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Mi timidez y las mujeres de mi familia 10

Mi timidez y las mujeres de mi familia 10




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Mi timidez y las mujeres de mi familia 9

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Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías y mi madre y alguna más me hicieron despertar.
 
Clara me preguntó como lo había pasado con Cris, no te mentí, lo había pasado de maravilla, aunque no le di más detalles, le conté que a media tarde había venido una amiga suya, una chica guapísima y habíamos estado jugando, después me fui a mi habitación a preparar la clase del día siguiente.


La semana empezó normal, con la rutina de siempre pero a mitad de semana al llegar por la tarde note a mi madre algo cambiada, en principio no le di demasiada importancia, simplemente no tendría ganas de hablar, pero los días siguientes la cosa no mejoraba y empecé a preocuparme, inicialmente le intentaba sonsacar algo, pero no tuve éxito.


Mi cabeza empezó a cavilar, no tenía ni idea que podría haber pasado, empecé a recordar todo desde el principio, no creí haber ofendido a mi madre, tampoco era probable que se hubiera enterado de la historia con Ana y menos la de Cris, pero lo cierto es que la cosa debía ser seria, de pronto se me ocurrió la posibilidad de que la hubiera embarazado, un escalofrío me recorrió la espalda, eso sí que no lo sabía gestionar, sería horrible, por mi madre, por la familia, y sobre todo por mí, no estaba preparado para una paternidad y menos con mi propia madre, y después… mi hijo sería mi hermano, que lío.


Le pregunté abiertamente…


-        Mamá me tienes preocupado, te noto cambiada desde hace unos días, qué te pasa?


-        Nada Manu nada, son cosa mías, no te preocupes, ya se me pasará.


-        Clara, creo que hay bastante confianza entre nosotros para que me cuentes tus problemas, estamos juntos para lo bueno y lo malo.


-        Gracias Manu, lo sé bien pero no te preocupes no pasa nada.


Me sentía impotente ante la negativa de Clara en participarme sus problemas y me conformé que no fuera grave.


A los dos días la situación era insostenible, hasta cuando intenté besarla con un piquito al llegar a casa Clara me giró la cara y me ofreció la mejilla, me hundí, pensé que se había asustado por tener una relación con si hijo y estaba arrepentida, me dio ganas de llorar de tristeza, me fui a dormir sin cenar.
Me costó dormirme mucho, ya sería tarde cuando sentí como mi madre estaba arrodillada al lado de mi cama, me dio en beso en la boca y me dijo al oído…


-        Manu me gustaría que durmieras conmigo esta noche.


-        Claro, por supuesto.


Me levanté de un salto, cogí a mi madre por la cintura y le lleve a su cama, ella se acostó,  se quedó de lado, hacia fuera de la cama, yo subí por el otro lado y me quedé pensativo, cada vez lo comprendía menos, me llama y luego me da la espalda.


Al rato la oí sollozar, me acurruque pegado a su espalda, sentía su calor, el olor de su piel, incluso el leve aroma del perfume que le regalé.
La abracé por detrás y pegué mi cara a su cuello, al rato se movió y me rozó los labios con el hombro, le besé el hombro, con besos cortos hasta el cuello, luego la nuca, se volvió hacia mí y con los ojos húmedos me dijo suavemente…


-        Manu por favor, hazme el amor.


Nunca me había dicho estas palabras, me emocionó, me pegué más a ella y pase las manos bajo sus brazos y le presioné las tetas, llevaba un camisón corto pero los pezones se notaron igual a través de la tela, busque la orilla del camisón y pasé las manos por debajo, me detuve en el nacimiento de las tetas, mi polla latía entre sus nalgas, se había salido del pantalón corto del pijama, noté que el tacto era de carne con carne, no debía llevar bragas, seguí pegado por detrás metiendo la polla entre sus piernas, Clara levantó el muslo y pude recorrer el glande entre sus labios, los recorrí varias veces, en una de ellas encorvó la cintura y acercó el culo hacia mí, mi capullo se coló en su vagina húmeda, despacio la fui penetrando, me estrujaba el tronco con los músculos vaginales y notaba sus pliegues, ya no me quedaba más polla que meter y aún me acercaba el culo, con una pierna levantada entraba limpiamente, se hundía y salía con las venas hinchadas, me madre se apretaba contra mi pecho, mis manos cruzadas sobre sus tetas, los pezones saliendo entre mis dedos, se puso boca arriba, yo quedé de lado con las piernas haciendo tijera pero sin dejar de meter y sacar despacio, mi mano entre sus labios acariciando el clítoris duro, empezó a hablar despacio…




-        Manu, hijo mío, sabes que te quiero por encima de todo, y ahora aún mas porque me haces muy feliz, quisiera que me entendieras lo que te voy a decir, me sabe muy mal, lo he pensado mil veces pero no tengo más remedio.


Yo estaba asustado, tanto prologo no auguraba nada bueno.


-        Llevamos toda la vida viviendo muy felices, tú eres un hijo ejemplar, desde que papá se fue me he dedicado a ti y ahora tú me das lo que me ha faltado todo este tiempo, mi felicidad es completa, pero algo se ha torcido.


-        Que pasa mamá, me asustas!


-        Tranquilo tampoco es para tanto, es que soy una sentimental. Me ha llamado mi 
hermana Julia, tu tía ha montado un pequeño restaurante en su pueblo, no es muy grande pero ella sola no puede llevarlo, parece ser que le va bastante bien y quiere que vaya a ayudarle.


-        Pero como se acuerda de ti ahora? No tiene a su hija? Lisa ya tiene 20 años, no? Ya puede ayudarle a su madre.


-        Hay Lisa…, no todas las madres tiene la suerte que yo, tu prima solo piensa en gastar el dinero y vivir su vida con sus amigos.


-        Pues que la obligue o que se busque a otra.


-        No es tan fácil, tú no lo sabes, pero cuando nos casamos pasamos una etapa muy difícil y ella nos sacó adelante económicamente, ahora estoy obligada a corresponder.


-        Vaya, eso no lo sabía, que fastidio, y cuanto tiempo sería?


-        Pues no lo sé, pero no creo que sea poco tiempo, tendré que marcharme una temporada larga, pero no está muy lejos, podrás venir.


-        Que mala pata, ahora que estábamos tan bien!


-        Mientras hablábamos mi polla seguía entrando y saliendo despacio, ella con las piernas abiertas recibía también las caricias en el clítoris mientras me acariciaba el vello del pecho.


-        Bueno, no es buena noticia pero es mejor de lo que ya estaba pensando.


-        De verdad? Que habías pensado?


-        De todo, que ya no me querías en tu cama, que te habías cansado de mí, además de otras cosas complicadas, incluso que te habías quedado preñada.


-        Manu, pobre chico, nunca me perdonaré lo que te he hecho sufrir, de lo primero ni pensarlo, siempre tendrás un sitio en mi cama, me encanta que me hagas el amor, porque lo que tú me haces es el amor, no me follas, entendido? Y de quedarme preñada de ti, mmm, no creas que no me habría gustado en otras circunstancias, pero no, hasta ahora no te has corrido dentro de mí aunque siempre lo he deseado, pero debemos seguir teniendo cuidado, soy mayor pero no tanto y me podrías hacer un bombo. Un hijo y hermano y… uf, que lio, ja ja ja.


Mi madre se relajó al haber soltado su preocupación, pero entonces fui asimilando el problema, seguí bombeando mi polla en el coño de Clara en silencio, pero pensé lo triste que sería la vida sin mi madre en casa y menos sin poder acostarnos juntos.
De momento se me ocurrió!


-        Y cuando te irías? Sería pronto? Donde vivirás? Y donde viviré yo?, bueno me sé arreglar solo. No te preocupes por mí.


-        Ese es otro problema, me tendré que ir pronto, está agobiada de trabajo, viviré en su casa, no te preocupes y tú? Había pensado… hablaré con tus tíos, a Ana le caes muy bien y a Jorge no digamos, no creo que tengan inconveniente, no tienen hijos y les harás compañía y puedes aprender  mucho en su casa, tu tío es muy inteligente.


-        Vaya, no se me había ocurrido, es un mal menor, la verdad a mí también me cae bien tu hermana y el tío no será problema.


Parecía que los problemas se iban solucionando bastante bien, esto se notaba también porque mi madre se relajaba, ya empezaba a sentir el efecto de mi polla bombeando sin parar y me cogió la mano apretándome.


-        Manu sigue, sigue así, no pares ahora, me viene.


Seguí como me dijo, pero acelere mi dedo en el botón del coño, se fue tensando, las piernas estiradas y las manos en sus tetas estirando los pezones, un largo grito salió de su garganta y unos temblores sacudieron su cuerpo, cuando se  calmó me miró y me pregunto…


-        Y tú? No te has corrido?, si lo has hecho dentro de mí no pasa nada,  ya me arreglaré.


-        No Clara, he preferido admirar tu orgasmo, no lo voy a poder ver durante algún tiempo.


-        Pues ahora te toca a ti, métela hasta dentro amor.


Acelere en mis movimientos mientras mi madre me masajeaba los huevos, los flujos de su coño mojaban la sabana y cuando me llegaba la corrida, me preparé para llenarla de leche, pero en el último segundo me arrepentí y sacándola la apoye entre los labios, el clítoris, el pubis incluso sus tetas se cubrieron de crema lechosa.
Nos dormimos abrazados


CONTINUARA.....

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