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No se resisten tentaciones

Despues del encuentro con Marcela, a Alejandra solo la vi una vez. Volví a quedarme en su casa, ya habia sensación de rutina, y luego la verdadera rutina opacó todo. Las semanas pasaron y cada uno con sus compromisoscada uno con su vida, cada uno con sus problemas no lograbamos vermos, nuestra aventura había dejado de ser nueva, pero para nada dejaba de ser interesante.

"El viernes ceno con las chicas, venite" me dijo a mitad de semana, mi agenda con un cumpleaños, una noche hermosa para recorrer bares con terraza, para disfrutar de una noche atípica, pero la invitación era tan dificil de rechazar. Demasiado tentador. Una llegada tarde con aviso en un lado, una excusa para irme antes en otro, un taxi y una cara conocida al bajar. Una sonrisa y una copa "llegas tarde a la sobremesa" me dijo "espero estar temprano para lo demás"

Me senté en el living, en el mismo sillón donde comenzamos con la fantasía del casting esta aventura. Y eramos tres en ese living como esa vez, Marcela, vestido negro corto en las piernas, cerrado arriba, con medias también negras y tacos bajos, así vestida ella tenía mucha mas pinta de casteadora de los vídeos que ninguna otra mujer que haya visto. Y el tema no estaba solo en mi cabeza, yo lo sospechaba y ahora lo sabía, entre cenas y copas Ale y Nora se lo habían contado. Bromearon un poco sobre eso, sobre sus piernas cruzadas y el cruce que hizo minutos despues...por supuesto no era sobre sus piernas las risas sin sobre mis ojos perdiendose entre sus piernas y no viendo mas que sombras.

Marcela se levantó, rumbo al baño, en el sillón con Ale nos comimos a besos, quería cogermela ahí mismo, pero me mando a la habtación. Marcela esparaba en la puerta, ¿te gusta el vestido? dijo marcando el contorno de su cuerpo con las manos sobre la tela. Quiero ver que hay debajo, le conteste mientras ponía mis manos sobre las suyas llegando a su cadera, juntos bajamos a sus piernas, deslizamos los dedos por las medias, y mientras nos comiamos la boca el vestido pasó la cintura, paso las tetas. Todo salvo las piernas estaba desnudo. Me dió la espalda, se sentó en la cama, y yo me perdí en su cuerpo, sintí el roce de sus medias en mis manos, en mi torso, y busque arrancarle un orgasmo con mi boca entre sus piernas. Agachado con la lengua buscando el punto que la haga perder la cabeza sentí dos manos en mi espalda, en mi pecho. Ale nos había alcanzado, me pajeo, y me dijo que le dejara el lugar. Ahora ella estaba chupandole la concha a su amiga-amante. me sente a pejarme en la cama, a tocarle las tetas a Marcela, a Ale, a pajearla como hizo conmigo. Eramos un coro de gemidos.
Me tire en la cama, Marcela quería algo más, quería que la cogiera, Ale quería que esa paja sea mucho más, y tirado en la cama, era pisionero de sus antojos. Una metiendo y sacandose mi pija a su antojo, dandome besos para ver como mi cuerpo se mueve por el placer y volviendo a usarme para su placer. La otra, mas dominate, pajeandose de ratos sobre sus rodillas, luego dejandose caer sobre mi boca, y volviendo a levantarse ¿te acabas? escuche y yo que ya no aguantaba mas dije que si. Ale dejo mi cabeza libre del encierro entre sus piernas y me exprimió, me pajeo con fuerza, y se lleno la boca con mi leche. Estaba agotado, y Marcela tambien, los dos quedamos tirados en la cama, tardamos un minutos en darnos cuenta que seguíamos desnudos, y no pude evitar comenzar de nuevo con el juego de caricias.

Ale no quería rodeos, caricias, dedos deslizandose sobre la cintura, labios en los pezones. Nada de juegos, paja para que mi pija este dura como antes de acabar, y a coger en cuatro pija y paja, esos deseos me encantaban, me vuelve loco sentir sus dedos chocando mi pija, y lo rápido y alto que llegan sus gemidos. Marcela caliente pero menos apurada esperó, se pajeo, yo acariciaba las medias que poco a poco dejaban sus piernas tan al desnudo como el resto de su cuerpo. Mientras Ale al borde de acabarse se movia adelante y atrás con Marcela nos comiamos a besos, volvía a sus tetas, a tirar de sus pezones con mis labios apenas cerrados, y no tardo en tentarme a volver a perderme entre sus piernas y esa habitación no se resisten las tentaciones. De vuelta a la pose que las hace dominantes a las dos, esta vez al revés Ale en mi pija, Marcela en mi boca, Ale en su placer y en sus manos pajeando a Marce para que yo la vea, Ale moviendo su cadera y sus dedos, Marcela bajando sobre mi cara, pero no resiste mas las manos de Ale, y se baja, baja a la cama, abre las piernas, cuatro manos la acarician, cinco si contamos que se esta pajeando. No resisto mas y Ale siente como mi pija se mueve dentro suyo, el forro esta lleno. soy yo el que se va a limpiarse.

Me siento cerca de la cama, copa en mano, y me invitan a volver, me muestran un culo en cuatro patas, una concha de labios mojados que espera mi pija, me tientan y en esa habitación no se resisten tentaciones.

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