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Vacaciones con misimos (18 y final)

En capítulos anteriores
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17

(los nombres, oficios, y demás posibles datos de carácter personal han sido modificados para proteger la identidad de los implicados, empezando por yo mismo)

Parecía mentira que el final de las vacaciones estuviese tan cercano. Habían pasado tantas cosas aquel verano que me parecía más tiempo. Pero así era. Llegaba a su fin, pero no sin una pequeña despedida de mis amigas. Y eso estaba organizado, aunque no como yo esperaba.

Me desperté por la mañana con una pequeña sorpresa. Alguien estaba bajo mis sábanas practicándome una felación. Sonreí, pensando que me toparía con Yoli o Rocío. Pero no, cuando quité la tela era Alicia quien estaba ahí.

“Bu-buenos días”, saludé. “No te esperaba hasta mañana…”

“Lo sé”, dijo tranquilamente. Su mano seguía trabajando mi pene. “¿Te gusta?”

Asentí. Parecía dispuesta a continuar por cómo miraba mi erección. Pero no, de un brinco se puso encima de mi. Con cuidado pero rápidamente se dejó caer hacia abajo. Pude ver que su sexo estaba húmedo antes de hacerlo. Menos mal, estaba lubricada. Qué calidez cuando estuve dentro de ella.

Se movía despacio, disfrutando de la sensación de mi pene entrando y saliendo por completo de ella. Sus movimientos fueron más rápidos cuando se agachó para besarme. Algo nos interrumpió.

“¡Pero bueno! ¡Se suponía que sólo ibas a despertarlo!”

Mi prima Yoli era quien había hablado. Con ella pude ver también a Rocío y Tania. Parecían molestas por lo que estaba haciendo Alicia.

“Bueno… está despierto…”, dijo entre gemidos.

“Chicas, ¿qué hacéis aquí?”, pregunté. “¿No se… supone que… mañana…?”

“Eso queríamos que pensaras”, dijo Rocío. “Pero por lo visto ella se nos ha adelantado”.

Alicia sonrió maliciosamente y empezó a cabalgarme como una vaquera. Entre el movimiento de su cuerpo y el hipnótico movimiento de sus tetas arriba y abajo me quedé embobado. Qué placer. Y qué morbo cuando las otras tres se sentaron a nuestro lado para mirar.

“No te contengas… quiero que te corras… dentro…”

No me lo tuvo que repetir dos veces. Yo estaba tan excitado desde tan temprano que en apenas unos minutos eyaculé, derramando mi semilla dentro de ella. Alicia parecía satisfecha y sonrió según deceleraba el ritmo hasta detenerse, sin sacarse mi polla de dentro. Pero no pudo resistir los brazos de Tania tirando de ella hacia atrás.

“Queríamos que pensaras que mañana sería nuestra fiesta para sorprenderte hoy”, dijo Tania.

“Espero que no te importe”, me susurró Rocío en la oreja, y besuqueó mi cuello.

“Oye, tramposa”, protestó Yoli.

“¿Yo? Alicia ya ha empezado, sólo estoy continuando”.

“Deberíamos desayunar primero. Si vamos a pasarnos el día follando necesitamos fuerzas”, les recordó Tania.

“Y sacar a Enrique de casa”, les dije.

“Eso ya está solucionado, va a aprovechar también para hacerlo con Irene todo el día, sus padres se han ido”, me contó Yoli. “Por eso lo adelantamos”.

“Pero esta perra tramposa no tenía derecho a empezar sin nosotras”, añadió Rocío. “No te sientas presionado, cariño”, dijo, mirándome a mi. “En el momento en que sientas que esto te supera, nos detendremos”.

“¿Superarme?”

“Cuatro mujeres para satisfacer. Podrías pensar que te estamos utilizando”.

“Qué bobada”, dije. “Lo habíamos acordado, ¿verdad?”

Sonrió.

“En ese caso, podríamos ir a desayunar, sí”, dijo con una sonrisa.

Nos levantamos de la cama. Sentí una mano manoseandome el culo, pero no supe de quien. No importaba. Se sentaron a la mesa, y fui a preparar el café. La verdad, me sentía observado por cuatro pares de ojos deseándome lascivas. Pero no me incomodaba. Si realmente mis primas habían aceptado a que estuviera aquel día con las cuatro, mis hormonas y yo estábamos de acuerdo.

Mi prima Yoli fue la primera en terminar de desayunar. Y yo no tardé mucho más. Menos mal, pues había empezado a masturbarme y mi rabo estaba ya completamente tieso. Supe rápido de sus intenciones. Pero no eran las mías. Me dejé hacer, dejándola creer que me iba a dominar. Las demás se dieron prisa en terminar, no sé si porque querían interferir o disfrutar del espectáculo.

Pero en cuanto Yoli quitó todo lo que había sobre la mesa, la sujeté por las caderas y la subí a la mesa. Tan sorprendida se quedó que no pudo reaccionar. Separé sus piernas y puse mi cabeza entre medias. Estaba a escasos milímetros de su rajita.

“Primo…”

Lamí ligeramente su coño. Delicioso. Probé a jugar con mi lengua, como sabía que le gustaba. Se agarró a la madera. Noté que iba a cerrar las piernas, pero Tania y Alicia la sujetaron con cuidado. Eso permitió a Rocío ponerse a mi lado. Supe lo que quería. Probar también ella su sabor.

“¿Me dejáis?”, preguntó, más a Yoli que a mi.

Ella asintió, de forma que las dejé hacer. Rocío ocupó mi lugar. La vi devorando el chochito de mi prima con devoción. Tocando su cuerpo con cariño. Me pregunté si Rocío no tenía sentimientos más profundos hacia ella, como los tenía hacia mi. Pero si no quería confesarlos, no iba a ser yo quien la obligase.

Bajé besando el cuerpo de mi prima. Yo no iba a quedarme sin mi ración de coñito. Me agarré a sus caderas mientras me sentaba entre sus piernas. Qué rico. Lo amaba.

Un calor recorrió mi cuerpo desde mi pene. Tania se había puesto a cuatro patas delante de mí y había empezado a chupármela. Qué bien se le daba. No había mimo en sus actos. Ella era pura lujuria.

Pero alguien me faltaba. Tanteé con la mano buscándola y finalmente la encontré. Se había acercado. Alicia. Mi mano buscó hasta encontrar su coño, y la masturbé. Fui despacio, ya que al mismo tiempo mi lengua recorría la vagina de Rocío, y yo mismo era sometido al placer de la boca de Tania.

Escuché por arriba el clímax de Yoli. Mi prima lo había conseguido. Bueno, si había sido buena con ella, Rocío merecía también culminar. Me dediqué con más ahínco a lamerla. Sentí sus jugos aumentando. Llevó las manos a mi cabeza. Gimoteó. Conseguí lo que buscaba.

Se apartó de encima mía, y se abrazó a mi por la espalda mientras Tania me la chupaba. Mi mano no desatendía el coño de Alicia. Me dedito le acariciaba el clítoris. Ella no hacía más que gemit mi nombre. Logré que llegase al ogadmo, pero no me dio tiempo a avisar a la pobre Tania de que me iba a correr. Mi semen se deslizó por su boca y uno de los “disparos” de le salió por la comisura de los labios, los cuales se los limpió Rocío con un lametón.

“Ha empezado fuerte la mañana”, reconocí. “Pero Tania… tú…”

“Sólo voy a aceptar que me folles. Nada de comérmelo. Quiero sentirme llena”, me soltó.

Las demás no pusieron ninguna queja, de forma que decidí hacerle caso. Pero en lugar de quedarnos en casa en el suelo, salimos al jardín. Sobre una toalla se extendió desnuda, con las piernas separadas, esperándome.

No tuve problemas para metérsela ya que estaba mojadisima. Mi pene se deslizó fácilmente dentro de ella. Gimió. Me dejó hacer libremente mientras ella yacía recibiendo mi polla una y otra vez. Las demás miraban entre la lujuria y la envidia. Sonreí. Quizá a Tania le gustase un poco más duro así que opté por moverme más rápido. “Sííí… así me gusta… más… ohhhhh”. Eso me indicó que efectivamente le gustaba duro.

Me aparté un momento de ella. Me miró extrañada, pero la hice girar. Bocabajo su chochito me quedaba más accesible. Volví a metérsela con ganas. Qué maravilla. Estiré las manos y llegué a sus tetas. Las masajeé con ganas, qué suaves, qué tacto. Jugué con aquellos pezones que me volvían loco y ella gimió con un agudísimo tono. “Me voy a ir…”, la oí suspirar.

Lo gracioso era que yo también. Me estaba volviendo loco. Intenté aguantar pero no pude. Llené su interior con una generosa cantidad de mi semen, y como pude aguanté un poco más hasta que ella misma acabó. Temblando nos separamos. Muy intenso para haber sido apenas un round.

“¿Qué podríamos hacer ahora?”, preguntó Yoli. “Me muero de ganas de tenerle dentro yo también, pero puede haber algo más interesante…”

“Se me ocurre una cosa. ¿Habéis oído hablar de la ruleta rusa? Ese juego de la pistola, una bala…”, empezó Rocío, asustánndonos a todos. “Pues chicas… ¿qué os parece si hacemos la mamada rusa?”, sugirió.

La idea partía de la misma base. Las cuatro me practicarían una felación. Una única chupada cada vez cada una. Y en este caso, gana la que consiguera hacerme eyacular. Bueno, y yo también ganaba, por supuesto.

Me ataron de espaldas a la sombrilla. Luego sobre una toalla se pusieron de rodillas sobre el césped. De izquierda a derecha podía ver a Tania, Rocío, Alicia y Yoli. Las cuatro desnudas, mirándome con lascivia y sacando la lengua.

Fue una de las experiencias más placenteras de mi vida. Las cuatro me la chupaban en diferentes turnos, una única vez. Probaban a algo rápido, desde un ligero beso, hasta una garganta profunda en alguna ocasión. Eso al principio, claro. Según yo me tensaba mi orgasmo era más próximo y mi polla se veía constantemente rodeada de diferentes labios buscando mi eyaculación.

Aunque me contuve todo el tiempo que pude, eso no podía ser eterno y acabé por correrme con la boquita de Yoli. Sonrió cuando recibió su “premio” y se aseguró de no dejarse nada. Me masturbó hasta que no sólo su boca sino su dulce y angelical rostro estuvo cubierto por mi esperma.

Rocío atacó entonces y me la empezó a chupar. No tardé más de un minuto en volver a tenerla erecta. Sonrió, y puso su ano apoyado en mi glande. Me preocupé, pues podía hacerse daño. Desde mi postura pude ver como mi pene desaparecía fugazmente en el culo de prima, pero rápidamente volvía a verlo entero. Volvió a introducirse un poco, y sacarlo de nuevo. Poco a poco, su culo engulló toda mi polla.

Y entonces ocurrió. Yoli se quedó delante de mi prima y empezó a lamer su chochito. Aquello era demasiado para Rocío, quien no se esperaba una reacción así ni de lejos, por supuesto. Pero Yoli estaba dispuesta a darle placer. Siguió comiendole el coño mientras yo le daba por el culo. Creo que pocas veces mi prima había estado expuesta a una situación en la que gimiera tanto como entonces. Tenía un tono especial en su voz. Culminó rápidamente, y creo que fue más gracias al cunnilingus de mi prima que a mis embestidas.

“Y ahora me toca contigo”, dijo Yoli, desatándome.

Apenas estuvo libre me hizo sentar y se puso sobre mí. Mi pene encajaba perfectamente en su chocho, el cual noté húmedo. Me besó con ganas mientras empezaba a rebotar sobre mi. La rodeé con los brazos mientras nos dirigíamos juntos al clímax.

“Primo, te amo… te quiero… lo eres todo para mi…”

“Yo también te amo, Yoli… y me voy a correr”

“Juntos, por favor… corrámonos juntos”, me pidió.

No tenía muy fácil acabar al mismo tiempo que ella. Pero era mi prima, tenía que intentarlo por ella. La amaba, debía darle aquel deseo. Cuando los músculos de su vagina se contrajeron se dinamitó mi orgasmo. Disparé todo mi semen, el cual escurría por entre sus muslos.

“Qué bonito…”, dijo Tania mientras nos miraba.

“Ahora entiendo muchas cosas”, aseguró Alicia, que parecía entre disgustada y contenta.

“Primo, aún tienes que acabar dentro de alguien”, dijo Rocío.

Y era verdad. Le debía una. Estaba tumbada con las piernas separadas aguardándome. Decidí frotar mi polla contra sus labios vaginales hasta que me empalmé y sin esperar mucho se la introduje. Fue también lento. Mi prima Rocío me miraba. Yo sabía lo que quería decirme. Nos besamos mientras nos acercábamos al último orgasmo de la mañana, pero no del día.

Y realmente no hay mucho más que contar de aquel verano. Cuando terminamos las vacaciones, Yoli, Rocío y yo empezamos a salir en serio, a espaldas de nuestros padres, por supuesto.

Fuimos bastante felices, pero Yoli cambió de parecer un año después de empezar. Conoció a alguien, y empezaron a salir. Eso nos dejó solos a Rocío y a mi. Estuvimos juntos tres años más, y nos iba tan bien que incluso nos fuimos a vivir juntos, donde éramos libres para profesar nuestro amor sin tabúes.

Aquello también acabó, claro. Pero no a malas maneras. Ella se juntó con una amiga, y yo, bueno… sorprendentemente me terminé casando con Tania, con quien manteníamos el contacto regularmente por aquel entonces.

Pero en mis cumpleaños, Tania permite a Rocío y Yoli… “pasar el día” con nosotros 😉

Espero que os haya gustado la historia 😉 Muy pronto publicaré más relatos eróticos por la pagina. Y si queréis echar un vistazo a los otros...

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4 comentarios - Vacaciones con misimos (18 y final)

el-agusbostero +1
Muy buenos todos los relatos y sorprende te final. 10 puntos👌
PepeluRui
Gracias!
alvaro_andaluz95 +1
Joder que buenos relatos! Toma la maxima puntuación. Me los he leído todos hoy día.
PepeluRui
Gracias. Muy pronto más 😉
Lukonga99 +1
Quiero más relatos como este increíble+100
Lingping1273 +1
Wao recién lo termino de leer completo. Excelente historia :v
PepeluRui
¡Gracias!