Una característica intrínseca del ser humano es la capacidad de soñar, la habildad para tener una visión y de visualizar aquellas situaciones en las que anhelamos estar. Quiero compartirles uno de esas fantasías, una que me excita en sobremanera y que recientemente pude cumplir.
La pornografía del tipo BDSM siempre ha sido de mis favoritas, la posibilidad de contar con una mujer con el sólo propósito de tu satisfacción sexual, el poder hacer con ella todo aquello que normalmente no podrías hacer, y el poder desinhibirse totalmente.
Hace algunos mese conocí a Kathy por medio de un chat para adultos con temas de roleplay (elaboración de situaciones usualmente sexuales en el que se narra cada acción de parte de cada una de las partes), inmediatamente fue evidente que ambos veíamos el sexo con un amplio espectro de gamas y posibilidades, y que la palabra taboo tenía poco o ningún significado.
Kathy me comentó acerca de su mayor fantasía, el ser tratada cómo un objeto sexual, el ser humillada y tratada como un simple juguete. Creo que muchas personas tienen la misma fantasía, pero el temor a ser reprochados por semejante idea en ocasiones puede inhibir el comportamiento sexual humano.
Pasaron alrededor de dos meses en los que Kathy (canadiense) me enviaba muchas fotos, con hojas de papel que decían "puta", en muchas posiciones y distintos atuendos. Cada vez que me enviaba un nuevo juego de fotografías me pedía una de vuelta, con la foto impresa y llena de mi semen. Sin embargo esto no era suficiente, necesitaba verla y cumplir mi fantasía. Hablé con Kathy y le pregunté si estaba dispuesta a viajar, si le gustaría llevar a cabo todo aquello de lo que habíamos hablado. Sin dudarlo aceptó y empezó su búsqueda de boletos aéreos. No podía creerlo, al vivir en un país como el mío, donde la mentalidad con respecto al sexo y sus infinitas posibilidades es aún muy cerrada me parecía aún difícil de creer que una mujer se sometería voluntariamente a dichos tratos.
Avanzaré en el tiempo un poco. Kathy decidió visitarme, pero era necesario implementar unas reglas. La principal era no hablar, no quería dirigirle la palabra hasta haberla cogido hasta estar saciado. Las emociones no podían ser parte del juego o de lo contrario no estaría satisfecho.
El día de su llegada llegó, no podía creerlo, y no hubiera visto el boleto con le fecha, destino y hora en una foto propiamente verificada. Envíe a un amigo taxista a recogerla mientras la esperaba en el hotel, y le dije a mi amigo la fuera a dejar a la puerta y se fuera. Me debía un favor bastante grande así que le pedí no hacer preguntas.
Necesitaba relajarme, mi corazón no dejaba de latir fuertemente, me preocupaba no ser lo suficientemente dominante para afrontar la situación, y es que fantasear se aleja demasiado de la realidad en ocasiones. Pero me compuse, tenía que hacer esto, no podía llegar tan lejos para acobardarme o no disfrutar de la oportunidad que se me había presentado.
Escuche la puerta, alguien estaba detrás. Abrí lentamente, y ahí estaba kathy, con una chaqueta negra, leggings y su equipaje. Kathy tenía tez blanca, ojos negros muy grandes y pelo lacio muy largo. Labios rosados y tiernos, una nariz pequeña y una mejillas sonrojadas como de muñeca. Un cuerpo algo voluptuoso y unos senos cuyo tamaño las fotografías en los que los había visto no les habían logrado hacer justicia. De nuevo me compuse internamente y le ordené entrar y dejar su equipaje a un lado de la cama con señas, ni una sola palabra.
Luego de esto me acerqué y senté en el borde de la cama frente a ella. La contemplé por un momento sin dirigirle una sola palabra. Me levanté y la despojé de su chaqueta algo bruscamente, quería imponer mi autoridad. Con mi mano izquierda desabotoné mi pantalón y con la derecha la sujeté del pelo fuertemente, haciendo su cabeza hacia atrás al mismo tiempo que la forzaba a arrodillarse. Saqué mi pene erecto y lo introduje en su boca, con mi mano derecha aún sujetaba fuertemente su cabello y la forzaba a engullir mi miembro cada vez más profundo. Empujaba con fuerza, quería que me pidiera detenerme, pero era obvio que tenía experiencia y soportaba el castigo que yo aplicaba. Lagrimas empezaron a rodar y saliva a brotar en abundancia de so boca. Le permitía respirar por momentos, solo para volver a introducir mi pene en esa boca, con sus rosados labios rodeándolo y sus ojos cerrados mientras intentaba llegar más profundo. Cuando la dejaba respirar introducía mis testículos en su boca, para los jugara dentro de su boca y los moviera con su lengua.
De nuevo halé de su pelo, dejándola tomar una bocanada de aire, era evidente que ya lo necesitaba. La deje ir por un momento mientras terminaba de desvestirme. Contemplaba a Kathy arrodillada e inhalando profundamente, con su rostro lleno de maquillaje corrido y lágrimas.
Esta es la primera parte, déjenme saber si les interesaría leer la segunda!
La pornografía del tipo BDSM siempre ha sido de mis favoritas, la posibilidad de contar con una mujer con el sólo propósito de tu satisfacción sexual, el poder hacer con ella todo aquello que normalmente no podrías hacer, y el poder desinhibirse totalmente.
Hace algunos mese conocí a Kathy por medio de un chat para adultos con temas de roleplay (elaboración de situaciones usualmente sexuales en el que se narra cada acción de parte de cada una de las partes), inmediatamente fue evidente que ambos veíamos el sexo con un amplio espectro de gamas y posibilidades, y que la palabra taboo tenía poco o ningún significado.
Kathy me comentó acerca de su mayor fantasía, el ser tratada cómo un objeto sexual, el ser humillada y tratada como un simple juguete. Creo que muchas personas tienen la misma fantasía, pero el temor a ser reprochados por semejante idea en ocasiones puede inhibir el comportamiento sexual humano.
Pasaron alrededor de dos meses en los que Kathy (canadiense) me enviaba muchas fotos, con hojas de papel que decían "puta", en muchas posiciones y distintos atuendos. Cada vez que me enviaba un nuevo juego de fotografías me pedía una de vuelta, con la foto impresa y llena de mi semen. Sin embargo esto no era suficiente, necesitaba verla y cumplir mi fantasía. Hablé con Kathy y le pregunté si estaba dispuesta a viajar, si le gustaría llevar a cabo todo aquello de lo que habíamos hablado. Sin dudarlo aceptó y empezó su búsqueda de boletos aéreos. No podía creerlo, al vivir en un país como el mío, donde la mentalidad con respecto al sexo y sus infinitas posibilidades es aún muy cerrada me parecía aún difícil de creer que una mujer se sometería voluntariamente a dichos tratos.
Avanzaré en el tiempo un poco. Kathy decidió visitarme, pero era necesario implementar unas reglas. La principal era no hablar, no quería dirigirle la palabra hasta haberla cogido hasta estar saciado. Las emociones no podían ser parte del juego o de lo contrario no estaría satisfecho.
El día de su llegada llegó, no podía creerlo, y no hubiera visto el boleto con le fecha, destino y hora en una foto propiamente verificada. Envíe a un amigo taxista a recogerla mientras la esperaba en el hotel, y le dije a mi amigo la fuera a dejar a la puerta y se fuera. Me debía un favor bastante grande así que le pedí no hacer preguntas.
Necesitaba relajarme, mi corazón no dejaba de latir fuertemente, me preocupaba no ser lo suficientemente dominante para afrontar la situación, y es que fantasear se aleja demasiado de la realidad en ocasiones. Pero me compuse, tenía que hacer esto, no podía llegar tan lejos para acobardarme o no disfrutar de la oportunidad que se me había presentado.
Escuche la puerta, alguien estaba detrás. Abrí lentamente, y ahí estaba kathy, con una chaqueta negra, leggings y su equipaje. Kathy tenía tez blanca, ojos negros muy grandes y pelo lacio muy largo. Labios rosados y tiernos, una nariz pequeña y una mejillas sonrojadas como de muñeca. Un cuerpo algo voluptuoso y unos senos cuyo tamaño las fotografías en los que los había visto no les habían logrado hacer justicia. De nuevo me compuse internamente y le ordené entrar y dejar su equipaje a un lado de la cama con señas, ni una sola palabra.
Luego de esto me acerqué y senté en el borde de la cama frente a ella. La contemplé por un momento sin dirigirle una sola palabra. Me levanté y la despojé de su chaqueta algo bruscamente, quería imponer mi autoridad. Con mi mano izquierda desabotoné mi pantalón y con la derecha la sujeté del pelo fuertemente, haciendo su cabeza hacia atrás al mismo tiempo que la forzaba a arrodillarse. Saqué mi pene erecto y lo introduje en su boca, con mi mano derecha aún sujetaba fuertemente su cabello y la forzaba a engullir mi miembro cada vez más profundo. Empujaba con fuerza, quería que me pidiera detenerme, pero era obvio que tenía experiencia y soportaba el castigo que yo aplicaba. Lagrimas empezaron a rodar y saliva a brotar en abundancia de so boca. Le permitía respirar por momentos, solo para volver a introducir mi pene en esa boca, con sus rosados labios rodeándolo y sus ojos cerrados mientras intentaba llegar más profundo. Cuando la dejaba respirar introducía mis testículos en su boca, para los jugara dentro de su boca y los moviera con su lengua.
De nuevo halé de su pelo, dejándola tomar una bocanada de aire, era evidente que ya lo necesitaba. La deje ir por un momento mientras terminaba de desvestirme. Contemplaba a Kathy arrodillada e inhalando profundamente, con su rostro lleno de maquillaje corrido y lágrimas.
Esta es la primera parte, déjenme saber si les interesaría leer la segunda!
1 comentarios - Mi mas grande fantasía