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Mis experiencias como una mujer escort (XI)

Me  despertaron los rayos del sol, me había quedado dormida en el living sin darme  cuenta y en realidad sin intenciones. Estaba con la ropa puesta de ayer, la  misma con la que estuve con Justina. Abrí mis ojos y me estire, elongando los  brazos y las piernas. Me pare y decidí quitarme la ropa así estaba mas cómoda,deje todo a un rincón del sillón y seguía estirando mi cuerpo. Todo el mundo  puede coincidir que el sillón no es la mejor opción para dormir. Fui hacia el  balcón así como estaba y miraba el paisaje, una bandada de palomas pasaba a lo  lejos. El sol se había hecho presente pero no era algo insoportable todavía.
Volví a  entrar y me dirigí a la cocina. Me prepare un café con leche y agarre unas  masas finas que tenia, puse todo y me senté en la mesa del comedor. Mientras  desayunaba miraba mi agenda, que estaba cerca de mí. La ojeaba y parecía ayer  que estuve con Virginia, mi primer clienta. Pero ya habían pasado varias  personas desde que empecé. Estaba tomando un sorbo de mi café cuando sonó mi  celular.
—Hola  Sofía, ¿podría verte hoy? — me pregunto Manuel, era un jugador de rugby, que  ocasionalmente también hacia crossfit — ayer hice unos ejercicios y ahora no  estoy bien, me gustaría que me hagas unos masajes.
—Si, no hayningún  problema, ¿queres venir ahora? — le pregunté y propuse, quizás podría  terminar antes del almuerzo
—Dale, en  menos de 30 minutos ando por ahí — me dijo y corto el teléfono.
Ya conocía  la rutina con Manuel, en general me veía cuando tenia dolores musculares, y en  vez de una masajista común venia conmigo, y le hacia un masaje de cuerpo completo con aceites corporales. Las  primeras veces la actividad se producía en la cama, luego pude hacer una  inversión y compre una silla para masajes dedicada, donde la persona iba  acostada.
Termine de  desayunar y me propuse preparar las cosas. Arme la silla en el centro del  living y puse un pequeño almohadón en la cabecera, busque un envase de aceite  corporal que compre y una esponja exfoliante, junto a una toalla. Para terminar  el ambiente puse un compilado de música jazz suave  y prendí un incienso. Fui a mi placard y busque un ajustado y  corto delantal, sin mangas y me ate el pelo. Un rato después llegaba, lo hice  subir y luego ya estaba dentro de mi casa, vestido con zapatillas, una bermuda  y una camiseta de básquet larga sosteniendo una mochila — él era un hombre  alto, con una complexión grande, brazos y piernas generosas, sin duda era un  hombre deportista — nos saludamos con un beso y le hice el pedido de rutina, él  me respondió dándome el sobre con el dinero y su teléfono celular. Le pedí que  se pusiera cómodo mientras yo iba a guardar las cosas. Lo deje todo en la mesa  ratona y al volver él estaba desnudo, acostado boca abajo ya en la silla. Le  acariciaba la espalda y le pregunte.
—¿Hoy que  es lo que te duele? — Se lo decía mientras me ponía crema en las manos.
—Mas que  nada los brazos y la espalda — me dijo él y comencé a masajearlo.
Usaba ambas  manos y los diez dedos, siendo aplicada en cada lugar, apretando suave perofirme, iba desde la punta de sus dedos, hasta su espalda baja, tomándome el  tiempo sin dejar de pasar por un lugar, y sin dejar un espacio sin el aceite.Pase unos quince minutos así, ya lo iba sintiendo relajado, todo el ambiente  que prepare había surgido efecto. Puse sus manos despacio a los costados de su  cuerpo y me subí a la silla, sentándome muy despacio sobre sus piernas y ahora  masajeando su espalda desde arriba suyo, ahora tenia mas control, podía  detallar mas la línea de su columna y los grupos musculares.
—Mmm sos  una genia — Me dijo muy suave. Sonreía y seguía.
—Muchas  gracias Manu — me incline sobre él y le bese la nuca. Me baje y le pedí que se  diera vuelta.
Cuando lo  hizo, al principio me habría sorprendido, pero ahora ver que tenia una erección  ya no surgía el mismo efecto. Tome un poco mas del aceite y se lo pase ahora  por el frente de su pecho, sus costados y sus brazos. El se mantenía con los  ojos cerrados. El incienso ya estaba a la mitad, agarre su incipiente erección  con una mano y le baje el prepucio masajeándosela. Con mi mano libre me abrí el  delantal y como pude me lo quite, manteniendo una de mis manos sobre su  miembro. Al lograrlo me incline sobre dicha parte de su cuerpo y pase mi lengua  en un movimiento circular, alrededor de su cabeza. Eso hizo largar al hombre un  intenso gemido. Ahora intencionalmente lo estaba masturbando con una mano, y  con la otra le hacia pequeñas caricias en sus testículos, que también me hacían  notar la erección que él llevaba. Se la chupe aun más usando mi lengua,cubriéndola en su totalidad, me la metía dentro de mi boca y la rodeaba. Me la  quite y la solté, tome mis dos tetas y la puse entremedio, ahora masturbándolo  con estas ultimas. Mi genética no me había agraciado con algo inmenso, pero  podía defenderme bastante bien, seguí un rato largo y sus gemidos eran ya mas  repetidos, su pija seguía incrementando de tamaño y ahora podía ver y sentir  pequeñas venas que se marcaban. Al entender que mucho mas tiempo no iba a  aguantar decidí parar con la masturbación de mis tetas y me volví a subir a el,pero ahora metiéndome su pija dentro de mi. Apoye muy despacio mis manos en su  pecho y me movía elípticamente, sus gemidos siguieron y ahora sus manos tomaron  de rehén a mis nalgas. Abrió sus ojos y me miro pero en silencio, yo lo mire  sonriendo mientras seguía haciendo mi tarea. El incienso ya estaba por  terminarse. Me senté suavemente pero con el peso de mi cuerpo sobre esa pija,metiéndomela en toda su extensión dentro de mí, lo que produjo en él un gran  gemido, segundos después sentía una gran descarga liquida dentro de mi  cuerpo.  Lo bese y lo mire.
—¿Cómo te  sentís? — le pregunte.
—Muchísimo  mejor, muchas gracias — lo decía mientras me acariciaba la cola y apretaba muy  suavemente.
—Me alegra— sonreí — ya es hora.

Con eso  salí de dentro y encima de él, y me pare al lado de la silla, inmediatamente  sentí el regalo que me había dejado momentos antes, caer por una de mis  piernas. Me puse el delantal para intentar disimular al menos un poco y fui abuscar su celular. Al volver con el ya se estaba terminando de vestir, lo bese  y ayude a terminar de arreglarse. Le devolví su teléfono y le abrí la puerta.Él me acaricio el pelo, dio un beso de despedida y se fue. Sin darme un segundo  para descansar fui a recostarme en la silla, me abrí de piernas y comencé amasturbarme furiosamente, utilice como lubricante la descarga que me había  hecho él mientras pasaba mis dedos por toda la extensión de mi concha y colaba  alguno de mis dedos, gemía fuerte y me apretaba las tetas. Seguí así y me  estimulaba el clítoris con el pulgar, lo apretaba y frotaba rápido. Mi  respiración se volvía agitada y gemía fuerte, seguí por unos cuantos minutos  para luego acabar intensamente, mis piernas no respondían y temblaban despacio  pero sin control propio, me moje aun más de lo que me había hecho el hombre y  suspire, ahora recostada en la silla, con las piernas abiertas, mi concha  mojada e intentando volver a la calma.

1 comentarios - Mis experiencias como una mujer escort (XI)

Gavriel78
Ta bueno te dejas acabar adentro?