Me seque la cara y busque mi teléfono para atenderlo. Era mi mama.
—Hola sofí,¿cómo estas? — me pregunto. Mientras hablaba con ella veía el horario en el reloj, o deberían estar de camino a su casa o por salir del trabajo.
—Todo bien ma, ¿y vos? — dije eso y me di cuenta que hablaba agitada, pensé en mis interiores que debía calmarme.Seguramente era de lo que había estado haciendo hace poco tiempo.
—¿Segura? Te oís como cansada.. ¿Saliste a correr o algo? — me pregunto.
—Sisi eso —me reí — recién llego y ni me duche todavía.
—¿queres venir a cenar hoy? — me pregunto.
—Si dale,llevo helado, ¿ te parece?
—Dale genial.
Nos saludamos y me despedí. Ahora que vivía sola, en la zona de mi casa al ser céntrica tenia la mayoría de cosas que necesitaría, pero no me vendría mal empezar a ahorrar para un vehículo. Hoy tendría que irme en taxi a lo de mis papas. Solo tendría que pensar en donde compraría el helado. Me había agarrado una curiosidad, y me dirigí a la mesa ratona del living, donde guardaba el dinero de mis clientes, lo saque y lo conté, era una suma importante, pensé sino era mejor depositarlo en el banco, para estar segura. Lo volví a guardar yme puse un jogging azul, junto a una camiseta blanca, me ate el pelo y salí del departamento, fui hasta lo de mi vecina y golpee despacio la puerta.
—¿Si quien es? — me respondió ella sin abrir la puerta.
—Soy yo,Sofía — sonreí mirando al visor que estaba en medio de la puerta, por si ella me estaba mirando. Me abrió y saludo agradablemente.
—Un lindo cambio — miro mi ropa y se rió. Ella estaba vestida con una calza negra, y una remera larga gris, descalza con su pelo trenzado en sí mismo — ¿qué paso? Veni entra si queres — me preguntaba e invitaba a pasar.
—Gracias pero es un minuto nomás, quería preguntarte si tenes el numero de una heladería acá cerca.
—Sisi tengo, pero si queres te puedo acompañar, es acá a dos cuadras.. — me propuso sonriendo. ¿ Cuál era su motivación en una invitación así? No la entendía.
—Emm bueno dale —me reí.
Agarro unas zapatillas negras, se las puso rápido y tomo un manojo de llaves, salió de la puerta y cerro. Bajamos por el ascensor en silencio, agradable, sin tensión,pero silencio al fin. Llegamos a planta baja, salimos del ascensor, luego del edificio y emprendimos nuestro camino.
—¿Y que estas estudiando? — pregunte, ya que ella ya sabia a que me dedicaba me propuse saber ahora un poco mas de su vida.
—Diseño de indumentaria, y trabajo algunos días en un local de una conocida — me decía mientras caminábamos.
—Ah interesante — me reí — ¿haces tus propias prendas?
—Algunas si, ¿y vos? ¿Hace cuanto sos Escort? — me miro.
—Poco,desde que me mude, estaba o entre trabajar y estudiar.. Y eso.
Llegamos a la heladería y entramos, los gustos estaban en carteles de la pared. Decidí comprar 2 kilos, con los gustos de sambayon, maracuya, tramontana, mascarpone,dulce de leche granizado, y frambuesa. Al pagar me di vuelta como para irme y mi vecina estaba detrás de mí.
—Aguantame un segundo — dijo y se acerco al mostrador, pidió un cono con chocolate blanco y volvió hasta donde estaba yo.
—¿Se te abrió el apetito? — la mire y reí.
—¿Te llevas dos kilos y yo no puedo un cono? — nos reíamos juntas y caminábamos de vuelta.
Yo la veía a ella lamer su helado, había tirado la pequeña cuchara que le habían dado al salir del lugar. Usaba toda su lengua, y la teñía con un color blanco.
—¿Queres? —me pregunto sacándome de mi trance, de verla mientras caminábamos.
—Pero tiraste la cuchara — sonreí.
—Dale chupa tranquila — Se rió y me acerco el cono aun sosteniéndolo ella. Puse mis labios sobre la punta del helado y tome un poco, acomodando su forma con la lengua. Al tragar me di cuenta que ella se me había quedado mirando. Rápidamente me agarro del pelo y me comió la boca, a mi me sorprendió demasiado con lo que no me dio tiempo para responder de cualquier manera, su lengua era una intrusa hiperactiva sobre mis labios y por dentro de mi boca. Comencé a devolver el beso y me detuvo.
—Bueno para acá no, basta — Se rió.
—Ah vos sos mala... — la mire sonriendo y seguimos caminando. Llegamos al edificio y subimos al ascensor, de nuevo al silencio, esta vez si era un poco incomodo.
—¿Hay descuento de vecindad? — me pregunto de la nada — prometo no ser solo una clienta que quiere sexo, voy a ser mas que eso.
—Emm.. Si hay.. — la mire.
Llegamos a nuestro piso y salimos del ascensor, sin decir nada ella fue a su casa y cerro la puerta, yo me dirigí a la mía y al entrar fui a dejar en el congelador el helado.
Ya se había hecho de noche se acercaba el momento de prepararme para ir, pero todavía debía asearme. Fui hasta la ducha y lo hice, shampoo en el pelo, acondicionador,luego jabón en todo mi cuerpo y una crema humectante. Corte el agua y use una toalla para rodearme elcuerpo, y otra el pelo, salí del baño y fui a mi cuarto a decidir que me iba a poner.
Registre mi placard y separe una tanga blanca, con un corpiño negro, un pantalón blanco conun top negro, y los nuevos zapatos que me había comprado antes. Me puse una pulsera y un collar, perfume en mi cuello y ambas muñecas. Le avise a mi mama que iba en camino y busque el helado, agarre mis cosas y baje a la entrada del edificio. Me acerque a la calle a esperar por un taxi, tardo unos minutos en aparecer, mientras tanto desubicados en autos personales habían demasiados,gritaban de todo y ninguno era caballero. Me subí y le di la dirección a donde debía ir.
Unos quince minutos después estacionaba frente a la casa. Pague el taxi y baje. Me dirigí hasta la puerta. Era una casa de dos pisos, elegante, pero no pretenciosa, tuve la suerte que mis padres me enviaron a escuelas privadas para tener una buena educación, y esto podría verse por su modo de vida. Toque timbre y momentos después aparecía mi mama.
—¿No tenias llave vos? — me pregunto abriéndome la puerta y saludándome.
—Sisi, pero más que nada lo hice para avisar que había llegado — pasé, la salude y entre a la casa. Había un gran olor invasivo a lomo de cerdo a la cerveza — mm que rico— exprese y sonreí.
—Ya falta poco, anda a saludar a tu papá, esta en el living — me dijo sonriendo, tomo la bolsa de helado que llevaba en la mano y fue hasta la cocina.
Fui hasta ahí y el estaba sentado sobre el sillón, leyendo un diario y tomando su copa de whisky, era de el que me había copiado el gusto por esa bebida. Me acerque y lo salude.
—¿Hola pa todo bien? — me acerque a el y me dio un beso en la mejilla, dejando el diario a un lado.
—¿Hola sofí todo bien y vos? — me pregunto. Yo me senté en el sillón y me cruce de piernas.
—Sisi todo bien, un poco cansada. — le dije.
—¿Cómo va ese trabajo? Contame un poco, no te veía en la rama de leyes — sonreía.
—Es un secretariado simple, o sea tengo que ir y volver a tribunales, redactar documentos y etc., por suerte es un trabajo bastante flexible con horarios y días, tengo de todo tipo —mentía de la manera más convincente que podía
—Ah que bien, ¿y el sueldo? —me preguntó.
—Es muuy bueno, tuve suerte que mi amiga me ofreció un lugar — decía mientras escuchaba a mi mama poner la mesa.
Un rato después nos avisaba a mí y a mi papa que la cena estaba lista, nos sentamos a comer juntos y a actualizarnos en lo que pasaba sobre nuestras vidas. Por suerte estaba todo bien, la cena transcurrió de forma agradable y luego fue el tiempo del postre que había llevado. Lo consumimos y haciendo la digestión quería consultarte algo a mi papa antes de irme.
—Pa, siquiero comprar un auto vos me podrías aconsejar y ayudarme a elegir? —pregunté.
—¿No deberías primero ahorrar un poco? — me dijo él, con mi mama acotando mientras se reían.
—Tengo mis ahorros, y con este nuevo trabajo no me cuesta llegar a poder comprar uno —conté sonriendo, y por debajo orgullosa de lo que yo sola sabia.
—Si dale no hay ningún problema, lo vamos viendo — me respondió él.
Con eso si termino la visita, los salude y mi mama me acompaño hasta la puerta, salí y fui hasta la esquina, era una avenida así que siempre había trafico, enseguida paso un taxi, lo pare y me subí. Una media hora después ya estaba en camisón,pasándome crema por las piernas y los brazos, apagaba la luz y me acostaba, mi día llegó a su fin.
—Hola sofí,¿cómo estas? — me pregunto. Mientras hablaba con ella veía el horario en el reloj, o deberían estar de camino a su casa o por salir del trabajo.
—Todo bien ma, ¿y vos? — dije eso y me di cuenta que hablaba agitada, pensé en mis interiores que debía calmarme.Seguramente era de lo que había estado haciendo hace poco tiempo.
—¿Segura? Te oís como cansada.. ¿Saliste a correr o algo? — me pregunto.
—Sisi eso —me reí — recién llego y ni me duche todavía.
—¿queres venir a cenar hoy? — me pregunto.
—Si dale,llevo helado, ¿ te parece?
—Dale genial.
Nos saludamos y me despedí. Ahora que vivía sola, en la zona de mi casa al ser céntrica tenia la mayoría de cosas que necesitaría, pero no me vendría mal empezar a ahorrar para un vehículo. Hoy tendría que irme en taxi a lo de mis papas. Solo tendría que pensar en donde compraría el helado. Me había agarrado una curiosidad, y me dirigí a la mesa ratona del living, donde guardaba el dinero de mis clientes, lo saque y lo conté, era una suma importante, pensé sino era mejor depositarlo en el banco, para estar segura. Lo volví a guardar yme puse un jogging azul, junto a una camiseta blanca, me ate el pelo y salí del departamento, fui hasta lo de mi vecina y golpee despacio la puerta.
—¿Si quien es? — me respondió ella sin abrir la puerta.
—Soy yo,Sofía — sonreí mirando al visor que estaba en medio de la puerta, por si ella me estaba mirando. Me abrió y saludo agradablemente.
—Un lindo cambio — miro mi ropa y se rió. Ella estaba vestida con una calza negra, y una remera larga gris, descalza con su pelo trenzado en sí mismo — ¿qué paso? Veni entra si queres — me preguntaba e invitaba a pasar.
—Gracias pero es un minuto nomás, quería preguntarte si tenes el numero de una heladería acá cerca.
—Sisi tengo, pero si queres te puedo acompañar, es acá a dos cuadras.. — me propuso sonriendo. ¿ Cuál era su motivación en una invitación así? No la entendía.
—Emm bueno dale —me reí.
Agarro unas zapatillas negras, se las puso rápido y tomo un manojo de llaves, salió de la puerta y cerro. Bajamos por el ascensor en silencio, agradable, sin tensión,pero silencio al fin. Llegamos a planta baja, salimos del ascensor, luego del edificio y emprendimos nuestro camino.
—¿Y que estas estudiando? — pregunte, ya que ella ya sabia a que me dedicaba me propuse saber ahora un poco mas de su vida.
—Diseño de indumentaria, y trabajo algunos días en un local de una conocida — me decía mientras caminábamos.
—Ah interesante — me reí — ¿haces tus propias prendas?
—Algunas si, ¿y vos? ¿Hace cuanto sos Escort? — me miro.
—Poco,desde que me mude, estaba o entre trabajar y estudiar.. Y eso.
Llegamos a la heladería y entramos, los gustos estaban en carteles de la pared. Decidí comprar 2 kilos, con los gustos de sambayon, maracuya, tramontana, mascarpone,dulce de leche granizado, y frambuesa. Al pagar me di vuelta como para irme y mi vecina estaba detrás de mí.
—Aguantame un segundo — dijo y se acerco al mostrador, pidió un cono con chocolate blanco y volvió hasta donde estaba yo.
—¿Se te abrió el apetito? — la mire y reí.
—¿Te llevas dos kilos y yo no puedo un cono? — nos reíamos juntas y caminábamos de vuelta.
Yo la veía a ella lamer su helado, había tirado la pequeña cuchara que le habían dado al salir del lugar. Usaba toda su lengua, y la teñía con un color blanco.
—¿Queres? —me pregunto sacándome de mi trance, de verla mientras caminábamos.
—Pero tiraste la cuchara — sonreí.
—Dale chupa tranquila — Se rió y me acerco el cono aun sosteniéndolo ella. Puse mis labios sobre la punta del helado y tome un poco, acomodando su forma con la lengua. Al tragar me di cuenta que ella se me había quedado mirando. Rápidamente me agarro del pelo y me comió la boca, a mi me sorprendió demasiado con lo que no me dio tiempo para responder de cualquier manera, su lengua era una intrusa hiperactiva sobre mis labios y por dentro de mi boca. Comencé a devolver el beso y me detuvo.
—Bueno para acá no, basta — Se rió.
—Ah vos sos mala... — la mire sonriendo y seguimos caminando. Llegamos al edificio y subimos al ascensor, de nuevo al silencio, esta vez si era un poco incomodo.
—¿Hay descuento de vecindad? — me pregunto de la nada — prometo no ser solo una clienta que quiere sexo, voy a ser mas que eso.
—Emm.. Si hay.. — la mire.
Llegamos a nuestro piso y salimos del ascensor, sin decir nada ella fue a su casa y cerro la puerta, yo me dirigí a la mía y al entrar fui a dejar en el congelador el helado.
Ya se había hecho de noche se acercaba el momento de prepararme para ir, pero todavía debía asearme. Fui hasta la ducha y lo hice, shampoo en el pelo, acondicionador,luego jabón en todo mi cuerpo y una crema humectante. Corte el agua y use una toalla para rodearme elcuerpo, y otra el pelo, salí del baño y fui a mi cuarto a decidir que me iba a poner.
Registre mi placard y separe una tanga blanca, con un corpiño negro, un pantalón blanco conun top negro, y los nuevos zapatos que me había comprado antes. Me puse una pulsera y un collar, perfume en mi cuello y ambas muñecas. Le avise a mi mama que iba en camino y busque el helado, agarre mis cosas y baje a la entrada del edificio. Me acerque a la calle a esperar por un taxi, tardo unos minutos en aparecer, mientras tanto desubicados en autos personales habían demasiados,gritaban de todo y ninguno era caballero. Me subí y le di la dirección a donde debía ir.
Unos quince minutos después estacionaba frente a la casa. Pague el taxi y baje. Me dirigí hasta la puerta. Era una casa de dos pisos, elegante, pero no pretenciosa, tuve la suerte que mis padres me enviaron a escuelas privadas para tener una buena educación, y esto podría verse por su modo de vida. Toque timbre y momentos después aparecía mi mama.
—¿No tenias llave vos? — me pregunto abriéndome la puerta y saludándome.
—Sisi, pero más que nada lo hice para avisar que había llegado — pasé, la salude y entre a la casa. Había un gran olor invasivo a lomo de cerdo a la cerveza — mm que rico— exprese y sonreí.
—Ya falta poco, anda a saludar a tu papá, esta en el living — me dijo sonriendo, tomo la bolsa de helado que llevaba en la mano y fue hasta la cocina.
Fui hasta ahí y el estaba sentado sobre el sillón, leyendo un diario y tomando su copa de whisky, era de el que me había copiado el gusto por esa bebida. Me acerque y lo salude.
—¿Hola pa todo bien? — me acerque a el y me dio un beso en la mejilla, dejando el diario a un lado.
—¿Hola sofí todo bien y vos? — me pregunto. Yo me senté en el sillón y me cruce de piernas.
—Sisi todo bien, un poco cansada. — le dije.
—¿Cómo va ese trabajo? Contame un poco, no te veía en la rama de leyes — sonreía.
—Es un secretariado simple, o sea tengo que ir y volver a tribunales, redactar documentos y etc., por suerte es un trabajo bastante flexible con horarios y días, tengo de todo tipo —mentía de la manera más convincente que podía
—Ah que bien, ¿y el sueldo? —me preguntó.
—Es muuy bueno, tuve suerte que mi amiga me ofreció un lugar — decía mientras escuchaba a mi mama poner la mesa.
Un rato después nos avisaba a mí y a mi papa que la cena estaba lista, nos sentamos a comer juntos y a actualizarnos en lo que pasaba sobre nuestras vidas. Por suerte estaba todo bien, la cena transcurrió de forma agradable y luego fue el tiempo del postre que había llevado. Lo consumimos y haciendo la digestión quería consultarte algo a mi papa antes de irme.
—Pa, siquiero comprar un auto vos me podrías aconsejar y ayudarme a elegir? —pregunté.
—¿No deberías primero ahorrar un poco? — me dijo él, con mi mama acotando mientras se reían.
—Tengo mis ahorros, y con este nuevo trabajo no me cuesta llegar a poder comprar uno —conté sonriendo, y por debajo orgullosa de lo que yo sola sabia.
—Si dale no hay ningún problema, lo vamos viendo — me respondió él.
Con eso si termino la visita, los salude y mi mama me acompaño hasta la puerta, salí y fui hasta la esquina, era una avenida así que siempre había trafico, enseguida paso un taxi, lo pare y me subí. Una media hora después ya estaba en camisón,pasándome crema por las piernas y los brazos, apagaba la luz y me acostaba, mi día llegó a su fin.
5 comentarios - Mis experiencias como una mujer escort (IX)