Cuando me casé, lo hice muy enamorada, después de 9 años de noviazgo, llegó el momento de la propuesta y no lo dudé un segundo, estaba feliz. Con mi, ahora marido, alquilamos un departamentito, chiquito, pero muy acogedor. Él fue y es, un caballero muy atento a mis deseos, y también caprichos. Por intermedio de un compañero de trabajo de Javi, habíamos conseguido éste depto, que era propiedad de un médico, muy reconocido. Debido a que no había inmobiliaria de por medio, no tuvimos que abonar mucho dinero para entrar. A principio de mes, Javi iba al domicilio de éste, y le pagaba el alquiler, pero en una oportunidad, me pidió si podía ir yo.
El que me atendió, fue un joven, bastante apuesto, por cierto, pero algo cancherito. Le dije que buscaba al doctor Ramírez… -ah, si, mi viejo, me dijo, y se me quedó mirando. Yo, incómoda por su mirada, le dije -vengo a pagar el alquiler, está él? Si, claro, me respondió- disculpame, es que no sabía que teníamos una inquilina tan buena!!, agregó. Que estúpido!!! Fue lo primero que me vino a la cabeza… -podrías decirle que estoy acá?, -insistí. Si, por supuesto, pasá -me dijo. La casa era enorme, eso lo podía notar desde afuera, pero el lujo que ostentaba, denotaba que no había sido un simple “doctorcito”, el fulano. En el living, frente a una tele, cómo de 50 pulgadas, había otro pendejo, con un joystick en la mano, esperando a su amigo. -dale, Fran! Le dijo al hijo del médico. Si, aguantame, que estoy con un asuntito. Su amigo, me miró de arriba a abajo, y sonrió -no me dejes afuera, le respondió éste… desapareció por un rato, y cuando volvió, traía un recibo en la mano. Dice mi viejo, que me dejes la plata a mi, acá tenés el recibo, me dijo, e hicimos el trueque. Nos dirigimos nuevamente hacia la puerta, cuando escucho -quizás me demore un poco más… ok, avisá si necesitas ayuda, le respondió el otro. Llegando a la puerta, éste Fran, cruzó el brazo hasta el picaporte, y empujándome con su cuerpo contra la puerta, me dice -te puedo ayudar en algo más? Yo, me corrí, abrí la puerta, y le dije -sos un pelotudo… y me fui.
Salí muy enfurecida de ahí, con intención de contarle lo sucedido a Javi, pero se me fue pasando en el camino, y no me pareció conveniente hacerlo, después de todo, iba a generar un quilombo, que quién sabe dónde terminaría…
Unos días después, estaba yo entrando al edificio, y cuando voy a cerrar la puerta, alguien desde afuera me la traba…, me asusté, temiendo que fuera un ladrón, e hice fuerza para cerrarla, pero fue cuando escuche una voz conocida, -disculpá, te asusté?, me preguntó, era el hijo del dueño del depto. -ah, si, la verdad que sí, le respondí. Yo traía una bolsa que se me había caído en el forcejeo. Perdón, no fue mi intención, vengo a ver a un inquilino, se disculpó, y recogió la bolsa del piso. Le extendí el brazo, pidiéndole la bolsa… -dejame ayudarte con ésto, para compensar el susto que te dí -me dijo, no es necesario -respondí, pero insistió. Lo noté diferente a la vez que lo conocí, y supuse que, en esa oportunidad, solo había tenido una actitud de pendejo y nada más… Se suponía que él bajaba un par de pisos después, pero insistió en llevarme la bolsa, cosa que no debí dejar que hiciera… cuando iba a prender la luz del pasillo, él tomó mi mano, impidiéndolo, y empujándome con su cuerpo contra la puerta del departamento, me sentí embriagada por el intenso perfume que tenía, el cual había inundado el ascensor, un instante atrás, me besó el cuello, mientras sentía como si pija iba creciendo apoyada en mi cola. Tomó las llaves que tenía en mi mano, y abrió la puerta, me llevo adentro con su cuerpo pegado al mío, tiró la bolsa junto a la puerta y la cerró. Me llevó hasta la mesa, y me inclinó sobre ella, se desabrochó el pantalón y se lo bajó, me bajó la calza con cierta violencia y pude sentir ese pedazo de carne en mi cola, estaba muy excitada, me sostenía los brazos a lo largo de la mesa, y seguía refregando su pija en mi, sentía si aliento en mi nuca, y se repente, su pija dentro mío, intenté ahogar un profundo gemido. -así te quería, putita, desde el momento que viniste a mi casa, sabía que buscabas ésto, y acá me tenés… -basta, por favor, le dije, aunque creo fue mi imaginación… -ahí viene, me dijo, ahí viene… fue cuando junté todas mis fuerzas y lo aparté, me arrodillé frente a él, para recibir su leche en mi boca, y sentí ese chorro espeso y caliente, el cual devoré hasta la última gota. Me tomó del mentón y me besó, -nos vamos a volver a ver, me dijo, mientras se acomodaba el pantalón y salía del departamento. Caí sobre mis brazos, quedando en cuatro, con las calzas bajas, su sabor en mi boca, y deseando que cumpliera lo que acababa de prometer…
autor: sinintencion
El que me atendió, fue un joven, bastante apuesto, por cierto, pero algo cancherito. Le dije que buscaba al doctor Ramírez… -ah, si, mi viejo, me dijo, y se me quedó mirando. Yo, incómoda por su mirada, le dije -vengo a pagar el alquiler, está él? Si, claro, me respondió- disculpame, es que no sabía que teníamos una inquilina tan buena!!, agregó. Que estúpido!!! Fue lo primero que me vino a la cabeza… -podrías decirle que estoy acá?, -insistí. Si, por supuesto, pasá -me dijo. La casa era enorme, eso lo podía notar desde afuera, pero el lujo que ostentaba, denotaba que no había sido un simple “doctorcito”, el fulano. En el living, frente a una tele, cómo de 50 pulgadas, había otro pendejo, con un joystick en la mano, esperando a su amigo. -dale, Fran! Le dijo al hijo del médico. Si, aguantame, que estoy con un asuntito. Su amigo, me miró de arriba a abajo, y sonrió -no me dejes afuera, le respondió éste… desapareció por un rato, y cuando volvió, traía un recibo en la mano. Dice mi viejo, que me dejes la plata a mi, acá tenés el recibo, me dijo, e hicimos el trueque. Nos dirigimos nuevamente hacia la puerta, cuando escucho -quizás me demore un poco más… ok, avisá si necesitas ayuda, le respondió el otro. Llegando a la puerta, éste Fran, cruzó el brazo hasta el picaporte, y empujándome con su cuerpo contra la puerta, me dice -te puedo ayudar en algo más? Yo, me corrí, abrí la puerta, y le dije -sos un pelotudo… y me fui.
Salí muy enfurecida de ahí, con intención de contarle lo sucedido a Javi, pero se me fue pasando en el camino, y no me pareció conveniente hacerlo, después de todo, iba a generar un quilombo, que quién sabe dónde terminaría…
Unos días después, estaba yo entrando al edificio, y cuando voy a cerrar la puerta, alguien desde afuera me la traba…, me asusté, temiendo que fuera un ladrón, e hice fuerza para cerrarla, pero fue cuando escuche una voz conocida, -disculpá, te asusté?, me preguntó, era el hijo del dueño del depto. -ah, si, la verdad que sí, le respondí. Yo traía una bolsa que se me había caído en el forcejeo. Perdón, no fue mi intención, vengo a ver a un inquilino, se disculpó, y recogió la bolsa del piso. Le extendí el brazo, pidiéndole la bolsa… -dejame ayudarte con ésto, para compensar el susto que te dí -me dijo, no es necesario -respondí, pero insistió. Lo noté diferente a la vez que lo conocí, y supuse que, en esa oportunidad, solo había tenido una actitud de pendejo y nada más… Se suponía que él bajaba un par de pisos después, pero insistió en llevarme la bolsa, cosa que no debí dejar que hiciera… cuando iba a prender la luz del pasillo, él tomó mi mano, impidiéndolo, y empujándome con su cuerpo contra la puerta del departamento, me sentí embriagada por el intenso perfume que tenía, el cual había inundado el ascensor, un instante atrás, me besó el cuello, mientras sentía como si pija iba creciendo apoyada en mi cola. Tomó las llaves que tenía en mi mano, y abrió la puerta, me llevo adentro con su cuerpo pegado al mío, tiró la bolsa junto a la puerta y la cerró. Me llevó hasta la mesa, y me inclinó sobre ella, se desabrochó el pantalón y se lo bajó, me bajó la calza con cierta violencia y pude sentir ese pedazo de carne en mi cola, estaba muy excitada, me sostenía los brazos a lo largo de la mesa, y seguía refregando su pija en mi, sentía si aliento en mi nuca, y se repente, su pija dentro mío, intenté ahogar un profundo gemido. -así te quería, putita, desde el momento que viniste a mi casa, sabía que buscabas ésto, y acá me tenés… -basta, por favor, le dije, aunque creo fue mi imaginación… -ahí viene, me dijo, ahí viene… fue cuando junté todas mis fuerzas y lo aparté, me arrodillé frente a él, para recibir su leche en mi boca, y sentí ese chorro espeso y caliente, el cual devoré hasta la última gota. Me tomó del mentón y me besó, -nos vamos a volver a ver, me dijo, mientras se acomodaba el pantalón y salía del departamento. Caí sobre mis brazos, quedando en cuatro, con las calzas bajas, su sabor en mi boca, y deseando que cumpliera lo que acababa de prometer…
autor: sinintencion
9 comentarios - se dio sin pensar
Muy bueno.
+10
Vipo.-