Cuando una se obsesiona (por así decirlo) con algo o conalguien es un poco difícil parar la cabeza, detener las fantasías, pensar quepudo o que puede pasar. En este caso, en este relato, me metí hasta la macetacon un pibe que prometió luego de chamuyar mucho hacerme ver las estrellas, laluna, marte y venus. Insistió tanto con el encuentro, con vernos, con lo bienque íbamos a pasarla, que accedí. Mi morbo, mis fantasías estaban a mil, misratones ni hablar.
Entre paréntesis mencionar que estaba en un párate sexual deunos cuantos meses por una mala decisión tomada en un mal momento, entonces decidíguardarme el placer para autosatisfacerme, no tenía ganas de tipos ni tipas. Poreso sostengo que insistió, aun sabiendo que estaba en una etapa de redescubrimiento,de autoexploración.
En fin, pautada la fecha de encuentro este pibe, al quellamaremos Lucas, me cancelo, por motivos que ni él podía sostener, pero queacepte como excusa. Después siguieron llamadas, msjs calientes, fotos, pajas compartidas por la cam, el deseo y “obsesión”me prendían fuego, literal… Nunca me había masturbado tanto en mi vida… Pensaren mis manos como que fueran las suyas, recorriendo mi cuerpo, mis labios, mistetas, mi panza, hasta llegar a mi clítoris y acariciarlo con rudeza, y acabar,terminar como loca desquiciada deseando que me coja como habría prometido.
Pautamos dos fechas más que no pudo cumplir por excusasigualmente increíbles que las anteriores. Fue en esa última plantada que agarremi celu y le escribí al último tipo con el que me había acostado hace variosmeses, que lo había pasado bien y además aceptaría mis condiciones de cuidadopara coger. No tardó una hora en estar en casa. (Eso que vive en otra ciudad).
Guille se mostró asombrado, pero contento por retomarnuestras sesiones de sexo desenfrenado, con él habíamos compartidos variasnoches, tardes y varias parejas. Y aunque no me calentaba el 100 por ciento, nome enloquecía, sabía que es un trabajador innato en el sexo. Le encanta dejarmesatisfecha, escucharme gemir y que esos gemidos se transformen en gritos deplacer.
Apenas llego a casa, después de entrar, me agarro de lacintura y me beso como si el tiempo no hubiera pasado, no recordaba conexactitud que los besos de él eran tan intensos. Charlamos un rato del tiempoque había pasado y las banalidades cotidianas. Estaba apoyada en la mesada dela cocina y el sentado, en frente en una silla, estiro la mano y me dijo: -vení que te doy otro beso de hola!; no solo me acerque sino que me senté encima deél, agarre su cabeza con mis dos manos y lo bese apasionadamente, nuestroslabios ya húmedos se encontraron con las lenguas sedientas de saliva ajena, comencéa frotarme sobre su pantalón y su pija comenzó a endurecerse, podía sentirlapidiendo que la saquen de ahí dentro. Con mi mano izquierda intente liberarla ycomencé acariciarla suavemente. Luego me arrodille en frente suyo y la lamídesesperadamente ansiosa de tenerla dentro mío, pasando mi lengua desde lacabeza hasta los huevos, arriba y abajo intensamente. Me detuviste y meayudaste a incorporarme y a sentarme en la mesa. Arrancaste mi pantalón ycullote y te zambulliste en mi concha sin pensar demasiado, abriendo mispiernas con tus manos. Tu lengua llego enseguida a mi clítoris ya todo húmedo,latiendo, extrañaba esa sensación de placer, de éxtasis, la sensación de unabuena chupada de concha. Te pedí que no pares, y con mi mano agarrando tu pelofuertemente te hundí más, respondiste con más presión y más intensidad. Te detuveyo luego de unos minutos, busque el forro en tu bolsillo, bajándote más el pantalón.Te puse el forro y me recosté boca abajo en la mesa, mi culo y concha estabanservidos para vos. Con una mano me agarraste la cintura, te acomodaste yempujaste fuertemente hasta que toda tu pija quedo enterrada en mí, con la otramano tomaste mis pelos y bombeaste fuerte, desesperado, ansiado, extasiado, misgemidos se transformaron en gritos de placer y luego de unos minutos acabamos,casi juntos. Te desplomaste encima mío y en el oído dijiste que estabascontento de verme. Sonreí y te bese…
Mientras pensaba que es liberador coger por venganza.
Entre paréntesis mencionar que estaba en un párate sexual deunos cuantos meses por una mala decisión tomada en un mal momento, entonces decidíguardarme el placer para autosatisfacerme, no tenía ganas de tipos ni tipas. Poreso sostengo que insistió, aun sabiendo que estaba en una etapa de redescubrimiento,de autoexploración.
En fin, pautada la fecha de encuentro este pibe, al quellamaremos Lucas, me cancelo, por motivos que ni él podía sostener, pero queacepte como excusa. Después siguieron llamadas, msjs calientes, fotos, pajas compartidas por la cam, el deseo y “obsesión”me prendían fuego, literal… Nunca me había masturbado tanto en mi vida… Pensaren mis manos como que fueran las suyas, recorriendo mi cuerpo, mis labios, mistetas, mi panza, hasta llegar a mi clítoris y acariciarlo con rudeza, y acabar,terminar como loca desquiciada deseando que me coja como habría prometido.
Pautamos dos fechas más que no pudo cumplir por excusasigualmente increíbles que las anteriores. Fue en esa última plantada que agarremi celu y le escribí al último tipo con el que me había acostado hace variosmeses, que lo había pasado bien y además aceptaría mis condiciones de cuidadopara coger. No tardó una hora en estar en casa. (Eso que vive en otra ciudad).
Guille se mostró asombrado, pero contento por retomarnuestras sesiones de sexo desenfrenado, con él habíamos compartidos variasnoches, tardes y varias parejas. Y aunque no me calentaba el 100 por ciento, nome enloquecía, sabía que es un trabajador innato en el sexo. Le encanta dejarmesatisfecha, escucharme gemir y que esos gemidos se transformen en gritos deplacer.
Apenas llego a casa, después de entrar, me agarro de lacintura y me beso como si el tiempo no hubiera pasado, no recordaba conexactitud que los besos de él eran tan intensos. Charlamos un rato del tiempoque había pasado y las banalidades cotidianas. Estaba apoyada en la mesada dela cocina y el sentado, en frente en una silla, estiro la mano y me dijo: -vení que te doy otro beso de hola!; no solo me acerque sino que me senté encima deél, agarre su cabeza con mis dos manos y lo bese apasionadamente, nuestroslabios ya húmedos se encontraron con las lenguas sedientas de saliva ajena, comencéa frotarme sobre su pantalón y su pija comenzó a endurecerse, podía sentirlapidiendo que la saquen de ahí dentro. Con mi mano izquierda intente liberarla ycomencé acariciarla suavemente. Luego me arrodille en frente suyo y la lamídesesperadamente ansiosa de tenerla dentro mío, pasando mi lengua desde lacabeza hasta los huevos, arriba y abajo intensamente. Me detuviste y meayudaste a incorporarme y a sentarme en la mesa. Arrancaste mi pantalón ycullote y te zambulliste en mi concha sin pensar demasiado, abriendo mispiernas con tus manos. Tu lengua llego enseguida a mi clítoris ya todo húmedo,latiendo, extrañaba esa sensación de placer, de éxtasis, la sensación de unabuena chupada de concha. Te pedí que no pares, y con mi mano agarrando tu pelofuertemente te hundí más, respondiste con más presión y más intensidad. Te detuveyo luego de unos minutos, busque el forro en tu bolsillo, bajándote más el pantalón.Te puse el forro y me recosté boca abajo en la mesa, mi culo y concha estabanservidos para vos. Con una mano me agarraste la cintura, te acomodaste yempujaste fuertemente hasta que toda tu pija quedo enterrada en mí, con la otramano tomaste mis pelos y bombeaste fuerte, desesperado, ansiado, extasiado, misgemidos se transformaron en gritos de placer y luego de unos minutos acabamos,casi juntos. Te desplomaste encima mío y en el oído dijiste que estabascontento de verme. Sonreí y te bese…
Mientras pensaba que es liberador coger por venganza.
10 comentarios - Coger por Venganza...