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Y Me Hizo Su Sumisa V


Desde que la señorita Renata llego a la casa Mi Amo solo ha tenido ojos para ella. . . y lo comprendo ella es hermosa, dulce y de un transparencia que desarma y desactiva en mí cualquier vestigio de celos y me ha hecho sentir por primera vez deseos por otra mujer. 


No he podido sacarla de mi mente a partir del momento en que la vi allí tendida, desnuda y profundamente dormida después de que Mi Amo la usara y la hiciera gozar, ni olvidar su vergüenza y sonrojo cuando notó que la admiraba antes de pasarle la bata, que aunque cubrió su desnudez la hizo lucir más sensual aun. Tampoco se aparta de mí la turbación que sentí cuando la ayudé a desnudarse para entrar al jakuzzi o luego cuando enjuagué su cuerpo para retirar el jabón y envolví su cuerpo en una toalla para secarla, en ambas ocasiones mis manos como sin querer tocaron sus zonas erógenas y tuve que contenerme para no hacer explicitas mis caricias aunque por su rubor supe que no fue indiferente a las mismas. 


Ahora debo confesar algo, como conozco como la palma de mi mano esta habitación pude colarme en ella y desde un lugar discreto, fuera de la mirada de Renata, observar mientras mi Amo la usaba y hacia gozar, no pudiendo evitar el tocarme y masturbarme a la vista de tan excitantes escenas. Así que mis manos trémulas recorrieron mi cuerpo llegando a sentir cada caricia, cada tormento, cada orgasmo que Renata disfrutó en manos de Mi Amo. 

Por lo tanto no había dejado de estar en una excitación continua, con mis pezones adoloridos de lo duro y apretado que estaban y mi coño húmedo e hinchado de tanto acariciarlo, así me encontraba cuando sentí a Renata correrse como loca en la boca de Mi Amo. Pensé que allí mismo este la tomaría y usaría hasta satisfacerse pero una llamada a su celular le obligo a ausentarse temporalmente. 


-Renata, perrita, descansa un poco ya regreso, debo atender algo- 


-Está bien Mi Amo- susurro ella con una sonrisa y cerrando los ojos para relajarse 


No pude evitar el impulso, salí de mi escondite y silenciosamente me acerque a ella por detrás de la cama, observando y admirando una vez más aquella adorable criatura, amarrada y expuestas sus delicias para mi goce, me arrodillé detrás de su cabeza, todo mi cuerpo temblaba, jamás había besado a una mujer y estaba a punto de hacerlo. 


Renata aún seguía con los ojos cerrados, quizás medio dormida, lo que me animó a arriesgarme, bese suavemente su frente, sus parpados, busque sigilosamente sus labios haciendo apenas un leve contacto con los míos y entreabriéndolos con mi lengua para besarla, ella respondió, las lenguas se encontraron haciendo que mi corazón se acelerara ante tan dulce caricia, ella, posiblemente porque notó la diferencia de los besos, entreabrió los ojos, se puso rojita como la grana pero no retiró sus labios. 


Dios!!! No podía creerlo estaba pasando, nuestras bocas se unieron ahora sin temor, las lenguas se entrelazaron aún más, explorándose fundiéndose la una en la otra, sentía su respiración agitarse y su corazón desbocado como el mío. 


Tan absortas estábamos que no notamos cuando entro El Amo, pudiendo notarlo yo cuando lo tuve de frente, me paralicé, pensé se pondría furioso con ambas y por mi mente pasaron los castigos que nos esperaban. 


-Renata El Amo está- susurre tratando de advertirle 


-mmmm sigan- ordeno su voz sin atisbo de enojo antes que pudiéramos reaccionar 


Así que continuamos, primero tímidamente, llenas de vergüenza pero ambas ansiosas y excitadas nos dimos un largo e intenso beso de lengua. 


-Bésala toda, baja por sus mejillas hacia su oreja y su cuello- ordenó 


Mmmm ni corta ni perezosa cumplí su orden, deslice mi lengua hacia su oído susurre 


-Te deseo, es mi primera vez- 


-Igual me pasa Irene- 


-Suéltale las manos- pidió El Amo mientras él le soltaba los tobillos 


Así lo hice y volví a besar y lamer su cuello, sus hombros 


Renata respondía a cada caricia, sentía su cuerpo estremecerse y gemir suavecito 


-Busca sus senos- lámele y bésale las tetas 


-Asiiii pásale la lengua alrededor de las aureolas- 


-mete sus pezones en tu boca y con la lengua acarícialos en círculos- así lo hice y Renata ya sin tapujos dejo salir su placer y excitación. 


-Mi Amo me vuelven loca- 


-Goza Perra siente a Irene y a mí en su lengua- 


Yo iba serpenteando sobre el cuerpo de Renata, sus senos a la altura de mi boca y los míos a la altura de la suya, instintivamente ella busco mis pezones con su boca haciéndome estremecer cuando la sentí chuparlos y lamerlos. 


De allí en adelante perdí la noción del entorno, la voz del Amo más que guiarme era un adelanto del próximo paso y nos azuzaba para que nos diéramos placer la una a la otra lo que nos enervaba aún más. Sentía a Renata lamer, chupar, morder mis senos, mi torso, mi ombligo, mi vientre, respondiendo yo igual a sus caricias y ambas deslizándonos despacio hacia el centro de nuestro placer. 


Estaba fascinada con todo aquello, mis sentidos, mi tacto, mi olfato, mi gusto nunca habían acariciado, olido, paladeado, degustado la tersura y el sabor de otra mujer y al hacer contacto mi lengua con la ranura de su coño fue como saborear el más rico postre que probé en mi vida, ese almíbar cristalino y espeso de sabor entre dulce y salado, olor a mariscos frescos, impregno mis sentidos, haciendo que mi lengua se volviera golosa, explorando, lamiendo, chupando tan divino objeto de placer; recibiendo a mi vez el mismo trato de la boca de Renata lo cual nos hacía gemir y gruñir como perras en celo. 


De pronto la voz del Amo nos sacó de nuestro ensimismamiento 


-A ver Perritas que yo también quiero participar- 


-Irene dale la vuelta a Renata, ponte tu debajo- 


Ambas obedecimos quedando Renata encima de mí con las nalguitas levantadas hacia El Amo 


El Amo abrió las piernas de Renata poniéndose en medio de ellas y deslizando su grueso y duro pene en el coño mojado de ella. Esta lanzo un alarido al sentir como la verga del Amo llenaba la cavidad de su coño mientras mi lengua rozaba su clítoris; así comenzó el Amo su bombeo, su verga entraba y salía del coño de Renata sintiendo yo cada embestida en la punta de mi lengua. 


Mi excitación crecía buscando el clímax al sentir la lengua de Renata devorando mi coño y la verga del Amo rozando mi lengua al ir y venir, los tres resollábamos y jadeábamos acoplados como un perfecto pentagrama. 


-Vamos Perras denme su lechita, que voy a explotar- diciendo esto acelero sus embestidas y nuestros deseos, llegando juntos a la cumbre del clímax. 


- Me vieneeee!!!- grito Renata 


-Me corroooo!!!- Gemí yo 


-Saleeeeee!!!- farfullo El Amo embistiendo furioso el coño de Renata 


Escuchándose al unísono un aahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh al sobrevenirnos un intenso orgasmo. 


Renata apretaba y aflojaba las nalgas a medida que los chorros de leche del Amo se vertían en su interior y su boca bebía con desesperación los jugos de mi coño que llenaban su rostro. Mientras en mi boca se juntaban el acre sabor del semen de Mi Amo y el dulce/salado de los jugos de Renata. 


Extenuados caímos uno al lado del otro quedando Renata al medio y así abrazados nos encontró por primera vez el amanecer. 


Fin???? 

Natylava 

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