Hola a todos, esta es la primer historia que cuento; es algo que me pasó hace un par de semanas y no puedo decírselo a ningún conocido, por eso los elegí a Ustedes para relatárselos: Yo tengo 29 años y hace 3 estoy de novio con una chica que obviamente ya piensa en matrimonio, pero a mí la idea de casarme solo me parece que sería negarme a poder tener sexo con otras mujeres y por eso no puedo ni pensar en ello. Igualmente nunca había engañado a mi novia, yo siempre fui muy tímido y las mujeres que se fijan en mi (algo que, modestamente, me pasa bastante seguido) siempre me han intimidado mucho y lo único que logro, cuando alguna se insinúa conmigo, es excitarme y desquitarme con mi novia.
Lo que me pasó ha cambiado mi vida completamente desde hace 15 días: Al lado de mi casa viven dos hermanas hace ya muchos años, Fabi de 23 años y Lore de 31. Si bien estas mujeres están muy buenas yo nunca las miraba con ojos de hombre porque nos habíamos criado juntos y eran como si fueran mis primas o algo por el estilo. La madre de ambas vivió con ellas hasta hace 2 años atrás, cuando Lore (la mayor) se casó y junto con su marido ocuparon esa casa. Pero el matrimonio duró solo 3 meses y como la mamá de las chicas se había juntado con un tipo, Fabi se vino a vivir nuevamente con su hermana.
Un día, me disponía a arreglar el techo del quincho del fondo de mi casa, por lo que tuve que subirme al mismo para ver cuál era el problema. Al hacerlo observaba todo el patio de la casa de las chicas ya que hace unos años hemos construido un muro que nos separa y obviamente obstaculiza la visión. Al mirar vi que Fabi, la menor de las hermanas, estaba tomando sol con una tanguita infartante, ella no podía verme ya que me tapaba un árbol, por lo que decidí observarla más detalladamente. Esta situación, aunque tonta, no dejaba de excitarme, era algo raro poder mirarla con ese cuerpo impresionante toda transpirada sin que ella supiera de mí.
Lentamente comencé a recorrer su figura y me di cuenta de lo espléndida que estaba, era increíble como esa chica que jugaba conmigo de niños, ya era una mujer, ¡Y que mujer! Empecé a tocarme mientras miraba esos pechos que parecían tener el tamaño ideal, bien redondeados y esa tanguita súper pequeña que llegaba a perderse entre sus piernas, y su cuerpo mojado por la transpiración dejaba caer gotitas que le recorrían todo el cuerpo hasta perderse en su ombligo. De repente y sin querer produje un ruido que hizo que Fabi desviara la mirada hacia donde yo estaba. No sabía qué hacer entonces fingí que trabajaba y ella me saludó con una sonrisa muy picarona en su rostro, como si se hubiera dado cuenta de todo. Mi inexperiencia me hizo pensar mil cosas y me preocupaba que ella pensara que ya haya subido al techo solo para espiarla, cosa que en un primer momento no era cierta.
Pero para mi asombro, me empecé a dar cuenta que Fabi se desprendía el corpiño de su malla, como para hacer topless, por lo que no dudé en girar la cabeza para volver a verla. Ella sin siquiera inmutarse por mi presencia, recorrió sus pechos, que ya dejaba ver unos pezones pequeñitos y como para comérselos, se pasó bronceador apretando esas tetas con mucha fuerza como para que yo lo notara (estoy seguro de ello), se paró y casi como si se hubiera aburrido de mi, se puso boca abajo y tomó sol de espaldas. Aunque su culo era espectacular, todo mojadito y con la tanguita metida hasta el fondo, yo no podía dejar de pensar en que esta mujer estaba esperando que yo cruce el muro y le haga el amor allí mismo. Sin embargo yo era tan tonto que bajé del techo, fui a casa y me masturbé como loco pensando en ella. Yo creía que esto era todo, que de aquí en más, de vez en cuando yo subiría al techo, la vería, me masturbaría y quien sabe algún día vería sus pechos otra vez. Sin embargo, esa misma noche, yo estaba solo en casa cuando Lore, la hermana mayor, vino a pedirme si podía cambiarle la rueda al auto porque estaba pinchada.
Obviamente no dudé pero mi miedo de ver a Fabi después de lo que había pasado a la tarde era terrible, no sabía si me diría algo o si simplemente lo dejaríamos así, lo cual iba a hacer yo. Cambié la rueda, algo muy común para mí, porque me encanta la mecánica, (cosa que las chicas sabían) sin ver en ningún momento a Fabi, por lo que deduje había salido y cuando volvía a casa Lore me dijo que no me dejaría ir sin pagarme el favor. Sin dudas en mi mente la idea de cobrarme (como todos piensan) pasaba una y otra vez, pero lógicamente nunca diría una cosa así, por lo que le hice un chiste sobre que me lo cobraría pidiéndole algún día un poco de azúcar (ven lo ingenuo que era). Lore se acercó a mí, apretó sus pechos contra mi cuerpo mirándome fijamente a los ojos y me dijo que tenía una cervecita bien fría en la heladera para por lo menos sacarme la sed por mi trabajo.
Acepté, volvimos a entrar a la casa, trajo una cerveza helada, como si la tuviera preparada, y la tomamos en segundos. Allí trajo otra y otra y otra, y al darme cuenta ya estábamos hablando de nuestras experiencias sexuales, materia que tenía muy presente aparentemente porque tenía miles de historias. Yo relataba las noches y noches que cogía con mi novia solamente. En un momento empezó a acariciarme la entrepierna como si nada, seguía hablando de otra cosa y me pasaba la mano una y otra vez. Yo estaba que explotaba, ella seguía relatándome como se la chupaba a su ex novio mientras me desabrochaba el pantalón, me bajaba el cierre y empezaba a masturbarme. No sabía qué hacer, ella lo tomaba como si no estuviera haciendo eso, seguía con sus historias y me hacía una paja que me moría.
De pronto se paró y mientras me preguntaba si traía otra cerveza, se levantó la pollerita, bajó su bombachita, tenía un culo espectacular, era grande pero firme y su conchita estaba toda depilada, yo no decía una palabra, ella agarró mi pene, que estaba que reventaba de erecto, se sentó encima mío y lo metió en su conchita húmeda pero muy calentita e increíblemente estrecha, era como si fuera la concha de una niñita, tal vez era porque mi pene estaba tan duro como nunca creí que pudiera estar.
Mirándome a los ojos me decía ¡cogeme, cogeme! mientras saltaba encima mío, yo no podía más, me dijo “pedime lo que quieras, te voy a dar todo”, yo estaba tan a gusto que no me animaba a echar a perder ese momento haciendo alguna petición estúpida, por lo que no dije nada. Ella insistió, “¿dale, que querés?”, y añadió “mi culo, una chupada, mi hermana”, ¿Ehhhhh?, no podía creerlo, me estaba ofreciendo a su hermana, yo la miré sorprendido, mientras ella seguía saltando arriba mío, y me volvió a decir: “Sí, mi hermana, la que espías desde tu casa, ¿la querés acá?”. En ese momento paró de saltarme mientras sentí como acababa, me clavó las uñas en la espalda y me puso un pezón en la boca para que se lo chupe. Yo no acabé pensando en lo que me dijo, ella sacó mi pene aún erecto de su vagina, se paró y tomó una mano detrás de una puerta, era Fabi, que estuvo todo el tiempo en su pieza con una camarita filmando todo. Lore le dio un beso en la boca a su hermana, metiéndole la lengua hasta el fondo y me dijo: “ahora le toca a ella”, yo seguía tirado en ese sofá con mi pija durísima. Fabi me dijo “así que te gusta espiar, vas a tener que cobrarme el favorcito del topless”, se levantó la remerita que tenía puesto (lo único que tenía puesto), me tiró al piso y con sus rodillas sostenía mis brazos mientras me puso la concha en mi boca sosteniendo mis cabellos con sus manos y me decía chúpame, ¡chúpame que no aguanto!
Comencé a meterle la lengua hasta el fondo, ya estaba todo mojadita por lo que deduje que se estuvo masturbando desde su pieza. De repente soltó mis cabellos y puso sus manos en sus pechos mientras yo se la chupaba, los apretaba más fuerte que esa tarde cuando tomaba sol, metió un dedo en su boca y lo llevó hacia su culito, metiéndolo y sacándolo.
De golpe sentí que me la chupaban, era Lore que ya estaba lista para seguir, y empezó a divertirse con mi pene, pasaba su lengua como si fuera un helado que se disfruta un día de mucho calor. Yo no aguantaba más, y ya jugado con esta situación por fin di un paso adelante yo.
Saqué a Fabi de arriba mío, agarré la cabeza de Lore que aún la chupaba, y las puse a ambas de espaldas. Les dije que apoyaran sus manos en el sofá en posición perrito, ellas se miraron, sonrieron y lo hicieron inmediatamente, de repente tenía estos dos culitos espectaculares enfrente mío, pidiendo ser el primero sentir mi pija adentro, las dos me decían “a mí, dale a mi”
Yo los observé un rato y apoyé mi pija un rato en cada cola como probando con cual me quedaría, cuando se la apoyé a Fabi era como si un deseo oculto de toda mi vida apareciera, en ese momento era mágico, quería metérsela más que nada en el mundo, ella sintió mi pija y gimió de manera que parecía que le hubiera pasado lo mismo que a mí, agarré mi pene que ya estaba con algunas gotas porque había eyaculado un poco en la boca de Lore sin llegar al orgasmo, metí un dedo en su culo para ir agrandando el agujero y de golpe le metí la cabeza lentamente mientras con una mano le metía un dedo en el culo a Lore que tenía un agujero mucho más grande que el de Fabi, por un momento mantuve la puntita adentro y cuando Fabi me dijo “dale, dale” de un golpe se la metí hasta el fondo.
Sentí como su culito apretaba mi pija y Fabi pegó un grito mezcla de placer con dolor que me excitó aún más, empecé a metérsela hasta el fondo ella gritaba y clavaba sus uñas en el sofá, pero se notaba que lo disfrutaba, yo seguía con todo hasta sentir sus nalgas golpear con mi huevos, saqué mis dedos que ya eran dos del culo de Lore y me dediqué exclusivamente a Fabi, apretaba sus tetas y ella gritaba hasta que no aguanté más y me vine como nunca en mi vida…
Sentí como mi leche le entraba en su culito cuando rápidamente ella me empujó para que esto no pase, sentí como si me estiraran el pene porque salió rápidamente de su culo, pero como yo estaba en lo mejor no me dolió mucho, sin embargo quería acabarle en ese culo, pero ahí me di cuenta de lo que ella quería, en un segundo dejó de estar su culo en mi pija para sentir su boca chupando todo mi semen, se arrodilló, chupó lo último de mi acabada con un placer con el que jamás nadie me la había chupado, y se metió los dedos en la concha mientras su suspiro dejó muestras de la acabada que había tenido ella también.
Dejé un rato mi pija acabada en su boca, ella cerró los ojos, Lore nos acariciaba a ambos y nos quedamos así unos segundos que parecieron horas. Era el mejor sexo que jamás había tenido en mi vida y recién allí me di cuenta lo que era realmente el sexo, sin preguntas, excusas, ni amor, solo sexo… Al irme ese día las chicas me dijeron que esto lo habían planeado hacía mucho tiempo porque veían mi timidez y las excitaba el poder enseñarme cosas (y como lo hicieron). Esa orgía con las hermanas no la volví a repetir pero desde hace 15 días a la fecha, cuando tengo ganas de echarme un buen polvo, solo cruzo el muro y alguna de mis vecinas siempre está dispuesta. Eso sí, nunca menos de 2 horas porque siempre quieren sexo súper completo: oral, vaginal, anal, etc. etc.
etc…
Así que debo ir bastante pasado en copas y bien descansado. Bueno, esta es mi historia, un poco larga lo sé pero era necesario detallar algunas cosas.
Lo que me pasó ha cambiado mi vida completamente desde hace 15 días: Al lado de mi casa viven dos hermanas hace ya muchos años, Fabi de 23 años y Lore de 31. Si bien estas mujeres están muy buenas yo nunca las miraba con ojos de hombre porque nos habíamos criado juntos y eran como si fueran mis primas o algo por el estilo. La madre de ambas vivió con ellas hasta hace 2 años atrás, cuando Lore (la mayor) se casó y junto con su marido ocuparon esa casa. Pero el matrimonio duró solo 3 meses y como la mamá de las chicas se había juntado con un tipo, Fabi se vino a vivir nuevamente con su hermana.
Un día, me disponía a arreglar el techo del quincho del fondo de mi casa, por lo que tuve que subirme al mismo para ver cuál era el problema. Al hacerlo observaba todo el patio de la casa de las chicas ya que hace unos años hemos construido un muro que nos separa y obviamente obstaculiza la visión. Al mirar vi que Fabi, la menor de las hermanas, estaba tomando sol con una tanguita infartante, ella no podía verme ya que me tapaba un árbol, por lo que decidí observarla más detalladamente. Esta situación, aunque tonta, no dejaba de excitarme, era algo raro poder mirarla con ese cuerpo impresionante toda transpirada sin que ella supiera de mí.
Lentamente comencé a recorrer su figura y me di cuenta de lo espléndida que estaba, era increíble como esa chica que jugaba conmigo de niños, ya era una mujer, ¡Y que mujer! Empecé a tocarme mientras miraba esos pechos que parecían tener el tamaño ideal, bien redondeados y esa tanguita súper pequeña que llegaba a perderse entre sus piernas, y su cuerpo mojado por la transpiración dejaba caer gotitas que le recorrían todo el cuerpo hasta perderse en su ombligo. De repente y sin querer produje un ruido que hizo que Fabi desviara la mirada hacia donde yo estaba. No sabía qué hacer entonces fingí que trabajaba y ella me saludó con una sonrisa muy picarona en su rostro, como si se hubiera dado cuenta de todo. Mi inexperiencia me hizo pensar mil cosas y me preocupaba que ella pensara que ya haya subido al techo solo para espiarla, cosa que en un primer momento no era cierta.
Pero para mi asombro, me empecé a dar cuenta que Fabi se desprendía el corpiño de su malla, como para hacer topless, por lo que no dudé en girar la cabeza para volver a verla. Ella sin siquiera inmutarse por mi presencia, recorrió sus pechos, que ya dejaba ver unos pezones pequeñitos y como para comérselos, se pasó bronceador apretando esas tetas con mucha fuerza como para que yo lo notara (estoy seguro de ello), se paró y casi como si se hubiera aburrido de mi, se puso boca abajo y tomó sol de espaldas. Aunque su culo era espectacular, todo mojadito y con la tanguita metida hasta el fondo, yo no podía dejar de pensar en que esta mujer estaba esperando que yo cruce el muro y le haga el amor allí mismo. Sin embargo yo era tan tonto que bajé del techo, fui a casa y me masturbé como loco pensando en ella. Yo creía que esto era todo, que de aquí en más, de vez en cuando yo subiría al techo, la vería, me masturbaría y quien sabe algún día vería sus pechos otra vez. Sin embargo, esa misma noche, yo estaba solo en casa cuando Lore, la hermana mayor, vino a pedirme si podía cambiarle la rueda al auto porque estaba pinchada.
Obviamente no dudé pero mi miedo de ver a Fabi después de lo que había pasado a la tarde era terrible, no sabía si me diría algo o si simplemente lo dejaríamos así, lo cual iba a hacer yo. Cambié la rueda, algo muy común para mí, porque me encanta la mecánica, (cosa que las chicas sabían) sin ver en ningún momento a Fabi, por lo que deduje había salido y cuando volvía a casa Lore me dijo que no me dejaría ir sin pagarme el favor. Sin dudas en mi mente la idea de cobrarme (como todos piensan) pasaba una y otra vez, pero lógicamente nunca diría una cosa así, por lo que le hice un chiste sobre que me lo cobraría pidiéndole algún día un poco de azúcar (ven lo ingenuo que era). Lore se acercó a mí, apretó sus pechos contra mi cuerpo mirándome fijamente a los ojos y me dijo que tenía una cervecita bien fría en la heladera para por lo menos sacarme la sed por mi trabajo.
Acepté, volvimos a entrar a la casa, trajo una cerveza helada, como si la tuviera preparada, y la tomamos en segundos. Allí trajo otra y otra y otra, y al darme cuenta ya estábamos hablando de nuestras experiencias sexuales, materia que tenía muy presente aparentemente porque tenía miles de historias. Yo relataba las noches y noches que cogía con mi novia solamente. En un momento empezó a acariciarme la entrepierna como si nada, seguía hablando de otra cosa y me pasaba la mano una y otra vez. Yo estaba que explotaba, ella seguía relatándome como se la chupaba a su ex novio mientras me desabrochaba el pantalón, me bajaba el cierre y empezaba a masturbarme. No sabía qué hacer, ella lo tomaba como si no estuviera haciendo eso, seguía con sus historias y me hacía una paja que me moría.
De pronto se paró y mientras me preguntaba si traía otra cerveza, se levantó la pollerita, bajó su bombachita, tenía un culo espectacular, era grande pero firme y su conchita estaba toda depilada, yo no decía una palabra, ella agarró mi pene, que estaba que reventaba de erecto, se sentó encima mío y lo metió en su conchita húmeda pero muy calentita e increíblemente estrecha, era como si fuera la concha de una niñita, tal vez era porque mi pene estaba tan duro como nunca creí que pudiera estar.
Mirándome a los ojos me decía ¡cogeme, cogeme! mientras saltaba encima mío, yo no podía más, me dijo “pedime lo que quieras, te voy a dar todo”, yo estaba tan a gusto que no me animaba a echar a perder ese momento haciendo alguna petición estúpida, por lo que no dije nada. Ella insistió, “¿dale, que querés?”, y añadió “mi culo, una chupada, mi hermana”, ¿Ehhhhh?, no podía creerlo, me estaba ofreciendo a su hermana, yo la miré sorprendido, mientras ella seguía saltando arriba mío, y me volvió a decir: “Sí, mi hermana, la que espías desde tu casa, ¿la querés acá?”. En ese momento paró de saltarme mientras sentí como acababa, me clavó las uñas en la espalda y me puso un pezón en la boca para que se lo chupe. Yo no acabé pensando en lo que me dijo, ella sacó mi pene aún erecto de su vagina, se paró y tomó una mano detrás de una puerta, era Fabi, que estuvo todo el tiempo en su pieza con una camarita filmando todo. Lore le dio un beso en la boca a su hermana, metiéndole la lengua hasta el fondo y me dijo: “ahora le toca a ella”, yo seguía tirado en ese sofá con mi pija durísima. Fabi me dijo “así que te gusta espiar, vas a tener que cobrarme el favorcito del topless”, se levantó la remerita que tenía puesto (lo único que tenía puesto), me tiró al piso y con sus rodillas sostenía mis brazos mientras me puso la concha en mi boca sosteniendo mis cabellos con sus manos y me decía chúpame, ¡chúpame que no aguanto!
Comencé a meterle la lengua hasta el fondo, ya estaba todo mojadita por lo que deduje que se estuvo masturbando desde su pieza. De repente soltó mis cabellos y puso sus manos en sus pechos mientras yo se la chupaba, los apretaba más fuerte que esa tarde cuando tomaba sol, metió un dedo en su boca y lo llevó hacia su culito, metiéndolo y sacándolo.
De golpe sentí que me la chupaban, era Lore que ya estaba lista para seguir, y empezó a divertirse con mi pene, pasaba su lengua como si fuera un helado que se disfruta un día de mucho calor. Yo no aguantaba más, y ya jugado con esta situación por fin di un paso adelante yo.
Saqué a Fabi de arriba mío, agarré la cabeza de Lore que aún la chupaba, y las puse a ambas de espaldas. Les dije que apoyaran sus manos en el sofá en posición perrito, ellas se miraron, sonrieron y lo hicieron inmediatamente, de repente tenía estos dos culitos espectaculares enfrente mío, pidiendo ser el primero sentir mi pija adentro, las dos me decían “a mí, dale a mi”
Yo los observé un rato y apoyé mi pija un rato en cada cola como probando con cual me quedaría, cuando se la apoyé a Fabi era como si un deseo oculto de toda mi vida apareciera, en ese momento era mágico, quería metérsela más que nada en el mundo, ella sintió mi pija y gimió de manera que parecía que le hubiera pasado lo mismo que a mí, agarré mi pene que ya estaba con algunas gotas porque había eyaculado un poco en la boca de Lore sin llegar al orgasmo, metí un dedo en su culo para ir agrandando el agujero y de golpe le metí la cabeza lentamente mientras con una mano le metía un dedo en el culo a Lore que tenía un agujero mucho más grande que el de Fabi, por un momento mantuve la puntita adentro y cuando Fabi me dijo “dale, dale” de un golpe se la metí hasta el fondo.
Sentí como su culito apretaba mi pija y Fabi pegó un grito mezcla de placer con dolor que me excitó aún más, empecé a metérsela hasta el fondo ella gritaba y clavaba sus uñas en el sofá, pero se notaba que lo disfrutaba, yo seguía con todo hasta sentir sus nalgas golpear con mi huevos, saqué mis dedos que ya eran dos del culo de Lore y me dediqué exclusivamente a Fabi, apretaba sus tetas y ella gritaba hasta que no aguanté más y me vine como nunca en mi vida…
Sentí como mi leche le entraba en su culito cuando rápidamente ella me empujó para que esto no pase, sentí como si me estiraran el pene porque salió rápidamente de su culo, pero como yo estaba en lo mejor no me dolió mucho, sin embargo quería acabarle en ese culo, pero ahí me di cuenta de lo que ella quería, en un segundo dejó de estar su culo en mi pija para sentir su boca chupando todo mi semen, se arrodilló, chupó lo último de mi acabada con un placer con el que jamás nadie me la había chupado, y se metió los dedos en la concha mientras su suspiro dejó muestras de la acabada que había tenido ella también.
Dejé un rato mi pija acabada en su boca, ella cerró los ojos, Lore nos acariciaba a ambos y nos quedamos así unos segundos que parecieron horas. Era el mejor sexo que jamás había tenido en mi vida y recién allí me di cuenta lo que era realmente el sexo, sin preguntas, excusas, ni amor, solo sexo… Al irme ese día las chicas me dijeron que esto lo habían planeado hacía mucho tiempo porque veían mi timidez y las excitaba el poder enseñarme cosas (y como lo hicieron). Esa orgía con las hermanas no la volví a repetir pero desde hace 15 días a la fecha, cuando tengo ganas de echarme un buen polvo, solo cruzo el muro y alguna de mis vecinas siempre está dispuesta. Eso sí, nunca menos de 2 horas porque siempre quieren sexo súper completo: oral, vaginal, anal, etc. etc.
etc…
Así que debo ir bastante pasado en copas y bien descansado. Bueno, esta es mi historia, un poco larga lo sé pero era necesario detallar algunas cosas.
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