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El taxista me garcha a la fuerza

Se me había hecho muy tarde, si no me apresuraba no llegaría a tiempo a la escuela; bueno era mi culpa por querer dormir unos minutos más. Cuando desperté tan solo faltaba media hora para el inicio de clases así que me bañe y vestí lo más rápido que pude. Jamás me ha gustado usar uniforme pero admito que siempre me ha sentado bien llevarlo me da una pinta de niña buena pero al mismo tiempo me hace ver sumamente antojable: mi blusa blanca de botones que yo misma me encargo de subírmela hasta el ombligo, mi falda azul marino ajustada a mi cuerpo hace que resalten mucho mis nalgas y que mis muslos luzcan atractivos para cualquiera, mi suéter azul y por ultimo unas zapatillas con tacón bajo.
Mi mamá se había marchado ya y me había dejado el dinero justo para poder irme a la escuela.
Salí a la calle corriendo y estuve como desesperada intentado parar un taxi, pasaban y pasaban pero todos iban ocupados, estuve a punto de rendirme cuando por fin uno se paró, el conductor bajo su ventana y me dijo:
-¿Vas muy lejos?-.
-Pues si un poco, pero por favor se lo suplico ya voy súper tarde a mi escuela-.
Yo había notado que el taxista me había estado examinando con su mirada, había recorrido con sus ojos todo mi cuerpo y puedo atreverme a decir que hasta había sonreído pero no estaba segura.
-Bueno lindura, pues súbete, nos vamos a ir como locos-.
Abrí inmediatamente la puerta y me senté en el lado del copiloto, el señor no paraba de verme, cada movimiento que hacía en especial con mis piernas no apartaba su mirada de ellas.
-Bueno preciosa, me llamo Paco y hoy tengo el gusto de ser tu taxista-.
-¡Muchas gracias señor Paco! No sabe de verdad como se lo agradezco-.
Le di la dirección de mi escuela y nos pusimos en marcha, durante el camino él alternaba su vista entre el camino y mis muslos, eran miradas lascivas de deseo y excitación puras. No quise darle importancia y no le dije nada, además él era mucho más grande y robusto que yo así que no quería que se enojara y decidí dejar que me siguiera viendo.
-Y bueno dime nena ¿Cómo es que te llamas?-.
Esto era lo que me temía, que me hiciera la conversación pero no quise ser grosera así que le respondí.
-Me llamo Jessica-.
-Qué lindo nombre, tanto como tú mi amor-.
-Haha muchas gracias, que lindo eres-.
-Lo único lindo en este taxi eres tu preciosa, tienes una carita y un cuerpo de en sueño-.
-Basta, vas a hacer que me sonroje y será toda tú culpa-.
-¡Jajajajaja! Me encantaría verte rojita, apenada, te debes ver mucho más hermosa-.
El trayecto resulto sumamente incomodo, el señor no paraba de intentar hacerme conversación y sus miradas se volvían más intensas con cada segundo que pasaba hasta tuvo el descaro de sobarse su pene durante un alto mientras veía mis muslos y pensaba que no me daba cuenta.
Cuando por fin llegamos, el taxímetro marcaba una cantidad sumamente alta y yo no contaba con el dinero suficiente para poder pagarlo.
-Señor Paco, de verdad estoy super apenada pero no me alcanza el dinero para pagarle lo que le debo-.
-Mmmmm eso sí que es grave hermosa, veras, este es mi último pasaje antes de volver a mi departamento y en serio necesito ese dinero-.
-Lo sé y si me espera un poco, entrare a mi escuela para pedir prestado y saldré a pagarle-.
-Ummm lo lamento ricura, pero no puedo arriesgarme ¿Qué tal que ya no sales?-.
-No, de verdad regresare, es más le dejo aquí mi mochila para que me crea-.
-No la verdad no te creo nena, pero podriamos arreglarnos de otra manera ¿Qué te parece?-.
-De… ¿De qué otra manera habla usted?-.
-Bueno, te seré honesto durante el viaje me pusiste súper tiesa la verga ¡Jajaja! ¿Qué tal si me das una chupadita rápida?-.
-¡Esta estúpido! Ni loca hare eso-.
Lo siguiente que sentí fue una fuerte cachetada en mi rostro, me había desorientado y las lágrimas de dolor no se hicieron esperar.
-¡A mí no me vas a insultar estúpida! Tú eres aquí la que sale perdiendo más porque no tienes ni para pagar tu viaje, yo solo te di una opción.
-Pues puede irse muy lejos con sus opciones-.
Después de esas palabras solo sentí tres cachetadas más, el dolor era insoportable y no podía hacer que las lágrimas dejaran de salir, cuando por fin pude enfocar la visión otra vez, el señor Paco me tenía agarrada por el cabello y con mi cabeza pegada al vidrio del carro.
-Pues ahora ya no será una opción, ahora vas a pagarme con tu cuerpo entero y te daré una cojida que jamás olvidaras y si no cooperas ¿Qué crees que te pasara?-.
De la guantera de su auto había sacado una navaja y me empezó a pasear por mi cara.
-Si no cooperas, tu lindo rostro quedara irreconocible ¿Entiendes pendeja?-.
-Si…si está bien ya entendí-.
-Jajajaja perfecto mi amor así me gustas flojita y cooperando, ahora, te informo que ya no entraras hoy a tu escuela, iras conmigo a mi departamento y te daré verga hasta que me canse jajajajaja. Así que pongámonos en marcha para disfrutarte por un buen rato-.
Encendió el carro, le puso el seguro a todas las puertas y empezamos el trayecto a su departamento, no podía parar de llorar ¿En qué me había metido? ¿Cómo había terminado en manos de un taxista pervertido?
El señor Paco irradiaba de felicidad, se le veía en su rostro, tenía una sonrisa de oreja a oreja y no paraba de reirse. Mientras que con una mano iba conduciendo con la otra comenzó a acariciarse su miembro, podía notar claramente como este iba poniéndose duro y levantándose cada vez más y más.
-Creo que no resistiré hasta que lleguemos mamasota, como podrás ver mi verga esta que revienta y necesita ser atendida lo antes posible jejejeje ¿Qué tal si mientras conduzco me vas dando una mamada?
No podía creer como me estaba hablando, había pasado de ser un taxista atento y lindo a un monstruo pervertido y rabo verde. Tenía miedo, estaba paralizada, quería salir de algún modo de ahí pero sabía que no había escapatoria estaba bajo el dominio de este señor.
-Te estas tardando mucho pendeja ¿Acaso necesitas que te corte la cara para que empieces a chupar?-.
Lentamente, sin quererlo realmente, desabroche su pantalón y saque su miembro, era grande, sumamente gordo y con abundantes vellos, ya estaba muy rígido y con las venas salidas. Lo tome con ambas manos porque en una sola no me cabía y poco apoco con todo el asco del mundo empecé a chuparlo, le pasaba mi lengua por su cabeza y me la metía a la boca succionándola.
-¡Uff por dios mami! Pero que boquita tan suave y rica tienes, sigue chupando así perra, me encanta-.
Tome su verga con una mano por el tronco y la acariciaba mientras me metía hasta la mitad en mi boca, toda mi saliva escurría por esa inmensa tranca de carne, poco a poco empecé a tomarle el gusto, me gustaba su sabor, como se sentía su verga dentro de mi boca y empecé a de verdad disfrutar estarme comiendo esa verga tan grande y gorda.
-¡Aaaagh dios mío zorra! Pero que puta eres, no pares te llenare de leche toda tu boca pendeja jajajaja. Por dios mamasota pero que rico chupas, cómemela toda putota.
Sentía que el auto de a poco iba estacionándose pero no me importo y seguí concentrada en mi tarea no paraba de chupar, de saborear, lamer ese tronco de carne tan suculento, quería devorarlo por completo sentirlo todo dentro de mi boca. El señor Paco me alzo de a poco la falda y empezó a manosearme las nalgas, me las apretaba y me daba nalgadas, pasaba sus dedos por en medio de ellas y me acariciaba mi ano.
-Uff Jessica, que buena estas nena, desde que te vi ahí parada fuera de tu casa me imagine dándote verga por todos lados preciosa, me encanta este pinche culote que te cargas, se ve que le entrara toda mi verga sin problemas jejejeje-.
Gluuurp gluuuurp gluuurp eran los sonidos que hacia la verga del señor Paco dentro de mi boca, estaba como loca comiéndomela, no quería parar me encanta tener esa herramienta carnal en mi cavidad bucal, me encantaba su dureza invadiendo entera mi boca. Los manoseos del señor Paco eran constantes y me estaban poniendo súper caliente, mi vagina ya estaba empezando a encharcarse y mi ano empezaba a cosquillear.
-¡Aaaaaagh maldita perra sucia! ¡Me voy putota! Te voy a dar toda tu leche zorra barata y quiero que te tragues hasta la última gota, no desperdicies nada de tu alimento perra-.
Me tomo del cabello y me ensarto su verga entera hasta el fondo de mi garganta, no podía respirar y me estaba ahogando con su pedazo de carne dentro de mí, las lágrimas salieron por mis ojos sin control. Empezó a menear su verga dentro de mi boca como si me la estuviera violando y por cada ves que me la metía yo menos podía respirar.
-¡Me voy putita, ahí te van mis mecos, trágatelos todos pedazo de perra barata! Jajajaja que rica mamada me pegaste puta ahora aquí tienes tu recompensa-.
Sentí como su semen caliente invadía mi boca, chorro tras chorro me inundaron por completo y para poder respirar me los trague todos aunque algunos chorros lograron escapar por la comisura de mis labios. Estaba mareada y cansada, había sido la chupada de verga más larga que había hecho hasta ahora. Me tomo por la cara y me paso su verga por mi rostro limpiándose el semen restante en él.
-Aaaaagh que buena chupada me pegaste nena jejejeje tienes una boca de mamadora profesional-.
-Si…si…bueno me esforcé en hacerlo bien-.
-Jejejeje pues lo lograste perrita, hace mucho que no tiraba tanto semen jejeje y te lo tragaste todo como la puta que eres-.
No sabía en donde estábamos, estaba oscuro y yo estaba totalmente desorientada, solo pude apreciar que había unos cuantos carros más estacionados en ese lugar.
-Bueno putita, pues hemos llegado, estamos en el estacionamiento de donde vivo jejeje recordaras este lugar por siempre, como el lugar en donde te llene de mis mecos espesos tu linda boca de perra ¡Jajajaa! Pero ahorita que subamos a mi casa mi amor, empezara lo bueno en verdad…te gozare de pies a cabeza, cada agujero que tienes será mío en especial el de ese culote tan rico que te cargas pendeja caliente…-

1 comentarios - El taxista me garcha a la fuerza

Rbvalentin
Muy buen relato. Yo quieronpublicar uno pero no me deja agregar tags