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Los amigos de mi hermano (PARTE 1)

RELATO QUE ENCONTRE EN INTERNET 
Mi nombre es Alex, actualmente tengo 28 años y soy de Buenos Aires, Argentina. Soy un chico alto, delgado, pelo castaño corto, ojos color café, y me suelen halagar por mis cejas y pestañas. Soy el menor de 5 hermanos, pero el fondo de ésto tiene que ver con mi hermano Pablo de 32 años, el que me sigue en edad. Pablo no es muy diferente a mí en apariencia física, solo que es apenas unos 2 o 3 cms más alto y el cuerpo más tonificado. A decir verdad, es bastante diferente a mí porque mis rasgos son más parecidos a los de mi madre mientras que él es más parecido a la familia de mi padre. 
Pablo siempre se juntaba con sus amigos en esa misma esquina, aunque él supo ver las oportunidades de la vida de otra manera y paulatinamente hace unos 10 años abandonó el hábito de juntarse con sus amigos a vaguear tomando cerveza y fumando porro. Él decidió buscar un trabajo que de frutos, se compró su propio auto y dedicaba sus noches a salir con mujeres al menos 4 días a la semana. Aún así, buscaba hacer espacio para visitar a sus amigos que lejos de la envidia, siempre alentaron a mi hermano por su determinación y siempre lo felicitaron por sus logros. 

Quiénes son los amigos de mi hermano? Realmente siempre vi que el grupo iba variando, siempre eran 7 u 8 y quizás 2 o 3 eran siempre los mismos, mientras que el resto iba cambiando. Iban y venían. Yo siempre destaqué algunos de ellos que solía ver más seguido en casa. 

Ahora estamos hablando de hace unos 12 años, yo tenía 16 y casi estaba terminando la secundaria. Los amigos y amigas de mi hermano (en ese momento todos rondaban los 20 años) a veces venían a casa a la noche, cuando mis papás salían, y se juntaban simplemente alrededor de unas pizzas, cervezas, cigarrillos, cartas y charlas. Éstas eran las ocasiones en las que podía ver a Lucho, uno de los mejores amigos de mi hermano. Lucho siempre fue igual; alto como yo, rubio, siempre el mismo corte recto y cortito, ojos celestes, bien blanco de piel, de esos que se les ruborizan las mejillas naturalmente, y siempre con una sonrisa.
Lucho siempre tenía olor a sexo, o al menos yo siempre asocié un aroma particular en la piel de algunos hombres que me atraía muchísimo. Quizás por las feromonas, se dice que cuando una persona tiene sexo muy frecuente, su piel se ve más saludable, los ojos se ven más brillosos, la sonrisa está siempre dibujada y se libera un aroma que atrae el deseo sexual. Sumado a esto, Lucho siempre se vestía con pantalón y zapatillas deportivas, algo que particularmente canta bingo en mi cabeza. 

Otro de los amigos de mi hermano que era más común de ver viniendo a casa era Nico, un chico de la misma altura que mi hermano, delgado, con algunos tatuajes en uno de sus brazos, pelo bien corto y negro, una leve barba de poco días que parecía mantener a propósito. Sus ojos siempre me fueron confusos; a veces eran color avellana y a veces un verde claro. Pero lo más importante es que Nico tenía fama de tener algo grande entre sus piernas, o al menos eso es lo que escuchaba que decían mi hermano y sus amigos de él cuando yo iba de pasada por la mesa aquellas noches. Me encantaba contemplar como jugaban a las cartas mientras tomaban cerveza y la cocina estaba cubierta por una tenue capa de humo de cigarrillo. Entre ellos se hacían chistes, algunos que yo no entendía, o quizás ni le prestaba atención porque Nico tenía la costumbre de acomodarse el bulto constantemente. Por otro lado, Lucho era el que siempre terminaba bajándose los pantalones y le mostraba el culo a las chicas. Un culo tan lindo y lampiño como su cara, bien blanco y se notaba que tenía una piel muy suave. Juntaba todas estas imágenes para luego irme a mi habitación y tocarme pensando en todo lo que veia, escuchaba y olía... 

...Pasó bastante tiempo y esas juntadas ya no existen, sobre todo porque somos todos grandes y vivimos en casas diferentes. Sin embargo, en los cumpleaños de mi hermano Pablo aún los sigo viendo a Lucho, Nico, y otros amigos de mi hermano como Cristian y Javi, que también me despertaban deseos aunque casi nunca los veía, ni siquiera cuando era más chico. 

Y llegamos a un episodio de mi vida que sucedió hace 4 años, cuando yo tenía 24 años y los amigos de mi hermano rondaban los 28. Por una serie de sucesos finalmente decidí salir del closet, contárselo a mi familia y amigos. Mis papás, mis hermanos, tíos y primos, nadie tuvo problemas en aceptar mi orientación sexual, aunque mi hermano Pablo no parecía estar muy convencido de estar feliz con mi decisión. Con el pasar de los meses aparentemente supo entenderlo y ya no le prestó mucha importancia al asunto. 

Sucedió que en esos momentos mi hermano Pablo estaba pasando una etapa turbulenta en la relación con su novia, estaban separados y mi hermano decidió irse a vivir solo. Un sábado me pidió que lo ayudara en su departamento a tomar medidas y desmontar cosas viejas para empezar a refaccionarlo. Casi cuando estábamos terminando suena el celular de mi hermano. Era nada menos que Lucho, y entre varias palabras le comentaba que estaba con otros amigos de mi hermano cerca del departamento, así que se acercaron a verlo y después salir a tomar algo. Llegaron 15 minutos después Lucho y Nico (los de siempre) y los acompañaban 2 nuevos amigos de mi hermano: Leandro y Mariano. Hacía unos años que no veía a Lucho y Nico, que me saludaron efusivamente como si fuese su hermano menor. Lucho ahora era policía, era por eso que casi no venía a los cumpleaños de mi hermano en los ultimos 3 años. Estaba más lindo que nunca, ahora más en forma de lo que ya estaba y con una actitud mas recta que la que tenía años atrás cuando era un vago. Nico seguía igual, si tuviese que notar cambios diría que no cambió en nada. Por otro lado, Leandro y Mariano rondaban la misma edad que el resto, pero eran 2 hombres con más cuerpo, más altos y se notaba que venían de un ambiente totalmente distinto. 

Fue entonces que con mi hermano Pablo y sus 4 amigos bajamos a comprar pizza para comer en una mesa improvisada del departamento que aún no estaba listo para recibir visitas. La cena era distinta a aquellas épocas en las que hablaban de sexo. Y Nico ya no se agarraba el bulto como antes. Derepente suena el celular de mi hermano, le llegó un mensaje de alguien que lo hizo pararse y salir al balcón a hablar. Cuando mi hermano volvió a entrar unos 10 minutos más tarde, se acerca a Lucho y le comenta sobre el llamado; claramente mi hermano estaba picoteando con alguna mujer que le dio el OK y estaba decidido a ir a buscarla. Pablo se fue a bañar, se vistió, perfumó y buscando las llaves del auto sus amigos se levantaban para irse. Mi hermano se dirigió hacia mí y me comentó que se tenía que ir a ver una chica que no podía desperdiciar, pero que Lucho me alcanzaría a mi casa. 

Así fue que bajamos todos. Mi hermano se despidió de sus amigos, se subió a su auto y yo me fui con sus amigos en el auto de Lucho. Me dejaron sentarme en el asiento del acompañante, mientras que Nico, Leandro y Mariano se sentaron atrás. Era bastante temprano, las 10 de la noche si mal no recuerdo, y entre ellos hablaban de qué harían esa noche... 

- Nico: Vayamos a bailar a Quilmes. Hace unas semanas que voy a un boliche de allá donde salís seguro con alguna... 
- Leandro: No sé, a mi ya no me pinta tanto salir a bailar y menos por esa zona... 
- Mariano: No te hagas el viejo, Lean... ponete las pilas que todavía te queda pasta para bancarte un boliche. De última si pinta difícil de entrada nos vamos por ahí que encontramos algo seguro... 
- Lucho: Chicos, no quiero cortarles la fiesta pero si tienen pensado salir a bailar hasta muy tarde no cuenten conmigo que yo mañana tengo guardia y no puedo caer a mi puesto en mal estado... 

(...silencio por unos segundos...) 

- Yo: Aparte no se olviden que Lucho me está llevando a mi casa, así que podrían planearlo después en vez de seguir dando vueltas pensando a dónde ir... 
- Lucho: Ah... si... hay que llevarlo a su casa... mejor vamos a dejarlo a Alex y después vemos qué hacemos. 


Nadie dijo más nada. Pasaron 1 o 2 minutos casi en puro silencio y Lucho agregó: 

- Lucho: Alex, seguro vamos a salir a tomar algo al bar que íbamos siempre con tu hermano y los chicos... ese que queda cerca de tu casa. Para no tener que hacer tanto viaje, te molesta si pasamos por mi casa un rato para que pueda agarrar unas cosas y después de camino al bar te dejamos en tu casa...? 

No le vi ningun problema, Lucho vive a 5 cuadras de mi casa así que le respondí que por mí estaba todo bien. Ante mi respuesta vi como Lucho miraba a por el espejo retrovisor. Miró un par de veces más y no comprendía por qué, pero después de que lo hizo varias veces, me di cuenta que estaba haciendo contacto visual con Nico sin decir nada, como si estuviesen teniendo una conversación con la mirada. 
Cuando llegamos a la casa de Lucho, él se bajó del auto y Nico lo siguió, pero Leandro y Mariano seguían dentro del auto. Lucho estaba abriendo la puerta de su casa cuando volteó a vernos y dijo: 

- Lucho: Bajen porque voy a trabar el auto con la alarma, no creo que se quieran quedar encerrados. 
- Mariano: Hace falta que bajemos? Agarrá tus cosas, te esperamos acá y nos vamos... 
- Lucho: No, seguro voy a tardar un poco... entren! 
- Yo: Che, Lucho... si van a tardar dejame que yo voy caminando a mi casa, total son 5 cuadras y muero de sueño...
- Lucho: Estás loco? Es tardísimo para que camines esas 5 cuadras solo, si me esperás van a ser unos 10 o 15 minutos como mucho y te alcanzo enseguida. 

Acepté, solo porque me era imposible decirle que no. Lucho y Nico sonrieron, y así los 5 entramos a la casa. 
Nico se sentó en el sofa, mientras Lucho siguió camino hacia su habitación. Leandro y Mariano se quedaron parados al igual que yo, pero Nico insistió en que tomáramos asiento. No entendía qué era lo que tenía que hacer Lucho que le iba a demorar 15 minutos cuando derepente escucho que lo llama a Nico desde la otra habitación, Nico se para y camina rápido hacia la habitación de Lucho. Escuchábamos que hablaban pero no se llegaba a descifrar lo que decían. Enseguida volvió Nico diciendo que Lucho se iba a bañar rápido antes de salir y siguió camino a la cocina buscando cervezas para tomar mientras esperabamos. Mariano abrió las cervezas y sirvió para todos. 
Entre ellos 3 se pusieron a hablar de unas chicas que habían conocido en el bar la semana anterior y planeaban qué hacer para conseguirlas. Yo me quedaba callado tomando mi cerveza mientras veía que en ellos iba haciendo efecto el alcohol. Mariano nota que estaba super callado sin emitir comentario ni gestos y me increpa: 

- Mariano: Y vos Alex? no tenes ninguna mina por ahí? tenés que venir con nosotros un día, no sé por qué tu hermano nunca te lleva... 
- Leandro: Sí, Alex... no se que tipo de minas conocés, pero en este bar que vamos nosotros siempre hay minas diferentes y si sos un poquito astuto te ligas alguna... 

Nico estaba callado, tomando su cerveza, observando atento cómo Mariano y Leandro me increpaban con todo tipo de comentarios tratando de que yo mostrara algún tipo de interés en las mujeres que me querían conseguir, y yo quería decirles la verdad ya que no lo ocultaba, pero hablaban tan rápido, uno encima del otro, que no me dejaban espacio para aclararlo. 
En ese instante aparece Lucho recién bañado, solo con una toalla rosa cubriéndole de la cintura para abajo, sin nada más, y se sienta al lado mío en el sofá. Olía tan bien... prendió un cigarrillo y abrió una lata de cerveza: 

- Lucho: Qué pasa? De qué hablan tan alto ustedes dos? 
- Mariano: es que le estamos contando a Alex de las minas que nos levantamos en el bar a ver si lo convencemos de que venga con nosotros algún día, pero a éste parece que no lo convences con nada... 
- Lucho: Déjenlo en paz, Alex no es como ustedes, él es diferente. 
- Yo: Diferente? A qué te referís? 
- Lucho: Ehmm... bueno, o sea... digamos que... vos... pateás para el arco contrario.... 
- Leandro: En serio? Uh, perdón, Alex... no sabíamos... 
- Yo: No hay drama, mirá si me va a molestar... se los iba a aclarar pero estaban tan entusiasmados que no me daban espacio a decirles nada... y vos cómo sabés eso de mí, Lucho? 
- Lucho: Tu hermano Pablo nos contó hace unos meses... 
- Yo: A quién les contó? 
- Lucho: A mí, a Nico... a Cristian, Javi... a los chicos del grupo. Nos contó que habías confesado que sos gay a toda tu familia y estuvo medio afectado durante un tiempo. Nosotros lo apoyamos para que no tenga tantos prejuicios, intentamos ayudarlo de otra manera también pero no quiso... 
- Yo: Ayudarlo de otra manera? Cómo? Yo a mi hermano lo veo bastante relajado, ya no se hace problema por eso y hasta me hace chistes a veces. 
- Nico: Sí, eso lo hace ahora porque no aceptó nuestra ayuda en ese momento, no le quedaba otra que aceptarte como sos. 
- Yo: Pero sigo sin entender como pretendían ayudarlo a aceptar mi homosexualidad... 

Nico no me contestó, se me quedó mirando y miraba a Lucho alternadamente. Mariano y Leandro no estaban al tanto porque no eran parte del grupo cuando mi hermano les contó a sus amigos, miraban a Lucho y Nico tratando de entender la conversación y esperando que alguno de los dos respondiera mi duda. Lucho estaba sentado al lado mío y decidió responder por Nico, apoyando su mano en mi pierna: 

- Lucho: Mirá, Alex... hay mucha gente que le cuesta comprender que un hombre encuentre atracción sexual en otro hombre... 
Mientras Lucho decía esto, Nico se paró de su silla y vino a sentarse al lado mío en el sofa. 
- Lucho: ...y una muy buena manera de comprender lo que percibe un gay es experimentar sus hábitos de alguna que otra manera... 
Ni bien dijo esto, se desató la toalla rosa que cubría su cintura, la abrió a ambos lados y para mi sorpresa reveló una verga totalmente parada. Mis ojos saltaban del asombro, no solo porque jamás esperaba que Lucho hiciera algo semejante, sino porque en ese preciso momento solo podía prestarle atención a lo perfecta que era esa verga; tendría unos 22 cm, gruesa, cabezona, pálida, con la cabeza bien colorada y brillosa. Miraba esa pija y lo miraba a Lucho completamente petrificado. Cuando derepente escucho el sonido de la hebilla de un cinturón... era Nico a mi lado, y para cuando me volteé él también había revelado una verga de dimensiones semejantes, solo que la de Nico era un poco más oscura y tenía más pelos. 
Yo estaba atónito, no paraba de mirar las vergas de Lucho y Nico. Ellos no decían ni una palabra, callados me miraban fijamente sin tocar sus vergas que se mantenían duras sin doblarse. Sin saber qué hacer, miré a Mariano y Leandro que estaban algo ebrios aún, pero suficientemente conscientes como para estar asombrados por lo que estaba sucediendo. Tampoco emitían ninguna palabra y parecían más expectantes de ver cómo reaccionaría yo en lugar de cuestionar a Nico y Lucho por estar con sus pijas duras al aire. 
Lucho pasó su mano por atrás mio y acariciando mi nuca... 
- Lucho: Tu hermano no estuvo de acuerdo con que lo ayudáramos a aceptar que sos gay, pero nosotros queremos que te puedas dar el gusto de celebrar... 
- Nico: ...celebrar que todo el mundo sabe que te gusta la verga, putito! 

Al gritar esto, Nico me tomó de la nuca y me empujó hacia la pija de Lucho, que me la refregó por toda mi cara buscando meterla en mi boca... 
- Lucho: Eso! Así, pendejo... Abrí bien la boca así soplas la vela y celebramos de una vez por todas! 
- Nico: Dale, puto! no nos hagas perder el tiempo y entregate así hacemos esto de una buena vez! 

No tuve nada qué decir, ni objetar, ni discutir. Mientras Lucho me golpeaba la cara con su verga, pude ver que Mariano y Leandro seguían en su lugar, con las mejillas coloradas y habían sacado sus vergas para masturbarse. No eran tan impresionantes como las vergas de Lucho y Nico, quizás medían unos 18 o 19 cm, pero tenían lo suyo; la de Leandro tenía una leve inclinación hacía arriba, algo delgada, con el prepucio que parecía a punto de cortarse. La verga de Mariano tenía el mismo largo, pero era la más gruesa de todas, realmente uno podía notar que su verga era bien gorda desde la base hasta la cabeza, y sus huevos acompañaban en tamaño. 
Al ver que todos en la sala estabamos de acuerdo con lo que iba a suceder, accedí y empecé a chuparle la verga a Lucho. No lo podía creer, algo que había ansiado durante años, una verga que solo existía en mis sueños y sin siquiera saber cómo era me había asombrado al ser mucho más hermosa e impactante de lo que me imaginaba. Para ponerme más cómodo, me levanté del sofa y me arrodillé frente a Lucho para seguir chupádonle la verga con ganas que sacaba de mis deseos más profundos. Nico aprovechó para arrimarse bien pegado a Lucho y me invitaba a que cambie de verga. 

- Nico: Ey, putito... no te vayas a cansar la boquita que acá tenes una verga con muchas ganas de que se la coman... 
- Lucho: Aguanta un momento, Nico... la chupa muy bien, te juro que no me esperaba que chupe tan bien la pija... 
- Nico: Bueno, pero no te envicies, total tenemos toda la noche para que este putito nos saboree bien la pija... y ustedes 2 que dicen? se van a seguir pajeando o piensan acercarse para que este pendejo se las chupe a ustedes también? 
- Lucho: Marian, Lean... disculpen si no les comentamos de esto, pero se nos ocurrió en el auto viniendo para acá... espero que no sea incómodo para ustedes... 

Leandro respondió simplemente levantandose de su silla, camino hacia a nosotros, tomó mi cabeza con ambas manos, la giró hacia él y metió su pija sin previo aviso dentro de mi boca. Leandro me empezó a coger la boca haciendo que me la trague hasta la garganta y provocando que me atragantara. Yo frenaba para toser y escupir, pero sin dejarme respirar mucho tiempo volvía a meter esa verga en mi boca, 

- Nico: Ey! Me tocababa a mí! Yo tuve la idea de hacer esto así que me merezco que este putito me chupe la pija antes que todos ustedes... 

Nico se levantó del sofa y giró mi cabeza hacia él para hacerme lo mismo que me hizo Leandro, pero Nico era diferente. Estaba completamente excitado como un animal en celo. Agarraba su verga con la mano, me la pasaba por toda la cara, por mis labios gruesos, me golpeaba la cara y luego la pasaba por toda mi lengua haciendo movimientos circulares para que pruebe cada rincón de su verga y seguido de ésto me la mandaba hasta la garganta y violaba mi boca con mas fuerza que la que hacía Leandro momentos antes. 
Así se fueron turnando uno por uno entre ellos tres. Por momentos de a dos metían sus pijas juntas en mi boca, y por momentos entre los tres me hacían sacar la lengua para sacudirme sus vergas totalmente empapadas de mi saliva que ya se ponía pegajosa y abundante. Mientras sucedía esto, Mariano seguía masturbandose sin intenciones de participar en la cogida que estos tres machos le estaban dando a mi garganta. 

- Leandro: Dale, Marian! Te vas a quedar ahí pajeandote como si estuvieras viendo una porno? Este pendejo es alucinante, vení con nosotros y dale verga que se ve que tiene mucha hambre... 

Mariano no hizo caso a lo que le dijo su amigo, así que Lucho hizo lo suyo. Me arrastró arrodillado hacía donde estaba sentado Mariano con la verga totalmente dura, y abriendo mi boca, Nico empujó mi cabeza por atrás para que me empezara a comer esa verga increiblemente gruesa que apenas lograba hacer pasar por mis labios. Cuando logré tragarmela descubrí que no me costaba tragarmela hasta la base, así que quité las manos de los demás de encima mio y me dediqué a chuparle la verga a Mariano usando mis propias más para manosearle sus huevos cargadisimos de calentura. 
Los chicos vieron mis ganas de chupar verga y empezaron a desnudarme desesperadamente. 

- Lucho: Qué bien! que buena idea que tuvimos, Nico... que bien que la vamos a pasar con el hermanito de Pablo, y eso que solo habíamos planeado enfiestarlo entre nosotros dos, y mirá como se prendieron estos... 
- Nico: No aguanto más de la calentura! mirá el culo que se gasta este pendejo! necesito cogérmelo ya mismo! 
- Leandro: Yo no aguanto más, chicos... voy a acabar en cualquier momento... 

Ni bien Leandro terminó de decir esto, se acercó rapidamente a mi cara mientras yo seguia ocupado chupando la verga gruesa de Mariano que bufaba y gemía de placer. Leandro se empezó a masturbar bien fuerte hasta que agarrandome de los pelos me quitó de mi trabajo y acabó una gran cantidad de semen en la verga de Mariano... 

- Leandro: Ahí tenés, putito! limpiame la verga y después comete la de Mariano que te la dejé bien adornada... seguro que te debe encantar chupar una verga bañada de leche... 

No estaba tan equivocado. Enseguida me dispuse a limpiar la verga de Leandro para no perder tiempo en comerme algo aun mejor: la verga de Mariano bañada en leche de su propio amigo. 
Estuve chupando la verga de Mariano por varios minutos más hasta que Lucho se decidió. 

- Lucho: Basta! necesito cogerme el culo de este pendejo ya mismo. Arrodíllenlo encima del sofa y jueguen con ese culo un rato mientras voy a buscar lubricante... ese culito lo va a necesitar para tragarse toda esta verga hasta el fondo. 

Nico y Mariano se turnaban lamiendome el orto con gran calentura y alternaban metiendome dedos para dilatar un culo que por cuenta propia ya se encontraba dilatado por el momento que estaba viviendo. 
A los pocos momentos volvió Lucho caminando con su pijón totamente duro y balanceandose de un lado a otro, bañado por completo en gel lubricante. Apartó a los otros dos para meter sus dedos llenos de lubricante en mi culo y comprobar que ya estaba listo para ser cogido por el hombre de mis sueños, el que más había anhelado por años... 
Lucho apoyó la cabeza de su verga en la entrada de mi culo, y sin titubear, decidido, metió la cabeza de un solo movimiento que me hizo retorcer del dolor. Dejé que pase el dolor para relajarme y levantar mi culo para que quede bien parado y listo para recibir verga. 

- Lucho: Alex, preparate porque a partir de ahora te voy a meter toda esta verga por el culo y te voy a coger con todas las ganas que me vengo aguantando de cogerte desde que tenías 12 años. Algo me decía que te gustaba la verga y tuve que esperar 12 años para que finalmente te tenga así, con el culo bien abierto y listo para que me lo coja sin piedad... 

Las palabras de Lucho me excitaron hasta el alma y me elevaron hasta un punto que no era consciente de nada. Solo pude sentir como empujó su verga hasta el fondo de mi cuerpo y no tardó nada en darme la cogida más intensa que había recibido en mi vida. La excitacion que sentía era tan grande que perdí mi consciencia por completo... 
Cuando volví a reaccionar ya había pasado un rato largo aparentemente, volteé a ver la cara de Lucho mientras me cogía el culo con furia y desesperación, pero ahora era Nico quien me estaba dando su verga casi tan fuerte como lo habia hecho Lucho, que se encontraba sentado a lado mio en el sofá, con la verga chorreando semen y él fumando un cigarrillo. 
Enseguida pude sentir como la verga de Nico latía más fuerte que antes y explotar dentro mío una inmensa cantidad de semen espeso y ardiente. Tanta era la cantidad que no tardó en desbordar y chorrear por mi pierna. 
Nico sacó su verga de adentro mío, mientras yo seguia arrodillado y empinado en medio del sofa, y se sentó a mi lado como lo había hecho Lucho. Ambos me acariciaban preguntandome si habia disfrutado de la cogida que me dieron. 

- Lucho: Era lo que esperabas? No te resististe en ningun momento, claramente lo deseabas hace tiempo vos también, no? 
- Nico: Seguro que si... todavía me acuerdo cuando hace unos años me vivía tocando el bulto y me daba cuenta como este pendejito me miraba con ganas. 
- Lucho: Espero que lo hayas disfrutado tanto como lo disfruté yo. 
- Nico: Y yo... 
- Mariano: No canten fin tan rápido que todavía falta papi! ahora vas a saber lo que es que te taladren el orto con un cañon tan grueso como este... 

Sin dejarme estirar mi cuerpo si quiera, me agarró el culo con ambas manos y dirigió la cabeza de su verga hacia mi agujero. Con una de sus manos apretó para que empiece a entrar, logrande que por primera vez en la noche suelte un grito de dolor... 

- Yo: Aaaaahhhh!... Es demasiado gruesa, andá más despacio y con más lubricante 
- Mariano: Me estas hablando en serio? Tenés el orto super abierto de las cogidas que te dieron mis amigos y más aun lubricado con toda la leche que te bañaron encima. Levanta bien el culo y recibime esta verga como buen puto goloso que sos... 

No dudó un instante y con algo de dificultad logró enterrar toda su verga gruesa hasta la base. Empezó a cogerme con la misma intensidad que lo habían hecho sus amigos y sentía como sus huevos enormes y caliente me golpeaban el culo con cada embestida. 
A todo esto, Leandro ya se habia recargado y la tenía dura otra vez. Le pidió a Nico que se levante de su lugar, se sentó y dirigió su verga a mi boca. Yo por supuesto me dediqué a chuparsela mientras Mariano hacia lo imposible para cogerme cada vez con más fuerza. Eran tan fuertes las embestidas que me daba que terminé completamente montado encima de Leandro, lejos de poder seguir chupandole la verga. 
En una de esas salvajes embestidas, Mariano la enterró hasta el fondo y sin volver a sacarla vació su leche adentro mio. Se quedó con la verga enterrada en mi culo unos momentos hasta que se salió por completo dandome una fuerte nalgada en la cola. 

- Mariano: Muy bien, putito. Te bancas cuanta pija aparezca sin drama, eeh... 
- Leandro: No hace falta que lo digas, Marian... le falta probar esta verga por el culo tambien! 

Leandro estaba sentado en el sofa y yo encima suyo chorreando la leche de Mariano. Me ubicó la verga en la entrada de mi culo y me hizo sentarme para que lo cabalgue. Yo ya casi no tenía fuerzas, y Leandro notó ésto así que me abrazó bien fuerte y me empezó a bombear a una velocidad extrema. Me miraba con su cara llena de placer y desesperación, buscando mi mirada para avisarme que en cualquier momento él también me iba a llenar el culo de leche. 

Derepente, sonó el timbre... 




CONTINUARÁ...


1 comentarios - Los amigos de mi hermano (PARTE 1)

dedevoto
Ah, bueno, alta fiesta tuviste