Bueno muchachos, después de mucho tiempo vuelvo con un relato.
Todo surge porque me mudé hace poco más de un mes y en el nuevo edificio encontré una vecinita que me trajo recuerdos de un pasado mejor.
Como ya les conté, mis historias tienen cierto arreglo literario pero las valoro porque son 100% reales. Me gusta contar las cosas copadas que me pasaron, con cierto tono de historia.
Hace unos años, vivia en el barrio de Palermo. Edificio moderno, muchos departamentos chicos, con SUM y pileta, ideal para gente jòven (en ese entonces, era mi caso tambien). Me mudé en pleno Diciembre, asi que no paso mucho tiempo para que empezara a frecuentar la pileta (yo laburo por mi cuenta y desde mi casa, tengo la ventaja de manejar los horarios) y conociera a los vecinos. Me costo un poco al principio porque ellos ya tenian como su grupito armado, encima eran propietarios. En realidad me costo al principio, durante y despuès porque más allá de la buena onda del saludo y demás, nunca me hicieron parte.
Pero en esas excursiones pasó algo muy loco: Conocí a una pendeja que estaba buenísima. Tendría 22/23 años (7 menos que yo, que andaba por 30) y era una muñequita: Hermosa, morocha, de ojos verdes, un cuerpito hermoso con unos pechos chiquitos y que se veian bien duritos y parados y, debo admitirlo, un poquito floja de cola. No era un desastre, pero era màs bien cola gorda y medio fofa. En realidad era una cola normal (cuando la veias vestida era un 6) pero yo la conoci en bikini y la cola medio fofa con celulitis no era gran carta de presentacion. Asi y todo, estaba buenisima de la cintura para arriba y lo que mas me calentó, es que era super asquerosa: Estaba con una amiga, hablando como dos pendejas pelotudas y cuando llegué me miraron de reojo, mal. Yo saludé como un campeón, dejé las cosas en una reposera, me saqué la remera (era una de Pearl Jam, creo que por eso también me miraron medio mal) y me tiré a la pileta. Ni bien me metí, ellas se corrieron del borde y se fueron a la zona del solarium. Desde la pileta, cuando podía, las oteaba. La amiga era una bombita mini como la Ritó. 6 puntos de carita, no llegaba al 1, 60m y tenia colita linda y pechos hechos. Pero a mi me había impactado la morochita. Cuando salí de la pileta, como si lo hicieran a proposito, se fueron.
Ese mismo día, bajo de la pileta y en el hall de mi piso, escucho las voces. Eran las de la pileta! asi que al menos una, vivía en mi mismo piso! eran 6 deptos por piso y 12 pisos el edificio, asì que si bien habìa muchas pendejas, la que me había gustado podìa llegar a ser mi vecina.
Al otro dia lo confirmé, y de una buena manera: Yo salía para una entrega de premios (no me iban a dar nada gente, solamente era jurado) y estaba bastante producido. Ella venia del super hermosa, con el pelo atado, una musculosa blanca y bermudas de jean. Me di cuenta de toque que le gusté. Y por la forma que me sonrió (hasta se sonrojó un poco) me quedé con la idea de que con la amiga habían estado hablando de mi.
Mi prinicipal fuerte a la hora de la seducción siempre fue el chamuyo, soy un pibe normal, pero en ese entonces entrenaba bastante porque jugaba futsal.
Estuve toda la premiación pensando en la pibita. Una boludez, pero no lo podía evitar. Incluso tenía la esperanza de cruzarla cuando llegara a casa. Hasta me cambié y bajé con ropa que no necesitaba lavar al laundry, pero no hubo caso.
En la semana no podía entender si la pibita tenia horarios muy raros o vivía en otro lado, porque no me la cruzaba nunca. Como nunca confié en los encargados, no me dio para preguntarle. Y justo un día que viene una chichi a casa y la llevo a la terracita donde està la pileta de noche con unas birritas, ella sube de nuevo con otra amiga. Ahi ya la mirada fue distinta. Fue còmplice. Y me di cuenta que le molestó. Esa noche a la minita que estaba conmigo la cogí como nunca, fantaseando de hacerla gritar tan fuerte que mi vecinita escuchara. Y no sé si escuchó eso, pero a la mañana siguiente, cuando salgo para acompañar a la puerta a mi garche de la noche, ella justo sale del departamento, vestidita para ir al gimnasio.
Le saqué la primera ficha: A una cuadra había un gimnasio, al que yo iba generalmente a la tarde. Claramente ella iba a la mañana, asì que despues de hacerme el langa y chaparme a la mina en el ascensor mientras bajabamos con ella (eso estuvo de mas, lo reconozco) hice el plan para cruzarla al dia siguiente en el gimnasio.
Dicho y hecho, me levantè temprano (para que cuando ella llegue yo ya estar ahí) y me fui al gimnasio. Por un momento pensè que no iba a venir, pero justo cuando estaba por irme, apareciò y se puso a hacer bici. Terminé mi rutina, me hice el boludo para acercarme a esa zona y pasé por al lado y la saludè.
La crucè un par de veces más en el gimnasio y creo que una sola en el edificio. Pero una vuelta, termino la rutina al mismo tiempo que ella, y mientras saliamos del gimnasio, le tiro la frase iniciadora:" Che, es muy loco que vivimos uno al lado del otro y no nos cruzabamos nunca" ella con la respuesta me hizo entender que estaba todo bien "Si, estabamos teniendo mala suerte".
Volvimos charlando y le saquè toda la data posible: Efectivamente no estaba todos los dias en el depto, viajaba mucho por laburo y estaba soltera. Juro que por total coincidencia, nos empezamos a encontrar màs seguido. Chistecito de acà, chistecito de allà hasta que un dìa la encuentro en la planta baja fastidiada: No le arrancaba el auto. Sin ser mecanico ni mucho menos, le doy una mano y se lo arreglo. Eso dio pie a que esa misma noche, cuando volvìa de salir con amigos, me encontrara una botella de vino en la puerta del depto con un post-it: "Gracias por ayudarme, beso, Vicky".
Era tarde para golpearle la puerta, asì que entre a casa, hice una notita y se la dejè por abajo de la puerta: "El verdadero agradecimiento serìa que me invites a tomarla con vos"
Al otro dìa me sentìa una quinceañera esperando que me responda: Efectivamente, tarde pero seguro, casi a las 10 de la noche, me golpea la puerta: Abro y ahì estaba, hermosa. Un poquito maquillada, con una remerita "de todos los dìas" pero que claramente habia estado eligiendo durante una hora y un jean. Divina. Me dice: "Vas a venir a tomar el vino o tengo que traer las copas tambièn?"
Me calentò mucho como me lo dijo. En un tiempo rècord agarrè el vino, dos copones hermosos y me fui para la casa de ella. Hermoso el depto, salido de la Para Ti (detalle super delicado que metì en el relato) pero en cierta forma me calentò mas, porque marcaba la forma de ser de la mina: Una minita hermosa, cuidada, detallista, muy estètica. Nos sentamos en el sillòn y ella se sentò con las piernas arriba, dobladas, descalza. Me calentò mucho, aunque cualquier cosa que hiciera me iba a calentar. Estaba sonando Soda Stereo de fondo y estaba la tele prendida, asi que nos pusimos a charlar. Tomamos una copa y nos servimos màs. La charla era hermosa, fluida, nos reìamos sinceramente y nos mirabamos con algunos silencios incomodos. Y antes de terminar la copa, le digo "No voy a esperar a que se acabe el vino para comerte la boca". Ella sonrìe y se queda quieta en un rincòn del sillòn. Avanzo sobre ella. Ella delicadamente deja la copa en el piso al lado del sillòn y con las dos manos me abraza. Abre las piernas y me recibe. Ni bien apoyè mis labios sobre los suyos, se me puso dura y la apoyè hermosa entre sus piernas. Nos empezamos a mandar lengua y a chapar con mucha calentura. Le meto la mano por abajo de la musculosa, por la espalda y la empiezo a acariciar. Ella no dice nada, solamente emite sonidos propios de la excitaciòn. Me excita que haga ruido al besar. Me agarra del culo y me apreta contra su cuerpo. Yo reacciono apretàndola desde la espalda contra mi. Me separo un poco y vuelvo a mi posiciòn. Ella sin dudarlo se pone de pie y se sienta encima mio, poniendo una rodilla a cada lado de mi cadera. Hundo mi cara en su escote y busco llegar por debajo de la musculosa y el corpiño a sus pezones. Con la mano izquierda le aprieto el culo contra mi verga, que ya està`recontra dura. Ella me saca de entre sus tetas y se saca la remera. Tiene un corpiño finìsimo, con encaje, que hace que sus tetas se vean mas hermosas. Son blanquìsimas, y un poquito de areola que se escapa se ve muy rosada y joven. Me saco la remera. Nos besamos nuevamente y entre tantos lenguetazos, empiezo a desabrocharle el corpiño. Cuando termino, saco mi lengua de su boca para poder apreciar esos pechos turgentes de mi vecinita de 23 años: Eran una cosa hermosa, con el pezòn apuntando hacia adelante, rìgidos, firmes, suaves. me dedico a saborearlos lentamente, pasando mi lengua en circulos por la areola, alrededor de los pezones. Cada tanto, le apoyo completamente mi lengua hùmeda y caliente sobre los pezones y los aprieto contra su cuerpo. Ella gime de placer. Me pide que me saque los pantalones. Me pongo de pie y mientras me los saco, ella se saca el jean tambièn. Ya no me molestaba su cola gorda, se la querìa poner toda. En tetitas, mirandome con esa cara inocente y esos ojos verdes, me iba a hacer explotar la pija. Se acerca a un mueble al lado del sillòn y agarra un forro. Yo a pesar de tener el boxer, la tenia tan dura y excitada que tenìa la cabeza afuera, esperando que la agarrara y se la mandara hasta la garganta.
Suavemente me empujò de un hombro para que me sentara. Yo esperaba la tirada de goma con esos ojitos verdes mirandome fijo mientras me la lengueteaba toda. Pero no. Una vez que me sentè, ella me bajò un poquito el boxer y me empezò a poner el forro. Sin pensarlo mucho, por la calentura, le preguntè si no me querìa chupar la pija. "Ahora estoy muy caliente, ya vamos a tener tiempo para chuparnos mutuamente" me contestò. Me puso el forro, se volviò a sentar arriba, se corriò la bombacha y la mandò para adentro, sin jugueteo previo. Era verdad lo de la calentura. Tenìa un calorcito abrazador que ni siquiera me molestò (como me molestan siempre) los putos forros. Sentìa esa conchita hermosa con pocos kilometros abrazando cada pedazo de mi pija que estaba por explotar. Se sentò hasta que le entrò toda y ahì nomàs empezò a cabalgar. Yo cuando pasaba le daba un chupon en esas tetas hermosas tan perfectas que casi no se movìan con el garche. En un momento quise que se quedara abajo, sentada con toda la verga adentro y me sacò la mano: Claramente ella me estaba cogiendo, se estaba sacando SU calentura y yo no tenìa ni voz ni voto. Eso me calentò mucho màs y empecè a acompañarle el movimiento, salì de mi postura pasiva. La agarrè con una mano de la espalda y con la otra del culo, abrièndoselo al màximo para que, ahora si, entrara toda a fondo. Con el dedo indice empecè a aventurarme y a masajearle el ano. En ningun momento se quejó de nada ni me dijo que parara. De hecho, cada vez me cabalgaba mas fuerte y gemia màs. Tengo grabado el sonido de la cola de la pendeja rebotando en mis muslos y el grito que pegaba cada vez que le entraba toda. Lleguè a meterle medio dedo en el culo y me seguìa cabalgando hasta que me dice "me voy, me voy, me voy" y suelta un orgasmo hermoso, mientras bajaba el ritmo. Me mira, se sonrie y me dice algo asì como "que papelòn la vecinita puta que te echaste". Eso me calentò muchisimo, porque me lo dijo en serio. Tenia un poquito de verguenza, pero le encantaba coger. Ahì la empecè a mover yo y me preguntò si iba a acabar. Le dije que se diera vuelta, asì que la puse en cuatro en el sillòn. Ese culo que tanto critiquè, en 4 era una cosa hermosa, abierto, mojado adelante mio. No resistì la tentaciòn y mientras con una mano me pajeaba para que no se me baje, con la otra le separè los cachetes y le empecè a chupar la concha y el culo. Le fascinaba. Cuando estaba super mojada y no aguantaba màs, se la mandè a fondo por la conchita. La bombee 5 o 6 veces agarrandola de las tetas y empujando hasta el fondo y le acabè adentro 2 litros de leche hirviendo. Cuando acabe, ella levanto el cuerpo y lo arqueò para atràs y me chapò hermosamente. Cuando le terminè de descargar la leche adentro de esa conchita rosada y apretadita, me sentè en el piso y me tomè el vino que quedaba. Ella me mirò super puta, en tetitas y me confesò que me habìa visto hace mucho tiempo y me tenìa ganas. Yo le dije que la primera vez en la pileta habìa fantaseado con cogerla ahì mismo.
Y por suerte, esa fue la primera de muchas, que ya les voy a ir contando. Ahora que no tengo màs vecinitas hermosas que quieren coger conmigo, tengo que revivir todos esos recuerdos de la mejor forma posible.
Tengo fotos, pero sinceramente no la quiero quemar a la chiquita por las dudas. Despuès si me dan ganas de laburar en la ediciòn, edito y las subo.
Salud!
Todo surge porque me mudé hace poco más de un mes y en el nuevo edificio encontré una vecinita que me trajo recuerdos de un pasado mejor.
Como ya les conté, mis historias tienen cierto arreglo literario pero las valoro porque son 100% reales. Me gusta contar las cosas copadas que me pasaron, con cierto tono de historia.
Hace unos años, vivia en el barrio de Palermo. Edificio moderno, muchos departamentos chicos, con SUM y pileta, ideal para gente jòven (en ese entonces, era mi caso tambien). Me mudé en pleno Diciembre, asi que no paso mucho tiempo para que empezara a frecuentar la pileta (yo laburo por mi cuenta y desde mi casa, tengo la ventaja de manejar los horarios) y conociera a los vecinos. Me costo un poco al principio porque ellos ya tenian como su grupito armado, encima eran propietarios. En realidad me costo al principio, durante y despuès porque más allá de la buena onda del saludo y demás, nunca me hicieron parte.
Pero en esas excursiones pasó algo muy loco: Conocí a una pendeja que estaba buenísima. Tendría 22/23 años (7 menos que yo, que andaba por 30) y era una muñequita: Hermosa, morocha, de ojos verdes, un cuerpito hermoso con unos pechos chiquitos y que se veian bien duritos y parados y, debo admitirlo, un poquito floja de cola. No era un desastre, pero era màs bien cola gorda y medio fofa. En realidad era una cola normal (cuando la veias vestida era un 6) pero yo la conoci en bikini y la cola medio fofa con celulitis no era gran carta de presentacion. Asi y todo, estaba buenisima de la cintura para arriba y lo que mas me calentó, es que era super asquerosa: Estaba con una amiga, hablando como dos pendejas pelotudas y cuando llegué me miraron de reojo, mal. Yo saludé como un campeón, dejé las cosas en una reposera, me saqué la remera (era una de Pearl Jam, creo que por eso también me miraron medio mal) y me tiré a la pileta. Ni bien me metí, ellas se corrieron del borde y se fueron a la zona del solarium. Desde la pileta, cuando podía, las oteaba. La amiga era una bombita mini como la Ritó. 6 puntos de carita, no llegaba al 1, 60m y tenia colita linda y pechos hechos. Pero a mi me había impactado la morochita. Cuando salí de la pileta, como si lo hicieran a proposito, se fueron.
Ese mismo día, bajo de la pileta y en el hall de mi piso, escucho las voces. Eran las de la pileta! asi que al menos una, vivía en mi mismo piso! eran 6 deptos por piso y 12 pisos el edificio, asì que si bien habìa muchas pendejas, la que me había gustado podìa llegar a ser mi vecina.
Al otro dia lo confirmé, y de una buena manera: Yo salía para una entrega de premios (no me iban a dar nada gente, solamente era jurado) y estaba bastante producido. Ella venia del super hermosa, con el pelo atado, una musculosa blanca y bermudas de jean. Me di cuenta de toque que le gusté. Y por la forma que me sonrió (hasta se sonrojó un poco) me quedé con la idea de que con la amiga habían estado hablando de mi.
Mi prinicipal fuerte a la hora de la seducción siempre fue el chamuyo, soy un pibe normal, pero en ese entonces entrenaba bastante porque jugaba futsal.
Estuve toda la premiación pensando en la pibita. Una boludez, pero no lo podía evitar. Incluso tenía la esperanza de cruzarla cuando llegara a casa. Hasta me cambié y bajé con ropa que no necesitaba lavar al laundry, pero no hubo caso.
En la semana no podía entender si la pibita tenia horarios muy raros o vivía en otro lado, porque no me la cruzaba nunca. Como nunca confié en los encargados, no me dio para preguntarle. Y justo un día que viene una chichi a casa y la llevo a la terracita donde està la pileta de noche con unas birritas, ella sube de nuevo con otra amiga. Ahi ya la mirada fue distinta. Fue còmplice. Y me di cuenta que le molestó. Esa noche a la minita que estaba conmigo la cogí como nunca, fantaseando de hacerla gritar tan fuerte que mi vecinita escuchara. Y no sé si escuchó eso, pero a la mañana siguiente, cuando salgo para acompañar a la puerta a mi garche de la noche, ella justo sale del departamento, vestidita para ir al gimnasio.
Le saqué la primera ficha: A una cuadra había un gimnasio, al que yo iba generalmente a la tarde. Claramente ella iba a la mañana, asì que despues de hacerme el langa y chaparme a la mina en el ascensor mientras bajabamos con ella (eso estuvo de mas, lo reconozco) hice el plan para cruzarla al dia siguiente en el gimnasio.
Dicho y hecho, me levantè temprano (para que cuando ella llegue yo ya estar ahí) y me fui al gimnasio. Por un momento pensè que no iba a venir, pero justo cuando estaba por irme, apareciò y se puso a hacer bici. Terminé mi rutina, me hice el boludo para acercarme a esa zona y pasé por al lado y la saludè.
La crucè un par de veces más en el gimnasio y creo que una sola en el edificio. Pero una vuelta, termino la rutina al mismo tiempo que ella, y mientras saliamos del gimnasio, le tiro la frase iniciadora:" Che, es muy loco que vivimos uno al lado del otro y no nos cruzabamos nunca" ella con la respuesta me hizo entender que estaba todo bien "Si, estabamos teniendo mala suerte".
Volvimos charlando y le saquè toda la data posible: Efectivamente no estaba todos los dias en el depto, viajaba mucho por laburo y estaba soltera. Juro que por total coincidencia, nos empezamos a encontrar màs seguido. Chistecito de acà, chistecito de allà hasta que un dìa la encuentro en la planta baja fastidiada: No le arrancaba el auto. Sin ser mecanico ni mucho menos, le doy una mano y se lo arreglo. Eso dio pie a que esa misma noche, cuando volvìa de salir con amigos, me encontrara una botella de vino en la puerta del depto con un post-it: "Gracias por ayudarme, beso, Vicky".
Era tarde para golpearle la puerta, asì que entre a casa, hice una notita y se la dejè por abajo de la puerta: "El verdadero agradecimiento serìa que me invites a tomarla con vos"
Al otro dìa me sentìa una quinceañera esperando que me responda: Efectivamente, tarde pero seguro, casi a las 10 de la noche, me golpea la puerta: Abro y ahì estaba, hermosa. Un poquito maquillada, con una remerita "de todos los dìas" pero que claramente habia estado eligiendo durante una hora y un jean. Divina. Me dice: "Vas a venir a tomar el vino o tengo que traer las copas tambièn?"
Me calentò mucho como me lo dijo. En un tiempo rècord agarrè el vino, dos copones hermosos y me fui para la casa de ella. Hermoso el depto, salido de la Para Ti (detalle super delicado que metì en el relato) pero en cierta forma me calentò mas, porque marcaba la forma de ser de la mina: Una minita hermosa, cuidada, detallista, muy estètica. Nos sentamos en el sillòn y ella se sentò con las piernas arriba, dobladas, descalza. Me calentò mucho, aunque cualquier cosa que hiciera me iba a calentar. Estaba sonando Soda Stereo de fondo y estaba la tele prendida, asi que nos pusimos a charlar. Tomamos una copa y nos servimos màs. La charla era hermosa, fluida, nos reìamos sinceramente y nos mirabamos con algunos silencios incomodos. Y antes de terminar la copa, le digo "No voy a esperar a que se acabe el vino para comerte la boca". Ella sonrìe y se queda quieta en un rincòn del sillòn. Avanzo sobre ella. Ella delicadamente deja la copa en el piso al lado del sillòn y con las dos manos me abraza. Abre las piernas y me recibe. Ni bien apoyè mis labios sobre los suyos, se me puso dura y la apoyè hermosa entre sus piernas. Nos empezamos a mandar lengua y a chapar con mucha calentura. Le meto la mano por abajo de la musculosa, por la espalda y la empiezo a acariciar. Ella no dice nada, solamente emite sonidos propios de la excitaciòn. Me excita que haga ruido al besar. Me agarra del culo y me apreta contra su cuerpo. Yo reacciono apretàndola desde la espalda contra mi. Me separo un poco y vuelvo a mi posiciòn. Ella sin dudarlo se pone de pie y se sienta encima mio, poniendo una rodilla a cada lado de mi cadera. Hundo mi cara en su escote y busco llegar por debajo de la musculosa y el corpiño a sus pezones. Con la mano izquierda le aprieto el culo contra mi verga, que ya està`recontra dura. Ella me saca de entre sus tetas y se saca la remera. Tiene un corpiño finìsimo, con encaje, que hace que sus tetas se vean mas hermosas. Son blanquìsimas, y un poquito de areola que se escapa se ve muy rosada y joven. Me saco la remera. Nos besamos nuevamente y entre tantos lenguetazos, empiezo a desabrocharle el corpiño. Cuando termino, saco mi lengua de su boca para poder apreciar esos pechos turgentes de mi vecinita de 23 años: Eran una cosa hermosa, con el pezòn apuntando hacia adelante, rìgidos, firmes, suaves. me dedico a saborearlos lentamente, pasando mi lengua en circulos por la areola, alrededor de los pezones. Cada tanto, le apoyo completamente mi lengua hùmeda y caliente sobre los pezones y los aprieto contra su cuerpo. Ella gime de placer. Me pide que me saque los pantalones. Me pongo de pie y mientras me los saco, ella se saca el jean tambièn. Ya no me molestaba su cola gorda, se la querìa poner toda. En tetitas, mirandome con esa cara inocente y esos ojos verdes, me iba a hacer explotar la pija. Se acerca a un mueble al lado del sillòn y agarra un forro. Yo a pesar de tener el boxer, la tenia tan dura y excitada que tenìa la cabeza afuera, esperando que la agarrara y se la mandara hasta la garganta.
Suavemente me empujò de un hombro para que me sentara. Yo esperaba la tirada de goma con esos ojitos verdes mirandome fijo mientras me la lengueteaba toda. Pero no. Una vez que me sentè, ella me bajò un poquito el boxer y me empezò a poner el forro. Sin pensarlo mucho, por la calentura, le preguntè si no me querìa chupar la pija. "Ahora estoy muy caliente, ya vamos a tener tiempo para chuparnos mutuamente" me contestò. Me puso el forro, se volviò a sentar arriba, se corriò la bombacha y la mandò para adentro, sin jugueteo previo. Era verdad lo de la calentura. Tenìa un calorcito abrazador que ni siquiera me molestò (como me molestan siempre) los putos forros. Sentìa esa conchita hermosa con pocos kilometros abrazando cada pedazo de mi pija que estaba por explotar. Se sentò hasta que le entrò toda y ahì nomàs empezò a cabalgar. Yo cuando pasaba le daba un chupon en esas tetas hermosas tan perfectas que casi no se movìan con el garche. En un momento quise que se quedara abajo, sentada con toda la verga adentro y me sacò la mano: Claramente ella me estaba cogiendo, se estaba sacando SU calentura y yo no tenìa ni voz ni voto. Eso me calentò mucho màs y empecè a acompañarle el movimiento, salì de mi postura pasiva. La agarrè con una mano de la espalda y con la otra del culo, abrièndoselo al màximo para que, ahora si, entrara toda a fondo. Con el dedo indice empecè a aventurarme y a masajearle el ano. En ningun momento se quejó de nada ni me dijo que parara. De hecho, cada vez me cabalgaba mas fuerte y gemia màs. Tengo grabado el sonido de la cola de la pendeja rebotando en mis muslos y el grito que pegaba cada vez que le entraba toda. Lleguè a meterle medio dedo en el culo y me seguìa cabalgando hasta que me dice "me voy, me voy, me voy" y suelta un orgasmo hermoso, mientras bajaba el ritmo. Me mira, se sonrie y me dice algo asì como "que papelòn la vecinita puta que te echaste". Eso me calentò muchisimo, porque me lo dijo en serio. Tenia un poquito de verguenza, pero le encantaba coger. Ahì la empecè a mover yo y me preguntò si iba a acabar. Le dije que se diera vuelta, asì que la puse en cuatro en el sillòn. Ese culo que tanto critiquè, en 4 era una cosa hermosa, abierto, mojado adelante mio. No resistì la tentaciòn y mientras con una mano me pajeaba para que no se me baje, con la otra le separè los cachetes y le empecè a chupar la concha y el culo. Le fascinaba. Cuando estaba super mojada y no aguantaba màs, se la mandè a fondo por la conchita. La bombee 5 o 6 veces agarrandola de las tetas y empujando hasta el fondo y le acabè adentro 2 litros de leche hirviendo. Cuando acabe, ella levanto el cuerpo y lo arqueò para atràs y me chapò hermosamente. Cuando le terminè de descargar la leche adentro de esa conchita rosada y apretadita, me sentè en el piso y me tomè el vino que quedaba. Ella me mirò super puta, en tetitas y me confesò que me habìa visto hace mucho tiempo y me tenìa ganas. Yo le dije que la primera vez en la pileta habìa fantaseado con cogerla ahì mismo.
Y por suerte, esa fue la primera de muchas, que ya les voy a ir contando. Ahora que no tengo màs vecinitas hermosas que quieren coger conmigo, tengo que revivir todos esos recuerdos de la mejor forma posible.
Tengo fotos, pero sinceramente no la quiero quemar a la chiquita por las dudas. Despuès si me dan ganas de laburar en la ediciòn, edito y las subo.
Salud!
6 comentarios - Mi vecinita (como la extraño!!!)
Faltaron las fotos editadas.