Y ahí estaba... sin poder zafarme de la situación, con ella riéndose a carcadas de mi cara de desesperación, con su marido pasándome la punta de la pija por mi culo, amagando a entrar y traspasar la linea de la fantasía propia de ser penetrado a ser la perra de un tipo frente a su mujer
Él no se hizo esperar, lentamente introdujo la punta y a paso firme sin detenerse el resto de su miembro hasta que sentí su pelvis tocándome. Finalmente era suyo. El dolor de la primera vez no fue tanto, pero la humillación de ser sometido me pudo más y yo agachaba la cabeza. Mi orgullo quebrado.
Automáticamente la mano de ella me agarra la pera y me dice: "Seguí chupando putito", no pude resistirme, no tenía voluntad. Las manos de él pasaron a mi cintura y cada tanto me abría la cola para ver el espectáculo de la penetración. Sabía que era también su primera vez, pero se manejaba con tanta destreza que entendí que era algo planificado de antemano.
Los movimientos cada vez más fuerte mutaron del dolor al placer, mi pija nuevamente al palo chorreaba líquido preseminal, pero al pedo, ella no iba a darme el gusto de que la posea. quería disfrutar del espectáculo.
"Parece que le gusta, esmerate más" le ordenó a su marido. De golpe cambió las manos de la cintura a mis hombros y la envestida me arrancó un grito. "No te quejes que te encanta! Puto de mierda" me decía mientras yo continuaba con las manos extendidas por las cadenas, las piernas abiertas y levemente encorvado hacia adelante. Básicamente me estaba penetrando arrodillado. Fuerte, cada vez más fuerte, pero no me dolía, estaba gozando como nunca lo había hecho, tres, cuatro, cinco embestidas más y acabé como una puta en celo gimiendo y manchando toda la cama. Sentí que luego de mi gemido él largó su chorro dentro mío y sacó su pija automáticamente.
Le pedí que me soltara, su respuesta fue: " Quedate así hasta que caiga toda la leche de tu culo, me gusta verte llena." y de golpe veo un flash....
Acababa de sentenciar un contrato de obediencia y extorsión que no acabaría pronto.
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Él no se hizo esperar, lentamente introdujo la punta y a paso firme sin detenerse el resto de su miembro hasta que sentí su pelvis tocándome. Finalmente era suyo. El dolor de la primera vez no fue tanto, pero la humillación de ser sometido me pudo más y yo agachaba la cabeza. Mi orgullo quebrado.
Automáticamente la mano de ella me agarra la pera y me dice: "Seguí chupando putito", no pude resistirme, no tenía voluntad. Las manos de él pasaron a mi cintura y cada tanto me abría la cola para ver el espectáculo de la penetración. Sabía que era también su primera vez, pero se manejaba con tanta destreza que entendí que era algo planificado de antemano.
Los movimientos cada vez más fuerte mutaron del dolor al placer, mi pija nuevamente al palo chorreaba líquido preseminal, pero al pedo, ella no iba a darme el gusto de que la posea. quería disfrutar del espectáculo.
"Parece que le gusta, esmerate más" le ordenó a su marido. De golpe cambió las manos de la cintura a mis hombros y la envestida me arrancó un grito. "No te quejes que te encanta! Puto de mierda" me decía mientras yo continuaba con las manos extendidas por las cadenas, las piernas abiertas y levemente encorvado hacia adelante. Básicamente me estaba penetrando arrodillado. Fuerte, cada vez más fuerte, pero no me dolía, estaba gozando como nunca lo había hecho, tres, cuatro, cinco embestidas más y acabé como una puta en celo gimiendo y manchando toda la cama. Sentí que luego de mi gemido él largó su chorro dentro mío y sacó su pija automáticamente.
Le pedí que me soltara, su respuesta fue: " Quedate así hasta que caiga toda la leche de tu culo, me gusta verte llena." y de golpe veo un flash....
Acababa de sentenciar un contrato de obediencia y extorsión que no acabaría pronto.
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1 comentarios - Iniciación forzada parte 2 y final