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Mi timidez y las mujeres de mi familia 19

Mi timidez y las mujeres de mi familia 19




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Mi  timidez y las mujeres de mi familia 18



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Al día siguiente temía encontrarme de cara a Jorge, no sabía su reacción, pero pronto tuve que superarlo, estaba desayunando, me miró serio pero se levantó y me ofreció su silla mientras buscaba otra para él, sonriendo me dijo…


-        Muy bien Manu, lo hiciste muy bien, Ana lo pasó peor, pero tú muy bien, te confieso que al principio yo también lo pase mal, pero al final fue especial, me la pusiste en bandeja, seguro que se ha quedado preñada.


-        Y si no se ha quedado?, dije tímidamente.


Jorge se quedó callado un momento, pensativo. Luego me dio una palmada en la espalda.


-        No te preocupes, lo volveremos a intentar las veces que haga falta, ahora ya se ha roto el hielo, verdad?


-        Si tú lo dices…


Mi tía estaba muy cariñosa ahora con mi tío, haciéndole carantoñas y poniendo posturas de preñada en broma, mi tío estaba orgulloso y le tocaba a cada momento el vientre.


A los pocos días tuvo que volver a viajar, le costó bastante, me consta que a mi tía también, cuando se marchó me dejó encargado que la cuidara bien y estuviera pendiente si se ponía enferma o algo, se lo prometí, claro.


La primera noche Ana fue a buscarme a mi habitación, necesitaba que le hiciera compañía, me fui con ella, me abrazo nada más acostarme, me dio las gracias por haberlos ayudado, estaba convencida que se quedaría embarazada con este sistema, yo me sentí alagado.


Cuando dijo esto me cogió la polla y me dijo…


-        Estoy convencida que con esta polla ya estaría preñada hace mucho.


-        En otras circunstancias me encantaría, le dije.


Me tumbe sobre ella, abrió sus piernas para recibirme, me abrace y entré sin dificultad, mi polla estaba como en su casa, ella me estrujaba con su pelvis y yo la abrazaba, me gustaba hacerlo, sentía un cariño especial por Ana, después de mi madre era la persona que más quería y además follaba como los ángeles, estuve un rato metiéndola suavemente oyendo su corazón junto al mío, de pronto, caí en la cuenta, levanté el pecho y me apoye con las manos, sin sacarla le pregunté…


-        Entonces… ya no podré correrme dentro de ti?


-        Pues… ya no me tomo las píldoras, pero podemos usar condones, o aventurarnos a pinchar, de todas formas cuanto más probemos más pronto me quedaré y luego estaré 9 meses libres para follar contigo a pelo sin peligro.


-        Eso de probar mucho me gusta, me dio pena Jorge mirándonos follar sin poder intervenir, pero al final salió bien, es un tipo estupendo.


-        Es cierto, lo amo mucho, pero tú eres mi hombre, me elevas al cielo.


-        Me gustaría ver correrte ahora solo para mí.


-        Eso no es difícil, ya estoy a punto hace rato, solo con meterla me enciendes el coño.


-        Pues córrete, luego me correré en tus tetas.


-        Uf, mis tetas, ya me gustaría que fueran unas tallas más, sobre todo para ti que las pudieras agarrar y morder.


-        Todo no son tetas grandes, me encanta como estás, y los pezones me vuelven loco.


-        Ya hablaremos de las tetas.


-        Casi no terminó la frase, me abrazó clavándome las uñas en la espalda, me rodeó con sus piernas y se deshizo entre convulsiones.


-        Cuando se calmó se puso en cruz y subiéndome sobre su pecho me cogió la polla y la sacudió hasta sacarme toda la leche sobre sus tetas, los pezones estaban llenos de crema.


Por la tarde fui al centro, en un gran almacén compré un antivirus para la tableta, cuando salí en la acera mi encontré de cara con Cris, mi tía iba de la mano con una chica pelirroja un poco mayor que ella, y al lado de ésta una chica joven, más o menos de mi edad, todavía más pelirroja que la otra, parecía su hija, mi tía me saludó pero me pareció un poco fríamente, me presentó a Susana y a su hija Adela, nos besamos y estuvimos charlando brevemente, Susana entonces dijo que iba a comprar un lápiz labial y se fue con su hija, mi tía me miraba ceñuda, le pregunté por su amiga Sofía, todavía recuerdo su cuerpo sensual, ella me dijo con cierto rencor…


-        Cabrón, por tu cúlpame me dejó, al probar tu polla por primera vez, le gusto y luego se ligó a un tío, al principio lo compartimos, pero luego se fue con él y me dejó plantada. Ah! Te advierto que no te acerques a Susana, la quiero solo para mí.


Levanté los brazos en señal de rendición, le pedí perdón si había sido la causa de la ruptura, en ese momento llegaron Susana y su hija, me dijeron que iban con prisa porque tenía cita con el dentista, a Susana se le ocurrió que Adela se aburriría en la sala de espera, yo me ofrecí a acompañarla mientras ellas estaban ocupadas, la chica era guapa y sobre todo exótica, el pelo rojo azafrán, la cara pecosa, los brazos, el escote, las piernas, toda ella era un montón de pecas, salimos paseando por la acera de las tiendas las tiendas llenas, la gente no nos dejaba andar, la invité en una terraza de una cafetería, mientras nos traían las bebidas me contó que era hija única y que conocían desde hacía poco a Cris, le dije que era hermana de mi madre y que tenía otra tía más, me preguntó si tenía padre, yo le dije que no, que había muerto ella me sorprendió…


-        En cambio yo tengo muchos, pero no los conozco.


-        Perdona, dirás que tienes uno y no lo conoces.


-        No, no, es verdad tengo muchos pero no sé quienes son,


-        No me tomes el pelo, como vas a tener muchos?


-        Bueno te lo voy a contar, pareces de confianza, mi madre no me deja relacionarme con chicos, solo estoy con chicas, hoy porque eres sobrino de Cris.


-        Mi madre como habrás deducido solo se relaciona con mujeres, desde pequeña les ha tenido aversión a los hombres, cuando era ya más mayor tenía ganas de tener un hijo pero de ninguna forma quería que fuera a través de un hombre, se planteó todas las opciones pero como era soltera era difícil, por aquel entonces trabajaba en una agencia de seguros, tenía varias compañeras y compañeros, con una compañera inició una relación, le contó sus ganas de ser madre, su amiga se lo contó en secreto a sus compañeras y pronto lo sabían todos, hasta los chicos, entre todos decidieron ayudarla y un viernes por la tarde cuando ya se habían ido los jefes mi madre y su amiga hicieron el amor en la sala de reuniones sobre la moqueta, fuera sus compañeros habían ideado un plan, las chicas les hacían una mamada a los chicos, allí había de todo, casados y solteros y ellas también, cuando la amiga de mi madre les avisó les hicieron correrse en vasos del dispensador de agua, mezclaron todo el esperma en un vaso grande y con una jeringuilla grande le introdujeron todo el semen en la vagina de mi madre, el resultado fue que al poco tiempo hicieron el control de embarazo delante de todos, lo celebraron con una gran fiesta, al poco tiempo empezaron las angustias y por indicación del médico tuvo que guardar reposo hasta que nací, cuando volvió ya habían trasladado la sucursal y perdió el contacto con ellos.


Me quedé asombrado, desde luego le tuve que dar la razón, cualquiera podría ser su padre, le insinué que si ella tenía los mismos gustos de su madre.


-        Pues la verdad no lo sé, nunca he tratado con ningún chico, mi madre me ha aislado siempre.


-        Pues es una pena, porque eres muy bonita y a tu edad deberías elegir por ti misma, seguro que le gustarías a todos los chicos.


-        Yo bonita?, que va, con este pelo rojo y tantas pecas no le gusto a nadie.


-        Como que no? A mí me encanta ese pelo es precioso, brilla como el sol, y las pecas me gustan mucho seguro que tendrás algunas que me gustarán mucho más aún.


-        Yo? si estoy llena de pecas todas feas, cuales te gustarían más, donde están?


Con la idea de animarla le quise demostrar que era una chica muy linda, le apunté con el dedo la camisa, le desabroché un botón, le miré a los ojos y ella me estaba esperando que le señalara las pecas, seguí soltándole el otro botón y le descubrí el sujetador juvenil que llevaba, ya tenía unas tetas bastante desarrolladas, la piel blanquísima estaba moteada de puntos rosados, volví a mirarle los ojos, seguía esperando el resultado, le bajé el tirante del hombro y la copa cayó dulcemente, dejando al descubierto el pezón, realmente era una peca bastante grande y rosada también, apenas sobresalía, pero al rozarlo un pequeño punto se destacó, un estremecimiento la sacudió, me dijo que le había dado frío, pagué la consumición y le invité a pasear, al llegar a un jardín le dije que nos sentaríamos en un banco, estaba bastante cubierto de vegetación, y al poco se encendieron las farolas, por suerte la más cercana no nos alumbraba, ella me dijo…


-         Manu de verdad me encuentras bonita? Y te gustan mis pecas?


-        Me encantas toda tú, te comería todas las pecas.


Ella me abrazó, la teta me presionaba la mano, solo  tuve que meterla bajo la camisa, estaba fuera del sujetador y la abarqué entera, el pezón aunque pequeño salió duro, le busqué la otra, desabrochando todos los botones, en la penumbra de la noche su piel brillaba, le distinguía las dos bolas blancas, las besé, las sorbí y las mordí suavemente. 


Se apretaba contra mí acariciándome el pelo, sin querer, creo yo, apoyó la mano en mi entrepierna, notó como mi polla pugnaba por salir, me miró con ojos suplicantes, no se atrevía a decírmelo, pero le cogí la mano y la puse sobre mi miembro, ella lo agarró con desespero, no tuve más remedio que bajarme la bragueta y sacarla, ella la miraba maravillada, no se atrevía a tocarla, al fin lo hizo, me bajaba y subía el prepucio, el capullo se puso roja, solo decía…


-        Me gusta… me encanta, es preciosa, me dejas besarla?


-        Claro es toda tuya.


La lamió para notar el sabor, se la metió abarcándola con sus labios con cuidado de no morderme, le empujé la cabeza de abajo arriba y ella siguió el ritmo.


Mi mano pasó bajo su falda, sus muslos tibios se me hicieron cortos hasta llegar a las puntillas de sus braguitas, ella abrió las piernas y soltó mi polla, le pregunté…


-        Ahí abajo también tienes pecas?


-        Más que en ningún sitio, quieres verlas?


-        Me muero por verlas.


Separó las piernas los suficiente para que yo le ladeara un camal de la braga y vi su ingle blanca y pecosa, unos pelitos rizados como el azafrán asomaban por ella.


-        Deben ser preciosas.


-        Espera, me quitaré las bragas y las ves bien.


Se levantó la falda y abriendo la piernas me enseño el coño cubierto de vello rizado y rojo, los labios eran rosa pálido en contraste, le toqué separándolos, un botoncito pequeño asomaba tímidamente, lo acaricié y le hice suspirar, seguí metiendo los dedos hasta encontrar la estrecha vagina, ella me miró asustada, la tranquilicé, mira solo te meto el dedo un poco, es para que notes el calor de un hombre.


-         Entonces donde tienes más calor es en la polla, verdad?


-        Pues sí, pero a lo mejor no quieres que la ponga ahí.


-        Bueno si la pones solo como el dedo me gustaría notar tu calor.


-        Si es por eso lo haré.


Miré a mi alrededor y a lo lejos había otra pareja sentada en un banco, tampoco se les veían las manos,  estaban a lo suyo.


No tuve que decirle que tenía que hacer, se puso delante de mí, se levantó la falda y se sentó sobre mis piernas, yo le acaricié el clítoris, se endureció bastante, ella espero hasta que le puse la punta de la polla en la entrada de la vagina, apoyó sus manos en mis hombros.


-        Ya noto el calor que das, me puedo sentar un poco más?


-        Puedes hacer lo que quieras, pero ya sabes lo que te puede pasar.


-        Si ya lo sé, no quiero que se me rompa nada, mi madre me mataría.


Se sentó con el glande metido dos centímetros en su vagina, se movía rozándose con él, yo le acariciaba el clítoris, su pecho se agitaba en una respiración cada vez más fuerte, de repente me dijo…


-        Manu, me encanta estar contigo, eres muy cariñoso, no se lo diré a mi madre, pero lo voy a hacer.


No me dejó replicarle, se sentó de golpe sobre mí, mi polla después de una leve resistencia se le metió hasta la mitad, al siguiente salto se coló hasta dentro, me abrazó y lloró en mi hombro de emoción…


-        Gracias Manu me has hecho mujer y estoy muy feliz.


Me besó en los labios, era un beso inexperto pero con todo el sentimiento de agradecimiento.


Estuvo unos momento abrazada a mí, luego se levantó me miró la polla un poco enrojecida con su sangre, se inclino sobre mi y la besó después de limpiarla.
Preferí no romper el encanto del momento y me guarde la polla sin haberme corrido.


Cuando volvimos a la calle de tiendas volvimos a sentarnos en la terraza, al momento vimos como llegaban Cris y Susana, llegaban con prisa, había mucha gente en la clínica e iban con retraso, cuando nos vieron no quisieron tomar nada, simplemente nos preguntaron si lo habíamos pasado bien, la chica le dijo a su madre que había estado muy a gusto, yo le conteste que tenía una hija que era ya una mujer preciosa, la madre se fue orgullosa, Cris me miró pero no acabó de tragárselo.


Continuará

2 comentarios - Mi timidez y las mujeres de mi familia 19

dantraloco
Y ahora desvirgando. ¿Pero en un parque? ummmmmmmmmmm
4trujillo52
Que levante tiene el tímido!!!, uno quisiera tener a esas tias!