, parecía un oso parado de tamaño. Vestía de traje, sonrió al vernos, bah al ver a Gabriela.
- Señorita Gabriela, es un gusto volver a verla por acá.
- Igualmente ”tebby”, como están tus cosas? Bien? (no pude evitar sonreír al enterarme que semejante bestia se llamaba o le apodaban “tebby”, trate de disimularlo).
- Si gracias a Dios si señorita, trabajando para no perder la costumbre
- Vengo con una invitada, ella es Daiana. dijo ella mientras levantaba su brazo derecho mostrando el lazo de la correa que tenía en su muñeca.
- No hay ningún problema, que disfruten la velada señoritas, pronuncio mientras abría la puerta a sus espaldas y con su brazo, agachando un poco su cabeza hacia un ademan de permitirnos pasar.
- Gaby que es este lugar?
- Shhhh abrí bien los ojos, ya te vas a dar cuenta. Descubrilo por vos misma.
Nos adentramos en otro pasillo, esta vez más corto en cuyo final se veía una pesada puerta de metal, pude oír música del otro lado. Al abrir esa puerta la música me ensordeció, era música electrónica, los bajos me retumbaban en la cabeza. Allí dentro funcionaba una pequeña disco había muchas personas bailando, más aun para ser las 12 del mediodía, supuse que estaban de after, algunos rostros me lo confirmaban.
Había gente de todas las edades y ambos sexos, todos muy bien vestidos. Los hombres la mayoría de traje y las mujeres bastante elegantes o sugerentes, no había término medio. Pude ver 2 chicas besándose salvajemente mientras se tocaban sus partes intimas, nadie parecía darle importancia. Me recordó la noche anterior. Gabriela intentaba decirme algo pero las luces los flashes y la música no me dejaron escuchar o entender lo que decía. Solo moví mi cabeza diciendo que si para no quedar como boluda. Un tirón en mi cuello hizo que comenzara a caminar atrás de Gabriela que se abría paso entre el tumulto de gente. Concentre mi vista en sus caderas, me hipnotizo el movimiento de las mismas que se balanceaban como un péndulo con cada paso, una perfección que había estado tratando de imitar como ella me lo había enseñado, pero que difícilmente podía alcanzar.
Mientras cruzábamos pude sentir que me tocaban la cola, intentaban abrazar mi cintura, decían cosas en mi oído, tanto barones como mujeres, esta vez el acoso era unisex. Me percate que a Gabriela no le hacían nada de esto, y comprendí que la correa marcaba quien era el objeto de deseo y quien merecía el respeto en esa situación. Al cruzar el lugar llegamos a una puerta donde había otro seguridad, esta vez menos imponente que el anterior pero si digno de respeto, Gabi le dijo algo al oído y nos dejó pasar.
Al cerrarse la puerta atrás nuestro el ruido ensordecedor desapareció como por arte de magia. Llegamos a un lugar enorme, era una plataforma redonda rodeado de Balcones de varios niveles con mesas en cada uno. Eran 4 niveles nos sentamos en una mesa en el 2do donde un papel doblado a la mitad con una escritura que decía que la mesa estaba reservada para “Srta. Gabriela y Cia.” Nos sentamos y pude apreciar más el panorama. En la plataforma central había una cama de 2 plazas con grilletes, y algunos artefactos que reconocí de algunas películas de BDSM o dominación.
- Es un espectáculo sexual no?
- Cooooorrecto, exclamo parodiando a la diva de la televisión mientras sonreía.
Una chica hermosa se nos acercó y nos preguntó que íbamos a consumir. Gabriela me pregunto qué quería que acá podía conseguir “lo que quisiera”, hasta drogas. Lo decía con total naturalidad, a mí me costaba creer lo que estaba pasando. Le dije que solo se me antojaba un cigarrillo. La chica me pregunto que marca fumaba, “marlboro” me apresure a decir, “tráenos eso, y 2 daiquiri de frutilla” complemento ella mientras desataba la correa de mi cuello.
Al alejarse pude ver que la chica por debajo de su delantal estaba totalmente desnuda, solo llevaba unos tacos y una libreta, nada más.
- Y?
- Y que?
- Como te sentís?
- No se, no estoy acostumbrada a esto.
- Te entiendo, te puedo asegurar que lo vas a disfrutar muchísimo.
No había mucha gente, se sentían charlas como murmullos, había parejas, personas sentadas solas, hasta pude ver que en una mesa 2 señoritas le practicaban sexo oral a un viejo canoso mientras fumaba un puro acompañado por una copa de vaya a saber qué.
La chica volvió con nuestro pedido, las 2 copas un marlboro box y un encendedor a bencina plateado con un número, que supuse que era un teléfono del lugar. “ no hace falta que devuelvas el encendedor, es cortesía de la casa” dijo, ella notaba que era mi primera vez ahí y trataba de ser cortes. Me prendi un cigarrillo y gabi me pidió que le convidara uno.
- No sabía que fumabas
- No, lo deje hace mucho, pero de tanto en tanto me dan ganas de disfrutar uno, más si es en buena compañía con alguien como vos amor.
No pude evitar sonrojarme. Charlamos como media hora, la segunda ronda de daiquiri nos empezaba a desinhibir, cuando notamos que el lugar había comenzado a poblarse.
- Ya debe estar por empezar todo.
En un momento las luces se apagaron, y tras unos segundos de silencio la voz de un animador saliendo por altoparlantes nos daba la bienvenida. Algunos gritaban emocionados.
“en esta velada especial quiero presentarles a la estrella de nuestro espectáculo, ella tiene 24 años, adiestrada y hoy con nosotros gracias a la gentileza de madame Denisse. Le pido un fuerte aplauso para… Daniela!”
Los aplausos no se hicieron esperar, una luz se prendió en la arena y entro un enmascarado con Daniela, era una chica de estatura normal, pelo castaño claro que le llegaba hasta la cintura, vestida con un babydoll semitransparente que dejaba ver una escultural figura y un aparato de castidad. Ella era como yo! Gabriela me miro en complicidad al darse cuenta, esbozando una sonrisa.
La chica estaba vendada en sus ojos, descalza y esposada en sus manos. Sus esposas estaban unidas a una cadena con la cual el extraño enmascarado manejaba sus movimientos. Fue llevada al medio de la plataforma, mientras caminaba despacio como con miedo a caerse mientras recibía halagos silbidos y algún que otro insulto del público. El tipo la dejo ahí parada la libero de sus esposas y se retiró. Mirándola bien era muy linda, tenía unos pechos no tan grandes, que por un instante fueron mi envidia. Unos muslos que parecían juntarse en su entrepierna y conectaban a un culo redondo que contrastaba colgando debajo de su fina y estilizada cintura. Era hermosa.
Las luces volvieron a apagarse y quedando a oscuras el animador volvió a pronunciarse.
“Ahora para su disfrute, voy a presentar a nuestros gladiadores, empezando por alguien que debuta en nuestra arena. Hoy tengo el agrado de presentarle por primera vez a… Pantera!!!”
La luz de la plataforma volvió a encenderse e ingreso trotando un morocho de piel oscura vestido solamente con una calza que marcaba su armamento. Su cuerpo estaba tallado, se paró frente a la chica y aplaudiendo por sobre su cabeza reconoció el vitoreo del público.
“Nuestro segundo gladiador, (mientras se apagaban las luces de nuevo) amado por algunos, odiado por otros, pero que siempre nos sorprende con su performance…. Laaaaa masa!!!”
El ambiente se llenó de abucheos, la luz se prendio y dejó ver un gordo grandote y peludo que sacaba sus dedos haciendo “fuck you” hacia el público, estaba vestido con un slip, que desde la posición que estábamos se podía ver que estaba sucio y ajado por el tiempo, esta persona era desagradable.
La oscuridad volvió a hacer presencia…
“ Por ultimo no queda más que presentar que a nuestro más querido gladiador, ustedes saben de quien estoy hablando, sin más preámbulos… Vikingo!!!”
Las luces se encendieron y entro un grandote muy bien formado, al mejor estilo fisicoculturista de melena rubia que caía en sus hombros. Estaba vestido con una malla. Camino hacia la arena arengando con sus manos al público, el lugar se inundó al grito de “Vikingo, vikingo” al llegar al medio de la arena al lado de los otros bajo su malla dejándola caer en sus tobillos, dejando a la vista de todos un pene que a pesar de estar muerto llegaba hasta casi sus rodillas. La multitud enloqueció mientras que el vikingo con sus manos levantadas y cerrando sus puños agradecía mientras miraba a la gente que demostraba su aprobación.
Pensaba por mis adentros que clase de espectáculo bizarro estaba por presenciar aunque podía imaginarlo perfectamente. Le pregunte a Gabi si la chica había dado su consentimiento a lo que me respondió que era imposible saberlo, que podía estar ahí porque se ganaba muy buen dinero o como castigo.
No podía dejar de preguntarme que estaría sintiendo esa chica en medio de este espectáculo, si estaba ahí por convicción propia o era un castigo, acaso era una esclava? La habían drogado? Terminaría yo algún día en su lugar? Mis pensamientos se cortaron de forma repentina cuando el animador dio la orden de que comenzara el show.
Los hombres comenzaron a desvestirse, ella estaba ahí parada, sin poder ver tapando con sus manos sus pechos. La verga de vikingo era asombrosa, un monstruo, la del negro también era muy grande y algo ancha y estaba a full parada ya. la del gordo parecía “normal” y también estaba a full.
Se acercaron y tras rodearla caminaron en círculos observándola como buitres que revolotean antes de alimentarse de su presa. Se acercaron y al unísono empezaron a manosearla, tocaban sus pechos, su entrepierna su cara, le metían los dedos en la boca y el gordo también lamia su cuello con frenesí. Levantaron sus manos y sacando la única prenda que apenas la cubría la dejaron totalmente desnuda. La hicieron arrodillarse y mientras el vikingo dejaba caer su animal sobre la cabeza de la chica desde atrás el gordo abrió su boca y le escupió adentro, el público reaccionó levantando su voz en un grito indistinguible entre aprobación y rechazo.
Sin dudar demasiado el gordo le mandó la verga hasta el fondo, haciendo que el rostro de Daniela chocara con su peluda panza, ella intento sacárselo pero no pudo y los otros 2 hombres tomaron sus manos y las llevaron a sus respectivas vergas. Podía notarse que ella no podía ni si quiera cerrar sus manos alrededor de esas vergas de las cuales parecía estar colgada mientras las masturbaba.
Un ”uhhhh” general se escuchó en el publico mientras el gordo liberaba la cabeza de Daniela, había acabado en su boca el semen se escurría de sus labios, recibió una cachetada fuerte del gordo, que apuntándole con el dedo la reprendía obligándola a tragarse la leche. El gordo levantaba las manos como festejando ante el abucheo del público. Se dirigió a la cama y se sentó a masturbarse ese pene ya fláccido mientras era un espectador de lujo de la vulgar puesta en escena.
Pantera saco la venda de la chica, liberando sus ojos. Pude notar su asombro al ver esas 2 terribles pijas que acosaban sus manos, ella sabía que lo que vendría no iba a ser placentero. Sin tardar empezaron a turnarse en taladrar su boca que con dificultad recibía aquellos vergones que provocaban arcadas, ahogaban a su víctima y la hacían escupir y hasta vomitar saliva. Vikingo la hacía escupir en su mano y luego la refregaba por su rostro, arruinando su maquillaje y sumiéndola en la humillación más y más.
Daniela se veía sobrepasada por la situación, a decir verdad me daba lastima, más aun sin saber cómo o porque había terminado ahí. La tomaron entre los 2 y la llevaron hacia a la cama. Empujando al gordo fuera de ella que entre rezongando e insultado por el público abandonaba la arena.
La pusieron a 4 patas sobre la cama, vikingo dio toda la vuelta y volvió a buscar su boca, mientras que pantera trabajaba su esfínter con una progresión de dedos que fue creciendo de 1 y hasta 3. Escupió en su pija y lubricando su cabeza con una pequeña paja la apunto al ano de Daniela y se la clavo hasta el fondo sin piedad. Ella hubiera gritado si vikingo no se lo hubiera impedido tomándola del cuello y ensartando un poco más profundo aquella verga que hacia las delicias de los espectadores. El salón contrario a lo que pensaría que pasaría se enmudeció, dejando oír los balbuceos de la chica enmudecidos por el tapón de carne que invadía su boca. Movía sus piernas como queriendo zafarse pero el negro la tenía bien firme de las caderas y bien empalada hasta el fondo impidiendo que se saliera. Después de un momento se tranquilizó, creo que se había quedado sin fuerzas, por un momento pensé que fue un desmayo por el dolor, pero estaba equivocada. Pude notar las lágrimas salir de sus ojos, eran lágrimas de dolor y también quizás de la asfixia que le estaban propinando.
Cuando vikingo saco su animal de su boca ella tomo una bocanada de aire, y al cabo de un rato estaba siendo penetrada fuertemente por el negro mientras chupaba la cabeza del rubio y lo masturbaba con sus 2 manos.
Mi atención salió un poco del show para notar como Gabriela había abierto sus piernas y corriendo su bombacha a un costado se masturbaba metiendo 2 dedos en su vagina.
El negro ante los gemidos de Daniela y los fuertes embistes de esa verga negra que chocaba sus huevos en ese culo que seguramente la apretaba lanzando un gemido que sonó como un grito de guerra acabo dejando todo su néctar adentro.
Cuando se la saco, dejo un agujero que no se cerraba el culo le chorreaba leche. El negro se retiró volviendo aplaudir por encima de su cabeza como un jugador de futbol se retira agradeciendo a su hinchada.
Vikingo ya con el camino libre al culo de Daniela no tardo en poner manos a la obra. Se puso detrás de ella que seguía en 4 patas. Metió su cabeza con facilidad la tomo de las manos y llevándolas atrás la levanto quedando ella con su torso al aire, sostenida por vikingo.
Empezó un embiste lento, no le había entrado ni la mitad de esa pija, pero con su boca libre Daniela gemía gritaba y se retorcía de placer. El morbo del rubio crecía cada vez más, se podía ver en su rostro, sus embistes eran cada vez más fuerte, los gritos de Daniela parecían pasar de placer a dolor, ella le pedía que no tan fuerte, a lo que la gente respondía con abucheos e insultos.
Vikingo soltó sus brazos dejándola caer sobre la cama. Su rostro golpeo el colchón dejando su culo viento en popa para que el macho hiciese lo que quisiera con él. Vikingo se paró arriba de la cama y se puso en cuclillas detrás de Daniela. Metió un pedazo de su pene en el culo. Ella anticipándose a lo que venía pedía llorando por favor que no, que no lo hiciera, que la iba a lastimar.
El parecía ignorarla, no le iba a mostrar ni un poquito de la tan ansiada misericordia. Los gemidos de Gabriela aumentaban su fuerza.
Ante un estadio enmudecido y expectante de lo que pasaba vikingo sin piedad le clavo ese animal que tenía entre las piernas hasta el fondo sus huevos hicieron contacto con su culo. Por su parte Daniela lanzó un grito ensordecedor que hizo eco en el estadio, las orbitas de sus ojos se fueron hacia arriba, mientras estaba quieta la leche de su anterior amante comenzaba a salirse de su cola, chorreando por sus testículos y goteando el colchón. Ese enorme vergón había ocupado todo en su interior. El empezó a bombearla salvajemente mientras jadeaba agresivamente como un animal. Daniela no emitía sonido alguno, solo se escuchaba cuando la pelvis del vikingo chocaba contra los cachetes de su culo. Tras varios bombazos vikingo saco su pija y apuntando a su culo acabo llenándola de una cantidad inhumana de leche que baño su culo y espalda ante la inmutable quietud de su víctima.
El estadio festejaba la crueldad del acto. Mientras vikingo se retiraba haciendo reverencias al público.
Daniela reacciono poniéndose de costado y abrazando sus piernas en posición fetal, 2 hombres enmascarados entraron y dándole agua la ayudaron a sentarse.
El animador pidió un aplauso para Daniela a lo cual la gente respondió animosamente.
La tomaron uno de cada brazo, y parándola la llevaron fueron de la arena caminando a su ritmo, mientras pasaba ella chorreaba semen dejando un camino de gotas hasta que desapareció de mi vista.
Mire a Gabriela, que estaba algo colorada, había eyaculado con el espectáculo morboso.
- Te gusto?
- Estoy tratando de procesar si acabo de ver un show o una violación
- Pero te gusto?
- Algo me excito, pero no puedo dejar de sentir algo de culpa
- Eso es lo que lo hace excitante no?
Terminamos nuestros tragos, ella llamo al remisero y nos dispusimos a volver a la casa.
Al salir volvió a ponerme la correa en el cuello, esta vez las insinuaciones fueron más zarpadas, me toquetearon mucho, levantaron mi vestido y unos hombres me habían tomado del brazo y no me querían dejar ir. Ella los amenazo con llamar a seguridad, con lo que desistieron. No sé qué hubiese sido de mi si Gabriela no hubiera estado allí. Cuando salimos era de noche, perdi la nocion del tiempo y no puedo estimar cuanto tiempo duro ese show, pero me habia calentado mal.
En el viaje de vuelta conversando con el chofer del remis hicimos que se detuviera en la ruta y nos lo cogimos entre las 2, estábamos re calientes. Creo que le pegamos la garchada de su vida, dudo que él pueda olvidarla.
Continuará.
Bueno, como siempre me gustaria que me digan que les pareció, toda critica buena o mala siempre es bienvenida. Esta vez debo confesarles que me re calente con mi propio relato y me clavé los dedos y terrible paja mientra lo escribia, y aun sigo excitada je.
No soy de pedir puntos pero si les gustó dejen algunos por el esfuerzo de escribir mientras me castigaba sexualmente 🙂
Un abrazo a todos. Nos vemos pronto.
2 comentarios - Mi feminización VIII (el show)
Ahora el grandote "Tebby"... con ese nombre estoy más q seguro q por dentro es una nena amante de la verga jajaja