Ya relaté en http://www.poringa.net/posts/relatos/3039426/Sorpresa.html el trio "casual" con Griselda y su amiga de la facultad.
Lo cierto es que luego de eso, nuestra relación se fue deteriorando por otros temas, peleas, discusiones, lo que le pasa a toda pareja.
Luego de un par de meses de alejamiento, le mando un mensajito para su cumpleaños. Casi inocente, ponele.
Pero la respuesta fue clarisima "Gracias, extraño tu pija"
"Y yo tu concha", respondí
"Algo habrá que hacer al respecto", sentenció.
Lo cierto es que a la mañana siguiente estabamos cogiendo como condenados. Tenia, dijo, muchas ganas de chuparme la pija y que en este tiempo se había masturbado furiosamente pensando en ella y en que se la metiera por todos lados.
En el fragor de la batalla, ella arriba cabalgándome, le meto de una un dedo en el culo. Pegó un salto acompañado de un orgasmo: "me enloquece, me saca, me gustaría que tengas dos pijas para hacerme gozar como perra".
"¿Te gustaría otra pija y que te hagamos la doble?"
"Me enloquece de solo pensarlo"
A partir de ahí la fantasía fue recurrente. Cada vez que cogiamos me repetía "quiero otra pija"... y nos "autorizamos" a buscarla. Yo creía que lo mejor era que fuera la de un conocido de ella. Pero en su fantasía era cualquier otra verga.
Asi que, decididos, fuimos de bar en bar buscando alguien que pudiera satisfacer su (nuestra?) fantasía. El morbo se mezclaba con cierto miedito de ambos a encamarse con "cualquiera" sin saber quien era. Hasta que un día me dice "lo encontré". Desde que lo decidimos, se habia metido en una pagina de levantes y venía conversando con un muchacho de 28 años al que llamaré Martin.
Ella siempre fue clara que no era de a dos sino de a tres. Me contó los detalles y como se calentaba, me mostró todas las conversaciones para que no hubiera dudas que no quería estar con el sino con los dos. Armamos un grupito de watsapp los tres y la cosa se fue calentando mucho. Le mandabamos videitos de como cogiamos, como me la chupaba, y ella le decía "quiero chupar las dos pijas". La filmé cuando le acababa en la cara, cuando le hacía el orto, de todas las maneras. El muchacho hervía y nos mandaba videos de sus pajas, que Griselda miraba chupandome la pija, metiendose un juguete en la concha y en el culo, viendo la verga del pibe que, por cierto, era grande.
Hasta que unas semanas despues acordamos un encuentro en mi casa. Vino, puntual, con dos cervezas y con una charla nerviosa al principio, fuimos dejando pudores.
Griselda sacó el tema directamente, la situación que había soñado se acercaba. Comenzó hablandole de lo mucho que le había gustado, de como se habia calentado mirando sus videos y de que siempre pensaba en dos pijas cuando cogía conmigo. Yo comence a acariciarle la espalda y ella mi pierna mientras hablaba. Estabamos sentados en el sillon "grande" y Martín miraba desde el mismo sillón donde había estada sentada la amiga. Poco a poco fuimos interviniendo Martin y yo en la conversación, acerca de como nos calentabamos también pensando en cogerla los dos. Mis manos ya habían desprendido el corpiño de Grisela y le saque la remera dejando sus tetas libres, que pellizqué sin pudor, mientras Martín se acariciaba por encima del pantalon.
"Sacá la pija, quiero verla", le ordenó Griselda.
El se bajo los pantalones y el boxer y dejó su pija al descubierto. Griselda me miró y no necesistamos palabras. Asentí y ella se abalanzó sobre la pija y comenzó a chuparla mientras yo miraba. El la acariciaba en la cabeza y se tiraba hacia atras mientras ella lamía con maestría.
Mi chica se la chupaba a otro en mi presencia y eso me calentó muchisimo, por lo que me desnudé completamente y me quedé en el sillón tocandome y mirandolos.
Le dije que viniera a sentarse a mi lado. Martín lo hizo y Griselda, arrodillada, chupaba alternando una y otra pija. Hasta que en un momento se paró, le puso un forro y se metió la pija de Martín de una, cabalgándolo mientras yo le chupaba las tetas. Tuvo su primer orgasmo.
Luego cambió a mi pija, me cabalgó también a mi y al minuto acabó nuevamente. Yo explotaba pero no quería acabar todavía... Entonces sin sacársela le dijo a Martin "por favor, haceme el orto".
Confieso que la posición no era del todo cómoda, pero la calentura podía mas. Me tiré lo mas atras que pude, Griselda cabalgándome y Martín metiendosela por el culo luego de escupirlo para lubricarlo.
No puedo decir cuántos orgasmos tuvo, pero fueron varios seguidos, a los gritos, "rompanme toda, cojanme hijos de puta"
Ambos estabamos al borde de acabar y se lo dije.
Entonces ella se levantó sacándose las dos pijas y nos sentó a ambos. Comenzó a chupar las dos por separado primero y luego juntó las cabezas para lamerlas y meterselas en la boca juntas a duras penas. Martín no aguantaba y vino su lechazo que fue a su cara y a sus labios. ella como si nada, toda enlechada siguió chupandome la pija y acabando y diciendome "que placer, dame tu leche". Al minuto le acabé tambien en la boca. Ella se metió con los dedos la leche de Martín en la boca y se tragó, luego de mostrarnos la boca llena de leche, todo junto.
Reímos y quedamos asi tirados los tres en el sillón, Griselda sobre el piso.
Y la cosa seguiría.
Continuará
Lo cierto es que luego de eso, nuestra relación se fue deteriorando por otros temas, peleas, discusiones, lo que le pasa a toda pareja.
Luego de un par de meses de alejamiento, le mando un mensajito para su cumpleaños. Casi inocente, ponele.
Pero la respuesta fue clarisima "Gracias, extraño tu pija"
"Y yo tu concha", respondí
"Algo habrá que hacer al respecto", sentenció.
Lo cierto es que a la mañana siguiente estabamos cogiendo como condenados. Tenia, dijo, muchas ganas de chuparme la pija y que en este tiempo se había masturbado furiosamente pensando en ella y en que se la metiera por todos lados.
En el fragor de la batalla, ella arriba cabalgándome, le meto de una un dedo en el culo. Pegó un salto acompañado de un orgasmo: "me enloquece, me saca, me gustaría que tengas dos pijas para hacerme gozar como perra".
"¿Te gustaría otra pija y que te hagamos la doble?"
"Me enloquece de solo pensarlo"
A partir de ahí la fantasía fue recurrente. Cada vez que cogiamos me repetía "quiero otra pija"... y nos "autorizamos" a buscarla. Yo creía que lo mejor era que fuera la de un conocido de ella. Pero en su fantasía era cualquier otra verga.
Asi que, decididos, fuimos de bar en bar buscando alguien que pudiera satisfacer su (nuestra?) fantasía. El morbo se mezclaba con cierto miedito de ambos a encamarse con "cualquiera" sin saber quien era. Hasta que un día me dice "lo encontré". Desde que lo decidimos, se habia metido en una pagina de levantes y venía conversando con un muchacho de 28 años al que llamaré Martin.
Ella siempre fue clara que no era de a dos sino de a tres. Me contó los detalles y como se calentaba, me mostró todas las conversaciones para que no hubiera dudas que no quería estar con el sino con los dos. Armamos un grupito de watsapp los tres y la cosa se fue calentando mucho. Le mandabamos videitos de como cogiamos, como me la chupaba, y ella le decía "quiero chupar las dos pijas". La filmé cuando le acababa en la cara, cuando le hacía el orto, de todas las maneras. El muchacho hervía y nos mandaba videos de sus pajas, que Griselda miraba chupandome la pija, metiendose un juguete en la concha y en el culo, viendo la verga del pibe que, por cierto, era grande.
Hasta que unas semanas despues acordamos un encuentro en mi casa. Vino, puntual, con dos cervezas y con una charla nerviosa al principio, fuimos dejando pudores.
Griselda sacó el tema directamente, la situación que había soñado se acercaba. Comenzó hablandole de lo mucho que le había gustado, de como se habia calentado mirando sus videos y de que siempre pensaba en dos pijas cuando cogía conmigo. Yo comence a acariciarle la espalda y ella mi pierna mientras hablaba. Estabamos sentados en el sillon "grande" y Martín miraba desde el mismo sillón donde había estada sentada la amiga. Poco a poco fuimos interviniendo Martin y yo en la conversación, acerca de como nos calentabamos también pensando en cogerla los dos. Mis manos ya habían desprendido el corpiño de Grisela y le saque la remera dejando sus tetas libres, que pellizqué sin pudor, mientras Martín se acariciaba por encima del pantalon.
"Sacá la pija, quiero verla", le ordenó Griselda.
El se bajo los pantalones y el boxer y dejó su pija al descubierto. Griselda me miró y no necesistamos palabras. Asentí y ella se abalanzó sobre la pija y comenzó a chuparla mientras yo miraba. El la acariciaba en la cabeza y se tiraba hacia atras mientras ella lamía con maestría.
Mi chica se la chupaba a otro en mi presencia y eso me calentó muchisimo, por lo que me desnudé completamente y me quedé en el sillón tocandome y mirandolos.
Le dije que viniera a sentarse a mi lado. Martín lo hizo y Griselda, arrodillada, chupaba alternando una y otra pija. Hasta que en un momento se paró, le puso un forro y se metió la pija de Martín de una, cabalgándolo mientras yo le chupaba las tetas. Tuvo su primer orgasmo.
Luego cambió a mi pija, me cabalgó también a mi y al minuto acabó nuevamente. Yo explotaba pero no quería acabar todavía... Entonces sin sacársela le dijo a Martin "por favor, haceme el orto".
Confieso que la posición no era del todo cómoda, pero la calentura podía mas. Me tiré lo mas atras que pude, Griselda cabalgándome y Martín metiendosela por el culo luego de escupirlo para lubricarlo.
No puedo decir cuántos orgasmos tuvo, pero fueron varios seguidos, a los gritos, "rompanme toda, cojanme hijos de puta"
Ambos estabamos al borde de acabar y se lo dije.
Entonces ella se levantó sacándose las dos pijas y nos sentó a ambos. Comenzó a chupar las dos por separado primero y luego juntó las cabezas para lamerlas y meterselas en la boca juntas a duras penas. Martín no aguantaba y vino su lechazo que fue a su cara y a sus labios. ella como si nada, toda enlechada siguió chupandome la pija y acabando y diciendome "que placer, dame tu leche". Al minuto le acabé tambien en la boca. Ella se metió con los dedos la leche de Martín en la boca y se tragó, luego de mostrarnos la boca llena de leche, todo junto.
Reímos y quedamos asi tirados los tres en el sillón, Griselda sobre el piso.
Y la cosa seguiría.
Continuará
5 comentarios - Siguen las sorpresas