Ya estaba todo listo. Nos teníamos ganas y nos las íbamos a sacar. Habíamos quedado en una salida, mano a mano y derecho a coger. Pero la que tenía que avisar era ella, que era la casada.
Pasaron varios días desde aquel "te aviso" y la calentura en la oficina cuando nos veíamos era cada vez más y más, pero ahí no se podía hacer nada. Cuando estábamos solos nos tirábamos mil palos, pero yo siempre remataba con que ella se había cagado y no activaba. Ella explicaba que entre los hijos y el marido no encontraba el tiempo para piratear.
Un día que diluviaba mal en la oficina me quedé un rato más por unos temas y salí una hora y media más tarde de lo habitual, ya no quedaba nadie, más que el guardia. Lo saludo, charlo dos segundos antes de salir y aparece ella, diciendo "Que bueno que estás en auto, me tirás en la parada del bondi?". "Sí dale, vamos".
Hacemos un par de cuadras. Llovía muy fuerte y se veía poco. Estaciono para esperar un poco. Entre la oscuridad y la lluvia parecía una película de terror. No se veía nada y sólo se sentía el viento, la lluvia y algunos relámpagos. Obvio que no había nadie, porque encima la zona estaba llena de oficinas, galpones y a esa hora era una zona casi muerta.
Arrancamos la charla y no hubo mucho tiempo de boludeces. "Al final", le digo acercándome,"no tuviste que arreglar nada, esta lluvia es la excusa perfecta". Nos quedamos mirando y pregunté "Si toco hay que pagar o sigue siendo gratis?" y despacito empecé a acariciar sus tetas por arriba de su remera. Despacio. Ella se dejaba, obvio y me empezó a comer la boca desesperada. Mi pija se paró enseguida y ella la empezó a tocar. Yo ahora tocaba sus dos tetas y bajé a comérmelas. Tenía una remera finita que levanté enseguida. Ella gemía y decía "aaahhhh, si, que lindo. Seguí asi", mientras me agarraba la cabeza y no me dejaba salir de ahí. Con una mano baje a su concha. Tenía un jean y yo quería meter la mano de alguna manera. El franeleo era muy hot.
"Vamos atrás" dije. En dos segundos estábamos atrás. Ella en tetas ya sin nada arriba y yo tratando de desprenderle el jean. "Estoy muy caliente, pero no puedo hoy, me vino ayer". A muchos se le puede haber derrumbado el mundo con esa frase, pero yo seguí, estaba como loco. Me acomodé contra el respaldo y saqué la pija. Un fierro, durísima. No hubo que decir nada, la guachita la tenía clara.
Empezó a pajearme y a chuparla, subiendo y bajando mucho. yo la estaba pasando genial hasta que ella agarra sus tetas y se mete la pija ahí. "Se que esto te vuelve loco" dijo. Se acordó que en nuestras charlas yo le conte que me encantaba que me hicieran la turca. Empezó a acelerar con las tetas y con la lengua tocaba la cabeza de la pija cada vez que asomaba arriba.
Lo hacía muy bien. Y seguía, yo ya gimiendo mal le digo que estoy por acabar. Ahí aceleró la paja y de repente de la metió toda en la boca. Le acabé ahí, se tragó todo. Todo...no dejó nada.
Nos cambiamos y la lluvía seguía, pero más tranquila. "Vamos" me dijo. La dejé en la parada y antes de bajar me comió la boca de nuevo. No había nadie en la parada. Me manoseó un poco de nuevo y cortamos porque venía el bondi, si no, creo que me hacía otro pete.
Al otro día en el laburo nos encontramos y me dice. "Me quedé muy caliente ayer, este sábado es el cumple de una amiga. Me parece que voy a hacer que te invite".
En breve les cuento como festejamos ese cumple.
Acá la parte I
Parte 3
Pasaron varios días desde aquel "te aviso" y la calentura en la oficina cuando nos veíamos era cada vez más y más, pero ahí no se podía hacer nada. Cuando estábamos solos nos tirábamos mil palos, pero yo siempre remataba con que ella se había cagado y no activaba. Ella explicaba que entre los hijos y el marido no encontraba el tiempo para piratear.
Un día que diluviaba mal en la oficina me quedé un rato más por unos temas y salí una hora y media más tarde de lo habitual, ya no quedaba nadie, más que el guardia. Lo saludo, charlo dos segundos antes de salir y aparece ella, diciendo "Que bueno que estás en auto, me tirás en la parada del bondi?". "Sí dale, vamos".
Hacemos un par de cuadras. Llovía muy fuerte y se veía poco. Estaciono para esperar un poco. Entre la oscuridad y la lluvia parecía una película de terror. No se veía nada y sólo se sentía el viento, la lluvia y algunos relámpagos. Obvio que no había nadie, porque encima la zona estaba llena de oficinas, galpones y a esa hora era una zona casi muerta.
Arrancamos la charla y no hubo mucho tiempo de boludeces. "Al final", le digo acercándome,"no tuviste que arreglar nada, esta lluvia es la excusa perfecta". Nos quedamos mirando y pregunté "Si toco hay que pagar o sigue siendo gratis?" y despacito empecé a acariciar sus tetas por arriba de su remera. Despacio. Ella se dejaba, obvio y me empezó a comer la boca desesperada. Mi pija se paró enseguida y ella la empezó a tocar. Yo ahora tocaba sus dos tetas y bajé a comérmelas. Tenía una remera finita que levanté enseguida. Ella gemía y decía "aaahhhh, si, que lindo. Seguí asi", mientras me agarraba la cabeza y no me dejaba salir de ahí. Con una mano baje a su concha. Tenía un jean y yo quería meter la mano de alguna manera. El franeleo era muy hot.
"Vamos atrás" dije. En dos segundos estábamos atrás. Ella en tetas ya sin nada arriba y yo tratando de desprenderle el jean. "Estoy muy caliente, pero no puedo hoy, me vino ayer". A muchos se le puede haber derrumbado el mundo con esa frase, pero yo seguí, estaba como loco. Me acomodé contra el respaldo y saqué la pija. Un fierro, durísima. No hubo que decir nada, la guachita la tenía clara.
Empezó a pajearme y a chuparla, subiendo y bajando mucho. yo la estaba pasando genial hasta que ella agarra sus tetas y se mete la pija ahí. "Se que esto te vuelve loco" dijo. Se acordó que en nuestras charlas yo le conte que me encantaba que me hicieran la turca. Empezó a acelerar con las tetas y con la lengua tocaba la cabeza de la pija cada vez que asomaba arriba.
Lo hacía muy bien. Y seguía, yo ya gimiendo mal le digo que estoy por acabar. Ahí aceleró la paja y de repente de la metió toda en la boca. Le acabé ahí, se tragó todo. Todo...no dejó nada.
Nos cambiamos y la lluvía seguía, pero más tranquila. "Vamos" me dijo. La dejé en la parada y antes de bajar me comió la boca de nuevo. No había nadie en la parada. Me manoseó un poco de nuevo y cortamos porque venía el bondi, si no, creo que me hacía otro pete.
Al otro día en el laburo nos encontramos y me dice. "Me quedé muy caliente ayer, este sábado es el cumple de una amiga. Me parece que voy a hacer que te invite".
En breve les cuento como festejamos ese cumple.
Acá la parte I
Parte 3
3 comentarios - La que limpiaba en mi laburo (II)