Me había quedado solo. Tenía dos días de libertad plena para pensar y pensar todo lo que había pasado. Volviendo al depto me senté en un bar, me pedí una birra y miré la gente pasar. Me aburría un poco así que saqué mi celular y me puse a revisar mis redes sociales. Estaba en la del pajarito (más libre que el caralibro) y cosa va cosa viene empecé a buscar acompañantes para pasar el rato. Estaba solo. Ella camino a casa. Quizás fue mi curiosidad o tenía que pasar. De mujeres pasé a buscar hombres. Se las resumo, terminé arreglando encontrarme con una shemale en un cine xxx un barrio de Palermo. Aclaro, amo a mi novia pero no podía irme sin sacarme esa duda. Lo necesitaba. Algo en mi interior me lo decía. Se llamaba Carolina. Yo le dije que me llamaba Alberto. El encuentro era muy de película. Me esperaba en la puerta, tendría puesta unos jeans, una campera negra de cuero y una cartera roja con una gran flor. Medio estaba asustado, tenía miedo de caer y que me chorearan, así que le pedí su número. Me lo dió al toque. Quedamos a las 23 hs. Medio en diagonal al cine hay un bar. A la hora acordada me senté en una mesa qeu me permitía ver la entrada al cine. Ahí la ví. Antes de encontrarme quería asegurarme de que no fuera una cama. 23:15 la llamé y le dije que me había atrasado. Me dijo que me esperaba. Estaba solita en la puerta. Ya como a las 23:45 me nimé y crucé. -Hola, ¿Carolina?. -¿Alberto?. Los dos respondimos con la cabeza y entramos. En esas salas la película no importa mucho, así que no hay drama si entrás a la mitad de una o al final, es medio continuado.Tampoca importa donde te sientes, no necesitas ocultarte porque todos están en la misma y en la suya. Nos sentamos. -Me estaba poniendo impaciente, ya pensaba era joda. Me dijo, y ahí me solté y empezamos a conversar de su laburo y los peligros de la noche, mientras la peli corría. Era de un traba que se volteaba todo lo que se cruzaba. Carolina era de estatura media, linda cara y mejores labios, buenas tetas y culito paradito (el pantalón ayudaba mucho). Si lo mirabas muy rápido no te dabas cuenta que tenía manija. Palabras van palabras vienen me agarró de la mano, para mi se dió cuenta que era mi primera vez.- No va a pasar nada que no quieras. Carito sabe esperar. Fue la película y sus gemidos o la ternura con la que dijo esas palabras, no lo sé, pero nos fundimos en un beso. Era mi primer contacto con los labios de un hombre. Estuvimos un rato. Bajó sus manos y notó mi erección. Me quedé paralizado. Se alejó un poco y me miró a los ojos. Intuía lo que me estaba pasado. -Tranquilo, me dijo. Me acaricó la cara, luego mi brazo y lo recorrió hasta llegar a mi mano. Me dejé llevar. Lentamente la llevó a su entrepierna y lo snetí. Era enorme. Lo acaricié con miedo y volví a mirar la pantalla. Ella sabía. Me dió un beso en la frente y me dijo. -¿Me llamás mañana?. Asentí con la cabeza. -A las 10 ya me levanto. Volví a decir que sí con un tímido movimiento. Se fue. Me quedé un rato más y me fui. No me cobró. Estaba en otro mundo. Mi cabeza comenzaba a abrirse. Ella sabía.
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