Mi timidez y las mujeres de mi familia
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Mi timidez y las mujeres de mi familia 7
http://www.poringa.net/posts/relatos/3077667/Mi-timidez-y-las-mujeres-de-mi-familia-7.html
Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías y mi madre me hicieron despertar.
Cuando llegué a casa mi madre ya había llegado, se había cambiado y estaba preparando la cena, yo me cambié también y le ayudé en lo que pude, monté la mesa y lo dejé preparado todo, en la cocina ella estaba pendiente de varias cosas a la vez, yo me puse a lavar unos cacharros y como si nada le pregunté…
- Clara, que tal tu hermana Cris? Sabes algo de ella?
- Pues ahora que lo dices ya hace mucho tiempo que no hablo con ella, cuando tenga un rato le llamare.
- Es que me ha parecido verla en el centro, se parecía mucho a vosotras, parecía gemela.
- Bueno, lo cierto es que nos parecemos todas las hermanas mucho, tenemos casi el mismo tipo, Julia está un poco más llenita, tiene algo más pecho y caderas que yo, a
Ana ya la conoces y Cris es aún más delgada que nosotras, está lisa completamente, ha sido siempre muy independiente y es feliz como es.
Parece que Cris leyó nuestros pensamientos, pues al momento llamó preguntando como estábamos y demás, mi madre le dijo que yo la había visto y ella le dijo que no se había dado cuenta...
Quedaron para venir un próximo día.
Mi madre cambió de tema rápidamente, sirvió la cena y mientras cenábamos me preguntó que tal la película, le conté todo menos la compañía de Emi, claro.
Ella me contó que habían estado de compras, habían merendado en una cafetería y se lo habían pasado de maravilla.
Le pregunté si había comprado algo bonito y me dijo que si, las dos habían calentado la tarjeta de crédito, dijo riendo.
Al terminar de cenar recogimos entre los dos la mesa y nos sentamos en el sofá, se quitó los zapatos y subió las piernas al asiento, me contó las vueltas que habían dado por las tiendas, las risas que se habían dado en los probadores, se habían intercambiado las prendas como chiquillas, y se habían aconsejado una a otra.
En eso se le ocurrió hacerme participe de la opinión de las compras, no me pareció mal. Saltó del sofá y de su habitación trajo varios paquetes.
Empezó a abrirlos, un vestido con vuelo, se quitó la bata que llevaba y se lo enfundó enseguida, se separó para que lo viera de lejos dando una vuelta haciendo el vuelo de la falda, me gustó, además tenía un escote de pico que lucía mucho.
Le siguió un pañuelo, un suéter, una camisa pero en una caja muy decorada me guardaba la sorpresa, se quitó el vestido y salió corriendo al dormitorio, cuando volvió llevaba un conjunto de lencería negro, la braguita de tanga con solo un triangulo por delante, además de tul transparente, el sujetador dos triángulos que se adherían al cuerpo sin tirantes, también transparente y que marcaban los pezones y las areolas, se dio la vuelta, los hilos casi invisibles del tanga le hacían unas piernas más largas y las nalgas más redondas, el sujetador por detrás le permitía usar vestidos con mucho escote.
Se acercó a mí con pasos lentos arqueando las caderas, cuando se acercó a mí dijo…
- Por tu cara veo que te gusto, pero voy a preguntar a tu amigo.
Me puso la mano en la bragueta, mi polla me traicionó y no pude disimular, la tenía dura ya hacía rato.
- Me lo quitas?
Se puso de espaldas y yo pasé las manos desde el cuello a los hombros, al levantar los brazos, seguí por las axilas, con dos dedos solté el cierre y cayó al suelo, seguí por la cintura y las caderas, pasé los dedos bajo los hilos y liberé el que escondía entre las nalgas, en el suelo se unió al sujetador, ella se agachó para recogerlo y su culo quedó frente a mi cara, me agarré a sus muslos y metí mi cara entre sus nalgas, con la lengua lamí el agujero oscuro y rugoso, no se lo esperaba y quiso esquivarme, pero no lo consiguió, estaba bien sujeta así que seguí lamiendo, cuando se relajó ella misma separó con sus manos las nalgas y mi boca se hundió entre ellas.
La punta pugnaba por entrar aunque fuera medio centímetro, ella quería ayudar aunque no lo conseguía, se agachó todavía más, no pude resistir la tentación de bajar y lamerle los labios de la vagina, esto acabó de relajarla, vi como su culo se expandía y entonces ya mi lengua se coló casi un centímetro.
Clara se apoyo hacia atrás contra mi cara, ya no hacía falta sujetarla y mi manos se alargaron al clítoris y a su vagina que después de mojarlos con sus jugos se introdujo en el ya relajado ano.
Cuando notó que ya no era mi lengua sino que seguía entrando se volvió hacia mi expectante,
Le pregunté con la mirada si podía seguir, solo levantó las cejas.
Mi dedo llegó a desaparecer entre las blancas nalgas, el recto sedoso contrastaba con la vagina rugosa, no le molestaba, le daba curiosidad, me atreví a sacar el dedo y seguir mojando el agujero, ella pareció impacientarse culeando, al dedo se unió el otro, el esfínter hizo algo de presión pero pronto me permitió seguir, Clara suspiraba cuando mis dedos giraban dentro de ella, me puse de pie y me saqué la polla, ella no la vio pero cuando le metí tres dedos ya se movía inquieta, con suma paciencia fui ampliando el calibre del agujero, cuando se notaba incómoda me acerqué y dejé caer saliva en el capullo y lo sustituí por los dedos, Clara se volvió otra vez con los ojos muy abiertos, le pregunté y cerró los ojos lentamente asintiendo.
La presión fue en aumento hasta que el glande desapareció entre las nalgas, Clara se apoyo en el canto de la mesa, con la mano me alentó a seguir, mientras se separaba más los cachetes del culo, el tronco de mi polla mojado de saliva fue desapareciendo hasta la mitad, levantó una mano pidiendo tiempo, paré y estuve tentado a sacarla, pero entonces me volvió a animar con la mano, volví a presionar y esta vez no encontré resistencia, llegué hasta el final, me pegué a ella, mi polla dentro de ella totalmente y mis huevos mojados por sus jugos en el coño.
Abracé por detrás a Clara, me senté en el sofá y ella pasó sus piernas al lado de las mías, miró entre ellas y se aseguró de que estaba clavada por el culo, no se lo creía, su coño libre y mi polla en su culo, me cogió las manos y se las puso en las tetas, le estuve amasando los pequeños globos, hasta que me dediqué a acariciarle el clítoris y con la otra mano le metía dos dedos en la vagina, ella saltaba levemente con cuidado pero hasta el fondo, se recostó sobre mí y ladeando su cabeza buscó mis labios besándome, como estaba noté como un calambre recorrió su cuerpo y se corrió fuertemente, no pude resistir mi emoción, Clara, corriéndose con mi polla en su culo por primera vez y me corrí con ella, la llene de leche y cuando pudo levantarse un reguero de semen salió a presión.
Nos fuimos a dormir agotados.
CONTINUARA
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Mi timidez y las mujeres de mi familia 7
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Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías y mi madre me hicieron despertar.
Cuando llegué a casa mi madre ya había llegado, se había cambiado y estaba preparando la cena, yo me cambié también y le ayudé en lo que pude, monté la mesa y lo dejé preparado todo, en la cocina ella estaba pendiente de varias cosas a la vez, yo me puse a lavar unos cacharros y como si nada le pregunté…
- Clara, que tal tu hermana Cris? Sabes algo de ella?
- Pues ahora que lo dices ya hace mucho tiempo que no hablo con ella, cuando tenga un rato le llamare.
- Es que me ha parecido verla en el centro, se parecía mucho a vosotras, parecía gemela.
- Bueno, lo cierto es que nos parecemos todas las hermanas mucho, tenemos casi el mismo tipo, Julia está un poco más llenita, tiene algo más pecho y caderas que yo, a
Ana ya la conoces y Cris es aún más delgada que nosotras, está lisa completamente, ha sido siempre muy independiente y es feliz como es.
Parece que Cris leyó nuestros pensamientos, pues al momento llamó preguntando como estábamos y demás, mi madre le dijo que yo la había visto y ella le dijo que no se había dado cuenta...
Quedaron para venir un próximo día.
Mi madre cambió de tema rápidamente, sirvió la cena y mientras cenábamos me preguntó que tal la película, le conté todo menos la compañía de Emi, claro.
Ella me contó que habían estado de compras, habían merendado en una cafetería y se lo habían pasado de maravilla.
Le pregunté si había comprado algo bonito y me dijo que si, las dos habían calentado la tarjeta de crédito, dijo riendo.
Al terminar de cenar recogimos entre los dos la mesa y nos sentamos en el sofá, se quitó los zapatos y subió las piernas al asiento, me contó las vueltas que habían dado por las tiendas, las risas que se habían dado en los probadores, se habían intercambiado las prendas como chiquillas, y se habían aconsejado una a otra.
En eso se le ocurrió hacerme participe de la opinión de las compras, no me pareció mal. Saltó del sofá y de su habitación trajo varios paquetes.
Empezó a abrirlos, un vestido con vuelo, se quitó la bata que llevaba y se lo enfundó enseguida, se separó para que lo viera de lejos dando una vuelta haciendo el vuelo de la falda, me gustó, además tenía un escote de pico que lucía mucho.
Le siguió un pañuelo, un suéter, una camisa pero en una caja muy decorada me guardaba la sorpresa, se quitó el vestido y salió corriendo al dormitorio, cuando volvió llevaba un conjunto de lencería negro, la braguita de tanga con solo un triangulo por delante, además de tul transparente, el sujetador dos triángulos que se adherían al cuerpo sin tirantes, también transparente y que marcaban los pezones y las areolas, se dio la vuelta, los hilos casi invisibles del tanga le hacían unas piernas más largas y las nalgas más redondas, el sujetador por detrás le permitía usar vestidos con mucho escote.
Se acercó a mí con pasos lentos arqueando las caderas, cuando se acercó a mí dijo…
- Por tu cara veo que te gusto, pero voy a preguntar a tu amigo.
Me puso la mano en la bragueta, mi polla me traicionó y no pude disimular, la tenía dura ya hacía rato.
- Me lo quitas?
Se puso de espaldas y yo pasé las manos desde el cuello a los hombros, al levantar los brazos, seguí por las axilas, con dos dedos solté el cierre y cayó al suelo, seguí por la cintura y las caderas, pasé los dedos bajo los hilos y liberé el que escondía entre las nalgas, en el suelo se unió al sujetador, ella se agachó para recogerlo y su culo quedó frente a mi cara, me agarré a sus muslos y metí mi cara entre sus nalgas, con la lengua lamí el agujero oscuro y rugoso, no se lo esperaba y quiso esquivarme, pero no lo consiguió, estaba bien sujeta así que seguí lamiendo, cuando se relajó ella misma separó con sus manos las nalgas y mi boca se hundió entre ellas.
La punta pugnaba por entrar aunque fuera medio centímetro, ella quería ayudar aunque no lo conseguía, se agachó todavía más, no pude resistir la tentación de bajar y lamerle los labios de la vagina, esto acabó de relajarla, vi como su culo se expandía y entonces ya mi lengua se coló casi un centímetro.
Clara se apoyo hacia atrás contra mi cara, ya no hacía falta sujetarla y mi manos se alargaron al clítoris y a su vagina que después de mojarlos con sus jugos se introdujo en el ya relajado ano.
Cuando notó que ya no era mi lengua sino que seguía entrando se volvió hacia mi expectante,
Le pregunté con la mirada si podía seguir, solo levantó las cejas.
Mi dedo llegó a desaparecer entre las blancas nalgas, el recto sedoso contrastaba con la vagina rugosa, no le molestaba, le daba curiosidad, me atreví a sacar el dedo y seguir mojando el agujero, ella pareció impacientarse culeando, al dedo se unió el otro, el esfínter hizo algo de presión pero pronto me permitió seguir, Clara suspiraba cuando mis dedos giraban dentro de ella, me puse de pie y me saqué la polla, ella no la vio pero cuando le metí tres dedos ya se movía inquieta, con suma paciencia fui ampliando el calibre del agujero, cuando se notaba incómoda me acerqué y dejé caer saliva en el capullo y lo sustituí por los dedos, Clara se volvió otra vez con los ojos muy abiertos, le pregunté y cerró los ojos lentamente asintiendo.
La presión fue en aumento hasta que el glande desapareció entre las nalgas, Clara se apoyo en el canto de la mesa, con la mano me alentó a seguir, mientras se separaba más los cachetes del culo, el tronco de mi polla mojado de saliva fue desapareciendo hasta la mitad, levantó una mano pidiendo tiempo, paré y estuve tentado a sacarla, pero entonces me volvió a animar con la mano, volví a presionar y esta vez no encontré resistencia, llegué hasta el final, me pegué a ella, mi polla dentro de ella totalmente y mis huevos mojados por sus jugos en el coño.
Abracé por detrás a Clara, me senté en el sofá y ella pasó sus piernas al lado de las mías, miró entre ellas y se aseguró de que estaba clavada por el culo, no se lo creía, su coño libre y mi polla en su culo, me cogió las manos y se las puso en las tetas, le estuve amasando los pequeños globos, hasta que me dediqué a acariciarle el clítoris y con la otra mano le metía dos dedos en la vagina, ella saltaba levemente con cuidado pero hasta el fondo, se recostó sobre mí y ladeando su cabeza buscó mis labios besándome, como estaba noté como un calambre recorrió su cuerpo y se corrió fuertemente, no pude resistir mi emoción, Clara, corriéndose con mi polla en su culo por primera vez y me corrí con ella, la llene de leche y cuando pudo levantarse un reguero de semen salió a presión.
Nos fuimos a dormir agotados.
CONTINUARA
5 comentarios - Mi timidez y las mujeres de mi familia 8
Buen relato, van ocho puntos