You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

El amigo de papá

Ya pasó hace tiempo, pero no puedo sacármelo de mi mente. Yo estaba de vacaciones en mi ciudad natal, después de rendir bien un final, aproveché una semana libre para visitar a mi familia y amigos de mi pueblo. La verdad es que estando lejos se extraña

Además tengo que reconocer que me gustaba estar de visita en casa porque mi familia se encargaba de hacerme sentir agasajada en cada detalle. Papá le mencionó a todos sus amigos del club que su nena estaba de visita, siempre fui su preferida mal que le pese a mis otros hermanos. Para celebrar decidió hacer una cena, con algunos amigos íntimos.

Invitaron algunos amigos de la familia. Querían presumir sobre mi con su selecto grupo social. Ninguno iba a sorprenderse porque hubiera aprobado una materia ya que la mayoría son profesionales destacados. Eran cuatro o cinco matrimonios, todos muy simpáticos pero había uno de los invitados que fue más que simpático. Su nombre era Victor. Obviamente no voy a dar su apellido, Es cirujano plástico así que en principio creí que las miradas eran como un vicio de la profesión.

Mientras las empleadas repartían algunos canapés y copas, él no me sacaba los ojos de encima. Yo tenía un vestido blanco, que se me entallaba resaltando bastante mis curvas, aunque supongo que lo que le llamó la atención debe haber sido el sugerente escote de mi vestido que dejaba mis pechos bastante expuestos. Siendo un poco ingenua podría haber pensado que su mirada iba a mi collar pero no soy exactamente ingenua.

Decidí acercarme y charlar un poco con él mientras su esposa estaba con mi madre poniéndose al día con los rumores más recientes
- Qué me haría? - le pregunté con un voz baja. Casi se ahoga con el aperitivo que tenía en la boca.
- Perdón? - me dijo antes de darle un trago largo a su copa
- Si, usted es cirujano plástico, qué me tocaría a mi? - le dije ya con una sonrisa pícara al ver su reacción. Me divertía que fuera tan obvio
- No se, sos un poco joven para pensar en cirugías todavía y para serte sincero, no te cambiaría nada - me dijo, ya un poco más relajado y entrando un poco en el juego

Me sonreí con ese comentario y vi como se mordía los labios mirando mi cuerpo. Noté que no me veía como ninguna nena. Como si lo hacían la mayoría de los invitados. Eran ojos de deseo.
- Hay nena me alegro por vos, me contó tu mami que te está yendo genial - me dijo su esposa, evidentemente con muchas intervenciones de su marido en el cuerpo. Nariz y labios operados a simple vista y pechos también. Victor se dio vuelta y prefirió seguir la charla con los demás hombres intimidado por la presencia de su mujer

A la hora de la cena, me ubiqué exactamente en frente suyo. Quería ver si podía evadirme la mirada toda la cena. Si bien hacía un buen intento mirando mucho para abajo y charlando con la gente que estaba más alejada de mi, no podía evitar que crucemos miradas. Yo sabía que me deseaba y el hecho de que quisiera ocultarlo me excitaba bastante.

Me sentía especialmente perra esa noche. Sus permanentes esquives. Los sentía como un desafío y no me gusta perder en nada. Me acomodé el escote, casi asomando la aureola de mis pezones. Él seguía charlando pero cuando me miró de reojo, se puso colorado y empezó a tartamudear. Me di cuenta que se había quedado obnubilado con la vista.

En ese momento me dí cuenta de que esa noche no iba a terminar en provocación nada más. Lo que me inquietaba era si podía encontrar la oportunidad precisa para concretar lo que a esa altura los dos nos moríamos de ganas de hacer.

A la hora del postre, la crema del platillo me ayudó a darle un poco más de material a mi insistente provocación. Mientras pasaban los platos y ante la distracción de la mayoría de los comensales que veían pasar el dulce plato de la sobremesa aproveché que fui una de las primeras en recibirlo y en cuanto nuestras miradas se cruzaron, pasé el dedo por el plato untándolo de crema y me lo metí a la boca de la manera más sugerente posible. Lo miré fijamente con mis ojos verdes penetrando los suyos e hice un gesto de placer ente el dulce sabor en mi boca.

La obscena provocación que paso desapercibida para casi todos, fue una bomba de tiempo que se activó en su cabeza. Pude ver como se excitó. Y su afán por disimular me excitaba a mi también. No se si fue una invitación subconsciente o realmente estaba tenso y tenía la necesidad de salir, pero al poco tiempo de terminado el postre se fue afuera para tomar aire.

Aproveché el desorden entre la empleada que levantaba la mesa y las charlas para escabullirme y cuando menos lo esperaba salí al patio donde estaba. Lo encontré solo alejado fumando un cigarrillo y mirando al cielo como cuestionándose sus sucios pensamientos hacia la hija de su amigo.

- Que frío está! - le dije acercándome mientras me frotaba los brazos, con la intención de apretar mis pechos y que su mirada fuera a mi escote.
- Sí. A esta hora siempre se pone fresco. Estás un poco desabrigada - me respondió. Tal como predije sus ojos estaban más cerca del escote que de mi rostro, invitados por mi posición.

Miré de reojo hacia la puerta y al parecer él ya lo había hecho antes porque en el momento en el que me giré, arrojó su cigarrillo al piso y me apretó los brazos. Me arrinconó contra la pared y me dijo
- Qué estas buscando pendeja? - con un lenguaje bastante guarro que me encantó
- Qué pensas? - le respondí sin achicarme y con una sonrisa en mi rostro. Miró por última vez hacia adentro y me apretó el pelo de la nuca provocando que diera un pequeño grito. Grito que interrumpió con un beso profundo. Su lengua se internó en su boca y sus labios parecían querer devorarme.

Yo no me opuse y además dejé que sus manos fueran bajando. Una se quedó sobre uno de mis pechos. La otra recorrió mi cuerpo hasta donde terminaba mi vestido y empezó a subir entre mis piernas. Yo no quise ser menos. Disfrutaba sus atrevidas caricias pero quería más. Apoyé mi mano en su entrepierna y comprobé lo dura que estaba.

No tuve que pensarlo dos veces. Desabroché su cinturón y abrí su pantalón tan rápido como pude. El beso que nos dábamos pasó de su boca a su cuello para seguir bajando. Podía sentir como se agitaba al sentir mi lengua entre el vello de su pecho. No quise prolongar más las cosas y por el apuro de ser descubiertos, bajé rápidamente. Saqué su verga urgente, dura y latente y con una sonrisa en mis labios me la metí en la boca. Él cerró los ojos y yo empecé a mamar como una puta bien pagada.

Sus ojos iban de la excitación a la incredulidad al verme agachada entre sus piernas con su verga perdida entre mis labios. No dejaba de mirarlo un instante. Sus manos presionaron mi nuca hundiendo ese duro miembro hasta las profundidades de mi garganta. La tos de esa verga gorda atravesando mi boca lo calentaba más y más apretaba mi cabello y me la metía hasta el fondo.

Sentía como se ponía más dura y con la cabeza más dura a medida que se la chupaba aunque a esa altura ya más que chuparla era él quien penetraba mi boca con una calentura extrema, Yo me apreté su cola con mis dos manos, Lo empujaba contra mi para que siga metiendola en mi boca con esa pasión desenfrenada.

- Si puta. Como te gusta la pija! - me dijo al darse cuenta de mi intensión. Ese vocabulario tan guarro en una persona tan seria me hizo ir un poco más lejos.
Una de las manos que estaban en sus nalgas fue un poco más allá y no sentí ninguna reprobación así que rápidamente comencé a frotar el borde de su ano. Un suspiro extra fue toda lo que necesité. Mi dedo mayor comenzó a internarse de a poco en su culo.
Sus manos en mi cabeza se apretaron más fuerte. Sentía como le gustaba tener un dedo adentro, mientras le chupaba la pija hasta sentir sus huevos chocando con mi cara.

Una caudalosa explosión de semen en mi boca, sin más aviso que un estremecedor gemido, fue la coronación de la noche. Un poco más salió cuando la sacaba de mis labios haciendo que se escapara un poco de mi boca. Junté la blanca sustancia con mis dedos mientras mi lengua recorría por última vez esa verga y le regalé el último espectáculo de chuparme los dedos bañados de semen.

- Así es un placer estar en casa. le dije mientras se subía los pantalones. Me acomodé el pelo y volví a entrar. Nadie se enteró de lo que había ocurrido en ese oscuro rincón pero para Victor y para mi iba a ser el principio de una historia que apenas comenzaba...

10 comentarios - El amigo de papá

tonyhara +1
Te felicito!!! Hermosa actitud!!! Hay que ir tras lo que se ansía. Espero haya muchos relatos y aparezca alguna foto tuya. +10 y te sigo! 😘
relatosexy
gracias, si gusta este sigo
jpthejocker
Tremendo relato!!! cómo quisiera ser el amigo de tu papá...van puntos
relatosexy +1
gracias cuando siga capaz te dan más ganas
jpthejocker
por favor continuá con los relatos que me calientan mucho!!!
Adios-Toreador
Qué buen relato, bien caliente
relatosexy +1
gracias me gusta que te guste
manuakd88
Muy buen relato! Van puntos y una linda parada de japi jajaja
relatosexy +1
gracias que bueno lo último jiji
manuakd88
@relatosexy cuando quieras 😚
relatosexy +1
te tomo la palabra
VoyeaurXVII
Si eso le hacés a un cirujano plástico -que evidentemente no necesitás-... qué harías con un abogado maduro que necesitaras?
Le dejo mi tarjeta, señorita... llameme cuando quiera y le agendo una consulta.
relatosexy +1
gracias cuando necesite un abogado lo vas a averguar
sfdk
Genial!!! Q lindo encontrarse con una nena así de putita!!! 😃
relatosexy +1
hace falta alguien que provoque eso
chelochaca
Qué excitante y agradable es volver a leerte 😉
juanp4288
Muy buen relato!! Me excite muchoo
eustasc
que hermosa puta me encanto el relato
diente2011
Un placer leerte. Mis felicitaciones y espero que sigas haciéndolo. Quisera provocar esas sensaciones . Besos