Cuando tenía 23 años mi amiga Viridiana hizo una fiesta a la cual me invito, me dijo que me arreglará muy bien pues había una persona que quería presentarme. No sabía qué clase de persona, solo sabía que era un hombre, sería guapo, buena persona, que más daba, era la oportunidad de tener una nueva verga.
Me arreglé para la fiesta, me gustan mucho las minifaldas de piel, me puse una que apenas me cubría el culo, una blusa negra con mucho escote, medias negras, tacones negros, una chamarra de piel negra. Me veía muy elegante y sexy.
Llegué a la fiesta, Viridiana me llevó con la persona que quería presentarme un muchacho muy guapo, muy seguro. Como tantos hombres, me vio con lujuria, me dio un beso en la mejilla, Viridiana nos dejó solos, platicamos cerca de media hora, no había conocido a nadie más aburrido, más desesperante y odioso. Después de media hora, cerca de donde estábamos se sentó un muchacho muy delgado, guapo nada fuera de lo normal, tenía algo que me llamó la atención, sentía que él podría ofrecerme algo interesante, como después lo comprobé.
Interrumpí al amigo de Viridiana, y fui con aquel muchacho, me presenté, el me vio, su cara de deseo era indescriptible, aunque trataba de disimularlo. Él se llamaba César, con el pase toda la noche platicando, no intento nada pero su cara de deseo jamás desapareció. Cuando llegó la hora de irme, él se ofreció a acompañarme a mi casa, no lo dejé, pero quedamos en salir otro día.
Salimos, la pase bien con él, era una persona agradable, tampoco intento nada, yo tampoco lo hice. Después salimos unas 5 veces más, en la última me pidió ser su novia, yo acepté. Era un noviazgo muy lento, el primer beso fue después de pedirme ser su novia. Tuvimos sexo unos 4 meses después. Yo obviamente me acostaba con muchos, así que la falta de sexo con él no fue un problema.
Esa primera vez para él fue maravillosa, él no era virgen pero por lo visto no le habían dado tanto placer, se enloqueció con mi culo, el cual le dije que algún día se lo daría, pero que se lo tenía que ganar, él dijo que haría cualquier cosa por algún día poder entrar en él.
Durante unas 3 semanas lo hicimos como 10 veces, siempre con condón. Él estaba como loco, me veía y quería llevarme a la cama. Lo que me gustaba de él es que me deseaba tanto que me lo hacía con una pasión indescriptible.
Un día César me dijo que sus amigos y él rentaron una casa muy grande en Cuernavaca, para pasar algunos días ahí. Yo no conocía a casi ninguno de sus amigos. Esa era una buena forma de integrarme más a su círculo. Nos vimos cerca de la salida a la carretera en un pequeño súper. Ahí salude a Juan y Estefanía con quien ya había convivido. Había tres parejas más, y dos hombres que iban solos, en total éramos 12 personas.
Uno de los que iba solo se llamaba Omar, estaba hermoso ese hombre, alto, muy fuerte, una cara de modelo, parecía modelo de Armani, cabello castaño, ojos verdes, con solo verlo mi vagina comenzó a mojarse, supe que me lo iba a llevar a la cama alguna vez. Él se acercó a saludarme me dio un beso y un abrazo, sentirlo así de cerca hizo que me derritiera, sabía que con tal de estar con él sería capaz de rogarle por sexo.
Nos fuimos en 3 carros a Cuernavaca, no me toco ir en el mismo que él. En el camino solo iba pensando en cómo sería su verga, en como coger con él, estaba muy caliente. Quería tocarme, masturbarme pensando en Omar, pero tuve que controlarme, pero no lo logré mi respiración de aceleró, mi novio Juan y Estefanía que venían en el carro lo notaron, me preguntaron que me pasaba.
Cuando mi novio pudo se orilló y paró el carro, bajamos de él, trate de respirar profundo.
Los otros carros también se pararon, preguntaron qué pasaba Estefanía comento que yo no me sentía muy bien. César estaba junto a mi cuando Omar se acercó y me preguntó cómo me sentía, que si podía hacer algo por mí, después de decir eso me sonrió. Ya no aguantaba, mis pezones se endurecieron mucho, hasta me dolieron, me daban ganas de cogérmelo ahí mismo. Le agradecí y dije que se me pasaría. Él se alejó, trate de tranquilizarme y regresé al carro, le dije a mi novio que ya nos fuéramos, todos subieron a los carros y seguimos hacia Cuernavaca.
Llegamos a Cuernavaca, a la casa que estaba dentro de un fraccionamiento muy grande, esta casa era de las últimas, era muy grande, tenía 8 habitaciones, una cocina muy grande, un jardín enorme y una alberca. Bajamos todas las cosas. Estefanía me sugirió que me recostara un rato. Juan dijo que tenían que ir al súper para comprar todo lo que necesitaríamos. Fueron todos menos Omar, Estefanía y César. César me cuidaría. Estefanía quería limpiar un poco el jardín y Omar la ayudaría.
Le dije a César que me pondría un traje de baño y me recostaría en el jardín, me iba a empezar cuando tocaron a la puerta, era Estefanía, nos avisaba que no había agua, que iría a la administración que estaba a la entrada del fraccionamiento, me preguntó que como se sentía, le dije que ya muy bien. Ella iría caminando sola, ya que se llevaron las llaves de todos los carros que había guardado uno de los amigos de César. Le pedí a César que la acompañara, le pregunté que si era muy pesado que trajera un six de cervezas, y algunas papas, el dijo que me traería todo. Salieron del cuarto y rápidamente me cambie, me puse el bikini más pequeño que llevaba.
Y baje a la alberca, ahí Omar limpiaba los camastros con un trapo. Al verme pude ver como abría más los ojos, él sonrió, me di una vuelta lentamente para que me viera bien.
B -¿Te gusta?
O –Sí mucho, lástima que seas la novia de César.
B –Lástima ¿por qué?
O –Porque perdería un amigo.
Me voltee otra vez me agache sin doblar las rodillas, y le dije.
B -¿Qué este culo no vale un sacrificio?
O –Estas buenísima, con que ganas te cogería, pero no, no le puedo hacer eso a un amigo.
B –Él no tiene por qué enterarse, ven vamos a tu cuarto.
Los dos corrimos al cuarto que a él le tocaba, entramos e inmediatamente me quito la parte de abajo del bikini, comenzó chuparme la concha que ya estaba muy mojada, mientras su lengua entraba y salía de mi coño, y después iba hacía mi clítoris, sus manos acariciaban mis nalgas, pasaban por todo mi culo.
B –Que bien mamas, usas muy bien la lengua.
O- Sabes riquísimo Brenda, y que culo, desde que te vi me dieron unas ganas de cogerte.
B –A mí también cuando te vi me dieron ganas de estar contigo, por eso me sentí mal hace rato, no aguantaba la excitación.
El me volteó y comenzó a chuparme todo el culo, primero cada nalga y después metió su lengua en mi ano.
B –Que placer, así chúpame más, tu lengua es maravillosa.
Después se paró, me quito la parte de arriba del bikini, comenzó a apretar mis tetas, primero se metió una a la boca, después la otra, otra vez sentía los pezones completamente duros.
B –Chúpamelos, así, así, no te detengas.
El me dio durante un buen rato lengua en las tetas. Lo separé de mi me hinque ante él, baje su traje de baño y ante mí quedo una hermosa verga circuncidada, de unos 22 centímetros, completamente parada. Me la metí a la boca, dibuje sus venas con mi lengua, el sabor era delicioso. Seguí dibujando sus venas, sintiendo su dureza. Estaba maravillada ante aquel pene, pocas veces me había comido algo tan delicioso. Me la saque de la boca y tomándola con mis dos manos, la pasé por toda mi cara, me di algunos golpecitos con ella.
B –Que verga más grande tienes, sabe deliciosa, permite ser tu puta, quiero ser esclava de esta verga.
Me la metí otra vez en la boca, ahora me dedique a pasar la lengua por su cabeza, el gemía desesperado, me gritaba
O –Mama puta, mamas como nadie.
B – ¿Te gusta? ¿La mamo rico?
O –Sí puta, chupa, cómetela toda.
Seguí chupando, el sabor era delicioso. Ese hombre tan guapo, con una verga maravillosa, yo me sentía feliz. Después le comencé a chupar el hoyito de la verga, imaginé el semen que salía por ahí, a cuantas mujeres les habrá dado su preciosa leche.
Él me detuvo, me saco esa enorme verga de la boca. Trate de volverla a agarrar pero él no me dejó.
O –Espera, si me la sigues mamando así me vas a hacer venir.
B –Quiero tu leche.
O –Te la voy a dar pero antes, quiero darte por la vagina, déjame que me relaje un poco, sino no voy a aguantar nada.
B –Oye no te gustaría andar conmigo, puedo dejar a César si tú me lo pides.
O –No, te diré como están las cosas, has visto que vengo solo, no tengo novia, a mi lo que me gusta es coger, me cojo a cuanta mujer veo, te llevas bien con Estefanía, ella es una de mis putas. La hermana de César llora y ruega para que me la coja, la cojo y cada vez se enamora más, pero en el fondo sabe que solo será una más de mis putas.
B –Está bien, si me lo permites yo quiero ser tu puta.
O –Ya lo eres, pero nadie debe de saberlo, las mujeres saben que me cojo a otras, pero no me gusta que si tienen pareja, estos se enteren, eso puede traer problemas. Cuando estemos todos juntos nos comportaremos normal, al estar solos te trataré como la puta que eres.
B –Gracias por dejarme ser tu puta.
Me subí a la cama, me puse de perrito con las piernas bien abiertas, el fue hacia donde estaba su maleta, sacó un condón.
B – ¿Qué haces? Cógete a tu puta sin condón, yo tomo pastillas para no embarazarme.
Regreso a la cama, se puso atrás de mí, apunto su verga a mi vagina, y de una sola vez me la metió toda.
B –Aaaahhhh, que vergota, como me llena.
El comenzó a moverse, me tomó de la cintura y controlaba nuestros movimientos, sentía perfectamente en mis paredes vaginales las venas de su verga, el placer era delicioso, empezó darme nalgadas, yo gemía como una puta.
B – Aaaahhhh síííííííííííííí, que bien coges, soy tu puta, dame verga.
En eso se abrió la puerta y entró César.
C- ¿Qué pasa aquí? ¿Cómo me pueden estar haciendo esto? Mi novia y mi amigo.
Omar me la sacó y se pegó a la pared que tenía atrás, yo seguí en la posición de perrito, solo quería que César saliera y seguir cogiendo con Omar. César comenzó a llorar.
C –Brenda yo te amo, vístete y olvidémonos de que esto pasó.
B –No, esto es lo que soy, una puta, puedo seguir siendo tu novia pero voy a coger con quien quiera, si no puedes aceptar esto entonces mejor cortamos.
C –Pero mi amor, ¿cómo te voy a compartir con otros?, yo te amo, no me dejes.
B – ¿Te gusta cómo cojo?, ¿Cómo mamo? ¿Te gusta mi culo?
C –Sí sabes que todo me gusta, eres la mujer de mi vida.
B –Pues si quieres seguir teniendo todo eso, tienes que aceptar ser cornudo, además todavía te falta probar mi culo, quiero que seas un cornudo sumiso. Podrás cogerme de vez en cuando pero también cogeré con muchos hombres, algunas veces serás nuestro sirviente, es lo que podemos hacer si quieres seguir siendo mi novio, aceptas.
César me miró, yo le sonreí, el limpió su lágrimas.
C –Aceptó, te amo.
B –Bien ahora terminaré de coger con Omar, salté y no dejes que Estefanía se acerqué.
César salió del cuarto, voltee a ver a Omar.
B – ¿Qué esperas? Cógete a tu puta.
Omar se acercó y me la clavó otra vez, nos movíamos a un ritmo rápido. Sus manos las llevaba de mis nalgas a mis senos, pasando por mi espalda. Yo estaba muy excitada, el dominio que había logrado sobre César era algo increíble, aprovecharía tener un novio así, quería ser más puta, más puta que nunca. Me excite tanto que tuve un largo orgasmo.
B –Aaaahhhh sííííííííííííí, dame verga mi macho.
Omar al sentir los movimientos de mi vagina con el orgasmo, no pudo evitar venirse, sentí como su semen caliente llenaba mi vagina. Descansamos un poco nos pusimos otra vez los trajes de baño y bajamos con Estefanía y César. Yo le di un beso en la boca a César, todos los demás llegaron del súper.
Todos nos metimos a la alberca, después hicimos carne asada. Después de comer, todos nos recostamos en el jardín algunos se quedaron dormidos, uno de ellos se puso a leer. Yo fui a meter mis pies a la alberca. Vi que Estefanía entró a la casa, algunos minutos después Omar la siguió, yo me moría de celos, se tardaron más de media hora en salir. De seguro se la cogió porque Estefanía salió con una enorme sonrisa.
Se despertó Juan, puso música en una grabadora, los demás comenzaron a despertarse, después todos comenzamos a bailar. En algún momento empezó una balada, yo bailaba con César, nos abrazamos y le dije al oído.
B –Cornudito, mañana quiero pasar la noche con Omar, tu te dormirás en su cuarto, en la madrugada cambian para que nadie se dé cuenta.
C –Sí lo que tu digas.
No lo dijo muy convencido, pero no le quedaba de otra.
Al siguiente día, por la mañana le comenté el plan a Omar, le gustó mucho la idea, me dijo que como me había comentado, a él no le gustaba la idea de que las parejas de sus amantes se enteraran, pero que le daba mucho morbo que César aceptará el que su novia se metiera con otro.
Todo el día lo pasamos en la alberca, otra vez hicimos carne asada, en la tarde, Estefanía se desapareció otra vez con Omar, no la podía culpar cualquiera estaría dispuesta a todo con tal de estar con él.
Mientras yo nadaba un rato, sonó el celular de César. Cuando colgó me dijo que era de su casa. El próximo sábado harían una fiesta por el cumpleaños de su hermana. Me pidió que no comentara nada pues era algo familiar. Recordé que Omar me dijo que se cogía a la hermana de César. Yo no conocía a nadie de su familia. Por lo que me había platicado él quería mucho a su familia. Tenía a sus papás, su hermana, una de las putas de Omar, la cual era la pequeña de la familia, tenía un hermano mayor que él, y una hermana mayor la cual estaba ya casada. Aparte de sus abuelos, tíos, primos, con la gran mayoría era muy unido.
Juan volvió a encargarse de la música, bailamos hasta muy tarde, eran como las dos de la mañana, cuando se veía que con el alcohol y el clima ya todos estábamos calientes. Empezamos a subir a las recamaras, los que iban solos Omar y el otro, cada uno entró a su recamara. Los demás nos pondríamos a coger. Lo que ellos no sabían es que no cogería con César si no con Omar. Me gustaría que Estefanía nos viera, que supiera que yo también era puta de Omar. Que yo le sacaba la leche. Comencé a odiar a Estefanía.
Entramos a la recamara César y yo. Después de 20 minutos donde lo deje que me fajara, le dije.
B –Ve por Omar, quiero que regreses con él, sean discretos.
Salió César, unos minutos después regresó junto Omar.
B -¿Omar quieres tomar algo?
O –Se me antojo una cuba.
B –Yo también quiero una, ve a servirnos las cubas.
César salió, me desnudé, le pedí a Omar que hiciera lo mismo, después que se acostará en la cama, tomé su vergota y comencé a pasarle la lengua, se la pasaba lentamente por todo el tronco, después hice lo mismo con sus testículos, podría estar así horas. Me la metí en la boca, bajaba y subía mis labios por ella, sin usar la lengua, hice ese movimiento varias veces, después me la saque se la escupí, y la volví a mamar, lo veía los ojos, el me miraba y me sonreía. Yo seguía chupando. Se abrió la puerta entró César con las cubas. Las puso en la mesa, y preguntó.
C -¿Cogerán con condón?
B –Claro que no, el condón solo lo uso contigo.
Omar se rió, yo seguí mamando, César nos veía y le hice señales de que se fuera.
O –Eres una puta, se me hace que tú ya estás más cogida que nada.
B –Sí, me encanta coger, he probado muchas vergas, pero pocas como la tuya.
Seguí mamando, después de un rato y darme cuenta de que Omar tenía mucho aguante, decidí montarlo. Me senté en su pito viéndolo de frente, primero baje lento y después rápido, tomé sus manos y las lleve a mis tetas. Omar me las apretaba fuerte, el comenzó a gemir muy fuerte, le tape la boca, no quería que los demás se dieran cuenta de quién era el que me cogía. Al parecer él lo entendió pues trato de evitar sus ruidos. Las paredes de la casa eran muy gruesas, era poco lo que se escuchaba de las otras habitaciones pero por lo menos dos parejas más estaban cogiendo. Pero realmente no me importaba, lo único que quería era sentir esa verga dentro de mí.
Cambiamos de posición, me acosté en la cama, él se paró enfrente de ella, levantó mis piernas y las puso en sus hombros, me la metió toda, la sentí riquísimo.
B –Más, más, como coges cabrooon.
Podía ver su pecho musculoso y su cara de satisfacción mientras me cogía, sus brazos fuertes los tenía en mi cintura, el controlaba aquella cogida. Estuvimos así un buen rato, tuve un orgasmo muy placentero. Él disfrutaba verme venirme.
B –Me vengo, me vengo, eres toda una vergota.
Él me la saco, me dejó descansar unos minutos. Yo seguía acostada, el me jaló, me levantó y me cargo, me puso frente a él y así en el aire me la volvió a meter, lo abracé fuertemente, el bajo sus manos me tomó de las nalgas y controló los movimientos, me subía y bajaba de aquella verga, dure poco tuve otro orgasmo, me quede acostada sobre su pecho.
B –Eres el mejor.
Por algunos minutos me mantuvo así, no me saco la verga, esto era increíble. Cogía como ninguno, aparte de guapo era un cogedor experto.
Después me bajó, acercó una silla se sentó y me pidió que me sentará dándole la espalda. Me metí esa verga en la vagina, me agarré de sus piernas y empecé a moverme, seguí así hasta que ya brincaba sobre aquella verga, en una de las bajadas él me tomó muy fuerte y no me dejó moverme, comenzó a eyacular, mi coño ya estaba muy abierto, su leche empezó a salir.
Me paré y lo invité a la cama, donde nos acostamos un rato a descansar. Mientras descansábamos, platicamos sobre nuestra vida sexual, él había estado con muchas mujeres, sus novias, sus amigas, desconocidas, maestras, vecinas, algunas de sus primas y sus tías. Me platicó que la vez que más había tenido mujeres al mismo tiempo habían sido 5 muchachas que conoció en un antro.
Yo por mi parte le platique había cogido con novios, amigos, primos, tíos, sobrinos, maestros, albañiles, taxistas, pintores, desconocidos, cuñados, suegros, le platiqué que la vez que con más hombres estuve fue a los 18 con varios amigos de un novio, eran más de 10.
Yo estaba recargada en su pecho, este hombre me tenía loca, podría ser su puta por mucho tiempo. Después de una media hora le dije.
B-Cógeme otra vez.
Me acomodé y comenzó a cogerme en la posición del misionero, mientras me la metía me chupaba las tetas, yo lo jalaba del cabellos para que me diera más fuerte. Parecía que él quería partirme en dos.
Después se sentó y me puso como si fuera una carretilla, yo estaba apoyada en el piso, él me la metió, me subía y baja, mi vagina se abría cada vez más. Después el jalando mis piernas me llevaba de adelante hacia atrás. Eso era muy placentero, volví a tener un orgasmo. Él me acariciaba las nalgas y las piernas, me dejó un rato así. Después me tomó de la cintura, sin sacarme su verga me dio la vuelta y me dejó sentada, me tomó de muy fuerte y me obligó a darme unos ricos sentones. Me bajaba y me subía, me trataba en ese momento como si yo fuera un objeto, yo estaba muy caliente, tuve un orgasmo más, esa verga me había sacado varios orgasmos. Él seguía moviéndome, besaba mi espalda.
Los ruidos en los otros cuartos se acabaron, por lo visto solo en aquella habitación donde estábamos nosotros dos, la cogida continuaba. Me subía y me bajaba. Hasta que como hacía un rato, no me permitió moverme y me llenó de semen la concha.
Me cargó y me acostó en la cama, me dijo que era hora de descansar, que me mandaría a César. Se fue y César llegó, me saludó.
C –Hola amor.
B –Cállate y acuéstate cornudo, Omar me dejó muy cansada, pero muy satisfecha.
A la tarde siguiente regresamos a México.
Me arreglé para la fiesta, me gustan mucho las minifaldas de piel, me puse una que apenas me cubría el culo, una blusa negra con mucho escote, medias negras, tacones negros, una chamarra de piel negra. Me veía muy elegante y sexy.
Llegué a la fiesta, Viridiana me llevó con la persona que quería presentarme un muchacho muy guapo, muy seguro. Como tantos hombres, me vio con lujuria, me dio un beso en la mejilla, Viridiana nos dejó solos, platicamos cerca de media hora, no había conocido a nadie más aburrido, más desesperante y odioso. Después de media hora, cerca de donde estábamos se sentó un muchacho muy delgado, guapo nada fuera de lo normal, tenía algo que me llamó la atención, sentía que él podría ofrecerme algo interesante, como después lo comprobé.
Interrumpí al amigo de Viridiana, y fui con aquel muchacho, me presenté, el me vio, su cara de deseo era indescriptible, aunque trataba de disimularlo. Él se llamaba César, con el pase toda la noche platicando, no intento nada pero su cara de deseo jamás desapareció. Cuando llegó la hora de irme, él se ofreció a acompañarme a mi casa, no lo dejé, pero quedamos en salir otro día.
Salimos, la pase bien con él, era una persona agradable, tampoco intento nada, yo tampoco lo hice. Después salimos unas 5 veces más, en la última me pidió ser su novia, yo acepté. Era un noviazgo muy lento, el primer beso fue después de pedirme ser su novia. Tuvimos sexo unos 4 meses después. Yo obviamente me acostaba con muchos, así que la falta de sexo con él no fue un problema.
Esa primera vez para él fue maravillosa, él no era virgen pero por lo visto no le habían dado tanto placer, se enloqueció con mi culo, el cual le dije que algún día se lo daría, pero que se lo tenía que ganar, él dijo que haría cualquier cosa por algún día poder entrar en él.
Durante unas 3 semanas lo hicimos como 10 veces, siempre con condón. Él estaba como loco, me veía y quería llevarme a la cama. Lo que me gustaba de él es que me deseaba tanto que me lo hacía con una pasión indescriptible.
Un día César me dijo que sus amigos y él rentaron una casa muy grande en Cuernavaca, para pasar algunos días ahí. Yo no conocía a casi ninguno de sus amigos. Esa era una buena forma de integrarme más a su círculo. Nos vimos cerca de la salida a la carretera en un pequeño súper. Ahí salude a Juan y Estefanía con quien ya había convivido. Había tres parejas más, y dos hombres que iban solos, en total éramos 12 personas.
Uno de los que iba solo se llamaba Omar, estaba hermoso ese hombre, alto, muy fuerte, una cara de modelo, parecía modelo de Armani, cabello castaño, ojos verdes, con solo verlo mi vagina comenzó a mojarse, supe que me lo iba a llevar a la cama alguna vez. Él se acercó a saludarme me dio un beso y un abrazo, sentirlo así de cerca hizo que me derritiera, sabía que con tal de estar con él sería capaz de rogarle por sexo.
Nos fuimos en 3 carros a Cuernavaca, no me toco ir en el mismo que él. En el camino solo iba pensando en cómo sería su verga, en como coger con él, estaba muy caliente. Quería tocarme, masturbarme pensando en Omar, pero tuve que controlarme, pero no lo logré mi respiración de aceleró, mi novio Juan y Estefanía que venían en el carro lo notaron, me preguntaron que me pasaba.
Cuando mi novio pudo se orilló y paró el carro, bajamos de él, trate de respirar profundo.
Los otros carros también se pararon, preguntaron qué pasaba Estefanía comento que yo no me sentía muy bien. César estaba junto a mi cuando Omar se acercó y me preguntó cómo me sentía, que si podía hacer algo por mí, después de decir eso me sonrió. Ya no aguantaba, mis pezones se endurecieron mucho, hasta me dolieron, me daban ganas de cogérmelo ahí mismo. Le agradecí y dije que se me pasaría. Él se alejó, trate de tranquilizarme y regresé al carro, le dije a mi novio que ya nos fuéramos, todos subieron a los carros y seguimos hacia Cuernavaca.
Llegamos a Cuernavaca, a la casa que estaba dentro de un fraccionamiento muy grande, esta casa era de las últimas, era muy grande, tenía 8 habitaciones, una cocina muy grande, un jardín enorme y una alberca. Bajamos todas las cosas. Estefanía me sugirió que me recostara un rato. Juan dijo que tenían que ir al súper para comprar todo lo que necesitaríamos. Fueron todos menos Omar, Estefanía y César. César me cuidaría. Estefanía quería limpiar un poco el jardín y Omar la ayudaría.
Le dije a César que me pondría un traje de baño y me recostaría en el jardín, me iba a empezar cuando tocaron a la puerta, era Estefanía, nos avisaba que no había agua, que iría a la administración que estaba a la entrada del fraccionamiento, me preguntó que como se sentía, le dije que ya muy bien. Ella iría caminando sola, ya que se llevaron las llaves de todos los carros que había guardado uno de los amigos de César. Le pedí a César que la acompañara, le pregunté que si era muy pesado que trajera un six de cervezas, y algunas papas, el dijo que me traería todo. Salieron del cuarto y rápidamente me cambie, me puse el bikini más pequeño que llevaba.
Y baje a la alberca, ahí Omar limpiaba los camastros con un trapo. Al verme pude ver como abría más los ojos, él sonrió, me di una vuelta lentamente para que me viera bien.
B -¿Te gusta?
O –Sí mucho, lástima que seas la novia de César.
B –Lástima ¿por qué?
O –Porque perdería un amigo.
Me voltee otra vez me agache sin doblar las rodillas, y le dije.
B -¿Qué este culo no vale un sacrificio?
O –Estas buenísima, con que ganas te cogería, pero no, no le puedo hacer eso a un amigo.
B –Él no tiene por qué enterarse, ven vamos a tu cuarto.
Los dos corrimos al cuarto que a él le tocaba, entramos e inmediatamente me quito la parte de abajo del bikini, comenzó chuparme la concha que ya estaba muy mojada, mientras su lengua entraba y salía de mi coño, y después iba hacía mi clítoris, sus manos acariciaban mis nalgas, pasaban por todo mi culo.
B –Que bien mamas, usas muy bien la lengua.
O- Sabes riquísimo Brenda, y que culo, desde que te vi me dieron unas ganas de cogerte.
B –A mí también cuando te vi me dieron ganas de estar contigo, por eso me sentí mal hace rato, no aguantaba la excitación.
El me volteó y comenzó a chuparme todo el culo, primero cada nalga y después metió su lengua en mi ano.
B –Que placer, así chúpame más, tu lengua es maravillosa.
Después se paró, me quito la parte de arriba del bikini, comenzó a apretar mis tetas, primero se metió una a la boca, después la otra, otra vez sentía los pezones completamente duros.
B –Chúpamelos, así, así, no te detengas.
El me dio durante un buen rato lengua en las tetas. Lo separé de mi me hinque ante él, baje su traje de baño y ante mí quedo una hermosa verga circuncidada, de unos 22 centímetros, completamente parada. Me la metí a la boca, dibuje sus venas con mi lengua, el sabor era delicioso. Seguí dibujando sus venas, sintiendo su dureza. Estaba maravillada ante aquel pene, pocas veces me había comido algo tan delicioso. Me la saque de la boca y tomándola con mis dos manos, la pasé por toda mi cara, me di algunos golpecitos con ella.
B –Que verga más grande tienes, sabe deliciosa, permite ser tu puta, quiero ser esclava de esta verga.
Me la metí otra vez en la boca, ahora me dedique a pasar la lengua por su cabeza, el gemía desesperado, me gritaba
O –Mama puta, mamas como nadie.
B – ¿Te gusta? ¿La mamo rico?
O –Sí puta, chupa, cómetela toda.
Seguí chupando, el sabor era delicioso. Ese hombre tan guapo, con una verga maravillosa, yo me sentía feliz. Después le comencé a chupar el hoyito de la verga, imaginé el semen que salía por ahí, a cuantas mujeres les habrá dado su preciosa leche.
Él me detuvo, me saco esa enorme verga de la boca. Trate de volverla a agarrar pero él no me dejó.
O –Espera, si me la sigues mamando así me vas a hacer venir.
B –Quiero tu leche.
O –Te la voy a dar pero antes, quiero darte por la vagina, déjame que me relaje un poco, sino no voy a aguantar nada.
B –Oye no te gustaría andar conmigo, puedo dejar a César si tú me lo pides.
O –No, te diré como están las cosas, has visto que vengo solo, no tengo novia, a mi lo que me gusta es coger, me cojo a cuanta mujer veo, te llevas bien con Estefanía, ella es una de mis putas. La hermana de César llora y ruega para que me la coja, la cojo y cada vez se enamora más, pero en el fondo sabe que solo será una más de mis putas.
B –Está bien, si me lo permites yo quiero ser tu puta.
O –Ya lo eres, pero nadie debe de saberlo, las mujeres saben que me cojo a otras, pero no me gusta que si tienen pareja, estos se enteren, eso puede traer problemas. Cuando estemos todos juntos nos comportaremos normal, al estar solos te trataré como la puta que eres.
B –Gracias por dejarme ser tu puta.
Me subí a la cama, me puse de perrito con las piernas bien abiertas, el fue hacia donde estaba su maleta, sacó un condón.
B – ¿Qué haces? Cógete a tu puta sin condón, yo tomo pastillas para no embarazarme.
Regreso a la cama, se puso atrás de mí, apunto su verga a mi vagina, y de una sola vez me la metió toda.
B –Aaaahhhh, que vergota, como me llena.
El comenzó a moverse, me tomó de la cintura y controlaba nuestros movimientos, sentía perfectamente en mis paredes vaginales las venas de su verga, el placer era delicioso, empezó darme nalgadas, yo gemía como una puta.
B – Aaaahhhh síííííííííííííí, que bien coges, soy tu puta, dame verga.
En eso se abrió la puerta y entró César.
C- ¿Qué pasa aquí? ¿Cómo me pueden estar haciendo esto? Mi novia y mi amigo.
Omar me la sacó y se pegó a la pared que tenía atrás, yo seguí en la posición de perrito, solo quería que César saliera y seguir cogiendo con Omar. César comenzó a llorar.
C –Brenda yo te amo, vístete y olvidémonos de que esto pasó.
B –No, esto es lo que soy, una puta, puedo seguir siendo tu novia pero voy a coger con quien quiera, si no puedes aceptar esto entonces mejor cortamos.
C –Pero mi amor, ¿cómo te voy a compartir con otros?, yo te amo, no me dejes.
B – ¿Te gusta cómo cojo?, ¿Cómo mamo? ¿Te gusta mi culo?
C –Sí sabes que todo me gusta, eres la mujer de mi vida.
B –Pues si quieres seguir teniendo todo eso, tienes que aceptar ser cornudo, además todavía te falta probar mi culo, quiero que seas un cornudo sumiso. Podrás cogerme de vez en cuando pero también cogeré con muchos hombres, algunas veces serás nuestro sirviente, es lo que podemos hacer si quieres seguir siendo mi novio, aceptas.
César me miró, yo le sonreí, el limpió su lágrimas.
C –Aceptó, te amo.
B –Bien ahora terminaré de coger con Omar, salté y no dejes que Estefanía se acerqué.
César salió del cuarto, voltee a ver a Omar.
B – ¿Qué esperas? Cógete a tu puta.
Omar se acercó y me la clavó otra vez, nos movíamos a un ritmo rápido. Sus manos las llevaba de mis nalgas a mis senos, pasando por mi espalda. Yo estaba muy excitada, el dominio que había logrado sobre César era algo increíble, aprovecharía tener un novio así, quería ser más puta, más puta que nunca. Me excite tanto que tuve un largo orgasmo.
B –Aaaahhhh sííííííííííííí, dame verga mi macho.
Omar al sentir los movimientos de mi vagina con el orgasmo, no pudo evitar venirse, sentí como su semen caliente llenaba mi vagina. Descansamos un poco nos pusimos otra vez los trajes de baño y bajamos con Estefanía y César. Yo le di un beso en la boca a César, todos los demás llegaron del súper.
Todos nos metimos a la alberca, después hicimos carne asada. Después de comer, todos nos recostamos en el jardín algunos se quedaron dormidos, uno de ellos se puso a leer. Yo fui a meter mis pies a la alberca. Vi que Estefanía entró a la casa, algunos minutos después Omar la siguió, yo me moría de celos, se tardaron más de media hora en salir. De seguro se la cogió porque Estefanía salió con una enorme sonrisa.
Se despertó Juan, puso música en una grabadora, los demás comenzaron a despertarse, después todos comenzamos a bailar. En algún momento empezó una balada, yo bailaba con César, nos abrazamos y le dije al oído.
B –Cornudito, mañana quiero pasar la noche con Omar, tu te dormirás en su cuarto, en la madrugada cambian para que nadie se dé cuenta.
C –Sí lo que tu digas.
No lo dijo muy convencido, pero no le quedaba de otra.
Al siguiente día, por la mañana le comenté el plan a Omar, le gustó mucho la idea, me dijo que como me había comentado, a él no le gustaba la idea de que las parejas de sus amantes se enteraran, pero que le daba mucho morbo que César aceptará el que su novia se metiera con otro.
Todo el día lo pasamos en la alberca, otra vez hicimos carne asada, en la tarde, Estefanía se desapareció otra vez con Omar, no la podía culpar cualquiera estaría dispuesta a todo con tal de estar con él.
Mientras yo nadaba un rato, sonó el celular de César. Cuando colgó me dijo que era de su casa. El próximo sábado harían una fiesta por el cumpleaños de su hermana. Me pidió que no comentara nada pues era algo familiar. Recordé que Omar me dijo que se cogía a la hermana de César. Yo no conocía a nadie de su familia. Por lo que me había platicado él quería mucho a su familia. Tenía a sus papás, su hermana, una de las putas de Omar, la cual era la pequeña de la familia, tenía un hermano mayor que él, y una hermana mayor la cual estaba ya casada. Aparte de sus abuelos, tíos, primos, con la gran mayoría era muy unido.
Juan volvió a encargarse de la música, bailamos hasta muy tarde, eran como las dos de la mañana, cuando se veía que con el alcohol y el clima ya todos estábamos calientes. Empezamos a subir a las recamaras, los que iban solos Omar y el otro, cada uno entró a su recamara. Los demás nos pondríamos a coger. Lo que ellos no sabían es que no cogería con César si no con Omar. Me gustaría que Estefanía nos viera, que supiera que yo también era puta de Omar. Que yo le sacaba la leche. Comencé a odiar a Estefanía.
Entramos a la recamara César y yo. Después de 20 minutos donde lo deje que me fajara, le dije.
B –Ve por Omar, quiero que regreses con él, sean discretos.
Salió César, unos minutos después regresó junto Omar.
B -¿Omar quieres tomar algo?
O –Se me antojo una cuba.
B –Yo también quiero una, ve a servirnos las cubas.
César salió, me desnudé, le pedí a Omar que hiciera lo mismo, después que se acostará en la cama, tomé su vergota y comencé a pasarle la lengua, se la pasaba lentamente por todo el tronco, después hice lo mismo con sus testículos, podría estar así horas. Me la metí en la boca, bajaba y subía mis labios por ella, sin usar la lengua, hice ese movimiento varias veces, después me la saque se la escupí, y la volví a mamar, lo veía los ojos, el me miraba y me sonreía. Yo seguía chupando. Se abrió la puerta entró César con las cubas. Las puso en la mesa, y preguntó.
C -¿Cogerán con condón?
B –Claro que no, el condón solo lo uso contigo.
Omar se rió, yo seguí mamando, César nos veía y le hice señales de que se fuera.
O –Eres una puta, se me hace que tú ya estás más cogida que nada.
B –Sí, me encanta coger, he probado muchas vergas, pero pocas como la tuya.
Seguí mamando, después de un rato y darme cuenta de que Omar tenía mucho aguante, decidí montarlo. Me senté en su pito viéndolo de frente, primero baje lento y después rápido, tomé sus manos y las lleve a mis tetas. Omar me las apretaba fuerte, el comenzó a gemir muy fuerte, le tape la boca, no quería que los demás se dieran cuenta de quién era el que me cogía. Al parecer él lo entendió pues trato de evitar sus ruidos. Las paredes de la casa eran muy gruesas, era poco lo que se escuchaba de las otras habitaciones pero por lo menos dos parejas más estaban cogiendo. Pero realmente no me importaba, lo único que quería era sentir esa verga dentro de mí.
Cambiamos de posición, me acosté en la cama, él se paró enfrente de ella, levantó mis piernas y las puso en sus hombros, me la metió toda, la sentí riquísimo.
B –Más, más, como coges cabrooon.
Podía ver su pecho musculoso y su cara de satisfacción mientras me cogía, sus brazos fuertes los tenía en mi cintura, el controlaba aquella cogida. Estuvimos así un buen rato, tuve un orgasmo muy placentero. Él disfrutaba verme venirme.
B –Me vengo, me vengo, eres toda una vergota.
Él me la saco, me dejó descansar unos minutos. Yo seguía acostada, el me jaló, me levantó y me cargo, me puso frente a él y así en el aire me la volvió a meter, lo abracé fuertemente, el bajo sus manos me tomó de las nalgas y controló los movimientos, me subía y bajaba de aquella verga, dure poco tuve otro orgasmo, me quede acostada sobre su pecho.
B –Eres el mejor.
Por algunos minutos me mantuvo así, no me saco la verga, esto era increíble. Cogía como ninguno, aparte de guapo era un cogedor experto.
Después me bajó, acercó una silla se sentó y me pidió que me sentará dándole la espalda. Me metí esa verga en la vagina, me agarré de sus piernas y empecé a moverme, seguí así hasta que ya brincaba sobre aquella verga, en una de las bajadas él me tomó muy fuerte y no me dejó moverme, comenzó a eyacular, mi coño ya estaba muy abierto, su leche empezó a salir.
Me paré y lo invité a la cama, donde nos acostamos un rato a descansar. Mientras descansábamos, platicamos sobre nuestra vida sexual, él había estado con muchas mujeres, sus novias, sus amigas, desconocidas, maestras, vecinas, algunas de sus primas y sus tías. Me platicó que la vez que más había tenido mujeres al mismo tiempo habían sido 5 muchachas que conoció en un antro.
Yo por mi parte le platique había cogido con novios, amigos, primos, tíos, sobrinos, maestros, albañiles, taxistas, pintores, desconocidos, cuñados, suegros, le platiqué que la vez que con más hombres estuve fue a los 18 con varios amigos de un novio, eran más de 10.
Yo estaba recargada en su pecho, este hombre me tenía loca, podría ser su puta por mucho tiempo. Después de una media hora le dije.
B-Cógeme otra vez.
Me acomodé y comenzó a cogerme en la posición del misionero, mientras me la metía me chupaba las tetas, yo lo jalaba del cabellos para que me diera más fuerte. Parecía que él quería partirme en dos.
Después se sentó y me puso como si fuera una carretilla, yo estaba apoyada en el piso, él me la metió, me subía y baja, mi vagina se abría cada vez más. Después el jalando mis piernas me llevaba de adelante hacia atrás. Eso era muy placentero, volví a tener un orgasmo. Él me acariciaba las nalgas y las piernas, me dejó un rato así. Después me tomó de la cintura, sin sacarme su verga me dio la vuelta y me dejó sentada, me tomó de muy fuerte y me obligó a darme unos ricos sentones. Me bajaba y me subía, me trataba en ese momento como si yo fuera un objeto, yo estaba muy caliente, tuve un orgasmo más, esa verga me había sacado varios orgasmos. Él seguía moviéndome, besaba mi espalda.
Los ruidos en los otros cuartos se acabaron, por lo visto solo en aquella habitación donde estábamos nosotros dos, la cogida continuaba. Me subía y me bajaba. Hasta que como hacía un rato, no me permitió moverme y me llenó de semen la concha.
Me cargó y me acostó en la cama, me dijo que era hora de descansar, que me mandaría a César. Se fue y César llegó, me saludó.
C –Hola amor.
B –Cállate y acuéstate cornudo, Omar me dejó muy cansada, pero muy satisfecha.
A la tarde siguiente regresamos a México.
3 comentarios - Novio cornudo y sumiso (Parte 1)