Es recomendable leer la primera parte de la historia antes que el presente relato.
Segunda parte.
Cuando desperté estaba solo, Paula, mi madre, mi amante, se había ido. Yo estaba desnudo y todo pegoteado. Me di vuelta y me quedé mirando el cielo de la habitación. “pero qué noche, tremenda cacha que nos pegamos” pensé. No sentía remordimiento alguno, solo pensaba en qué si o si había que seguir gozando. Placeres como ese se deben aprovechar en la vida.
Eran las 10 de la mañana del domingo, cuando de la nada se abre la puerta, era mi madre ya en pie, con sus ropas normales de domingo, con una enorme sonrisa, pelo mojado y ojos muy abiertos.
Despierta dormilón, hay que cambiar las sábanas.
Ok, me levanto altiro - le respondi (“altiro” es un modismo chileno, significa “de inmediato”) con una enorme sonrisa sin poder ocultar mi alegría de verla y de haber culiado como los dioses en la noche.
Ya apurate, apurate.
Me levante al rato. Todo funcionaba normal, como dia domingo. Mi padre actuaba como acostumbraba, las típicas historias, comentarios y chistes de siempre. Él tomaba café y leía unas revista en el comedor, así que aproveche y me dirigí a la cocina, donde se supuse estaba mamá.
Y ahí estaba la hermosa. Me recibe con un piquito en los labios y me dice:
¿Tienes hambre?, debes tener cierto, con todo lo que quemaste anoche. -Soltando una leve carcajada.
Si un poco.
Prepárate desayuno, hay de todo. Con tu padre vamos a salir, nos vemos a la noche.
¿En serio? - Sin evitar demostrar un poco de decepción- ¿donde van?
Bah!, cosas de nosotros.
Dicho eso, salió de la cocina. Y al rato se fueron. Yo por mi parte me dedique a no hacer nada. Vi unas películas, jugue un rato en el pc, dormi. Estaba de lo más relajado; ni siquiera estaba caliente, con lo del dia anterior con mi madre quede satisfecho.
Y así pasó el domingo. El lunes no pasó nada interesante sexualmente hablando, solo empecé a sentir que la necesidad estaba llamándome.
Las cosas interesantes empezaron a conjugarse el martes. Ese dia llegue a la hora de almuerzo, mi madre estaba cocinando y mi padre en el living viendo tv. Entré a la cocina y me acerqué sigilosamente por la espalda a Paula. La abracé desde atrás, cruzando mis brazos a la altura de su estómago y cargando mi paquete en su raja; y la besé en el cuello. La sujete con fuerza y le dije:
Hola, ¿como estas?, ¿me has echado de menos?
Cuidado tu papa esta en el estar.
Tranquila no escucha ni ve nada, además está metido en la tele.
Ok… ok… ¿pero ahora?
¿Por qué no? - Mientras metía mis manos por debajo de su polera y tocaba sus senos por sobre el sostén.
Mmmmmm… Que goloso - dijo relajando el cuerpo, arqueando la espalda y restregando su culo en mi bulto.
Todo eso ocurría mientras se escuchaba la tele a todo volumen.
La adrenalina estaba a full. Con mi mano izquierda me introduje bajo sus pantalones y calzón, desde adelante llegando a su sexo; rozando sus pelos, comencé a hurgar entre sus labios. Sentia su húmeda concha abrirse al paso de mis dedos. Ya estaba mojada, una muestra innegable de que ella era una mujer muy caliente. Sus jugos fluían entre mis dedos a medida que estos empezaban a interactuar con su clítoris. Duro botoncito que era estimulado por la falange de mi dedo medio. Por sus reacciones entendí que como más le gustaba era que lo cargara desde abajo hacia arriba y de manera suave.
Ella respondió abriendo sus piernas y echando su cabeza para atrás. Gemía despacito y estiraba boca. Sus ojos estaban cerrados. Mi mano derecha, independiente de los menesteres de la izquierda, comenzó su recorrido desde el ombligo, tocando suavemente su piel, hasta llegar a canal entre sus pechos, y por debajo del sostén, se la meti a magrear su teta izquierda. Como disfrutaba manosear esas gomas. Esas suaves, calientes y sabrosas masas (lo sabia después de haberlas chupado, mordido y mamado la otra noche).
Mi pene, como fierro, lo tenía punteandole el culo con fuerza. Movimientos a los cuales ella respondía restregandose con movimientos ascendentes y descendentes. Sentia como se transmitia el calor de sus entrañas a mi aparato. Sus fluidos ya habían mojado todas sus prendas, traspasando sus calores por las telas.
Asi la tenia, amarrada, como un pulpo, gozando de su cuerpo. Cuando de repente suena el teléfono. Dimos un salto y nos separamos. Junto con eso mi padre despertó preguntando con un grito cuánto faltaba para el almuerzo.
Volvimos a conectarnos con el mundo. Mi madre se puso a hablar con su inoportuna amiga por teléfono, y yo busqué algo para comer para luego ir a ver tele con mi viejo, obviamente luego de esperar unos minutos que bajara la carpa que tenía en los pantalones.
En el almuerzo estábamos muy risueños, haciendo bromas y molestando a papa. De hecho, él comentó:
Uhhh que andan chistositos el par, ¿se comieron un payaso o algo?
Jaja! Pero claro papá - respondí riéndome.
Bah! Lo que pasa es que nosotros nos entendemos muy bien con tu hijo - lo dijo mi madre, mirandome fugazmente a los ojos con cara de caliente.
El almuerzo paso rápido y cada uno se fue a hacer sus cosas. Estuve fuera de casa todo el dia y llegue en la noche tarde.
Al llegar estaba todo apagado, mis padres estaban en su habitación, pero no se escuchaba nada, hasta que veo salir a mi madre desde ese recinto en dirección a la cocina. Nos cruzamos en el pasillo y la saludo.
Hola
¿Tan tarde?
Si es que se me paso la hora con unos amigos.
Bueno, ¿todo bien?
Si! Todo bien - se lo digo tomándola de la cintura y atrayéndola hacia mi.
Trate de besarla y ella me sacó la cara. Se separo de mi diciéndome “hoy no nos toca” con una mirada seria. Yo quedé quieto sin decir nada algo consternado. Siguió su camino hacia la cocina, tomo un vaso, lo llenó con agua y volvió rumbo a su dormitorio. Y al pasar junto a mi me murmuró al oído “pero si quieres puedes mirar”. Siguió caminando, moviendo su culo mientras se alejaba de mí, y con su camisa de dormir levantada (intencionalmente) mostrando sus ricas y anchas nalgas, yo no perdía detalle de sus movimientos (me encantan los culos que tienden a esa forma triangular, angostos en la parte superior u anchos al juntarse con las piernas, y redondeados de perfil. No llevaba calzones. Antes de entrar se volteo con una expresión muy coqueta, levantó su camisa por delante y tocó su sexo, recorriendolo con sus dedos por encima lentamente. Me hizo ese pequeño show para provocarme, fue un instante muy corto. Yo mirándola sin perderme detalle, seguramente con cara de imbécil, y sin decir nada. Luego se ordenó la camisa de dormir, llevo su dedo índice derecho a la boca como en señal de silencio y entró, dejando la puerta entre abierta.
Yo quede con una mezcla de sentimientos; sorprendido, algo ofuscado, celoso, y lo más importante, caliente con la verga como fierro. Sin duda quería provocarme, lo que me parecía divertido, y ella tambien tenia que dedicarle un tiempo al sexo de mi padre, lo que es justo. Si al final ellos son marido y mujer. También el hecho de que ella mantenga a papá satisfecho reduce los riesgos de que sospeche de algo.
Pensaba todo eso mientras dejaba mi mochila en mi pieza. Luego tome unos pañuelos desechables (hay que cuidar la limpieza y evitar dejar evidencias) y volví sigilosamente al pasillo. “esto hay que verlo” pensé. Había dejado pasar unos instantes para ellos empezaran su faena, cosa de llegar cuando el espectáculo estuviera ya en marcha.
A medida que me acerco a la puerta empiezo a escuchar sus gemidos y resoplas, exagerados claramente, todo para que su niño la escuchara. Llegué a la puerta agachado y me al mirar por la abertura la veo.
Que mujer mas exquisita, se veía desnuda sobre su esposo, dándole la espalda, con sus piernas a ambos lados de la cadera de él y sus manos apoyadas a la altura de las rodillas de este. Estaba la luz del velador encendida por lo que la escena era clara. Ella se movía enérgicamente y exclamando “siii” “que rico papa” “damelo todo” “rompeme por dentro” “más más más...”. Tenía los ojos cerrados y una expresión de actriz porno, “que mujer mas rica” pensaba. Sus cadera subían, bajaban, se movían adelante y atrás, como en una especie de secuencia amatoria.
1… 2… 3… 4… con movimientos fuertes y rápidos, como tratando de que ese afortunado falo al entrar chocara con sus profundidades candentes. Sus tetas seguían dicha dinámica, acompasadas. Sus melones me brindaban un baile maravilloso chocando entre sí, separándose subiendo y bajando, con sus pezones dibujando formas en el aire.
Me perdí un rato mirando como estos se plegaban, como chocaban, como se estiraba su piel y como su redondez se alteraba con cada movimiento. Para luego volver a su caída normal, e iniciar su erótico baile una vez más como un interminable loop.
Yo por mi parte estaba pajeandome como condenado, con mi falo durisimo fuera de mi pantalón, amenazando con disparar en cualquier momento. Para durar más trataba de hacerlo con movimientos lentos, largos y cargados. No quería perder detalle.
Inmerso en ese panorama “voyeur” veo a mi madre que mirando a la puerta, levanta una mano y me hace un gesto a que pase. Asustado miro a mi padre, y para mi sorpresa, tenía las manos amarradas al catre y los ojos vendados. “esta mujer sabe” pensé.
Silenciosamente entre en el dormitorio, con mi verga en la mano, pajeandome y sumido en cómo se me exhibía el cuerpo de mi madre en pleno acto sexual. Lo tomé como un obsequio, ella quería que la viera gozando como una puta, como una actriz porno de la verga de mi padre y mostrandose a su hijo igual de pervertido que ella.
Llegue al lado de ella mientras seguía con su faena. Mi padre por su lado, solo se dejaba hacer, gimiendo como endemoniado y acompasando los movimientos de su cadera con los de mi madre.
Ella me miraba a los ojos como poseída y me dijo:
Me encanta como me la metes, soy toda tuya para que me culees cuando quieras - jadeando - sigue sigue papi, llename!!!
Yo estaba atónito solo masturbandome, cuando de repente se escuchan gemidos más fuertes por parte de ambos. Al momento en que tensaron sus cuerpos, alcanzando un orgasmo simultáneo.
Ella me hizo un gesto para que saliera al pasillo y la esperara.
Ambos terminaron, mi madre se bajó de él, jadeando y le dice “mi amor voy al baño, esperame”... Así como estaba salió al pasillo juntando la puerta del dormitorio; sin decir nada, se agacho delante mio y empezo a chuparme el pene como poseida. Ni la mejor escena de la Sophie Dee se igualaba a ese instante. Su boca recorría mi miembro de principio a fin mirándome a los ojos, presionaba y soltaba con sus labios, a ratos lo sacaba y pasaba por debajo su lengua como si fuera el mejor helado.
Yo estaba extasiado mirándola como disfrutaba de mi corneta. Yo gozaba de su ardua labor, y la vista de ella desde arriba, su cara hambrienta de pene y sus tetas colgantes. Realmente era una maestra en esos oficios.
Cuando mi miembro empezó con sus primeras contracciones previas a la eyaculación. Ella lo sacó y lo puso sobre su cara mientras lo besaba en la base. Con cada movimiento mi glande rozaba su cara desde la boca hasta sus cejas, mientras su lengua y labios acariciaban mi aparato. Se ayuda con su mano derecha echando el forro hacia atrás de maneras repetidas y fuertes, tironeando el pellejo el final, dejando mi glande lo más expuesto posible. Yo no aguantaria mucho, sentía el orgasmo y mi semen venir, mis testículos iban a reventar. Trate de aguantar un poco para que fuera más fuerte orgasmo, y ella me seguía estimulando con maestría. Hasta que revente en su cara mientras ella langüetiaba la parte baja de mi pene. Eyacule abundantemente en su frente, luego en uno de sus ojos, la tercera en su nariz, para terminar en su boca.
Con su cara llena de semen retomó su labor chupadora y engullo otra vez mi miembro, mientras este, bombeaba y bombeaba semen en su interior. Verla con la cara llena de semen chupandome la pichula, con especial entusiasmo, fue un espectáculo que nunca pensé posible. Ella tragó las últimas corridas, hasta que empezó a deshincharse y quedar flacido. Bebió toda mi leche, limpio su cara y se chupo los dedos.
Ya en pie, me dio un beso corto en los labios y me dijo “eres muy rico” y se fue al baño, desnuda y contoneándose.
Aun en trance, entre en mi dormitorio, me deje caer sobre mi cama y me dormí.
Pasaron varios días sin novedad hasta el viernes de esa misma semana. Llegue a casa a la hora de almuerzo, el escenario era similar al del martes, solo con una gran diferencia, mi madre llevaba vestido corto.
salude a mi padre, y sin hacer mucho ruido me dirigí a la cocina, me acerque a mi madre por detrás mientras ella estaba en el lavaplatos, clásico. me apoye en su culo sin miramientos, ya con toda la confianza.
hola mama - le dije al oído.
hola goloso - me respondió sin voltearse.
si mal no recuerdo la golosa eres tu ah!... me comiste entero la otra noche.
jaja - soltó unas carcajadas - ¿tu padre está pegado en la tele?
si, tipico.
entonces aprovechemos, si vas a hacer, hazlo ahora y rápido - dijo eso ultimo levantando su culo y cargando contra mi ya dura verga.
sin esperar baje mi sierre, saque mi herramienta, subí su vestido, baje sus calzones a medio muslo, y me dispuse a buscar la entrada a su hermosa cueva. Teníamos poco tiempo así que no hubo preámbulos. Su sexo lo sabia asi que ya estaba mojado. Sentí su humedad con mi glande al llegar a ese punto.
Sujetándola fuertemente de las caderas se la metí, hasta el fondo e inicie el clásico mete-saca frenético. ella me animaba diciéndome “rapido rapido” “duro” “metesela a mamita que lo quiere todo” “llename la concha amorcito”. Yo bombeaba frenéticamente mientras ella solo se dejaba hacer con su culo en pompa. Yo estaba fascinado friccionando con fuerza mi corneta con sus paredes internas, y ella apretando en cada embiste para multiplicar el placer.
Mis manos apretaban con fuerza sus ancas, mis dedos se hundían en sus suaves carnes, era mía en ese momento, solo mia. cambie el ritmo por fuertes metidas y profundas. a la primera soltó un quejido fuerte “AHH!”, lo que me motivó a repetirlo con más fuerza incluso. sentia que la perforaba cada vez mas, mi punta chocaba con su fondo. Un par de arremetidas mas y ella liberó otro quejido “HAAAYY!...”. En eso escuchamos el grito de mi padre desde el estar:
¿Que paso Paula?
No nada mi amor se me cayo la tapa de la hoya en el pie, nada más - respondió convincentemente, mientras yo se la estaba metiendo incansablemente.
Ahhh… ten más cuidado entonces cariñito - respondió el inocente.
Yo seguía en lo mio, llevábamos alrededor de 4 o 5 mins de faena cuando ya empiece a sentir las señales de la corrida inminente. Por lo que empecé con las metidas más fuertes, profundas y fuertes. Mamá arqueaba su espalda mientras yo seguía entrando brutalmente en ella, sentía que mis bolas iban a explotar pero quería aguantar un poco más. Ella empezó a resoplar con mayor fuerza casi sin poder controlarse, por lo que le tape la boca con mi mano izquierda tratando de silenciar sus expresiones de placer. Varias arremetidas profundas más y explote en su interior, cargue por última vez para llegar a lo más profundo, sujetándola fuertemente, y me quedo quieto. Gozando el orgasmo, con la vista nublada y mi semen siendo bombeado en sus entrañas; sentía como sus paredes palpitantes, y ardientes, envolvían mi barra de carne.
Ya recuperado del orgasmo se lo saque, mi aparato ya flácido fue guardado bajo mis prendas, mientras ella demoró un poco más en recuperarse. Ordenó sus ropas se dio vuelta y nos besamos apasionadamente mientras yo la agarraba del culo. me miro y me dijo con naturalidad.
Pon la mesa que vamos a almorzar luego.
Continuará…
Segunda parte.
Cuando desperté estaba solo, Paula, mi madre, mi amante, se había ido. Yo estaba desnudo y todo pegoteado. Me di vuelta y me quedé mirando el cielo de la habitación. “pero qué noche, tremenda cacha que nos pegamos” pensé. No sentía remordimiento alguno, solo pensaba en qué si o si había que seguir gozando. Placeres como ese se deben aprovechar en la vida.
Eran las 10 de la mañana del domingo, cuando de la nada se abre la puerta, era mi madre ya en pie, con sus ropas normales de domingo, con una enorme sonrisa, pelo mojado y ojos muy abiertos.
Despierta dormilón, hay que cambiar las sábanas.
Ok, me levanto altiro - le respondi (“altiro” es un modismo chileno, significa “de inmediato”) con una enorme sonrisa sin poder ocultar mi alegría de verla y de haber culiado como los dioses en la noche.
Ya apurate, apurate.
Me levante al rato. Todo funcionaba normal, como dia domingo. Mi padre actuaba como acostumbraba, las típicas historias, comentarios y chistes de siempre. Él tomaba café y leía unas revista en el comedor, así que aproveche y me dirigí a la cocina, donde se supuse estaba mamá.
Y ahí estaba la hermosa. Me recibe con un piquito en los labios y me dice:
¿Tienes hambre?, debes tener cierto, con todo lo que quemaste anoche. -Soltando una leve carcajada.
Si un poco.
Prepárate desayuno, hay de todo. Con tu padre vamos a salir, nos vemos a la noche.
¿En serio? - Sin evitar demostrar un poco de decepción- ¿donde van?
Bah!, cosas de nosotros.
Dicho eso, salió de la cocina. Y al rato se fueron. Yo por mi parte me dedique a no hacer nada. Vi unas películas, jugue un rato en el pc, dormi. Estaba de lo más relajado; ni siquiera estaba caliente, con lo del dia anterior con mi madre quede satisfecho.
Y así pasó el domingo. El lunes no pasó nada interesante sexualmente hablando, solo empecé a sentir que la necesidad estaba llamándome.
Las cosas interesantes empezaron a conjugarse el martes. Ese dia llegue a la hora de almuerzo, mi madre estaba cocinando y mi padre en el living viendo tv. Entré a la cocina y me acerqué sigilosamente por la espalda a Paula. La abracé desde atrás, cruzando mis brazos a la altura de su estómago y cargando mi paquete en su raja; y la besé en el cuello. La sujete con fuerza y le dije:
Hola, ¿como estas?, ¿me has echado de menos?
Cuidado tu papa esta en el estar.
Tranquila no escucha ni ve nada, además está metido en la tele.
Ok… ok… ¿pero ahora?
¿Por qué no? - Mientras metía mis manos por debajo de su polera y tocaba sus senos por sobre el sostén.
Mmmmmm… Que goloso - dijo relajando el cuerpo, arqueando la espalda y restregando su culo en mi bulto.
Todo eso ocurría mientras se escuchaba la tele a todo volumen.
La adrenalina estaba a full. Con mi mano izquierda me introduje bajo sus pantalones y calzón, desde adelante llegando a su sexo; rozando sus pelos, comencé a hurgar entre sus labios. Sentia su húmeda concha abrirse al paso de mis dedos. Ya estaba mojada, una muestra innegable de que ella era una mujer muy caliente. Sus jugos fluían entre mis dedos a medida que estos empezaban a interactuar con su clítoris. Duro botoncito que era estimulado por la falange de mi dedo medio. Por sus reacciones entendí que como más le gustaba era que lo cargara desde abajo hacia arriba y de manera suave.
Ella respondió abriendo sus piernas y echando su cabeza para atrás. Gemía despacito y estiraba boca. Sus ojos estaban cerrados. Mi mano derecha, independiente de los menesteres de la izquierda, comenzó su recorrido desde el ombligo, tocando suavemente su piel, hasta llegar a canal entre sus pechos, y por debajo del sostén, se la meti a magrear su teta izquierda. Como disfrutaba manosear esas gomas. Esas suaves, calientes y sabrosas masas (lo sabia después de haberlas chupado, mordido y mamado la otra noche).
Mi pene, como fierro, lo tenía punteandole el culo con fuerza. Movimientos a los cuales ella respondía restregandose con movimientos ascendentes y descendentes. Sentia como se transmitia el calor de sus entrañas a mi aparato. Sus fluidos ya habían mojado todas sus prendas, traspasando sus calores por las telas.
Asi la tenia, amarrada, como un pulpo, gozando de su cuerpo. Cuando de repente suena el teléfono. Dimos un salto y nos separamos. Junto con eso mi padre despertó preguntando con un grito cuánto faltaba para el almuerzo.
Volvimos a conectarnos con el mundo. Mi madre se puso a hablar con su inoportuna amiga por teléfono, y yo busqué algo para comer para luego ir a ver tele con mi viejo, obviamente luego de esperar unos minutos que bajara la carpa que tenía en los pantalones.
En el almuerzo estábamos muy risueños, haciendo bromas y molestando a papa. De hecho, él comentó:
Uhhh que andan chistositos el par, ¿se comieron un payaso o algo?
Jaja! Pero claro papá - respondí riéndome.
Bah! Lo que pasa es que nosotros nos entendemos muy bien con tu hijo - lo dijo mi madre, mirandome fugazmente a los ojos con cara de caliente.
El almuerzo paso rápido y cada uno se fue a hacer sus cosas. Estuve fuera de casa todo el dia y llegue en la noche tarde.
Al llegar estaba todo apagado, mis padres estaban en su habitación, pero no se escuchaba nada, hasta que veo salir a mi madre desde ese recinto en dirección a la cocina. Nos cruzamos en el pasillo y la saludo.
Hola
¿Tan tarde?
Si es que se me paso la hora con unos amigos.
Bueno, ¿todo bien?
Si! Todo bien - se lo digo tomándola de la cintura y atrayéndola hacia mi.
Trate de besarla y ella me sacó la cara. Se separo de mi diciéndome “hoy no nos toca” con una mirada seria. Yo quedé quieto sin decir nada algo consternado. Siguió su camino hacia la cocina, tomo un vaso, lo llenó con agua y volvió rumbo a su dormitorio. Y al pasar junto a mi me murmuró al oído “pero si quieres puedes mirar”. Siguió caminando, moviendo su culo mientras se alejaba de mí, y con su camisa de dormir levantada (intencionalmente) mostrando sus ricas y anchas nalgas, yo no perdía detalle de sus movimientos (me encantan los culos que tienden a esa forma triangular, angostos en la parte superior u anchos al juntarse con las piernas, y redondeados de perfil. No llevaba calzones. Antes de entrar se volteo con una expresión muy coqueta, levantó su camisa por delante y tocó su sexo, recorriendolo con sus dedos por encima lentamente. Me hizo ese pequeño show para provocarme, fue un instante muy corto. Yo mirándola sin perderme detalle, seguramente con cara de imbécil, y sin decir nada. Luego se ordenó la camisa de dormir, llevo su dedo índice derecho a la boca como en señal de silencio y entró, dejando la puerta entre abierta.
Yo quede con una mezcla de sentimientos; sorprendido, algo ofuscado, celoso, y lo más importante, caliente con la verga como fierro. Sin duda quería provocarme, lo que me parecía divertido, y ella tambien tenia que dedicarle un tiempo al sexo de mi padre, lo que es justo. Si al final ellos son marido y mujer. También el hecho de que ella mantenga a papá satisfecho reduce los riesgos de que sospeche de algo.
Pensaba todo eso mientras dejaba mi mochila en mi pieza. Luego tome unos pañuelos desechables (hay que cuidar la limpieza y evitar dejar evidencias) y volví sigilosamente al pasillo. “esto hay que verlo” pensé. Había dejado pasar unos instantes para ellos empezaran su faena, cosa de llegar cuando el espectáculo estuviera ya en marcha.
A medida que me acerco a la puerta empiezo a escuchar sus gemidos y resoplas, exagerados claramente, todo para que su niño la escuchara. Llegué a la puerta agachado y me al mirar por la abertura la veo.
Que mujer mas exquisita, se veía desnuda sobre su esposo, dándole la espalda, con sus piernas a ambos lados de la cadera de él y sus manos apoyadas a la altura de las rodillas de este. Estaba la luz del velador encendida por lo que la escena era clara. Ella se movía enérgicamente y exclamando “siii” “que rico papa” “damelo todo” “rompeme por dentro” “más más más...”. Tenía los ojos cerrados y una expresión de actriz porno, “que mujer mas rica” pensaba. Sus cadera subían, bajaban, se movían adelante y atrás, como en una especie de secuencia amatoria.
1… 2… 3… 4… con movimientos fuertes y rápidos, como tratando de que ese afortunado falo al entrar chocara con sus profundidades candentes. Sus tetas seguían dicha dinámica, acompasadas. Sus melones me brindaban un baile maravilloso chocando entre sí, separándose subiendo y bajando, con sus pezones dibujando formas en el aire.
Me perdí un rato mirando como estos se plegaban, como chocaban, como se estiraba su piel y como su redondez se alteraba con cada movimiento. Para luego volver a su caída normal, e iniciar su erótico baile una vez más como un interminable loop.
Yo por mi parte estaba pajeandome como condenado, con mi falo durisimo fuera de mi pantalón, amenazando con disparar en cualquier momento. Para durar más trataba de hacerlo con movimientos lentos, largos y cargados. No quería perder detalle.
Inmerso en ese panorama “voyeur” veo a mi madre que mirando a la puerta, levanta una mano y me hace un gesto a que pase. Asustado miro a mi padre, y para mi sorpresa, tenía las manos amarradas al catre y los ojos vendados. “esta mujer sabe” pensé.
Silenciosamente entre en el dormitorio, con mi verga en la mano, pajeandome y sumido en cómo se me exhibía el cuerpo de mi madre en pleno acto sexual. Lo tomé como un obsequio, ella quería que la viera gozando como una puta, como una actriz porno de la verga de mi padre y mostrandose a su hijo igual de pervertido que ella.
Llegue al lado de ella mientras seguía con su faena. Mi padre por su lado, solo se dejaba hacer, gimiendo como endemoniado y acompasando los movimientos de su cadera con los de mi madre.
Ella me miraba a los ojos como poseída y me dijo:
Me encanta como me la metes, soy toda tuya para que me culees cuando quieras - jadeando - sigue sigue papi, llename!!!
Yo estaba atónito solo masturbandome, cuando de repente se escuchan gemidos más fuertes por parte de ambos. Al momento en que tensaron sus cuerpos, alcanzando un orgasmo simultáneo.
Ella me hizo un gesto para que saliera al pasillo y la esperara.
Ambos terminaron, mi madre se bajó de él, jadeando y le dice “mi amor voy al baño, esperame”... Así como estaba salió al pasillo juntando la puerta del dormitorio; sin decir nada, se agacho delante mio y empezo a chuparme el pene como poseida. Ni la mejor escena de la Sophie Dee se igualaba a ese instante. Su boca recorría mi miembro de principio a fin mirándome a los ojos, presionaba y soltaba con sus labios, a ratos lo sacaba y pasaba por debajo su lengua como si fuera el mejor helado.
Yo estaba extasiado mirándola como disfrutaba de mi corneta. Yo gozaba de su ardua labor, y la vista de ella desde arriba, su cara hambrienta de pene y sus tetas colgantes. Realmente era una maestra en esos oficios.
Cuando mi miembro empezó con sus primeras contracciones previas a la eyaculación. Ella lo sacó y lo puso sobre su cara mientras lo besaba en la base. Con cada movimiento mi glande rozaba su cara desde la boca hasta sus cejas, mientras su lengua y labios acariciaban mi aparato. Se ayuda con su mano derecha echando el forro hacia atrás de maneras repetidas y fuertes, tironeando el pellejo el final, dejando mi glande lo más expuesto posible. Yo no aguantaria mucho, sentía el orgasmo y mi semen venir, mis testículos iban a reventar. Trate de aguantar un poco para que fuera más fuerte orgasmo, y ella me seguía estimulando con maestría. Hasta que revente en su cara mientras ella langüetiaba la parte baja de mi pene. Eyacule abundantemente en su frente, luego en uno de sus ojos, la tercera en su nariz, para terminar en su boca.
Con su cara llena de semen retomó su labor chupadora y engullo otra vez mi miembro, mientras este, bombeaba y bombeaba semen en su interior. Verla con la cara llena de semen chupandome la pichula, con especial entusiasmo, fue un espectáculo que nunca pensé posible. Ella tragó las últimas corridas, hasta que empezó a deshincharse y quedar flacido. Bebió toda mi leche, limpio su cara y se chupo los dedos.
Ya en pie, me dio un beso corto en los labios y me dijo “eres muy rico” y se fue al baño, desnuda y contoneándose.
Aun en trance, entre en mi dormitorio, me deje caer sobre mi cama y me dormí.
Pasaron varios días sin novedad hasta el viernes de esa misma semana. Llegue a casa a la hora de almuerzo, el escenario era similar al del martes, solo con una gran diferencia, mi madre llevaba vestido corto.
salude a mi padre, y sin hacer mucho ruido me dirigí a la cocina, me acerque a mi madre por detrás mientras ella estaba en el lavaplatos, clásico. me apoye en su culo sin miramientos, ya con toda la confianza.
hola mama - le dije al oído.
hola goloso - me respondió sin voltearse.
si mal no recuerdo la golosa eres tu ah!... me comiste entero la otra noche.
jaja - soltó unas carcajadas - ¿tu padre está pegado en la tele?
si, tipico.
entonces aprovechemos, si vas a hacer, hazlo ahora y rápido - dijo eso ultimo levantando su culo y cargando contra mi ya dura verga.
sin esperar baje mi sierre, saque mi herramienta, subí su vestido, baje sus calzones a medio muslo, y me dispuse a buscar la entrada a su hermosa cueva. Teníamos poco tiempo así que no hubo preámbulos. Su sexo lo sabia asi que ya estaba mojado. Sentí su humedad con mi glande al llegar a ese punto.
Sujetándola fuertemente de las caderas se la metí, hasta el fondo e inicie el clásico mete-saca frenético. ella me animaba diciéndome “rapido rapido” “duro” “metesela a mamita que lo quiere todo” “llename la concha amorcito”. Yo bombeaba frenéticamente mientras ella solo se dejaba hacer con su culo en pompa. Yo estaba fascinado friccionando con fuerza mi corneta con sus paredes internas, y ella apretando en cada embiste para multiplicar el placer.
Mis manos apretaban con fuerza sus ancas, mis dedos se hundían en sus suaves carnes, era mía en ese momento, solo mia. cambie el ritmo por fuertes metidas y profundas. a la primera soltó un quejido fuerte “AHH!”, lo que me motivó a repetirlo con más fuerza incluso. sentia que la perforaba cada vez mas, mi punta chocaba con su fondo. Un par de arremetidas mas y ella liberó otro quejido “HAAAYY!...”. En eso escuchamos el grito de mi padre desde el estar:
¿Que paso Paula?
No nada mi amor se me cayo la tapa de la hoya en el pie, nada más - respondió convincentemente, mientras yo se la estaba metiendo incansablemente.
Ahhh… ten más cuidado entonces cariñito - respondió el inocente.
Yo seguía en lo mio, llevábamos alrededor de 4 o 5 mins de faena cuando ya empiece a sentir las señales de la corrida inminente. Por lo que empecé con las metidas más fuertes, profundas y fuertes. Mamá arqueaba su espalda mientras yo seguía entrando brutalmente en ella, sentía que mis bolas iban a explotar pero quería aguantar un poco más. Ella empezó a resoplar con mayor fuerza casi sin poder controlarse, por lo que le tape la boca con mi mano izquierda tratando de silenciar sus expresiones de placer. Varias arremetidas profundas más y explote en su interior, cargue por última vez para llegar a lo más profundo, sujetándola fuertemente, y me quedo quieto. Gozando el orgasmo, con la vista nublada y mi semen siendo bombeado en sus entrañas; sentía como sus paredes palpitantes, y ardientes, envolvían mi barra de carne.
Ya recuperado del orgasmo se lo saque, mi aparato ya flácido fue guardado bajo mis prendas, mientras ella demoró un poco más en recuperarse. Ordenó sus ropas se dio vuelta y nos besamos apasionadamente mientras yo la agarraba del culo. me miro y me dijo con naturalidad.
Pon la mesa que vamos a almorzar luego.
Continuará…
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