Advertencia:
Todo lo aquí relatado forma parte de mis vivencias personales a lo largo de mi vida. Los nombres de los personajes fueron deliberadamente cambiados para proteger a los verdaderos protagonistas de los hechos acontecidos. Es un relato autobiográfico.
Estaba en 2010 trabajando con un grupo de profesores y profesoras en una pileta dos tardes a la semana y concurrían una vez por hora niños y niñas de entre 10 y 12 años. El grupo estaba compuesto por una profesora y cuatro profesores, en edad y en antigüedad docente yo era el mayor, tenía 51 años. La profesora casada de unos 35 años, un varón de un par de años menos que yo, otro de aproximadamente 40 años y el más joven de 30 o 31 años. El tema era que nunca pasaba nada fuera de lo normal…
A partir de las 13.00 y hasta las 17.00 hs. se iban sucediendo los grupos de alumnos en los diversos horarios y cada uno tomaba a los niños correspondientes en función de las habilidades y aprendizajes de ellos. Al finalizar la jornada íbamos al vestuario los 4 varones, nos duchábamos para sacarnos el cloro, nos vestíamos y cada uno seguía en sus diversas obligaciones. Todos iban a un nuevo trabajo o yo era el único que volvía a mi casa. Eso hacía que muchas veces, sobre todo en invierno; me quedara más tiempo en la ducha de agua caliente que los demás y generalmente era el último en partir…
Un día, a principios de Agosto, sucedió que Maximiliano (así se llamaba el profesor de 30 años) empezó a quedarse también más de la cuenta. El primer día que lo hizo le pregunté…
- “¿No vas a llegar tarde a tu otro trabajo…?”
- “No, renuncié porque discutí con el dueño del gimnasio…”
Hasta ahí todo normal. El sector de duchas era de 4 boxes de un lado y otras 4 duchas enfrentadas. Siempre, por costumbre nos bañábamos en las mismas duchas cada uno, todas del mismo lado. Cuando Maximiliano empezó a quedarse hasta más tarde decidió cambiar y a partir de ese día utilizaba la ducha que estaba enfrentada a la mía…
Al principio no prestaba demasiada atención, pero luego empecé a observarlo y notaba que mientras se enjabonaba no dejaba de mirarme la pija y además me mostraba el culo de una forma provocativa. Yo trataba de no darle demasiada importancia pero la verdad que Maximiliano tenía un culito muy hermoso. Parecía el culo de una mujer por lo bien redondito y paradito que lo tenía. Nunca se me había pasado por la mente hacer nada al respecto, pero al mismo tiempo que me incomodaba me ponía muy caliente pensar que él estaba tratando de seducirme…
Así sucedió durante los dos días de la semana siguiente y cuando pasábamos al vestuario siempre él trataba de cambiarse cerca mío y descaradamente me mostraba el culo y era muy claro que no dejaba de mirarme la verga y no le importaba que yo me diera cuenta que lo estaba observando. Por supuesto trataba de hacerme el estúpido. El tema era que el trayecto hacia mi casa en el auto, no paraba de pensar en lo sucedido en la ducha y en el vestuario, y siempre bajaba del auto con una semi-erección que trataba de disimular ante mi esposa. Estaba tan caliente con lo que iba sucediendo, que en esos días siempre terminaba cogiendo con ella a la noche. Ella nunca quiso hacerlo por el culo (lo intentamos varias veces al principio del matrimonio, pero nunca le gusto), y yo empecé a obsesionarme con meter mi verga en el culo de Maximiliano. En realidad solo fantaseaba con la idea…
A la semana siguiente mientras me estaba duchando, cierro los ojos para sentir el agua recorrer mi cuerpo y relajarme un poco y siento que alguien me agarra la pija. Abrí los ojos y era Maximiliano el que sostenía mi verga en su mano derecha. Le increpé y le dije…
- “Estás loco, nos van a echar del club…”
- “Si, estoy loco por vos… Hace tiempo que tengo ganas de tragarme tu verga, hace tiempo que tengo ganas de que me pegues una buena cogida…”
- “Termina con estas boludeces, tal vez a vos no te importé que te echen ya que sos relativamente joven, pero yo no puedo hacer locuras y quedarme sin trabajo a mi edad…”
- “Cojamos en otro lado...”
- “No me jodas, no quiero problemas...”
- “Tu pija no dice lo mismo, mira lo dura que esta y yo hace rato que la solté de mi mano...”
Me moría de vergüenza. Era evidente que mi pija me delataba, que verdaderamente tenía ganas de que me la chupara y de cogerlo. Nos empezamos a vestir y él descaradamente me tocaba el bulto cada vez que podía sin que nadie se percatase. Salimos juntos y cada uno subió a su auto. Cuando intento arrancar se asoma en mi ventanilla y me dice…
- “La próxima clase vendré sin mi auto así me voy con vos a mi casa y me coges bien cogido...”
- “¿Y qué excusa le daré a mi esposa por mi llegada tarde…? No, de ninguna manera, si vamos a intentar algo lo haremos tomando todas las precauciones necesarias tanto en lo laboral como en lo personal…”
- “Ok, como vos digas…”
Pasaron 10 días y sucedió algo inesperado. Llegamos a trabajar como siempre a eso de las 12.30 hs. y nos enteramos que había un inconveniente con la caldera de la pileta y la temperatura del agua estaba fría, por lo tanto esa tarde las clases estarían suspendidas. Me di cuenta que se le iluminaron los ojos a Maximiliano y entendí que era lo que estaba elucubrando. Todos los profesores nos retiramos justo a la hora que comenzaba la primera hora de clase (13.00 hs.). Nos despedimos hasta la próxima y cruzamos miradas con Maximiliano, y sin decirnos nada nos habíamos dicho todo. Él puso en marcha su auto y yo lo seguí en el mío hasta que llegamos a su departamento de soltero…
Subimos en el ascensor hasta el 10° piso y él enseguida me empezó a manosear la verga a través del pantalón. No bien entramos en su departamento (2 ambientes y balcón), y en cuanto cerró la puerta, me dio un beso intentando meter su lengua en mi boca, me moría de ganas de corresponderle pero lo frené y le pregunte…
- “Que fue lo que viste en mí, ya que no soy joven y seguro que conoces gente con vergas mejor y más grandes que la mía...”
- “Siempre me gustaron los maduros canosos como vos y más allá del tamaño de tu verga me interesa tu experiencia...”
Aclaración necesaria: mi verga no mide más de 15 cm. en plena erección...
- “Allí sí que estás jodido, nunca estuve con otro hombre, para mí será mi primera vez...”
Mentí. Habían pasado más de 30 años desde mi última experiencia con un hombre con el que convivimos durante un año y yo ejercía el rol de activo en la pareja. Durante las 3 décadas siguientes siempre fui 100% heterosexual…
- “Me interesa tu experiencia como amante, si hace casi 25 años que estás casado sabes muy bien lo que es coger...”
- “Si, pero mi esposa siempre se negó al sexo anal por lo tanto mi experiencia en ese aspecto es casi nula...”
Nuevamente mentí respecto de mi experiencia, pero esta vez a medias ya que era cierto que con mi esposa no practicábamos el sexo anal…
- “Yo te enseñare como cogerme...”
Y me cerró la boca con un beso que por supuesto le devolví y nuestras lenguas se enroscaron durante interminables minutos en los cuales mi verga adquirió una dureza como hacía tiempo no recordaba. Nos acomodamos en un sofá de dos plazas del comedor y nos seguimos besando al tiempo que él desesperadamente trataba no solo de manosearme la pija sino de abrir el cierre del pantalón para liberar mi verga de su prisión. Cuando lo logró se apoderó de mi verga y cuando notó que estaba lo suficientemente dura se la metió toda entera dentro de su boca. Tengo que confesar que sabía muy bien lo que estaba haciendo. Disfrutaba mucho más que cuando mi señora me chupa la pija. Jugaba con mi poronga dentro de su boca utilizando su lengua y su paladar de tal forma que le avisé…
- “Si seguís así no voy a durar mucho tiempo más sin acabar...”
Se saca mi pija de la boca y me dice…
- “Estoy esperando toda tu leche para bebérmela hasta la última gota…”
Y se la vuelve a tragar. No pasaron más de dos minutos que derrame toda mi leche dentro de su boca que él se la tragó sin desperdiciar nada. Fue tal mi acabada que mi verga quedó tan fláccida que veía muy difícil el tema de poder cogerme el culo de Maximiliano. Él lo noto y me pregunto…
- “¿Qué le pasó a tu pija…?”
- “Vamos a tener que esperar un rato hasta que pueda recuperar fuerzas…”
- “No te preocupes, todavía tenemos un par de horas… ¡Vamos al dormitorio...!”
Nos recostamos en la cama de dos plazas que allí había y le deje hacer. Mientras me acariciaba y besaba todo mi cuerpo me fue desvistiendo al tiempo que él también se desvestía. La pija de él palpitaba y me anime a tocarla y agarrarla con mi mano izquierda. Era la primera vez en más de 30 años que tenía en mi mano una pija que no era la mía. Empecé a hacerle una suave paja, su pija sería un par de centímetros más larga que la mía. Mientras lo pajeaba le pregunté…
- “¿La usas para coger…?”
- “No… Soy 100% pasivo...”
Lo seguí pajeando y como si fuera magia a medida que la verga de él se endurecía la mía volvía a crecer. Cuando vio que mi pija estaba dura nuevamente se abalanzó para chuparla y entonces le pedí…
- “Se suave con tu boca, porque a mi edad y después del lechazo anterior, si vuelvo a acabar, será una misión imposible que se vuelva a poner dura por tercera vez en tan poco tiempo…”
- “No te preocupes, solo quiero la dureza necesaria para que me la entierres en el orto…”
Y agrego…
- “Soltame ya mi pija, porque la mía no se va a bajar así no más… Quiero que me pajées cuando me estés cogiendo...”
Cuando él consideró que mi pija estaba lista se colocó en cuatro patas cerca del borde de la cama para que yo lo penetrara desde atrás parado en el piso. Fue guiando mi verga hasta que logré que entrara toda la cabeza. Fue una sensación única y maravillosa sentir como el esfínter apretaba para que no se escapara mi pija. Despacio, fui de a poco metiendo más y más hasta que mis 15cm. desaparecieron dentro del culo de él. Me pregunto…
- “¿Estás cómodo…?”
“Si…”
- “Empezá cuando quieras y no te detengas hasta que me inundes el culo con tu leche...”
- “Mira que después de cómo me hiciste acabar hace un rato, va a tardar bastante en salir mi leche por segunda vez…”
- “Mejor, así me cogerás por mucho tiempo...”
Y empecé a bombearlo. Despacio hasta que ambos encontramos el ritmo que nos fue más cómodo. Mi mano izquierda estaba apoyada en su cadera y con la derecha me apoderé de su verga y comencé a pajearlo al ritmo de mis embestidas. Duramos un montón. A los 5 minutos Maximiliano se corrió y mi mano quedo toda manchada, pero yo no quería soltarle la pija porque a pesar de haber acabado, la pija de él seguía dura. Me pide, casi rogando…
- “Seguí pajeándome, por favor...”
La verdad que con la leche derramada por él, tenía tan lubricada la poronga que me resultó hasta más fácil seguir pajeándolo. Habrán sido entre 10 y 15 minutos hasta que pude acabar por segunda vez y sentir como mi leche iba inundando sus tripas. Casi al mismo tiempo él acaba por segunda vez…
De más está decir que ya mi verga no podía más, aunque fue una de las mejores cogidas de mi vida. Me recuesto en la cama para reponerme y él me chupa la verga con la idea de dejarla limpia y reluciente. Hasta toma mi mano derecha llena de la leche de él y la lame hasta tomársela toda. Le digo…
- “Sos un goloso y un glotón...”
- “Por eso me gustan los maduros, porque acaban abundantemente y la leche generalmente es espesa, como la tuya...”
Me permitió darme una ducha, y esperó a que saliera del baño para vestimos el uno al otro, tomamos un café y entre charla y charla se hizo la hora en la que normalmente salimos del club para ir cada uno a sus respectivas casas. Me acompañó hasta la calle y en el ascensor nos fundimos en un beso de lengua interminable durante los 10 pisos que duro el viaje, mientras él seguía manoseando mi verga a través del pantalón. Cuando estoy por subir a mi auto me dice…
- “Esto lo que tenemos que repetir...”
- “Veremos, hoy tuvimos la suerte que las clases se suspendieron… No siempre será así y te advierto, no intentes nada en las duchas y en el vestuario porque entonces sí que no tendré más ganas de tu culo...”
Cerca de fin de año se presentó otra oportunidad. Las clases de natación con la pileta cubierta finalizaron en noviembre porque el club preparaba la pileta para la temporada veraniega que comenzaría a mediados de diciembre. Tenemos una reunión de evaluación de todo el equipo de trabajo con las autoridades del club y nos informan que la misma tendría horario de comienzo, a las 13.00 hs., pero no de finalización; ya que hasta que no fuéramos todos evaluados primero en forma grupal y luego en forma individual nadie se podría retirar. Llamo por el celular a mi esposa y le aviso que no sabría a que hora volvería pero que seguramente para la hora de la cena (21.00 hs.) estaría en casa...
La evaluación grupal duró no más de 45 minutos y la individual sería por orden alfabético de apellidos para que nadie se sintiera ofendido, Maximiliano sería el primero y yo el segundo. Nos informan que luego de la evaluación individual podríamos retirarnos. Cuando finaliza mi evaluación y voy a buscar mi auto al estacionamiento veo a Maximiliano apoyado sobre la puerta del lado del conductor de mi vehículo. Se produce el siguiente diálogo…
- “¿Qué haces acá, todavía no te fuiste…?”
- “Me imaginé que nos retiraríamos temprano y entonces no traje mi auto… ¿Me llevas a mi casa...?”
- “Sos un guacho… ¿Hace cuánto que planeaste todo esto…?”
- “Cuando me enteré que la evaluación sería por orden alfabético…”
- “¿Vos ya estabas enterado…?”
- “Yo se lo sugerí al Presidente de la Subcomisión… ¿Te jode...?”
- “No, pero sos un turrito… Subí y apurémonos a salir…”
No bien arranco me dice…
- “Mientras vos usas la palanca de cambios del auto, déjame a mi usar esta otra palanca…”
Y saca mi poronga de adentro del pantalón y me empieza a pajear. Le contesto…
- “Recordá que en el mejor de los casos tengo solo dos descargas...”
- “Entonces las usaremos en mi casa...”
Lo sucedido en la casa de él fue bastante similar a nuestro primer encuentro, con la diferencia que a pesar que me chupo la pija montones de veces, todas mis descargas fueron dentro de su culo. Me pregunta…
- “¿Hasta qué hora te vas a quedar…?”
- “No más allá de las 20.30 hs…”
- “Perfecto son las 15.30 hs., tenemos 5 horas…”
Me lo cogí dos veces llenándole el culo de muchísima leche. Me chupo la verga infinidad de veces para endurecerla, para limpiarla, porque tenía ganas, porque yo se lo pedía, etc. Me despedí de él y volví a mi casa…
Aunque nos vemos en algunas reuniones de profesores que se realizan durante el año, al año siguiente no volvimos a trabajar juntos. Yo me fui a trabajar a otro club con un cargo de Coordinador General de Natación y el siguió allí como profesor…
Si te gustó, deja un comentario…
Si te parece, deja puntos…
Todo lo aquí relatado forma parte de mis vivencias personales a lo largo de mi vida. Los nombres de los personajes fueron deliberadamente cambiados para proteger a los verdaderos protagonistas de los hechos acontecidos. Es un relato autobiográfico.
Estaba en 2010 trabajando con un grupo de profesores y profesoras en una pileta dos tardes a la semana y concurrían una vez por hora niños y niñas de entre 10 y 12 años. El grupo estaba compuesto por una profesora y cuatro profesores, en edad y en antigüedad docente yo era el mayor, tenía 51 años. La profesora casada de unos 35 años, un varón de un par de años menos que yo, otro de aproximadamente 40 años y el más joven de 30 o 31 años. El tema era que nunca pasaba nada fuera de lo normal…
A partir de las 13.00 y hasta las 17.00 hs. se iban sucediendo los grupos de alumnos en los diversos horarios y cada uno tomaba a los niños correspondientes en función de las habilidades y aprendizajes de ellos. Al finalizar la jornada íbamos al vestuario los 4 varones, nos duchábamos para sacarnos el cloro, nos vestíamos y cada uno seguía en sus diversas obligaciones. Todos iban a un nuevo trabajo o yo era el único que volvía a mi casa. Eso hacía que muchas veces, sobre todo en invierno; me quedara más tiempo en la ducha de agua caliente que los demás y generalmente era el último en partir…
Un día, a principios de Agosto, sucedió que Maximiliano (así se llamaba el profesor de 30 años) empezó a quedarse también más de la cuenta. El primer día que lo hizo le pregunté…
- “¿No vas a llegar tarde a tu otro trabajo…?”
- “No, renuncié porque discutí con el dueño del gimnasio…”
Hasta ahí todo normal. El sector de duchas era de 4 boxes de un lado y otras 4 duchas enfrentadas. Siempre, por costumbre nos bañábamos en las mismas duchas cada uno, todas del mismo lado. Cuando Maximiliano empezó a quedarse hasta más tarde decidió cambiar y a partir de ese día utilizaba la ducha que estaba enfrentada a la mía…
Al principio no prestaba demasiada atención, pero luego empecé a observarlo y notaba que mientras se enjabonaba no dejaba de mirarme la pija y además me mostraba el culo de una forma provocativa. Yo trataba de no darle demasiada importancia pero la verdad que Maximiliano tenía un culito muy hermoso. Parecía el culo de una mujer por lo bien redondito y paradito que lo tenía. Nunca se me había pasado por la mente hacer nada al respecto, pero al mismo tiempo que me incomodaba me ponía muy caliente pensar que él estaba tratando de seducirme…
Así sucedió durante los dos días de la semana siguiente y cuando pasábamos al vestuario siempre él trataba de cambiarse cerca mío y descaradamente me mostraba el culo y era muy claro que no dejaba de mirarme la verga y no le importaba que yo me diera cuenta que lo estaba observando. Por supuesto trataba de hacerme el estúpido. El tema era que el trayecto hacia mi casa en el auto, no paraba de pensar en lo sucedido en la ducha y en el vestuario, y siempre bajaba del auto con una semi-erección que trataba de disimular ante mi esposa. Estaba tan caliente con lo que iba sucediendo, que en esos días siempre terminaba cogiendo con ella a la noche. Ella nunca quiso hacerlo por el culo (lo intentamos varias veces al principio del matrimonio, pero nunca le gusto), y yo empecé a obsesionarme con meter mi verga en el culo de Maximiliano. En realidad solo fantaseaba con la idea…
A la semana siguiente mientras me estaba duchando, cierro los ojos para sentir el agua recorrer mi cuerpo y relajarme un poco y siento que alguien me agarra la pija. Abrí los ojos y era Maximiliano el que sostenía mi verga en su mano derecha. Le increpé y le dije…
- “Estás loco, nos van a echar del club…”
- “Si, estoy loco por vos… Hace tiempo que tengo ganas de tragarme tu verga, hace tiempo que tengo ganas de que me pegues una buena cogida…”
- “Termina con estas boludeces, tal vez a vos no te importé que te echen ya que sos relativamente joven, pero yo no puedo hacer locuras y quedarme sin trabajo a mi edad…”
- “Cojamos en otro lado...”
- “No me jodas, no quiero problemas...”
- “Tu pija no dice lo mismo, mira lo dura que esta y yo hace rato que la solté de mi mano...”
Me moría de vergüenza. Era evidente que mi pija me delataba, que verdaderamente tenía ganas de que me la chupara y de cogerlo. Nos empezamos a vestir y él descaradamente me tocaba el bulto cada vez que podía sin que nadie se percatase. Salimos juntos y cada uno subió a su auto. Cuando intento arrancar se asoma en mi ventanilla y me dice…
- “La próxima clase vendré sin mi auto así me voy con vos a mi casa y me coges bien cogido...”
- “¿Y qué excusa le daré a mi esposa por mi llegada tarde…? No, de ninguna manera, si vamos a intentar algo lo haremos tomando todas las precauciones necesarias tanto en lo laboral como en lo personal…”
- “Ok, como vos digas…”
Pasaron 10 días y sucedió algo inesperado. Llegamos a trabajar como siempre a eso de las 12.30 hs. y nos enteramos que había un inconveniente con la caldera de la pileta y la temperatura del agua estaba fría, por lo tanto esa tarde las clases estarían suspendidas. Me di cuenta que se le iluminaron los ojos a Maximiliano y entendí que era lo que estaba elucubrando. Todos los profesores nos retiramos justo a la hora que comenzaba la primera hora de clase (13.00 hs.). Nos despedimos hasta la próxima y cruzamos miradas con Maximiliano, y sin decirnos nada nos habíamos dicho todo. Él puso en marcha su auto y yo lo seguí en el mío hasta que llegamos a su departamento de soltero…
Subimos en el ascensor hasta el 10° piso y él enseguida me empezó a manosear la verga a través del pantalón. No bien entramos en su departamento (2 ambientes y balcón), y en cuanto cerró la puerta, me dio un beso intentando meter su lengua en mi boca, me moría de ganas de corresponderle pero lo frené y le pregunte…
- “Que fue lo que viste en mí, ya que no soy joven y seguro que conoces gente con vergas mejor y más grandes que la mía...”
- “Siempre me gustaron los maduros canosos como vos y más allá del tamaño de tu verga me interesa tu experiencia...”
Aclaración necesaria: mi verga no mide más de 15 cm. en plena erección...
- “Allí sí que estás jodido, nunca estuve con otro hombre, para mí será mi primera vez...”
Mentí. Habían pasado más de 30 años desde mi última experiencia con un hombre con el que convivimos durante un año y yo ejercía el rol de activo en la pareja. Durante las 3 décadas siguientes siempre fui 100% heterosexual…
- “Me interesa tu experiencia como amante, si hace casi 25 años que estás casado sabes muy bien lo que es coger...”
- “Si, pero mi esposa siempre se negó al sexo anal por lo tanto mi experiencia en ese aspecto es casi nula...”
Nuevamente mentí respecto de mi experiencia, pero esta vez a medias ya que era cierto que con mi esposa no practicábamos el sexo anal…
- “Yo te enseñare como cogerme...”
Y me cerró la boca con un beso que por supuesto le devolví y nuestras lenguas se enroscaron durante interminables minutos en los cuales mi verga adquirió una dureza como hacía tiempo no recordaba. Nos acomodamos en un sofá de dos plazas del comedor y nos seguimos besando al tiempo que él desesperadamente trataba no solo de manosearme la pija sino de abrir el cierre del pantalón para liberar mi verga de su prisión. Cuando lo logró se apoderó de mi verga y cuando notó que estaba lo suficientemente dura se la metió toda entera dentro de su boca. Tengo que confesar que sabía muy bien lo que estaba haciendo. Disfrutaba mucho más que cuando mi señora me chupa la pija. Jugaba con mi poronga dentro de su boca utilizando su lengua y su paladar de tal forma que le avisé…
- “Si seguís así no voy a durar mucho tiempo más sin acabar...”
Se saca mi pija de la boca y me dice…
- “Estoy esperando toda tu leche para bebérmela hasta la última gota…”
Y se la vuelve a tragar. No pasaron más de dos minutos que derrame toda mi leche dentro de su boca que él se la tragó sin desperdiciar nada. Fue tal mi acabada que mi verga quedó tan fláccida que veía muy difícil el tema de poder cogerme el culo de Maximiliano. Él lo noto y me pregunto…
- “¿Qué le pasó a tu pija…?”
- “Vamos a tener que esperar un rato hasta que pueda recuperar fuerzas…”
- “No te preocupes, todavía tenemos un par de horas… ¡Vamos al dormitorio...!”
Nos recostamos en la cama de dos plazas que allí había y le deje hacer. Mientras me acariciaba y besaba todo mi cuerpo me fue desvistiendo al tiempo que él también se desvestía. La pija de él palpitaba y me anime a tocarla y agarrarla con mi mano izquierda. Era la primera vez en más de 30 años que tenía en mi mano una pija que no era la mía. Empecé a hacerle una suave paja, su pija sería un par de centímetros más larga que la mía. Mientras lo pajeaba le pregunté…
- “¿La usas para coger…?”
- “No… Soy 100% pasivo...”
Lo seguí pajeando y como si fuera magia a medida que la verga de él se endurecía la mía volvía a crecer. Cuando vio que mi pija estaba dura nuevamente se abalanzó para chuparla y entonces le pedí…
- “Se suave con tu boca, porque a mi edad y después del lechazo anterior, si vuelvo a acabar, será una misión imposible que se vuelva a poner dura por tercera vez en tan poco tiempo…”
- “No te preocupes, solo quiero la dureza necesaria para que me la entierres en el orto…”
Y agrego…
- “Soltame ya mi pija, porque la mía no se va a bajar así no más… Quiero que me pajées cuando me estés cogiendo...”
Cuando él consideró que mi pija estaba lista se colocó en cuatro patas cerca del borde de la cama para que yo lo penetrara desde atrás parado en el piso. Fue guiando mi verga hasta que logré que entrara toda la cabeza. Fue una sensación única y maravillosa sentir como el esfínter apretaba para que no se escapara mi pija. Despacio, fui de a poco metiendo más y más hasta que mis 15cm. desaparecieron dentro del culo de él. Me pregunto…
- “¿Estás cómodo…?”
“Si…”
- “Empezá cuando quieras y no te detengas hasta que me inundes el culo con tu leche...”
- “Mira que después de cómo me hiciste acabar hace un rato, va a tardar bastante en salir mi leche por segunda vez…”
- “Mejor, así me cogerás por mucho tiempo...”
Y empecé a bombearlo. Despacio hasta que ambos encontramos el ritmo que nos fue más cómodo. Mi mano izquierda estaba apoyada en su cadera y con la derecha me apoderé de su verga y comencé a pajearlo al ritmo de mis embestidas. Duramos un montón. A los 5 minutos Maximiliano se corrió y mi mano quedo toda manchada, pero yo no quería soltarle la pija porque a pesar de haber acabado, la pija de él seguía dura. Me pide, casi rogando…
- “Seguí pajeándome, por favor...”
La verdad que con la leche derramada por él, tenía tan lubricada la poronga que me resultó hasta más fácil seguir pajeándolo. Habrán sido entre 10 y 15 minutos hasta que pude acabar por segunda vez y sentir como mi leche iba inundando sus tripas. Casi al mismo tiempo él acaba por segunda vez…
De más está decir que ya mi verga no podía más, aunque fue una de las mejores cogidas de mi vida. Me recuesto en la cama para reponerme y él me chupa la verga con la idea de dejarla limpia y reluciente. Hasta toma mi mano derecha llena de la leche de él y la lame hasta tomársela toda. Le digo…
- “Sos un goloso y un glotón...”
- “Por eso me gustan los maduros, porque acaban abundantemente y la leche generalmente es espesa, como la tuya...”
Me permitió darme una ducha, y esperó a que saliera del baño para vestimos el uno al otro, tomamos un café y entre charla y charla se hizo la hora en la que normalmente salimos del club para ir cada uno a sus respectivas casas. Me acompañó hasta la calle y en el ascensor nos fundimos en un beso de lengua interminable durante los 10 pisos que duro el viaje, mientras él seguía manoseando mi verga a través del pantalón. Cuando estoy por subir a mi auto me dice…
- “Esto lo que tenemos que repetir...”
- “Veremos, hoy tuvimos la suerte que las clases se suspendieron… No siempre será así y te advierto, no intentes nada en las duchas y en el vestuario porque entonces sí que no tendré más ganas de tu culo...”
Cerca de fin de año se presentó otra oportunidad. Las clases de natación con la pileta cubierta finalizaron en noviembre porque el club preparaba la pileta para la temporada veraniega que comenzaría a mediados de diciembre. Tenemos una reunión de evaluación de todo el equipo de trabajo con las autoridades del club y nos informan que la misma tendría horario de comienzo, a las 13.00 hs., pero no de finalización; ya que hasta que no fuéramos todos evaluados primero en forma grupal y luego en forma individual nadie se podría retirar. Llamo por el celular a mi esposa y le aviso que no sabría a que hora volvería pero que seguramente para la hora de la cena (21.00 hs.) estaría en casa...
La evaluación grupal duró no más de 45 minutos y la individual sería por orden alfabético de apellidos para que nadie se sintiera ofendido, Maximiliano sería el primero y yo el segundo. Nos informan que luego de la evaluación individual podríamos retirarnos. Cuando finaliza mi evaluación y voy a buscar mi auto al estacionamiento veo a Maximiliano apoyado sobre la puerta del lado del conductor de mi vehículo. Se produce el siguiente diálogo…
- “¿Qué haces acá, todavía no te fuiste…?”
- “Me imaginé que nos retiraríamos temprano y entonces no traje mi auto… ¿Me llevas a mi casa...?”
- “Sos un guacho… ¿Hace cuánto que planeaste todo esto…?”
- “Cuando me enteré que la evaluación sería por orden alfabético…”
- “¿Vos ya estabas enterado…?”
- “Yo se lo sugerí al Presidente de la Subcomisión… ¿Te jode...?”
- “No, pero sos un turrito… Subí y apurémonos a salir…”
No bien arranco me dice…
- “Mientras vos usas la palanca de cambios del auto, déjame a mi usar esta otra palanca…”
Y saca mi poronga de adentro del pantalón y me empieza a pajear. Le contesto…
- “Recordá que en el mejor de los casos tengo solo dos descargas...”
- “Entonces las usaremos en mi casa...”
Lo sucedido en la casa de él fue bastante similar a nuestro primer encuentro, con la diferencia que a pesar que me chupo la pija montones de veces, todas mis descargas fueron dentro de su culo. Me pregunta…
- “¿Hasta qué hora te vas a quedar…?”
- “No más allá de las 20.30 hs…”
- “Perfecto son las 15.30 hs., tenemos 5 horas…”
Me lo cogí dos veces llenándole el culo de muchísima leche. Me chupo la verga infinidad de veces para endurecerla, para limpiarla, porque tenía ganas, porque yo se lo pedía, etc. Me despedí de él y volví a mi casa…
Aunque nos vemos en algunas reuniones de profesores que se realizan durante el año, al año siguiente no volvimos a trabajar juntos. Yo me fui a trabajar a otro club con un cargo de Coordinador General de Natación y el siguió allí como profesor…
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