Me despertaron los rayos del sol, me había quedado dormida en el living sin darme cuenta y en realidad sin intenciones. Estaba con la ropa puesta de ayer, la misma con la que estuve con Justina. Abrí mis ojos y me estire, elongando los brazos y las piernas. Me pare y decidí quitarme la ropa así estaba mas cómoda,deje todo a un rincón del sillón y seguía estirando mi cuerpo. Todo el mundo puede coincidir que el sillón no es la mejor opción para dormir. Fui hacia el balcón así como estaba y miraba el paisaje, una bandada de palomas pasaba a lo lejos. El sol se había hecho presente pero no era algo insoportable todavía.
Volví a entrar y me dirigí a la cocina. Me prepare un café con leche y agarre unas masas finas que tenia, puse todo y me senté en la mesa del comedor. Mientras desayunaba miraba mi agenda, que estaba cerca de mí. La ojeaba y parecía ayer que estuve con Virginia, mi primer clienta. Pero ya habían pasado varias personas desde que empecé. Estaba tomando un sorbo de mi café cuando sonó mi celular.
—Hola Sofía, ¿podría verte hoy? — me pregunto Manuel, era un jugador de rugby, que ocasionalmente también hacia crossfit — ayer hice unos ejercicios y ahora no estoy bien, me gustaría que me hagas unos masajes.
—Si, no hayningún problema, ¿queres venir ahora? — le pregunté y propuse, quizás podría terminar antes del almuerzo
—Dale, en menos de 30 minutos ando por ahí — me dijo y corto el teléfono.
Ya conocía la rutina con Manuel, en general me veía cuando tenia dolores musculares, y en vez de una masajista común venia conmigo, y le hacia un masaje de cuerpo completo con aceites corporales. Las primeras veces la actividad se producía en la cama, luego pude hacer una inversión y compre una silla para masajes dedicada, donde la persona iba acostada.
Termine de desayunar y me propuse preparar las cosas. Arme la silla en el centro del living y puse un pequeño almohadón en la cabecera, busque un envase de aceite corporal que compre y una esponja exfoliante, junto a una toalla. Para terminar el ambiente puse un compilado de música jazz suave y prendí un incienso. Fui a mi placard y busque un ajustado y corto delantal, sin mangas y me ate el pelo. Un rato después llegaba, lo hice subir y luego ya estaba dentro de mi casa, vestido con zapatillas, una bermuda y una camiseta de básquet larga sosteniendo una mochila — él era un hombre alto, con una complexión grande, brazos y piernas generosas, sin duda era un hombre deportista — nos saludamos con un beso y le hice el pedido de rutina, él me respondió dándome el sobre con el dinero y su teléfono celular. Le pedí que se pusiera cómodo mientras yo iba a guardar las cosas. Lo deje todo en la mesa ratona y al volver él estaba desnudo, acostado boca abajo ya en la silla. Le acariciaba la espalda y le pregunte.
—¿Hoy que es lo que te duele? — Se lo decía mientras me ponía crema en las manos.
—Mas que nada los brazos y la espalda — me dijo él y comencé a masajearlo.
Usaba ambas manos y los diez dedos, siendo aplicada en cada lugar, apretando suave perofirme, iba desde la punta de sus dedos, hasta su espalda baja, tomándome el tiempo sin dejar de pasar por un lugar, y sin dejar un espacio sin el aceite.Pase unos quince minutos así, ya lo iba sintiendo relajado, todo el ambiente que prepare había surgido efecto. Puse sus manos despacio a los costados de su cuerpo y me subí a la silla, sentándome muy despacio sobre sus piernas y ahora masajeando su espalda desde arriba suyo, ahora tenia mas control, podía detallar mas la línea de su columna y los grupos musculares.
—Mmm sos una genia — Me dijo muy suave. Sonreía y seguía.
—Muchas gracias Manu — me incline sobre él y le bese la nuca. Me baje y le pedí que se diera vuelta.
Cuando lo hizo, al principio me habría sorprendido, pero ahora ver que tenia una erección ya no surgía el mismo efecto. Tome un poco mas del aceite y se lo pase ahora por el frente de su pecho, sus costados y sus brazos. El se mantenía con los ojos cerrados. El incienso ya estaba a la mitad, agarre su incipiente erección con una mano y le baje el prepucio masajeándosela. Con mi mano libre me abrí el delantal y como pude me lo quite, manteniendo una de mis manos sobre su miembro. Al lograrlo me incline sobre dicha parte de su cuerpo y pase mi lengua en un movimiento circular, alrededor de su cabeza. Eso hizo largar al hombre un intenso gemido. Ahora intencionalmente lo estaba masturbando con una mano, y con la otra le hacia pequeñas caricias en sus testículos, que también me hacían notar la erección que él llevaba. Se la chupe aun más usando mi lengua,cubriéndola en su totalidad, me la metía dentro de mi boca y la rodeaba. Me la quite y la solté, tome mis dos tetas y la puse entremedio, ahora masturbándolo con estas ultimas. Mi genética no me había agraciado con algo inmenso, pero podía defenderme bastante bien, seguí un rato largo y sus gemidos eran ya mas repetidos, su pija seguía incrementando de tamaño y ahora podía ver y sentir pequeñas venas que se marcaban. Al entender que mucho mas tiempo no iba a aguantar decidí parar con la masturbación de mis tetas y me volví a subir a el,pero ahora metiéndome su pija dentro de mi. Apoye muy despacio mis manos en su pecho y me movía elípticamente, sus gemidos siguieron y ahora sus manos tomaron de rehén a mis nalgas. Abrió sus ojos y me miro pero en silencio, yo lo mire sonriendo mientras seguía haciendo mi tarea. El incienso ya estaba por terminarse. Me senté suavemente pero con el peso de mi cuerpo sobre esa pija,metiéndomela en toda su extensión dentro de mí, lo que produjo en él un gran gemido, segundos después sentía una gran descarga liquida dentro de mi cuerpo. Lo bese y lo mire.
—¿Cómo te sentís? — le pregunte.
—Muchísimo mejor, muchas gracias — lo decía mientras me acariciaba la cola y apretaba muy suavemente.
—Me alegra— sonreí — ya es hora.
Con eso salí de dentro y encima de él, y me pare al lado de la silla, inmediatamente sentí el regalo que me había dejado momentos antes, caer por una de mis piernas. Me puse el delantal para intentar disimular al menos un poco y fui abuscar su celular. Al volver con el ya se estaba terminando de vestir, lo bese y ayude a terminar de arreglarse. Le devolví su teléfono y le abrí la puerta.Él me acaricio el pelo, dio un beso de despedida y se fue. Sin darme un segundo para descansar fui a recostarme en la silla, me abrí de piernas y comencé amasturbarme furiosamente, utilice como lubricante la descarga que me había hecho él mientras pasaba mis dedos por toda la extensión de mi concha y colaba alguno de mis dedos, gemía fuerte y me apretaba las tetas. Seguí así y me estimulaba el clítoris con el pulgar, lo apretaba y frotaba rápido. Mi respiración se volvía agitada y gemía fuerte, seguí por unos cuantos minutos para luego acabar intensamente, mis piernas no respondían y temblaban despacio pero sin control propio, me moje aun más de lo que me había hecho el hombre y suspire, ahora recostada en la silla, con las piernas abiertas, mi concha mojada e intentando volver a la calma.
Volví a entrar y me dirigí a la cocina. Me prepare un café con leche y agarre unas masas finas que tenia, puse todo y me senté en la mesa del comedor. Mientras desayunaba miraba mi agenda, que estaba cerca de mí. La ojeaba y parecía ayer que estuve con Virginia, mi primer clienta. Pero ya habían pasado varias personas desde que empecé. Estaba tomando un sorbo de mi café cuando sonó mi celular.
—Hola Sofía, ¿podría verte hoy? — me pregunto Manuel, era un jugador de rugby, que ocasionalmente también hacia crossfit — ayer hice unos ejercicios y ahora no estoy bien, me gustaría que me hagas unos masajes.
—Si, no hayningún problema, ¿queres venir ahora? — le pregunté y propuse, quizás podría terminar antes del almuerzo
—Dale, en menos de 30 minutos ando por ahí — me dijo y corto el teléfono.
Ya conocía la rutina con Manuel, en general me veía cuando tenia dolores musculares, y en vez de una masajista común venia conmigo, y le hacia un masaje de cuerpo completo con aceites corporales. Las primeras veces la actividad se producía en la cama, luego pude hacer una inversión y compre una silla para masajes dedicada, donde la persona iba acostada.
Termine de desayunar y me propuse preparar las cosas. Arme la silla en el centro del living y puse un pequeño almohadón en la cabecera, busque un envase de aceite corporal que compre y una esponja exfoliante, junto a una toalla. Para terminar el ambiente puse un compilado de música jazz suave y prendí un incienso. Fui a mi placard y busque un ajustado y corto delantal, sin mangas y me ate el pelo. Un rato después llegaba, lo hice subir y luego ya estaba dentro de mi casa, vestido con zapatillas, una bermuda y una camiseta de básquet larga sosteniendo una mochila — él era un hombre alto, con una complexión grande, brazos y piernas generosas, sin duda era un hombre deportista — nos saludamos con un beso y le hice el pedido de rutina, él me respondió dándome el sobre con el dinero y su teléfono celular. Le pedí que se pusiera cómodo mientras yo iba a guardar las cosas. Lo deje todo en la mesa ratona y al volver él estaba desnudo, acostado boca abajo ya en la silla. Le acariciaba la espalda y le pregunte.
—¿Hoy que es lo que te duele? — Se lo decía mientras me ponía crema en las manos.
—Mas que nada los brazos y la espalda — me dijo él y comencé a masajearlo.
Usaba ambas manos y los diez dedos, siendo aplicada en cada lugar, apretando suave perofirme, iba desde la punta de sus dedos, hasta su espalda baja, tomándome el tiempo sin dejar de pasar por un lugar, y sin dejar un espacio sin el aceite.Pase unos quince minutos así, ya lo iba sintiendo relajado, todo el ambiente que prepare había surgido efecto. Puse sus manos despacio a los costados de su cuerpo y me subí a la silla, sentándome muy despacio sobre sus piernas y ahora masajeando su espalda desde arriba suyo, ahora tenia mas control, podía detallar mas la línea de su columna y los grupos musculares.
—Mmm sos una genia — Me dijo muy suave. Sonreía y seguía.
—Muchas gracias Manu — me incline sobre él y le bese la nuca. Me baje y le pedí que se diera vuelta.
Cuando lo hizo, al principio me habría sorprendido, pero ahora ver que tenia una erección ya no surgía el mismo efecto. Tome un poco mas del aceite y se lo pase ahora por el frente de su pecho, sus costados y sus brazos. El se mantenía con los ojos cerrados. El incienso ya estaba a la mitad, agarre su incipiente erección con una mano y le baje el prepucio masajeándosela. Con mi mano libre me abrí el delantal y como pude me lo quite, manteniendo una de mis manos sobre su miembro. Al lograrlo me incline sobre dicha parte de su cuerpo y pase mi lengua en un movimiento circular, alrededor de su cabeza. Eso hizo largar al hombre un intenso gemido. Ahora intencionalmente lo estaba masturbando con una mano, y con la otra le hacia pequeñas caricias en sus testículos, que también me hacían notar la erección que él llevaba. Se la chupe aun más usando mi lengua,cubriéndola en su totalidad, me la metía dentro de mi boca y la rodeaba. Me la quite y la solté, tome mis dos tetas y la puse entremedio, ahora masturbándolo con estas ultimas. Mi genética no me había agraciado con algo inmenso, pero podía defenderme bastante bien, seguí un rato largo y sus gemidos eran ya mas repetidos, su pija seguía incrementando de tamaño y ahora podía ver y sentir pequeñas venas que se marcaban. Al entender que mucho mas tiempo no iba a aguantar decidí parar con la masturbación de mis tetas y me volví a subir a el,pero ahora metiéndome su pija dentro de mi. Apoye muy despacio mis manos en su pecho y me movía elípticamente, sus gemidos siguieron y ahora sus manos tomaron de rehén a mis nalgas. Abrió sus ojos y me miro pero en silencio, yo lo mire sonriendo mientras seguía haciendo mi tarea. El incienso ya estaba por terminarse. Me senté suavemente pero con el peso de mi cuerpo sobre esa pija,metiéndomela en toda su extensión dentro de mí, lo que produjo en él un gran gemido, segundos después sentía una gran descarga liquida dentro de mi cuerpo. Lo bese y lo mire.
—¿Cómo te sentís? — le pregunte.
—Muchísimo mejor, muchas gracias — lo decía mientras me acariciaba la cola y apretaba muy suavemente.
—Me alegra— sonreí — ya es hora.
Con eso salí de dentro y encima de él, y me pare al lado de la silla, inmediatamente sentí el regalo que me había dejado momentos antes, caer por una de mis piernas. Me puse el delantal para intentar disimular al menos un poco y fui abuscar su celular. Al volver con el ya se estaba terminando de vestir, lo bese y ayude a terminar de arreglarse. Le devolví su teléfono y le abrí la puerta.Él me acaricio el pelo, dio un beso de despedida y se fue. Sin darme un segundo para descansar fui a recostarme en la silla, me abrí de piernas y comencé amasturbarme furiosamente, utilice como lubricante la descarga que me había hecho él mientras pasaba mis dedos por toda la extensión de mi concha y colaba alguno de mis dedos, gemía fuerte y me apretaba las tetas. Seguí así y me estimulaba el clítoris con el pulgar, lo apretaba y frotaba rápido. Mi respiración se volvía agitada y gemía fuerte, seguí por unos cuantos minutos para luego acabar intensamente, mis piernas no respondían y temblaban despacio pero sin control propio, me moje aun más de lo que me había hecho el hombre y suspire, ahora recostada en la silla, con las piernas abiertas, mi concha mojada e intentando volver a la calma.
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