Hace rato venía hablando con él, nos conocimos en una fiesta y me llamó la atención.
Unos meses empezamos a hablar por casualidad. Al principio no nos decíamos cosas zarpadas pero le mandaba fotos de como me vestía y cosas así.
En mi cabeza estaba un comentario de un amigo suyo del día de la fiesta, me miro y me dijo: ojo con él, que la tiene grande. Se me pasaban mil cosas por la cabeza, y me daban ganas de conocer eso que me dijo su amigo.
Seguimos hablando unos días más y de a poco nos decíamos cosas zarpadas, así que le mandé una foto de mi cola y le gustó mucho, yo quería una foto de él pero no me paso, eso me daba más ganas de verlo, la curiosidad me mataba.
Arreglamos un viernes a la noche, me puse linda para él, estaba toda depiladita y ya un poco caliente imaginandome todo.
Yo estaba cuidando una casa por unos días así que le dije que venga, era mejor por que al estar solos podía gritar como me gusta a mi.
Llegó y lo sorprendí con un beso, era la primera vez que lo veía pero me daba la sensación que tenía algo que me iba a dejar loca. Tiene una cara de pocos amigos pero en su mirada yo veía todo esa calentura que llevaba.
Entramos y fuimos derecho a la pieza, hablamos algunas pavadas y yo no aguantaba más, quería cogermelo como sea. Me tiré arriba suyo y nos emezamos a besar, ya estaba mojada y muy despacito me empezó a meter mano por todos lados.
Me saqué toda la ropa y el también, lo que vi era impresionante. Era la pija más grande que vi, y tuve varias pero esta era inigualable. Sorprendida pero mucho más caliente se la empecé a chupar, casi no me dejaba por que le daban ganas de acabar. Y yo no lo quería soltar, estaba como loca, muy puta queríendo comer toda esa verga. Me la metí todo lo que pude, no entraba en mi boca ni siquiera la mitad, me atragantaba y la sacaba, llena la pija de baba, casi me corrian las lagrimas por que me metía hasta el fondo.
Entonces me agarro y me la metió. Acabó. Yo pensando en que hacer por que estaba prendida fuego, quería que esa pija me deje rota . Se sintió mal, pero yo lo calmé y nos quedamos desnudos acostados para conocernos.
Pasaron unos minutos y lo besé, su pija hasta parada y dura, muy dura, se la toqué y mis ganas de chuparla desesperadamente volvieron. Empecé a chupar y chupar, estaba increíble, me daban ganas de sentarme arriba, a todo esto mi concha nunca se secó. Estaba inundada.
Entonces me agarró, me pusó en cuatro sobre el borde la cama y me la metió así de una, dura como estaba, no aguanté y la que acabó fui yo, llenandole toda la pija de mi acabada.
Así empezó y no paro, me llevaba de un lado otro, me llevó a la cocina y me metió pija sobre la mesa, yo acababa a más no poder, quería pedirle que pare pero estaba muy bueno sentir todo eso pedazo adentro que no paraba de darme masa.
Pasaron 4 horas y no acabó. Pensé que tomo viagra o algo, no era normal. Cuando empezó todo eran las 1 y 40, miramos el réloj y ya eran casi las 6 de la mañana. Nunca descansamos ni 5 minutos, el pijudo me cogía como nadie antes. Mordía la sabánas y las apretaba con mis manos por que sentía que me estaba desvirgando, tenía 25 cm de pija adentro, encima bien ancha.
Le pedí que pare un ratito, y como es costumbre me dormí un poquito. Me levantó y se estaba vistiendo para irse. Verlo así me calentó, me hizo sentir una putita que dejó tirada llena de leche. Que solo vino a cogerme y cogerme. Lo agarré y le saqué el pantalón, tenía miedo de no verlo más así que aproveche y empecé a meter su pija en mi boca hasta el fondo, la tenía dura como una piedra.
Me sacó la ropa y me pusó en 4, le calentaba demasiado mi orto y lo sabía, le pedí que me de unos nalgasos y lo hizo muy rico, me hacía acabar más y más... le ponía caras de puta por que quería que mire como estaba gozando de su verga en mi concha mojada...
Acabó, me la sacó y me lleno el orto de leche, sentía todo y me encantaba. Quedé así un rato hasta que pueda respirar, lo miré y me dijo me voy, así en frío. Me encantó, quizás no lo hizo intencionalmente, pero parecía que fui su puta toda una noche y no quería más, me lleno de leche y listo. Era como un morbo lindo.
Estaba desesperada por volver a verlo y seguir comiendome ese pedazo que tenía, por que al día siguiente no paraba de pensar en su pija y como me la metía hasta el fondo, me quedó doliendo la conchita pero me gustaba...
Unos meses empezamos a hablar por casualidad. Al principio no nos decíamos cosas zarpadas pero le mandaba fotos de como me vestía y cosas así.
En mi cabeza estaba un comentario de un amigo suyo del día de la fiesta, me miro y me dijo: ojo con él, que la tiene grande. Se me pasaban mil cosas por la cabeza, y me daban ganas de conocer eso que me dijo su amigo.
Seguimos hablando unos días más y de a poco nos decíamos cosas zarpadas, así que le mandé una foto de mi cola y le gustó mucho, yo quería una foto de él pero no me paso, eso me daba más ganas de verlo, la curiosidad me mataba.
Arreglamos un viernes a la noche, me puse linda para él, estaba toda depiladita y ya un poco caliente imaginandome todo.
Yo estaba cuidando una casa por unos días así que le dije que venga, era mejor por que al estar solos podía gritar como me gusta a mi.
Llegó y lo sorprendí con un beso, era la primera vez que lo veía pero me daba la sensación que tenía algo que me iba a dejar loca. Tiene una cara de pocos amigos pero en su mirada yo veía todo esa calentura que llevaba.
Entramos y fuimos derecho a la pieza, hablamos algunas pavadas y yo no aguantaba más, quería cogermelo como sea. Me tiré arriba suyo y nos emezamos a besar, ya estaba mojada y muy despacito me empezó a meter mano por todos lados.
Me saqué toda la ropa y el también, lo que vi era impresionante. Era la pija más grande que vi, y tuve varias pero esta era inigualable. Sorprendida pero mucho más caliente se la empecé a chupar, casi no me dejaba por que le daban ganas de acabar. Y yo no lo quería soltar, estaba como loca, muy puta queríendo comer toda esa verga. Me la metí todo lo que pude, no entraba en mi boca ni siquiera la mitad, me atragantaba y la sacaba, llena la pija de baba, casi me corrian las lagrimas por que me metía hasta el fondo.
Entonces me agarro y me la metió. Acabó. Yo pensando en que hacer por que estaba prendida fuego, quería que esa pija me deje rota . Se sintió mal, pero yo lo calmé y nos quedamos desnudos acostados para conocernos.
Pasaron unos minutos y lo besé, su pija hasta parada y dura, muy dura, se la toqué y mis ganas de chuparla desesperadamente volvieron. Empecé a chupar y chupar, estaba increíble, me daban ganas de sentarme arriba, a todo esto mi concha nunca se secó. Estaba inundada.
Entonces me agarró, me pusó en cuatro sobre el borde la cama y me la metió así de una, dura como estaba, no aguanté y la que acabó fui yo, llenandole toda la pija de mi acabada.
Así empezó y no paro, me llevaba de un lado otro, me llevó a la cocina y me metió pija sobre la mesa, yo acababa a más no poder, quería pedirle que pare pero estaba muy bueno sentir todo eso pedazo adentro que no paraba de darme masa.
Pasaron 4 horas y no acabó. Pensé que tomo viagra o algo, no era normal. Cuando empezó todo eran las 1 y 40, miramos el réloj y ya eran casi las 6 de la mañana. Nunca descansamos ni 5 minutos, el pijudo me cogía como nadie antes. Mordía la sabánas y las apretaba con mis manos por que sentía que me estaba desvirgando, tenía 25 cm de pija adentro, encima bien ancha.
Le pedí que pare un ratito, y como es costumbre me dormí un poquito. Me levantó y se estaba vistiendo para irse. Verlo así me calentó, me hizo sentir una putita que dejó tirada llena de leche. Que solo vino a cogerme y cogerme. Lo agarré y le saqué el pantalón, tenía miedo de no verlo más así que aproveche y empecé a meter su pija en mi boca hasta el fondo, la tenía dura como una piedra.
Me sacó la ropa y me pusó en 4, le calentaba demasiado mi orto y lo sabía, le pedí que me de unos nalgasos y lo hizo muy rico, me hacía acabar más y más... le ponía caras de puta por que quería que mire como estaba gozando de su verga en mi concha mojada...
Acabó, me la sacó y me lleno el orto de leche, sentía todo y me encantaba. Quedé así un rato hasta que pueda respirar, lo miré y me dijo me voy, así en frío. Me encantó, quizás no lo hizo intencionalmente, pero parecía que fui su puta toda una noche y no quería más, me lleno de leche y listo. Era como un morbo lindo.
Estaba desesperada por volver a verlo y seguir comiendome ese pedazo que tenía, por que al día siguiente no paraba de pensar en su pija y como me la metía hasta el fondo, me quedó doliendo la conchita pero me gustaba...
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9 comentarios - El día que conocí un pijudo