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Lo que siempre me costó creerle a la jefa de mi marido, era lo que pasaba en esas fiestas.
😕
O sea, yo había vivido algo“parecido” en mi casa, cuando mi papá invitaba a sus amigotes a sus partidas de cartas y tragos; mi mamá aprovechaba de aliviar su “insatisfacción sexual” en la cocina y mientras tanto, nosotras (mi hermana del medio y yo) tratábamos de no salir mucho de nuestro dormitorio, porque esos tontos no nos hacían mucho caso (a menos que yo los mordiera o pateara), cuando les decíamos que noqueríamos que nos tocaran.
Pero pensé que porque esta gente esde dinero, con educación y elegante, cosas así no pasaban…
😰
Y claro, imagínense mi cara cuando la mamá de Bastían me decía que esas reuniones “sí eran oportunidades para ascender en la empresa, pero dependían de qué tanto sacrificabas por ello”.
Les prometo que me costaba creerle y no reírme cuando me decía que había hombres en otros departamentos que entregaban a sus esposas semanas enteras a sus jefes, mientras que estos los bombardeaban con trabajo o amenazaban a las señoras que si no cooperaban, despedirían al marido y perderían todos los beneficios que la minera entrega.
😠
Otras, como las mismas e hipócritas de Maddie y de Cristina, que se acostaron con cuanto imbécil y bicho feo con poder pillaron en el camino y ahora, que la atorrante está con mayor poder, le pone los cachos al Gerente General de la filial (que es su “eterno prometido” y que también, anda puteando por su propio lado) con los pololos, hermanos y maridos de sus subordinadas (y por eso, le tira tanto los calzones a mi esposo).
Y esa noche, les prometo que andaba casi arrancado por mi vida…
😕
Es que era terrible.
No pasaron ni 5 minutos que mi marido se fue y me llegaron unos 3 fulanos de unos 30 o 40 años, a meterme conversa.
Y lo peor era que igual siguen siendo de esos idiotas que no entienden que no estás interesada, que no te simpatizan sus halagos falsos (“¡Qué lindas piernas!” o “Dime, hermosa, ¿En qué departamento trabajas?”) y mucho menos, que no me gusta que me miren los pechosmientras me hablan.
😫
Y lo que era peor, peor fue que sin importar donde arrancara, me aparecían 5, 7, 9 “acosadores”.
Y es que o sea, al principio, yo creí que como en la oficina de mi esposo, la mayoría de las empleadas son mujeres, no habría tanto drama…
😣
Pero no.
Las muy tontas se juntaban en grupos a conversar (y lógico que a mí, por vestir de “Guerrera de la luna”, no me dejaban entrar :/) y dejaban que sus parejas anduvieran solas, tomando tragos y de todo.
😒
Si el momento más terrible de la noche fue cuando finalmente, me logré deshacer un poco de ellos, colándome con un grupo de gente más elegante y más grande, hasta que sentí una mano delgada que me corría mano por la colita…
XoX
¡Y lo más atroz fue que vi que el dueño de esa mano era un viejito chiquitito, delgado y huesudo, de unos 70 años!
¡70 años!
¡O sea, 3 veces más viejo que yo y 2 veces más que mi marido!
¡Era terrible!... ¡Pero no lo peor!...
😳
¡El viejo cochino y patudo aprovechó de manosearme a su antojo todo mi trasero, mientras yo pensaba lo peligroso quesería para él tomarse un viagra!
¡Obvio que no se la dejé pasar y le di un manotón, que casi lo bota y que todos, cuando vieron al tatita patinar,me miraron con un enojo más tremendo que el mío!
Pero por suerte, justo cuando me escapaba, la divisé a ella…
😍
Gloria se veía bonita. Sus rulitos negros, sus ojitos celestes y tranquilos y una cara de señorita, me calmaron los ánimos al instante.
Había venido con unas orejitas de gata rosada, una jardinera con falda negra y una blusa blanca debajo, por lo que se veía bien decentita.
😆
Me sentí súper contenta y casi se asusta, al verme saludar.
“¡Hazme compañía, por favor, hasta que vuelva mi esposo!” le pedí, casi de rodillas.
😩
Y les prometo, les prometo que me sentía feliz.
Porque aunque igual me juzgaba por mi disfraz… (que es una lástima, porque sí es mi favorito y ahora, parece que lo tendré que usar en casa y nada más:/), la notaba igual de tensa como me contaba mi marido.
O sea, con los hombros parados, caminar inseguro y mirar para todos lados…
😊
Me contó un poco triste que vino sola, porque su pareja le tocó turno de noche en el hospital…
(Y ahí, yo pensaba lo rico que sería que ella se viniera esas noches con mi marido a nuestra casa, porque se nota que es una lola decente y sanita y la pasaríamos excelente, jugando las 2 con mi marido en la cama… XD)
Pero igual, se notaba como que buscaba a alguien entre los demás…
😏
Le conté lo feliz que me sentía que hubiese venido sola, porque mi marido había tenido que bajar a hablar con su jefa por trabajo…
Puso como una carita de pena cuando le dije eso, pero se la arreglé cuando le dije que mi marido también quería hablar con ella…
😛
O sea, yo sé que está mal que disponga así de mi marido, sin preguntarle.
Pero es que les digo, yo hiervo cuando él se mete con 2 más antes que yo, porque después, los 2 quedamos igual de cansados en la cama y eso me hace enteramente feliz…
(Y por eso, el título, porque el postre sigo siendo yo… XD)
😆
Y le fui contando que mi marido me habla mucho de ella y que la admira bastante (lo que es verdad, porque la encuentra súper inteligente y empeñosa), lo que la avergonzó y me miraba un poquito complicada…
XD
Entonces, quise preguntarle a ella qué tal le pareció el viaje a Sidney, porque claro, mi marido me contó su versión, pero les prometo que me moría de ganas de saber si ella lo disfrutó tanto como él o no…
😊
Obvio que se puso roja al principio,pero sus ojitos celestes se pusieron muy bonitos cuando se puso a contarme que, apenas bajaron del avión, fueron directo al trabajo.
Lo contó así, como muy entusiasmada y se notaba mucho en los ojos que ella admiraba a mi marido, porque para ella, ha sido un jefe fenomenal y que también se estaba acostumbrando un poco a su forma de ser, trabajando…
Pero ya, cuando empezó a avanzar más el primer día, ella se fue como cerrando, para no embarrarme “la excusa que me dio mi marido”, pero no había que ser muy lista para darse cuenta que algo más había pasado, aunque ella me lo negara.
😅
¡Sé que le estoy dando mucha vuelta, pero ya vamos al asunto!
Entonces, viendo que ya teníamos más confianza, le pregunté…
“Oye, ¿Y cómo te llevas con tu pareja? ¿Es el hombre de tu vida?”
😳
“¿Cómo dice?”
“Si es el hombre de tu vida. Si te ves tu vida, pasándola con él…”
😑
Y se quedó callada unos 10 segundos…
¡Yo me sentía de lo mejor!
😂
“No lo sé…” me dijo ella, con pena e insegura.
“Entonces, no…” le respondí yo, sonriendo súper contenta.
XD
¡Obvio que ella me miró con cara de que “¿Cómo podía yo saber eso?”!
“Es que si vives con él 4 años y todavía no lo sabes, entonces no lo es…” le dije.
“¡Pero yo lo amo!” me insistió ella, con esos lindos ojitos celestes.
😤
Y les prometo que yo me sentía winner, porque a lo mejor, no soy tan adulta como ella o como la jefa de mi esposo, pero eso era algo que lo supe la primera tarde que vi a mi marido y no he cambiado de pensar eso ningún solo día.
“Sí… pero no tanto. A lo mejor, le tienes pena porque está enfermo y por eso te quedas tú con él.” Le respondí yo, mucho más tranquila.
Y le conté cómo conocí a mi marido…y cómo sufrí un año entero amándolo, siendo solamente su amiga… cómo fue nuestro primer beso…
😃
Y estábamos de lo mejor, porque ya casi le contaba cómo nos dimos nuestras virginidades, cuando llega mi marido y su jefa.
😂
¡La carita de su jefa era divina!
Es que de verdad, su mirada brillaba y como nunca, se veía recontra calmada, ya que como les cuento, ella es súper profesional y todo.
Era así como tan tranquila, feliz y satisfecha, que me daba hasta un poco de envidia y por abajo, me arremolinaba entera…
Pero lo que era mi marido, se veía soberbio…
😛
O sea, seguía disfrazado de militar, pero con el calor de la contienda, se desabrochó un poco el cuello y se dejaba ver un suéter térmico negro que él tiene, que lo hacía ver como chico malo…
XD
¡Cómo será que se veía de rico, que las 2 con Gloria nos quedamos calladas cuando les vimos llegar!
😍
“¡Listo, mi amor! ¡Ya he terminado!¡Hola, Gloria! ¿Cómo estás?” nos saludó súper cordial.
Pero Gloria se quedó callada, sin palabras, igual que yo, cuando él me saludaba y apenas nos conocíamos…
😆
Era clarísimo que para Gloria, es el chico que le gusta y el motivo por el que vino sola a esa fiesta.
¡Yo sentía que me moría de la felicidad!
😏
“¡Mi amor! ¡Le decía yo a Gloria que también tienes que hablar algo súper importante con ella!” Le dije, por ayudarle.
¡La jefa de mi marido puso unos tremendos ojos, pero por suerte, no dijo nada!
😅
“¿En serio, Marisol? ¿No puede esperar?” me preguntó mi esposo, con una carita tan tierna y como desilusionada.
“¡No, tiene que ser ahora, sino, no te dejará tranquilo!” le dije, para que me siguiera el juego.
Y claro, mi marido vio a Gloria otro poco más y se convenció, porque, ¿Qué le hace el agua al pato?
XD
Y mientras ellos bajaban, su jefa se quedó conmigo, acompañándome.
“¡Ay, Mari! Si estuviera en tus zapatos, yo no hago eso…”
“¿Por qué no?” le pregunté yo, sonriendo al verlo bajar.
“Porque lo amo y no dejaría que nadie más me lo viera…” me dijo ella, con mucha sinceridad.
😊
Yo le tomé sus palabras, sintiendo un poco de vergüenza, porque de verdad, pienso que mi marido corresponde a estar casado con una mujer como ella.
Y no lo digo porque sean de la misma edad o igual de maduros.
Pero es que yo me siento muchas veces como si fuera una hija de mi marido (no que me disguste) y él me deja ser y hacer lo que quiera y ser feliz, lo que igual me encanta, porque sé que él siempre me cuida.
Y obvio, el sexo es fenomenal y lo que hemos aprendido de ello ha sido tanto, que no creo que otra persona mejor me pudo haber enseñado.
Pero todavía hay tantas cosas de él que no comprendo y pienso que ella sí las haría, aunque creo que la más importante de todas es ¿Por qué él me ama tanto?
😓
¡Lo siento! ¡Aquí, sí vamos!
“Por favor, cuéntame lo que te hizo…” le pregunté, desesperada a la jefa de mi marido.
Había pedido una copita de vino tinto al garzón y después que se la sirvió, bebió un sorbito y me respondió.
“¿Por qué quieres saberlo? ¿No te lo va a contar él?”
“Sí… pero nunca sé lo que tú sentiste…y es eso lo que me desespera y me retuerce…” le dije, sintiendo un nudo de ansiedad en el estómago.
😟
Ella me miró con lástima.
Sabe que no somos malos y que de verdad, nos amamos.
Pero esto, para mí, se ha vuelto tan importante como el trabajo y muchas veces, me encuentro mirando chiquillas, preguntándome si acaso mi marido sería capaz de levantárselas…
😑
Se limpió con elegancia los labios, después de tomar otro poquito de vino y me miró.
“Bueno, Mari. De verdad, yo creí que tu marido me iba a llevar a ver el trabajo, porque en el ascensor, me fue conversando de los gráficos y él era muy convincente…” finalmente aceptó, conmovida por la misericordia.
Ella creía que en el trayecto y al verse a solas, le daría un calugazo o un agarrón, pero mi marido, compuestito como siempre, esperó a que entraran al despacho de su jefa y recién ahí, él la abordó…
😍
Me dijo que le dio un besito suave y fugaz, apresándola contra su escritorio y que mi esposo le colocó suave y muy despacio su mano en la cola. Me decía que no sentía una intención, sino que era muy parecido a un cariñito y era algo que de verdad necesitaba, porque Elena, con ella, es como más directa y le falta el romance que mi marido le da.
Su jefa me aseguraba que se sentía morir, porque lo llevaba deseando por más de 2 años y que estaba siendo mucho mejor que lo que ella esperaba.
😖
Me decía que su beso era suculento, dulce y suave y que su boquita sabía fenomenal y que sin darse cuenta en el abrazo que le daba mi marido, le desabrochó el vestido y aunque los pechos le quedaron más sueltos, no los expuso completos.
Decía que entonces, sus manos bajaron hasta su falda y se la levantaron, metiéndose ansiosas a buscar sus calzoncitos, mientras él le besaba el cuello y la oreja y le olía deliciosamente el pelo…
😩😫
Les prometo que en esos momentos, lo único que quería era dedearme y la mirada de ella era un poquito turbia, porque a pesar que había gozado hacia poco, de nuevo sus ganas habían regresado…
Y creo que las 2 pensábamos que Gloria también debía estar gozando.
😲 😲
Entonces, me dijo que le desnudó lospechos, pero que así y todo, no se los atacó al tiro…
Me dijo que le dio otro beso y que ella se sintió maravillosa, porque cuando le soltó el pantalón, su cosota estaba ya bien parada y deseosa y que ella misma se sentía lo mojada que lo deseaba.
😩😫
Dijo que empezó a comerle los pechos despacio, como jugueteando y lamiendo por los costados y que las manitas inquietas de mi marido se metían por su falda, dedeándola de una manera fenomenal e incandescente, mientras que ella le amasaba su riquísimo y caliente bastón de carne, que cada vez, se hinchaba más y más.
Entonces él, como que se agachó entremedio de sus pechos y le fue desnudando el vientre y besándoselo súper rico, dándole unos chupetones en el estómago que la repletaban de felicidad.
😵 😲
Yo me sentía que me deshacía.
Mi conchita palpitaba fuerte y me sentía terriblemente mojada, pero entonces, me contó que ahí, le empezó a comer los pechos.
😫😫 😫
Dice que también lo encontró magistral.
Que o sea, Bastían le hace sentir rico cuando le amamanta, pero darle de comer a mi marido por los pechos era totalmente otra cosa.
Su lengüita caliente le chupaba con tanta dulzura y la manera que él la chupaba y sentía tanta leche pasar, era descomunal.
Entonces, él le dio otro beso maravilloso y ahí, recién ahí, cuando su jefa tampoco podía aguantar un segundo más sus ganas, la empezó a penetrar.
😩 😖
“¿Y cómo fue?” le pregunté yo, sintiendo que la corriente me agarraba hasta los hombros, mis pechos estaban hinchadísimos y mi pepita la sentía latir y mojar a flor de piel.
“Fue duro, rico y violento.” Respondió, tomando otro trago más de vino.
“¿Qué?”
“Sí, fue así. Me la metió casi de golpe.”
😰 😰
Y ahí, yo sentí envidia.
Porque o sea, a mí, de que él me hace acabar, me hace acabar y es todo un gozo.
Pero se toma tanto, tanto tiempo, que después hasta mi conchita me duele y obvio, que para mí, ponerlo desbordadamente caliente me cuesta un mundo y que él me penetre así, pasa súper rara vez.
“¿Qué te pasa?” me preguntó, al verme tan callada.
“No, nada. Es que conmigo, él no es así…”
😠
Entonces, ella se enfadó.
“¿No te das cuenta, Marisol? ¡Él no quería tener sexo conmigo esta noche! ¡Quería estar contigo, otra vez!” me retó, bien retada.
😳
Yo no lo quería creer, porque… o sea, le damos todos los días…
Y la jefa de mi marido es archi-recontra-sexy.
Y ahí me dijo que ella se había dado cuenta.
Que él fue más brusco, más rápido y que no fue como las últimas veces.
😮
O sea, ella igual lo encontró extremadamente rico y mi marido le hizo disfrutar tremendo, con un mete y saca infernal.
Pero ella podía darse cuenta que él estaba como furioso e impaciente, para hacerla acabar luego.
😩 😲
Le daba duro y rico y le encantaba cuando sus bolitas le golpeteaban la punta de la conchita, con un beso huracanado que parecía querer robar la lengua.
Y la manera que le agarraba el trasero y que él la ensartaba era infinitamente mucho más rica que cuando ella y Elena usan consoladores dobles.
Y que esa manera que tiene su pene, de alcanzarle justo los labios de la vida y de lo rico que le retumbaba el útero, le hacía acabar de una manera impresionante y escandalosa, que jamás, jamás, jamás, su novio anterior, antes que se diera cuenta que él era gay y que había sido el hombrón más dotado con el que había dormido, siquiera lo hubiera tocado…
Y ahí estaba yo, pensando que mi marido debía estar machacando así de rico, en esos momentos, a Gloria, entremedio de sus piernas…
😵 😵
Yo estaba impactada, cuando ella me contaba que quería hacerlo parar, que él lo estaba haciendo demasiado rápido…
Pero también me decía que sus ojos eran infinitamente profundos y que ahí se daba cuenta que él no estaba pensando en ella, sino que en otra, y aunque se sentía usada y un poquito decepcionada, el gozo que sentía entre sus piernas era esplendoroso.
😒
Entonces, ahí me volvió a mirar seria y me dijo otra vez, que ella lo amaba.
Me confesó sinceramente y sin pelos en la lengua, que al principio, yo le caía pésimo y que me encontraba una “pendeja calentona”, que había enamorado al único amigo que le hacía pensar en la vida de casada.
Y que esos fines de semanas, cuando mi marido (que en esos tiempos, era mi prometido) se quedaba en su casa, trataba de complacerlo en todo, para que así se enamorara de ella y me dejara.
Y era por eso que le molestaba tanto, tanto, tanto que yo lo prestara con tanta facilidad.
Porque ella me decía que ni ella misma, ni mi mamá y ni siquiera mi prima harían eso de prestarla a cuanta fulana conocieran, con tal de ver si la hacían gozar como yo.
😔
Yo me quedé callada y me sentí un poco mal, porque como les digo, la jefa de mi marido es más madura y lo conoce tan bien como yo.
Pero así, calmándose un poco, me dijo que no jugara tanto con fuego…
Y hasta, me pidió disculpas.
Que ella lo amaba, incluso ahora más, que le dio un lindo hijito y que mi marido, a pesar de estar incondicionalmente enamorado de mí, igual se las arreglaba para ser un buen papá y que por eso, me sentía envidia.
😭
Que ella amaba a Elena, pero que ese sentimiento era una sombra chiquitita, comparada por lo que sentía por mi esposo y que aun así, me dio las gracias, porque se lo prestara un rato.
Yo, o sea, igual le tomé peso a sus palabras y le tomé la mano, de verdad, entendiendo lo que ella me decía…
Pero justo cuando pensaba decirle que, a lo mejor, podríamos juntarnos un fin de semana por la noche, ella,Elena, yo y mi marido, mi querido esposo llegó, junto con Gloria…
😂
¡El pobrecito llegó con una carita de cansancio que ya, no podía más!
Y ahora, el calorcito que sentía tuvo que ser tan fuerte, que su chaqueta de soldado estaba completamente abierta y se veían sus pantalones negros y todo su suéter.
“¡Listo, mi vida! ¡Ya terminé con todo! ¿Nos vamos?” me dijo mi mejor amigo en todo el mundo, mirándome con esos ojitos tan lindos, de los que me he enamorado y tomándome de la mano.
😍
Y yo miraba a Gloria y la encontraba así, como impresionada.
Como si se hubiera metido en una lavadora y nunca se hubiera dado cuenta, porque su jardinera estaba un poquito más arrugada, sus rulitos un poco más despeinados y hasta su blusa, fuera de lugar…
(Y sus orejitas de gata las encontré después, en la oficina de mi marido… XD)
😤
Pero sin lugar a dudas, lo que más me gustaba, era su forma de caminar.
Porque yo también he sentido esa sensación maravillosa de tener los juguitos del chico que más te gusta, dentro de tu conchita y apretar las piernas, para no dejarlos escapar.
😉
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3 comentarios - El postre, para el final… (II)