Hola a todos, me llamo Maika, soy venezolana, tengo 25 años, recién casada, feliz, totalmente feliz de haberme casado con el hombre que amo.
Gustavo, mi marido, es argentino, estábamos viviendo en su país, hasta que la cosa empezó a decaer, su familia vive casi toda en España, y para ahí nos fuimos mi marido y yo, buscando nuevos horizontes.
Cuando llegamos fueron mis suegros a buscarnos y nos llevaron al chalet, donde vive Eduardo, el tío de mi esposo, haciendo una barbacoa, un hombre no muy alto, pero si muy fuerte, pelo largo, barba hasta mas abajo del pecho, los brazos completamente tatuados, pañuelo en la cabeza y una tremenda moto aparcada en la entrada de la casa, el clásico motero de las películas, pero dentro de todo su aspecto de hombre muy duro, resultaba ser atractivo a pesar de tener 50 años.
Nos presentaron, nos saludamos, él y mi esposo, se abrazaron con mucho cariño.
Comimos, bebimos, estábamos pasando una hermosa velada de recibimiento.
Mis suegros viven en un departamento pequeño y el tío de mi marido nos ofreció su casa para que nos quedemos y mi suegro que tiene una pequeña empresa de pintura le dijo a mi esposo si quería trabajar con él.
La cosa parecía que prometía, su familia es muy buena y se notaba que estaban dispuestos a ayudarnos.
Seguimos bebiendo cerveza, nos pusimos las mayas de baño y nos metimos en la piscina que tiene el tío de mi esposo en su casa, aunque estábamos muy cansados del viaje, ya que habíamos volado mas de 12 horas seguimos, hasta que mis suegros se fueron diciendo que mañana volverían.
Gustavo y yo caímos rendidos en la cama y dormimos toda la noche como piedra, al otro día me levanto y pensé hacer un desayuno venezolano, con arepas rellenas y un buen café, mi esposo dormía y no vi a Eduardo, bajé hasta el garaje donde estaba limpiando su moto, "hola, buenos días", le digo, besando su mejilla, yo estaba en pijama y me quedé mirando a ese hombre, que a pesar de su edad se conservaba muy bien, estaba sin camiseta,con el torso al descubierto y me impresionó verlo así, "espero que algún día me des un paseíto en tu moto", le dije, viendo esa tremenda moto, "cuando quieras hija", me dijo muy paternal.
Escucho que mi esposo me llama, "si amor, estoy con tú tío en el garaje", le dije, alzando la voz para que me escuche, subimos y Eduardo venía detrás mio, y me di cuenta que me miraba mucho la cola, ya que tengo las nalgas bien pronunciadas, mi esposo me saluda y saluda a su tío, y nos sentamos a esperar a mis suegros.
Así pasamos el día, felices, en la piscina, comiendo un tipo de comida de mi país, que mi suegra me ayudó a hacer, y le dice mi suegro a mi esposo que esa noche se iba a ir con ellos, así le daban el otro coche para que pueda moverse, ya que donde vivimos a casa de mi suegros es bastante lejos.
Como a las siete de la tarde mis suegros y mi esposo se fueron, quedando sola con el tío de mi esposo.
Todavía era de día y hacía mucho calor, con Eduardo seguimos bebiendo cerveza, Eduardo se puso su maya de baño y se metió en la piscina, diciéndome que haga lo mismo, y ahí estábamos, en la piscina, bebiendo y riendo.
Yo estaba bastante mareada de tanta cerveza, y en un descuido cuando me tiro de cabeza al agua, se me sale una de mis tetas, riendo como si no hubiera pasado nada me la acomodo, "te queda muy bien esa maya", me dijo el tío de mi marido, "bueno, un poco chica me queda, no viste lo que me acaba de pasar?", le dije, "si, tenés unos pechos hermosos", me dijo, sin dejar de mirar mi cara y me alcanza otra lata de cerveza, que yo empecé a beber si dar importancia a lo que me había dicho, yo estaba bastante mareada, "espero no te enojes por lo que te dije", me dijo Eduardo, sin dejar de mirar mis tetas, "bueno, mientras no se entere Gustavo, cuando estuvimos en el garaje me di cuenta que me mirabas mucho la cola también", le dije, a modo de que se de cuenta que no soy tonta y se que me mira con deseo, "se nota que sos muy pícara", me dijo, intentando sacar mis tetas del sujetador, "oye, compórtate que soy tu sobrina", le dije, apartando mi cuerpo y riendo, "calor de familia hija", me dijo, volviendo a agarrar mis tetas e intentando sacarlas de nuevo, "pero Eduardo, que soy la mujer de tu sobrino", le dije, dejando que me saque las tetas del sujetador, un poco impulsada por la cerveza, por lo que me atraía ese hombre, y el tiempo que hacía que mi marido no me cachaba, "pero Eduardo, no, déjame quieta", le decía, intentando que el tío de mi marido no me mame las tetas, pero tampoco oponía mucha resistencia, sentía como metía los pezones de mis tetas en su boca y los mamaba, haciendo que gima de placer, "no, no, compórtate", le decía, pero no hacía nada para que deje de mamar mis tetas, fue metiendo sus manos dentro de la parte baja de mi maya y sentí como la empezaba a bajar, pegando mi cuerpo contra el suyo, sentí lo dura que tiene la verga cuando la pega contra mi cuca, sus manos apretando mis nalgas y su boca mamando mis pezones, "no, no, no quiero ponerle los cachos a mi esposo", le dije, acariciando su cabeza mientras me mamaba los pezones y gimiendo cuando me empezó a meter el dedo en la cuca, "no te preocupes, nadie se va a enterar", me dijo, dejando mis tetas y besando mi boca, moviendo su dedo dentro de mi cuca, "me has puesto arrecha", le dije apretándome mas contra él, dejando que su mano me acaricie toda, mientras con la otra metía sus dedos en mi cuca, que estaba muy mojada, "vamos dentro", le dije, besando su boca y gimiendo con sus caricias, yo estaba semidesnuda y a Eduardo se le notaba la verga bien dura dentro de su maya de baño.
Salimos chorreando agua y nos metimos en la cocina, siguiendo con los besos y las caricias, Eduardo me termina de desnudar y yo le bajo la maya de baño, agarrando su verga con mi mano, agacho mi cabeza y le empieza a mamar la verga al tío de mi esposo, mientras sus manos me acariciaban la espalada, las nalgas, pasaba sus dedos por mi chiquito, los metía en mi cuca, mientras yo seguía mamando su verga, gemíamos los dos.
Eduardo agarra una silla de la cocina y se sienta, haciendo que yo abra mis piernas y me siente en su verga gimiendo a medida que me la iba metiendo en mi cuca y me chupaba las tetas.
El tío de mi esposo me tenía agarrada de las nalgas y me hacía mover en círculos, sintiendo como su verga se movía bien adentro de mi cuca, yo le agarraba la cara con mis dos manos y le besaba la boca mientras él me cachaba, "que rica verga que tienes", le dije, dejando que me mueva para los costados, "y mas te va a gustar cuando la tengas metida en el culo", me dijo, dándome una fuerte palmada en mis nalgas, "me vas a cachar por el chiquito también, le vas a romper la colita a tu sobrina?", le dije, muy mimosa y lamiendo sus labios, "así que tenes virgen el culito?, no lo creo", me dijo el tío de mi marido, pasando su dedo por mi chiquito, "bueno, virgen, virgen, no, me lo cacharon muy poquitas veces", le decía, siempre mimosa y muy arrecha, lamiendo los labios de Eduardo y disfrutando su verga como cachaba mi cuca, "me vas a meter toda tu vergota en mi colita, me vas a hacer doler", le seguía diciendo, moviendo cada vez mas mi cintura, disfrutando de como me cachaba el tío de mi marido.
Yo lo besaba, le restregaba mis tetas en su cara, pasaba mis pies por sus piernas, "me encanta tu verga, me encanta, me gusta mas tu verga que la de mi marido", decía, sin dejar de mover mi cintura con toda su verga bien adentro, "quieres que me de la vuelta y me siento de nuevo en tu verga y la metemos en mi colita?", le dije a tope de mimosa y arrecha, como estaba disfrutando de como el tío de mi esposo me estaba cachando, "si Maika, date la vuelta y la metemos en tu culo", me dijo, besando mi boca, dejando que me levante y saque su verga de mi cuca, la quedé mirando y agache mi cabeza mamando un poquito su verga antes de que la meta en mi cola, "hay que tío malo que tengo que le va a romper el chiquito a su sobrina", le dije, abriendo mis nalgas y dejando que Eduardo acomode su verga contra mi chiquito y me fui sentando lentamente, gimiendo y quejándome a medida que su verga entraba en mi cola, abriendo mi chiquito, "hay, como le rompes la colita a tu sobrina", le decía, sintiendo como su verga entraba en mi cola, hasta que quedé sentada sobre las piernas de Eduardo y su verga bien adentro de mi cola, "hay, que malo es mi tío, como le cacha la cola a su sobrina", le decía, moviendo mi cintura, sintiendo como su verga se mueve ahora dentro de mi cola, las manos de Eduardo, me apretaban las tetas, metía sus dedos en mi cuca, yo gemía, tiraba mi cabeza para atrás, buscando su boca, abriendo bien mis piernas y mis nalgas con mis manos, los dedos de Eduardo no dejaban de entrar y salir de mi cuca, yo me levantaba y volvía a bajar, haciendo que su verga entre y salga de mi cola, "que delicia tío, como me cachas, como me haces disfrutar con tu verga", le decía, besando su boca, "ahora no solo vas a ser la mujer de mi sobrino, vas a ser mi mujer también", me dijo, metiendo sus manos por debajo mío y me agarra las nalgas, haciendo que suba y baje de su verga, "si tío, si, voy a ser tu mujer, tu puta, lo que tú quieras", le decía, dejando que me suba y me baje de su verga, sintiendo como me entra y me sale del chiquito su verga, yo entre la cerveza que había tomado y del placer que siento cachando con el tío de mi esposo, estaba a punto de tener un tremendo orgasmo, gemía, gemía, a medida que la verga de Eduardo entra y sale de mi cola, sus dedos metidos en mi cuca, su boca besando mi cuello, mordiendo mi nuca, sola me senté fuerte en su verga, haciendo que me entre lo mas adentro posible de mi cola, y gritando de placer mientras estaba teniendo un tremendo orgasmo que me hacía temblar de pies a cabeza, cerrando mis ojos y abriendo mi boca como buscando aire
No paraba de gritar, sintiendo como Eduardo movía su verga bien adentro de mi cola, haciendo que no pueda dejar de escurrirme, que no deje de gritar de tanto que estaba disfrutando, con toda su vergota cachando mi chiquito, cuando me tranquilicé, me baje de la verga del tío de mi esposo y me puse de rodillas entra sus piernas, abriendo mi boca y se la empecé a mamar, ya que no se había escurrido en mi cola, lo iba a hacer que se escurra en mi boca, yo subía y bajaba mi cabeza haciendo que su verga entre y salga de mi boca, la lamía toda, Eduardo gemía a medida que yo mamaba su verga, me agarra de la cabeza y se empieza a mover él, metiendo y sacando su verga de mi boca, hasta que el que grito ahora fue él, empezando a llenar mi boca de leche, sentía como salían sus chorros de leche, que golpeaban mi paladar, mi lengua, era una leche espesa, como me gusta a mi, la sentía caliente, a medida que el se escurría en mi boca yo tragaba su leche, deliciosa, una de las leches mas ricas que he tragado en mi vida, le seguí lamiendo su verga después de que se termino de escurrir, después que le trague toda la leche, lamía su verga, "tío, como me has echo disfrutar con tu verga, como vamos a disfrutar juntos cuando mi esposo no esté", le dije, besando la cabeza de su verga y sus huevos, los metía en mi boca, "que ricos huevos que tienes tío", le decía mamándolos y metiéndolos en mi boca, "esta noche cuando estemos en la cama, te los voy a seguir mamando", le dije, poniéndome en pie y me fui a duchar.
Gustavo, mi marido, es argentino, estábamos viviendo en su país, hasta que la cosa empezó a decaer, su familia vive casi toda en España, y para ahí nos fuimos mi marido y yo, buscando nuevos horizontes.
Cuando llegamos fueron mis suegros a buscarnos y nos llevaron al chalet, donde vive Eduardo, el tío de mi esposo, haciendo una barbacoa, un hombre no muy alto, pero si muy fuerte, pelo largo, barba hasta mas abajo del pecho, los brazos completamente tatuados, pañuelo en la cabeza y una tremenda moto aparcada en la entrada de la casa, el clásico motero de las películas, pero dentro de todo su aspecto de hombre muy duro, resultaba ser atractivo a pesar de tener 50 años.
Nos presentaron, nos saludamos, él y mi esposo, se abrazaron con mucho cariño.
Comimos, bebimos, estábamos pasando una hermosa velada de recibimiento.
Mis suegros viven en un departamento pequeño y el tío de mi marido nos ofreció su casa para que nos quedemos y mi suegro que tiene una pequeña empresa de pintura le dijo a mi esposo si quería trabajar con él.
La cosa parecía que prometía, su familia es muy buena y se notaba que estaban dispuestos a ayudarnos.
Seguimos bebiendo cerveza, nos pusimos las mayas de baño y nos metimos en la piscina que tiene el tío de mi esposo en su casa, aunque estábamos muy cansados del viaje, ya que habíamos volado mas de 12 horas seguimos, hasta que mis suegros se fueron diciendo que mañana volverían.
Gustavo y yo caímos rendidos en la cama y dormimos toda la noche como piedra, al otro día me levanto y pensé hacer un desayuno venezolano, con arepas rellenas y un buen café, mi esposo dormía y no vi a Eduardo, bajé hasta el garaje donde estaba limpiando su moto, "hola, buenos días", le digo, besando su mejilla, yo estaba en pijama y me quedé mirando a ese hombre, que a pesar de su edad se conservaba muy bien, estaba sin camiseta,con el torso al descubierto y me impresionó verlo así, "espero que algún día me des un paseíto en tu moto", le dije, viendo esa tremenda moto, "cuando quieras hija", me dijo muy paternal.
Escucho que mi esposo me llama, "si amor, estoy con tú tío en el garaje", le dije, alzando la voz para que me escuche, subimos y Eduardo venía detrás mio, y me di cuenta que me miraba mucho la cola, ya que tengo las nalgas bien pronunciadas, mi esposo me saluda y saluda a su tío, y nos sentamos a esperar a mis suegros.
Así pasamos el día, felices, en la piscina, comiendo un tipo de comida de mi país, que mi suegra me ayudó a hacer, y le dice mi suegro a mi esposo que esa noche se iba a ir con ellos, así le daban el otro coche para que pueda moverse, ya que donde vivimos a casa de mi suegros es bastante lejos.
Como a las siete de la tarde mis suegros y mi esposo se fueron, quedando sola con el tío de mi esposo.
Todavía era de día y hacía mucho calor, con Eduardo seguimos bebiendo cerveza, Eduardo se puso su maya de baño y se metió en la piscina, diciéndome que haga lo mismo, y ahí estábamos, en la piscina, bebiendo y riendo.
Yo estaba bastante mareada de tanta cerveza, y en un descuido cuando me tiro de cabeza al agua, se me sale una de mis tetas, riendo como si no hubiera pasado nada me la acomodo, "te queda muy bien esa maya", me dijo el tío de mi marido, "bueno, un poco chica me queda, no viste lo que me acaba de pasar?", le dije, "si, tenés unos pechos hermosos", me dijo, sin dejar de mirar mi cara y me alcanza otra lata de cerveza, que yo empecé a beber si dar importancia a lo que me había dicho, yo estaba bastante mareada, "espero no te enojes por lo que te dije", me dijo Eduardo, sin dejar de mirar mis tetas, "bueno, mientras no se entere Gustavo, cuando estuvimos en el garaje me di cuenta que me mirabas mucho la cola también", le dije, a modo de que se de cuenta que no soy tonta y se que me mira con deseo, "se nota que sos muy pícara", me dijo, intentando sacar mis tetas del sujetador, "oye, compórtate que soy tu sobrina", le dije, apartando mi cuerpo y riendo, "calor de familia hija", me dijo, volviendo a agarrar mis tetas e intentando sacarlas de nuevo, "pero Eduardo, que soy la mujer de tu sobrino", le dije, dejando que me saque las tetas del sujetador, un poco impulsada por la cerveza, por lo que me atraía ese hombre, y el tiempo que hacía que mi marido no me cachaba, "pero Eduardo, no, déjame quieta", le decía, intentando que el tío de mi marido no me mame las tetas, pero tampoco oponía mucha resistencia, sentía como metía los pezones de mis tetas en su boca y los mamaba, haciendo que gima de placer, "no, no, compórtate", le decía, pero no hacía nada para que deje de mamar mis tetas, fue metiendo sus manos dentro de la parte baja de mi maya y sentí como la empezaba a bajar, pegando mi cuerpo contra el suyo, sentí lo dura que tiene la verga cuando la pega contra mi cuca, sus manos apretando mis nalgas y su boca mamando mis pezones, "no, no, no quiero ponerle los cachos a mi esposo", le dije, acariciando su cabeza mientras me mamaba los pezones y gimiendo cuando me empezó a meter el dedo en la cuca, "no te preocupes, nadie se va a enterar", me dijo, dejando mis tetas y besando mi boca, moviendo su dedo dentro de mi cuca, "me has puesto arrecha", le dije apretándome mas contra él, dejando que su mano me acaricie toda, mientras con la otra metía sus dedos en mi cuca, que estaba muy mojada, "vamos dentro", le dije, besando su boca y gimiendo con sus caricias, yo estaba semidesnuda y a Eduardo se le notaba la verga bien dura dentro de su maya de baño.
Salimos chorreando agua y nos metimos en la cocina, siguiendo con los besos y las caricias, Eduardo me termina de desnudar y yo le bajo la maya de baño, agarrando su verga con mi mano, agacho mi cabeza y le empieza a mamar la verga al tío de mi esposo, mientras sus manos me acariciaban la espalada, las nalgas, pasaba sus dedos por mi chiquito, los metía en mi cuca, mientras yo seguía mamando su verga, gemíamos los dos.
Eduardo agarra una silla de la cocina y se sienta, haciendo que yo abra mis piernas y me siente en su verga gimiendo a medida que me la iba metiendo en mi cuca y me chupaba las tetas.
El tío de mi esposo me tenía agarrada de las nalgas y me hacía mover en círculos, sintiendo como su verga se movía bien adentro de mi cuca, yo le agarraba la cara con mis dos manos y le besaba la boca mientras él me cachaba, "que rica verga que tienes", le dije, dejando que me mueva para los costados, "y mas te va a gustar cuando la tengas metida en el culo", me dijo, dándome una fuerte palmada en mis nalgas, "me vas a cachar por el chiquito también, le vas a romper la colita a tu sobrina?", le dije, muy mimosa y lamiendo sus labios, "así que tenes virgen el culito?, no lo creo", me dijo el tío de mi marido, pasando su dedo por mi chiquito, "bueno, virgen, virgen, no, me lo cacharon muy poquitas veces", le decía, siempre mimosa y muy arrecha, lamiendo los labios de Eduardo y disfrutando su verga como cachaba mi cuca, "me vas a meter toda tu vergota en mi colita, me vas a hacer doler", le seguía diciendo, moviendo cada vez mas mi cintura, disfrutando de como me cachaba el tío de mi marido.
Yo lo besaba, le restregaba mis tetas en su cara, pasaba mis pies por sus piernas, "me encanta tu verga, me encanta, me gusta mas tu verga que la de mi marido", decía, sin dejar de mover mi cintura con toda su verga bien adentro, "quieres que me de la vuelta y me siento de nuevo en tu verga y la metemos en mi colita?", le dije a tope de mimosa y arrecha, como estaba disfrutando de como el tío de mi esposo me estaba cachando, "si Maika, date la vuelta y la metemos en tu culo", me dijo, besando mi boca, dejando que me levante y saque su verga de mi cuca, la quedé mirando y agache mi cabeza mamando un poquito su verga antes de que la meta en mi cola, "hay que tío malo que tengo que le va a romper el chiquito a su sobrina", le dije, abriendo mis nalgas y dejando que Eduardo acomode su verga contra mi chiquito y me fui sentando lentamente, gimiendo y quejándome a medida que su verga entraba en mi cola, abriendo mi chiquito, "hay, como le rompes la colita a tu sobrina", le decía, sintiendo como su verga entraba en mi cola, hasta que quedé sentada sobre las piernas de Eduardo y su verga bien adentro de mi cola, "hay, que malo es mi tío, como le cacha la cola a su sobrina", le decía, moviendo mi cintura, sintiendo como su verga se mueve ahora dentro de mi cola, las manos de Eduardo, me apretaban las tetas, metía sus dedos en mi cuca, yo gemía, tiraba mi cabeza para atrás, buscando su boca, abriendo bien mis piernas y mis nalgas con mis manos, los dedos de Eduardo no dejaban de entrar y salir de mi cuca, yo me levantaba y volvía a bajar, haciendo que su verga entre y salga de mi cola, "que delicia tío, como me cachas, como me haces disfrutar con tu verga", le decía, besando su boca, "ahora no solo vas a ser la mujer de mi sobrino, vas a ser mi mujer también", me dijo, metiendo sus manos por debajo mío y me agarra las nalgas, haciendo que suba y baje de su verga, "si tío, si, voy a ser tu mujer, tu puta, lo que tú quieras", le decía, dejando que me suba y me baje de su verga, sintiendo como me entra y me sale del chiquito su verga, yo entre la cerveza que había tomado y del placer que siento cachando con el tío de mi esposo, estaba a punto de tener un tremendo orgasmo, gemía, gemía, a medida que la verga de Eduardo entra y sale de mi cola, sus dedos metidos en mi cuca, su boca besando mi cuello, mordiendo mi nuca, sola me senté fuerte en su verga, haciendo que me entre lo mas adentro posible de mi cola, y gritando de placer mientras estaba teniendo un tremendo orgasmo que me hacía temblar de pies a cabeza, cerrando mis ojos y abriendo mi boca como buscando aire
No paraba de gritar, sintiendo como Eduardo movía su verga bien adentro de mi cola, haciendo que no pueda dejar de escurrirme, que no deje de gritar de tanto que estaba disfrutando, con toda su vergota cachando mi chiquito, cuando me tranquilicé, me baje de la verga del tío de mi esposo y me puse de rodillas entra sus piernas, abriendo mi boca y se la empecé a mamar, ya que no se había escurrido en mi cola, lo iba a hacer que se escurra en mi boca, yo subía y bajaba mi cabeza haciendo que su verga entre y salga de mi boca, la lamía toda, Eduardo gemía a medida que yo mamaba su verga, me agarra de la cabeza y se empieza a mover él, metiendo y sacando su verga de mi boca, hasta que el que grito ahora fue él, empezando a llenar mi boca de leche, sentía como salían sus chorros de leche, que golpeaban mi paladar, mi lengua, era una leche espesa, como me gusta a mi, la sentía caliente, a medida que el se escurría en mi boca yo tragaba su leche, deliciosa, una de las leches mas ricas que he tragado en mi vida, le seguí lamiendo su verga después de que se termino de escurrir, después que le trague toda la leche, lamía su verga, "tío, como me has echo disfrutar con tu verga, como vamos a disfrutar juntos cuando mi esposo no esté", le dije, besando la cabeza de su verga y sus huevos, los metía en mi boca, "que ricos huevos que tienes tío", le decía mamándolos y metiéndolos en mi boca, "esta noche cuando estemos en la cama, te los voy a seguir mamando", le dije, poniéndome en pie y me fui a duchar.
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