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Mi padre Oscar, el reencuentro

Vuelvo, después de hace mucho tiempo, con un relato tal vez mas interesante que el último. Esto pasó ayer de noche, como una sucesion de cosas, quiza pueda acompañarlo de micro relatos para ser más específico.
Volví al ruedo, después de estar estúpidamente comprometido con un nabo, siendo consciente de que no habíamos terminado solamente por su verga muy dotada. Nuestro último encuentro no había sido muy afortunado, y la verdad es bastante desagradable y no tengo la fuerza para contarlo. Después de separarnos, me vine a vivir a una pensión, bastante tranquila, podría decirse que es todo lo que buscaba para este momento. Ni bien me mudé, instalé la dichosa app grindr que tantas alegrías me había dado en tiempos de pirateria, ustedes saben de que hablo.
El primer fin de semana, me manda fotos un pibe, debo admitir que era lindo, treinta y pocos años, morochito, activo, pija normal y con lugar cerca de casa, ¿que mas pedir? lo cierto es que yo no estaba para nada, estaba tan mal que podría haber estado sin tener sexo por meses (de hecho así fue), pero, “¿qué sentido tenía quedarme en casa, encerrado, dandole la razón a este otro estúpido (mi ex), sin hacer nada?”, recuerdo que pensé, en su buen tiempo, la promiscuidad era el mejor invento del hombre, lo suficiente para chuparsela a alguien en la calle, ¿No?. Entonces me mandé y fui.
Cuando llegué, salió el pibe con una sutil cara de drogado, y sutilmente amanerado, creo que me estaba poniendo exquísito en mi target, me desagradó un poco debo admitirlo, pero bueno, ya estaba ahí. Quería ver como me “reintegraba al sexo” con una pija que no fuera la dotada de mi ex novio. La verdad, para serles sincero, me cojió bien, pero me trató mejor, y bueno.... Si leyeron mis relatos anteriores, saben que no soy muy romántico cuando cojo. El problema fue que cuando acabamos, me abrazó mucho, y me besó mucho, mirandome con una cara embobecida.
Mal augurio.
Recuerdo que me pidió que me quedara a merendar, o cenar. Recuerdo que intentando ser amable le dije que perdón, pero que tenía que hacer cosas en casa, a lo que me dijo “ahora que acabaste llegó la hora de salir corriendo. Las podes hacer después”.
Un escalofrío repugnante recorrió mi espalda, necesitaba salir de ahí. Ya me había sacado un clavo de encima, no necesitaba otro.
Después de rechazarle, un poco menos amable, me acompañó hasta la esquina que era el camino común entre el super y mi casa, y en la despedida me pregunta “¿Seguro no queres quedarte? O acompañarme al super por lo menos”...
Llegué a mi casa y me tiré en la cama, sintiendome el peor. Los que tienen grindr, o alguna app o red social de levante, saben de histeriqueos, y de todos sus tipos de histeriqueos, incluido aquél del tipo “No sex express (o su derivado: para express esta el café), no soy objeto de nadie”. Y por algún motivo me sentí así. Quizás el muchacho, ahora que pienso nunca me dijo su nombre, estaba muy necesitado de afecto, pero me dio una sensación de absorción tan grande que no podría describirla más que con ejemplos. Me sentí mal, muy mal. Acto seguido, durante los próximos cuatro meses no volví a ver una verga, ni buscar, insinuar (bueno eso sí, mas que nada para pajearme), acercarme. Nada, nada nada de nada.
Pasaron los cuatro meses y mi ex se hizo odiar más, lo cierto es que la separación definitiva se dio hace unas semanas y por suerte ya nada nos vincula. Lo único bueno que recuerdo de él es su pija, y como cocinaba.
Después de este tiempo, en el trabajo, en la calle, en la facu, en la pensión también, empecé a ver hombres muy muy lindos, de todos mis tipos de hombres, y me di cuenta que quería cojerlos a troche y moche. Gloria Stefan diría que mi cuerpo pedía salsa (?, así que volví mas carnalmente al ruedo. Era domingo por la noche, al otro dia tenía día libre por estudio (esto fue hace dos semanas), pero mi cabeza ya no daba más, y mi pija tampoco. Ese día me pajeé como cinco veces, necesitaba cojer. Me metí en un chat rancio pero donde se coje seguro, y vi un perfil que decía “bulto grande”. Como mi experiencia me enseñó, el tamaño del bulto es relativo, puede esconder aire por las costuras y dimensiones de la tela de la prenda, o muchos huevos, o mucha pija, o ambas últimas, pero en sintesis me convenció el hecho de que era el perfil menos histerico del chat.
Se trataba de un hombre bisexual tapado, 38 años, supuestamente alto, supuestamente varonil, supuestamente dotado, con lugar por unas horas (vive con la novia), relativamente cerca. Pero no pasaba foto.
Nuestra ultima conversacion fue “dale, me desconecto para bañarme y me conecto cuando salga para ahí, bancame un toque” de mi parte. Y me acosté a dormir. Sin fotos, chic@s, no se coje.
Pero en la cama, mis ojos estaban mas abiertos que nunca, no podía dormir y me picaba el culo. Así que le di un voto de confianza, me fui a bañar y fui a verlo.
Cuando llegué al lugar neutral de encuentro, vi a un hombre de deportivo negro y buzo deportivo azul, muy masculino, pelo negro, corto, algunas canitas, un poco de ojeras, barbita de dos días, morochito cafe con leche, un poco más alto que yo, nos saludamos, se aleja un poco evaluandome, y me dice “si te va vivo acá a media cuadra”. El tipo me encantó ni bien lo vi, y lo quise adentro mio ni bien habló. Entramos al apto y nos besamos, aparentemente él tampoco aguantaba. Me agradó que, dada su condición y su masculinidad, besara. Y que lo hiciera tan bien más aún.
Fuimos al cuarto y nos desnudamos, y pude apreciar unos pelos en su pecho y en su pancita ligeramente cervecera. Por debajo de su pancita colgaba una verga bastante amigable, pero fue la única mentira de lo que me dijo. No era dotado, pero era normal, no necesitaba 20cm cuando hacía cuatro meses no me garchaba nadie.
Esa noche chupe mucha verga. Su pija no terminó de pararse, así que la mamé muchisimo. En determinado momento quiso cojerme, aunque su pija no terminó de estar parada. Me cojió en dos o tres minutos en dos posiciones y me dijo que necesitaba acabar, y tristemente lo único que hizo fue romperme el culo intentando metermela. Triste pero cierto.
Se la seguí mamando y antes de terminar, justo en ese momento, se le puso dura como un fierro. En ese momento me enamoré de su verga, era hermosa, un poco curvada hacia arriba, cabezona, de unos 18cm. Me acabó en la boca y tragué su leche, riquisima.
Hablamos un poco y después me fui porque la novia llegaba en media hora y tenía que limpiar y ventilar.
En sintesis, me dio pena no haber ido antes, era un tipo muy mamable, y con mas tiempo quizas hasta me hubiera cojido muy bien. No pasó whatsapp, aunque le prometí discreción, me dijo que entremos al chat con el mismo nombre. Sé que no lo voy a volver a ver, pero me gustaría un segundo encuentro con él.
Ya con más confianza, seguí entrando al chat, pero nunca más vi a “bulto grande”, sin embargo, cierto dia me habla “tapado buceo vergon”.
Se trataba de un chico de 24 años, mas alto que yo, gordito, blanco, barba, lentes, un poco de carita de nerd, y muy muy muy tapado, prometiendome 250% de discreción. Creo que no estoy hecho para la gente de mi edad. Via whatsapp pasamos fotos en una paja por chat. Me pasó dos fotos de su verga, y se trataba de un palo de 18cm x 5cm, muy duro y cabezón, se me hizo agua la boca ni bien lo vi.
Cuando nos vimos, me pasó a buscar en el auto de los padres, era más gordito de lo que me había dicho, pero yo pensaba en su verga, grave error.
Fuimos un rato al patio de facultad de ingenieria y en determinado momento me dice para caminar, supe que me estaba evaluando, pero accedí, cuando bajamos, me agarra la mano.
Me
Agarra
La
Mano
.....
Encime me dice “¿Te molesta?”, y yo quería desaparecer y que me tragara la tierra. Dude de varias cosas, entre ellas, qué tan tapado era, discreto evidentemente no, pero si su pija sería cierta. No quise ser neurótico, así que le saqué la mano y le dije que sí, que me molestaba la gente que no era discreta. Hablando, caminando como amigos que no se conocen, me dice (después de un rato de silencio, ya que solo habló de facultad, y un poco de su vida de tapado) me dijo que él buscaba novio. Epic piff.
Después de calentarnos a los chupones en el auto, no aguantamos y fuimos a un telo, de esos que se puede entrar al auto y dejan tener garage. Bueno, no entró con el auto, re discreto.
Después de una serie de infortunios que no hay que relattar, les resumo todo ya que esto se esta haciendo largo. Su verga no era la de la foto. Se trataba de una verga ancha en la base y fina en la punta, 15cm x 3cm aprox. Lo que se puede destacar es que tenía muy buena erección. Se la mamé, suena despectivo pero no necesité mucho para hacerle una garganta profunda. Y en determinado momento me dice que me quiere cojer.
Basicamente, su posición más comoda era que yo lo montara y el se quedaba acostado. Lo cierto es no se movió, Nacho Alvarez se movía más que él. Mientras yo me cabalgaba sólo. él solo miro el techo con cara de poker face. No dijo nada, no hizo expresión alguna, literalmente no se movió, y ni siquiera dio vuelta los ojitos para decirme “acabé”. Fue como, ya está.
Esos fueron mis micro relatos de tres paginas de MS Word.
Yo no estaba para pavadas, necesitaba alguien que me cojiera bien. Que después de una buena garchada estuviera listo para tener una vida sexualmente activa de nuevo, como si se tratara de una rehabilitación sexual. En eso, veo a mi papi en grindr. Oscar. Lo saludé.
Hablamos de poco, pero me dejo en claro que me quería ver, lógicamente yo también quería verlo.
Con Oscar nos vimos tres veces antes. La primera de todas fue mi primer relato (http://www.poringa.net/posts/relatos/2678066/Caceria-gloriosa-mi-padre-Oscar.html), lo bueno de Oscar es que no necesitas fotos para que se te ponga dura, y no necesitas que te diga algo obsceno para querer tenerlo adentro.
Lo cierto es que yo no podía concretar nada con él, porque estaba entre parciales. Pero, eso ya terminó. Antes de ayer me escribió para preguntarme como me había ido, y si podíamos vernos. Le dije que ayer trabajaba, pero que podía de noche.
Medio que anoche me histeriqueó, lo conozco y tenia pereza. Pero justamente porque lo conozco, sabía que quería que nos vieramos, a mi me pasaba lo mismo. Con Oscar hemos hablado horas, y me enseñó mucho como padre y como amigo, y lo extrañaba, extrañaba verlo, estar con él, y volver a ser su “hijito putito” como me llamaba él.
Cuando lo vi, se puso eufórico, pidiendome que le adelante todo lo que sucedió mientras no nos hablamos por mi relación. Mas o menos le adelante todo, mientras lo miré manejar a su casa.
No puedo explicarles, estaba tan lindo. La edad no pasaba para él, estaba igual que la última vez que lo vi, pero se lo veía diferente en cierto sentido, lo recordaba diferente. Ahora tenía unas patitas mas de gallo pero le quedaban bien, como el vino, cuanto más envejece se pone mejor.
Llegamos y nos tiramos en la cama, y hablamos de todo, hasta que en cierto momento dice “ay no aguanto” y se me tira encima y me come la boca.
Me besó y me tiró encima de él, me comió la boca sin parar mientras me acariciaba la espalda, recorrió suavemente con sus dedos mi columna vertebral, para luego ponerme una mano en la nuca y besarme, y con la otra recorrerme con caricias la cola, actualizando sus recuerdos.
Empecé a enloquecerme cuando me empezó a lamer el cuello con dulzura mientras me acariciaba la cola, mis dos puntos débiles que él bien sabía.
Por mi parte, mientras lo besaba jugaba con su pelo con una mano, mientras con la otra acariciaba sus mejillas y si cuello.
Luego de un rato de besarnos, me paró para desnudarnos, mirandonos mutuamente.y actualizando recuerdos. Su pancita estaba más lisa, sus abdominales ya se habían perdido, pero su pecho seguía definido aún, como me gusta. Sus piernas seguían esbeltas y su pija colgaba, sin un pelo, invitandome a chuparla. Se acercó y me besó, aprovechando la diferencia de altura, me hizo sentir chiquito, mientras me acariciaba la cola y yo le acariciaba el pecho, el cual ya no se cuidaba tanto en depilar, total su pelito rubio era obserbable solo al tacto.
Me tiro en la cama y lo seguí acariciando, recorrí su pecho y sus piernas, él me abrazaba y me besaba, con poco disimulo subi suavemente por sus piernas y toqué su verga, dura. Él me besó con más intensidad y empecé a pajearlo. Había olvidado su verga.
Oscar la tiene grande, como de 19cm x 6cm, muy dura y curvada notablemente hacia arriba, cabezona y muy rica.
Mientras lo masturbaba, empezó a besar ambos lados de mi cuello y mis hombros, arrancandome mis primeros gemidos. Disimuladamente, empezó a buscarme la parte de atras de mi cuello, pudiendo manipular mi cuerpo para darme vuelta y besar mi nuca, poniendose encima mio y apoyandome su verga en mi cola. Empezó a besar mi espalda y bajar, lamiendo todas las curvas de mi espalda. Note como mi cola se levantaba por instinto, sabiendo lo que venía. Él también lo noto y lamió la curva de mis lumbares. Siguió bajando y saboreó mis nalgas y parte de mis piernas, pero noté que no aguantaba, con pocos rodes se acercó a mi ano a lengüetazos, saboreó mi culo y yo gemí. No entiendo cómo, pero mi cola no dilató como pensé que lo haría, más aún del modo en el que mi padre me calentaba.
Sé que quería cojerme, y que no aguantaba, sin ir más lejos yo lo quería dentro de mí, y no aguantaba. Volvió a mi nuca y me besó, mientras por instinto buscó gel lubricante, se apartó un poco para lubricar sus dedos y de costado buscó mi boca, besandome mientras me penetraba con sus dedos, primero uno, haciendo circulos y masajeando. Luego otro, masajeando.
Me di cuenta que no se la había mamado, no podía irme de ese lugar sin haberle chupado la pija a mi padre, lo di vuelta y se sorprendió, supongo que no está acostumbrado a que tome el control de nuestras relaciones sexuales. Sin muchos rodeos, besé su panza, y lamí su pija sin llegar a chuparsela, mas bien como un tobogan a sus pelotas. Chupe sus huevos de a uno deteniendome un buen tiempo a saborear esos contenedores de leche dulce. Oscar gemía.
Cuando me sacié de huevos, lamí los costados de su verga, donde la piel se pliega para sus piernas, esto lo hago para generarle placer, es la parte de la verga que menos me agrada. Oscar siguió gimiendo.
La re puta madre quiero contarles y la tengo re dura jaja
Sin vueltas, me la metí de lleno en la boca y mi lengua se movió sola. Oscar gimió fuerte y me agarró del pelo. Seguí mamandosela.
La chupé desquiciadamente, como extrañaba esa poronga. Mi padre la tenía como un fierro. Me la metí y me la saqué de la boca, saboreandola a más no poder. La lamí como a un helado y me la metí toda. Imagino que por la posición, no le pude hacer garganta profunda, pero me saqué las ganas de chupar pija.
Luego lamí su cabeza en círculos y se la chupé, solo a la cabeza, para de a ratos integrar el resto de la verga en la mamada. Oscar seguía gimiendo prendido de mi pelo. Creo que ya no chupo tan bien la verga como antes, ya que antes, en todas las veces que nos vimos, no llegaba a agarrarme del pelo, sino que se quedaba a medio camino y de boca abierta, sin poder hablar.
Me enderecé y se la empecé a chupar de costado, para que viera como me la metía en la boca. Noté que lo hizo porque me sostuvo de la nuca y empezó a guiar el pete.
Luego de un rato volví a su boca y me besó extasiado, me dio vuelta y volvió a penetrarme con sus dedos nuevamente lubricados, cuando mi cola compenzó a responder a su mano, me dio vuelta y se sentó en mi pecho, obligandome a chuparsela mientras buscaba un forro.
Se quitó de arriba mio para ponerselo, y lo obserbé bien. Oscar me calentaba demasiado, por primera vez lo noté más delgado (sí soy re atento, lo sé), recordé la facilidad con que lo di vuelta para chuparselo y me di cuenta que había bajado de peso. Vacié mi reflexion y lo mire mientras me miraba picaramente. Su pija estaba ahí, mirando el techo, y él estaba dispuesto, y yo sin hacer nada. Sin dudarlo se la mamé un poco mas mientras él abria el forro.
Se lo puso y me preguntó como quería que me cojiera.
Le dije que quería abrirme de piernas para verlo penetrarme, imágen que me apasiona. De hecho lo intentamos, pero cuando me la puso grité del dolor y me la sacó. Besó mi cuello, dejandome respirar para que se me pasara el dolor e intentar de nuevo.
“Te va a doler así, date vuelta que te voy a cojer de otra forma”, y me acosté boca abajo. Él se me recostó encima y me la apoyó.
Volvió a lubricarme y me la fue enterrando de a poco, observando mi cuerpo. Naturalmente, me gusta girar la cabeza para poder apreciar por el rabillo del ojo como el tronco del cuerpo se anexa a mis gluteos, cuanto más pegados mejor, porque significa que la tengo bien adentro. Con mucho morbo, disfruté del momento en el que las distancias entre mi cola y su pelvis se hacía mas corta. Era una lucha entre el morbo de esta escena y el dolor de mi recto siendo posesionado por su pija cabezona. A su modo, era lo que me permitía aflojarme y facilitar la penetración que me estaba brindando mi padre.
Levanté la mirada y me encontré con la de Oscar, al tiempo que con cara seria y tosca miraba mi culo y luego mi cara, parecía importarle poco el estado de mi cola. Y eso, por Dios, me derretía.
Oscar observó mi cuerpo aflojarse, y cuando cerré los ojos para suspirar, me la afirmó, arrancandome desde mi ano, mi primer gemido de la penetración.
Oscar afirmó su mano izquierda en la base de mi espalda, presionando para abajo, y su mano derecha la suspendió en mi hombro, para atraerme hacia él, de este modo, comenzó a bombearme sus pijazos. Yo comencé a gemir, mientras él me hacía de gelatina. Mi culo ya estaba abierto y rendido, por fin un hombre me estaba cojiendo.
Lo miré y con detenimiento, disfruté su rostro morboso, con una cara de profunda perversión observando como su pija se perdía en mi culo. Él disfrutaba la vista, y yo estaba en la gloria por estar siendo clavado de esta forma.
Luego de unos minutos de darme pija, se recostó y me besó la nuca, buscando mi cuello para luego, torpemente besar mi boca.
Me la enterró.
Gemí, pero me puse de costado para besarlo mientras me la enterraba, sin moverse, afirmandose sobre mi.
Sin decir una palabra, me sostuvo delicadamente de las caderas y mi cuerpo, sincronizado al suyo, lo siguió. Podía caerse el mundo, pero su pija no podía salir de adentro mío, y él lo sabía.
Me puso de rodillas y me levantó la cola, solo pude sostenerme apoyando mis manos (puños) en mis muslos. El se puso de rodillas en el espacio que le dejaba la parte anterior de mis piernas, y se inclinó para atrás, para poder observar el espectáculo.
Suspendió con una mano mi cadera en el aire, y me sostuvo del hombro, y comenzó a cojerme suavemente.
Disfruté cada momento en el que su pija se deslizaba en mi recto, gimiendo suavemente, en determinado momento me agarró desprevenido, porque adhirió su cuerpo al mio y me abrazó, aprentando mis brazos sobre mi tronco, y en un abrazo mortal, me reventó a vergazos
Verga, verga, verga, verga, verga, verga, verga, verga, verga.
Yo gritaba de placer, mientras él me daba más y más verga, indiscriminadamente.
Lamentablemente se detuvo.

- ¿Estas bien? - me dijo acariciandome con una mano, buscando mi boca de costado.
- – le dije suavemente, con voz de putito herido – muy bien papi – y lo besé.
- ¿Te gusta mi verga?
- No me la saques.

Se rió y se acomodó detrás de mí. Como coreografeado, volvió a reventarme a vergazos, exactamente como me gusta.
Cuando se aburrió de darme pija, volvió a girar mi cara con una caricia y a besarme. Luego sostuvo mis caderas para que no me tambaleara y me tiró en la cama de un tirón seco. Me puso en cuatro y me volvió a cojer, esta vez mas despacito, parando para besarme y cojerme lento. De vez en cuanto me la afirmaba y me besaba, para que recuerde lo que se siente tener toda una verga adentro.
Creo que no hay una forma de describir lo que se siente tener a mi padre totalmente dentro mío. Yo no podía contener la euforia. Oscar me maneja a su antojo, y me encanta, y le encanta.
Luego de besarme un largo rato, me recostó como cuando comenzó a penetrarme, pero en un ángulo más inclinado, no entendí bien que quería, pero se giró sobre su verga para apoyarse en mi espalda y besarme. Por primer vez me la sacó.
“Aprontate para la que te espera”, me dijo, y me puso de costado, subiendo mi pierna que quedaba hacia arriba. Se puso de rodillas, me agarro la nalga, abriendola como quien corta y abre un pedazo de carne. Y mirando con cara malvada, masajeó los bordes de mi esfínter anal con la punta de su verga, se puso otro forro, y demoró un cuarto de segundo en enterrar por completo aquel fierrote en mi culo.
Grité, y me empezó a cojer con todas sus fuerzas.
Se aburrió de culearme en esa posición. Yo era una lengua que se movía sola, no podía contener la euforia que corría por mis venas, al estar siendo indiscriminadamente penetrado por aquella verga. Roté un poco y observé a semejante hombre chocando su cuerpo con el mío, y aproveche a acariciar su cara, y recorrer su pecho apenas peludo y rubio, exageradamente transpirado.
Oscar sabía como sacar provecho de mí, y hacerme disfrutar de eso.
Lo toqué sin cansarme, mientras me cojía. De pronto se detuvo y me besó, agitado. “Ahora sí” me dijo y me puso boca arriba, abrió mis piernas y me la metió.
Me besó en mi posición favorita y me dio pequeñas y suaves embestidas, luego de un momento se enderezó y me dio exactamente cuatro pijazos profundos con su pija hecha un caño. Rozó mi prostata y casí me arranca la leche a chorros. Supongo que sintió los espasmos de mi recto amagando a eyacular, porque se detuvo y se recostó hacia atrás, llevandome con él.
Se acostó y me dejó cabalgarlo.
Sostuvo mis tetillas como si fueran auténticas tetas y salté sobre su verga. Hasta que mis piernas fallaron y me moví en circulos para no parar de sentirla.
Luego de un rato, entrelazó sus dedos detrás de mi cola y tensó sus brazos, obligandome a cerrar las piernas arriba de sus brazos. De este modo dejó mi cola a la altura que él quería, lo suficiente para masacrar mi cola a pijazos, arrancando mis últimos gemidos.
- “Boca o culo” me dijo.
- “Boca” dije
- “¿Te gusta la lechita de papito?”
- “Tuya sí” mentí, él se rió, hasta eso sabe el muy puto.
Me sacó de encima y se acostó, pasando un brazo sobre mis hombros para comenzar a pajearse.
Mi padre es un poco afeminado por momentos, pero cuando me entierra la verga o cuando se pajea, es una de las personas más masculinas que conozco. A mi me pasa lo opuesto.
La cuestión es que yo no aguanto ver a un hombre, masculino, pajeandose (sin importar el tamaño) a 5 cm de mi cara. Oscar lo sabe, así que me besó por última vez en la cojida y me llevó a su verga, para pajearse.
Tomé nota de su pija en proceso de masturbación (congratulations, acabo de acabar escribiendo), hasta que dijo “abrí la boca”.
Abrí la boca y mamé como desesperado, hasta que sentí los espasmos de aquel tronco, y saboreé chorros y chorros de leche.
Cuando dejó de acariciarme el pelo, supe que había cerrado la canilla de su pija y saqué la boca, degusté aquella leche dulce y tragué mi buche. Se la limpié y me recosté en su pecho empapado.
Luego nos bañamos juntos y cenamos, probablemente en unos días vayamos juntos a la playa. ¿Se imaginan? Qué peligro

Y acá estoy, probablemente con unos kilos menos y excelentemente muy bien cojido. Por fin.

Y no pude acabar ahí.

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