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Mis experiencias como una mujer escort (XIII)

Cuando  volví a abrir los ojos ya era de día, el sol intentaba entrar por la ventana,siendo detenido por las persianas. Estaba sola, desnuda y con las piernas  abiertas, sentía ligeramente entumecida la garganta, al igual que un ligero  dolor en mi entrepierna. Mire a mí alrededor y no había rastros de mi  acompañante de la noche que paso, mi traje de baño estaba en el suelo y  posiblemente mi orgullo también, no quería enfrentarme con la realidad hasta  llegar a mi casa, pero estando en una ajena, debería hacerlo, quizás más rápido  de lo que esperaba.
Estire mi  cuerpo despacio y me pare, estaba un poco débil. Como pude agarre mi ropa y me  vestí, refregué mis ojos y salí de la habitación, intente recordar donde estaba  el baño y al encontrarlo entré. Me vi en el espejo y el maquillaje de mi cara  estaba corrido, además de que el pelo parecía haber sufrido los efectos de un  generador de Van de Graff. Moje mis manos y como pude me lo arregle, me limpie  el rostro y tome un poco de agua fría. Al estar ya mas o menos presentable salí  del baño. Fue ahí cuando escuche ruidos provenientes la planta baja. Me dirigía la escalera y empecé a bajar, los ruidos comenzaban a ser más claros,definitivamente era un hombre gimiendo. Al llegar al final de la escalera me  encontraba entre la cocina a mi izquierda, y a una sala de estar a la derecha,teniendo la puerta principal de entrada frente a mí. Los gemidos seguían mas  fuerte y provenían de mi derecha.
No tuve quedar otro paso, solo girar mi cabeza hacia ese lado, para ver a Fernando de pie,desnudo, con un cuerpo femenino de pelo color chocolate frente a él, de  rodillas y moviendo la cabeza. Como si fuera sincronizado, cruzamos miradas  entre él y yo, largo un fuerte gemido y vi como la cabeza de la mujer se  distanciaba, lo miro a él y pude divisar la lluvia de semen que le dieron.
—Ah tranqui— comente yo quedándome en el lugar.
—Buen día —me dijo el dueño de casa.
—Emm...  — se dio vuelta la mujer y pude reconocer  que era Mariela, se quedo sosteniendo la pija y me miraba con su cara pintada  con el semen de Fernando.
—Sigan con  lo suyo, no me dejen interrumpirlos — sonreí mirándolos y me fui a la cocina.Habían platos descartables, botellas de todo tipo de alcohol, y resto de comida  por todos lados. Fui haciéndome espacio y abrí la heladera, agarre una botella  de agua fría y me senté en una banqueta alta. Veía por el jardín el cementerio  de sillas, pero ningún cuerpo. ¿ Éramos las únicas tres personas que quedaban  en la casa? ¿ Que paso con todos los demás? ¿ Y Laura? ¿ Cómo iba a volver a mi  casa? . Pasaron unos diez minutos y apareció Mariela, se había puesto una  camiseta negra muy larga para su cuerpo, y le tapaba hasta las rodillas. Tenia  la cara limpia y el pelo arreglado.
—Perdón,pensamos que estábamos solos ya, se fueron todos — me dijo mirándome y  acercándose a mí.
—No pasa  nada, todo bien... ¿ que onda? ¿Son novios o se dio? — sonreí y le acerque una  butaca para que se siente a mi lado.
—Hace dos  meses empezamos a salir, estamos viendo que pasa — me decía mientras se sentaba.
—Dos meses  y ya te hace profundos bautismos en la cara — me reí.
—¿Y vos que  onda? ¿Dónde estabas? — me preguntó.
—Me quede  dormida arriba en uno de los cuartos — prefería evitar dar detalles sobre mi  compañía en la noche — ¿Laura se fue?.
—Sisi, se  fueron todos, ¿por?.
—Uh... era  mi manera de regresar a mi casa — confesé.
—Me pongo  algo y te llevo, ¿queres? — se ofreció inmediatamente.
—¿No te  queres quedar con tu novio? — le dije.
—Ya me  acabo, y no voy a estar acá tres horas mas para esperarlo a que le funcione de  nuevo — se reía.
—Bueno  dale, acepto — la mire y sonreí,
Me levante  y fui a buscar mi ropa con mi bolso y cartera, me vestí como habia llegado lanoche anterior y me reencontré con Mariela en la puerta, ya estaba un poco mas  vestida, calzada y se habia puesto unos lentes de sol. Entramos al auto y  emprendimos el viaje de vuelta. El sol estaba en su plenitud y me cegaba los  ojos, baje el espejo que estaba sobre mi cabeza y eso ayudo un poco.
 —¿Estas estudiando algo? — empecé una  conversación yo.
—Sisi,estoy estudiando para ser aeromoza — me decía, podía descifrar una alegría  debajo de sus palabras.
—Ah muy  bueno — sonreí — tienen varias ventajas y beneficios, ¿no?.
—Muchos —se reía — ¿y vos?.
—Estoy como  secretaria en un estudio de abogados — le conté
—Ahí  también debes tener ventajas y beneficios — sonreía — nunca escuche a una  persona en ese lugar que la pasara mal.
—para nada,la estoy pasando re bien por ahora.
Seguimos un  rato poniéndonos al corriente y un tiempo después llegamos al destino, bajamos  las dos y ella me ayudo con las cosas. Nos despedimos con un beso en la mejilla  y se fue. Yo como pude subí al ascensor. Llegue a mi piso y busque las llaves  en mi cartera, abrí la puerta y escuche abrirse otra. Dos segundos después  salía Delfina de su departamento.
—Linda hora  y manera de llegar ¿ no vecina? — me decía riéndose. Estaba con una calza  rosada, remera celeste y unos anteojos pequeños para leer, estaba descalza y  tenia el pelo atado.
—¿Por que  lo decís? — le pregunte y me fije el reloj que estaba sobre mi pared dentro del  departamento, señalaba las 13.25 — ah... — dije sin añadir más.
—Vas a  hacer unas cosas para mí, vas a ordenar los bolsos que trajiste, vas a abrir  las persianas de tu casa, dejando la puerta sin llave y te vas a desnudar, yoen 15 minutos voy a entrar y te voy a hacer masajes, — me decía sin titubear.
—¿Eh? Para,¿Por qué? — la miraba sin entender.
—Hace lo  que yo te digo que el tiempo corre — dijo y entro a su casa cerrando la puerta  por detrás de ella.
Siguiendo las  indicaciones que me dijo la vecina metí adentro los bolsos, puse a lavar el  traje de baño y abrí las persianas, me quite la ropa y recordando el estado  corporal en el que me encontraba, decidí al menos limpiarme un poco en el  inodoro, fui y me asee con el agua que salía de allí. Volví a mojarme el pelo y  me pase un peine, ahora estaba bastante mejor que al momento de despertarme.
—¿Lista? —salte sobre mis pies de la sorpresa y el susto que me provoco ella, había  entrado y ahora estaba en el marco de la puerta mirándome a través de los  espejos despojada de ropa. Pude ver que tenia un juego de esposas en una de sus  manos, y  un fajo de billetes en laotra.
—¿y  eso?.... Si, lista — le dije, me di vuelta y la mire.
—Vamos a la  cama —me dejo un espacio y pude salir.
Fuimos  hasta mi habitación y entre yo primera. Me senté en el medio de la cama y la  mire a ella. Estaba parada a mi lado. Guardó la plata en la mesa de luz y me  miro a los ojos.
—Acostate y  agarrate con ambas manos de la cabecera de la cama — me ordeno.
—¿Es  necesario? — le pregunte.
—Muy — me  dijo decidida.
Lo hice y  segundos después ella me esposo a la cabecera, ahora no podía salir siquisiera, estaba a su merced.
Me agarro  de la cintura estando recostada a un lado mío en la cama y comenzó a besarme el  abdomen, lo hacia mientras me masajeaba la cintura, suspiré y cerré los ojos,me resigne a su voluntad y me deje hacer. Siguió con los besos en mi abdomen y  ahora masajeaba mis muslos, lo hacia con una ligera pero placentera presión, me  hizo abrir las piernas y continuo las caricias, sus besos bajaron hacia mi  entrepierna, sentí el contacto de su lengua con mi concha y me estremeció. Me  chupaba exponencialmente más rápido según pasaban los segundos,  mis gemidos eran más profundos al igual que  mi humedad se hacia mas presente. Dejo de masajear mis piernas y ahora usaba  sus dedos para hacer lugar en mi concha para su lengua, la cual se metía dentro  de mi con una maestría ejemplar. Me miro sin dejar su actividad y me metió sin  previo aviso dos dedos en mi boca, frotándome la lengua y mojándolos. Mis  pezones comenzaron a endurecerse cada vez mas mientras sentía el placer que se  le estaba brindando a mi concha. Quito los dedos de mi boca y me abrió mas las  piernas. Me froto superficialmente el clítoris e inmediatamente me los  introdujo en mi interior. Lo que me hizo largar un profundo quejido, mezclado  con placer. Dejo de chuparme y ahora me miraba directo, se habia apoyado  suavemente encima de mi y estábamos frente a frente, ella no dejaba de  masturbarme.
—¿Te gusta?— Me preguntó, sin quitarme la mirada ni dejando de mover sus dedos en mi.
—Mucho mm —le respondí intentando controlar mis gemidos. Mis piernas ya perdían  ligeramente control de sí mismas.
—Cogiste  vos anoche, no me lo niegues — me preguntó sin dejar de darme placer.
—Sii cogí,me cogieron mucho — Confesé de inmediato.
Me dio una  pequeña cachetada en mi concha con toda la extensión de su mano, me estremecíy levante mi cuerpo sosteniéndome con las piernas. Volvió a masturbarme y ahora  lo hacia con mas ímpetu, añadió pequeñas mordidas alrededor de mi cuerpo y  siguió con su cometido. Estaba muy acalorada, mi cuerpo hervía de placer ybuscaba el momento para descargarse. Siguió así por varios minutos, cuando  sentí que era inevitable mi orgasmo avisé.
—Voy a  acabar, no puedo mas — le dije descontrolada.
—Dale  acaba, mojame los dedos — me decía mirándome.
Momentos  después lo hice, descargue todo en sus dedos y mi cuerpo se descontrolo, ya no  respondía de mí. Estaba increíblemente acalorada y relajada. Ella tomo los  dedos que le habia mojado y los limpio con su propia lengua. Yo cerré los ojos  y suspiraba, me agarro de la cintura y se sentó sobre mí. La mire y me libero  suavemente de las esposas.  No eran  sacadas de un sex shop, sino de verdad, por eso fue que al quitármelas, me  acaricie despacio las muñecas, me habia lastimado ligeramente la presión. Apoye  mis manos sobre su cintura y nos quedamos así, yo recostada en la cama y ella  encima de mí, me beso y me miro. Frente al silencio y a la quietud de nuestros  cuerpos le pregunte.
—¿Y ahora?— le decía mientras la miraba a los ojos.
 —¿Te gusto? — me preguntó ella.
—Si,gracias, aunque no fue mucho un masaje sino otra cosa — le dije sonriendo.
—Es verdad,y la frutilla del postre es aun menos un postre — me miraba misteriosamente.
—¿Que  queres decir? — sin entender pregunté.
—Espero no  te enojes demasiado conmigo — me dijo y prosiguió a orinar encima de mí. Lo  hacia mientras gemía suavemente y me miraba.
Se sentía  caliente, y yo no reaccionaba, la miraba y permitía que esto sucediera. Cuando  pareció terminar se levanto, se limpio la entrepierna con una esquina de la  sabana de la cama y se acerco a mí, yo todavía estaba inmóvil, la mire y nos  besamos profundamente, entrelazando nuestras lenguas en una danza intensa. Era  un muy húmedo y energético beso. Al cabo de lo que para mi se sintió como una  placentera eternidad, el beso concluyo, ella se paro y se fue de la habitación. segundos después escuche la puerta de entrada abrirse y luego cerrarse. Yo  permanecía inmóvil.

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