Como todos los días me había levantado a preparar los desayunos, mi marido estaba en el baño afeitándose y mi hijo entró como siempre a la cocina a desayunar, me dio un beso, y se sentó a la mesa. Siempre solía ir en slip y camiseta. Yo, como ya he dicho, no se si consciente o inconscientemente, o eso quería creer, últimamente solía ir muy cómoda. Ese día me acuerdo que llevaba una bata corta de raso que me llegaba justo debajo las nalgas, atada con un cinturón y, aunque suelo dormir con tanga, esa mañana no llevaba nada. Lo cierto es que me pase todo el tiempo agachándome a agarrar cosas que se me caían, si lo hacía de frente mi hijo podía verme las tetas por el escote abierto de la bata, tengo además una 100, es decir unas buenas tetas, y si lo hacía de espaldas le dejaba ver todo mi culo Al irle a servir el cafe y las tostadas le ofrecí la vista de nuevo de mis tetas que asomaban por la bata medio abierta, y vi como una de sus manos estaba debajo de la mesa. De nuevo me agaché pero esta vez para con disimulo mirar donde estaba la mano de mi hijo. Una sensación de vergüenza, de nerviosismo y creo que también de excitación me recorrió como un latigazo cuando vi que su mano agarraba su pedazo de mástil que parecía querer romper el slip. Nerviosa y excitada salí rápidamente de la cocina con la excusa de ir a buscar a mi marido para que no se le enfriase el desayuno. Esa mañana cuando me quedé sola en casa no hacía otra cosa que pensar en el bulto de mi hijo y ,Sin darme cuenta, sentada en la taza del baño, me sorprendí con la bata abierta, tocándome, con mis labios abiertos, húmedos y mis dedos jugando con mi clítoris. Me miré en el espejo que ocupa todo el frente del baño, me vi los pechos con los pezones rosados duros y excitados, me los acaricié. Venciendo la vergüenza de pensar que estaba así por la excitación que le producía a mi hijo, Estos pensamientos me llevaron a sentir, cuando mis dedos se metían en mi vagina ,No tardé en sentir un orgasmo intenso, profundo y muy rico cuando imaginé la leche caliente de mi hijo llenándome la vagina. Abrí los ojos y de nuevo me miré en el espejo, con mis pezones aún duros y excitados, abierta de piernas y notándome muy mojada sentí la sensación de ser una zorra. Pero desde aquel día, desde aquella mañana, mi cabeza no hacía más que pensar en eso, si bien ya habia cogido varias veces con mi hijo cada ves fantaseaba mas y me calentaba mas con el , lo oí levantarse y meterse en el baño, eran como las diez, no sé que me pasó, pero sin apenas pensarlo, me quité la bata que llevaba y me quedé, esperándolo en la cocina, con un camisón corto casi transparente de verano, dudé en quitarme también las tanga pero no me atreví, y esperé a que viniese a la cocina a desayunar. De espaldas, preparándole las tostadas, sentí su mirada, sentí que en silencio me observaba desde la puerta, yo hice como que no me había dado cuenta que estaba allí. Como una autentica zorra caliente, sin poder evitarlo, hacía movimientos que dejasen mi culo a su vista con mi tanga metidas entre las nalgas. Lo sentí acercarse silencioso, a la vez que me daba los buenos días y un beso en el hombro sentí su pene duro como una piedra apretarse contra mi culo, al momento mi cuerpo se electrizo y sentí un calor intenso entre mis piernas. Sin apartar su pija de mi culo, sintiéndola acomodarse entre mis nalgas, y sin hacer yo tampoco nada por apartarme, me cogió por la cintura, y me preguntó que preparaba. Casi sin respiración, y sin valor para darme la vuelta y mirarle, le contesté que unas tostadas. Sentía como me iba mojando, sentía el calor de mis deseos. Él seguía allí, sentía como le palpitaba el pene, me miré los pezones estaban disparados bajo el fino camisón, notaba como me mojaba más y más, que vergüenza no podía volverme, ¿por qué me habría quitado la bata? Las tostadas ya estaban, pero no podía volverme y tampoco quería, el gusto que sentía al notar la pija de mi hijo me estaba volviendo loca, hubiese querido darme la vuelta y sentirla sobre mi vientre, agarrarla y besándola llevarla hasta dentro de mi, ser cogida allí en ese momento por mi hijo. Me fui a mi dormitorio a buscar la bata, estaba temblorosa y sudaba, mis pechos parecían que iban a reventar y tenía toda la tanga mojada, mirándome en el espejo me Sin pensarlo metí mi mano bajo la tanga y noté mis labios abiertos, mojados y calientes, que rico que bien estaba. De pronto se abrió la puerta y entró mi hijo -Se me acercó, yo había sacado la mano rápidamente, se colocó frente a mí ,Yo seguía con mi camisón corto y la tanga bien metida en mi cola. Al sentir su cuerpo rozar el mío para darme un beso, sentí de nuevo esa sensación de deseo de pasión. Sentí su bulto volverse a pegar a mi, aunque ahora no estaba duro, me dio un beso en la mejilla sin despegarse, enseguida noté que volvía a crecer su pene dentro del slip. En ese momento yo le abracé Ahora si sentía como había deseado su pija dura golpearme el vientre, . Había apoyado sus manos en mis caderas mientras yo acariciaba su cara tratando de calmarle, aunque la que estaba disparada estaba yo, notaba mis tetas que iban a reventar clavar los pezones en el pecho de mi hijo. Él seguía frotando su pene contra mi vientre a la vez que me apretaba contra él cogida de las caderas No podía aguantar, quería, necesitaba ser cogida por mi hijo. Sin poderlo evitar le agarre de la cintura a mi hijo y yo también le apretaba contra mi. Sus manos se metieron por debajo de mi camisón hasta agarrarme las nalgas, con los ojos cerrados arrimé mi mejilla a la suya, le deseaba, sus dedos, apartando mi tanga empezaron a recorrer la raja entre mis nalgas, yo movía las caderas como una zorra caliente para sentir su poija golpearme el vientre. Empecé a bajarle el slip, Llevé mis manos hacia adelante hasta liberar aquel pedazo de carne que estaba a punto de reventar. Quería sentir toda su leche en mí, necesitaba ser cogida por mi hijo, necesitaba ser cogida en aquel momento. Me aparté, y lo llevé hasta la cama, le di un beso en la boca y comencé a bajarme la tanga, él me miraba, yo con la vista baja no me atrevía a mirarle. Pensé en quitarme el camisón también y tumbarme para que se abalanzara sobre mi y me cogiera me coloqué de espaldas a él, me abrí de piernas y me acerqué para que desde atrás me cogiera sentí una cabeza enorme entre mis labios deseosos de que entrase en ellos, se clavó en la vagina caliente, mojada y deseosa que su madre le ofrecía. Empecé a menear mis caderas como una perra en celo, a sentir como entraba una y otra vez llenándome la vagina, haciéndome gozar como nunca lo había hecho. Me cogía de las caderas y la clavaba una y otra vez haciendo que mis tetas bailaran a su son, duras, con los pezones erectos y balanceándose a su ritmo, hasta que noté un calido y cremoso chorro de leche que brotaba llenándome la vagina de la leche de mi hijo. yo acabe como una gata en celos Caí boca abajo sobre la cama, sin volverme le dije que marchara a lavarse. Solo una amiga, la que puse la foto de ella , sabe que cada dia me caliento mas con mi hijo , la verdad ya no se si esta bien o mal , pero mi calentura va en aumento
14 comentarios - cada ves mas caliente con mi hijo