(Las fotos son ilustrativas. Aunque Romina es muy parecida)
“Alquilo departamento independiente, amoblado, todos los servicios, para persona joven sola, sin hijos. US$ 400 mensuales. Llamar a … para visitar”
Tres hombres y dos mujeres habían mostrado interés, aunque les parecía un poco caro. Al anochecer, una voz sensual me preguntó si podía verlo.
Media hora después llegó una mujer impresionante: alta, rubia teñida, linda, treinteañera.
Su sexy aspecto estaba resaltado por un ajustado vestido negro y tacos altos. Se presentó como Romina.
Mientras le mostré las comodidades, sospeché que la chica era puta, y travesti. Ella quedó encantada con el inmueble y no ofreció reparo con el precio. Es más, dijo que estaba dispuesta a pagar un año por adelantado. Y un 30 por ciento extra, si aceptaba sus condiciones.
- ¿Qué condiciones? – pregunté.
Romina sonrió y sostuvo:
- Por como me miraste, tal vez te diste cuenta que me dedico al sexo pago. Y que soy trans. Mis clientes son seleccionados, y atiendo de martes a sábado 16 a 22.
Como me convenció
Para nada tenía prevista esta alternativa. Económicamente, era excelente. La vivienda para alquilar estaba separada de la mía. Ella parecía educada. Yo vivo solo. Pero la idea me hacía ruido.
- Mirá, te digo la verdad: no tenía esto en mente…
- Me doy cuenta… Te hago otra propuesta: Te pago 700 dólares mensuales; doce meses por adelantado, o sea, 8400. Si algo te molesta, me voy en siete días, sin pedir devolución… Y además, todas las semanas, extras… - expresó, abriendo su carnosa boca.
- Vamos a mi casa, nos sentemos, tomemos algo y veamos…
Apenas entró, Romina propuso:
- ¿Qué te parece si mientras vos preparás algo para tomar yo me recuesto en tu cama?
Le señalé mi dormitorio y fui a la cocina. La pausa me serviría para calmarme. La situación me había puesto al palo –llevaba dos semanas sin coger- por lo que hacerlo con una hermosa trans me excitaba. Y parecía que no me costaría.
Al entrar a mi cuarto casi se me cae la bandeja con los tragos. Romina, sólo con lencería puesta, estaba tendida boca abajo mostrando un culazo precioso, bolas depiladas y bonitas piernas.
Alcancé a ver un consolador en su diestra.
- ¿Te gusto?
- ¡Sos hermosa!
- Vos sos un lindo macho, educado, y por el bulto que veo, pijudo… Decime, ¿alguna vez viste a una trans pajearse delante tuyo?
- ¡No…!
- Entonces mirame, mirá como me pajeo… Vos ponete en bolas y tocate… Es mejor que en Internet…
- ¿Sólo pajas? – pregunté mientras me desnudaba.
- Si te gusta como disfruto y te hago disfrutar, y me aceptás como inquilina, después cogemos. Así serían mis extras, todas las semanas…
“Alquilo departamento independiente, amoblado, todos los servicios, para persona joven sola, sin hijos. US$ 400 mensuales. Llamar a … para visitar”
Tres hombres y dos mujeres habían mostrado interés, aunque les parecía un poco caro. Al anochecer, una voz sensual me preguntó si podía verlo.
Media hora después llegó una mujer impresionante: alta, rubia teñida, linda, treinteañera.
Su sexy aspecto estaba resaltado por un ajustado vestido negro y tacos altos. Se presentó como Romina.
Mientras le mostré las comodidades, sospeché que la chica era puta, y travesti. Ella quedó encantada con el inmueble y no ofreció reparo con el precio. Es más, dijo que estaba dispuesta a pagar un año por adelantado. Y un 30 por ciento extra, si aceptaba sus condiciones.
- ¿Qué condiciones? – pregunté.
Romina sonrió y sostuvo:
- Por como me miraste, tal vez te diste cuenta que me dedico al sexo pago. Y que soy trans. Mis clientes son seleccionados, y atiendo de martes a sábado 16 a 22.
Como me convenció
Para nada tenía prevista esta alternativa. Económicamente, era excelente. La vivienda para alquilar estaba separada de la mía. Ella parecía educada. Yo vivo solo. Pero la idea me hacía ruido.
- Mirá, te digo la verdad: no tenía esto en mente…
- Me doy cuenta… Te hago otra propuesta: Te pago 700 dólares mensuales; doce meses por adelantado, o sea, 8400. Si algo te molesta, me voy en siete días, sin pedir devolución… Y además, todas las semanas, extras… - expresó, abriendo su carnosa boca.
- Vamos a mi casa, nos sentemos, tomemos algo y veamos…
Apenas entró, Romina propuso:
- ¿Qué te parece si mientras vos preparás algo para tomar yo me recuesto en tu cama?
Le señalé mi dormitorio y fui a la cocina. La pausa me serviría para calmarme. La situación me había puesto al palo –llevaba dos semanas sin coger- por lo que hacerlo con una hermosa trans me excitaba. Y parecía que no me costaría.
Al entrar a mi cuarto casi se me cae la bandeja con los tragos. Romina, sólo con lencería puesta, estaba tendida boca abajo mostrando un culazo precioso, bolas depiladas y bonitas piernas.
Alcancé a ver un consolador en su diestra.
- ¿Te gusto?
- ¡Sos hermosa!
- Vos sos un lindo macho, educado, y por el bulto que veo, pijudo… Decime, ¿alguna vez viste a una trans pajearse delante tuyo?
- ¡No…!
- Entonces mirame, mirá como me pajeo… Vos ponete en bolas y tocate… Es mejor que en Internet…
- ¿Sólo pajas? – pregunté mientras me desnudaba.
- Si te gusta como disfruto y te hago disfrutar, y me aceptás como inquilina, después cogemos. Así serían mis extras, todas las semanas…
6 comentarios - Disfrutando con la inquilina trans