-Ya hemos hablado de eso muchas veces hija y no quiero que me vayas a fallar.
-Ya lo sé mamá, Carlos y yo no haremos nada malo, solamente iremos al cine y terminando la película enseguida volveré a casa. Lo prometo…
La mamá de Alicia la miró preocupada. Sabía que su hija ya estaba en edad de tener relaciones sexuales y le preocupaba que fuera a quedar embarazada antes de tiempo.
En el hospital que trabajaba como jefa de enfermeras Carmen, la mama de Alicia, había visto cientos de casos en lo que jovencitas de la edad de su hija salían embarazadas por un momento de calentura o por mala información sexual. Ella ya se había encargado de impartirle a su hija todo lo que debía saber de sexo pero aun así estaba preocupada porque el tipo con el que ella salía no fuera lo suficientemente responsable como para usar condón o tratar bien a su hija.
-Está bien, pero te quiero de vuelta apenas acabe la película. – Sentenció Carmen a su hija.- tengo turno nocturno pero llamaré para ver si has llegado en cuanto den las 10 de la noche…
-¡!Si mamá, gracias!!- replicó llena de alegría Alicia y rápidamente se apresuró a tomar su celular para darle la buena noticia a Carlos.
Llegadas las 7 de la tarde, Alicia salió dejando atrás las mil y un recomendaciones de su madre y abordó el carro de su novio Carlos quien recién comenzaba a manejar.
-Hola mi amor…- lo saludó con un beso mientras Carlos la miraba embobado. Realmente lucía divina Alicia en esos jeans entallados y blusa escotada.- que película decidiste ir a ver…
Carlos la miró como no sabiendo si su novia le daría la aprobación. Puso en marcha el auto y estando ya alejado de la casa de su novia le dijo:
-Pensé en algo distinto para esta noche…
Eran las 10 de la noche cuando Roberto, el padre de Alicia, recibió la llamada de su esposa Carmen para preguntarle por su hija:
-¿Ya llegó Alicia?
-¿Si… está arriba bañándose… quieres que te la pase?- preguntó Roberto lleno del nerviosismo que produce mentir.
Carmen guardo silencio unos segundos. Era obvio que estaba dudando que responder.
-No, déjalo así. Solo quería asegurarme de que ya estuviera en casa…- dijo Alicia liberando de tanta tensión a su esposo que imploraba porque no le fuera a decir que sí.
Luego de eso, Roberto trató de comunicarse con su hija en el celular pero la llamada lo mandaba directo al buzón.
-Ni hablar, a su edad el tiempo se va volando…- pensó y decidió darle más tiempo a su hija para volver queriendo adoptar la figura de padre comprensivo. Total, la mentira ya estaba hecha a su esposa y un minuto más tarde que llegara su hija no haría diferencia.
Roberto enseguida retomó lo que estaba haciendo hasta antes de recibir la llamada de su esposa: masturbarse mientras veía una película porno en su alcoba. Pero nuevamente fue interrumpido por la llegada de su hija quien corrió a encerrarse a su habitación sin ni siquiera avisar su llegada.
A Roberto para nada le agradaba la idea de su hija teniendo relaciones con un completo imbécil pero prefería dejarle la tarea de inquisidora a su esposa. Lamentablemente, en ese momento su esposa no estaba para hacer su tarea de madre e ir a consolar a su hija por lo que le tocaba a él ahora sí que subirse los pantalones e ir a la habitación de su hija a consolarla.
-Hija, abre soy yo…- fue lo único que se le ocurrió decir a Roberto al llamar a la puerta de su hija.
Su hija le dejó pasar y enseguida trató de hacer el rol de padre “comprensivo”:
-¿Que te hizo ese desgraciado?
-Nada papá, nada…- decía su hija llorando.
-No me mientas Alicia. Sabes que puedes confiar en mí. Cuéntame, que fue lo que paso?
Su hija lo miró con una mirada tierna y confundida. Luego le dijo:
-¿Prometes no enojarte ni decirle a mamá?
Carlos la miró indeciso y su hija enseguida le dijo triste:
-Olvídalo papá… olvídalo.
-¿No hija, lo siento mucho. No quise reaccionar de esa forma. Prometo no enojarme ni decirle a tu madre pero cuéntame, que es lo que pasa?
-Carlos y yo…- su hija comenzó a hablar.- tuvimos sexo por primera vez esta noche papi…- dijo Alicia tímidamente mientras Roberto luchaba por controlarse.
-¿Tú madre no habló contigo de esto?
-Sí y créeme que para nada necesito otro sermón en este momento… lo que pasa es que no puedo decírselo a mamá porque ella me advirtió que si hacía algo malo con Carlos…
-Pero no es algo malo hija…
-Lo sé pero ya ves cómo piensa mamá… dice que voy a quedar embarazada y que seré madre soltera por siempre si lo hago.
-¿No usaron condón?
-No, si usamos. Ese es el problema papá… cuando Carlos se vino en mí, el condón se quedó dentro de… tú sabes… y no puedo ir al hospital porque seguramente ahí estará mamá y todas sus amigas…
Roberto guardó silencio. La verdad es que no se le ocurría otra idea que no fuera llevar a su hija a emergencias.
- ¿¿¿Que hago papá??? ¡¡¡Debes ayudarme…!!! Tengo mucho miedo…
Roberto abrazó a su hija tratando de darle consuelo. El perfume que su hija había usado para su cita de inmediato le llegó a la nariz y lo llenó de encanto. Pensar que su hija unas horas antes había estado siendo follada por primera vez en el auto de su novio le lleno de morbo y sintió una erección no contemplada. ¡Por primera vez estaba pensando en su hija como mujer y no como una hija!
-Papá…- le dijo su hija interrumpiendo sus pensamientos.- ¿que vamos a hacer?
-No lo sé hija… supongo que tendré que decirte como lo retires… o alguien más tendrá que hacerlo porque… no puede quedarse ahí dentro.
-Tú papi… hazlo tú por favor.
-Hija no creo que eso sea lo correcto…
-Pero si no eres tú no hay nadie más a quien pedírselo papi… me moriría de vergüenza si mis amigas se enteran…
-¿Pero hija, estas segura? Tendría que tocarte ahí abajo y…
-Ya lo sé papi pero hazlo por favor no me dejes así… solo hazlo.
Armándose de valor, Roberto le pidió a su hija que se recostara en la cama mientras que por alguna extraña razón se le ocurrió ir a cerrar la puerta con llave.
-Así no hija, recuéstate boca abajo sobre esta almohada de tal forma que tu parte baja quede encima…- le pidió a su hija tomando la almohada más grande que encontró.
¡Luego, lentamente Roberto le alzó la minifalda a su hija hasta la cintura y se encontró con el culo más sexy que había visto cubierto por una tanga!
-¡¡¡Wow!!!- pensó y de inmediato trato de sacudirse las morbosas ideas de la mente. Luego, tomando un enorme respiro, comenzó a bajarle la tanga hasta que se la quitó por completo.
Roberto no podía creer lo hermosa que lucía la concha de su hija llena de pelos. Las piernas de su hija estaban separadas por lo que la visión era completa.
Mojando su dedo índice, Roberto lo llevó hacia la concha de su hija y comenzó a separarle los labios vaginales para ir abriéndose paso.
-Ohhh…- su hija jadeó involuntariamente al sentir el dedo de su padre en su conchita.
-Debes relajarte hija, estas muy tensa y así será muy difícil… estoy seguro que en el hospital te darían anestesia o que se yo para poder meter los instrumentos aquí dentro… además de que logarían que esto estuviera mojado…
-¿¿¿Pero, como le hago papi…?????
-Ya sé, cierra los ojos hija…- su hija cerro los ojos enseguida.- ahora quiero que pienses en Carlos. Imagina que estás desnuda de cintura hacia abajo durmiendo y que has quedado de verte a escondidas con tu novio en tu cuarto. Ya previamente le has dado la llave de la casa y él en cualquier momento puede entrar. Sin previo aviso, comienzas a sentir que te acarician tu conejito…- conejito?? Como se me ocurre decirle así a mi hija?
Pensó Roberto mientras con su dedo acariciaba ligeramente los labios vaginales de su hija.- prefieres no abrir los ojos para hacerlo más interesante. Carlos te ha dicho que su fantasía es hacer el amor contigo mientras duermes y tú piensas cumplírsela esta misma noche…
Enseguida Roberto notó como de la vagina de su hija comenzaban a salir jugos vaginales.
Estaba funcionando!! Su hija se estaba excitando y con ello su conchita se humedecía haciendo más fácil el ingreso de sus dedos en busca del condón perdido. Pero no solo eso estaba provocando la historia inventada, bastaba con que Roberto mirara hacia abajo para que se percatara de la tremenda erección de su pene que luchaba por salir intensamente.
1 o 2 minutos pasaron y la conchita cada vez estaba más empapada (si es que era posible eso).
La cabeza de Roberto estaba más caliente que nunca y su pensamiento se había nublado al grado de que, inclinando la cabeza, sacó la lengua y se la pasó por todo lo largo de la concha a su hija quien gimió fuertemente gritando:
-¡¡¡¡¡HMMMMMMMM Carlossss!!!!!!
-Era obvio que su hija seguía inmersa en la historia y, por ende, Roberto agarro valor y comenzó a devorarle el coño a su hija salvajemente probando su delicioso néctar.
Roberto lamía la concha de su hija al tiempo que le acariciaba el clítoris con el dedo. Luego comenzó a meterle el dedo en busca del condón usado. Al principio lo metió poquito pero no encontraba nada así que lo fue metiendo todo hasta que su dedo quedo completamente adentro.
-AAAAHHHH HMMMMMMMMMMMMM…- Gemía escandalosamente Alicia mientras su padre la dedeaba.
Roberto estaba cada vez más desesperado, no lograba encontrar el condón pero lo que más le desesperaba era no poder sacar su pito y hundírselo a su hija!!!
-Cógeme… cógeme por favor… cógeme!!!- comenzó a gritar su hija haciendo más excitante el momento y más difícil resistirse.- quiero que me lo metas!!! HMMM ¡¡¡Métemelo papiiii!!!
En ese momento Roberto no pudo más, poniéndose de pie se bajó el pantalón y sacó su pito erecto apuntándolo inmediatamente hacia la concha de su hija. Basto con que hiciera un poco de presión y finalmente se hundió adentro.
-AAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH HMMMMMMMMMMMMMM…
Gimieron los 2 al mismo tiempo.
El intenso calor de la concha de su hija era abrumador. Su hija trataba de acostumbrarse a su tamaño y grosor mientras él comenzaba a embestirla ligeramente desde atrás.
- ¡¡¡AAHHHHHH Que ricooooo!!! HMMMMM- Gemía Alicia a cada embestida de su padre en una mezcla de dolor e intenso placer. Sabía que de no ser porque estaba empapada su padre la hubiera partido en 2 con ese tremendo instrumento.
Roberto nunca antes había sentido una concha tan caliente y apretada como la de su preciosa hija. La tomó de las caderas y posicionándola a 4 patas sobre la cama comenzó a embestirla como posesionado hasta que finalmente no pudo contenerse ni un segundo más y soltó todo su semen caliente dentro de ella.
-AAHHHHHHHHHHHHHHHH…- Grito él mientras su hija gemía con descaro.-HMMMM PAPIIIIIIII
Alicia movió sus caderas hasta que la última gota de la semilla de su padre se implantó en su interior.
Sintiéndose agotado, Roberto se relajó y cayó a un lado de su hija.
Ambos quedaron exhaustos mirando al techo y sin decir una sola palabra. En ese momento el celular de Alicia, que estaba a un lado de su lámpara de noche, sonó. Su padre la miró y, al ver que no contestaba, tomó el celular y fue él quien contestó.
- ¿Quien habla?
-¿El padre de Alicia, quien eres tú?
Carlos le colgó la llamada y Roberto se sintió molesto, pensó en marcarle a Carlos y decirle de todo pero Alicia lo contuvo con un:
-No vale la pena… lo hecho, hecho esta…
En ese momento se miraron a los ojos. Apunto estaba Roberto por dejar de lado el celular cuando volvió a sonar. Esta vez era un mensaje el cual ambos leyeron atentamente:
Alicia, llamaba para decirte que ya encontré lo que buscábamos. Debió caerse sin que nos diéramos cuenta en el sillón trasero del auto. Llámame cuando puedas…
-Ya lo sé mamá, Carlos y yo no haremos nada malo, solamente iremos al cine y terminando la película enseguida volveré a casa. Lo prometo…
La mamá de Alicia la miró preocupada. Sabía que su hija ya estaba en edad de tener relaciones sexuales y le preocupaba que fuera a quedar embarazada antes de tiempo.
En el hospital que trabajaba como jefa de enfermeras Carmen, la mama de Alicia, había visto cientos de casos en lo que jovencitas de la edad de su hija salían embarazadas por un momento de calentura o por mala información sexual. Ella ya se había encargado de impartirle a su hija todo lo que debía saber de sexo pero aun así estaba preocupada porque el tipo con el que ella salía no fuera lo suficientemente responsable como para usar condón o tratar bien a su hija.
-Está bien, pero te quiero de vuelta apenas acabe la película. – Sentenció Carmen a su hija.- tengo turno nocturno pero llamaré para ver si has llegado en cuanto den las 10 de la noche…
-¡!Si mamá, gracias!!- replicó llena de alegría Alicia y rápidamente se apresuró a tomar su celular para darle la buena noticia a Carlos.
Llegadas las 7 de la tarde, Alicia salió dejando atrás las mil y un recomendaciones de su madre y abordó el carro de su novio Carlos quien recién comenzaba a manejar.
-Hola mi amor…- lo saludó con un beso mientras Carlos la miraba embobado. Realmente lucía divina Alicia en esos jeans entallados y blusa escotada.- que película decidiste ir a ver…
Carlos la miró como no sabiendo si su novia le daría la aprobación. Puso en marcha el auto y estando ya alejado de la casa de su novia le dijo:
-Pensé en algo distinto para esta noche…
Eran las 10 de la noche cuando Roberto, el padre de Alicia, recibió la llamada de su esposa Carmen para preguntarle por su hija:
-¿Ya llegó Alicia?
-¿Si… está arriba bañándose… quieres que te la pase?- preguntó Roberto lleno del nerviosismo que produce mentir.
Carmen guardo silencio unos segundos. Era obvio que estaba dudando que responder.
-No, déjalo así. Solo quería asegurarme de que ya estuviera en casa…- dijo Alicia liberando de tanta tensión a su esposo que imploraba porque no le fuera a decir que sí.
Luego de eso, Roberto trató de comunicarse con su hija en el celular pero la llamada lo mandaba directo al buzón.
-Ni hablar, a su edad el tiempo se va volando…- pensó y decidió darle más tiempo a su hija para volver queriendo adoptar la figura de padre comprensivo. Total, la mentira ya estaba hecha a su esposa y un minuto más tarde que llegara su hija no haría diferencia.
Roberto enseguida retomó lo que estaba haciendo hasta antes de recibir la llamada de su esposa: masturbarse mientras veía una película porno en su alcoba. Pero nuevamente fue interrumpido por la llegada de su hija quien corrió a encerrarse a su habitación sin ni siquiera avisar su llegada.
Rápidamente Roberto dedujo de lo que se trataba. Su hija había salido de casa sumamente guapa, su novio tenía auto y se veía un patán de lo peor lo que daba como resultado sexo en el carro.
A Roberto para nada le agradaba la idea de su hija teniendo relaciones con un completo imbécil pero prefería dejarle la tarea de inquisidora a su esposa. Lamentablemente, en ese momento su esposa no estaba para hacer su tarea de madre e ir a consolar a su hija por lo que le tocaba a él ahora sí que subirse los pantalones e ir a la habitación de su hija a consolarla.
-Hija, abre soy yo…- fue lo único que se le ocurrió decir a Roberto al llamar a la puerta de su hija.
Su hija le dejó pasar y enseguida trató de hacer el rol de padre “comprensivo”:
-¿Que te hizo ese desgraciado?
-Nada papá, nada…- decía su hija llorando.
-No me mientas Alicia. Sabes que puedes confiar en mí. Cuéntame, que fue lo que paso?
Su hija lo miró con una mirada tierna y confundida. Luego le dijo:
-¿Prometes no enojarte ni decirle a mamá?
Carlos la miró indeciso y su hija enseguida le dijo triste:
-Olvídalo papá… olvídalo.
-¿No hija, lo siento mucho. No quise reaccionar de esa forma. Prometo no enojarme ni decirle a tu madre pero cuéntame, que es lo que pasa?
-Carlos y yo…- su hija comenzó a hablar.- tuvimos sexo por primera vez esta noche papi…- dijo Alicia tímidamente mientras Roberto luchaba por controlarse.
-¿Tú madre no habló contigo de esto?
-Sí y créeme que para nada necesito otro sermón en este momento… lo que pasa es que no puedo decírselo a mamá porque ella me advirtió que si hacía algo malo con Carlos…
-Pero no es algo malo hija…
-Lo sé pero ya ves cómo piensa mamá… dice que voy a quedar embarazada y que seré madre soltera por siempre si lo hago.
-¿No usaron condón?
-No, si usamos. Ese es el problema papá… cuando Carlos se vino en mí, el condón se quedó dentro de… tú sabes… y no puedo ir al hospital porque seguramente ahí estará mamá y todas sus amigas…
Roberto guardó silencio. La verdad es que no se le ocurría otra idea que no fuera llevar a su hija a emergencias.
- ¿¿¿Que hago papá??? ¡¡¡Debes ayudarme…!!! Tengo mucho miedo…
Roberto abrazó a su hija tratando de darle consuelo. El perfume que su hija había usado para su cita de inmediato le llegó a la nariz y lo llenó de encanto. Pensar que su hija unas horas antes había estado siendo follada por primera vez en el auto de su novio le lleno de morbo y sintió una erección no contemplada. ¡Por primera vez estaba pensando en su hija como mujer y no como una hija!
-Papá…- le dijo su hija interrumpiendo sus pensamientos.- ¿que vamos a hacer?
-No lo sé hija… supongo que tendré que decirte como lo retires… o alguien más tendrá que hacerlo porque… no puede quedarse ahí dentro.
-Tú papi… hazlo tú por favor.
-Hija no creo que eso sea lo correcto…
-Pero si no eres tú no hay nadie más a quien pedírselo papi… me moriría de vergüenza si mis amigas se enteran…
-¿Pero hija, estas segura? Tendría que tocarte ahí abajo y…
-Ya lo sé papi pero hazlo por favor no me dejes así… solo hazlo.
Armándose de valor, Roberto le pidió a su hija que se recostara en la cama mientras que por alguna extraña razón se le ocurrió ir a cerrar la puerta con llave.
-Así no hija, recuéstate boca abajo sobre esta almohada de tal forma que tu parte baja quede encima…- le pidió a su hija tomando la almohada más grande que encontró.
¡Luego, lentamente Roberto le alzó la minifalda a su hija hasta la cintura y se encontró con el culo más sexy que había visto cubierto por una tanga!
-¡¡¡Wow!!!- pensó y de inmediato trato de sacudirse las morbosas ideas de la mente. Luego, tomando un enorme respiro, comenzó a bajarle la tanga hasta que se la quitó por completo.
Roberto no podía creer lo hermosa que lucía la concha de su hija llena de pelos. Las piernas de su hija estaban separadas por lo que la visión era completa.
Mojando su dedo índice, Roberto lo llevó hacia la concha de su hija y comenzó a separarle los labios vaginales para ir abriéndose paso.
-Ohhh…- su hija jadeó involuntariamente al sentir el dedo de su padre en su conchita.
-Debes relajarte hija, estas muy tensa y así será muy difícil… estoy seguro que en el hospital te darían anestesia o que se yo para poder meter los instrumentos aquí dentro… además de que logarían que esto estuviera mojado…
-¿¿¿Pero, como le hago papi…?????
-Ya sé, cierra los ojos hija…- su hija cerro los ojos enseguida.- ahora quiero que pienses en Carlos. Imagina que estás desnuda de cintura hacia abajo durmiendo y que has quedado de verte a escondidas con tu novio en tu cuarto. Ya previamente le has dado la llave de la casa y él en cualquier momento puede entrar. Sin previo aviso, comienzas a sentir que te acarician tu conejito…- conejito?? Como se me ocurre decirle así a mi hija?
Pensó Roberto mientras con su dedo acariciaba ligeramente los labios vaginales de su hija.- prefieres no abrir los ojos para hacerlo más interesante. Carlos te ha dicho que su fantasía es hacer el amor contigo mientras duermes y tú piensas cumplírsela esta misma noche…
Enseguida Roberto notó como de la vagina de su hija comenzaban a salir jugos vaginales.
Estaba funcionando!! Su hija se estaba excitando y con ello su conchita se humedecía haciendo más fácil el ingreso de sus dedos en busca del condón perdido. Pero no solo eso estaba provocando la historia inventada, bastaba con que Roberto mirara hacia abajo para que se percatara de la tremenda erección de su pene que luchaba por salir intensamente.
1 o 2 minutos pasaron y la conchita cada vez estaba más empapada (si es que era posible eso).
La cabeza de Roberto estaba más caliente que nunca y su pensamiento se había nublado al grado de que, inclinando la cabeza, sacó la lengua y se la pasó por todo lo largo de la concha a su hija quien gimió fuertemente gritando:
-¡¡¡¡¡HMMMMMMMM Carlossss!!!!!!
-Era obvio que su hija seguía inmersa en la historia y, por ende, Roberto agarro valor y comenzó a devorarle el coño a su hija salvajemente probando su delicioso néctar.
Roberto lamía la concha de su hija al tiempo que le acariciaba el clítoris con el dedo. Luego comenzó a meterle el dedo en busca del condón usado. Al principio lo metió poquito pero no encontraba nada así que lo fue metiendo todo hasta que su dedo quedo completamente adentro.
-AAAAHHHH HMMMMMMMMMMMMM…- Gemía escandalosamente Alicia mientras su padre la dedeaba.
Roberto estaba cada vez más desesperado, no lograba encontrar el condón pero lo que más le desesperaba era no poder sacar su pito y hundírselo a su hija!!!
-Cógeme… cógeme por favor… cógeme!!!- comenzó a gritar su hija haciendo más excitante el momento y más difícil resistirse.- quiero que me lo metas!!! HMMM ¡¡¡Métemelo papiiii!!!
En ese momento Roberto no pudo más, poniéndose de pie se bajó el pantalón y sacó su pito erecto apuntándolo inmediatamente hacia la concha de su hija. Basto con que hiciera un poco de presión y finalmente se hundió adentro.
-AAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH HMMMMMMMMMMMMMM…
Gimieron los 2 al mismo tiempo.
El intenso calor de la concha de su hija era abrumador. Su hija trataba de acostumbrarse a su tamaño y grosor mientras él comenzaba a embestirla ligeramente desde atrás.
- ¡¡¡AAHHHHHH Que ricooooo!!! HMMMMM- Gemía Alicia a cada embestida de su padre en una mezcla de dolor e intenso placer. Sabía que de no ser porque estaba empapada su padre la hubiera partido en 2 con ese tremendo instrumento.
Roberto nunca antes había sentido una concha tan caliente y apretada como la de su preciosa hija. La tomó de las caderas y posicionándola a 4 patas sobre la cama comenzó a embestirla como posesionado hasta que finalmente no pudo contenerse ni un segundo más y soltó todo su semen caliente dentro de ella.
-AAHHHHHHHHHHHHHHHH…- Grito él mientras su hija gemía con descaro.-HMMMM PAPIIIIIIII
Alicia movió sus caderas hasta que la última gota de la semilla de su padre se implantó en su interior.
Sintiéndose agotado, Roberto se relajó y cayó a un lado de su hija.
Ambos quedaron exhaustos mirando al techo y sin decir una sola palabra. En ese momento el celular de Alicia, que estaba a un lado de su lámpara de noche, sonó. Su padre la miró y, al ver que no contestaba, tomó el celular y fue él quien contestó.
- ¿Quien habla?
-¿El padre de Alicia, quien eres tú?
Carlos le colgó la llamada y Roberto se sintió molesto, pensó en marcarle a Carlos y decirle de todo pero Alicia lo contuvo con un:
-No vale la pena… lo hecho, hecho esta…
En ese momento se miraron a los ojos. Apunto estaba Roberto por dejar de lado el celular cuando volvió a sonar. Esta vez era un mensaje el cual ambos leyeron atentamente:
Alicia, llamaba para decirte que ya encontré lo que buscábamos. Debió caerse sin que nos diéramos cuenta en el sillón trasero del auto. Llámame cuando puedas…
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