(...)
Volteo en redondo, para verla, vaya mujer, un hermoso rostro cubierto con una máscara de gatúbela, un cuerpo espectacular enfundado en apretado látex, todo cubierto de falsas costuras como la película de batman (la de los ochentas). La cintura pequeña, la curva de sus caderas se marca bien sin exagerar, sus piernas largas, muy largas terminan en unas botas con tacón de aguja, sus pechos son grandes, firmes, el disfraz hace que se noten más, lleva en los labios un rojo intenso; el disfraz es muy apretado, deja poco a la imaginación, tiene al frente una cremallera semi abierta que comienza en el cuello (pero por sus tetas esta abierto como escote) y termina hasta la pelvis.
—¿Le gusta lo que ve Señor Calavera? —pregunta sexualmente en un susurro, pegando su cuerpo al mío, su voz me da escalofríos lujuriosos.
—Me encanta —digo atarantado.
—Y eso que no lo has visto completo —termina y da una vuelta moviéndose escandalosamente pornográfica. La cola del disfraz latiguea en mis piernas puedo ver su culo parado, redondo, firme, como si fuera hecho para llevar ese traje, lleva el cabello rubio atrapado en un peinado a forma de nudo (algo así ), el traje es tan pegado que me doy cuenta que no lleva nada más que el traje, cualquier cosa que llevara abajo, por más diminuta que sea, se marcaría en el látex —. ¿Bailamos?
—Claro... —contesto y nos mecemos lento al ritmo de la música.
Nuestros cuerpos se acercan cada vez más, mi rodilla se mueve entre sus piernas, el látex suelta un chirrido de vez en cuando, ella baila sexual, sensualmente provocativa. Mis manos se aventuran al encuentro de su culo, duró como piedra pero lo suficientemente suave como para poder clavarle los dedos. Bailando me besa, siento su lengua buscando la mía, con mis manos en su cintura pa pego a mi, ella siente el bulto de mi pantalón y me besa más apasionadamente.
—¿Quién eres?... —pregunto excitado.
—¿No me reconoces? —dice alejándose un poco para que la vea bien.
—Bueno, soy muy malo reconociendo rostros con máscaras de látex —"y soy peor reconociéndolos si estoy drogado" pienso.
—Yo soy... Yo soy... Tu sorpresa... —dice dándome la espalda y acercándome su hermoso culo, toma mis brazos en un nudo sobre su abdomen — y puedes tomarme.
Eso era suficiente para mi, a quién le importa el nombre, con ese culo y esas tetas podría ser quien quisiera, pero hoy iba a ser mi puta.
—Bueno encanto, creo que hay que ir a un lugar más... Privado —le digo al oído y ella sonríe, la tomo del brazo y empezamos a salir de la multitud.
Siento que alguien nos observa, volteo a la derecha y veo a la brujita sexy, ella me ve, aprieta los labios con enojo y después voltea la cara con indiferencia; la sensación no desaparece, volteo a la izquierda y Katy con mis compañeros susurran y hablan al verme subir por las escaleras llevando de la mano a gatúbela.
En el descansillo de las escaleras está un fantasma metiendole dos dedos a una enfermera que gime con lujuria; llegamos a la primera puerta, como esta entreabierta puedo ver a un vampiro dándole en cuatro a la momia puta que al notar que la veía sonríe y grita de placer; la segunda puerta era el baño que descaradamente abierta dejaba ver como una diablita (a la que se le veía la bombachita húmeda en esa posición) le succionaba la verga un esqueleto vociferó "me corro putita" justo cuando pasamos de largo.
"Segundo piso, tercera puerta... Segundo piso, tercera puerta... " repetía mi mente una y otra vez. Cuando llegamos enfrente y mientras buscaba la llave en mis bolsillos, la chica del traje de látex me pegaba los pechos a la espalda y sus garras felinas apretaban mis bolas sobre el pantalón. Por fin la puerta cede y entramos a una habitación con una cama grande y dos botellas de agua en la mesa de noche como si fuera un motel, entramos y cierro la puerta con seguro, el sonido de la música queda amortiguado, gatúbela camina hacia la puerta del balcón, el sonido de sus tacones me hace estremecer; me quito el saco, vacío mis bolsillos y me acerco a ella.
—Entonces encanto... —me acerco a su espalda con la intención de estrujar ese hermoso culo.
—Entonces... Tienes que prometerme dos cosas... —comienza como si fuera otra mujer y no la chica en látex que sexual y descaradamente me sedujo —primero prometeme que no nos quitaremos las mascaras... —asiento con a cabeza —y segundo, que me vas a coger como si yo fuera tu sueño más húmedo y secreto...
Hay un breve silencio, no comprendo porqué pide eso y por primera ves tengo curiosidad de saber quién es —eso no lo tienes ni que decir encanto... Tengo unas ganas de cogerte que no voy a parar hasta hacerte tener un orgasmo que te haga gritar.
Me acerco y la beso, mi manos van directo a su culo, le doy una nalgada que truena estrepitosa por el látex, nuestras lenguas chocan y se enredan, muevo su culo de arriba a abajo, siento como palpita su coño, mi erección escurre lubricante, ella huele a sexo, un aroma que me pone como loco. Da un paso atrás y choca con la puerta del balcón, la abre con las manos en la espalda y la habitación se llena del ruido y del frío de otoño; da dos pasos más y su culo choca contra el barandal, tomó la cremallera y la abro hasta el final, quedo agachado y beso su ombligo, tiene el abdomen plano, sigue besando hasta llegar entre sus pechos, son tan grandes que aún quedan atrapados en el traje de látex, le beso un lunas que tiene en el cuello ella disfruta de mis caricias y empieza a gemir despacio, llegó a oreja y le muerdo levemente el lóbulo "mmm..." se le escapa y algo se enciende en ella, me aleja y me pone contra el barandal, el efecto de la hierba lo pasa del todo, el vértigo se hace más fuerte, el alcohol me marea.
—Dame leche... —dice agitada, como desesperada.
—¿Tan rápido?... Espera un rato encanto... Todavía no..
—Necesito tu leche... Dame por favor... Necesito... Quiero que te corras en mi boca... Dejame saborear tu semen por favor... Dame leche y después cogemos... Te doy el culo si quieres... Pero dame...
No espera más y sus manos van a mi pantalón, ágil y certera, desabrocha y desabotona, baja mis pantalones con el bóxer, mis nalgas tocan el metal frío, aprieto sacando mi verga, escurre lubricante que cae en pesadas gotas, ella lame mis huevos, el lubricante le mancha las mejillas, se mete un testículo y luego el otro, succiona, yo aprieto los dientes, hecho mi cabeza hacia atrás, cierro los ojos, suelta mis bolas, las siento pesadas, llenas de leche ella pasa la lengua por la cabeza de mi verga, eso me hace soltar un gruñido, se la mete entera, escucha que se atraganta, se la saca toda dejando saliva y lubricante en una telaraña de sus labios a mi miembro, comienza una mamada deliciosa.
—¿Por qué tanta insistencia con mi leche? —le digo tratando de cobrar el sentido, estaba un poco mareado por el alcohol, la hierba y la altura.
Gatúbela se saca mi verga de la boca para poder hablar —si no me das leche ahorita cuando te corras me vas a dejar tu semen adentro o sobre mis tetas y entonces ya no me vas a dar en la boca... —me explica mientras con su mano me masturba —así me aseguro de tener lo que me pertenece —termina sonríe traviesamente y se vuelve a llenar la boca de mi polla.
Es un argumento que no puedo discutir, tenia ganas de llenarle el culo de leche pero si ella lo quiere oral y no anal ¿quién soy yo para negarselo?
Disfruto de su boca, succiona delicioso y mueve su lengua sobre mi glande, la saliva y lubricante le resbalan por la barbilla en espuma y burbujas, sorbe esa mezcla y sigue chupando, me aprieta los huevos como para comprobar cuanta leche tienen, de vez en cuando se atraganta a propósito con mi verga, no necesito tomar su cabeza para marcar el ritmo rápido, ella sola mueve el cuello rápido clavándose toda mi pija.
Siento en mis entrañas que el orgasmo se aproxima, veo hacia abajo del balcón y no se si alucino o veo de verdad en el patio que la zombi de minifalda que se la chupaba al pirata ahora goza de una verga de fantasma, la novia de Frankenstein ahora recibe por el culo las embestidas de un vampiro, mi mente empieza a divagar a medida que se acerca el orgasmo.
Empezó a gemir y a gruñir avisando la inevitable eyaculación, ella al darse cuenta succiona con más fuerza apretando su boca a mi verga para no dejar escapar nada, yo sostengo su cabeza —me corroo... —gruño antes de soltar caliente y espesa leche en su boca.
—Mm... Mmm... Mmm mm. MMM... —sale de su boca mientras saborea.
Salen y salen chorros de todos los días que tenía sin correrme, se escucha el sonido de su garganta al tragar espeso tres veces, después abre su boca en una sonrisa cínica y pervertida, sus ojos encendidos me ven desde abajo, mi verga queda saltando dura, ella abre la boca para enseñarme que, como niña buena, se trago toda mi leche, saca su lengua y vuelve a masturbarme yo doy pequeños espasmos por lo sensible que queda mi miembro, ella exprime dos últimas gotas que caen en su lengua, mis piernas se debilitan pero mi pene aun sigue parado.
La jalo del brazo y ahora yo la pongo contra el barandal libero sus grandes pechos del traje de látex, sus pechos rebotan, sus pezones están erectos, deliciosos y atrayentes, mi mano se adueña de un pecho y mi boca succiona ávidamente arrancandole gemidos de placer. Mi mano resbala por entre sus piernas, mi mano no encuentra vello pero si su coño hecho un mar, su humedad resbala por las piernas haciendo que se le pegue el látex. Ella saca mi mano y se da la vuelta, apoya las manos en el barandal y saca el culo, la cola de látex queda colgando entre sus bien definidas nalgas.
—Jala la cola del disfraz... —la jalo levemente, esta pegada al traje —con fuerza... Hacia abajo...
Procedo con precaución, jalo un poco más, arriba del nacimiento de la cola se empieza a desprender un pedazo de látex, parece como si esa parte haya sido agregada y no fuera parte del disfraz (no recuerdo si gatúbela tenía cola en la película), doy un tirón fuerte y se desprende una tira rectangular que descubre de su culo a su coño.
—Este disfraz está hecho pa... Aaaah... Ahh —no la dejo terminar, empiezo a lamer los fluidos de su depilada vagina y mi lengua juega en su ano.
A la chupada se le agregan dos dedos entrando y saliendo de su coño, me alejo para disfrutar el paisaje de ese culo cubierto de látex con una entrada secreta para coger, sus grandes pechos cuelgan.
—¿Me vas a dar este culito encanto? —pregunto sin sacar mis dedos de ella.
—Es todo tuyo... —dice satisfecha con una ancha sonrisa.
Acto seguido, le abro las nalgas para descubrir un culo blanqueado y rosa, empiezo a pasar mi lengua en salivando bien su agujero, le meto un dedo y después dos, cuando los saco mantengo abierto su culo, meto y saco mi lengua asegurandome que quede bien lubricada. Cuando doy mi visto bueno me acomodo atrás de ella y apuntando a su culo se la meto de un jalón.
—¡Dios!... Mmm que rico... Aaaah... —ella aprieta las nalgas atrapando mi verga —que delicia... Dios... Parteme el culo... Dame duro... —se la meto una y otra vez con furia duro y profundo —ah, ah, ah, ah... Así duro... Llename el culo de verga... Dios... Que rico... —dejo de darle duro y empiezo a darle salvajemente, sus tetas se balancean violentamente —aaay... Ay, ay, ay, ah, ah, ah... Ah... aaah... Dios... —grita y gime poseída, todas las parejas que cogian en el patio ahora nos ven —mmm... Tenemos público... —dice entre jadeos y comienza a gemir con más fuerza, como película pornográfica. Como ya me había drenado los huevos iba a tardar un poco más en correrme así que que le doy duro hasta que mis huevos duelen de rebotar tan duro en su coño —¡aaaaah... Dios!... Aah.... Ahh.... —grita al explotar su orgasmo, cae sobre sus rodillas, los pechos atrapados entre los barrotes del balcón, aún sigue retorciéndose de placer.
Se levanta con una sonrisa y me besa enseñándole el culo a nuestro público, me empuja hacia adentro de la habitación, ella cierra la puerta entre chiflidos y vítores, cierra el balcón se quita botas y disfraz, se deja la máscara, yo me desnudo igual, nos besamos de pié al lado de la cama, ella se acuesta casi en la orilla y levanta las piernas al techo cruzando las pantorrillas, esa es mi posición favorita, así es como me gusta ver a una mujer, desde esa perspectiva puedes ver el culo en toda su redondes, el coño en toda su belleza y las piernas largas cruzadas, formando lo que yo llamo: la gota de la lujuria.
Le beso el culo y el coño, después abro sus piernas, bien abiertas, la jalo más a la orilla y me acomodo para penetrarla. Me deslizo en su interior húmedo y caliente, ella sonríe y comienza otra sinfonía de gemidos, aceleró el ritmo provocando un sonido de chapoteo, ella masaje a sus grandes pechos, junto sus piernas y las coloco en mi hombro, me quedo dándole así un buen rato, (bendita juventud).
—Aaaah... Ah... Ahhh... Siéntate... Ah, ah, ah... Siéntate... —obedezco, mis piernas estaban un poco cansadas.
Me quedo sentado a la orilla de la cama con la verga apuntando al techo, la cabeza roja de la fricción. Gatúbela se pone frente a mí de espaldas, se inclina al frente abriendo sus dos agujeros a mis ojos, baja lentamente su culo, yo mantengo recta mi verga para que entre en su vagina, una vez que se ha comido todo mi miembro comienza a subir y bajar el culo dando sentones cada vez más rápidos y fuertes.
—Dios... Dios... Diosdiosdios... Así... Aaaah... Así quería sentir... Aaah... Así que me llenaras de tu verga... Aaah... —mi verga se sale en uno de esos sentones y al caer sus nalgas lo aplastan —. Dame en cuatro —dice al sentirse vacía de mi pene.
Se acomoda rápido sobre las rodillas y las manos meneando el culo, yo la sigo y vuelvo a darle por atrás haciendo que se mezclen sus "ay dios" con los aplausos de sus nalgas.
Después de unos minutos a ritmo rápido siento que de nuevo me voy a venir, ella parece estar cerca del orgasmo también, saca el culo cada vez más para que le entre más de mi verga.
—Dios... Ahhh... Aaaah... Aaah... Ah, ah, ah, así... Ahí... Ahí, ahí, ahí... Aaaah... Dios... Dios... Diooos... ¡DIOS! —grita y su coño se abre y cierra entorno a mi pene, ella empieza a moverse sin control —mmm.... —saca el culo y yo la sigo penetrando duramente.
—¡Me vengoo! —digo aferrándome a sus caderas, pegándome a sus nalgas, dejando los dos últimos débiles chorros de semen en su coño.
Caemos en la cama jadeando, sudorosos y oliendo a sexo. Nos metemos en las cobijas, ella me abraza pegando sus tetas a mi brazo, echandome una pierna encima.
—Y... ¿Quién eres?
—Gatúbela... ¿No es obvio? —nos reímos.
—No, enserio... ¿Nos conocemos?
—Bueno... Pues si quieres este culo otra vez tendrás que recordar.
—¿Te gustan los acertijos verdad? —ella sonríe y comienza a dormirse, yo me quito la máscara y me duermo igual.
...
Me despierta el hambre, la resaca endemoniada me regala un dolor de cabeza monumental, me levanto de la cama, estoy solo, en el buro hay una botella de agua, me la acabo de un sorbo, mi garganta sigue seca y muero de hambre, efecto secundario de la marihuana, me paro desnudo, buscando mi ropa, encuentro todo menos la máscara. Me visto y lleno mis bolsillos, gatúbela se fue sin decir adiós, busco mi celular, esta en el buro del otro lado, debajo esta una máscara de látex, la guardo en mi bolsillo y bajo a buscar algo que comer.
Parece un campo de batalla la casa, monstruos y espectros en el suelo, como muertos de verdad. En el baño un esqueleto abrazado al inodoro da a entender que se pasó de copas, una momia desnuda descansa en otra habitación con la puerta abierta de par en par. Llego a la sala, a la mesa de bocadillos o lo que queda de ella, como lo que me encuentro, reviso el celular, las 4:30 am, decido irme a cada y comprar un suero de camino, mamá me había dicho que tenía que estar en casa, ella había pasado la noche en casa de mi abuela y lo la alcanzaría a las 10de la mañana.
Tomo un taxi y llego a casa, me quedo dormido de inmediato y a las 9 me levanta un msj de texto.
"Creo que esto es tuyo... " dice y trae adjunta una foto de mi máscara, sonrío, le tomo una foto a la máscara que tengo y contesto "yo también tengo algo tuyo" el número esta registrado como "Gatúbela" me meto a bañar y me apresuro para llegar.
Así sucedió, créanlo o no.
Volteo en redondo, para verla, vaya mujer, un hermoso rostro cubierto con una máscara de gatúbela, un cuerpo espectacular enfundado en apretado látex, todo cubierto de falsas costuras como la película de batman (la de los ochentas). La cintura pequeña, la curva de sus caderas se marca bien sin exagerar, sus piernas largas, muy largas terminan en unas botas con tacón de aguja, sus pechos son grandes, firmes, el disfraz hace que se noten más, lleva en los labios un rojo intenso; el disfraz es muy apretado, deja poco a la imaginación, tiene al frente una cremallera semi abierta que comienza en el cuello (pero por sus tetas esta abierto como escote) y termina hasta la pelvis.
—¿Le gusta lo que ve Señor Calavera? —pregunta sexualmente en un susurro, pegando su cuerpo al mío, su voz me da escalofríos lujuriosos.
—Me encanta —digo atarantado.
—Y eso que no lo has visto completo —termina y da una vuelta moviéndose escandalosamente pornográfica. La cola del disfraz latiguea en mis piernas puedo ver su culo parado, redondo, firme, como si fuera hecho para llevar ese traje, lleva el cabello rubio atrapado en un peinado a forma de nudo (algo así ), el traje es tan pegado que me doy cuenta que no lleva nada más que el traje, cualquier cosa que llevara abajo, por más diminuta que sea, se marcaría en el látex —. ¿Bailamos?
—Claro... —contesto y nos mecemos lento al ritmo de la música.
Nuestros cuerpos se acercan cada vez más, mi rodilla se mueve entre sus piernas, el látex suelta un chirrido de vez en cuando, ella baila sexual, sensualmente provocativa. Mis manos se aventuran al encuentro de su culo, duró como piedra pero lo suficientemente suave como para poder clavarle los dedos. Bailando me besa, siento su lengua buscando la mía, con mis manos en su cintura pa pego a mi, ella siente el bulto de mi pantalón y me besa más apasionadamente.
—¿Quién eres?... —pregunto excitado.
—¿No me reconoces? —dice alejándose un poco para que la vea bien.
—Bueno, soy muy malo reconociendo rostros con máscaras de látex —"y soy peor reconociéndolos si estoy drogado" pienso.
—Yo soy... Yo soy... Tu sorpresa... —dice dándome la espalda y acercándome su hermoso culo, toma mis brazos en un nudo sobre su abdomen — y puedes tomarme.
Eso era suficiente para mi, a quién le importa el nombre, con ese culo y esas tetas podría ser quien quisiera, pero hoy iba a ser mi puta.
—Bueno encanto, creo que hay que ir a un lugar más... Privado —le digo al oído y ella sonríe, la tomo del brazo y empezamos a salir de la multitud.
Siento que alguien nos observa, volteo a la derecha y veo a la brujita sexy, ella me ve, aprieta los labios con enojo y después voltea la cara con indiferencia; la sensación no desaparece, volteo a la izquierda y Katy con mis compañeros susurran y hablan al verme subir por las escaleras llevando de la mano a gatúbela.
En el descansillo de las escaleras está un fantasma metiendole dos dedos a una enfermera que gime con lujuria; llegamos a la primera puerta, como esta entreabierta puedo ver a un vampiro dándole en cuatro a la momia puta que al notar que la veía sonríe y grita de placer; la segunda puerta era el baño que descaradamente abierta dejaba ver como una diablita (a la que se le veía la bombachita húmeda en esa posición) le succionaba la verga un esqueleto vociferó "me corro putita" justo cuando pasamos de largo.
"Segundo piso, tercera puerta... Segundo piso, tercera puerta... " repetía mi mente una y otra vez. Cuando llegamos enfrente y mientras buscaba la llave en mis bolsillos, la chica del traje de látex me pegaba los pechos a la espalda y sus garras felinas apretaban mis bolas sobre el pantalón. Por fin la puerta cede y entramos a una habitación con una cama grande y dos botellas de agua en la mesa de noche como si fuera un motel, entramos y cierro la puerta con seguro, el sonido de la música queda amortiguado, gatúbela camina hacia la puerta del balcón, el sonido de sus tacones me hace estremecer; me quito el saco, vacío mis bolsillos y me acerco a ella.
—Entonces encanto... —me acerco a su espalda con la intención de estrujar ese hermoso culo.
—Entonces... Tienes que prometerme dos cosas... —comienza como si fuera otra mujer y no la chica en látex que sexual y descaradamente me sedujo —primero prometeme que no nos quitaremos las mascaras... —asiento con a cabeza —y segundo, que me vas a coger como si yo fuera tu sueño más húmedo y secreto...
Hay un breve silencio, no comprendo porqué pide eso y por primera ves tengo curiosidad de saber quién es —eso no lo tienes ni que decir encanto... Tengo unas ganas de cogerte que no voy a parar hasta hacerte tener un orgasmo que te haga gritar.
Me acerco y la beso, mi manos van directo a su culo, le doy una nalgada que truena estrepitosa por el látex, nuestras lenguas chocan y se enredan, muevo su culo de arriba a abajo, siento como palpita su coño, mi erección escurre lubricante, ella huele a sexo, un aroma que me pone como loco. Da un paso atrás y choca con la puerta del balcón, la abre con las manos en la espalda y la habitación se llena del ruido y del frío de otoño; da dos pasos más y su culo choca contra el barandal, tomó la cremallera y la abro hasta el final, quedo agachado y beso su ombligo, tiene el abdomen plano, sigue besando hasta llegar entre sus pechos, son tan grandes que aún quedan atrapados en el traje de látex, le beso un lunas que tiene en el cuello ella disfruta de mis caricias y empieza a gemir despacio, llegó a oreja y le muerdo levemente el lóbulo "mmm..." se le escapa y algo se enciende en ella, me aleja y me pone contra el barandal, el efecto de la hierba lo pasa del todo, el vértigo se hace más fuerte, el alcohol me marea.
—Dame leche... —dice agitada, como desesperada.
—¿Tan rápido?... Espera un rato encanto... Todavía no..
—Necesito tu leche... Dame por favor... Necesito... Quiero que te corras en mi boca... Dejame saborear tu semen por favor... Dame leche y después cogemos... Te doy el culo si quieres... Pero dame...
No espera más y sus manos van a mi pantalón, ágil y certera, desabrocha y desabotona, baja mis pantalones con el bóxer, mis nalgas tocan el metal frío, aprieto sacando mi verga, escurre lubricante que cae en pesadas gotas, ella lame mis huevos, el lubricante le mancha las mejillas, se mete un testículo y luego el otro, succiona, yo aprieto los dientes, hecho mi cabeza hacia atrás, cierro los ojos, suelta mis bolas, las siento pesadas, llenas de leche ella pasa la lengua por la cabeza de mi verga, eso me hace soltar un gruñido, se la mete entera, escucha que se atraganta, se la saca toda dejando saliva y lubricante en una telaraña de sus labios a mi miembro, comienza una mamada deliciosa.
—¿Por qué tanta insistencia con mi leche? —le digo tratando de cobrar el sentido, estaba un poco mareado por el alcohol, la hierba y la altura.
Gatúbela se saca mi verga de la boca para poder hablar —si no me das leche ahorita cuando te corras me vas a dejar tu semen adentro o sobre mis tetas y entonces ya no me vas a dar en la boca... —me explica mientras con su mano me masturba —así me aseguro de tener lo que me pertenece —termina sonríe traviesamente y se vuelve a llenar la boca de mi polla.
Es un argumento que no puedo discutir, tenia ganas de llenarle el culo de leche pero si ella lo quiere oral y no anal ¿quién soy yo para negarselo?
Disfruto de su boca, succiona delicioso y mueve su lengua sobre mi glande, la saliva y lubricante le resbalan por la barbilla en espuma y burbujas, sorbe esa mezcla y sigue chupando, me aprieta los huevos como para comprobar cuanta leche tienen, de vez en cuando se atraganta a propósito con mi verga, no necesito tomar su cabeza para marcar el ritmo rápido, ella sola mueve el cuello rápido clavándose toda mi pija.
Siento en mis entrañas que el orgasmo se aproxima, veo hacia abajo del balcón y no se si alucino o veo de verdad en el patio que la zombi de minifalda que se la chupaba al pirata ahora goza de una verga de fantasma, la novia de Frankenstein ahora recibe por el culo las embestidas de un vampiro, mi mente empieza a divagar a medida que se acerca el orgasmo.
Empezó a gemir y a gruñir avisando la inevitable eyaculación, ella al darse cuenta succiona con más fuerza apretando su boca a mi verga para no dejar escapar nada, yo sostengo su cabeza —me corroo... —gruño antes de soltar caliente y espesa leche en su boca.
—Mm... Mmm... Mmm mm. MMM... —sale de su boca mientras saborea.
Salen y salen chorros de todos los días que tenía sin correrme, se escucha el sonido de su garganta al tragar espeso tres veces, después abre su boca en una sonrisa cínica y pervertida, sus ojos encendidos me ven desde abajo, mi verga queda saltando dura, ella abre la boca para enseñarme que, como niña buena, se trago toda mi leche, saca su lengua y vuelve a masturbarme yo doy pequeños espasmos por lo sensible que queda mi miembro, ella exprime dos últimas gotas que caen en su lengua, mis piernas se debilitan pero mi pene aun sigue parado.
La jalo del brazo y ahora yo la pongo contra el barandal libero sus grandes pechos del traje de látex, sus pechos rebotan, sus pezones están erectos, deliciosos y atrayentes, mi mano se adueña de un pecho y mi boca succiona ávidamente arrancandole gemidos de placer. Mi mano resbala por entre sus piernas, mi mano no encuentra vello pero si su coño hecho un mar, su humedad resbala por las piernas haciendo que se le pegue el látex. Ella saca mi mano y se da la vuelta, apoya las manos en el barandal y saca el culo, la cola de látex queda colgando entre sus bien definidas nalgas.
—Jala la cola del disfraz... —la jalo levemente, esta pegada al traje —con fuerza... Hacia abajo...
Procedo con precaución, jalo un poco más, arriba del nacimiento de la cola se empieza a desprender un pedazo de látex, parece como si esa parte haya sido agregada y no fuera parte del disfraz (no recuerdo si gatúbela tenía cola en la película), doy un tirón fuerte y se desprende una tira rectangular que descubre de su culo a su coño.
—Este disfraz está hecho pa... Aaaah... Ahh —no la dejo terminar, empiezo a lamer los fluidos de su depilada vagina y mi lengua juega en su ano.
A la chupada se le agregan dos dedos entrando y saliendo de su coño, me alejo para disfrutar el paisaje de ese culo cubierto de látex con una entrada secreta para coger, sus grandes pechos cuelgan.
—¿Me vas a dar este culito encanto? —pregunto sin sacar mis dedos de ella.
—Es todo tuyo... —dice satisfecha con una ancha sonrisa.
Acto seguido, le abro las nalgas para descubrir un culo blanqueado y rosa, empiezo a pasar mi lengua en salivando bien su agujero, le meto un dedo y después dos, cuando los saco mantengo abierto su culo, meto y saco mi lengua asegurandome que quede bien lubricada. Cuando doy mi visto bueno me acomodo atrás de ella y apuntando a su culo se la meto de un jalón.
—¡Dios!... Mmm que rico... Aaaah... —ella aprieta las nalgas atrapando mi verga —que delicia... Dios... Parteme el culo... Dame duro... —se la meto una y otra vez con furia duro y profundo —ah, ah, ah, ah... Así duro... Llename el culo de verga... Dios... Que rico... —dejo de darle duro y empiezo a darle salvajemente, sus tetas se balancean violentamente —aaay... Ay, ay, ay, ah, ah, ah... Ah... aaah... Dios... —grita y gime poseída, todas las parejas que cogian en el patio ahora nos ven —mmm... Tenemos público... —dice entre jadeos y comienza a gemir con más fuerza, como película pornográfica. Como ya me había drenado los huevos iba a tardar un poco más en correrme así que que le doy duro hasta que mis huevos duelen de rebotar tan duro en su coño —¡aaaaah... Dios!... Aah.... Ahh.... —grita al explotar su orgasmo, cae sobre sus rodillas, los pechos atrapados entre los barrotes del balcón, aún sigue retorciéndose de placer.
Se levanta con una sonrisa y me besa enseñándole el culo a nuestro público, me empuja hacia adentro de la habitación, ella cierra la puerta entre chiflidos y vítores, cierra el balcón se quita botas y disfraz, se deja la máscara, yo me desnudo igual, nos besamos de pié al lado de la cama, ella se acuesta casi en la orilla y levanta las piernas al techo cruzando las pantorrillas, esa es mi posición favorita, así es como me gusta ver a una mujer, desde esa perspectiva puedes ver el culo en toda su redondes, el coño en toda su belleza y las piernas largas cruzadas, formando lo que yo llamo: la gota de la lujuria.
Le beso el culo y el coño, después abro sus piernas, bien abiertas, la jalo más a la orilla y me acomodo para penetrarla. Me deslizo en su interior húmedo y caliente, ella sonríe y comienza otra sinfonía de gemidos, aceleró el ritmo provocando un sonido de chapoteo, ella masaje a sus grandes pechos, junto sus piernas y las coloco en mi hombro, me quedo dándole así un buen rato, (bendita juventud).
—Aaaah... Ah... Ahhh... Siéntate... Ah, ah, ah... Siéntate... —obedezco, mis piernas estaban un poco cansadas.
Me quedo sentado a la orilla de la cama con la verga apuntando al techo, la cabeza roja de la fricción. Gatúbela se pone frente a mí de espaldas, se inclina al frente abriendo sus dos agujeros a mis ojos, baja lentamente su culo, yo mantengo recta mi verga para que entre en su vagina, una vez que se ha comido todo mi miembro comienza a subir y bajar el culo dando sentones cada vez más rápidos y fuertes.
—Dios... Dios... Diosdiosdios... Así... Aaaah... Así quería sentir... Aaah... Así que me llenaras de tu verga... Aaah... —mi verga se sale en uno de esos sentones y al caer sus nalgas lo aplastan —. Dame en cuatro —dice al sentirse vacía de mi pene.
Se acomoda rápido sobre las rodillas y las manos meneando el culo, yo la sigo y vuelvo a darle por atrás haciendo que se mezclen sus "ay dios" con los aplausos de sus nalgas.
Después de unos minutos a ritmo rápido siento que de nuevo me voy a venir, ella parece estar cerca del orgasmo también, saca el culo cada vez más para que le entre más de mi verga.
—Dios... Ahhh... Aaaah... Aaah... Ah, ah, ah, así... Ahí... Ahí, ahí, ahí... Aaaah... Dios... Dios... Diooos... ¡DIOS! —grita y su coño se abre y cierra entorno a mi pene, ella empieza a moverse sin control —mmm.... —saca el culo y yo la sigo penetrando duramente.
—¡Me vengoo! —digo aferrándome a sus caderas, pegándome a sus nalgas, dejando los dos últimos débiles chorros de semen en su coño.
Caemos en la cama jadeando, sudorosos y oliendo a sexo. Nos metemos en las cobijas, ella me abraza pegando sus tetas a mi brazo, echandome una pierna encima.
—Y... ¿Quién eres?
—Gatúbela... ¿No es obvio? —nos reímos.
—No, enserio... ¿Nos conocemos?
—Bueno... Pues si quieres este culo otra vez tendrás que recordar.
—¿Te gustan los acertijos verdad? —ella sonríe y comienza a dormirse, yo me quito la máscara y me duermo igual.
...
Me despierta el hambre, la resaca endemoniada me regala un dolor de cabeza monumental, me levanto de la cama, estoy solo, en el buro hay una botella de agua, me la acabo de un sorbo, mi garganta sigue seca y muero de hambre, efecto secundario de la marihuana, me paro desnudo, buscando mi ropa, encuentro todo menos la máscara. Me visto y lleno mis bolsillos, gatúbela se fue sin decir adiós, busco mi celular, esta en el buro del otro lado, debajo esta una máscara de látex, la guardo en mi bolsillo y bajo a buscar algo que comer.
Parece un campo de batalla la casa, monstruos y espectros en el suelo, como muertos de verdad. En el baño un esqueleto abrazado al inodoro da a entender que se pasó de copas, una momia desnuda descansa en otra habitación con la puerta abierta de par en par. Llego a la sala, a la mesa de bocadillos o lo que queda de ella, como lo que me encuentro, reviso el celular, las 4:30 am, decido irme a cada y comprar un suero de camino, mamá me había dicho que tenía que estar en casa, ella había pasado la noche en casa de mi abuela y lo la alcanzaría a las 10de la mañana.
Tomo un taxi y llego a casa, me quedo dormido de inmediato y a las 9 me levanta un msj de texto.
"Creo que esto es tuyo... " dice y trae adjunta una foto de mi máscara, sonrío, le tomo una foto a la máscara que tengo y contesto "yo también tengo algo tuyo" el número esta registrado como "Gatúbela" me meto a bañar y me apresuro para llegar.
Así sucedió, créanlo o no.
5 comentarios - La Fiesta de Disfraces (Parte 2)
Me muero de la intriga...
Van 10 pts.....