Una de las causas de mi separación con Daniela, fue su falta de deseo sexual.
Las relaciones eran esporádicas y, diria, "administrativas".
Siempre iguales: caricias en las tetas (que la calentaban mucho) y un misionero normal con el que acababámos los dos, pero sin explosiones. Nunca me la chupaba, aduciendo que le daba asco.
Daniela tiene un culo importante, bien formado y parado, pero siempre se negó a entregarlo. Su excusa era que le daba miedo que le doliera...
Yo había tenido relaciones esporádicas con otras mujeres antes de conocerla, que me habían hecho descubrir el sexo verdadero.
Por ejemplo el placer del sexo oral, al que Daniela se sometía mas que gozarlo. Había aprendido a dejarse chupar con mucho esfuerzo de mi parte, porque lo consideraba "antihigiénico".
Su ropa interior tampoco ayudaba a a excitar a nadie... todo conservador y aburrido
La falta de deseo se transformó en una convivencia insoportable.
Ella descubrió que yo visitaba páginas porno (que me provocaban pajas memorables) y me acusaba de perverso y sexópata.
Le propuse experiencias distintas (visita a un porno shop, compartir fantasías...) pero siempre me encontré con negativas.
La separación se produjo, como era previsible, y yo -liberado de esa carga- tuve varios encuentros con otras mujeres que me devolvieron la autoestima sexual que había pedido.
La relación con Daniela continuó cordialmente, ya que había algunas cosas en común que no vienen al caso.
Y cada vez que sabía que nos veríamos, se notaba que se producía. Pantalones ajustados, remeras casi transparentes, en fin: cosas de las que antes se abstenía.
Así las cosas, una vez me manda un mensaje: "¿me invitas a cenar?"
Me resultó llamativa la propuesta, porque no habíamos salido desde la separación, meses atras.
Supuse que tenía que ver con problemas de negocio que compartíamos y acepte.
Sugirió un restaurante en la Costanera que habíamos visitado un par de años atras y nos encontramos. La pasé a buscar, y ya su beso de recepción en mi auto fue extraño. Permaneció con sus labios en mi mejilla por un par de segundos mas que lo recomendable para una ex-pareja.
"Viene con algo esto", pensé.
Me dijo que estrenaba ropa, lo cual era visible: pantalones rojos ajustados (que marcaban mucho su culo) y una camisa de seda que dejaba ver su corpiño de encaje, también rojo. El dato era irrelevante para una charla de trabajo, pero tomé nota.
La cena y la charla transcurrió entre los negocios y los atisbos de peleas sobre temas recurrentes.
Pero... (siempre hay pero) a la salida de la cena, cuando me disponía a llevarla a su casa de nuevo, me besó profundamente a la salida del restaurante..,
El vino de la cena, parecía, le había dado ímpetu para hacerlo, y ya en camino a la casa, comenzó a acariciarme la pierna en el auto.
Yo pensaba: "un misionero mas, total..."
Subí al departamento, me convidó una copa de vino más sin dejar de mirarme y se fué aparentemente para el baño. "Ya vengo".
No tardó nada en volver:
Con un conjunto rojo, tanga y el corpiño que había adivinado.
Medias de red rojas...
Descalza...
"¿Te gusta?, me lo compré para que vieras si me queda bien, ¿qué pensás?"
Se daba vuelta para dejarme ver su culo, y la tanga enterrada en el...
"Mira que lindo el corpiño, ¿te gusta?" Y me lo acercaba a la cara...
Yo, claro, ya imaginaba que su transformación no terminaría ahi...
Entonces, sin mediar mas palabaras, comenzó a acariciarme el pecho, a desprenderme la camisa y a chuparme los pezones...
Se paró, me dió la espalda y me pasaba el culo por la cara, yo sentado.
"¿No tenes ganas de besarlo, chanchito, como hacian en las peliculas esas que mirabas?"
Puso su culo sombre mi cara y lo bese... lo lamí... las nalgas, el culo, se agachaba para que lamiera mas.
Cuando menos lo pensé, corrió su tanga para dejar sus labios a lavista. "Chupame, hijo de puta, como chupas a esas putas", deciá.
Le chupé la concha con muchas ganas, con mucho placer...
Me abría los labios para que metiera la lengua, mientras decía cosas ininteligibles. Acabó por primera vez asi.
Entonces, ya desnuda, me llevó a la cama.
"¿Así te gusta?, me dijo meintras me sacaba el pantalón y lamía mi pija por encima del boxer.
Yo no podía creerlo.
Sacó la pija afuera y comenzó a besarla, a recorrerla toda.
Mientras chupaba la cabeza con maestría, me miraba a los ojos.
Sólo dejaba de hacerlo para decirme "Como las putas de las películas"
Entonces, inesperadamente, se sentó de una sobre mi pija, y comenzó a cabalgarme. Acabó así tocandose las tetas, pellizcando sus pezones con fuerza.
"Asi, hijo de puta, asi te gusta, mirame"
Y, para mi sorpresa, se puso en cuatro y me dijo... "ahora si, rompeme el culo, ahi hay crema, metémela"
Tome la crema lubricante que tenía en la mesa de luz y la penetré suavemente al principio. Hizo gemidos de dolor y placer, la fui cogiendo con mas fuerza hasta que entró toda en su culo.
Me miraba para atras y me decía "asi, ahi tenes el culo que querías, cogeme"
Tuvo el orgasmo que nunca le había escuchado, a los gritos.
"No acabes, quiero otra cosa", me dijo en tono de orden.
Volvio a cabalgarme penetrada en su concha, yo no aguantaba mas y se lo dije.
"Acabo".
Entonces, para mi sorpresa, se abalanzó sobre mi pija y comenzó a chuparla
Chupaba la cebeza como a mi me gusta. La lamía, la rodeaba, la succionaba.
No tardé en decirle que acababa. Y siguió chupando.
Mi chorro de leche se repartió entre el interior de su boca y su cara.
Yo pensé "¿que va a hacer ahora con el asco que le daba?"
Y siguió chupando, se trago la leche que siempre le producía asco. Su cara salpicada me excitaba.Y siguió chupando hasta que logró otra erección. Siguio chupando, solo paró dos veces para decir "que rica leche, me gusta" y cuando ya estaba muy dura de nuevo, volvió a cabalgarme, esta vez se la metió en el culo y tuvo al menos dos orgasmos mas, asi....
"Por favor, llename el culo de leche"
Mi segundo orgasmo tardó en llegar, pero fué extraordinario. ella acabó en el mismo momento en que mi leche la llenaba.
Luego salió de la cama, se duchó se vistió. Yo casi ni podía moverme.
"Vestite. Andate, esto nunca pasó."
Me vestí y me fui.
¿Qué pasó por su cabeza en esos meses?
Nunca mas se lo pregunté ni volvimos a tener sexo. Me quedó la duda y el recuerdo de esa noche.
Los reencuentros son interesantes.
Las relaciones eran esporádicas y, diria, "administrativas".
Siempre iguales: caricias en las tetas (que la calentaban mucho) y un misionero normal con el que acababámos los dos, pero sin explosiones. Nunca me la chupaba, aduciendo que le daba asco.
Daniela tiene un culo importante, bien formado y parado, pero siempre se negó a entregarlo. Su excusa era que le daba miedo que le doliera...
Yo había tenido relaciones esporádicas con otras mujeres antes de conocerla, que me habían hecho descubrir el sexo verdadero.
Por ejemplo el placer del sexo oral, al que Daniela se sometía mas que gozarlo. Había aprendido a dejarse chupar con mucho esfuerzo de mi parte, porque lo consideraba "antihigiénico".
Su ropa interior tampoco ayudaba a a excitar a nadie... todo conservador y aburrido
La falta de deseo se transformó en una convivencia insoportable.
Ella descubrió que yo visitaba páginas porno (que me provocaban pajas memorables) y me acusaba de perverso y sexópata.
Le propuse experiencias distintas (visita a un porno shop, compartir fantasías...) pero siempre me encontré con negativas.
La separación se produjo, como era previsible, y yo -liberado de esa carga- tuve varios encuentros con otras mujeres que me devolvieron la autoestima sexual que había pedido.
La relación con Daniela continuó cordialmente, ya que había algunas cosas en común que no vienen al caso.
Y cada vez que sabía que nos veríamos, se notaba que se producía. Pantalones ajustados, remeras casi transparentes, en fin: cosas de las que antes se abstenía.
Así las cosas, una vez me manda un mensaje: "¿me invitas a cenar?"
Me resultó llamativa la propuesta, porque no habíamos salido desde la separación, meses atras.
Supuse que tenía que ver con problemas de negocio que compartíamos y acepte.
Sugirió un restaurante en la Costanera que habíamos visitado un par de años atras y nos encontramos. La pasé a buscar, y ya su beso de recepción en mi auto fue extraño. Permaneció con sus labios en mi mejilla por un par de segundos mas que lo recomendable para una ex-pareja.
"Viene con algo esto", pensé.
Me dijo que estrenaba ropa, lo cual era visible: pantalones rojos ajustados (que marcaban mucho su culo) y una camisa de seda que dejaba ver su corpiño de encaje, también rojo. El dato era irrelevante para una charla de trabajo, pero tomé nota.
La cena y la charla transcurrió entre los negocios y los atisbos de peleas sobre temas recurrentes.
Pero... (siempre hay pero) a la salida de la cena, cuando me disponía a llevarla a su casa de nuevo, me besó profundamente a la salida del restaurante..,
El vino de la cena, parecía, le había dado ímpetu para hacerlo, y ya en camino a la casa, comenzó a acariciarme la pierna en el auto.
Yo pensaba: "un misionero mas, total..."
Subí al departamento, me convidó una copa de vino más sin dejar de mirarme y se fué aparentemente para el baño. "Ya vengo".
No tardó nada en volver:
Con un conjunto rojo, tanga y el corpiño que había adivinado.
Medias de red rojas...
Descalza...
"¿Te gusta?, me lo compré para que vieras si me queda bien, ¿qué pensás?"
Se daba vuelta para dejarme ver su culo, y la tanga enterrada en el...
"Mira que lindo el corpiño, ¿te gusta?" Y me lo acercaba a la cara...
Yo, claro, ya imaginaba que su transformación no terminaría ahi...
Entonces, sin mediar mas palabaras, comenzó a acariciarme el pecho, a desprenderme la camisa y a chuparme los pezones...
Se paró, me dió la espalda y me pasaba el culo por la cara, yo sentado.
"¿No tenes ganas de besarlo, chanchito, como hacian en las peliculas esas que mirabas?"
Puso su culo sombre mi cara y lo bese... lo lamí... las nalgas, el culo, se agachaba para que lamiera mas.
Cuando menos lo pensé, corrió su tanga para dejar sus labios a lavista. "Chupame, hijo de puta, como chupas a esas putas", deciá.
Le chupé la concha con muchas ganas, con mucho placer...
Me abría los labios para que metiera la lengua, mientras decía cosas ininteligibles. Acabó por primera vez asi.
Entonces, ya desnuda, me llevó a la cama.
"¿Así te gusta?, me dijo meintras me sacaba el pantalón y lamía mi pija por encima del boxer.
Yo no podía creerlo.
Sacó la pija afuera y comenzó a besarla, a recorrerla toda.
Mientras chupaba la cabeza con maestría, me miraba a los ojos.
Sólo dejaba de hacerlo para decirme "Como las putas de las películas"
Entonces, inesperadamente, se sentó de una sobre mi pija, y comenzó a cabalgarme. Acabó así tocandose las tetas, pellizcando sus pezones con fuerza.
"Asi, hijo de puta, asi te gusta, mirame"
Y, para mi sorpresa, se puso en cuatro y me dijo... "ahora si, rompeme el culo, ahi hay crema, metémela"
Tome la crema lubricante que tenía en la mesa de luz y la penetré suavemente al principio. Hizo gemidos de dolor y placer, la fui cogiendo con mas fuerza hasta que entró toda en su culo.
Me miraba para atras y me decía "asi, ahi tenes el culo que querías, cogeme"
Tuvo el orgasmo que nunca le había escuchado, a los gritos.
"No acabes, quiero otra cosa", me dijo en tono de orden.
Volvio a cabalgarme penetrada en su concha, yo no aguantaba mas y se lo dije.
"Acabo".
Entonces, para mi sorpresa, se abalanzó sobre mi pija y comenzó a chuparla
Chupaba la cebeza como a mi me gusta. La lamía, la rodeaba, la succionaba.
No tardé en decirle que acababa. Y siguió chupando.
Mi chorro de leche se repartió entre el interior de su boca y su cara.
Yo pensé "¿que va a hacer ahora con el asco que le daba?"
Y siguió chupando, se trago la leche que siempre le producía asco. Su cara salpicada me excitaba.Y siguió chupando hasta que logró otra erección. Siguio chupando, solo paró dos veces para decir "que rica leche, me gusta" y cuando ya estaba muy dura de nuevo, volvió a cabalgarme, esta vez se la metió en el culo y tuvo al menos dos orgasmos mas, asi....
"Por favor, llename el culo de leche"
Mi segundo orgasmo tardó en llegar, pero fué extraordinario. ella acabó en el mismo momento en que mi leche la llenaba.
Luego salió de la cama, se duchó se vistió. Yo casi ni podía moverme.
"Vestite. Andate, esto nunca pasó."
Me vestí y me fui.
¿Qué pasó por su cabeza en esos meses?
Nunca mas se lo pregunté ni volvimos a tener sexo. Me quedó la duda y el recuerdo de esa noche.
Los reencuentros son interesantes.
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