Son las 6 de la tarde de un miércolesbastante abrumador, llego a casa y me doy un baño relajador, con la toallapuesta salgo, pongo la pava y miro el celu… 6 llamadas pérdidas de Laura, unaamiga. Pienso: .qué horror! lo último que quiero es ver a alguien.
Devuelvo la llamada, contesta algo alterada,y le pregunto qué paso?
-Negri, falleció mi tía-abuela y mivieja quiere que la acompañe al velatorio, un bajón, la vi dos veces es toda miputa vida, es la tía de mi mamá. Porfa acompañame vos, haceme el aguante, sequiere quedar toda la noche Marta! (refiriéndose a la madre), capaz me ayudas aconvencerla de que no. A lo que respondí sarcásticamente: -el mejor plan enaños amiga!! Donde te encuentro?
Decidimos vernos directamente a lahora en la sala de velatorio, realmente quería que me cayera un meteorito porel camino, pero no sucedió…
Llegue al lugar y Lau me esperabaen la puerta, me vio y sonrió; comento mientras entrabamos:
-esto es un bodrio nena, 200 añostiene la señora, ya era hora no? La mirey le susurre:-no me pidas que vaya al lado del cajón porque te mato. Nos miramosy reímos cómplices.
Salude a Marta y algunas personasque estaban allí, dándoles mi pésame, charlamos algunas cosas banales en esegrupito y luego con Lau nos sentamos a la entrada de la sala. Tenés que convencerla que nos vayamos, que ladoña no se va a ir a ningún lado en la noche, yo la miraba burlona… En esemomento sucedió lo inesperado por ambas, se acercaron dos muchos del servicio adar el pésame y a ofrecer café, ninguna de las dos le saco la mirada de encimalos minutos que allí estuvieron y creo que hasta llegaron a incomodarse.
Nos miramos y dijimos a la par:-quedémonostoda la noche!
(Entre paréntesis Laura y yo nosconocemos hace varios años y es común que en nuestras salidas hagamos algún tipode apuesta insólita… En esta oportunidad, aparentemente no iba a ser distinto.)
-Cuál te gusta? pregunto. Sabía dondeapuntaba sin que diga nada. El morocho conteste, sin pensarlo.
-Hasta las 6 de la mañana tenemospara garchar con ellos, yo con el peladito- me dijo.
La miré asombrada y entre dientesgrite:-vos estás loca nena!
-Pero no, esta señora del cajón ynadie de los presentes se va a dar cuenta, y estamos acá por obligación, hagámoslollevadero…
No dije nada y me declare perdedoraen silencio, con lo que odio perder…
Luego de algunas horas, de ir yvenir gente, de salir a fumar, de que nos trajeran café, jugo y algunossanguchitos, miradas que van y vienen con estos pibes, alguna que otra preguntaboluda o comentario, salí sola a fumar un cigarrillo a la puerta, saco elpaquete del bolsillo y no tenía más, yaun poco más alejada de la entrada, exclame:-laconchadelalora!
Levante la mirada para buscar algúnquiosco, estación de servicio o algo y vi que “mi” morocho se reía en la puertade servicio, (alejada por varios metros de la entrada principal) y además estabafumando. Me acerque los dos metros que faltaban y con mi mejor cara de putaregalada le dije:
-Ya que te divierte tanto mi desgracia,podes convidarme un pucho. Me miró con cara de pícaro, con la sonrisa para uncostado de su cara, tomó un cigarrillo y me lo puso en los labios, sacó fuego ylo prendió.
-Gracias, me salvaste, dije.
-No es gratis, dijo. (Lo mire yantes que pregunte algo) –ya voy a ver que te pido a cambio. Sonreí, ya prácticamentetoda mojada.
Hablamos un ratito más de la vida,de su trabajo y todas las boludeces que a una se le ocurren preguntar en esas ocasiones.Contesto cada pregunta cada vez con el papel de “ganador” más asumido. Al ratitome dijo, tengo que volver al turno, si necesitas algo avísame, me llamo Juan. Agradecínuevamente y cerró la puerta de ese lado.
Entre y Lau me pidió que la acompañeal baño. –boluda, este peladito me la está haciendo difícil, se llama Sergio,pero me está ignorando, le lleve el termo para que me de agua para el mate hacecomo 10 minutos y nada, ni me miro, solo dijo dame un ratito.
A lo que le dije:-están trabajando MaríaLaura, deja tu obsesión por garchar para otro momento, irónicamente y haciendomuecas. Nos reímos bastante fuerte ambas y nos hicimos callar mutuamente. Salimosde ahí y fui sola a buscar el termo. Juan estaba en la cocina preparando más café,para otro servicio.
Permiso Sr Juan, exclame mientrasentraba y me apoyaba en la mesada de la cocina quedando enfrentada a él. Nosmiramos fijo y no pude evitar sonrojarme, (mi defecto: soy muy transparente, memiras mucho y sabes que estoy pensando). –vengo a buscar el termo que trajo miamiga.
-Ya te lo doy, aquel ni lo preparo,haciendo un gesto con la cabeza.
Lo mire detenidamente mientras hacíacada movimiento, se acercó con el termo en la mano hasta quedar pegado a mí,-esto va a salirte más caro. Casi apoyando sus labios contra los míos, sinmoverme ni inmutarme respondí susurrando:-lo que quieras! Si viene con uncigarrillo de plus. Me aleje para salir, llegando a la puerta me agarro la manodesocupada y pegándose a mi espalda, apoyándome, y rozando con sus labioscarnosos mi oreja izquierda murmuro:-en una hora tengo un descanso, te esperoen este mismo lugar. Gire mi cabeza, lo mire a los ojos y asentí con la cabeza.
En mi interior ya me sentía ganadora, victoriosa una vez más…volví a la sala para contarle a Lau y la muy trola estaba charlando con un concurrentedel velorio, con su postura y cara de puta regalada, interrumpo la conversacióntan animada y me presenta a “su primo”, aah!! Exclame, “el primo”. –cómo estás?.Relato de como su madre también lo había arrastrado hasta el lugar y bla bla bla… -tomamos unos mates? …
Nos sentamos entonces y seguimos charlando. Al rato seacerca Juan a ofrecernos café, y balbucea acercándose al grupo, voy a tomar un descanso,por si se les ofrece algo ahora? Clavándome la mirada antes de terminar la oración.Laura también me miro y contesto:-no,no! gracias.
Unos minutos más tarde me pare, y fui a la cocina. La situaciónme asustaba y calentaba mucho a la vez, todos mis ratones habían funcionado a fulltodas esas horas e iba a garchar con un tipo en una casa de velatorios. Entre,me agarro de la mano y pasamos otra puerta, un pasillo, otra puerta y entramosa algo así como un vestuario, me arrincono contra la pared y me comió la bocade un beso, pase mi mano por su cabeza para apretarla más hacia mi boca. Tranzamoscomo dos adolescentes que se buscan desde hace rato, un beso caliente yperturbador.
Le saque la remera y le desprendí el cinto, el botón y suspantalones quedaron en el piso dejando al descubierto el bóxer con su pija bienparada y marcada, me dio vuelta y mientras me besaba el cuello, me corría elpelo con una mano, con la otra descubrió que mi jogging no tenía cierre y lobajo tironeándolo. Dejándome el cullote puesto, busco con su mano libre, entremis piernas alcanzar con sus dedos mi clítoris, al encontrarlo lo frotosuavemente con la yema de su dedo índice, intentando con los demás llegar a misconcha y a mi culo. Sus besos en mi cuello y su mano fría tocando mi concha húmeday caliente me excitaba mucho, no podía parar de moverme y gemir. Con mi manoizquierda tiraba sus pelos, haciendo presión para mi cuello. Paso su mano poradelante mío, sobre mi panza, para concentrar dos de sus dedos en mi clítoris yme apoyo con fuerza su verga en mi culo, me movía cada vez más. Y él meapretaba más y más sin dejar de usar su boca en mi espalda y cuello.
-Tengo que buscar el forro me dijo, aunque te la enterraría acáasí, me va a explotar. Gire sobre mi misma y volvimos a besarnos. –Me bajasteel pantalón y ahí están, en el bolsillo, balbuceo entre besos. Sin dejar debesarlo, seguí por su mejilla, y su cuello, bajando por su panza. Con la punta de la lengua pasándola por supija por arriba del calzoncillo, agachándome con mí mano derecha busque lospreservativos, con la mano izquierda libere su pene y metiendo solo la puntitaen la boca la lamí, abriendo el foro pase la lengua alrededor de toda la cabezade su chota degustándola y le puse el forro. Me incorpore, volvió a girarmeagarro mi mano izquierda con la suya y la apoyó en la pared, mientras con laotra metía la pija en mi concha, luego de introducirla hasta el fondo agarro mimano libre con la suya contra la pared y empezó a bombear como un desquiciado,varias veces, hasta que agarro mi cintura, aflojando un poco la rudeza y siguiómetiendo y sacándola.
Se detuvo de golpe y volvió a girarme, me beso, acaricio micara, levanto mi blusa y me beso las tetas agarrándolas fuertemente, siguió bajandoy beso la parte inferior de mis piernas, estallé, gemí, le implore que me coja.Incorporándose me subió upa, introdujo nuevamente su pija, apoyando mi espaldacontra la pared me cogió intensamente hasta acabar.
-Así da gusto trabajar en esta pocilga, menciono, entre unosbesos en mi cara.
Me cambie, se cambió y compartimos ese pucho pendiente sindecir mucho y sin sentir incomodidad de eso.
En el pasillo, de la cocina hacia la sala me encontré conLau, sonriente me dijo. –La mande a mami a su casa, me voy con el primo,gracias por el aguante.
-Gane le dije.
-Lo sabía… murmuró.
Tomadas del brazo salimos y cada una siguió su rumbo…
Devuelvo la llamada, contesta algo alterada,y le pregunto qué paso?
-Negri, falleció mi tía-abuela y mivieja quiere que la acompañe al velatorio, un bajón, la vi dos veces es toda miputa vida, es la tía de mi mamá. Porfa acompañame vos, haceme el aguante, sequiere quedar toda la noche Marta! (refiriéndose a la madre), capaz me ayudas aconvencerla de que no. A lo que respondí sarcásticamente: -el mejor plan enaños amiga!! Donde te encuentro?
Decidimos vernos directamente a lahora en la sala de velatorio, realmente quería que me cayera un meteorito porel camino, pero no sucedió…
Llegue al lugar y Lau me esperabaen la puerta, me vio y sonrió; comento mientras entrabamos:
-esto es un bodrio nena, 200 añostiene la señora, ya era hora no? La mirey le susurre:-no me pidas que vaya al lado del cajón porque te mato. Nos miramosy reímos cómplices.
Salude a Marta y algunas personasque estaban allí, dándoles mi pésame, charlamos algunas cosas banales en esegrupito y luego con Lau nos sentamos a la entrada de la sala. Tenés que convencerla que nos vayamos, que ladoña no se va a ir a ningún lado en la noche, yo la miraba burlona… En esemomento sucedió lo inesperado por ambas, se acercaron dos muchos del servicio adar el pésame y a ofrecer café, ninguna de las dos le saco la mirada de encimalos minutos que allí estuvieron y creo que hasta llegaron a incomodarse.
Nos miramos y dijimos a la par:-quedémonostoda la noche!
(Entre paréntesis Laura y yo nosconocemos hace varios años y es común que en nuestras salidas hagamos algún tipode apuesta insólita… En esta oportunidad, aparentemente no iba a ser distinto.)
-Cuál te gusta? pregunto. Sabía dondeapuntaba sin que diga nada. El morocho conteste, sin pensarlo.
-Hasta las 6 de la mañana tenemospara garchar con ellos, yo con el peladito- me dijo.
La miré asombrada y entre dientesgrite:-vos estás loca nena!
-Pero no, esta señora del cajón ynadie de los presentes se va a dar cuenta, y estamos acá por obligación, hagámoslollevadero…
No dije nada y me declare perdedoraen silencio, con lo que odio perder…
Luego de algunas horas, de ir yvenir gente, de salir a fumar, de que nos trajeran café, jugo y algunossanguchitos, miradas que van y vienen con estos pibes, alguna que otra preguntaboluda o comentario, salí sola a fumar un cigarrillo a la puerta, saco elpaquete del bolsillo y no tenía más, yaun poco más alejada de la entrada, exclame:-laconchadelalora!
Levante la mirada para buscar algúnquiosco, estación de servicio o algo y vi que “mi” morocho se reía en la puertade servicio, (alejada por varios metros de la entrada principal) y además estabafumando. Me acerque los dos metros que faltaban y con mi mejor cara de putaregalada le dije:
-Ya que te divierte tanto mi desgracia,podes convidarme un pucho. Me miró con cara de pícaro, con la sonrisa para uncostado de su cara, tomó un cigarrillo y me lo puso en los labios, sacó fuego ylo prendió.
-Gracias, me salvaste, dije.
-No es gratis, dijo. (Lo mire yantes que pregunte algo) –ya voy a ver que te pido a cambio. Sonreí, ya prácticamentetoda mojada.
Hablamos un ratito más de la vida,de su trabajo y todas las boludeces que a una se le ocurren preguntar en esas ocasiones.Contesto cada pregunta cada vez con el papel de “ganador” más asumido. Al ratitome dijo, tengo que volver al turno, si necesitas algo avísame, me llamo Juan. Agradecínuevamente y cerró la puerta de ese lado.
Entre y Lau me pidió que la acompañeal baño. –boluda, este peladito me la está haciendo difícil, se llama Sergio,pero me está ignorando, le lleve el termo para que me de agua para el mate hacecomo 10 minutos y nada, ni me miro, solo dijo dame un ratito.
A lo que le dije:-están trabajando MaríaLaura, deja tu obsesión por garchar para otro momento, irónicamente y haciendomuecas. Nos reímos bastante fuerte ambas y nos hicimos callar mutuamente. Salimosde ahí y fui sola a buscar el termo. Juan estaba en la cocina preparando más café,para otro servicio.
Permiso Sr Juan, exclame mientrasentraba y me apoyaba en la mesada de la cocina quedando enfrentada a él. Nosmiramos fijo y no pude evitar sonrojarme, (mi defecto: soy muy transparente, memiras mucho y sabes que estoy pensando). –vengo a buscar el termo que trajo miamiga.
-Ya te lo doy, aquel ni lo preparo,haciendo un gesto con la cabeza.
Lo mire detenidamente mientras hacíacada movimiento, se acercó con el termo en la mano hasta quedar pegado a mí,-esto va a salirte más caro. Casi apoyando sus labios contra los míos, sinmoverme ni inmutarme respondí susurrando:-lo que quieras! Si viene con uncigarrillo de plus. Me aleje para salir, llegando a la puerta me agarro la manodesocupada y pegándose a mi espalda, apoyándome, y rozando con sus labioscarnosos mi oreja izquierda murmuro:-en una hora tengo un descanso, te esperoen este mismo lugar. Gire mi cabeza, lo mire a los ojos y asentí con la cabeza.
En mi interior ya me sentía ganadora, victoriosa una vez más…volví a la sala para contarle a Lau y la muy trola estaba charlando con un concurrentedel velorio, con su postura y cara de puta regalada, interrumpo la conversacióntan animada y me presenta a “su primo”, aah!! Exclame, “el primo”. –cómo estás?.Relato de como su madre también lo había arrastrado hasta el lugar y bla bla bla… -tomamos unos mates? …
Nos sentamos entonces y seguimos charlando. Al rato seacerca Juan a ofrecernos café, y balbucea acercándose al grupo, voy a tomar un descanso,por si se les ofrece algo ahora? Clavándome la mirada antes de terminar la oración.Laura también me miro y contesto:-no,no! gracias.
Unos minutos más tarde me pare, y fui a la cocina. La situaciónme asustaba y calentaba mucho a la vez, todos mis ratones habían funcionado a fulltodas esas horas e iba a garchar con un tipo en una casa de velatorios. Entre,me agarro de la mano y pasamos otra puerta, un pasillo, otra puerta y entramosa algo así como un vestuario, me arrincono contra la pared y me comió la bocade un beso, pase mi mano por su cabeza para apretarla más hacia mi boca. Tranzamoscomo dos adolescentes que se buscan desde hace rato, un beso caliente yperturbador.
Le saque la remera y le desprendí el cinto, el botón y suspantalones quedaron en el piso dejando al descubierto el bóxer con su pija bienparada y marcada, me dio vuelta y mientras me besaba el cuello, me corría elpelo con una mano, con la otra descubrió que mi jogging no tenía cierre y lobajo tironeándolo. Dejándome el cullote puesto, busco con su mano libre, entremis piernas alcanzar con sus dedos mi clítoris, al encontrarlo lo frotosuavemente con la yema de su dedo índice, intentando con los demás llegar a misconcha y a mi culo. Sus besos en mi cuello y su mano fría tocando mi concha húmeday caliente me excitaba mucho, no podía parar de moverme y gemir. Con mi manoizquierda tiraba sus pelos, haciendo presión para mi cuello. Paso su mano poradelante mío, sobre mi panza, para concentrar dos de sus dedos en mi clítoris yme apoyo con fuerza su verga en mi culo, me movía cada vez más. Y él meapretaba más y más sin dejar de usar su boca en mi espalda y cuello.
-Tengo que buscar el forro me dijo, aunque te la enterraría acáasí, me va a explotar. Gire sobre mi misma y volvimos a besarnos. –Me bajasteel pantalón y ahí están, en el bolsillo, balbuceo entre besos. Sin dejar debesarlo, seguí por su mejilla, y su cuello, bajando por su panza. Con la punta de la lengua pasándola por supija por arriba del calzoncillo, agachándome con mí mano derecha busque lospreservativos, con la mano izquierda libere su pene y metiendo solo la puntitaen la boca la lamí, abriendo el foro pase la lengua alrededor de toda la cabezade su chota degustándola y le puse el forro. Me incorpore, volvió a girarmeagarro mi mano izquierda con la suya y la apoyó en la pared, mientras con laotra metía la pija en mi concha, luego de introducirla hasta el fondo agarro mimano libre con la suya contra la pared y empezó a bombear como un desquiciado,varias veces, hasta que agarro mi cintura, aflojando un poco la rudeza y siguiómetiendo y sacándola.
Se detuvo de golpe y volvió a girarme, me beso, acaricio micara, levanto mi blusa y me beso las tetas agarrándolas fuertemente, siguió bajandoy beso la parte inferior de mis piernas, estallé, gemí, le implore que me coja.Incorporándose me subió upa, introdujo nuevamente su pija, apoyando mi espaldacontra la pared me cogió intensamente hasta acabar.
-Así da gusto trabajar en esta pocilga, menciono, entre unosbesos en mi cara.
Me cambie, se cambió y compartimos ese pucho pendiente sindecir mucho y sin sentir incomodidad de eso.
En el pasillo, de la cocina hacia la sala me encontré conLau, sonriente me dijo. –La mande a mami a su casa, me voy con el primo,gracias por el aguante.
-Gane le dije.
-Lo sabía… murmuró.
Tomadas del brazo salimos y cada una siguió su rumbo…
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