Como todos los jueves, acompaño a mi mujer a su"terapia", por llamarlo de alguna manera. Reconozco que cuando supsicólogo le propuso probar este tipo de tratamiento me negué en redondo y apunto estuve de ponerle una denuncia. Ella me lo impidió, pero durante variosmeses, cada vez que iba a su sesión de psicoanálisis, teníamos una bronca ycuando decidió que empezaría con la "terapia" aunque yo no estuviesede acuerdo, pasé dos meses durmiendo en otra habitación y planteándome pedirlael divorcio, cosa que no hice porque tenía claro que me iba a costar una pasta.
Por cierto, soy Adrián y tengo 30 años, Elena, mi mujer,acaba de cumplir los 29, nos casamos hace ocho y ya hace casi dos años que ellaviene a la "terapia", aunque yo apenas llevo viniendo con ella pocomás de un año. Su psicólogo la dijo que yo debería acompañarla siempre, pero mecostó bastante aceptar que ella se sometiese a este tipo de tratamiento.
El acompañarla no era para asistir juntos a la"terapia", yo no puedo pasar con ella de ninguna manera, lo que, sipuedo hacer, si lo deseo, es observar el desarrollo de la misma desde unahabitación contigua a través de un cristal con espejo, sin que ni ella ni suterapeuta sepan si estoy observando, pero saben que existe esa posibilidad.
Cuando llegamos nos recibe Laura, es la encargada del centroe hija del psicólogo de mi mujer. Tras una pequeña charla sobre nuestrasatisfacción por los efectos de la "terapia", pasamos a firmar elconsentimiento para la sesión de ese día, pago los ciento cincuenta Euros quecuesta cada sesión y nos indica que pasemos un momento a la sala de espera. Nopasan ni cinco minutos cuando aparece de nuevo acompañada de un hombre negro,le presenta como el Sr. Logan y será el terapeuta de Elena para la sesiónde hoy.
El Sr. Logan nos saluda muy amablemente con una gran sonrisay un cordial apretón de manos, nunca le había visto, pero sé que el terapeutanunca es el mismo dos sesiones seguidas, al menos pasan seis sesiones sin querepita el mismo terapeuta y el personal, salvo el director de terapeutas, varotando con el de los centros de otras ciudades cada seis meses, a estasalturas creo que mi mujer ha debido tener más de cincuenta terapeutasdiferentes."
Sr. Logan - "Señora, es un placer conocerla.Caballero, encantado"
Adrián - "Igualmente"
Elena - "Igualmente Sr. Logan, me temo que hoyestoy más alterada que de costumbre"
Sr. Logan - "No se preocupe Señora, verá comoal termino de nuestra sesión estará muy tranquila."
Elena - "Estoy segura Sr. Logan"
Sr. Logan - "Caballero, estaremos en lasala número cinco, por si desea observar el desarrollo de la sesión."
Adrián - "Muchas gracias Sr. Logan, tomo notapor si decido asistir."
Sr. Logan - "Señora, creo que ya conoce elcamino. Detrás de usted, por favor."
Elena - "Si, muchas gracias. Cariño, te veoluego y ya sabes que te quiero."
Adrián - "Y yo a ti cielo, disfruta y hastadentro de un rato."
Nos damos un beso en los labios, le estrecho de nuevo lamano al Sr. Logan y les veo caminar por el pasillo. Hoy no tenía intención depasar, pero es la primera vez, desde que vengo con Elena, que su terapeuta esnegro, así que me dirijo a la sala número cinco y me acomodo en el sillón paraobservar la "terapia" de mi mujer.
La sala es toda de madera oscura, bien iluminada. Del techo veoque cuelgan diferentes ganchos, en una de las paredes veo una colección defustas y similares y en la que está frente a mí un potro con un consolador enel centro. También observo una vieja cama de barrotes no demasiado grande.
Entra mi mujer y el Sr. Logan, nada más hacerlo, él la dicelo ha de hacer.
Sr. Logan - "Desnúdate zorra, rápido ó tearranco la ropa y tendrás que salir de aquí en pelotas."
Mi mujer obedece, pero antes de que pueda quitarse la ropainterior, el Sr. Logan la pone unas esposas sujetando sus brazos a la espalda.
Sr. Logan - "Te dije que rápido, putaestúpida,"
A continuación, la cuelga de uno de los ganchos por lasesposas obligándola a dejar su culo más expuesto, la introduce una mordaza enla boca y sujeta sus tobillos con una barra que la impide cerrar las piernas.
Empieza a manosearla sin que ella pueda hacer nada, serecrea especialmente al apretar sus tetas y cuando mete su mano en laentrepierna de mi mujer lo hace con rudeza, obligándola a dar pequeños pasitospara que yo pueda ver su cara. La mordaza es un aro que mantiene su bocaabierta y veo como las babas chorrean hasta el suelo, en su cara se puedeapreciar que disfruta con la "terapia" y esto no ha hecho más queempezar.
El Sr. Logan tira de sus bragas con fuerza, la tela se clavaen su coño y la escucho gritar por el dolor, lo hace varias veces alternandolos tirones con manotazos en el culo de mi mujer, fuertes, sin miramientos,dejando sus dedos marcados en las esplendidas nalgas de Elena, hasta que secansa y corta las bragas con unas tijeras, al igual que hace con el sujetador,dejando a mi mujer totalmente desnuda.
Se pone frente a ella y le mete los dedos en la boca todo loque puede provocándola arcadas que la hacen babear más aún. Con la otra mano lepellizca los pezones haciendo que estos se endurezcan y le azota las tetashasta que se enrojecen. Los ojos de Elena están llenos de lágrimas, no sé si essolo por las arcadas ó también por el castigo de sus tetas.
El Sr. Logan restriega las babas que tiene en su mano por lacara de mi mujer y le pone un par de pinzas en los pezones, tienen unos pesos,así que los estiran un poco. Mientras ella tose e intenta recuperar larespiración, él selecciona una especie de azotador con muchas tiras, nodemasiado largas, pero con pinta de hacer daño.
Vuelve junto a mi mujer y comienza a azotar su culo confuerza, ella está mirando al espejo, así que puedo ver sus expresiones mientrasel Sr. Logan la azota, por eso sé que el dolor debe ser mucho, tanto que alcuarto golpe ya está llorando y suplicando que pare ó eso creo entender, con lamordaza no puede hablar con claridad, además, los golpes y la inestabilidad desu postura, provocan un constante balanceo de sus tetas que intensifican eldolor en sus pezones.
El Sr. Logan la gira poniendo su culo frente al espejo, veolas marcas que le ha dejado, son de color morado, en todo este tiempo nuncahabía tenido unas marcas así, pero al mismo tiempo veo como brilla suentrepierna, señal de que la está gustando, lo cual me tranquiliza un poco,pero no del todo. En esa posición el Sr. Logan le propina otra tanda de azotes,creo que incluso más fuertes que antes, dejando todo su culo amoratado y a mimujer llorando intensamente.
La descuelga sin quitarle las esposas ni la barra de sustobillos y la deja en el suelo. El coloca el azotador en su sitio y vuelve conun consolador de un tamaño considerable, este está sujeto al extremo de unpalo, le restriega por el charco de babas que hay junto a mi mujer, se lo meteen el coño de un solo golpe y ella es incapaz de no gritar.
El Sr. Logan comienza a mover el dildo follando el coño demi mujer, lo hace de manera rápida y profunda, de vez en cuando le saca degolpe, lo restriega de nuevo por el charco de babas y vuelve a metérselo de unsolo golpe en el coño para continuar moviéndole sin parar hasta que Elenaempieza a correrse, justo en ese momento lo saca y espera a que mi mujer secalme lo necesario para poder retomar su tarea sin que se corra inmediatamente,esta operación la repite unas cuantas veces, cada vez ha de esperar más tiempoantes de meter de nuevo el dildo hasta que mi mujer es incapaz de evitar tenerun orgasmo salvaje, la veo como se agita buscando sentir algo que supla alconsolador con el que el Sr. Logan la ha estado follando y termina llorando porla frustración de sentir su coño vacío.
Cuando él ve que mi mujer está más calmada, la libera, perosin quitar las pinzas de sus pezones.
Sr. Logan - "¿Tienes algo que decirzorra?"
Elena - "Tan solo agradecerle su pacienciaconmigo y asegurarle que sabe muy bien como ha de tratar a una zorra como yoSr. Logan."
Sr. Logan - "¿Y a que esperas parademostrarlo?"
Mi mujer se arrodilla rápidamente a los pies del Sr. Logan yempieza a lamer sus botas. Ella mantiene las piernas separadas y sus manos a laespalda, mientras el Sr. Logan, sentado en una silla, observa el comportamientode mi mujer. Cuando lo considera adecuado la manda limpiar las babas y fluidoscon los que había ensuciado el suelo, ella gatea hasta llegar al charco debabas y comienza a sorber todas las que puede, cuando termina de sorber recogelos restos lamiendo el suelo con su lengua.
Sus manos permanecen en su espalda constantemente, al igualque sus piernas separadas, lo cual permite que su coño, al igual que su culo,estén perfectamente a la vista. Estoy seguro, viendo las marcas de su culo, deque le dolerá al sentarse durante unos cuantos días, pero también tengo claroque está muy excitada, tan solo hay que fijarse en su coño, abierto, rojo,inflamado y chorreando.
Sr. Logan - "Boca arriba y piernas en alto"
Obedece sin preguntar, el Sr. Logan le vuelve a separar las piernas conuna barra en los tobillos, pero esta tiene unas sujeciones diferentes, ademásde un par de argollas que no tardan en ser enganchadas a una de las poleas paradejar a Elena colgada cabeza abajo.
Su cabeza apenas roza el suelo y su entrepierna queda a unaaltura perfecta para que el Sr. Logan pueda hacer lo que le apetezca. Loprimero que hace es sujetar los brazos de mi mujer de nuevo a su espalda, en estaocasión con unas correas por los antebrazos de tal modo que sus manos tocan loscodos del brazo contrario. A continuación, echa lubricante en su culo, loextiende y en menos de un minuto ya tiene tres dedos metidos en el culo de mimujer. Acto seguido sustituye sus dedos por un plug que mantiene su anodilatado.
Acciona el motor de la polea hasta que la boca de Elenallega a la altura de su poya. Ella aún tiene las pinzas en sus pezones, el Sr.Logan juega con ellas haciendo que se balanceen, por los sonidos y gestos de mimujer es evidente que la duele, pero cuando las retira y las vuelve a ponergirando la pinzas 90 grados, el aullido de mi mujer me pone los pelos de punta.
Sr. Logan - "¿Algún problema?"
Elena - "Ninguno Sr. Logan. Perdón por elgrito."
En la posición en la que está colgada Elena y dado que sustetas son bien hermosas, además de naturales, estas cuelgan dejando ver la zonainferior de las mismas, máxime por el peso añadido que tienen las pinzas de suspezones.
Tras deleitarse observándola y balanceándola unos minutos,coge un azotador similar al que uso en su culo, se acerca y comienza a azotarel pecho de mi mujer, lo hace con fuerza, pero no parece que el azotador causeel mismo daño que el de su culo. Sus tetas pronto empiezan a ponerse rojas,pero en ningún momento veo que lleguen a tener marcas del calibre de las quetiene en el culo, aunque tras medio centenar de golpes la piel esta de un rojointenso y con algunas zonas inflamadas.
Deja el azotador en su lugar, se desabrocha el pantalóndejando a lo vista una poya muy grande, a pesar de no estar empalmado, seacerca a mi mujer y se la mete en la boca todo lo profundo que puede. Veoclaramente que ella no puede respirar, pero él ni se inmuta. La saca dándole eltiempo justo a mi mujer para coger aire y vuelve a metérsela en su boca delmismo modo, pero como cada vez la tiene más dura y grande, a mi mujer le cuestamás evitar las arcadas y no tarda en volver a chorrear babas como cuando lemetió los dedos al inicio de la sesión.
El Sr. Logan, una vez que está totalmente empalmado,comienza a follar la boca de mi mujer, tan solo la saca lo justo para queevitar que se ahogue y se tira así cerca de veinte minutos. Simultáneamente noha dejado de manipular el plug que metió en el culo de Elena, lo ha sacado ymetido varias veces, le ha girado y movido en círculos haciendo que el ano seabriese cada vez más y por la facilidad con la que lo ha sacado y metido lasúltimas veces el ano de mi mujer debe estar perfectamente dilatado. Tampoco seha olvidado del coño administrándole todo tipo de manotazos, pellizcos ytirones hasta dejarle más rojo é inflamado de lo que estaba antes.
Cuando se aparta dejando a mi mujer tosiendo de nuevo,atragantada con sus propias babas y a duras penas recuperando su respiraciónmiro el reloj, veo que ya ha pasado casi una hora desde que empezó la sesión yde las que yo he visto ha sido la más intensa que recuerdo, así que debe deestar a punto de terminar.
El Sr. Logan, sin guardarse la poya, llama por el interfonoque comunica las salas con la recepción y lo dice me deja extrañado.
Sr. Logan - "Que venga el Sr. Johnson"
Me quedo muy extrañado, que yo sepa, en las sesiones nuncahabía nadie más que el terapeuta y al tal Sr. Johnson no recuerdo haberleconocido. Mientras llega, el Sr. Logan ha bajado a mi mujer hasta situarla,boca abajo, sobre una especie de potro que deja su boca a la altura de su poyay libera sus tobillos, pero mantiene sus brazos sujetos con las correas.
El potro llega hasta su cintura, pero tiene un vibradoracoplado que llega justo a su clítoris y por la parte del pecho es másestrecho, de ese modo las tetas de mi mujer quedan colgando y manipulables.Para sujetar a mi mujer coge sus piernas, se las flexiona y las sujeta con correasal tronco, luego, con otra correa que le pasa por la cintura, la sujeta alpotro dejando su culo, aún con el plug dentro, y su coño totalmente expuestos.
Cuando está terminando, entra otro hombre, supongo que seráel Sr. Johnson, es también negro, pero más corpulento que el Sr. Logan. Sesaludan con la mirada y procede a manipular las tetas de mi mujer, primeroretira las pinzas tirando de ellas de golpe, luego las magrea como si lasestuviese ordeñando, finalmente, tras un par de minutos magreándolas, las atacon una cuerda de modo que las convierte en dos bolas de carne con la piel tantirante que parece que van a estallar. Por su parte, el Sr. Logan, ha puesto enmarcha el vibrador y al hacerlo mi mujer comienza a jadear intentando nocorrerse de inmediato.
Nada más tener las tetas atadas, mi mujer es sodomizada porel Sr. Logan, lo hace de un solo golpe de nuevo y el Sr. Johnson, cogiéndola depelo, hace lo mismo con su boca. La follan como si no fuese una persona si noalgo con agujeros, de vez en cuando cambian sus posiciones, pero actúan con lamisma brutalidad. A pesar de toda esa brutalidad, el vibrador hace que mi mujerse corra una y otra vez sin poder hacer nada por evitarlo, los pocos momentosen que su boca no está ocupada por la poya de alguno de sus terapeutas, no cesade suplicar que paren, todo ello entre los llantos y los jadeos provocados porsus orgasmos.
Por mi parte hace ya tiempo que no dejo de dar vueltas en elsillón y por los escasos nueve metros cuadrados que tendrá la habitación desdela que estoy observando todo. En más de una ocasión he estado a punto de salir eir a quejarme del trato, en mi opinión, excesivo de la terapia de hoy, pero sémuy bien que mientras mi mujer no diga su palabra de seguridad ó pierda elconocimiento, da lo mismo que yo diga nada.
Tras otros quince minutos que se me hacen eternos, pareceque se deciden a parar. El Sr. Logan suelta la correa que mantiene a Elenasujeta al potro y apaga el vibrador, en el suelo se ha formado un charcoinmenso con los fluidos que mi mujer ha expulsado con sus orgasmos. Ella, sindejar de llorar y agotada por la infinidad de orgasmos, les da las gracias,pero cuando ve que en vez de soltarla enganchan una polea a la cuerda que atasus tetas, suplica de nuevo que paren.
Una vez asegurada la elevan dejando que sean sus tetas, lascuales están totalmente amoratadas, las que soporten todo su peso. Tanto el Sr.Logan como el Sr. Johnson han cogido sendos azotadores con los que se ensañancon las tetas y el coño de Elena, al mantenerla con las piernas flexionadas ysujetas por las correas al tronco, su coño está perfectamente expuesto yaccesible para ser azotado duramente durante unos cinco minutos.
Mi mujer grita y llora de tal modo que me hace sufrir, pero sémuy bien que ella es la única que puede parar la sesión y es evidente que noquiere, lo cual me deja muy confuso de hasta que punto es capaz de soportar.
La ponen a una altura adecuada para poder follarla estandoellos de pie y lo hacen los dos al mismo tiempo, uno penetra su culo y el otrosu coño usando los agujeros de Elena a su antojo, porque, tal como está atada ycolgada parece que no tuviese piernas, como si fuese tan solo el tronco y lacabeza de una persona y la actitud de sus dos "terapeutas" deja muyclaro que no tienen ninguna consideración hacia mi mujer, pero a pesar de todo,ella vuelve a correrse en cuanto esas poyas llenan sus agujeros.
Un par de minutos después se corre el Sr. Johnson, lo hacedentro del coño de mi mujer y metiendo su poya todo lo profundo que puede, apesar de ello, al sacarla, una buena cantidad de semen chorrea desde el coño deElena hasta el suelo. El Sr. Logan, por su parte, sigue bombeando con fuerza,su poya entra y sale del culo de mi mujer como si fuese un pistón, para sujetara Elena agarra sus tetas fuerza, apretándolas y pellizcando sus pezones lo que,sumado a las cuerdas que la puso el Sr. Johnson y a que todo su peso estácolgando de ellas, la tiene que provocar un dolor terrible y confío en que nola cause un daño irreparable.
El Sr. Johnson, a una seña de Sr. Logan, coge un vibrador,es un mango con una especie de pelota grande en el extremo, le pone en marcha yle aplica en el coño de mi mujer, por la forma que tiene coge tanto su clítoriscomo algo más de la mitad de su coño. El efecto es inmediato y Elena comienza acorrerse de nuevo una y otra vez, sus gritos por el castigo al que tienesometidas sus tetas se mezclan con los de sus orgasmos.
Esta situación se prolonga durante más de cinco minutos ysolo para cuando el Sr. Logan se ha corrido en su culo, también lo hacemetiendo su poya hasta lo más profundo y al sacarla, como antes pasó con lacorrida del Sr. Johnson, el semen chorrea desde su culo hasta el suelo.Accionan la polea para bajarla, pero antes de llegar al suelo paran y laobligan a limpiar sus poyas con la boca, ella lo hace con esmero, lame comopuede esas poyas hasta recoger cualquier resto de semen ó flujos que pudiesentener, incluso las succiona para extraer los pequeños restos de semen quepudiesen quedar en su interior.
Una vez que ellos consideran que ha terminado la depositanen el suelo boca abajo, tan solo sueltan el gancho de la polea, pero mantienenel resto de sujeciones, incluida la atadura de sus tetas y la ordenan limpiarel suelo, ella no tiene más remedio que moverse como si fuese un gusano y cadavez que hace el más mínimo movimiento, son sus tetas las que se aplastan unpoco más. Como puede sorber los restos del semen de los dos hombres y de suspropios flujos esparcidos por el suelo, mientras que ellos charlan sobre susplanes para esta noche ignorando a mi mujer.
El suelo ya está perfectamente limpio, pero ella siguelamiendo y moviéndose como puede hasta que, sin dejar de hablar, los doshombres se agachan junto a ella y la liberan de todas las sujeciones.
Se ve que todo su cuerpo esta anquilosado porque es incapazde mover sus extremidades y no deja de quejarse con pequeños gemidos cada vezque sueltan alguna de ellas, en cuanto a sus tetas, una vez que han retiradolas cuerdas, están deformadas y llenas de marcas. El Sr. Logan recoge todo,coloca las correas en su lugar y se van dejando a mi mujer tirada en el suelosin preocuparse ni un ápice por ella. Al rato entra una mujer con atuendo deenfermera, una camilla y acompañada por dos chavales jovencitos que tambiénvisten atuendo sanitario.
La mujer, que tendrá unos cincuenta años, se agacha junto aElena y la pregunta que tal está, lo hace con la máxima dulzura, intenta quesea mi mujer quien se ponga en la camilla, pero sus piernas aún no lasostienen, así que los chavales la cogen, la tumban en la camilla, la cubrencon una sábana y se la llevan a la sala de recuperación.
Yo me quedo pensativo mientras observo la sala vacía dondehace un momento he presenciado como dos hombres han violado y torturado a mimujer, con su consentimiento. Ninguna sesión había llegado a este extremo, nilas que yo he presenciado, ni las que Elena me ha contado. Necesito que me denalguna explicación, así que, mientras mi mujer es atendida en la sala derecuperación, hablaré con Laura, la encargada del centro, aunque tal vezdebería esperar a mi mujer, al fin y al cabo, ella es la paciente, pero seacomo sea me siento incapaz de controlar esta situación.
CONTINUARÁ...
tomado de: http://www.todorelatos.com/relato/128952/
Por cierto, soy Adrián y tengo 30 años, Elena, mi mujer,acaba de cumplir los 29, nos casamos hace ocho y ya hace casi dos años que ellaviene a la "terapia", aunque yo apenas llevo viniendo con ella pocomás de un año. Su psicólogo la dijo que yo debería acompañarla siempre, pero mecostó bastante aceptar que ella se sometiese a este tipo de tratamiento.
El acompañarla no era para asistir juntos a la"terapia", yo no puedo pasar con ella de ninguna manera, lo que, sipuedo hacer, si lo deseo, es observar el desarrollo de la misma desde unahabitación contigua a través de un cristal con espejo, sin que ni ella ni suterapeuta sepan si estoy observando, pero saben que existe esa posibilidad.
Cuando llegamos nos recibe Laura, es la encargada del centroe hija del psicólogo de mi mujer. Tras una pequeña charla sobre nuestrasatisfacción por los efectos de la "terapia", pasamos a firmar elconsentimiento para la sesión de ese día, pago los ciento cincuenta Euros quecuesta cada sesión y nos indica que pasemos un momento a la sala de espera. Nopasan ni cinco minutos cuando aparece de nuevo acompañada de un hombre negro,le presenta como el Sr. Logan y será el terapeuta de Elena para la sesiónde hoy.
El Sr. Logan nos saluda muy amablemente con una gran sonrisay un cordial apretón de manos, nunca le había visto, pero sé que el terapeutanunca es el mismo dos sesiones seguidas, al menos pasan seis sesiones sin querepita el mismo terapeuta y el personal, salvo el director de terapeutas, varotando con el de los centros de otras ciudades cada seis meses, a estasalturas creo que mi mujer ha debido tener más de cincuenta terapeutasdiferentes."
Sr. Logan - "Señora, es un placer conocerla.Caballero, encantado"
Adrián - "Igualmente"
Elena - "Igualmente Sr. Logan, me temo que hoyestoy más alterada que de costumbre"
Sr. Logan - "No se preocupe Señora, verá comoal termino de nuestra sesión estará muy tranquila."
Elena - "Estoy segura Sr. Logan"
Sr. Logan - "Caballero, estaremos en lasala número cinco, por si desea observar el desarrollo de la sesión."
Adrián - "Muchas gracias Sr. Logan, tomo notapor si decido asistir."
Sr. Logan - "Señora, creo que ya conoce elcamino. Detrás de usted, por favor."
Elena - "Si, muchas gracias. Cariño, te veoluego y ya sabes que te quiero."
Adrián - "Y yo a ti cielo, disfruta y hastadentro de un rato."
Nos damos un beso en los labios, le estrecho de nuevo lamano al Sr. Logan y les veo caminar por el pasillo. Hoy no tenía intención depasar, pero es la primera vez, desde que vengo con Elena, que su terapeuta esnegro, así que me dirijo a la sala número cinco y me acomodo en el sillón paraobservar la "terapia" de mi mujer.
La sala es toda de madera oscura, bien iluminada. Del techo veoque cuelgan diferentes ganchos, en una de las paredes veo una colección defustas y similares y en la que está frente a mí un potro con un consolador enel centro. También observo una vieja cama de barrotes no demasiado grande.
Entra mi mujer y el Sr. Logan, nada más hacerlo, él la dicelo ha de hacer.
Sr. Logan - "Desnúdate zorra, rápido ó tearranco la ropa y tendrás que salir de aquí en pelotas."
Mi mujer obedece, pero antes de que pueda quitarse la ropainterior, el Sr. Logan la pone unas esposas sujetando sus brazos a la espalda.
Sr. Logan - "Te dije que rápido, putaestúpida,"
A continuación, la cuelga de uno de los ganchos por lasesposas obligándola a dejar su culo más expuesto, la introduce una mordaza enla boca y sujeta sus tobillos con una barra que la impide cerrar las piernas.
Empieza a manosearla sin que ella pueda hacer nada, serecrea especialmente al apretar sus tetas y cuando mete su mano en laentrepierna de mi mujer lo hace con rudeza, obligándola a dar pequeños pasitospara que yo pueda ver su cara. La mordaza es un aro que mantiene su bocaabierta y veo como las babas chorrean hasta el suelo, en su cara se puedeapreciar que disfruta con la "terapia" y esto no ha hecho más queempezar.
El Sr. Logan tira de sus bragas con fuerza, la tela se clavaen su coño y la escucho gritar por el dolor, lo hace varias veces alternandolos tirones con manotazos en el culo de mi mujer, fuertes, sin miramientos,dejando sus dedos marcados en las esplendidas nalgas de Elena, hasta que secansa y corta las bragas con unas tijeras, al igual que hace con el sujetador,dejando a mi mujer totalmente desnuda.
Se pone frente a ella y le mete los dedos en la boca todo loque puede provocándola arcadas que la hacen babear más aún. Con la otra mano lepellizca los pezones haciendo que estos se endurezcan y le azota las tetashasta que se enrojecen. Los ojos de Elena están llenos de lágrimas, no sé si essolo por las arcadas ó también por el castigo de sus tetas.
El Sr. Logan restriega las babas que tiene en su mano por lacara de mi mujer y le pone un par de pinzas en los pezones, tienen unos pesos,así que los estiran un poco. Mientras ella tose e intenta recuperar larespiración, él selecciona una especie de azotador con muchas tiras, nodemasiado largas, pero con pinta de hacer daño.
Vuelve junto a mi mujer y comienza a azotar su culo confuerza, ella está mirando al espejo, así que puedo ver sus expresiones mientrasel Sr. Logan la azota, por eso sé que el dolor debe ser mucho, tanto que alcuarto golpe ya está llorando y suplicando que pare ó eso creo entender, con lamordaza no puede hablar con claridad, además, los golpes y la inestabilidad desu postura, provocan un constante balanceo de sus tetas que intensifican eldolor en sus pezones.
El Sr. Logan la gira poniendo su culo frente al espejo, veolas marcas que le ha dejado, son de color morado, en todo este tiempo nuncahabía tenido unas marcas así, pero al mismo tiempo veo como brilla suentrepierna, señal de que la está gustando, lo cual me tranquiliza un poco,pero no del todo. En esa posición el Sr. Logan le propina otra tanda de azotes,creo que incluso más fuertes que antes, dejando todo su culo amoratado y a mimujer llorando intensamente.
La descuelga sin quitarle las esposas ni la barra de sustobillos y la deja en el suelo. El coloca el azotador en su sitio y vuelve conun consolador de un tamaño considerable, este está sujeto al extremo de unpalo, le restriega por el charco de babas que hay junto a mi mujer, se lo meteen el coño de un solo golpe y ella es incapaz de no gritar.
El Sr. Logan comienza a mover el dildo follando el coño demi mujer, lo hace de manera rápida y profunda, de vez en cuando le saca degolpe, lo restriega de nuevo por el charco de babas y vuelve a metérselo de unsolo golpe en el coño para continuar moviéndole sin parar hasta que Elenaempieza a correrse, justo en ese momento lo saca y espera a que mi mujer secalme lo necesario para poder retomar su tarea sin que se corra inmediatamente,esta operación la repite unas cuantas veces, cada vez ha de esperar más tiempoantes de meter de nuevo el dildo hasta que mi mujer es incapaz de evitar tenerun orgasmo salvaje, la veo como se agita buscando sentir algo que supla alconsolador con el que el Sr. Logan la ha estado follando y termina llorando porla frustración de sentir su coño vacío.
Cuando él ve que mi mujer está más calmada, la libera, perosin quitar las pinzas de sus pezones.
Sr. Logan - "¿Tienes algo que decirzorra?"
Elena - "Tan solo agradecerle su pacienciaconmigo y asegurarle que sabe muy bien como ha de tratar a una zorra como yoSr. Logan."
Sr. Logan - "¿Y a que esperas parademostrarlo?"
Mi mujer se arrodilla rápidamente a los pies del Sr. Logan yempieza a lamer sus botas. Ella mantiene las piernas separadas y sus manos a laespalda, mientras el Sr. Logan, sentado en una silla, observa el comportamientode mi mujer. Cuando lo considera adecuado la manda limpiar las babas y fluidoscon los que había ensuciado el suelo, ella gatea hasta llegar al charco debabas y comienza a sorber todas las que puede, cuando termina de sorber recogelos restos lamiendo el suelo con su lengua.
Sus manos permanecen en su espalda constantemente, al igualque sus piernas separadas, lo cual permite que su coño, al igual que su culo,estén perfectamente a la vista. Estoy seguro, viendo las marcas de su culo, deque le dolerá al sentarse durante unos cuantos días, pero también tengo claroque está muy excitada, tan solo hay que fijarse en su coño, abierto, rojo,inflamado y chorreando.
Sr. Logan - "Boca arriba y piernas en alto"
Obedece sin preguntar, el Sr. Logan le vuelve a separar las piernas conuna barra en los tobillos, pero esta tiene unas sujeciones diferentes, ademásde un par de argollas que no tardan en ser enganchadas a una de las poleas paradejar a Elena colgada cabeza abajo.
Su cabeza apenas roza el suelo y su entrepierna queda a unaaltura perfecta para que el Sr. Logan pueda hacer lo que le apetezca. Loprimero que hace es sujetar los brazos de mi mujer de nuevo a su espalda, en estaocasión con unas correas por los antebrazos de tal modo que sus manos tocan loscodos del brazo contrario. A continuación, echa lubricante en su culo, loextiende y en menos de un minuto ya tiene tres dedos metidos en el culo de mimujer. Acto seguido sustituye sus dedos por un plug que mantiene su anodilatado.
Acciona el motor de la polea hasta que la boca de Elenallega a la altura de su poya. Ella aún tiene las pinzas en sus pezones, el Sr.Logan juega con ellas haciendo que se balanceen, por los sonidos y gestos de mimujer es evidente que la duele, pero cuando las retira y las vuelve a ponergirando la pinzas 90 grados, el aullido de mi mujer me pone los pelos de punta.
Sr. Logan - "¿Algún problema?"
Elena - "Ninguno Sr. Logan. Perdón por elgrito."
En la posición en la que está colgada Elena y dado que sustetas son bien hermosas, además de naturales, estas cuelgan dejando ver la zonainferior de las mismas, máxime por el peso añadido que tienen las pinzas de suspezones.
Tras deleitarse observándola y balanceándola unos minutos,coge un azotador similar al que uso en su culo, se acerca y comienza a azotarel pecho de mi mujer, lo hace con fuerza, pero no parece que el azotador causeel mismo daño que el de su culo. Sus tetas pronto empiezan a ponerse rojas,pero en ningún momento veo que lleguen a tener marcas del calibre de las quetiene en el culo, aunque tras medio centenar de golpes la piel esta de un rojointenso y con algunas zonas inflamadas.
Deja el azotador en su lugar, se desabrocha el pantalóndejando a lo vista una poya muy grande, a pesar de no estar empalmado, seacerca a mi mujer y se la mete en la boca todo lo profundo que puede. Veoclaramente que ella no puede respirar, pero él ni se inmuta. La saca dándole eltiempo justo a mi mujer para coger aire y vuelve a metérsela en su boca delmismo modo, pero como cada vez la tiene más dura y grande, a mi mujer le cuestamás evitar las arcadas y no tarda en volver a chorrear babas como cuando lemetió los dedos al inicio de la sesión.
El Sr. Logan, una vez que está totalmente empalmado,comienza a follar la boca de mi mujer, tan solo la saca lo justo para queevitar que se ahogue y se tira así cerca de veinte minutos. Simultáneamente noha dejado de manipular el plug que metió en el culo de Elena, lo ha sacado ymetido varias veces, le ha girado y movido en círculos haciendo que el ano seabriese cada vez más y por la facilidad con la que lo ha sacado y metido lasúltimas veces el ano de mi mujer debe estar perfectamente dilatado. Tampoco seha olvidado del coño administrándole todo tipo de manotazos, pellizcos ytirones hasta dejarle más rojo é inflamado de lo que estaba antes.
Cuando se aparta dejando a mi mujer tosiendo de nuevo,atragantada con sus propias babas y a duras penas recuperando su respiraciónmiro el reloj, veo que ya ha pasado casi una hora desde que empezó la sesión yde las que yo he visto ha sido la más intensa que recuerdo, así que debe deestar a punto de terminar.
El Sr. Logan, sin guardarse la poya, llama por el interfonoque comunica las salas con la recepción y lo dice me deja extrañado.
Sr. Logan - "Que venga el Sr. Johnson"
Me quedo muy extrañado, que yo sepa, en las sesiones nuncahabía nadie más que el terapeuta y al tal Sr. Johnson no recuerdo haberleconocido. Mientras llega, el Sr. Logan ha bajado a mi mujer hasta situarla,boca abajo, sobre una especie de potro que deja su boca a la altura de su poyay libera sus tobillos, pero mantiene sus brazos sujetos con las correas.
El potro llega hasta su cintura, pero tiene un vibradoracoplado que llega justo a su clítoris y por la parte del pecho es másestrecho, de ese modo las tetas de mi mujer quedan colgando y manipulables.Para sujetar a mi mujer coge sus piernas, se las flexiona y las sujeta con correasal tronco, luego, con otra correa que le pasa por la cintura, la sujeta alpotro dejando su culo, aún con el plug dentro, y su coño totalmente expuestos.
Cuando está terminando, entra otro hombre, supongo que seráel Sr. Johnson, es también negro, pero más corpulento que el Sr. Logan. Sesaludan con la mirada y procede a manipular las tetas de mi mujer, primeroretira las pinzas tirando de ellas de golpe, luego las magrea como si lasestuviese ordeñando, finalmente, tras un par de minutos magreándolas, las atacon una cuerda de modo que las convierte en dos bolas de carne con la piel tantirante que parece que van a estallar. Por su parte, el Sr. Logan, ha puesto enmarcha el vibrador y al hacerlo mi mujer comienza a jadear intentando nocorrerse de inmediato.
Nada más tener las tetas atadas, mi mujer es sodomizada porel Sr. Logan, lo hace de un solo golpe de nuevo y el Sr. Johnson, cogiéndola depelo, hace lo mismo con su boca. La follan como si no fuese una persona si noalgo con agujeros, de vez en cuando cambian sus posiciones, pero actúan con lamisma brutalidad. A pesar de toda esa brutalidad, el vibrador hace que mi mujerse corra una y otra vez sin poder hacer nada por evitarlo, los pocos momentosen que su boca no está ocupada por la poya de alguno de sus terapeutas, no cesade suplicar que paren, todo ello entre los llantos y los jadeos provocados porsus orgasmos.
Por mi parte hace ya tiempo que no dejo de dar vueltas en elsillón y por los escasos nueve metros cuadrados que tendrá la habitación desdela que estoy observando todo. En más de una ocasión he estado a punto de salir eir a quejarme del trato, en mi opinión, excesivo de la terapia de hoy, pero sémuy bien que mientras mi mujer no diga su palabra de seguridad ó pierda elconocimiento, da lo mismo que yo diga nada.
Tras otros quince minutos que se me hacen eternos, pareceque se deciden a parar. El Sr. Logan suelta la correa que mantiene a Elenasujeta al potro y apaga el vibrador, en el suelo se ha formado un charcoinmenso con los fluidos que mi mujer ha expulsado con sus orgasmos. Ella, sindejar de llorar y agotada por la infinidad de orgasmos, les da las gracias,pero cuando ve que en vez de soltarla enganchan una polea a la cuerda que atasus tetas, suplica de nuevo que paren.
Una vez asegurada la elevan dejando que sean sus tetas, lascuales están totalmente amoratadas, las que soporten todo su peso. Tanto el Sr.Logan como el Sr. Johnson han cogido sendos azotadores con los que se ensañancon las tetas y el coño de Elena, al mantenerla con las piernas flexionadas ysujetas por las correas al tronco, su coño está perfectamente expuesto yaccesible para ser azotado duramente durante unos cinco minutos.
Mi mujer grita y llora de tal modo que me hace sufrir, pero sémuy bien que ella es la única que puede parar la sesión y es evidente que noquiere, lo cual me deja muy confuso de hasta que punto es capaz de soportar.
La ponen a una altura adecuada para poder follarla estandoellos de pie y lo hacen los dos al mismo tiempo, uno penetra su culo y el otrosu coño usando los agujeros de Elena a su antojo, porque, tal como está atada ycolgada parece que no tuviese piernas, como si fuese tan solo el tronco y lacabeza de una persona y la actitud de sus dos "terapeutas" deja muyclaro que no tienen ninguna consideración hacia mi mujer, pero a pesar de todo,ella vuelve a correrse en cuanto esas poyas llenan sus agujeros.
Un par de minutos después se corre el Sr. Johnson, lo hacedentro del coño de mi mujer y metiendo su poya todo lo profundo que puede, apesar de ello, al sacarla, una buena cantidad de semen chorrea desde el coño deElena hasta el suelo. El Sr. Logan, por su parte, sigue bombeando con fuerza,su poya entra y sale del culo de mi mujer como si fuese un pistón, para sujetara Elena agarra sus tetas fuerza, apretándolas y pellizcando sus pezones lo que,sumado a las cuerdas que la puso el Sr. Johnson y a que todo su peso estácolgando de ellas, la tiene que provocar un dolor terrible y confío en que nola cause un daño irreparable.
El Sr. Johnson, a una seña de Sr. Logan, coge un vibrador,es un mango con una especie de pelota grande en el extremo, le pone en marcha yle aplica en el coño de mi mujer, por la forma que tiene coge tanto su clítoriscomo algo más de la mitad de su coño. El efecto es inmediato y Elena comienza acorrerse de nuevo una y otra vez, sus gritos por el castigo al que tienesometidas sus tetas se mezclan con los de sus orgasmos.
Esta situación se prolonga durante más de cinco minutos ysolo para cuando el Sr. Logan se ha corrido en su culo, también lo hacemetiendo su poya hasta lo más profundo y al sacarla, como antes pasó con lacorrida del Sr. Johnson, el semen chorrea desde su culo hasta el suelo.Accionan la polea para bajarla, pero antes de llegar al suelo paran y laobligan a limpiar sus poyas con la boca, ella lo hace con esmero, lame comopuede esas poyas hasta recoger cualquier resto de semen ó flujos que pudiesentener, incluso las succiona para extraer los pequeños restos de semen quepudiesen quedar en su interior.
Una vez que ellos consideran que ha terminado la depositanen el suelo boca abajo, tan solo sueltan el gancho de la polea, pero mantienenel resto de sujeciones, incluida la atadura de sus tetas y la ordenan limpiarel suelo, ella no tiene más remedio que moverse como si fuese un gusano y cadavez que hace el más mínimo movimiento, son sus tetas las que se aplastan unpoco más. Como puede sorber los restos del semen de los dos hombres y de suspropios flujos esparcidos por el suelo, mientras que ellos charlan sobre susplanes para esta noche ignorando a mi mujer.
El suelo ya está perfectamente limpio, pero ella siguelamiendo y moviéndose como puede hasta que, sin dejar de hablar, los doshombres se agachan junto a ella y la liberan de todas las sujeciones.
Se ve que todo su cuerpo esta anquilosado porque es incapazde mover sus extremidades y no deja de quejarse con pequeños gemidos cada vezque sueltan alguna de ellas, en cuanto a sus tetas, una vez que han retiradolas cuerdas, están deformadas y llenas de marcas. El Sr. Logan recoge todo,coloca las correas en su lugar y se van dejando a mi mujer tirada en el suelosin preocuparse ni un ápice por ella. Al rato entra una mujer con atuendo deenfermera, una camilla y acompañada por dos chavales jovencitos que tambiénvisten atuendo sanitario.
La mujer, que tendrá unos cincuenta años, se agacha junto aElena y la pregunta que tal está, lo hace con la máxima dulzura, intenta quesea mi mujer quien se ponga en la camilla, pero sus piernas aún no lasostienen, así que los chavales la cogen, la tumban en la camilla, la cubrencon una sábana y se la llevan a la sala de recuperación.
Yo me quedo pensativo mientras observo la sala vacía dondehace un momento he presenciado como dos hombres han violado y torturado a mimujer, con su consentimiento. Ninguna sesión había llegado a este extremo, nilas que yo he presenciado, ni las que Elena me ha contado. Necesito que me denalguna explicación, así que, mientras mi mujer es atendida en la sala derecuperación, hablaré con Laura, la encargada del centro, aunque tal vezdebería esperar a mi mujer, al fin y al cabo, ella es la paciente, pero seacomo sea me siento incapaz de controlar esta situación.
CONTINUARÁ...
tomado de: http://www.todorelatos.com/relato/128952/
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