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Anal colectivo (VIII)

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La primer mañana en la cabaña arrancó a las 9 con unos mates en la cama. Con mi señora charlamos sobre lo bien que la pasamos con nuestros vecinos y aún teníamos dos noches más por delante. Luego del desayuno partimos a la zona de piscinas a relajarnos y disfrutar estas mini vacaciones. Estando en el agua los vimos a Mariela y Adrián y se acercaron a donde estábamos reposando.

M- Hola chicos, como durmieron?
L- Muy bien. Ustedes que tal? 
A- Espectacular! Queremos disfrutar un poco el agua ahora porque nos vamos a almorzar de una amiga de Mariela que vive en el próximo pueblo. Hace mucho que no se ven asique ya arreglamos el reencuentro. 
F- Que bueno! A ponerse al día.
M- Si, hace mucho que no nos vemos. Estudiábamos juntas, éramos muy pegadas, pero las vueltas de la vida nos llevaron por caminos diferentes. 


Charlamos un rato más y partieron. Nosotros comimos algo liviano bajo una inmensa arboleda y esperamos el atardecer en el agua. Cuando el sol se perdió en el horizonte llegaron nuestros amigos.


A- Chicos! Esta noche invitamos nosotros. Vengan a la cabaña en una hora que ya tenemos todo en marcha. 
F- Bueno, dale.


Nos dimos una ducha, nos pusimos ropa cómoda y nos cruzamos para cenar. Habían preparado una variedad bastante amplia de bocaditos combinando muchos sabores. Toda una comida gourmet. Entre bocado y bocado, cabían ciertos bocadillos también pero de índole sexual. Mucho doble sentido merodeaba la mesa. Los anfitriones nos contaron como se conocieron y la incidencia que tuvo su amiga Guillermina a quien habían ido a visitar. Ellos empezaron por el sexo y después vino el amor. Y fue precisamente en un cumpleaños de esta chica en cuestión. La conversación venía super caliente y Mariela lanzó la primera piedra.


M- A nosotros nos gusta experimentar. Sobretodo aprovechamos a hacerlo ahora que aún estamos solos, sin hijos, y más acá, de mini vacaciones, alejados de la rutina diaria.
L- Sí, está bueno probar otras cosas y romper con la rutina. A uno a veces se le queman los papeles.
M- A nosotros nos gusta probar posiciones diferentes, lugares diferentes, y por que no, personas diferentes. La verdad es que con otra pareja es la primera vez que intercambiamos y nos encantó. 
F- Sí, para nosotros también fue la primera vez.
A- En serio? No parecía. Tenían la situación muy controlada. Cuando nos sentamos frente a frente a mi se me voló la cabeza mal. Tenerla a Mariela chupandomela entera y el culo de tu mujer abierto ahí delante me volvió loco.
L- Bueno, tan abierto no. Por ahí nunca lo hicimos todavía.
M- En serio? Nunca probaste?
L- La verdad es que sólo entraron un par de dedos una vez pero nada más que eso.
A- Me parece que ya que jugamos de locales esta vez nos toca a nosotros enseñarles.
M- Ya tenemos el camino hecho! Jajaja!
A- Vengan, vamos al sillón.
M- Entremos en clímax, mis estudiantes! 


Los hombres nos ubicamos y las mujeres se sentaron en nuestros muslos. Largamos un maratón de besos y caricias para preparar el terreno de otra noche de sexo en conjunto. De a poco nos fuimos desvistiendo, con mucha sensualidad y erotismo. Una vez que estuvimos todos desnudos Adrián se levantó y Mariela se ubicó de perrito sobre el sofá. Nosotros los seguimos sin perder detalle. Empezamos comiendonos esas conchas húmedas de calentura mientras observabamos, cada uno desde nuestro lugar, cómo el agujero que teníamos enfrente comenzaba a tomar protagonismo, destellando pequeños latidos y ensanchando su apertura. Acariciar esos traseros era deleite de los dioses. Cada tanto una mano se escapaba hacia adelante a saborear los pechos que colgaban víctimas de la gravedad. Levantando sus cejas Adrián me llama la atención para que siga sus pasos. Lo observo e imito como deja caer un poco de su saliva en el orificio de Mariela y con el pulgar de su mano derecha comienza a masajear la zona. Suavemente dibujamos círculos alrededor. Una vez que estuvo bien humedecido introdujimos el dedo. Solo un poco, con mucho cuidado. Lo sacamos y nuevamente lo mandamos al interior. Pero sólo la primer falange. Adentro y afuera con mucha lentitud. Cuando éste ya corría con facilidad, nos untamos el dedo índice y el mayor en saliva y arrancamos a trabajar con esos dos. Dejamos un resto de nuestra salvia natural en el portal y le dimos para adelante. Nunca dejamos de atender sus conchas. Siempre nuestra lengua ofreciéndoles placer, buscando por dentro, rozando los labios exteriores y sacudiendo periódicamente el clítoris de nuestras bellas mujeres.
Había suspiros a full. Acompañaban cada movimiento de nuestros dedos. Las caderas se encorvaban y volvían a su estado de descanso. Ellas con los ojos cerrados se concentraban en los puntos que estábamos atendiendo. Nuestra dedicación era total. Así lo dictaban los maestros y así les obedeciamos nosotros. 
Ya era el turno del dedo anular para unirse a la terapia. Otra vez el proceso, lo mojamos bien, y lo mandamos a guardar. Ya estas colas estaban casi listas. Los agujeros latian con fuerza y no oponían resistencia a su apertura. Nuestros extremos se perdían íntegros en esos culos mientras los rotabamos una vez allí colocados. 


M- Como estás Ludmila?
L- Me encanta. Estoy en otro planeta. No quisiera parar nunca.
M- Lo mejor está por venir. Tener un pedazo de carne ahi adentro bombeando es maravilloso. A mi me  vuelve loca. (Hace una pausa). Ya están listos muchachos?
A- A punto caramelo.
M- Que bien. ( Mira a Ludmila). Vamos a prepararlos a ellos?
L- Sí, quiero!


Ahora nos sentamos a la par con Adrián y nuestras esposas se ocupan de nuestros miembros. Comienzan a chupar con mucho amor, muchos besos, caricias, mordiscos, nuestro glande es abordado sin cesar. Ludmila extiende su mano a la pija de Adrián y lo masturba. Mariela hace lo mismo con la mía. Las bocas comen lo que les corresponde y las manos se largan a la infidelidad. Con los falos bien duros y lubricados cambiamos de posición. Las chicas se recuestan en el asiento del sillón y se toman las piernas por debajo de las rodillas. Volvemos con los dedos mojados a recorrer sus orificios y corroboramos que siguen abiertos, bien dispuestos para ser penetrados. Acercamos nuestros aparatos y los apoyamos en la entrada. Despacio los movemos llevándolos al interior de nuestras damas. En vaivén proseguimos hasta meter la cabeza. Cuando ésta ya estuvo dentro el tronco pasó sin problemas. 
Las caras de nuestras mujeres de mezclaban entre el placer y la felicidad. Sonreían y se mordian los labios. La preparación había sido perfecta. No había lugar para el dolor, todo era gustoso.


L- Amor.
F- Que?
L- En mi próximo cumpleaños me clavas así todo el día, estamos? De la mañana hasta la noche. Sin parar, ok? Toda la pija adentro, bien hasta el fondo. Enterita enterita.
F- Si, mi vida. Bien duro.
M- Y nos invitan a nosotros?
L- Si!! Ya están invitados!! Para la fiesta con los amigos, y la otra fiesta también! Jajaja! (Se ríen juntas)
A- Me estás apretando la pija como nunca mi amor.
M- No, vos la tenes más hinchada! No sabes cómo la siento! Ludmila, la querés probar?
L- No se. Fede, no te jode si cambiamos?
F- Dale. Esa cola cuando la vi ayer me dieron ganar de llenarla de pija. Cambiamos, pero para la descarga volvemos, eh! Quiero que sea mi leche la que tenga por primera vez.


Nos damos un apretón de mano con Adrián para cerrar el trato y cambiamos de lugar. Las chicas están contentas. Ambas deseaban la verga ajena. Yo me posiciono primero y le entro a Mariela. Larga un suspiro y sonríe. 


M- Que bien que se siente tu pija!! Que dura la tenés! Me encantaaa! Ayer me dejaste la concha reventada! Ahora reventame la cola!


No bastó más para que me salga el toro de adentro y la bombee con fuerza. En tanto Adrián, le apoyó el glande a Ludmila y se largó a penetrarla de a poco. Él la tiene un poco mas grande que yo asique esa cola tenía que seguir adaptándose al pedazo que le estaba entrando. Mi señora respiraba fuerte y se le cruzaban los ojos. Tenía esa mezcla de placer y una pizca de dolor, pero se notaba que la estaba pasando bien.Nos mantuvimos así un rato, haciendo bailar esos dúos de tetas hasta que optamos por cambiar de posición. Mariela se puso "de perrito" otra vez sobre el sillón.


M- Te gustó verme así ayer? Veni y clavame entonces!! Llename de pija como querías!!


Sin más preámbulos volví al ruedo arremetiendo con dureza ese culo hermoso. En tanto nuestros colegas prefirieron ubicarse distinto. Adrián se sentó en el sofá y Ludmila de espaldas a él se introdujo toda su verga hasta el estómago. Ella quería controlar la situación y el ritmo del momento. Los jóvenes esposos se besaban sin parar y nosotros nos observabamos disfrutando con el cuerpo de otro. Pasaron los minutos y yo quería volver a con mi mujer. Quieria darle todo mi semen, que le rebalse y le caiga por las piernas. Tenía esa idea morbosa en la cabeza y quería hacerla realidad. Las chicas intercambiaron sus lugares y seguimos empujando. Abundaban las palabras impudicas entre nos, los participantes de una orgía amateur digna de una cámara.
Sentía que me venía una avalancha interior que no iba a poder contener.


F- Amor, te quiero acabar adentro. Te quiero rebalsar la cola.
L- Si... siii!! Llename el culo de leche!! Llenamelo que no puedo más!!


Automáticamente empecé a volcarle todo en el hueco. Una descarga tras otra iban colmando esa foza de placer. El último chorro se lo dejé bien en el fondo. Se la metí hasta lo más recóndito de su culo y ahí terminé de largar. Un extenso temblor nos recorrió el cuerpo entero. Parecíamos estar enchufados al 220v. Saqué mi pija y me dispuse a observar el espectáculo. Su ano latía y en cada estímulo un torrente aparecía y bajaba por sus muslos. A su vez, nuestros vecinos también alcanzaron el clímax y reventaron juntos en un orgasmo pecaminoso. Por fin las tetas de Mariela encontraron paz y dejaron de saltar al son de su cabalgata. Nos dirigimos al baño para limpiarnos y procedimos a vestirnos. Luego de los saludos de cortesía volvimos a nuestra cabaña. Nos pegamos un baño reparador y nos acostamos para esperar el mañana. 


L- Fede, te amo mucho, sabes? Me encantó como me hiciste la cola. Y me gustó también meterme la de Adrián pero yo quería tu lechita. Gracias por cojerme tanto!
F- Me encanta hacerte el amor. Me encanta como vivimos el sexo. Sos mi compañera perfecta! Te amo con todo mi corazón!
L- Yo también te amo! Buenas noches mi vida.
F- Buenas noches.


Continuará...

4 comentarios - Anal colectivo (VIII)

AfterShave
Gracias por ocmpartir

Dejo 10 puntos
VergaDuraCell
Y la continuación para cuando ? 🤔, Muy buenos todos los post
Osogordo45
Que hermoso relato, hasta sentí envidia de cos a que jamás me van a pasar.