Hola a todos y todas...
Antes que nada, quisiera presentarme brevemente:
Mi nombre es Pamela, soy una mujer cuarentona, separada hace varios años.
Suelo visitar la página hace un tiempito, pero siempre como anónima.
Considero que es una buena oportunidad para contar mi primer "Relato".
Ahí va...
Soy una mujer a la que le gusta cuidarse, sobre todo post-separación.
Unos años después de eso, como "premio" en ésta nueva etapa de soltera, decidí hacerme un regalito y me hice las lolas.
También hice toda mi vida algún que otro tipo de actividad, por lo que me considero estoy bastante bien.
Trato de mantenerme así, yendo al gym en lo posible tres veces por semana como mínimo.
En parte por un tema de cuidado físico, y también porque es un buen lugar para sentirme mirada y deseada.
El otro protagonista de ésta historia, es Nico, un vecino del depto y también compañero del gimnasio.
Es un pendejo casi treintañero, carilindo, de barbita y con un lomo que a simple vista se nota bastante trabajado.
Claramente es el deseo de cualquier pendeja, mujer o señora.
Cuando nos cruzábamos solía saludarlo haciéndole alguna carita por compromiso, y mirándolo disimuladamente.
También podía notar cómo me miraba él a mí, a veces también disimuladamente, y otras no tanto.
Obviamente me gustaba la situación, y sobre todo sentirme objeto de deseo.
Pero no solía tener mucha relación mas que una esporádica simple charla de ascensor, cruce de pasillos o de esquina de la cuadra.
Últimamente hemos coincidido en los horarios del gym, por lo que caminábamos juntos un par de cuadras para volver al depto, hablando pavadas, y siempre de alguna u otra forma me sacaba una sonrisa.
Al llegar, besito de buenos vecinos, y "nos vemos".
Teniamos ya cierta confianza, pero tampoco tanta.
En esas charlas, fue que se enteró que la semana próxima vencía mi contrato y me mudaba del depto:
- En serio te vas ? Te voy a extrañar!
[/color][/b]Antes que nada, quisiera presentarme brevemente:
Mi nombre es Pamela, soy una mujer cuarentona, separada hace varios años.
Suelo visitar la página hace un tiempito, pero siempre como anónima.
Considero que es una buena oportunidad para contar mi primer "Relato".
Ahí va...
Soy una mujer a la que le gusta cuidarse, sobre todo post-separación.
Unos años después de eso, como "premio" en ésta nueva etapa de soltera, decidí hacerme un regalito y me hice las lolas.
También hice toda mi vida algún que otro tipo de actividad, por lo que me considero estoy bastante bien.
Trato de mantenerme así, yendo al gym en lo posible tres veces por semana como mínimo.
En parte por un tema de cuidado físico, y también porque es un buen lugar para sentirme mirada y deseada.
El otro protagonista de ésta historia, es Nico, un vecino del depto y también compañero del gimnasio.
Es un pendejo casi treintañero, carilindo, de barbita y con un lomo que a simple vista se nota bastante trabajado.
Claramente es el deseo de cualquier pendeja, mujer o señora.
Cuando nos cruzábamos solía saludarlo haciéndole alguna carita por compromiso, y mirándolo disimuladamente.
También podía notar cómo me miraba él a mí, a veces también disimuladamente, y otras no tanto.
Obviamente me gustaba la situación, y sobre todo sentirme objeto de deseo.
Pero no solía tener mucha relación mas que una esporádica simple charla de ascensor, cruce de pasillos o de esquina de la cuadra.
Últimamente hemos coincidido en los horarios del gym, por lo que caminábamos juntos un par de cuadras para volver al depto, hablando pavadas, y siempre de alguna u otra forma me sacaba una sonrisa.
Al llegar, besito de buenos vecinos, y "nos vemos".
Teniamos ya cierta confianza, pero tampoco tanta.
En esas charlas, fue que se enteró que la semana próxima vencía mi contrato y me mudaba del depto:
- En serio te vas ? Te voy a extrañar!
- Si, falta poquito, ya tengo casi todo listo para otro depto acá cerquita.
Es acá en el centro también, así que nos vamos a seguir viendo en el gym. No es para tanto!
Había cierta tristeza en los dos, porque evidentemente nos gustaba compartir ese ratito juntos.
Creo que el pendejo estuvo rápido, diciendo:
- Bueno, tenemos que compartir como mínimo, una pizza de despedida.
No podés irte así como nada, sin despedirte!
- Jaja, bueno, dale, podemos organizar algo para el jueves acá en casa.
Después nos escribimos.
Tenemos un grupo de whatsapp entre los vecinos del depto, por lo que ya teníamos los teléfonos.
En mi cabeza me imaginé cualquier cosa.
Se me cruzaron todos los ratones que tenía, suponiendo que no era la única que fantaseaba con esa situación.
Día jueves, en el trabajo, recordaba ese compromiso de palabra, pero pensé que era él quien debía proponer algo.
Mismo día por la tarde, me llega un mensajito:
- Comemos algo esta noche ?
Como tengo una cabeza bastante guarra, por dentro mío pensaba: "Sí papito, te como lo que quieras", pero respondí simplemente:
- Dale, venite tipo 9 a casa y hago unas pizzas.
- Ok, compro una cerveza.
Nos vemos esta noche (y la carita de whatsapp tirando un besito).
- Dale, te espero! (seguido de la carita tirando besito, pero con corazoncito).
Me sentí una provocadora con ese ultimo mensaje, agregando el corazoncito.
Me clavó el visto, pero no me arrepentí para nada.
Faltaba un rato para la hora acordada, y me estaba empezando a gustar esa situación de provocación e incertidumbre, de pensar que podía pasar cualquier cosa con un pendejo hermoso que cada vez me calentaba más...
- En media hora estoy.
- Oki, preparo como para esa hora entonces.
Bastante puntual, escucho el "toc-toc" en la puerta.
Tocó bastante despacito, como si se tratara de una especie de "trampa" o "algo prohibido".
- Pasá! Está sin llave!
Lo veo entrar con un pack de latas de cerveza, que parecían heladas.
Nos saludamos con un besito en el cachete, pero esta vez con una mirada con un toque "picarón", como sabiendo lo que podría llegar a pasar.
- Vení, dejalas en la heladera, y abríme una que me estoy cocinando!
- Uy! Qué calor que hace en la cocina!
- Es terrible, pero bueno, me tenés cocinando como una esclava ahí adentro, jaja.
Realmente es una cocina chiquita, y por el horno prendido desde hacía un rato, se sentía demasiado el calor que hacía ahí, sumado a que era un día de verano de esos de mas de treinta grados..
Solamente tengo aire acondicionado en la pieza, y no llega a enfriar el comedor.
Como tengo un balconcito, había puesto una mesita y sillas como para comer ahí sin tanto calor.
De a ratos me sentaba a charlar con mi vecinito, con un poco con cerveza de por medio, y de a ratos iba a la cocina a ver si ya estaban las pizzas.
Estaba vestida bien de entrecasa, como cualquier día de calor: un shortcito de jean y una musculosa blanca, que para ese momento, ya estaba empezando a sudar y empezándome a sentir un poco incómoda.
Quería ponerme ropa limpia.
- Las pizzas creo que ya están, apago el horno y en un ratito las saco.
Me esperas que me pego una ducha rápida y después comemos ?
- Dale, andá tranqui que yo ya estoy cómodo acá.
- En cinco estoy. Ya vuelvo!
Entro a bañarme con agua fría que salía casi tibia.
Era tan placentera esa ducha para sacarme toda la transpiración que tenía encima, que pensé que esos cinco minutos, se harían diez:
Por un lado quería apurarme para no dejarlo a mi vecinito solo, y por otro lado quería seguir disfrutando de estar abajo del agua.
Creo que pasaron menos de esos primeros cinco minutos, y me pareció escuchar:
- Querés que te acompañe ?
- Qué ?!
- Querés que te acompañe ?!
Ahí entendí mejor lo que me estaba diciendo.
Pensé que era un chiste, por lo que me reí y seguí atenta a cualquier otra cosa que pudiera decirme.
- Ya salgo, un minuto nomas!
- Dale! Si te morís de ganas!
Otra vez entendí bien claro el comentario.
No sabía si me lo decía en joda o ya cada vez mas en serio.
Casi estaba lista para salir, cuando veo una sombra entrando al baño.
No supe qué hacer ni qué decir, por lo que me puse de espaldas a su sombra para evitar que me pueda ver desnuda, y seguí bañandome, pensando que se iría otra vez al balcón a esperarme.
Sin dudas podía saber que él estaba dentro del baño, y cada vez mas cerca.
Suavemente veo la cortina correrse, con su intención de acompañarme en la ducha.
En ese momento, sentí que tenía dos opciones: o lo echaba a los gritos, o dejaba que todo fluya...
Pero el pendejo tenía razón: me moría de ganas de que pasara lo que sea.
No dije nada, y con una sonrisa pícara e indiscimulable, le di la espalda y dejé que de a poco se meta también bajo la misma ducha.
Terminé de asumir, que tendría sexo con mi vecinito. Ya no había marcha atrás.
El pendejo se acercó por detrás mío, agarrándome de la cadera con sus dos manos.
Pude sentir su pija dura pero todavía no parada, apoyándomela sobre mi cola.
- Te gusta ?
- ...
Sus manos dejaron de tomar mi cadera, y empezaron a acariciar mi cuerpo.
Una mano, la zona debajo de mi ombligo.
La otra mano, mis tetas.
Comienzo a sentir entonces, como su pija seguia bien dura, pero ahora ya bien parada.
Ya no me estaba apoyando la pija en la cola, sino mas arriba, en la zona de la cintura.
- Cómo me calientan los tatuajes que tenés...
- Te gustan ?
- Me ponen la pija al palo...
Yo seguía de espaldas, por lo que todavía no veía su pija.
En esa misma posición, mientras me manoseaba las tetas y todo el frente de mi cuerpo, llevo una de mis manos atrás como para comprobar qué tan al palo estaba.
Lo primero que noto, es que estaba todo hermosamente afeitado.
Lo segundo que noto, es que realmente esa pija estaba muy parada, llegando casi hasta su ombligo.
- Ahora te gusta ?
Sin todavía respondera esa obvia pregunta, agarro el tronco de su pija y comienzo a hacerle una linda paja moviendo mi mano bien despacito.
Notaba cómo esa pija dura y bien parada, se ponía todavía más dura.
- Me está empezando a gustar...
Estabamos en la misma ducha los dos:
Yo haciendole una paja.
Él acariciándome las tetas con una mano, y empezando a meter de a poco sus dedos en mi concha también afeitada.
Estuvimos así unos minutos, tocándonos bien despacito los dos y sintiendo, a pesar del agua, cómo nos lubricábamos.
Yo estaba prendida fuego, tanto de cuerpo como de cabeza.
Él estaba con la pija inchadísima, a punto caramelo.
No aguanté mas, e interrumpí la hermosa paja que le estaba haciendo, para sin soltar su pija, intentar meterla adentro mío.
Quebré mi cintura, y en puntitas de pie, apoyé mis dos manos contra la pared:
- No aguanto más, cogeme!
Siento otra vez sus dos manos agarrarme firmemente de la cadera.
Y seguido, siento cómo empieza a meterme despacito una pija bien dura que parecía interminable.
- Ahhh!
No pude contener mi primer gemido de placer, al sentir a mi vecinito dentro mío.
Otra vez sus manos vuelven a mis tetas.
- No sabés lo que me calientan tus tetas!
No te imaginás las pajas que te he dedicado pensando que te las llenaba de leche!
Pocas cosas deben existir que me calienten que más que el sexo guarro.
Y esos piropos bien sucios y maleducados, me calentaban tremendamente.
Todo esto, con su pija bien dura cogiéndome todavía suavemente.
Necesitaba más. Quería más. Ya había encendido la puta que tengo dentro.
Casi agachada y apoyada contra la pared, empiezo a mover con más fuerza mi cola contra su pija.
Le estaba diciendo con el cuerpo: "Quiero más pija, pendejo, cogeme fuerte!"
Enseguida entendió el mensaje, agarrandome fuerte de la cintura y cogiéndome de la forma que yo quería.
Nuestros cuerpos hacían el clásico ruido de una cola chocando fuerte contra una pelvis.
- Te gusta así ?
- Si! Me encanta asi!
Pero ya empezando a incomodarme por la postura y la posición, no me quedó otra alternativa que decir:
- Vamos a la cama.
En ese recorrido puedo ver por fin el tamaño de esa pija hermosa:
larga, ancha, dura, recta, cabezona, afeitada, todo...
Nada que envidiar a cualquier otra pija que haya visto antes en ésta página.
Caímos los dos con los cuerpos todos mojados sobre la cama.
El abajo. Yo arriba. Comiéndonos la boca con besos de amantes bien calientes.
Beso su pectorales, sus abdominales, sigo bajando.
Por fin llego a esa pija que tanto quería.
La agarré de la base del tronco, y comencé a disfrutar de ese manjar.
Besito, lenguita, besito, mas lenguita.
Le chupé la pija como si se tratase de un chupetín de los rojos.
Mirándolo a los ojos, y con mi mejor voz de cuarentona haciéndose la bebota:
- Te gusta como te chupo la pija ?
Casi sin poder responderme, y con los ojitos casi en blanco:
- Si, me encanta!
Me di cuenta de que si seguía chupándosela, él iba a acabar y no era mi intención.
Suspendí entonces, y empecé a subir a los besos, otra vez por su cuerpo.
Quedé unos segundos besando sus abdominales, quedando su pija entre mis pechos.
Me di cuenta también, al igual que como pasa con todos los hombres, que les encanta meter la pija ahí.
Este pendejo no era la excepción, pero como no quería hacerlo acabar, lo masturbé usando mis tetas sólo unos segundos.
- Me vas a coger otra vez ?
- Bien fuerte, como te gusta!
Me acomodé arriba suyo, arrodilléndome de frente y con una rodilla de cada lado, empezé a hacer lo que más me gusta en el sexo: cabalgar!
Su pija esta vez entró más fácilmente, pero generándome el mismo placer.
Me agarró de las tetas mientras lo cabalgaba como una perra, a esa altura, totalmente entregada.
Después de unos minutos así, con el respaldo de la cama golpeando incesantemente contra la pared y envueltos en gemidos de placer, tuve un orgasmo como hacía tiempo no tenía.
Se me aflojaron las piernas, pero no por eso iba a querer terminar esa sesión de sexo salvaje que estaba teniendo con un pendejo tremendo.
Quería ahora sí, hacerlo acabar, como agradecimiento al orgasmo hermoso que me supo dar él a mí.
Me bajé de arriba suyo y me puse en cuatro:
- Me vas a coger en cuatro también ?
- Qué puta que sos!
- Te gusta que sea así tan puta, pendejito ?
- No sé, fijate y decime.
Sentí que de la misma forma que él supo sacar la perra que tengo adentro, yo estaba sacando el pendejo atorrante que tenía adentro suyo.
Me acomodó en una esquina de la cama, y se paró en el piso, quedando su pija en una posición inmejorable para cogerme en cuatro.
Me tomó fuerte de la cintura por enésima vez en la noche, y volvió a meter su incansable pija adentro mío.
- Ahh!
No era la primera vez que tenía sexo en el departamento.
Pero sabiendo que era la última, me importó poco el "qué dirán?" de mis futuros ex-vecinos, escuchandome gozar en mi polvo de despedida.
Mis gemidos de placer, rozaban cada vez mas de cerca el dolor.
Así y todo, me gustaba y no quería que parara.
- Qué puta que sos!
- Ahh! Ahh! Ahh!
- Cómo te gusta la pija, por dios!
- Ahh! Ahh! Ahh!
Lo único que se escuchaba era el "plaf! plaf!" de su cadera chocando otra vez con mi cola, sumado a mis gemidos.
Parecía que su pelvis estaba hecha con el molde de mi cola. Era perfecto.
- Ahh! Ahh! Ahh!
- Voy a acabar! Querés la leche, putita ?!
- Ahh! Ahh! Ahh!
Sí! Dámela toda!
- Ay, no aguanto más!
Voy a acabar!
- Ahh! Ahh!
Acabame afuera!
No terminé de decir eso, que siento salir de dentro mío su pija en el mayor punto de su exitación, e inmediatamente un chorro de leche tibia, caer en mi espalda.
Quedamos tendidos los dos en la cama: yo acostada boca abajo con mi espalda manchada de blanco, y él acostado boca arriba.
Unos minutos después, paso a darme la ducha que inicialmente pensaba tomar, para limpiarme y quitarme el sudor que supe tener en aquel lejano principio de la noche.
Después pasó él a tomarse otra ducha, mientras yo terminaba de preparar la mesa.
Nos miramos y reímos de lo que habíamos hecho, y de lo inolvidable que sería ese polvo.
Luego de cenar, nos despedimos con un beso en el cachete como si nada hubiese pasadao, idéntico al del saludo de bienvenida.
Los dos sabiamos que ibamos a seguir siendo vecinitos, y que ese polvo no sería el último...
30 comentarios - Despedida con mi vecinito
si fueras mi vecina la dejaria a mi novia de 24 por ir a coger con una milf bien puta como vos ❤
No hace falta que la dejes a tu novia.. jaja
Besitos!
me imagino el pendejo como se volvió loco tambien
te mando un beso y seguí con esos relatos ❤
Fue la primera guarangada que me dijeron, jaja
Besito donde mas te guste!
Estoy abierta a la segunda parte.
Cuando ocurra, la subo.
Muack!
Me dejaste la pija al palo a mi también.
Envidio a tu vecinito.. Besos en esos tobillos hermosos!
Te invito a empezar por ahí para seguir subiendo.
Besitos!
Yo también espero ansiosa la segunda parte..
Besitos abajo del ombligo!
Es lindo saber lo que piensan leyendo los comentarios!
Besitos donde mas te guste!
exitos!
Un pendex en cada edificio, jaja
como me calento !!
10 ptos
beso! (en el cachete, obvio)