Después de 2 años estudiando la preparatoria y cumplidos mis 18 años, decidí dejarlo, por razones que están de más contar. Había decidido unirme al ejercito y solo estaba esperando a recoger mi cartilla del servicio militar para unirme, mi peso no era el adecuado y con la vida en la ciudad me costaba cambiarlo, así que, con ayuda de mis abuelos, me fui a vivir al pueblo unos meses y en este y otros relatos pienso contar las historias sexuales que me ocurrieron en esos 6 meses.
Después de mis primeros 2 días en el pueblo, y ya un poco mas acostumbrado a la rutina diaria, se me mandó a visitar a unos tíos, en el pueblo se llega a cualquier lugar a pie, así que después de 5 minutos de caminata, llegué, toque a la puerta y me atendió mi prima "Sandra". Mi prima es lo que podríamos llamar cara de niña cuerpo de puta, con 19 años, de piel morena, como todos en el pueblo, delgada con unas tetas que brincaban cunado corría y un culo redondo y duro como pocos. Su cuerpo no era lo único que tenia de puta, el poco conocimiento que tenia, debido a la abercion de los pueblos con el tema del sexo, le había creado una gran "curiosidad", de la cual me aproveche mas de una vez.
Me dejó entrar en la casa mientras me decia que no había nadie mas que ella.
-¿A donde se fueron?- pregunté
-Al centro, fueron a comprar no se que cosa- me contestó mientras se sentaba en una silla y yo en otra
-Supongo que van a tardar, ¿no?- dije, algo molesto pues había caminado en vano
-Pues si, el centro esta bien lejos, pero bueno, ya que estas aquí, ¿te parece quedarte un rato a platicar?- preguntó, con un tonito de complicidad
-Claro, al fin y al cabo ya terminé el trabajo del campo- dije comenzando a comprender lo que en realidad le interesaba a mi prima
-¿cuanto tiempo te vas a quedar en el pueblo?- preguntó mientras se levantaba de la silla he iba a la habitación de al lado.
Como las habitaciones simplemente están separadas por cortinas, no hubo necesidad de moverme para seguir hablando, -medio año pienso yo, quizá algo mas, mientras los abuelos me soporten- dije en tono de broma.
Ella río -no te preocupes, los abuelos te quieren, ademas mi madre hablo con la abuela y le comento que eras mas útil de lo que hubiesen pensado- dijo soltando nuevamente una risita -ademas, mientras mas tiempo te quedes, mas nos podremos divertir, ¿no?- preguntó con un tono de voz juguetón y sensual a la vez.
Ante estas palabras yo me levante y rápidamente fui a la habitación en la que se encontraba, al mover la cortina y ver en ella, la encontré en una cama puesta a 4 patas y sin mas ropa que el brasier y una tanga, tanga que yo le había regalado a escondidas en una visita anterior.
-Entonces primito, que te parece si ya no malgastamos mas el tiempo, que 6 meses se van volando- dijo con una voz de puta.
Ni bien había terminado de hablar cuando ya le estaba agarrando sus hermosas nalgas, apretándoselas con las manos y dándole una nalgada, a lo que ella respondió con un gemido.
-¿Te gusta que te nalguee como una putita?- le pregunté sabiendo lo que le gusta
-Si primo, sabes que si- decía entre gemidos que me excitaban más y más.
Después de darle un par de nalgadas más y de pasarle el dedo entre las nalgas, ella levantó el culo a manera de ruego, así que le moví a una lado el hilo de la tanga mostrando por fin ese anito suyo que tantas veces había lamido, y los labios carnosos y con unos cuantos pelitos de su vagina. Sin perder tiempo comencé a lamer desde su ano hasta la entrada de su deliciosa vagina, haciéndole botar una gran cantidad de jugos y soltar una gran cantidad de gemidos que solo me hacían querer continuar.
-¡Meteme la verga primo!- gimió fuertemente, ante lo que le metí un dedo dentro de la vagina.
-¿Desde cuando tu me ordenas cosas putita?- le dije mientras lo movía el dedo dentro.
-Lo siento primo, por favor meteme tu verga- gimió suplicando
-Así me gusta- le dije mientras me enfilaba en su vagina -dime, ¿quien fue la que te hizo así de putita?- le pregunté antes de darle finalmente lo que tanto deseaba.
-Tu primo, fuiste tu- dijo, y justo después se la metí arrebatandole un grito de placer que por un momento pensé, nos delataría. Su concha apretaba fuertemente mi verga, mientras yo empujaba mi pelvis con fuerza una y otra vez, a cada embestida de su dulce coño caía mas y mas liquido, manchando sus muslos, cosa que me tentó por lo que paré un momento y me baje a lamerle todo el coño y esos deliciosos líquidos que se desbordaban, me encantaba ver de cerca esos labios morenos externos que contrastaban con su rosa interior prendiéndome cada vez más. Nos acomodamos haciendo un 69, después de un rato corto en esta posición, ella se monto sobre mi, cabalgando de esa forma tan putona que le hacia botar sus grandes tetas, finalmente, y con un gran gemido que indicaba un orgasmo de su parte, se recostó sobre mi pecho con sus tetas bien recargadas en mi.
Después de unas horas regresaron mis tíos y finalmente hice lo que se me había mandado, y volví con mis abuelos, sabiendo que los 6 meses que iba a pasar serian mejores de lo que hubiese pensado.
Contare mas anécdotas de ese tiempo en el pueblo más adelante, igual si quieren saber como hice a mi prima una puta lo contare. Chao.
Después de mis primeros 2 días en el pueblo, y ya un poco mas acostumbrado a la rutina diaria, se me mandó a visitar a unos tíos, en el pueblo se llega a cualquier lugar a pie, así que después de 5 minutos de caminata, llegué, toque a la puerta y me atendió mi prima "Sandra". Mi prima es lo que podríamos llamar cara de niña cuerpo de puta, con 19 años, de piel morena, como todos en el pueblo, delgada con unas tetas que brincaban cunado corría y un culo redondo y duro como pocos. Su cuerpo no era lo único que tenia de puta, el poco conocimiento que tenia, debido a la abercion de los pueblos con el tema del sexo, le había creado una gran "curiosidad", de la cual me aproveche mas de una vez.
Me dejó entrar en la casa mientras me decia que no había nadie mas que ella.
-¿A donde se fueron?- pregunté
-Al centro, fueron a comprar no se que cosa- me contestó mientras se sentaba en una silla y yo en otra
-Supongo que van a tardar, ¿no?- dije, algo molesto pues había caminado en vano
-Pues si, el centro esta bien lejos, pero bueno, ya que estas aquí, ¿te parece quedarte un rato a platicar?- preguntó, con un tonito de complicidad
-Claro, al fin y al cabo ya terminé el trabajo del campo- dije comenzando a comprender lo que en realidad le interesaba a mi prima
-¿cuanto tiempo te vas a quedar en el pueblo?- preguntó mientras se levantaba de la silla he iba a la habitación de al lado.
Como las habitaciones simplemente están separadas por cortinas, no hubo necesidad de moverme para seguir hablando, -medio año pienso yo, quizá algo mas, mientras los abuelos me soporten- dije en tono de broma.
Ella río -no te preocupes, los abuelos te quieren, ademas mi madre hablo con la abuela y le comento que eras mas útil de lo que hubiesen pensado- dijo soltando nuevamente una risita -ademas, mientras mas tiempo te quedes, mas nos podremos divertir, ¿no?- preguntó con un tono de voz juguetón y sensual a la vez.
Ante estas palabras yo me levante y rápidamente fui a la habitación en la que se encontraba, al mover la cortina y ver en ella, la encontré en una cama puesta a 4 patas y sin mas ropa que el brasier y una tanga, tanga que yo le había regalado a escondidas en una visita anterior.
-Entonces primito, que te parece si ya no malgastamos mas el tiempo, que 6 meses se van volando- dijo con una voz de puta.
Ni bien había terminado de hablar cuando ya le estaba agarrando sus hermosas nalgas, apretándoselas con las manos y dándole una nalgada, a lo que ella respondió con un gemido.
-¿Te gusta que te nalguee como una putita?- le pregunté sabiendo lo que le gusta
-Si primo, sabes que si- decía entre gemidos que me excitaban más y más.
Después de darle un par de nalgadas más y de pasarle el dedo entre las nalgas, ella levantó el culo a manera de ruego, así que le moví a una lado el hilo de la tanga mostrando por fin ese anito suyo que tantas veces había lamido, y los labios carnosos y con unos cuantos pelitos de su vagina. Sin perder tiempo comencé a lamer desde su ano hasta la entrada de su deliciosa vagina, haciéndole botar una gran cantidad de jugos y soltar una gran cantidad de gemidos que solo me hacían querer continuar.
-¡Meteme la verga primo!- gimió fuertemente, ante lo que le metí un dedo dentro de la vagina.
-¿Desde cuando tu me ordenas cosas putita?- le dije mientras lo movía el dedo dentro.
-Lo siento primo, por favor meteme tu verga- gimió suplicando
-Así me gusta- le dije mientras me enfilaba en su vagina -dime, ¿quien fue la que te hizo así de putita?- le pregunté antes de darle finalmente lo que tanto deseaba.
-Tu primo, fuiste tu- dijo, y justo después se la metí arrebatandole un grito de placer que por un momento pensé, nos delataría. Su concha apretaba fuertemente mi verga, mientras yo empujaba mi pelvis con fuerza una y otra vez, a cada embestida de su dulce coño caía mas y mas liquido, manchando sus muslos, cosa que me tentó por lo que paré un momento y me baje a lamerle todo el coño y esos deliciosos líquidos que se desbordaban, me encantaba ver de cerca esos labios morenos externos que contrastaban con su rosa interior prendiéndome cada vez más. Nos acomodamos haciendo un 69, después de un rato corto en esta posición, ella se monto sobre mi, cabalgando de esa forma tan putona que le hacia botar sus grandes tetas, finalmente, y con un gran gemido que indicaba un orgasmo de su parte, se recostó sobre mi pecho con sus tetas bien recargadas en mi.
Después de unas horas regresaron mis tíos y finalmente hice lo que se me había mandado, y volví con mis abuelos, sabiendo que los 6 meses que iba a pasar serian mejores de lo que hubiese pensado.
Contare mas anécdotas de ese tiempo en el pueblo más adelante, igual si quieren saber como hice a mi prima una puta lo contare. Chao.
5 comentarios - En el pueblo se coge a diario