Carta para mi Amo
Mi Señor,
Hace tiempo comprendí que había fracasado como hombre, y me dí cuenta de que mi única opción era ponerme una bombachita rosa y caer a los pies de un Hombre de verdad, como Usted, con los huevos y la verga para mandar a una mariquita inservible como yo. Ante la vista de una Verga y unos Huevos como los suyos, mi último rastro de masculinidad se perdió. Ya solo soy su nena, su puta esclava.
Mi única satisfacción cada día es tomar el lugar que me corresponde, vestirme con la ropa que una nena sumisa debe vestir, y rogarle a Usted que me use como su esclava. Soy solo un juguete para mi Amo, no soy un ser humano, soy solo un pedazo de carne de su propiedad. Usted me domina, me usa, abusa, humilla y degrada, y yo siento la mayor felicidad de ser su esclava.
Usted sabe que yo solía mentirle al mundo y a mí misma, simulando que era un intento de hombre. Pero desde que estuve de rodillas frente a usted, mi Amo y Señor, desde que su descomunal y magnífico miembro me hipnotizó y me dominó por completo en cuerpo y alma, ya no pude hacerlo. Desde que su poderosa Verga penetró mi ano sumiso y abierto para Usted, no pude volver atrás. Ya sólo visto como la débil y sumisa mujer que soy, que Usted me hizo. Cada estocada de su miembro viril dentro de mí fue como una espada de fuego quemando las pocas chances que tenía de ser otra cosa que su puta esclava.
Siento la suave caricia del encaje y la lycra de mi bombachita y mi corpiño sobre mi cuerpo débil, y la frialdad de la seda y el satén de mi pequeño vestido, y solo pienso en una cosa: ser brutalmente poseída, utilizada, humillada y degradada por mi Amo y Señor. Quiero servirle como urinal, como mascota, como juguete que puede pasar a sus amigos o a cualquiera.
Cuando Usted me toma con sus fuertes manos por el rostro, me mira a los ojos, y escupe con violencia en mi boca abierta diciéndome que sólo soy una puta imbécil que le pertenece, siento que he llegado a lo que quiero ser en mi vida.
Tanto le agradezco haberme dejado en esta condición; mi feminidad ya no me abandonará. Me siento vacía e inútil si no soy penetrada por miembros viriles ardientes, si no me someto a la voluntad, a la superioridad sexual e intelectual de los hombres de verdad, como la puta estúpida y obediente que debo ser.
Cuando Usted, mi Amo, mi Señor, me hizo suya por primera vez, me derrotó completamente, me dejó sin defensas ante su brutal virilidad, sin resistencia ante su abrumadora superioridad sobre mí. Me hizo su chica esclava con todo derecho, porque Usted nació para mandarme y yo para obedecerle.
Después de sentir sus gruesos dedos atenazando mi carne débil, estrangulándome mientras me enterraba su miembro en el ojete sin piedad, solo pude decirme a mí misma: éste es mi Amo, me regala mi condición de hembra sumisa y debo servirlo y obedecerlo de por vida. Por eso cuando Usted retiró su pene chorreante tras haber descargado sus testículos en mis entrañas, cuando lo puso en mi cara, lo limpié obedientemente con la lengua, como una esclava debe hacer.
Y luego de ello, tras acomodarme la bombachita y el portaligas, me rendí a sus pies obediente para que me coloque el collar y la correa como la perra sumisa que soy. Y cuando me llevó a la pequeña jaula que reserva para sus perras esclavas, me sentí realizada como esclava de un verdadero macho. Siento sus cachetazos en mi cara, en mi cuerpo, siento los golpes de su mano y de su látigo, y me siento tratar como merezco.
Usted, sólo Usted mi Amo y Señor, me transformó en lo que soy hoy, su esclava mujer sumisa y obediente. Cuando me penetró con violencia por el ano me sometió de tal forma que pude sentir como la cabeza de su miembro tallaba mi cerebro, y al eyacular su manantial glorioso dentro de mí sentí como cada uno de sus espermatozoides se adueñaba de mi mente.
Una vez que tuve su caliente semen dentro de mí, Usted sabe cual fue mi mayor anhelo, Señor Amo: quiero que plante su semilla en mi persona, quiero ser su puta esclava preñada, quiero cargar sus hijos en mi vientre, quiero ser por completo de Usted, para siempre.
Desde que me llenó con su carne, con su miembro glorioso, con su semilla ardiente y pastosa, sentí el Amor que sólo se expresa en la sumisión total frente al Amo. Desde ese momento no sólo sentí deseo de ser su esclava sexual, sino su esclava en todo sentido. Siento tanta devoción hacia Usted, mi Amo, que sólo puedo pensar en que quiero ser su sirvienta, quiero lavarle los calzoncillos, quiero concinar para Usted, quiero mantener limpia su casa, fregando y besando los pisos que sus majestuosos pies tocan.
Y soñar, oh mi Amo, soñar que mientras cumplo mi rol de sierva doméstica para Usted, mientras realizo las tareas que debe hacer una mujercita sumisa para su Hombre, para su Dueño, soñar que lo hago mientras cargo sus hijos en mi vientre Amo, mientras siento crecer dentro de mí la semilla que ha plantado.
Usted ha decidido hacerme castrar y es uno de los más grandes regalos que podría desear. Oh, Amo, el momento en que pueda entregarle a Usted, mi Señor y Dueño, mis pequeños e inútiles testículos en una bandeja, como símbolo de mi total derrota y sumisión, de la entrega de mi destruida y perdida masculinidad frente al poder que Usted ejerce sobre mí, ese momento será definitorio en mi vida. Le agradezco tanto la oportunidad de ofrecerle los despojos de mi anterior ser, para que Usted, el verdadero Macho, los deseche como la basura que siempre fueron o los exhiba como muestra de cómo se ha apoderado por completo de esta esclava sumisa, en cuerpo y alma.
Le pertenezco para siempre, mi Samo y Señor. Estoy a sus pies, rendida por completo, para siempre,
Marthita
Mi Señor,
Hace tiempo comprendí que había fracasado como hombre, y me dí cuenta de que mi única opción era ponerme una bombachita rosa y caer a los pies de un Hombre de verdad, como Usted, con los huevos y la verga para mandar a una mariquita inservible como yo. Ante la vista de una Verga y unos Huevos como los suyos, mi último rastro de masculinidad se perdió. Ya solo soy su nena, su puta esclava.
Mi única satisfacción cada día es tomar el lugar que me corresponde, vestirme con la ropa que una nena sumisa debe vestir, y rogarle a Usted que me use como su esclava. Soy solo un juguete para mi Amo, no soy un ser humano, soy solo un pedazo de carne de su propiedad. Usted me domina, me usa, abusa, humilla y degrada, y yo siento la mayor felicidad de ser su esclava.
Usted sabe que yo solía mentirle al mundo y a mí misma, simulando que era un intento de hombre. Pero desde que estuve de rodillas frente a usted, mi Amo y Señor, desde que su descomunal y magnífico miembro me hipnotizó y me dominó por completo en cuerpo y alma, ya no pude hacerlo. Desde que su poderosa Verga penetró mi ano sumiso y abierto para Usted, no pude volver atrás. Ya sólo visto como la débil y sumisa mujer que soy, que Usted me hizo. Cada estocada de su miembro viril dentro de mí fue como una espada de fuego quemando las pocas chances que tenía de ser otra cosa que su puta esclava.
Siento la suave caricia del encaje y la lycra de mi bombachita y mi corpiño sobre mi cuerpo débil, y la frialdad de la seda y el satén de mi pequeño vestido, y solo pienso en una cosa: ser brutalmente poseída, utilizada, humillada y degradada por mi Amo y Señor. Quiero servirle como urinal, como mascota, como juguete que puede pasar a sus amigos o a cualquiera.
Cuando Usted me toma con sus fuertes manos por el rostro, me mira a los ojos, y escupe con violencia en mi boca abierta diciéndome que sólo soy una puta imbécil que le pertenece, siento que he llegado a lo que quiero ser en mi vida.
Tanto le agradezco haberme dejado en esta condición; mi feminidad ya no me abandonará. Me siento vacía e inútil si no soy penetrada por miembros viriles ardientes, si no me someto a la voluntad, a la superioridad sexual e intelectual de los hombres de verdad, como la puta estúpida y obediente que debo ser.
Cuando Usted, mi Amo, mi Señor, me hizo suya por primera vez, me derrotó completamente, me dejó sin defensas ante su brutal virilidad, sin resistencia ante su abrumadora superioridad sobre mí. Me hizo su chica esclava con todo derecho, porque Usted nació para mandarme y yo para obedecerle.
Después de sentir sus gruesos dedos atenazando mi carne débil, estrangulándome mientras me enterraba su miembro en el ojete sin piedad, solo pude decirme a mí misma: éste es mi Amo, me regala mi condición de hembra sumisa y debo servirlo y obedecerlo de por vida. Por eso cuando Usted retiró su pene chorreante tras haber descargado sus testículos en mis entrañas, cuando lo puso en mi cara, lo limpié obedientemente con la lengua, como una esclava debe hacer.
Y luego de ello, tras acomodarme la bombachita y el portaligas, me rendí a sus pies obediente para que me coloque el collar y la correa como la perra sumisa que soy. Y cuando me llevó a la pequeña jaula que reserva para sus perras esclavas, me sentí realizada como esclava de un verdadero macho. Siento sus cachetazos en mi cara, en mi cuerpo, siento los golpes de su mano y de su látigo, y me siento tratar como merezco.
Usted, sólo Usted mi Amo y Señor, me transformó en lo que soy hoy, su esclava mujer sumisa y obediente. Cuando me penetró con violencia por el ano me sometió de tal forma que pude sentir como la cabeza de su miembro tallaba mi cerebro, y al eyacular su manantial glorioso dentro de mí sentí como cada uno de sus espermatozoides se adueñaba de mi mente.
Una vez que tuve su caliente semen dentro de mí, Usted sabe cual fue mi mayor anhelo, Señor Amo: quiero que plante su semilla en mi persona, quiero ser su puta esclava preñada, quiero cargar sus hijos en mi vientre, quiero ser por completo de Usted, para siempre.
Desde que me llenó con su carne, con su miembro glorioso, con su semilla ardiente y pastosa, sentí el Amor que sólo se expresa en la sumisión total frente al Amo. Desde ese momento no sólo sentí deseo de ser su esclava sexual, sino su esclava en todo sentido. Siento tanta devoción hacia Usted, mi Amo, que sólo puedo pensar en que quiero ser su sirvienta, quiero lavarle los calzoncillos, quiero concinar para Usted, quiero mantener limpia su casa, fregando y besando los pisos que sus majestuosos pies tocan.
Y soñar, oh mi Amo, soñar que mientras cumplo mi rol de sierva doméstica para Usted, mientras realizo las tareas que debe hacer una mujercita sumisa para su Hombre, para su Dueño, soñar que lo hago mientras cargo sus hijos en mi vientre Amo, mientras siento crecer dentro de mí la semilla que ha plantado.
Usted ha decidido hacerme castrar y es uno de los más grandes regalos que podría desear. Oh, Amo, el momento en que pueda entregarle a Usted, mi Señor y Dueño, mis pequeños e inútiles testículos en una bandeja, como símbolo de mi total derrota y sumisión, de la entrega de mi destruida y perdida masculinidad frente al poder que Usted ejerce sobre mí, ese momento será definitorio en mi vida. Le agradezco tanto la oportunidad de ofrecerle los despojos de mi anterior ser, para que Usted, el verdadero Macho, los deseche como la basura que siempre fueron o los exhiba como muestra de cómo se ha apoderado por completo de esta esclava sumisa, en cuerpo y alma.
Le pertenezco para siempre, mi Samo y Señor. Estoy a sus pies, rendida por completo, para siempre,
Marthita
6 comentarios - Carta para mi Amo (soy el putito sissy cross más sumiso)
Besos Gus