Todo empezó a mediados de 2017. Ella, una mujer de unos cuarenta y pico, fue profesora de mi hermano en la secundaria, que quedó como una amiga de mi familia. Yo, un muchacho de 29. Ya nos conocíamos, pero no más que alguna charla sobre música o fútbol, o algún comentario en Facebook. Hasta que un día ella me habló por privado.
Las charlas eran normales, pero con los días fueron más fluidas, y con más frecuencia. Pero además, empezaron a tener comentarios sobre el otro. Empezamos a tirarnos palos, hasta que ya se hizo inevitable la atracción. Y un día apareció en mi casa, a tomar mates con mi familia. Y yo no podía dejar de mirarla, era imposible. Ella se dio cuenta. Yo me tuve que ir a mi cuarto, mientras los demás estaban en el patio. En un momento ella se levanta para ir al baño. Cuando la vi entrar, salí de mi cuarto y me metí con ella. Nos besamos y nos manoseamos, pero no se podía más.
Unos días después, más precisamente un sábado, me avisa que estaba cerca de donde yo estaba. Luego de eso, nos encontramos media hora después y nos fuimos directo a un telo. Solo teníamos dos horas, ella tenía que volver porque la esperaba el marido.
Entramos y apenas cerré la puerta, se me tiró encima y la ropa no duró nada puesta. Me la chupó como los dioses durante un buen rato. Yo la puse contra la pared y besé todo sus cuerpo, sus tetas, su concha toda mojada. La tiré en la cama y le metí la pija entera. Gritaba como loca, estoy seguro que se escuchó en todo el telo. Pero era una verdadera puta en la cama, con toda la experiencia encima. Y me calentó como nunca. No paramos de cojer ni un segundo. Después me pedía que le llenara su conchita de leche y así fue... Le chorreaba la leche.
Sigue siendo nuestro secreto (y no fue la única vez).
Espero que les haya gustado mi historia, ya que es mi primer post.
Las charlas eran normales, pero con los días fueron más fluidas, y con más frecuencia. Pero además, empezaron a tener comentarios sobre el otro. Empezamos a tirarnos palos, hasta que ya se hizo inevitable la atracción. Y un día apareció en mi casa, a tomar mates con mi familia. Y yo no podía dejar de mirarla, era imposible. Ella se dio cuenta. Yo me tuve que ir a mi cuarto, mientras los demás estaban en el patio. En un momento ella se levanta para ir al baño. Cuando la vi entrar, salí de mi cuarto y me metí con ella. Nos besamos y nos manoseamos, pero no se podía más.
Unos días después, más precisamente un sábado, me avisa que estaba cerca de donde yo estaba. Luego de eso, nos encontramos media hora después y nos fuimos directo a un telo. Solo teníamos dos horas, ella tenía que volver porque la esperaba el marido.
Entramos y apenas cerré la puerta, se me tiró encima y la ropa no duró nada puesta. Me la chupó como los dioses durante un buen rato. Yo la puse contra la pared y besé todo sus cuerpo, sus tetas, su concha toda mojada. La tiré en la cama y le metí la pija entera. Gritaba como loca, estoy seguro que se escuchó en todo el telo. Pero era una verdadera puta en la cama, con toda la experiencia encima. Y me calentó como nunca. No paramos de cojer ni un segundo. Después me pedía que le llenara su conchita de leche y así fue... Le chorreaba la leche.
Sigue siendo nuestro secreto (y no fue la única vez).
Espero que les haya gustado mi historia, ya que es mi primer post.
1 comentarios - La profesora de mi hermano y yo