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Mi timidez y las mujeres de mi familia 22

Mi timidez y las mujeres de mi familia 22




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Mi  timidez y las mujeres de mi familia 21



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Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías, mi madre y mi prima y más, me hicieron despertar, pero las circunstancias me abrieron los horizontes.





La época de exámenes se acercaba y con la excusa de estudiar mi compañera Emi me invitó a su casa a repasar, yo me esperaba alguna encerrona, pero no, estaban sus padres y su hermano pequeño, me había dicho que eran muy estrictos y que su hermano casi siempre estaba castigado a no poder jugar con la consola.


Por la tarde llegué a su casa, me abrió su madre, una señora joven, y simpática, era el vivo retrato de Emi, se lo hice saber y le dije que debía ser su hermana mayor, ella recibió con gusto mi halago y se mostró más receptiva, me presentó a su marido y a su hijo Quique, Emi estaba estudiando para apurar antes del examen final, la llamaron y cuando bajó me pareció una niña mucho más joven, vestía de rosa un chándal, rápidamente me llevó a su habitación, sus padres habían aleccionado a su hermano que se llevara los libros también con nosotros y repasara sus deberes, el crio de mala gana pero obedeció, estuvimos repasando duro la primera hora luego Emi empezó a desperezarse y rozarme cuando su hermano no miraba, se bajó la cremallera del la chaqueta lo suficiente para que viera que no llevaba sujetador, mi polla sufrió las consecuencias y empezó a crecer, pero en ese momento su hermano se acerco para ver lo que hacíamos en el ordenador, a cada momento desde abajo sus padres preguntaban cómo íbamos, nosotros le contestábamos que bien a coro los tres.


Sonó el timbre de la calle, se oyeron voces y entraron dos personas, Quique se asomó y nos informó que era su tío Ángel y su tía Pepa que habían venido a enseñarles el coche nuevo que se habían comprado, querían darles una vuelta e invitarles a un aperitivo, los padres de Emi le pusieron todas las pegas del mundo para no irse, pero ellos las rebatían todas, hasta la que estábamos solos, lo justificaron que estaba Quique de guardia, al fin desde bajo se despidieron con todas las recomendaciones posibles y dándole una propina a Quique para que no se fuera de la habitación.


Quique cumplió como un centinela con la propina recibida, pero yo guardaba un arma letal, saqué la conversación de la consola, él presumió de tener los mejores jugos, pero cuando yo saqué de mi cartera el último que me regaló Jorge, sus defensas se desmoronaron, a sus ruegos los ignoraba todos con escusas, solo accedí si nos dejaba estudiar tranquilos pues era de mucha acción y mucho ruido, se fue a su habitación como una exhalación, nada más salir Emi cerró la puerta y se sentó en su cama, la cremallera del chándal bajó y se abrió la chaqueta, el par de tetas que anteriormente había visto solo con el resplandor del la pantalla ahora estaba iluminado por la lámpara de su habitación, quise compensar y me levante y me quité los pantalones, mi polla se movía como un cuenta revoluciones de un  deportivo, ella me atrajo y se puso mi polla entre sus tetas, la frotó haciéndome descapullar entre sus pezones juveniles, cuando se tumbó en la cama con un ágil movimiento se sacó los pantalones, tampoco llevaba bragas, se había depilado, quizá en mi honor, sus labios eran gruesos para su edad y su peso, pero su clítoris pugnaba por asomarse, me lance sobre él, la chica recibió mi lengua obligándome a tumbarme sobre ella en un fantástico 69, yo ansiaba desde la sesión de cine el poder comerle el coño, porque sólo lo había tanteado, con los pulgares le separé los labios que lo ocultaban y el clítoris apareció tímidamente, lo absorbí y lo atrapé cuidadosamente con los dientes, la lengua se encargó de levantarle su pequeño prepucio y endurecerlo con pequeñas lamidas, mi polla pendía sobre su cabeza, me cogió con las dos manos de los huevos y fue tirando de ellos obligándome a bajar sobre ella, mi polla fue entrando en su boca, iba tragando según iba descendiendo, cuando la tenía a mitad me cogió de las caderas y se colgó de mí, no pude verme la polla que le cupo pero si noté cuando pasó rozándole la campanilla, sus piernas abiertas totalmente me dejaban lamer sin obstáculos todos sus labios metiendo la lengua en su vagina, esta manaba efluvios calientes y húmedos, estábamos casi llegando cada uno a un orgasmo apoteósico cuando Quique llamó con los nudillos en la puerta.


-        Manu el juego no se carga que tengo que hacer?,


-        Quique has repasado las conexiones, anda y míralo todo.


Lo dije con la boca llena de flujo, pegajosa, me había cambiado hasta la voz, seguí con mi tarea, cuando la vagina empezaba a contraerse pidiendo polla, me di la vuelta, Emi me esperaba con los brazos y piernas abiertas, las dos tetas redondas, con unos pezoncitos rosados y el coño con los labios también del mismo color, me apoyé contra ella cuando le apunté en su coño, me abrazó con sus piernas en mi culo y apretó contra ella, abrió los ojos desmesuradamente un momento para luego cerrarlos, luego suspiró, la cama chirriaba con nuestras embestidas, Quique llamó otra vez.


-        Manu ya puedo jugar, está muy bien el juego, me gusta mucho, te lo vas a llevar cuando te vayas?


-        Sí, pero Quique si te portas bien te lo dejaré una semana, pero ahora sigue jugando y déjanos estudiar.


-        Os pasa algo? se oyen ruidos raros.


-        Ah! No es nada, que se han caído los libros en la cama, sigue jugando y déjanos seguir.


Estuvimos follando más de media hora, de vez en cuando descansábamos, Emi me mantenía duros chupándome la polla o pajeándome lentamente, yo pegado a sus tetas, ya era tarde y me propuso un repaso final, la chica me hizo sentar en la silla y se sentó sobre mis piernas me dijo…


-        Esto es lo que me habría gustado hacerte en el cine.


Se dejó caer sobre mi polla empinada y me cabalgó hasta correrse, cuando se calmó le dije…


-         Ahora te voy a hacer lo que me habría gustado a mí.


Me puse sobre ella con la polla entre sus tetas, ella las apretaba para que no se saliera, cuando me corrí, la boca, el cuello y las tetas estaban llenas de semen, con un dedo fue recogiendo cada rastro de mi leche chupándolo, luego con una toallita húmeda se limpió toda, seguidamente con ambientador perfumó la habitación, olía a sexo.


Al momento se oyó un ruido bajo, Quique entró sin llamar, nosotros estábamos recogiendo los libros y apagando el ordenador, el chiquillo apurado cogió el suyo y nos preguntó si nos íbamos a chivar que había estado jugando toda la tarde, lo tranquilizamos con la condición de que no dijera nada tampoco, para reafirmar el pacto le regale el juego, me abrazó y me dijo que volviera cuando quisiera, que nuestro  secreto estaba en buenas manos.


Ángel y su mujer subían a la habitación de Emi cuando ya salíamos, nos preguntaron si habíamos estudiado mucho, les dijimos que sí pero habían quedado algunos puntos por repasar, ellos nos dijeron que como nos habíamos portado bien volviera cuando quisiera, le di palabra y me marché a casa.

1 comentarios - Mi timidez y las mujeres de mi familia 22

pito527
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