Continuando con relatos de algunas de mis aventuras, les comento que son veridicas al cien por cien. Hoy les voy a contar unaÂ
historia que me vuela la cabeza, cada vez que me acuerdo. Sobre todo, mas que el polvo, el camino previo a ese encuentro fueÂ
algo muy lindo, porque estuvo teñido de una cadena de situaciones que nunca habia experimentado.
Tengo que reconocer que tengo una fijacion especial por las pelirrojas, aunque no tuve muchas en mi historial, solamenteÂ
fueron tres, pero todas con historias largas. Una incluso, fue mi novia durante unos tres o cuatro años.-
Esta historia de hoy, sucedió cuando para costear mis estudios en la ciudad, comencé a trabajar en un Drugstore, y lo atendiaÂ
desde las 5 de la tarde, hasta el corte (mas o menos 12 o 1 de la madrugada).
En ese laburo, forjé amistad y buena onda, con muchos clientes. Habia uno en especial, que era un vago cincuenton, que estabaÂ
separado y en pleno viejazo, y alardeaba de las minas que se culeaba. Y la verdad que el tipo, levantaba bastante, eso hayÂ
que reconocerlo, pero tribuneaba mas de lo recomendable. De todas formas, le daba conversacion, porque me hacia pasar buenÂ
rato con la charla, y siempre trato tener buena onda con todos.Â
De paso, en el mini donde laburaba tenia posibilidad de pescar seguido, y le comentaba tambien alguna fechoria, pero tranqui,Â
sin alardear demasiado, porque nunca fui un tipo bocon en este aspecto.
En una ocasion este cliente vino al negocio, acompañado de una tremenda pelirroja. Era una pendeja de 19 años. Alta, de masÂ
de un metro setenta. Tremendas gomas, tremenda cola. Era abundante sin ser gorda. Tenia un fisico soñado. Y lo mejor para mi.Â
El pelo estaba hecho de hilos de cobre, la piel era blanca como una nube, y en la cara mil y una pecas, que presagiaban laÂ
mas gloriosa de mis fantasias. El flaco, conociendo algo de mi pedigree, me comenta como para desbaratar cualquier avance,Â
que era su hija.
No me importó nada. Ni bien existió el primer cruce de miradas, sentà una conexion inmediata. No podia dejar de mirar como meÂ
sonreÃa y seguro yo le sonreÃa con mi mejor cara de idiota. No existió nadie mas. Le vendà el paquete de Benson & Hedges alÂ
padre, y cuando se iban, la pendeja me saluda con un: "Nos vemos". Al toque le suelto un: "Ojalá". Se dio vuelta y me hizoÂ
una sonrisita bien de pendeja trola. Obvio que la cabeza la tenia a mil rpm, y el raton mas chico tenia el tamaño suficienteÂ
como para hacerme un fernet y prender fuego para el asado.
Al rato, justo en la parada de colectivo que estaba frente a la vidriera del Drugstore, la pendeja esperaba el bondi, y meÂ
miraba desde lejos haciendo sonrisitas. Vino el colectivo, antes de subir me mira, me saluda con la mano, y se va. Yo yaÂ
estaba convencido que estaba todo dado.
Al dia siguiente, estaba en la mia, laburando, y de la nada, aparece esta pendeja colorada, la notaba re nerviosa, y cuandoÂ
empiezo a darle charla, me da un papelito doblado, y me dice que estaba dando clases de frances; y se va. Miro el papelito, yÂ
tenia el telefono y el mail (si el mail, antes no habia whatsapp, esto me pasó hace como 15 años). Al toque la llamo y leÂ
digo que era el del kiosco, y que iba a tomar clases con ella.Â
A todo esto, el padre, seguia alardeando de las minas que se comia, y mas de una vez, pasaba por el mini a comprar algunaÂ
boludez, acompañado de terribles gatos, solo para mostrarmelas. Yo seguia en la mia, me hacia el boludo y le daba corte.
Llegado el dia de empezar mi clase de frances, me compré un cuadernito y una birome camino a la casa de la pendeja, y a laÂ
hora señalada le toco el timbre. Baja a abrirme, un poco nerviosa, y ahi le dije que me moria de ganas por aprender con ellaÂ
y me responde que la que queria aprender conmigo era ella. Para que, ahi nomas en el ascensor le doy el primer beso, que fueÂ
glorioso. No quueria que termine nunca el viaje de ese ascensor. Terminó, y entramos al departamento. Ahi ni bien cruzamos laÂ
puerta, estaba el padre. Cuando me vio entrar, se transformó y me dice: "¿Que haces vos acá?" le dije que venia a tomarÂ
clases de frances con la hija, y le sonreà de una forma en que le estaba diciendo lo que le iba a pasar a la nena.
Ese dia transcurrió en eso. Un par de palabras en franchute, el viejo como un granadero, y la pendeja y yo con ganas deÂ
seguir, pero sin poder hacerlo.
La llamo por telefono a la colo para arreglar otra "Clase" y ella me dice que podia el martes o algo asi, pero que en su casaÂ
no se podia estudiar tranquilos. Le dije que no habia drama que yo vivia con unos amigos, y que iba a organizar para poderÂ
estar solos. Asi fue, hablo con ellos, y les pedi que ni aparezcan por el bulo el dia que tenia pactado. Llega la hora, meÂ
toca el portero la pendeja y bajo a abrirle. Ya cuando nos saludamos fue un beso, y al toque me da un abrazo onda abrazo deÂ
oso. Subimos al ascensor y ahi me prendo en una super franela, le levanto la remera y le saco los pechos, y asi fue el viajeÂ
hasta el septimo piso.
Entramos al departamento, y empezamos a matarnos. Era algo casi animal. Era la atraccion del sexo sin pensar en nada mas. NosÂ
empezamos a desnudar y ahi fue la primera vez que reaccione y me detuve. Me detuve a contemplarla. Era perfecta. Solo laÂ
habia visto vestida con jeans y remeras. pero ese dia, al verla desnuda pensé que estaba ante la perfeccion. Dos tetasÂ
increiblemente redondas, generosas, turgentes y de pezones erectos. Los hombros, la espalda y el pecho, que se coronaban conÂ
un hermoso pelo rojizo, que la abrazaba como yo tambien queria hacerlo. La cintura pronunciada, que hacia dos curvas sinuosasÂ
a los costados, dibujando una guitarra que jamás volvi a ver. Y la cola! Tremenda cola redonda, blanquita, parecia hecha deÂ
piedra, y la estaba mirando contra una ventana y a contra luz. Los rayos del sol encendian cada vello rojizo, que coronabaÂ
una conchita arreglada prolijamente, para la visita de mi verga. No se cuanto tiempo me detuve a verla. Lo que si se, que fueÂ
el suficiente para que cada foto que guardé en mi memoria de ese dia, me acompañe hasta el ultimo.Â
Ya estabamos los dos desnudos, nos abrazamos, y puse a mi pija tiesa entre sus piernas, mientras nos besabamos enredando lasÂ
lenguas y le acariciaba esa cola increible. Al toque la doy vuelta, y dejo mi verga entre sus cantos, mientras le mordia laÂ
nuca, y le acariciaba sus pechos jugando con sus pezones. Estabamos que volabamos de calentura. En el living del Depto, habiaÂ
un catrecito, que era las veces futon, otras veces cama comodin, y ese dia, le tocaba el papel de escenario del matadero.
Nos acostamos en la camita, sin dejar de besarnos, y poco a poco baje por sus pechos, deteniendome en cada uno de ellos,Â
besandolos, y lamiendo sus pezones sin dejar de trabajar con mi mano en su conchita. Esa conchita que ya tenia mas queÂ
mojada, y la que pedia por mi lengua. No me hice desear y baje. Antes de chuparla, volvi a mirar esos pelos colorados, laÂ
oli, besé toda la zona de la ingle, lami sus piernas, y volvia a amagar a chuparla, hasta que no dió mas y me pide que se laÂ
coma. Y asi lo hice. Ni bien puse mi lengua en su concha, empecé por abajo, lamiendo los labios, hasta que empecé a comer elÂ
clitoris. Mientras chupaba y disfrutaba de su calentura, empecé a meter un dedo, y a buscar darle el mayor placer que podia.Â
Al introducir el segundo dedo, y tocar sobre la parte superior del canal, empiezo a notar como se me inunda la boca de esaÂ
miel de su concha, y la noto temblar, y empieza a acabar gloriosamente.
Ella estaba disfrutando, y era hora que el alumno de frances, aproveche la clase. Dejo su conchita, vuelvo a besar su boca, yÂ
me acomodo en posicion misionero, y le mando de una mi pija hasta el fondo. No fue necesario nada mas. Entró de una, toda yÂ
hasta el fondo. Estaba desesperado, parecia un animal sacudiendome hacia adelante y hacia atras, buscando esa lengua mojadaÂ
mientras sentia que tenia la pija cada minuto mas dura. Ella gemia, y yo disfrutaba oirla. Me hacia sentir su dueño.Â
estuvimos un tiempo asi, y me pide de ir arriba. Cambiamos de posicion y me dejo llevar. Se sienta arriba mio, en cuclillas yÂ
apoya sus dos manos en mi pecho, y asi empieza a bombear. Sus dos pechos se movian acompasadamente, sus gemidos eranÂ
hermosos, y sentia sus uñas clavarse en mi piel. De repente, empieza a acabar de nuevo. Tuvo un nuevo orgasmo intenso, que meÂ
volvió loco. Eso hizo que ella baje el ritmo, y se quede un momento acostada sobre mi, y se saca la pija de la concha.Â
Le digo que queria acabar yo tambien, y que se diera vuelta, que queria mirarle el culo mientras me cogia. Se dio vuelta, yÂ
cuando veo a esa cola caer sobre mi pija y tragarsela por la concha, creo que solo fui capaz de aguantar siete u ochoÂ
vaivenes, que toda mi leche, comenzó a salir. Al sentir que comencé a acabar, me dijo que no se estaba cuidando, y de repenteÂ
salió. Eso hizo que mi gloriosa acabada, se desparrame mas por mi vientre y las sabanas que por sobre su piel. Igual no meÂ
importó. Me cagó a pedos por no avisarle que iba a acabar, pero al rato estabamos juntos y abrazados en la cama. Nos fuimos aÂ
bañar, y ahi ya relajados, estabamos besandonos en la ducha y disfrutando de nuestros cuerpos. Ya tenia la verga lista paraÂ
otro round, y me dijo que no, que se le iba a hacer tarde. Salimos de ducharnos, y nos vestimos, y en todo momento estabamosÂ
a los besos dulces, onda novios. La acompaño a tomar el bondi, mientras caminabamos abrazos y nos reiamos de todo. Incluso deÂ
su papá. Llegamos a la parada, arreglamos para seguir viendonos, y para ir a ver una peli o algo asi, y vino el colectivo. LoÂ
gracioso fue, que despues de ese dia, el padre no solo que dejó de ir al Kiosco, sino que hasta el dia de hoy no me saludaÂ
mas.
En fin, fue el primero de muchos polvos, e incluso hubo mejores. Pero ese queda en un lugar especial, por ser el primeroÂ
juntos.
historia que me vuela la cabeza, cada vez que me acuerdo. Sobre todo, mas que el polvo, el camino previo a ese encuentro fueÂ
algo muy lindo, porque estuvo teñido de una cadena de situaciones que nunca habia experimentado.
Tengo que reconocer que tengo una fijacion especial por las pelirrojas, aunque no tuve muchas en mi historial, solamenteÂ
fueron tres, pero todas con historias largas. Una incluso, fue mi novia durante unos tres o cuatro años.-
Esta historia de hoy, sucedió cuando para costear mis estudios en la ciudad, comencé a trabajar en un Drugstore, y lo atendiaÂ
desde las 5 de la tarde, hasta el corte (mas o menos 12 o 1 de la madrugada).
En ese laburo, forjé amistad y buena onda, con muchos clientes. Habia uno en especial, que era un vago cincuenton, que estabaÂ
separado y en pleno viejazo, y alardeaba de las minas que se culeaba. Y la verdad que el tipo, levantaba bastante, eso hayÂ
que reconocerlo, pero tribuneaba mas de lo recomendable. De todas formas, le daba conversacion, porque me hacia pasar buenÂ
rato con la charla, y siempre trato tener buena onda con todos.Â
De paso, en el mini donde laburaba tenia posibilidad de pescar seguido, y le comentaba tambien alguna fechoria, pero tranqui,Â
sin alardear demasiado, porque nunca fui un tipo bocon en este aspecto.
En una ocasion este cliente vino al negocio, acompañado de una tremenda pelirroja. Era una pendeja de 19 años. Alta, de masÂ
de un metro setenta. Tremendas gomas, tremenda cola. Era abundante sin ser gorda. Tenia un fisico soñado. Y lo mejor para mi.Â
El pelo estaba hecho de hilos de cobre, la piel era blanca como una nube, y en la cara mil y una pecas, que presagiaban laÂ
mas gloriosa de mis fantasias. El flaco, conociendo algo de mi pedigree, me comenta como para desbaratar cualquier avance,Â
que era su hija.
No me importó nada. Ni bien existió el primer cruce de miradas, sentà una conexion inmediata. No podia dejar de mirar como meÂ
sonreÃa y seguro yo le sonreÃa con mi mejor cara de idiota. No existió nadie mas. Le vendà el paquete de Benson & Hedges alÂ
padre, y cuando se iban, la pendeja me saluda con un: "Nos vemos". Al toque le suelto un: "Ojalá". Se dio vuelta y me hizoÂ
una sonrisita bien de pendeja trola. Obvio que la cabeza la tenia a mil rpm, y el raton mas chico tenia el tamaño suficienteÂ
como para hacerme un fernet y prender fuego para el asado.
Al rato, justo en la parada de colectivo que estaba frente a la vidriera del Drugstore, la pendeja esperaba el bondi, y meÂ
miraba desde lejos haciendo sonrisitas. Vino el colectivo, antes de subir me mira, me saluda con la mano, y se va. Yo yaÂ
estaba convencido que estaba todo dado.
Al dia siguiente, estaba en la mia, laburando, y de la nada, aparece esta pendeja colorada, la notaba re nerviosa, y cuandoÂ
empiezo a darle charla, me da un papelito doblado, y me dice que estaba dando clases de frances; y se va. Miro el papelito, yÂ
tenia el telefono y el mail (si el mail, antes no habia whatsapp, esto me pasó hace como 15 años). Al toque la llamo y leÂ
digo que era el del kiosco, y que iba a tomar clases con ella.Â
A todo esto, el padre, seguia alardeando de las minas que se comia, y mas de una vez, pasaba por el mini a comprar algunaÂ
boludez, acompañado de terribles gatos, solo para mostrarmelas. Yo seguia en la mia, me hacia el boludo y le daba corte.
Llegado el dia de empezar mi clase de frances, me compré un cuadernito y una birome camino a la casa de la pendeja, y a laÂ
hora señalada le toco el timbre. Baja a abrirme, un poco nerviosa, y ahi le dije que me moria de ganas por aprender con ellaÂ
y me responde que la que queria aprender conmigo era ella. Para que, ahi nomas en el ascensor le doy el primer beso, que fueÂ
glorioso. No quueria que termine nunca el viaje de ese ascensor. Terminó, y entramos al departamento. Ahi ni bien cruzamos laÂ
puerta, estaba el padre. Cuando me vio entrar, se transformó y me dice: "¿Que haces vos acá?" le dije que venia a tomarÂ
clases de frances con la hija, y le sonreà de una forma en que le estaba diciendo lo que le iba a pasar a la nena.
Ese dia transcurrió en eso. Un par de palabras en franchute, el viejo como un granadero, y la pendeja y yo con ganas deÂ
seguir, pero sin poder hacerlo.
La llamo por telefono a la colo para arreglar otra "Clase" y ella me dice que podia el martes o algo asi, pero que en su casaÂ
no se podia estudiar tranquilos. Le dije que no habia drama que yo vivia con unos amigos, y que iba a organizar para poderÂ
estar solos. Asi fue, hablo con ellos, y les pedi que ni aparezcan por el bulo el dia que tenia pactado. Llega la hora, meÂ
toca el portero la pendeja y bajo a abrirle. Ya cuando nos saludamos fue un beso, y al toque me da un abrazo onda abrazo deÂ
oso. Subimos al ascensor y ahi me prendo en una super franela, le levanto la remera y le saco los pechos, y asi fue el viajeÂ
hasta el septimo piso.
Entramos al departamento, y empezamos a matarnos. Era algo casi animal. Era la atraccion del sexo sin pensar en nada mas. NosÂ
empezamos a desnudar y ahi fue la primera vez que reaccione y me detuve. Me detuve a contemplarla. Era perfecta. Solo laÂ
habia visto vestida con jeans y remeras. pero ese dia, al verla desnuda pensé que estaba ante la perfeccion. Dos tetasÂ
increiblemente redondas, generosas, turgentes y de pezones erectos. Los hombros, la espalda y el pecho, que se coronaban conÂ
un hermoso pelo rojizo, que la abrazaba como yo tambien queria hacerlo. La cintura pronunciada, que hacia dos curvas sinuosasÂ
a los costados, dibujando una guitarra que jamás volvi a ver. Y la cola! Tremenda cola redonda, blanquita, parecia hecha deÂ
piedra, y la estaba mirando contra una ventana y a contra luz. Los rayos del sol encendian cada vello rojizo, que coronabaÂ
una conchita arreglada prolijamente, para la visita de mi verga. No se cuanto tiempo me detuve a verla. Lo que si se, que fueÂ
el suficiente para que cada foto que guardé en mi memoria de ese dia, me acompañe hasta el ultimo.Â
Ya estabamos los dos desnudos, nos abrazamos, y puse a mi pija tiesa entre sus piernas, mientras nos besabamos enredando lasÂ
lenguas y le acariciaba esa cola increible. Al toque la doy vuelta, y dejo mi verga entre sus cantos, mientras le mordia laÂ
nuca, y le acariciaba sus pechos jugando con sus pezones. Estabamos que volabamos de calentura. En el living del Depto, habiaÂ
un catrecito, que era las veces futon, otras veces cama comodin, y ese dia, le tocaba el papel de escenario del matadero.
Nos acostamos en la camita, sin dejar de besarnos, y poco a poco baje por sus pechos, deteniendome en cada uno de ellos,Â
besandolos, y lamiendo sus pezones sin dejar de trabajar con mi mano en su conchita. Esa conchita que ya tenia mas queÂ
mojada, y la que pedia por mi lengua. No me hice desear y baje. Antes de chuparla, volvi a mirar esos pelos colorados, laÂ
oli, besé toda la zona de la ingle, lami sus piernas, y volvia a amagar a chuparla, hasta que no dió mas y me pide que se laÂ
coma. Y asi lo hice. Ni bien puse mi lengua en su concha, empecé por abajo, lamiendo los labios, hasta que empecé a comer elÂ
clitoris. Mientras chupaba y disfrutaba de su calentura, empecé a meter un dedo, y a buscar darle el mayor placer que podia.Â
Al introducir el segundo dedo, y tocar sobre la parte superior del canal, empiezo a notar como se me inunda la boca de esaÂ
miel de su concha, y la noto temblar, y empieza a acabar gloriosamente.
Ella estaba disfrutando, y era hora que el alumno de frances, aproveche la clase. Dejo su conchita, vuelvo a besar su boca, yÂ
me acomodo en posicion misionero, y le mando de una mi pija hasta el fondo. No fue necesario nada mas. Entró de una, toda yÂ
hasta el fondo. Estaba desesperado, parecia un animal sacudiendome hacia adelante y hacia atras, buscando esa lengua mojadaÂ
mientras sentia que tenia la pija cada minuto mas dura. Ella gemia, y yo disfrutaba oirla. Me hacia sentir su dueño.Â
estuvimos un tiempo asi, y me pide de ir arriba. Cambiamos de posicion y me dejo llevar. Se sienta arriba mio, en cuclillas yÂ
apoya sus dos manos en mi pecho, y asi empieza a bombear. Sus dos pechos se movian acompasadamente, sus gemidos eranÂ
hermosos, y sentia sus uñas clavarse en mi piel. De repente, empieza a acabar de nuevo. Tuvo un nuevo orgasmo intenso, que meÂ
volvió loco. Eso hizo que ella baje el ritmo, y se quede un momento acostada sobre mi, y se saca la pija de la concha.Â
Le digo que queria acabar yo tambien, y que se diera vuelta, que queria mirarle el culo mientras me cogia. Se dio vuelta, yÂ
cuando veo a esa cola caer sobre mi pija y tragarsela por la concha, creo que solo fui capaz de aguantar siete u ochoÂ
vaivenes, que toda mi leche, comenzó a salir. Al sentir que comencé a acabar, me dijo que no se estaba cuidando, y de repenteÂ
salió. Eso hizo que mi gloriosa acabada, se desparrame mas por mi vientre y las sabanas que por sobre su piel. Igual no meÂ
importó. Me cagó a pedos por no avisarle que iba a acabar, pero al rato estabamos juntos y abrazados en la cama. Nos fuimos aÂ
bañar, y ahi ya relajados, estabamos besandonos en la ducha y disfrutando de nuestros cuerpos. Ya tenia la verga lista paraÂ
otro round, y me dijo que no, que se le iba a hacer tarde. Salimos de ducharnos, y nos vestimos, y en todo momento estabamosÂ
a los besos dulces, onda novios. La acompaño a tomar el bondi, mientras caminabamos abrazos y nos reiamos de todo. Incluso deÂ
su papá. Llegamos a la parada, arreglamos para seguir viendonos, y para ir a ver una peli o algo asi, y vino el colectivo. LoÂ
gracioso fue, que despues de ese dia, el padre no solo que dejó de ir al Kiosco, sino que hasta el dia de hoy no me saludaÂ
mas.
En fin, fue el primero de muchos polvos, e incluso hubo mejores. Pero ese queda en un lugar especial, por ser el primeroÂ
juntos.
1 comentarios - Memorable polvo con la hija de un cliente