Buenas. Esta es un historia verídica, me paso hace un par de años. espero que les guste, cualquier feedback sera apreciado. Si les gusta subo el resto de la historia. Y tambien tengo unas cuantas otras para contar, todas veridicas o semi veridicas. Esta fue 100% así.
La conocí enEl Bar Que Yo Frecuento™, una noche de finales de verano, con ese calorcito que no llega a ser inaguantable, no era veterana pero me llevaba 11 o 12 años, tenía auto y un gimnasio propio, profesora de educación física, vivió en España variosaños, etc. Yo tenía 25, apenas sabía manejar, sin carnet y me acababa de ir a vivir solo mientras laburaba yestudiaba. Era una rubia rubia, apenas más alta que yo, fornida sin sercorpulenta ni rellena, y mansas tetas,linda sonrisa y dientes blancos y perfectos, pero tampoco era para modelo de revistas. Me había cruzado con ella y amagó con volcarmela birra, me hice el chistoso y nos pusimos a hablar al pedo, tranqui y sin chamuyo,hasta que una amiga de ella dijo que se iba y ella se ofreció a llevarla en el auto. Me dijo que volvía enun rato, aunque podía acompañarlas si quería, como estaba al pedo y no sabía enque andaban mis amigos, acepté.
Cruzamos lacostanera de principio a fin hablando poco mientras yo le miraba el escote que lucíacon una camperita de cuero y una camisa poco abotonada. No disimulaba mucho y estoyseguro que se dio cuenta, porque ni bien dejamos a la amiga se acomodó paraabrirlo un poquito más. Según ella, hacía calor, pero por lo visto ni ganas desacarse la campera. No habíamos hecho una cuadra de que la habíamos dejado a laamiga, que yo moje dos dedos en el vaso de cerveza y, despacito, se lo lleve hasta el escote. Me abrípaso por la camisa y bajo del corpiño le empecé a masajear los pezones mojadosde cerveza. En ningún momento dejo de manejar despacio, con la boca semiabierta, respirando superficialmente. Se dejó hacer con toda la facilidad delmundo. Frenó y se abrió un poco más la camisa, a esta altura yaabierta casi hasta el ombligo, yo me incline y le empecé a sobar las gomas desdeel asiento del acompañante mientras ella me acariciaba la cabeza, hasta queempezó a gemir.
-: ¿Querés…que te enseñe… a manejar, bebé?...
Ni siquierase volvió a guardar las tetas mientras se bajó a cambiar de asiento. Se sentóen el acompañante y me hizo arrancarlo.
-: Andadespacito por la costanera.
Mientras yo sacabael auto, ella se fue inclinando sobre mi falda y sacó a relucir mi pija, biengrande y venosa para darme el mejor pete de mi vida.
Empezó adarle besitos con tranquilidad. Después fueron lamidas. Y después se lo metió hasta el fondo de la garganta. Mientras la cabeza subía y bajaba me acariciaba los huevos con una manoy con la otra me agarraba la tarasca. Siguió así un buen rato. Creo que recorrílos diez kilómetros de costanera de ida y de vuelta a 30km/h mientras ellame lustraba la verga. A medida que ella peteaba,con todo el amor y el entusiasmo, aparentemente sin aburrirse y sin cansarse,empezaba a ponerse cada vez mas chancha. La baba que me embardunaba la pija yque se mesclaba con el liquidopreseminal mio, empezó a chorreársele sobre la mano y después a escurrírsele entrelos dedos, era cada vez mas y mas. Empezó a hacer un ruido de succión y a enchastrarsetoda la boca. Cuando levantaba la cabeza para tomar un poco de aire, los hilosde baba le corrían desde la punta de la lengua y los labios hasta mi glande yle chorreaban por la barbilla. En ningún momento amago a frenar.
Lo másmorboso fue lo fácil que fue todo. Ni tuve que pedirle a la profe, a la seño,en su 206, que se me tire encima de la pija a buscar leche como la puta mas baratade la villa mas mugrienta.
Llevábamos yalargo rato, yo de puro placer, y supongo que ella también, porque me dejo sinpalabras: Se metió la mano en suspantalones de jean. Se clavó bien adentro tres dedos y los saco bien llenos deflujos que procedió a esparcírmelos sobre la verga antes de seguir degustándolacomo un helado. Yo estaba tan a full que me sorprende no haber terminado con elauto en el medio del rio.
-: ¿Querésvenir para mi casa un rato?- Pregunte por puro formulismo
-: Vos no tebajas de acá hasta que me largues toda esa leche, pibe.- Me dijo sin siquieralevantar la cabeza.- Dale, llevalo despacio.-
Arranque parami departamento mientras ella me empezó a masturbar con mas energía , haciendoruido de fluidos porque mi entrepierna era prácticamente un charco de fluidos. Un par de veces más, volvió a condimentarme la chota con sus jugos. Estacione en mi casa(sigo sin saber cómo) cuando le avise que estaba por acabar, aunque le aviseporque quería ver que iba a hacer. Penseque lo iba a tragar, pero me quedé corto.
Puso loslabios alrededor de mi glande como esas botellas de agua para deportistasmientras yo le largaba chorros y chorros de semen en la boquita. No lo tragó. conla boca llena de semen que empezó a chorrearle por los labios se lanzó devuelta sobre mi pija embardunándomela toda de vuelta, esta vez con mi semen. Unavez que no podía estar mas enchastrada, procedió a lustrármela hasta dejarlalimpia de vuelta. Tomándose hasta la ultima gota de semen que había quedadosobre toda mi entrepierna. Yo quede tirado en el asiento del conductor, meimagino con una cara de estúpido, mal.
-: Te gustó,precioso? Vení, mostrame tu casa.-
La conocí enEl Bar Que Yo Frecuento™, una noche de finales de verano, con ese calorcito que no llega a ser inaguantable, no era veterana pero me llevaba 11 o 12 años, tenía auto y un gimnasio propio, profesora de educación física, vivió en España variosaños, etc. Yo tenía 25, apenas sabía manejar, sin carnet y me acababa de ir a vivir solo mientras laburaba yestudiaba. Era una rubia rubia, apenas más alta que yo, fornida sin sercorpulenta ni rellena, y mansas tetas,linda sonrisa y dientes blancos y perfectos, pero tampoco era para modelo de revistas. Me había cruzado con ella y amagó con volcarmela birra, me hice el chistoso y nos pusimos a hablar al pedo, tranqui y sin chamuyo,hasta que una amiga de ella dijo que se iba y ella se ofreció a llevarla en el auto. Me dijo que volvía enun rato, aunque podía acompañarlas si quería, como estaba al pedo y no sabía enque andaban mis amigos, acepté.
Cruzamos lacostanera de principio a fin hablando poco mientras yo le miraba el escote que lucíacon una camperita de cuero y una camisa poco abotonada. No disimulaba mucho y estoyseguro que se dio cuenta, porque ni bien dejamos a la amiga se acomodó paraabrirlo un poquito más. Según ella, hacía calor, pero por lo visto ni ganas desacarse la campera. No habíamos hecho una cuadra de que la habíamos dejado a laamiga, que yo moje dos dedos en el vaso de cerveza y, despacito, se lo lleve hasta el escote. Me abrípaso por la camisa y bajo del corpiño le empecé a masajear los pezones mojadosde cerveza. En ningún momento dejo de manejar despacio, con la boca semiabierta, respirando superficialmente. Se dejó hacer con toda la facilidad delmundo. Frenó y se abrió un poco más la camisa, a esta altura yaabierta casi hasta el ombligo, yo me incline y le empecé a sobar las gomas desdeel asiento del acompañante mientras ella me acariciaba la cabeza, hasta queempezó a gemir.
-: ¿Querés…que te enseñe… a manejar, bebé?...
Ni siquierase volvió a guardar las tetas mientras se bajó a cambiar de asiento. Se sentóen el acompañante y me hizo arrancarlo.
-: Andadespacito por la costanera.
Mientras yo sacabael auto, ella se fue inclinando sobre mi falda y sacó a relucir mi pija, biengrande y venosa para darme el mejor pete de mi vida.
Empezó adarle besitos con tranquilidad. Después fueron lamidas. Y después se lo metió hasta el fondo de la garganta. Mientras la cabeza subía y bajaba me acariciaba los huevos con una manoy con la otra me agarraba la tarasca. Siguió así un buen rato. Creo que recorrílos diez kilómetros de costanera de ida y de vuelta a 30km/h mientras ellame lustraba la verga. A medida que ella peteaba,con todo el amor y el entusiasmo, aparentemente sin aburrirse y sin cansarse,empezaba a ponerse cada vez mas chancha. La baba que me embardunaba la pija yque se mesclaba con el liquidopreseminal mio, empezó a chorreársele sobre la mano y después a escurrírsele entrelos dedos, era cada vez mas y mas. Empezó a hacer un ruido de succión y a enchastrarsetoda la boca. Cuando levantaba la cabeza para tomar un poco de aire, los hilosde baba le corrían desde la punta de la lengua y los labios hasta mi glande yle chorreaban por la barbilla. En ningún momento amago a frenar.
Lo másmorboso fue lo fácil que fue todo. Ni tuve que pedirle a la profe, a la seño,en su 206, que se me tire encima de la pija a buscar leche como la puta mas baratade la villa mas mugrienta.
Llevábamos yalargo rato, yo de puro placer, y supongo que ella también, porque me dejo sinpalabras: Se metió la mano en suspantalones de jean. Se clavó bien adentro tres dedos y los saco bien llenos deflujos que procedió a esparcírmelos sobre la verga antes de seguir degustándolacomo un helado. Yo estaba tan a full que me sorprende no haber terminado con elauto en el medio del rio.
-: ¿Querésvenir para mi casa un rato?- Pregunte por puro formulismo
-: Vos no tebajas de acá hasta que me largues toda esa leche, pibe.- Me dijo sin siquieralevantar la cabeza.- Dale, llevalo despacio.-
Arranque parami departamento mientras ella me empezó a masturbar con mas energía , haciendoruido de fluidos porque mi entrepierna era prácticamente un charco de fluidos. Un par de veces más, volvió a condimentarme la chota con sus jugos. Estacione en mi casa(sigo sin saber cómo) cuando le avise que estaba por acabar, aunque le aviseporque quería ver que iba a hacer. Penseque lo iba a tragar, pero me quedé corto.
Puso loslabios alrededor de mi glande como esas botellas de agua para deportistasmientras yo le largaba chorros y chorros de semen en la boquita. No lo tragó. conla boca llena de semen que empezó a chorrearle por los labios se lanzó devuelta sobre mi pija embardunándomela toda de vuelta, esta vez con mi semen. Unavez que no podía estar mas enchastrada, procedió a lustrármela hasta dejarlalimpia de vuelta. Tomándose hasta la ultima gota de semen que había quedadosobre toda mi entrepierna. Yo quede tirado en el asiento del conductor, meimagino con una cara de estúpido, mal.
-: Te gustó,precioso? Vení, mostrame tu casa.-
6 comentarios - [relato] El pete de la veterana.